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El panóptico

Foucault afirma que con el paso de los tiempos nos sumergimos en una sociedad
disciplinaria que controla el comportamiento de sus miembros mediante una vigilancia
invisible. De esta forma, el poder busca actuar a través de la vigilancia, el control y la
corrección del comportamiento en el cuerpo de los ciudadanos. Este tipo de control se
llama panoptismo, y se basa en ser capaz de imponer conductas al conjunto de la
población a partir de la idea de que estamos siendo vigilados en todo momento y lugar,
buscando generalizar un comportamiento común dentro de unos rangos considerados
normales, castigando las desviaciones o premiando el buen comportamiento.

Este modelo social busca que el individuo autogestione su comportamiento, que se


comporte de la manera esperada, logrando con esto que el poder no tenga que ser
ejercido y manifestado de forma continua, pues ahora cualquier persona u objeto puede
ser un representante de dicho poder y vigilancia. A esto se suma el hecho de que la
persona no sabe cuándo está siendo observada y cuando no, por lo que se autocontrola
para no desobedecer las normas impuestas y evitar ser sancionados. De esta forma, el
tipo de dominio se introduce en los cuerpos para regularlos.

Esto lo podemos ver en el mundo de las empresas, donde los empleados controlan sus
conductas ante el conocimiento de que sus superiores pueden visualizar sus actuaciones.
Dicho control mejora la productividad y disminuye la dispersión. Lo mismo ocurre en la
escuela, con los alumnos autocontrolando su comportamiento cuando se creen vigilados
por los docentes e incluso con los docentes cuando consideran que están siendo
vigilados por los órganos directivos. La idea es hacer que el dominio quede difuminado
en las dinámicas de poder y de relaciones sociales.

II. LOS MEDIOS DEL BUEN ENCAUZAMIENTO

El poder disciplinario tiene como función principal “enderezar conductas”. No


encadena las fuerzas para reducirlas; lo hace para multiplicarlas y usarlas. La disciplina
“fabrica” individuos como objetos y como instrumentos de su ejercicio. El éxito del
poder disciplinario se debe al uso de instrumentos simples: la vigilancia jerárquica,
la sanción normalizadora y su combinación en un procedimiento específico: el
examen.
LA VIGILANCIA JERÁRQUICA

Se organiza como un poder múltiple, automático y anónimo y su funcionamiento es


el de un sistema de relaciones de arriba abajo, pero también hasta cierto punto de
abajo arriba y lateralmente. Múltiple en el sentido de que esta en todos lados,
automático debido a que provoca el auto comportamiento de los ciudadanos sin tener
que estar presente y anónimo porque su vigilancia es invisible, pero lo ve todo. Esta
vigilancia jerárquica está hecha para orientar, enderezar y dirigir las mentes, a tal
punto que se convierte en un regulador de la conducta y es garantizada por el Estado
mismo para llevar a cabo su función.

Podemos notar como nuestros contextos intersubjetivos han sido producidos por una
serie de acontecimientos que señalan esa manejabilidad humana que ejercen sobre la
población. Es por esta razón que la arquitectura se construye según el modelo
militar que permitan la observación continua de los demás, por ejemplo los baños
que poseen media puerta fueron ideados en una escuela para poder observar las cabezas
y los pies de quien está allí dentro.

Este régimen se introduce en todo aspecto de la vida cotidiana, alineando a cada uno
de los integrantes de la sociedad desde pequeños hasta a lo largo de su vida laboral.
De esta forma, se pretende crear una estructura jerarquizada, en donde el superior
tiene la facultad de observar a todos con facilidad.

SANCIÓN NORMALIZADORA

Esta se encarga de infringir castigos disciplinarios a quienes no encajen en los


presupuestos de conducta permitido por la sociedad, pudiendo ser un castigo
correctivo (lo más óptimo) o punitivo (que implica un castigo más fuerte). Cabe
destacar que además de esto, también se implementa un sistema de recompensa y
castigo en consecuencia de los actos de la sociedad, dejando de lado los castigos
judiciales. Todo esto apuntando siempre a la corrección de los comportamientos.
Podemos nombrar 5 características:

1. Posee un pequeño mecanismo penal que penaliza aquellas conductas que a la ley
no le interesa, como llegar tarde en un trabajo, faltar el respeto a los profesores.
Descuidar las notar, desobedecer a sus superiores, ser indecente, etc. Al mismo
tiempo se utiliza como castigos una serie de procedimientos sutiles, que van
desde el castigo físico leve a privaciones menores y a pequeñas humillaciones.
2. Un segundo rasgo es el castigo por la falta de un cumplimiento o una norma,
como por ejemplo, un soldado que comete una falta porque no alcanza el nivel
requerido o la falta del alumno que no cumple con sus tareas.
3. El tercer rasgo es que el castigo disciplinario tiene por función ser correctivo,
reduciendo las desviaciones.
4. El cuarto rasgo es que el castigo disciplinario brinda gratificación o sanciones.
En las escuelas, el maestro debe evitar usar castigos y tratar de que las
recompensas sean mayores. Este mecanismo califica las conductas y las
cualidades a partir de una valoración binaria, esto es, si son buenas o malas.
5. Lo anterior se hace con el objetivo de señalar las desviaciones, jerarquizas las
cualidades para castigar y recompensar. La disciplina recompensa con los
ascensos y castiga haciendo retroceder y degradando. Un ejemplo claro es la
calificación de exámenes en las escuelas.

EL EXAMEN

Esta es usada como un mecanismo de inspección de los saberes, aptitudes y


virtudes de los individuos. De esta forma, teniendo en cuenta sus facultades se los
convierte en sujetos cuantificables y calificables. Además de esto, el examen permite
ver constantemente el comportamiento de los individuos sin necesidad de recurrir a la
fuerza, como los exámenes escolares que poseen carácter pedagógico.

De esta manera, podemos ver como el examen combina las técnicas de la jerarquía que
vigila y las de la sanción que normaliza, siendo así una mirada normalizadora y una
vigilancia que permite calificar, clasificar y castigar.

Biopolitica: el control de la sociedad sobre los individuos no solo se efectúa


mediante la conciencia o por la ideología, sino también en el cuerpo y con el
cuerpo. Para la sociedad capitalista, en la biopolitica lo que importa, ante todo, es lo
biológico. El estilo de gobierno regula la población mediante el biopoder, y este a su
vez mediante la disciplina del cuerpo y los controles de la población.

La disciplina del cuerpo se centra en hacer fuerte y útil un cuerpo individual. Podemos
ver como las instituciones como el ejército o la escuela lo ejercen, moldeando al
individuo para integrarlo en la sociedad y convertirlo en un elemento útil. Por otro lado,
los controles de la población se centran en la especie, a diferencia de la disciplina que se
centra en los individuos. Aquí encontramos controles de natalidad, mortalidad,
longevidad, etc., buscando administrar la vida y rechazando la muerte.

Anatomopolítica: se caracteriza por ser una tecnología individualizante del poder,


basada en el escrutar en los individuos sus comportamientos y su cuerpo, con el fin de
anatomizarlos, es decir, producir cuerpos dóciles y fragmentando. Se basa en la
disciplina como instrumento de control del cuerpo social penetrando en el hasta llegar
hasta sus átomos. Las herramientas que usan son la vigilancia, el control, la
intensificación del rendimiento, la utilidad, etc.

Dussel: Pensar la escuela y el poder.

Inés Dussel nos invita a pensar a través de Foucault la escuela y el Poder. Lo hará a
través de tres aspectos que son: el poder, el cuerpo y la crítica.

El poder: Foucault creía que el poder es relacional, multiforme y micro físico,


ayudándonos a entender cómo se relacionan los sujetos y como se organizan las
instituciones. Además, todos poseemos poder y la misma es represiva, pero también
productiva. La misma tendrá la capacidad de influir en las conductas de los otros.

Para limitarlo, es necesario la ley inquebrantable y los derechos inalienables. Ahora


bien, ¿Cómo resuenan estas ideas en la pedagogía? Pues buen, según Foucault, la
enseñanza es un ejercicio de relaciones de poder, del maestro sobre el alumno. Este
maestro tiene la capacidad de castigar, excluir, ascender, es decir, posee autoridad
institucional. Esta autoridad lleva a muchos a sospechar de la pedagogía, sin embargo,
el filósofo expresara que no toda autoridad es autoritaria e inútil. Por ello apunta a las
prácticas en donde se ejerce el poder de mala manera como el origen de los conflictos.
Por ello, debemos pensar a la educación como una formación en las paradojas de la
libertad.

Cuerpos pedagógicos: El cuerpo es la superficie sobre la que se inscribe la norma,


se conforma un patrón de normalidad, se instaura una relación de sujeción y
obediencia, pero es en esto donde la tensión atañe a la experiencia escolar.

El cambio operado en el aspecto y los modales social de los alumnos fue modelo de
orgullo para algunos seguidores de Foucault. Las reglamentaciones, el vestuario y la
uniformización de los cuerpos también fue tema de disputa. Los cambios sobre
cuestiones de vestimentas modifican la autoridad y el curriculum de la escuela.

La crítica: El arte de la crítica ha buscado ser un acto de desafío, de aparición, un modo


de no ser tan gobernado, en este sentido, la crítica es el movimiento por el cual el sujeto
se da a sí mismo el derecho a cuestionar la verdad con sus efectos de poder y cuestionar
el poder en sus discursos de verdad.

El lugar de la crítica no es un lugar neutral o que está a salvo. En ese sentido, Foucault
vuelve sobre la idea de peligro, su idea no es de la que todo es malo, sino que en todas
partes existe peligro y que todo implica riesgo. No se trata de no hacer nada porque esa
actividad puede producir efectos no deseados, sino de hacer constantemente. Se trata de
pensar la crítica como actividad situada que busca señalar cual es el costo de ser
gobernado de esta manera y buscar formas de que las injusticias sean menores y las
libertades mayores.

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