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¿QUÉ RELACIÓN TIENEN EL CEREBRO Y EL EJERCICIO?

Todos los que hacemos deporte con regularidad (y los que no también) sabemos
que hacer deporte mejora nuestra salud física, pero lo que se está demostrando
ahora es que también puede mejorar nuestra salud mental. Dicen los
neurocientíficos que llevar una dieta saludable y hacen deporte con regularidad
protege a nuestro cerebro y lo previene de enfermedades degenerativas y
emocionales tales como el Alzheimer, la depresión o la dislexia. También están
comprobando que hacer deporte continuado mejora nuestra capacidad de
aprendizaje y nuestra memoria.

Hasta hoy no hemos podido confirmar un hecho del que ya hablábamos en la


antigüedad griega: “El ejercicio físico y la dieta tienen un impacto positivo y muy
saludable sobre el cerebro, o sea que la salud física redunda en una mejor salud
mental”. Esta idea la presenta el documental de Eduard Punset ‘El cerebro y el
deporte’, del cual hablaremos a continuación.

Hace miles de años, los griegos ya sabían que el deporte era esencial para tener
un cerebro en forma, que era la mejor receta para prevenir enfermedades y
mantenerse sano. No obstante, con el paso del tiempo, hemos ido abandonando
ese remedio natural, llevamos una vida sedentaria y apenas caminamos unos
minutos al día. Sin embargo, desde hace poco tiempo, la ciencia investiga la
relación entre el ejercicio físico y el estado de forma del cerebro. Ahora se ha
podido demostrar lo que los griegos decían: Moverse puede aportarnos muchos
beneficios a nuestra capacidad intelectual y facilitar los procesos de aprendizaje,
así como la memoria. Esto se ha podido demostrar a través de un experimento
con ratas realizado en la facultad de neuropsicología de la Universidad Autónoma
de Barcelona (UAB) en el que comparan la capacidad de las diferentes ratas para
resolver problemas: las que hacían un ejercicio diario corriendo, solucionaban
problemas antes que las que no hacían ningún tipo de ejercicio. Además, hasta
mediados de la década de los 90 se creía que a medida que pasaban los años,
nuestras neuronas empezaban a morir, por lo que, siguiendo esta suposición, no
seríamos capaces de aprender nada nuevo a partir de cierta edad. A pesar de ello,
se ha demostrado que esta hipótesis es falsa, ya que el cerebro sí que tiene la
capacidad de generar nuevas neuronas en algunas regiones y sobre todo de
establecer más conexiones sinápticas entre ellas. Además, se ha averiguado que
esto se puede estimular también en una edad avanzada a través del ejercicio y el
deporte.

Tenemos un cerebro que se formó a través del ejercicio, incluso hay genes que lo
necesitan para funcionar bien. No hace falta ir cada día a hacer deporte, pero sí
tener regularidad. Cada vez que hacemos ejercicio se estimulan las conexiones
entre neuronas enviando una especie de sustancia química al cerebro, una
proteína cuya actividad estimula la proteína BDNF (brain-derived neurotrophic
factor). Esta controla el factor crecimiento por lo que está a cargo del crecimiento
de conexiones. Mediante experimentos, se pudo demostrar que el ejercicio tiene
unos efectos en moléculas como el BDNF. Si no hacemos ejercicio, no llega la
proteína y se bloquea la actividad del BDNF por lo que se estaría bloqueando el
proceso de aprendizaje y de la memoria. Si lo formulamos de otra forma,
podríamos decir que, para poder aprender, nuestro cerebro tiene que cambiar.
Existen pequeños cambios a nivel sináptico en los circuitos implicados de lo que
estamos aprendiendo. Si nosotros tenemos un circuito estático, muy rígido, será
difícil cambiarlo. Como ya hemos dicho, el ejercicio lo que hace es generar ese
BDNF que está relacionado con la capacidad de crecimiento, no de la neurona,
pero sí de las conexiones. Además, para aprender, necesitamos una gran
capacidad plástica. El ejercicio genera esa capacidad plástica con el fin de
adaptarse a la situación, para que ese circuito de aprendizaje pueda modificarse y
adaptarse en función del entorno y generar un cambio que podremos recordar en
el futuro. Cada vez que hacemos ejercicio estamos masajeando nuestro cerebro
para que produzca nuevas conexiones entre neuronas y nuevas células. Todo
esto sucede en el hipocampo (implicado en el aprendizaje y la memoria).

En conclusión, podríamos decir que, si abandonamos nuestro cuerpo, nuestro


cerebro irá detrás, es decir, todo lo que dañe a nuestra salud física dañará a la
mental. Otra idea importante es que antes se creía que nuestras neuronas se iban
degenerando y ya no se podían recuperar a medida que envejecemos. Pero, como
hemos podido demostrar, si realizamos actividad física regularmente todos
podemos generar nuevas neuronas en determinadas regiones, incluso en edades
avanzadas. En resumen; hacer deporte es importante para mantener en forma
nuestro cerebro, además de nuestro cuerpo. Hay que realizarlo de forma
constante y varias veces por semana para que sea efectivo. También hay que
acostumbrarse a seguir una dieta saludable y equilibrada. Teniendo todo esto en
cuenta, podemos prevenir enfermedades y ayudar a que nuestro cerebro esté en
forma. Podríamos concluir diciendo que lo que es bueno para la salud física. es
indispensable para el cerebro. Es decir, recuperamos el dicho latino de mens sana
in corpore sano.

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