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Estudiantes:
Jhon Enrique González. 20141110007
Ivon Lorena Guzmán. 20141110008
Diana Carolina Sánchez. 20141110012
En los países del tercer mundo, al no existir una articulación entre la economía y la estructura
social, tendencia que se ha mantenido por más de cincuenta años, se dejan de lado algunos
elementos acuñados en la sociología económica, que deben ser considerados en los modelos de
desarrollo (redes sociales capital social, acción colectiva y aspectos demográficos) y que permitan
entender la desigualdad social y económica. Es así, como la necesidad emergente de evaluar el
fenómeno, requiere dejar de realizar esfuerzos por reducir dicha desigualdad y se debe reconocer
su permanencia y funcionalidad en el desarrollo de la economía global, puesto que los intereses
del gobierno responden a intereses del mercado y las corporaciones.
Bajo este desarrollo del subdesarrollo, y para explicar este fenómeno, surge la escuela de la
dependencia (André Gunder Frank, Paul Baran, Fernando Cardozo, Osvaldo Sunkel) cuya base es
la economía política marxista. Esta escuela dejo de lado las ideologías y los valores culturales,
considerando al sector corporativo como el responsable de la problemática del tercer mundo, es
decir fue capaz de predecir que la hegemonía de las corporaciones y que el flujo de capital
produciría un estancamiento y aumentaría la desigualdad social. Sin embargo dicha escuela no
predijo tres tendencias importantes, la falta de éxito del modelo de sustitución de importaciones
por medio de la intervención estatal, la industrialización nacional (desaparecen los aranceles
proteccionistas para competir con las empresas locales) y el éxito de países asiáticos, más
dependientes, mediante la reinserción al mercado. A partir de este cuerpo teórico, resultó difícil
explicar el caso de los tigres asiáticos (industrialización a partir de la apertura a mercados
internacionales y exportaciones industriales a bajo costo) y el caso brasilero (exportaciones
fuertes, inversión extranjera) y se hizo evidente que competencia y desarrollo no son del todo
opuestos, al menos en sentido económico (Peter Evans). Lo anterior hace necesario que se
replantee el análisis sociológico del desarrollo, puesto que si se exploran las ventajas de la
dependencia, los países pobres pueden superar sus dificultades.
Bajo este nuevo panorama surge la escuela del sistema mundial, la cual enunció los eventos del
último cuarto de siglo (Immanuel Wallerstein). Está nueva corriente considera que la única
unidad de análisis real es la economía mundial capitalista, puesto que la evolución de este
sistema global creo naciones, incluso las del tercer mundo y además, determinó su posición
relativa a nivel global. De acuerdo a esto, el desarrollo nacional no sirve como unidad de análisis,
puesto que lo único que se desarrolla es la economía mundial capitalista (flujos comerciales,
ventajas geopolíticas, poder militar y tecnológico), y así, los factores poblacionales no tienen
relevancia y el colapso de los estados comunistas europeos orientales se entiende como una
estrategia para ascender en el sistema mundial capitalista. La economía de la dependencia
planteaba un retiro gradual de la economía mundial, los países menos desarrollados buscan lugar
en los mercados internacional para no quedar marginados política y económicamente, lo cual es
congruente con la teoría de sistema mundial, pero su debilidad es considerar solo una unidad de
análisis.
.América latina intenta emular a los tigres asiáticos, pero la competencia extranjera lo impide, ya
que estos países se ven forzados a mantener en su territorio a estas grandes corporación para
garantizar un desarrollo relativo (la amenaza de traslados de las corporaciones mantienen
disciplinada la clase trabajadora) y por estas razones, se retoman líneas de pensamiento y teorías
como la neoclásica (neoliberalismo), en donde se propone el levantamiento unilateral de las
barreras económicas, abolición de subsidios al consumidor y el estímulo de inversión extranjera,
así la teoría neoclásica resulta ser el fundamento del desarrollo nacional. El ajuste neoliberal se
constituye en siete pasos: 1. Apertura unilateral al comercio extranjero, 2. Amplia privatización de
empresas estatales, 3. Remoción de regulación de mercados de bienes, servicios y trabajo, 4.
Liberación del mercado de capital, privatización de los fondos pensiónales, 5. Ajuste fiscal,
reducción del gasto público, 6. Reestructuración y reducción de programas sociales,
concentrándose en grupos más golpeados, 7. Fin de capitalismo estatal, restringiendo al estado a
la administración macroeconómica.
Así, el desarrollo es visto como éxito en la competencia mercantil, siendo el programa neoliberal
el enfoque del desarrollo nacional, en donde ni individuos ni instituciones reaccionaron
uniformemente a las políticas, sin materializarse la conducta económica. Se requería de la acción
económica pero también de redes sociales, incluyendo factores políticos, demográficos, redes
sociales (acciones individuales-colectivas).
El contexto sociohistórico es importante para aplicar las políticas resumiéndose con las siguientes
hipótesis:
En los años 70, el modelo de sustitución de importaciones o de desarrollo fue orientado hacia la
protección de la industria doméstica y el involucramiento del Estado en todos los sectores
económicos por medio de empresas de propiedad pública. El orden urbano se dio bajo tres
estructuras jerárquicas: sector gobierno/partido, empresarial privado y el sector laboral., donde
se presenta intercambio y conexiones personales.
2. Mientras mayor sea el poder del Estado con relación a la sociedad civil y más débiles los lazos
de reciprocidad e influencia política que unen a funcionarios estatales con actores económicos
privados, más coherente será la aplicación de las nuevas políticas de ajuste y mayores las
oportunidades de éxito del modelo de desarrollo neoliberal o cualquier otro modelo.
3. Mientras más fuerte sea la estructura de la sociedad civil y mayores los recursos
organizacionales de sus diferentes sectores frente al Estado, mayor será la dificultad para poner
en práctica políticas de ajuste económico y menores las posibilidades de éxito del modelo
neoliberal o cualquier otro modelo.
La doctrina económica ortodoxa del desarrollo de Arthur Lewis, plantea la forma de compensar la
pobreza y la desigualdad por medio del mercado y no del Estado. Este modelo permite observar
que la mano de obra circula de un sector estático hacia uno dinámico que debe estar regulado
por tarifas salariales y protecciones laborales; de no ser así, las reservas laborales se acabarían y
los salarios aumentarían. Este fenómeno puede ser confirmado por el modelo de Kuznets que
afirma que la desigualdad aumenta cuando el desarrollo apenas inicia y se reduce en sus últimas
etapas.
4. Sin embargo, existen otros factores como lo son las fuerzas sociales y políticas que afectan la
desigualdad de ingresos. Para el caso de Latinoamérica se puede observar que el modelo de
neoliberalismo no tuvo los efectos esperados ya que en Chile por ejemplo, aunque aumentó el
salario, la desigualdad no se redujo; sumado a esto también se visualizó un aumento en la
explotación en los lugres de trabajo, que trajo como consecuencias inseguridad social y una
sujeción de los trabajadores a una autoridad arbitraria; esto obliga a que haya un flujo inverso de
trabajadores del sector moderno al sector tradicional o informal, puesto que este último es
favorable al empleo duro y mal remunerado del sector moderno.
El sector informal es entendido como una forma de refugio para aquello trabajadores que no
encuentran una oportunidad laboral en el sector formal. Desde la sociología económica, la
transferencia laboral obedece al siguiente enunciado, “en situaciones de oferta laboral excesiva,
el Estado reduce el precio de la mano de obra y los trabajadores compensan esta baja
remuneración movilizando su capital social a través de redes ubicadas en la economía informal.
Para el siglo XIX, los economistas británicos propusieron que los productos y el capital circularan
libremente entre las fronteras, pero la mano de obra se debía mantener estática ya que el
mercantilismo había provocado migraciones laborales masivas; por ello, la teoría ortodoxa se basa
en plantear que el trabajo en su mayoría es inmóvil y se deben reducir los incentivos, las
migraciones se orientan hacia el capital en busca de empleo y las migraciones son realizadas por
trabajadores con pocas oportunidades laborales, como es el caso para América Latina y otros
países del tercer mundo. Sin embargo, hay excepciones a estas condiciones, ya que se presentan
emigraciones de profesionales, y destinos no en busca del capital sino de núcleos familiares.
Aunque en muchos casos la teoría neoliberal y la teoría ortodoxa hayan logrado reducir las
migraciones, la sociología económica puede tener una explicación alternativa. Esta disciplina
plantea, que la causa de las emigraciones no son producto propiamente de la búsqueda de
fortuna y mejores oportunidades, sino se movilizan para adaptarse a las condiciones y
limitaciones que trae consigo el neoliberalismo (poco atractivos de las ofertas laborales), con lo
que no se desplazan de forma individual sino que son redes de parentesco, que migran a destinos
donde tienen recursos familiares y que muchas veces no encuentran trabajo formal, por lo que se
ven obligados a la formación de pequeñas empresas con conexiones en sus lugares de origen.
Antes esto, muchos grupos sociales optaron por la transnacionalización como un fenómeno con
dimensiones política, social y cultural de los inmigrantes y que influencia sus comunidades de
origen en muchos casos, ejemplos son citados por Smith en su descripción del pueblo de Ticuani
en México, Kyle en su estudio sobre la comunidad indígena de Otavalo, entre otros. Por ello, no se
trata solo de una teoría ortodoxa de atracción y repulsión sino que es un proceso aún más
complejo que se encuentra permeado por contextos sociales y culturales de las comunidades
migrantes que son beneficiadas en algún modo por las corporaciones multinacionales y la
globalización al permitirles espacios de generar oportunidades para mejorar su calidad de vida.
5. Esto es un ejemplo claro que las desigualdades sociales no se pueden subsanar por medio de la
“filtración hacia abajo” que se puede resumir diciendo que la búsqueda de mano de obra barata
no es un proceso de absorción laboral, mientras más difíciles sean las condiciones laborales más
alternativas nacen de los menos favorecidos; además, la globalización económica genera la
apertura de caminos para que se creen empresas transnacionales.
Se puede concluir, que el modelo de sociología del desarrollo y las teorías que de ella se desglosan
están orientados hacia el mercado generando expectativas sobre el comportamiento de los
actores económicos pero dejando a un lado las falencias que presentan con lo que se genera un
tipo de escolasticismo en donde las realidades son ajustadas al modelo y no viceversa; esto
mismo ocurre con el neoliberalismo en el que los efectos inesperados no son tenidos en cuenta y
se generan respuestas inesperadas de los grupos afectados. Todas estas situaciones son
estudiadas dentro de la sociología del desarrollo para producir descripciones pertinentes de las
limitantes, reacciones y condiciones para la aplicación de un modelo económico, que resultan ser
útiles para que la sociología del desarrollo permita la práctica y cumplimiento de las metas y
proyecciones y que no queden solo en el papel como una utopía para lograr la equidad social y un
crecimiento sostenido.