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La conducta prosocial

Agustín MOÑIVAS*

Resumen Abstract
La conducta prosocial —cualquier compor- Prosocial behavior —behavior that benefits
tarniento que beneficia a otros o que tiene conse- others nr has positive social consequences—
cuencias sociales positivas— toma muchas for- taÑes many forms, including helping behaviors
mas, incluyendo las conductas de ayuda, coope- and cooperation ané solidarity. The terms
ración y solidaridad Con el término altruismo nos altruism is reserved for voluntary, costlyprosocial
referimos a las acciones prosociales costosas. acis whose primary motivation ‘5 to benetic
llevadas a cabo voluntariamente, y cuya motiva- another person. Different perspecfives
ción primaria es beneficiar a los otros. Las distin- emphasizes theories. situational factores and
tas perspectivas se orientan según la teoría, los tasks to do. In ibis articule se emphasizes the
factores situacionales o el tipo de tarea, según cognitives and connative processes, also
los factores situacionales o según el tipo de tare- intelligence and personal characterisiic.
as a realizan Este artículo se enfoca desde una Knowledge of prosocial behavior can be used to
perspectiva cognitiva: procesos cognttivos, afecti- build a more prosocial society. Por example,
vos y motivacionales así como inteligencia y pre- althougl, chilóren normaly become more
sonalidad. FI conocimiento de dicho t4,o de con- prosocially oriented with age, they can be
ducta puede servir para construir una sociedad encouraged further ihrough judicinus use of
más prosocial; por ejemplo, aunque los niños rewards, exposure to prosocial models, and every
suelen ser más prosociales en la medida que opporluníties to behave prosocially. Similan>,, se
pueden adoptar diferentes perspectivas, los edu- can apply social-psychological research lo
cadores pueden servir de las recompensas, de encourage adults to behave more prosocially it
exponerlos a modelos de aprendizaje prosociales se understand their motivations, tactors thai
y cooperativos. De manera similar, podemos apli- inhibit helping may enable people to overcome
car los logros de la investigación a los adultos. these barriers and acts in more prosocial ways.

estudiar conductas positivas; éstas,

E
n todas las épocas hacer cosas
por los demás ha sido conside- recientemente, han recibido el nombre
rado un valor social básico, de prosociales. Su estudio, investiga-
siendo por definición prosocial. Sin ción, evaluación, enseñanza e inter-
embargo, las ciencias sociales, en su vención asistencial suele tener dos fi-
corta historia, dieron más importancia nalidades: potenciar desde la infancia
al estudio de conductas negativas o las conductas de solidaridad, toleran-
antisociales; fue a partir de la década cia, cooperación y ayuda —a través
de los setenta cuando comenzaron a del desarrollo de representaciones,

Profesor Titular de Psicología Básica, E.u.T.s.. (u.C.M.>

Cuadernos de Trabajo Social n~ 9(1996) Págs. 125 a 142 125


Ed. Universidad Complutense. Madrid 1996
Agustín MOÑIVAS

modelos y habilidades prosociales—, desapercibidas, ya que entran dentro


y prevenir las conductas antisociales de nuestros roles (padre, profesor,
como la agresión, la violencia, la delin- profesión social, terapeuta, cargo di-
cuencia, la indiferencia ante los pro- rectivo o voluntario, entre otros mu-
blemas de los otros, el sexismo, la xe- chos. Ante ello, y para contestar al di-
nofobia, la falta de conciencia ecológi- lema egoísmo/altruismo, nos servir-
ca, etc. mos de dos casos ocurridos reciente-
Si partimos de la premisa de que mente en Madrid y que ejemplifican el
las conductas prosociales y las con- tipo de ayuda que se presta a un des-
ductas egoístas pueden ser inheren- conocido en una situación de emer-
tes a toda actividad, podemos hacer- gencia.
nos las siguientes preguntas: ¿Qué
hace que nos comportemos de un
modo u otro? ¿Son pautas de compor-
Los hechas
tamiento hereditarias o aprendidas? El pasado 30 de abril, Milud Je-
¿Hay diferencias entre los animales y dan, un joven argelino, al tratar de
los seres humanos ¿Entre sociedades prestar ayuda a una joven estudiante
individualistas y colectivistas? Una de 16 años, que estaba siendo agredi-
opinión muy extendida es que el ego- da por un grupo de individuos, cayó a
ísmo está a la base de cualquier tipo los railes del Metro, empujado por uno
de interacción, que nuestra meta es de los agresores, perdiendo una pier-
maximizar las recompensas y minimi- na y un ojo.
zar los costes; es lo que los economis- Qué diferente dicho tipo de con-
tas llaman el análisis de costes-benefi- ducta de la que delata Rafael Ballarín
cios, los filósofos utilitarismo y los —granjero y albañil oscense de 23
psicólogos intercambio social. Sin em- años—, acusado de la muerte de Al-
bargo, teorías provinientes de distintas berto Guindo: “Nadie hizo nada para
ciencias ponen de manifiesto la in- evitarlo, aunque muchos presenciaron
fluencia de otros factores en las con- la pelea”. Hacia las cinco de la madru-
ductas prosociales de ayuda y coope- gada del pasado 1 de diciembre, se-
ración. ¿Es posible, pues, la conducta gún el relato de Rafael a unos amigos,
prosocial altruista? ¿Puede una perso- antes de ser detenido en Graus
na ir más allá de los límites del benefi- (Huesca) el pasado 4 de diciembre,
cio propio y prestar ayuda molivada Rafael y Valle —una compañera cono-
por el bienestar de los demás? cida años atrás— salían de una disco-
En nuestro quehacer cotidiano teca de la calle Barquillo. Ya en el ex-
solemos participar en múltiples redes terior, todo sucedió de improviso. Un
de asistencia (familia, comunidad, tra- grupo de jóvenes se acercó a la pare-
bajo, amigos, pertenencia a distintas ja y, tras un cruce de insultos, al pare-
organizaciones....), pero tanto la ayu- cer motivados por la aparicencia y
da que damos como la que recibimos vestimenta trasnochada de Rafael —

tienden a pasar, con harta frecuencia, rockero paleto y rural—, éste se vio en

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La conducta prosocial

el suelo, recibiendo varios golpes nitiva del procesamiento de la informa-


mientras contemplaba cómo su com- ción, dada la importancia que las re-
pañera también era agredida. No re- presentaciones mentales tienen en la
cuerda cómo, pero ambos lograron determinación de la conducta; aborda-
zafarse del grupo que los acosaba. remos las implicaciones de los dos
Sólo unas horas más tarde conocería grandes sistemas personales: el cog-
el dramático alcance de la pelea —en nitivo y el afectivo-motivacional; para ir
la que empleo una navaja—y, abatido de un sistema a otro nos serviremos
ante sus amigos, aseguraría que todo de dos constructos complejos: la inteli-
podía haber sucedido de otra manera gencia —yendo de la inteligencia co-
no menos trágica. NADIE INTERVI- mo CI a la inteligencia emocional—, y
NO. “Mi amiga y yo —explicó a quie- la personalidad. Integraremos todo lo
nes escuchaban horrorizados lo ocu- dicho en el Modelo Multifactorial Sisté-
rrido— estaríamos ahora muertos en mico (Royce y PowelI, 1983), ya que
mitad de la calle, sin que nadie hubie- junto a los sistemas cognitivo, afecti-
ra hecho nada par evitarlo, como na- vo, sensorial y motor, también consi-
die hizo nada para que esto no hubie- dera a los valores y al estilo personal
ra ocurrido nunca, a pesar de la multi- como sistemas, dando lugar, en sus
tud que estaba presenciando la agre- interacciones, al supra-sistema o nivel
sión que sufríamos mi compañera y de personaliad integradora (véase
yo, en pleno centro de Madrid (1 Gi- Fig. 1>. Asimismo, tendremos en
ner, El Mundo, 8diciembre1996). cuenta el sistema ambiental, ya que
El sentido común nos dice que, una conducta específica no tiene valor
en el primer caso, un hombre es más en si misma si no está contextualiza-
proclive a prestar ayuda a una mujer o da. Terminaremos con la perspectiva
a un niño en una situación de emer- del desarrollo evolutivo del individuo y
gencia y que los testigos presenciales, los aspectos sociales y culturales, así
en el segundo caso, se comportaron como con los programas que promue-
de manera indiferente y apática. Pero, ven dicho comportamiento y previenen
las conducta antisociales.
distintas investigaciones, como ten-
dremos ocasión de ver más adelante,
ponen de manifiesto la influencia de La terminología
factores personales, como la repre-
sentación del otro, y factores situacio- Según la episteme de los tiem-
nales, como el número de observado- pos, la conducta prosocial, una de las
res —que dan lugar a la difusión de la formas del comportamiento moral, se
responsabilidad—, en la interpretación ha asociado, en las distintas investiga-
de los hechos. ciones, con las conductas de consue-
En concreto, en este artículo, tras lo, dar, ayuda, altruismo, confianza,
precisar el concepto y las distintas te- compartir, asistencia, cooperac¡on
orías de la conducta prosocial, ésta la siendo la última en venir a escena la
analizaremos desde la psicología cog- conducta de solidaridad. Esta profu-

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Agustín MOÑIVAS

Nivel personalidad integradora supra-sislerna)

Visión del mundo


Sentido pe<aonal

Imagen de si Estilos de vida 1


____ ____

Sistema estilos
-

4 7.. . si
Sistema valoree
__

1—•

¡ Empirico Racional Metafórico Istrineeco


. .
Si mismo Social

-- Sistema cognitie u - Sistema afectivo

Percepc¡on Oonceptualización Simbolización EslaLa¡lidact Irdoren ciencia lntrovnrsid,,


emocional emocrortal Estraversión
- ~
tct>

Sistema sensor Siatotra ercítor


la legración
-Serisomotoro
Entrada Espacíalídad Temporalidad Especialidad Temporalidad Latida

Fig. 1. Sistemas básicos e interacciones de personalidad integradora


(Royce & Powell, 1983, p. 13).

sión de comportamientos que compo- raigordobil, 1995, p. 116). Pero de to-


nen la conducta prosocial hace difícil dos los conceptos anteriormente refe-
un acuerdo sobre su definición. ridos, la conducta prosocial se ha
La conducta de ayuda puede ser identificado más con la de altruismo,
definida como “una conducta positiva el tipo de comportamiento moral más
que se realiza para beneficiar a otro” y elevado. La noción de altruismo está
la conducta de cooperación como “un relacionada con la noción de justicia,
intercambio social que ocurre cuando de lo que es justo (por ej., un individuo
dos o más personas coordinan sus ac- que contribuye a un proyecto más de
ciones para obtener un beneficio co- lo que los demás consideran justo
mún, es decir, un intercambio en el puede ser considerado altruista). Ver
que los individuos se dan ayuda entre tabla 1, para diferentes ejemplos de
sí para contribuir a un fin común” (Ca- conductas prosocial.

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La conducta prosocial

Tabla 1. Ejemplas de canducta prosocial

Ser miembro activo de movimientos sociales.


Trabajar como voluntario en ONOs.
Respondera campañas de ayuda.
Ser solidario con la defensa de una causa.
Tener una motivación por el trabajo más allá del dinero y el poder.
Crear puestos de trabajo.
Pagar los impuestos.
Cuidar de familiares y amigos.
Vivir con un anciano a cambio de alojamiento.
Donar sangre.
Cuidar del medio ambiente a través de movimientos ecologistas.
Prestar ayuda en situaciones de emergencia.
Comprender las razones del otro.
Realizar las tareas domésticas en una familia o comunidad.

Mas cómo distinguir entre altruis- tre otros muchos). Gónzalez Portal
mo y conducta prosocial. La falta de <1995) integra ambas perspectivas al
acuerdo proviene de si hay que tener entender por conducta prosocial ‘toda
en cuenta a la motivación en la defini- conducta social positiva con/sin moti-
ción del concepto; el hecho de que la vación altruista” (p. 36). Según Heider,
mayoría de los motivos no sean direc- 1958, y Leeds, 1963, para que un acto
tamente observables, hace difícil eva- sea considerado altruista debe de
luar un comportamiento de altruista; cumplir tres condiciones: “a) que la
es más, ni siquiera el propio actor conducta sea emitida voluntariamente,
suele ser consciente, en un momento b) que el receptor se beneficie de al-
dado, de todos los factores que influ- guna forma con la acción del benefac-
yen en su comportamiento, dando co- tor y, c) que el que emite el acto incu-
mo mucho una explicación/atribución rra en algún coste para beneficiar al
más o menos plausible de dicha con- otro. Esta última condición es la que
ducta. diferencia el altruismo de la conducta
No obsante, las distintas defini- prosocial; es decir, una conducta vo-
ciones se suelen sintetizar en dos luntaria que suponga un beneficio pa-
grandes grupos: a) las que no distin- ra otro será prosocial, pero sólo será
guen entre conducta prosocial y con- altruista si, además, implica algún cos-
ducta altruista y, b) las que, teniendo te para el autor” (cf. Gaviria, 1996, p.
en consideración a la motivación, dis- 478). Toda conducta altruista, pues,
tinguen entre conducta prosocial y es prosocial, aunque no toda conducta
conducta altruista (Chacón, 1986, en- prosocial es altruista (véase tabla 2).

Cuadernos cJe Trabajo Social 129

~1~
Agustín MOÑIVAS

Tabla 2. Conductas prosociales altruistas y prosaciales no altruistas.

Prosociales altruistas Prosociales no altruistas


Hacer algo por alguien sin esperar nada Hacer algo por alguien sabiendo que
a cambio (la acción desinteresada). obtendremos algún beneficio.

Ocultar nuestra identidad cuando lleva- Revelar nuestra identidad cuando lleva-
mos a cabo algún tipo de ayuda (dar di- mos a cabo algún tipo de ayuda
nero, objetos para una subasta...).

Arriesgar la vida, espontáneamente, por Llevar a cabo acciones peligrosas cal-


un grupo o persona culando los beneficios.

Donar órganos en vida. Donar órganos después de muerto.

Adoptar a un niño teniendo hijos biológicos. Apadrinar a un niño del tercer mundo.

La determinación de las sociedades humanas complejas es


conductas prosociales. una evidencia de al menos algún gra-
do de cooperación; la conducta co-
Para otros investigadores, en operativa humana es única en el mun-
cambio, si la conducta altruista sólo do orgánico porque se produce en so-
supusiera costes para el que la exhibe ciedades compuestas por grandes
sin ningún beneficio, es más que du- cantidades de individuos no emparen-
doso que hubiera sido seleccionada tados entre sí. En el mundo animal,
en el proceso evolutivo (véase Salvin cuando hay cooperación, los indivi-
y Kriegman, 1992, para un resumen duos están estrechamente emparenta-
de las teorías evolucionistas que ha- dos entre si. El parentesco y la reci-
cen hincanié en el valnr adantativo del procidad son dos fuentes de interac-
altruismo>. Según el modelo evolucio- ción social no aleatoria en el mundo
nista de Trivers, 1971, el altruismo ha- animal; un favor se paga con otro fa-
cia individuos no emparentados ha si- vor, según el primatólogo de Waal
do seleccionado mediante el mecanis- (1993).
mo de la reciprocidad (cf. Hinde y Gro- No obstante, para Brown (1986)
ebel, 1995>. el altruismo humano va más allá de
Partiendo de conductas prosocia- los confines del darwinismo porque la
les en los animales, la sociobiología evolución humana no sólo es de natu-
trata de explicar la determinación ge- raleza biológica sino también cultural
nética de la conducta prosocial en la y, de hecho, en tiempos recientes es
diferentes culturas humanas. Mas, pa- principalmente cultural. Para Wilson
ra algunos autores, la existencia de (1978, p. 167> la tendencia genética

t30..~. -- -- - Cuadernos de Trabajo Social


La conducta prosocial

—y los modelos de socialización ex- económico. El capital social es crucial


perimentados en el medio familiar y para la prosperidad y para lo que se
social por el niño, diríamos nosotros— ha acabado llamando competitividad.
a ayudar a nuestros parientes y a ex- Desde una perspectiva filosófica
traños que se nos parecen es una (Heal, 1995; cf. Hinde y Groebel,
ventaja ambigua, ya que “el altruismo 1995) mantiene que aunque experi-
basado en la selección de los parien- mentalmente sea difícil mantener la
(es es el enemigo de la civilización, si existencia de un altruismo puro, el he-
los seres humanos se ven, en gran cho de que podamos mantenerlo co-
parte, inclinados a favorecer a sus mo una utopía es importante en sí
propios parientes y a su tribu, sólo es mismo, ya que ofrece un objetivo al
posible una armonía global limitada”. educador y al legislador. Desde esta
La capacidad de formar el tipo de gru- consideración el altruismo puede com-
pos que pueden ser de ayuda, depen- prenderse mejor en relación al contex-
de según Fukuyama <1995) de la con- to social y a la percepción que tiene el
fianza. Si una sociedad tiene una cul- actor de ese contexto, que como un
tura de confianza y, sobre todo, si sus fenómeno aislado interno al actor.
miembros tienen la capacidad de con- En consonancia con lo dicho has-
fiar en gente que no sea de su familia, fa ahora, y más allá que la investiga-
genera ‘capital social’, tan útil como el ción básica tiende a formular modelos
capital financiero para su bienestar nomotéticos, el modelo de Royce y

Nivel de personalidad Optirniza el Optimiza el Optimiza el Optimiza el


integrada: significado personal significado personal significado personal significado personal

y y y
Nivel de valores de Optimiza las cuali- Optin,iza el henefi- Optimiza tas cuali- Optimize las coati-
orientación: dades únicas del Yo cm de los demás dades únicas del Yo dades únicas del Yo

y y y y
Nivel afectivo: Optimiza la inde- Minimiza la inhibi- Minimiza la inhibi- Optimiza la inhibi-
pendencia emocional ción social ción social ción social

(A) Estilo de vida (5> Estilo de vida (O) Estilo de vida (O> Estilo de vida
individualista altruista extrovertido introvertido

Fig. 2. Estilos de vida: estructuras de decisión multinivel como posible base pa-
ra clasificarlas jerarquías existenciales (Royce & Powell, 1983, p. 203).

Cuadernos de Trabajo Social 131

——- r — —-—-~-
Agustín MOÑI VAS

Powell, antes referido, tiene en cuenta dizaje, la emoción (empatía), la con-


los aspectos idiográficos, dando lugar sistencia entre actitudes y conducta y
a un sistema de estilos, en el que que- la reactancia (estado motivacional pa-
da reflejado el estilo de vida que da lu- ra recuperar la libertad perdida). La
gar a la conducta prosocial altruista orientación según la situación incluye:
(véase Fig. 2). el número de personas presentes, la
falta de ambigúedad de las situacio-
nos, la capacidad de ayudar eficaz-
Las teorías. mente, el grado de incomodidad y la
Si profusa es la terminología de relación entre el agente y el necesita-
do. Y la orientación según el tipo de
las conductas prosociales, más lo son
tarea incluye: la dimensión de los cos-
aún las teorías. Lo único que tienen
tes, las clasificaciones intuitivas y las
en común las distintas definiciones es
la idea de conducta social positiva. A clasificaciones de base empíricas.
partir de aquí, las distintas posiciones
hacen hincapié en: a) factores biológi- La psicología básica:
cos y etológicos, b) factores situacio- procesos cognitívos,
nales, o> procesos cognitivos, d) pro-
motivación y emocion.
cosos afectivos y motivacionales,
e) constructos complejos (inteligencia La psicologia cognitiva actual, en
y personalidad), f) factores sociales y, cuanto psicología básica, estudia có-
g> factores culturales. Esta profusión mo las personas mediante el procesa-
de enfoques hace que dicho tipo de miento de la información se represen-
conducta pueda ser abordada desde tan el mundo y cómo dichas represen-
una perspectiva sistémica. Cuatro en- taciones determinan la conducta. No
foques clásicos de lo que es actuar haremos distinción entre representa-
prosocialmente son: el psicoanálisis, ción cognitiva y representación social,
el cognitivo-evolutivo, el aprendizaje y ya que son las dos caras de una mis-
la sociobiología. ma moneda (Mayor y Moñivas, 1992).
vias attpiiamertte, Súhneider, Constructos cognitivos implicados en
1988, distingue tres tipos de orienta- la secuencia cogníctón-accíón, de cara
ciones para explicar que mueve al ser al tema que nos ocupa son las metas,
humano a actuar prosocialmente o las expectativas, los valores y las atri-
ayudar, según acentuemos la funda- buciones. La representanc¡ón cogniti-
mentación teórica, la situación de los va, pues. de una meta, una expectati-
sujetos implicados o el tipo de tarea a va y una atribución influirá en los esta-
realizar (cf. Gordillo, 1996, p. 18). Es- dos motivacionales y, en consecuen-
tos tres enfoques incluyen teorías pro- cia, en la acción.
venientes de distintas ciencias. La La importancia de la cognición en
orientación teórica incluye: las normas las conductas prosociales se pone de
sociales (lo societal), los costes-bene- manifiesto porque éstas implican: a)
ficios, la toma de decisiones, el apren- un cierto grado de comprensión de las

132 Cuadernos de Trabajo Social


La conducta prosocial

necesidades ajenas —ponerse en la de ánimo del sujeto, la presión del


posición del otro—, b> la intervención tiempo, las experiencias anteriores...
del razonamiento moral para decidir el (véase figura 3).
curso correcto de la acción y c) la po- Desde la psicología, pues, la con-
sibilidad de responder vicariamente a ducta prosocial es un constructo com-
las emociones de los demás. Normal- ponencial, ya que hay varios sistemas
mente, también son el resultado de y capacidades individuales implicados,
procesos de toma de decisiones en tanto cognitivos como afectivos, nf u-
los que se sopesan diferentes moti- yéndose mutuamente, así como con
vos, valores, principios, necesidades, variables como la experiencia, expec-
deseos personales y estados persona- tativas, recompensas, factores dispo-
les. Las personas responden a una si- sicionales y factores situacionales (vé-
tuación de manera subjetiva, en fun- ase tabla 3); nuestro estado de ánimo,
ción de cómo la perciben, y no de có- por ejemplo, influye en varios proce-
mo la situación es en sí; diferentes sos cognitivos (atención, percepción,
personas, pues, percibirán una misma memoria, juicio, pensamiento y resolu-
situación objetiva de maneras diferen- ción de problemas ) que a su vez influ-
tes al procesar diferentes aspectos de yen en las conductas prosociales o
la misma; es más, para un mismo su- antisociales, ya que la cognición es un
jeto la misma situación es interpretada proceso activo y constructivo y los mo-
de modo distintos en diferentes mo- tivos del individuo desempeñan un pa-
mentos. Cualquier situación es inter- pel importante en el procesamiento y
pretada en función de los esquemas y recuperación de la información. Las fi-
guiones del sujeto; el que se activen guras 1 y 2 antes referidas dan buena
unos u otros depende de los estados cuenta de ello.

Pa c b’t~Ú~4~L 5 ~ ¿Aaun\k 5
responsa- — tntervtene a
eme 9e~fI bilidad/r

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Fig. 3. El proceso de la toma de decisiones en la intervención del espectador.


(A partir de Latané y Darley, 1970>.

Cuadernos de Trabajo Social 133


Agustín MOÑIVAS

Respecto a la motivación, cabe personas suelen mostrarse más pro-


señalar que no siempre somos cons- sociales, es decir, más sociables, co-
cientes de nuestras conductas proso- operativas, y ayudar más a los demás.
ciales o antisociales. Desde el sentido Cuando las personas están influencia-
común es frecuente escuchar lo hice das de esta manera, tienden a hacer
porque sí. Pero en diferentes investi- más donaciones, muestran mayor de-
gaciortes se ha puesto de manifiesto seo de iniciar conversaciones, expre-
que las personas que reciben o en- san más agrado ante los demás y son
cuentran un dinero sin esperarlo ayu- más benevolentes consigo mismas.
dan más fácilmente a un extraño en Simpatía y empatia sirven como
apuros que las que no lo han recibido. base motivacional para la conducta
Se sonríe más en un día de sol que prosocial. La simpatía se refiere a
nublado, al tiempo que hay más actos sentimientos de pena o preocupación
agresivos en días de calor. Las emo- por la situación de otra persona. La
ciones, por su parte, puede actuar co- empatía emocional, en cambio, se re-
mo motivos para la acción (p. ej., la fiere a una reacción emocional vicaria
rabia por no haber conseguido una ante el estado o situación emocional
boca u oposición —emoción— puede de otra persona que es congruente
ser el motivo desencadenante de no con ese estado o situación emocional
prestar ayuda a un compañero que la (una persona alegre siente más empa-
solicita>. Las emociones facilitan la tía por una alegre que por otra triste).
adaptación del individuo tanto a su en-
turno físico como social. La perspecti- La inteligencia.
va psicoevolutiva de la emoción nos La inteligencia ha sido, quizás, el
dice que las emociones son organiza- constructo más investigado en la Psi-
doras positivas, funcionales propositi- cología como ciencia y, sobre todo, el
vas y adaptativas de la conducta. Una área de la Psicología que ha produci-
de las cuatro funciones que lzard do una mayor tecnología. Sin embar-
(1989) atribuye a las emociones es la go, se ha comprobado que los sujetos
de promover la conducta prosocial. que.resportdervbi~ra ~ntn kc rtcScirnc
Dos constructos emocionales son el pruebas psicométricas no son los que
afecto positivo y la empatía. tienen una mejor adaptación social.
El concepto de afecto positivo ha Se ha observado que la inteligencia
permitido organizar gran cantidad de tiene una relación directa con la capa-
investigaciones que demuestran que cidad de las personas de comprender
la emoción positiva aumenta nuestras y responder en las relaciones interper-
tendencias prosociales. Para sen sonales de manera apropiada. En este
(1987) bajo la influencia de aconteci- sentido, Gardner (1995), autor de la
mientos vitales que aumentan en el teoría de las inteligencias múltiples,
afecto positivo (música agradable, define la inteligencia interpersonal co-
pensar en cosas positiva, tener éxito mo “la capacidad para entender a las
en una tarea, recibir un regalo>, las otras personas: lo que les motiva, có-

134 Cuadernosde Trabajo Social


La conducta prosocial

mo trabajan, cómo trabajar con ellos lligence’, no es sólo una puntuación


de forma de cooperativa” (p. 26>. sino un conjunto de aptitudes y actitu-
La pruebas de Cl predicen el ren- des que posee el individuo para adap-
dimiento escolar, pero no son capaces tarse al medio; la inteligencia emocio-
de predecir con fiabilidad el éxito ni el nal comprende una serie de capacida-
rendimiento laboral. Además la inteli- des, no reflejadas en el Cl, como “la
gencia académica no favorece una capacidad de motivarnos a nosotros
preparación objetiva para los aconteci- mismos, perseverar en el empeño a
mientos vitales. La inteligencia, en pesar de las frustraciones, de contro-
cuanto coeficiente intelectual, no pare- lar los impulsos, de diferir las recom-
ce influir directamente en la conducta pensas, de regular nuestros estados
prosocial, ya que las correlaciones ob- de ánimo, de evitar que la angustia in-
tenidas son bajas. Más bien parece in- terfiera con nuestra capacidad para
cidir inderectamente por medio de la razonar y de empatizar y confiar” (p.
adopción de perspectivas y del razo- 34). Las personas empáticas, por su
namiento moral. Sólo cuando el tipo capacidad para reconocer las emocio-
de tareas para evaluar la conducta nes ajenas, suelen reaccionar a seña-
prosocial implica aptitudes académi- les sociales sutiles, indicativas de qué
cas, la correlación parece ser mayor. necesitan o quieren los demás; este ti-
Sin embargo la metacognición de po de inteligencia hace a las personas
los problemas sociales o necesidades, más aptas para el desempeño de pro-
es decir la conciencia cognitiva, puede fesiones sociales cuyo éxito se juega
llevar a una respuesta emocional o en el cara a cara o en las relaciones
empática, que puede actuar como ba- interpersonales (docencia, sanidad,
se motivacional para acciones proso- trabajo social, terapia, coordinación y
ciales. En lo dicho están implicadas dirección de grupos, etc.>.
dos cosas de suma importancia: que
la inteligencia emocional, no la intelec- La interpretación de los
tual, y las emociones pueden actuar
como motivos que desencadenen la
hechos
conducta prosocial. Diferentes investi- Tras este desarrollo teórico, para
gaciones muestran que emoción y ver los distintos sistemas y variables
cognición pueden ser causa o efecto, implicados en la conducta prosocial,
una respecto de la otra (Hoffman, podemos volver a los casos de los jó-
1984). venes argelino y oscense, a partir de
La inteligencia emocional es un la Tabla 3. En el caso de Milud parece
constructo que a pesar de haber sido claro que percibió una emergencia y
apuntado en algunos trabajos, como respondió a la misma de una manera
los de Gardner (1993>, entre otros mu- empática y emocional, no permitiéndo-
chos autores, no ha sido desarrollado le prever los posibles riesgos de su
de manera específica. Para Goleman acción, ya que la víctima necesitaba y
(1995), autor del libro “Emotional Inte- merecía ayuda (chica menor que él y

Cuadernos de Trabajo Social 135


Agustín MOÑIVAS

Tabla 3. Factores que influyen en la conducta prasocial.

El reconocimiento de que existe una emergencia.


El número de personas presentes <efecto del espectador): difusión de la responsabilidad
Quién es la victima <la víctima parece necesitar y merecer ayuda)
Los peligros potenciales que encierra la acción
Los modelos y normas sociales (lo societal>
Nuestra experiencia previa (haber recibido ayuda en situaciones similares)
Acabar de observar que otra persona ayuda.
Tener o no tener prisa,
La victima parece necesitar y merecer ayuda.
La víctima en cierto modo se nos parece.
Estar en una gran urbe o en una pequeña ciudado medio rural,
Sentirse culpable,
Los estados de ánirrao (pensamiento positivo>

de una cultura valorada por él, en la portamiento y si hay motivación al-


que, voluntariamente, venía a integrar- truista sin ningún beneficio.
se); al mismo tiempo, tenía todo el Por lo que repecta a lo que de-
tiempo del mundo por su condición de nuncia Rafael Ballarín —“NADIE IN-
inmigrante ilegal. Paradójicamente, TERVINO: Nadie hizo nada para evi-
otro motivo, o quizá el principal de su fario, aunque muchos presenciaron la
conducta prosocial altruista, era sentir- pelea— pone de manifiesto el “efecto
se cupable, ya que hace pocos días del espectador’ <Latané y Darley,
había tenido conductas antisociales 1970), tras los experimentos a que dió
para sobrevivir; conductas por las que lugar el asesinato de Kitty Genovés en
se le instruye una causa y en la que New York, en 1964. Treinta y ocho
su heroísmo se tendrá en cuenta <Paz persenas-se-vieíon-inmersas-en una
Alvárez, El País, 14septiembre 1996). investigación, policial y periodística,
Esta última variable, la culpa, nos per- para dilucidar por qué algunas perso-
mite interpretar de otra posible mane- nas emprenden una acción para ayu-
ra el comportamiento altruista por ex- dar a un extraño, mientras otras no
celencia: el del buen samaritano. No hacen nada. Las 38 personas, ciu-
sabemos sus experiencias previas dadanos neoyorquinos bien acomoda-
si antes había sido objeto de, o había dos, encendieron varias veces las lu-
observado, la misma conducta <mode- ces de sus apartamentos entre las
lado prosocial) o si resarcía alguna ti- 3.20 y las 3.50 de la madrugada ante
po de culpa. En cualquier caso es un los gritos que provenían de la calle; a
modelo a imitar. Pero lo que nos plan- esa hora Kitty, al regresar de su traba-
tea son los motivos de cualquier com- jo, era apuñalada; en ese intervalo de

136 Cuadernos de Trabajo Social


La conducta prosocial

tiempo el agresor la atacó tres veces, experimentos se ha obtenido eviden-


pero ninguno de los vecinos acudió en cia que cuando un individuo está solo
su ayuda; la policía recibió la primera o cuanto más reducido es un grupo,
llamada hacia las 3.50, cuando el más probabilidades hay de conducta
agresor había consumado su acto de ayuda.
<Rosenthal, New York Times, 27 mar- El caso de Rafael, su vestimenta
zo 1964; cf. Gross, 1994). y aspecto rural y foráneo, la excitación
El “efecto del espectador” (bynas- que produce una pelea entre los jóve-
ter effect), explica por qué, a veces, nes y lo numeroso de la otra parte im-
cuando las personas solicitan ayuda o plicada en la peía, no permitió prever
cuando vemos que alguien tiene pro- los peligros. Dicho caso plantea tam-
blemas, manifestamos indiferencia o bién el problema de las representacio-
apatía, ya que normalmente no ocurre nes previas en el curso de la acción y
así. Latané y Darley (1970) manifies- el de las atribuciones sobre un sujeto
tan que es necesario percibir el inci-
en función contexto. Pese a tener ple-
dente, interpretarlo como una emer-
na certeza de la identidad de la perso-
gencia y asumir la responsabilidad
para que se dé la conducta de ayuda na a la que buscaba, la Policía había
<véase más arriba la figura 3). Pero dibujado, sin embargo, un perfil equi-
ocurre que las situaciones, a veces, vocado. Buscaban a un punki, quizá
son ambiguas y el número de perso- hecho a la dura supervivencia del ca-
nas que presencian un acontecimiento llejeo madrileño, capaz de reaccionar
influyen en nuestra interpretación del violentamente ante los enfrentamiento
mismo y en nuestras posibilidades de entre tribus y de navaja fácil. Así lo
acción, difuminándose la responsa- habían retratado también los medios
bilidad. Cuando la emergencia es cla- de comunicación que recojieron la ver-
ray no tenemos distancia con la situa- sión de la policía y de los amigos de
ción, es muy probable la conducta de Alberto. Las primeras investigaciones
ayuda por parte de algún espectador policiales, basándose en declaracio-
presencial, pero cuando la situación nes de amigos de la víctima, relacio-
es ambigua miramos a los demás pa- naron erróneamente al homicida con
ra ver cómo están interpretando la si- un punki y después con un bakalade-
tuación; si nadie hace nada podemos ro. También se especuló con la posibi-
interpretar nuestra disposición para la lidad de que el sospechoso fuese un
acción como un exceso y nos inhibire-
delincuente.
mos. Paradójicamente, en el caso de
Sin embargo, ninguno de los ve-
Kitty no fue la ambigúedad de la situa-
cmos preguntados en las localidades
ción, ya que la emergencia era clara,
sino la interpretación del aconteci- del municipio de Grau considera a Ra-
miento a distancia y pensar que otros tael ni rockero, ni punki ni nada por el
vecinos ayudarían o llamarían a la po- estilo. ¡Por no ser, dicen, ese chico no
licía —eran muchas las luces encendi- era ni urbanol El mismo delegado del
das a una hora intempestiva— lo que Gobierno en Madrid, y el jefe superior
motivo que nadie ayudara. En varios de Policía le han calificado de “perno-

Cuadernos de Trabajo Social 137


Agustín MOÑIVAS

na absolutamente normal”, en rueda nómicamente, los enfermos, los opri-


de prensa para explicar los detalles de midos políticamente...
su detención. Declaración que la fami- Bastante a menudo se parte de la
¡a de Alberto exige que sea rectificada hipótesis que el efecto de la adopción
¿Cómo se puede decir que una perso- de perspectivas en la conducta moral
na que saca una navaja automática y se ejerce por medio de su efecto en el
la utiliza para matar a un joven y herir proceso de razonamiento moral. Los
gravemente a otro es absolutamente estudios de Piaget y las investigacio-
normal? nes de Kohlberg (1992), al centrarse
Vemos, pues, lo paradójico y po- en el razonamiento sobre la justicia,
liédrico de la conducta humana, dada asumen que “el niño en desarrollo era
la multiplicidad de factores que pue- un filósofo que construía significados
den intervenir en una situación con- sobre categorias o cuestiones univer-
creta. un sujeto encausado salva la vi- sales tales como la justicia. Así, pues,
da a una joven y un joveti acusado de elegí como casos para producir razo-
homicidio es considerado como nor- namiento, dilemas hipotéticos para
mal por las autoridades. producir un razonamiento, dilemas hi-
potéticos de antigua cosecha discuti-
dos por los filósofos” <p. 33). Pero sólo
Hacia una sociedad las investigaciones más recientes per-
prosocial: niños más miten hablar de razonamiento moral
prosociales prosocial; en ellas se plantean al niño
dilemas morales en los que razonan
Tres apectos que suelen subra- sobre un conflicto entre sus propias
yarse en relación con el desarrollo de necesidades y las necesidades de
la cognición, siguiendo a Piaget, son: otras personas; un dilema estricta-
la adopción de perspectivas, la com- mente prosocial, frente a uno moral,
prensión de las emociones de los es decidir entre ayudar a alguien ne-
otros y la manera en que conceptualí- cesitado y afligido o seguir los propios
zan y restí~l~,pn -lilnmne mnralc~c Cnn ¡¡¡el aovo. L.tOet tuet y el ot. ~Ut. t.,cttdt-

el desarrollo de la cognición en gene- gordobil, 1995), llegan a proponer una


ral, existe la expectativa deque según teoria del juicio moral prosocial en cin-
se desarrolla la capacidad del niño pa- ce etapas, según los niveles de desa-
ra comprender la perspectiva de otro rrollo moral, pero no universales.
niño u adulto, también se desarrolla la Sin embargo, la investigación
habilidad para reaccionar de una ma- más reciente ha obtenido evidencia
nera adecuada y sensible a sus nece- que los niños a partir de los 14 meses
sidades y problemas. Para Hoffman son capaces de llevar a cabo conduc-
(1984) esta toma de conciencia permi- tas prosociales moldeadas por los
te al niño empatizar y simpatizar con adultos; por ejemplo, en niños de iSa
las condiciones generales de los otros 20 meses, las inducciones son efica-
<p. ej., las de los desfavorecidos eco- ces si se verbalizan con una fuerte

138 Cuadernos de Trabajo Social


La conducta prosocial

carga emocional (mostrando cólera, Desde esta óptica, damos cuen-


preocupación). El tipo de conductas ta, tanto en español como en inglés.
de apego o vínculos afectivos —apa- de algunos tipos de pruebas para la
recen hacia los siete meses—, serán evaluación de la conducta prosocial,
determinantes de la capacidad empá- así como de programas y proyectos
tica (para la influencia del apego en el de intervención. En castellano puede
altruismo, véase López, F. et al., consultarse:
1993>. — Hinde y Groebel (1995) para
Dado de que no disponemos del los estilos de interacción padres-hijos
espacio que nos hubiese permitido dar que pueden guardar relación con la
una visión somera de este apartado, conducta prosocial; la influencia de
así como de los padres, la escuela y las exhortaciones morales, instruccio-
los medios de comunicación como nes directas y asignación de respon-
principales agentes de socialización, sabilidades y las características del
remitimos al lector a la bibliografía del socializador, el niño y el contexto.
siguiente apartado, en relación con los — González Portal (1995), para
programas. la evaluación e intervención de la con-
ducta prosocial tanto en su desarrollo
Programas de intervención como en la prevención y tratamiento
de las conductas antisociales.
Distintas Cartas Interacionales y — Díaz-Aguado (1996 y en pren-
legislaciones educativas de los Esta- sa) para modelos de intervención que
dos destacan como uno de los objeti- permitan convertir la Escuela en el lu-
vos prioritarios de la educación “la for- gar idóneo en el que se pueda cons-
mación para la paz, la cooperación y truir activamente la igualdad, la tole-
la solidaridad entre los pueblos y el rancia y el respeto intercultural
-

ejercicio de la tolerancia y la libertad — Gordillo (1996), aporta un am-


dentro de los limites de los principios plio estudio empírico del desarrollo del
democráticos de la convivencia (Díaz- altruismo en la infancia y la adoles-
Aguado, 1996, p. 158>. cencia.
El sistema educativo, con harta — Díaz-Aguado y Medrano
frecuencia, ha tenido un objetivo casi (1994> para la evaluación del razona-
único: la adquisición de conocimien- miento moral en dilemas hipotéticos.
tos, es decir, el desarrollo cognitivo — Ortiz et al. (1993) para algu-
del niño. La Reforma Educativa en nos predictores de la conducta proso-
curso, sin embargo, hace explícito otro cial-altruista en la infancia.
objetivo: la socialización infantil; objeti- — Goñi of al. (1996) para la edu-
yo que se instrumentaliza mediante cación sociopersonal, todavía poco
programas que desarrollen las habili- desarrollada en el curriculum; el actual
dades sociales y estimulen conductas sistema educativo continua dando
prosociales, como por ejemplo, las de más importancia a los conocimientos
solidaridad, cooperación y altruismo. declarativos y procedimentales que a

Cuadernos de Trabajo Social 139


Agustín MOÑIVAS

las representaciones que los sujetos prosocial en los nínos.


tienen acerca de sí mismos, de los — Proyecto de desarrollo social
otros y de la sociedad en que viven. de Seattle. Compara escuelas en que
En relación con la mayoría de las teo- se implementó el programa con otras
rías y constructos tratados a lo largo en las que no se llevó a efecto e hicie-
de este artículo aportan un amplia bi- ron de grupo de control (Hawkins et
bliografía y actividades. al., 1991, 1992y 1994).
— Garaigordobil <1995 y en pren- Programa de promoción de la
sa) para un programa de juego que competencia social de Yale-New Ha-
desarrolle la cooperación y la creativi- ven, llevado a cabo en los grados 5 al
dad. Tres elementos conceptuales 8 en escuelas de New Haven <Elías y
que han dado lugar a diversas teorías, Wessberg, 1990; Caplan et al., 1992).
y sus subsecuentes progamas de in- Programa de resolución creati-
tervención, que desarrollan la conduc- va de conflictos, llevado a cabo en el
ta prosocial son el luego, la coopera- grado 12 en escítelas de New York
ción y la creatividad compartida. El ac- <Metis Associetis, Inc., 1990).
tual estado de la investigación permite — Proyecto de desarrollo de la
decir que el juego es una actividad autoconciencia social: aprendizaje de
que promueve el desarrollo socioe- resolución de problemas sociales.
mocional, la cooperación con los de- Proyecto implimentado en escuelas de
más, el autoconocimiento, la expre- New Jersey, en el grado 6 (Elías et al.,
sión de la personalidad, la asimilación 1991; Elías y Clabby, 1992). Las
de experiencias y la descarga de ten- referencias de todas las obras citadas
siones. Con respecto a los juegos de en inglés pueden encontrarse en
cooperación, la citada autora manifies- Goleman, (1995, Pp. 305-309).
ta que “promueven la comunicación, a Finalizamos con unas palabras
cohesión y la confianza; enseñan a los sobre la reciprocidad y dos nuevas
niños a cooperar y compartir; poten- formas de ayuda. Muchas personas
cian el desarrollo de la conducta pro- no aceptan o piden ayuda, al sentir
social; disminuyen las conductas pasi- que afecta a su autoestirna, libertad,
vas ~iagresivá~ facilitaiVlá aéepfacFóñ poder o que quedan en deuda con el
interracal” <p. 112). benefactor. Karabenick y Kanapp
En inglés, para el aprendizaje so- <1988) dan cuenta de un experimento
cial y emocional, con evaluación de en el que un grupo de estudiantes te-
resultados, pueden consultarse los si- nían que resolver un problema de cier-
guientes proyectos y programas: ta dificultad para el que podian pedir
— Proyecto de desarrollo social ayuda a un tutor o una coput adora: en
realizado en las escuelas de California la condición personal sólo el 36”/~ hi-
<grado 6), Schaps y Battisich <1991) y cieron consultas al tutor mientras en la
Solomon et al. (1992). Esta última condición tecnológica lo hizo el 86%.
publicación aporta un programa que Otra nueva forma de ayuda es la
promueve el desarrollo de la conducta que presentan personas que compar-

140 Cuadernos de Trabajo Social


La conducta prosocial

peiceeducativa en laMetodologia
conducta prosocial. En
ten una misma experiencia o que tie- M
5r. Anguera (Ed.>, obselvacio-
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reúne con sus pares al minimizarse GAVIRIA, E. (1996>. conflicto interpersonal en
grupos de niños. En E. colmenares (Ed.>,
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modo que todo está marcado por la ternativa al modelo de Kohlberg. Madrid:
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contrarse en confianza, con seres que & RS. zajonc (Edsj, Emetion, Cognition
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Cuadernos de Trabajo Social 141


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142 Cuadernos de Trabajo Social

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