Você está na página 1de 19

FALTA DE NOTIFICACIÓN PERSONAL DEL AUTO DE VISTA

RECURRIDO
AUTO SUPREMO Nº 609/2015-RRC
Sucre, 21 de septiembre de 2015
En este motivo, los imputados invocaron el precedente asumido en el
Auto Supremo 131/2012 de 2 de julio, dentro de un proceso en el que
se determinó que la decisión del Tribunal de alzada de ordenar la
reposición de obrados, por falta de notificación personal con una
actuación (traslado con el recurso de apelación restringida), que no
exigía dicha forma de diligencia y porque el Juez de la causa no habría
otorgado una debida providencia al momento de remitir obrados en
grado de apelación, omitiendo emplazar a las partes conforme la
previsión contenida en el art. 409 in fine del CPP, se alejó del marco de
legalidad y de los razonamientos doctrinales desarrollados con relación
a las nulidades procesales, en lo que interesa para la resolución del
caso en concreto, asumió el siguiente razonamiento:
“I. En cuanto a los medios de notificación, el art. 161 del Código de
Procedimiento Penal dispone: ‘Las notificaciones se practicarán por
cualquier medio legal de comunicación que el interesado expresamente
haya aceptado o propuesto, salvo las notificaciones personales’, y el art.
162 (Lugar de notificación) del similar cuerpo procesal dispone: ‘Los
fiscales y los defensores estatales serán notificados en sus oficinas y las
partes en el domicilio que hayan constituido en su primera actuación o,
en su defecto, en estrados judiciales; salvo el caso de las notificaciones
personales’, teniéndose que las notificaciones personales conforme
dispone el art. 163 del Código de Procedimiento Penal deben efectuarse
en los siguientes casos: 1) La primera resolución que se dicte respecto de
las partes, 2) las sentencias y resoluciones de carácter
definitivo; 3) las resoluciones que impongan medidas cautelares
personales, y 4) otras resoluciones que por disposición de este Código
deban notificarse personalmente’, de donde se establece que aquellas
resoluciones que no se hallen comprendidas en el art. 163 del Código de
Procedimiento Penal, tal el caso de un mero decreto de traslado con el
Recurso de Apelación Restringida, que por disposición del art. 409 del
Código de Procedimiento Penal no tiene la exigencia expresa de ser
efectuada de manera personal, pueden ser notificadas en los lugares
previstos por el art. 162 del mismo cuerpo procesal penal, siendo
plenamente válidas las notificaciones efectuadas en los domicilios
constituidos por las partes para los efectos del proceso con la entrega de
la resolución a los abogados que patrocinan o defienden la causa…
II. Los errores o inobservancias del procedimiento, pueden ser
calificados como lesivos a la Garantía del debido proceso y,
consiguientemente, anulables, solo en aquellos casos en los que
tengan relevancia constitucional, es decir, cuando los defectos o
errores in procedendo provoquen indefensión material a la parte procesal
que los denuncia y además sea determinante para la decisión judicial
adoptada en el proceso, de manera tal que de no haberse producido
dicho defecto el resultado sería otro; pues, no tiene sentido jurídico
alguno anular los actos procesales y disponer se subsanen los defectos
procedimentales en los que habría incurrido, cuando al final de ellos se
arribará a los mismos resultados a los que se alcanzó mediante el acto
procesal observado, en razón de que en este último caso se produciría un
resultado adverso al sentido y esencia de la garantía del debido proceso,
ya que simplemente demoraría la sustanciación del proceso judicial para
llegar al mismo resultado. Es así que surge también la obligación de
demostrar objetivamente la vulneración de derechos
fundamentales para disponerse la nulidad de actos procesales.
Las nulidades consisten en la invalidación de actos cumplidos e
ingresados al proceso sin observarse las exigencias legales impuestas
para su realización, en tal sentido, no todo defecto o no toda
irregularidad en un acto procesal o en un procedimiento produce la
nulidad y para declarar dicha nulidad se debe tomar en cuenta
determinados principios como: no hay nulidad sin texto, vale decir, que la
irregularidad de la que adolece el acto debe estar sancionada de manera
expresa, pero además debe tener trascendencia, es decir, que el vicio
debe ser de tal magnitud que impida al acto cumplir con las formalidades
para el cual fue establecido en orden al derecho o garantía que se dice
violado; pero además las nulidades deben ser interpretadas de manera
restrictiva a efectos de evitar se desvirtúe el régimen legal mediante una
interpretación extensiva o analógica y finalmente debe tomarse en cuenta
el interés, pues no hay nulidad por la nulidad misma en sentido de que la
nulidad puede ser pronunciada cuando el incumplimiento de las formas
se traduce en un efectivo menoscabo a los intereses de la defensa.
Consiguientemente, exacerbar privilegios o garantías constitucionales en
una incorrecta aplicación, daña el supremo interés u orden público
afectando la seguridad del cuerpo social.
Toda vez que el sistema procesal penal vigente en el país tiene diseñado
un procedimiento penal finalista y no formalista, se reconoce la corrección
de la actividad procesal defectuosa y no así la nulidad de actuados con
reposición de obrados, siendo así que el art. 168 del Código de
Procedimiento Penal dispone: ‘Siempre que sea posible, el juez o tribunal,
de oficio o a petición de parte, advertido del defecto, deberá subsanarlo
inmediatamente, renovando el acto, rectificando el error o cumpliendo el
acto omitido’, quedando convalidados aquellos actos procesales que no
obstante presentar un defecto no calificado como absoluto (1) no hayan
sido oportunamente observados por las partes pidiendo se subsanen, (2)
acepten expresa o tácitamente los efectos del acto o (3) no obstante la
irregularidad el acto consiguió su fin con respecto a todos los interesados,
conforme así previene el art. 170 del Código de Procedimiento
Penal’” (resaltado propio).
Conforme a los razonamientos expuestos, se concluye que cualquier
denuncia de incumplimiento de las normas procesales sobre las que se
pide su nulidad a título de defecto absoluto, necesariamente debe ir
acompañada de la demostración del perjuicio provocado a la parte
impugnante (vulneración de derechos y garantías), lo contrario
significaría relievar lo formal sobre lo sustancial, provocando una
innecesaria repetición de actuaciones procesales que de todas formas
tendrían el mismo resultado que el dejado sin efecto, en directo
detrimento de la administración de justicia (aparato estatal y población
administrada), afectando los principios de seguridad jurídica y
celeridad.
Dentro de ese marco, corresponde verificar si el cuestionamiento de los
recurrentes, referido a la falta de notificación personal con el Auto de
Vista recurrido, no obstante constituir una resolución de
carácter definitivo [art. 163 inc. 2) del Código adjetivo penal], provocó
alguna lesión a los derechos y garantías de los acusados, de tal forma
que amerite disponer la nulidad de actuaciones procesales, para lo cual,
resulta ilustrativo acudir al razonamiento expuesto en el Auto Supremo
139/2015-RRC de 27 de febrero, que con carácter ejemplificador, con
relación a la diferencia entre defectos absolutos y relativos, especificó:
“…dijimos que todos los actos irregulares por incumplimiento de las
formas previstas en la ley, constituyen defectos, también señalamos que
para establecer la diferencia entre defecto relativo y absoluto, debemos
revisar si el acto defectuoso vulneró efectivamente un derecho
fundamental, entonces, puede darse el caso que un mismo acto
defectuoso puede ser relativo o bien absoluto, dependiendo si incidió
efectivamente o no en algún derecho o derechos del afectado, o casos en
que en el defecto procesal siempre es relativo o absoluto, como ejemplo
del primer caso, tenemos el art. 163 del CPP, que prescribe: ‘Se
notificarán personalmente: 2) Las sentencias y resoluciones de carácter
definitivo’, por lo que una notificación de este tipo de resoluciones hecha
en el domicilio procesal de la parte constituye defecto; empero, será
considerado absoluto, cuando esa infracción a la ley procesal determine
el desconocimiento de la resolución por parte del sujeto procesal, como
sucede cuando el abogado que fue notificado no informa a su defendido
sobre esa comunicación procesal, existiendo desconocimiento material de
la resolución definitiva, lo que impide el ejercicio del derecho a la
impugnación de una posible resolución gravosa, lo que evidentemente
conculca el derecho fundamental al debido proceso en sus vertientes al
derecho a la defensa, al conocimiento de los actuados judiciales de
relevancia y de impugnación; por tanto, acto defectuoso absoluto; por el
contrario, en el caso de que pese a dicha irregularidad, la parte
interesada interpone recurso contra la sentencia o resolución
definitiva dentro del plazo legal, el mismo defecto resulta
relativo, pues consiguió su finalidad, el cual era que el interesado
asuma conocimiento real de la resolución, siendo aplicable en
este caso el art. 170 del CPP que señala: ‘Los defectos relativos
quedarán convalidados en los siguientes casos: 3) Si no obstante
su irregularidad, el acto ha conseguido su fin con respecto a
todos los interesados’” (resaltado propio).
Así, de obrados se advierte que, Mery y Vilma, ambas de apellidos
Santander Monzón, fueron notificadas con el Auto de Vista 23/2014 de
14 de marzo, en su domicilio procesal, el 4 de junio de 2014 (fs. 1829);
Alcides y Valentín, de apellidos Santander Monzón, fueron notificados
con la aludida resolución, igualmente en su domicilio procesal, el 10 de
junio del mismo año (1830). No consta en el expediente, la fecha de
notificación a Dellia Santander Monzón. Al respecto, si bien es evidente
que constituyéndose un Auto de Vista que resuelve una apelación
restringida, una resolución de carácter definitivo, que conforme al art.
163 incs. 2) del CPP, debería ser notificadopersonalmente a los sujetos
procesales, no es menos evidente que no obstante dicha omisión, Mery,
Vilma y Dellia, el 10 de junio de 2014; y, Alcides y Valentín, todos de
apellidos Santander Monzón, el 13 del mismo mes y año,
formularon recursos de casación, que de acuerdo al Auto Supremo
412/2015-RA de 25 de junio, pronunciado dentro del presente
proceso, se sujetaron al plazo previsto y exigido por el art. 417 del
CPP, para la admisión del recurso de casación, quedando desvirtuada la
posible lesión que pudieron haber sufrido losimputados, en el ejercicio
de alguno de sus derechos y/o garantías, por cuanto este Tribunal, a
tiempo del análisis de admisibilidad, concibió que las diligencias de
notificación practicadas a los procesados, cumplieron su finalidad de
dar a conocer su contenido a los interesados, incluso a Dellia Santander
Monzon, otorgándoles la oportunidad de recurrir en casación el Auto de
Vista 23/2014, si consideraban que no era favorable a sus intereses,
como efectivamente lo hicieron; en consecuencia, el defecto detectado al
no tener carácter absoluto, sino relativo por el efectivo conocimiento que
los acusados tuvieron de la comunicación procesal cuya de
notificaciónextrañaron, no amerita de ningún modo su nulidad.
Por otra parte, no debe soslayarse la falta de fundamentación en la que
incurrió la parte recurrente con relación al perjuicio que le habría
provocado la falta de notificación personal con el Auto de Vista
recurrido, a cuyo efecto, este Tribunal para verificar la viabilidad de
ordenar la nulidad de obrados, se sujetó a los datos del proceso,
llegándose a verificar que el Tribunal de alzada de ningún modo
incurrió en contradicción con la doctrina legal invocada ni con las
normas procesales que rigen la materia, al no denotarse vulneración de
derechos y garantías alguna, que pueda constituir defecto no
susceptible de convalidación; en consecuencia, el motivo analizado
deviene infundado.
TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA
SALA PENAL
AUTO SUPREMO Nº 609/2015-RRC
Sucre, 21 de septiembre de 2015

Expediente : La Paz 121/2014


Parte Acusadora : Ministerio Público y otra
Parte Imputada : Mery Santander Monzon y otros
Delito : Uso de Instrumento Falsificado
Magistrada Relatora : Dra. Maritza Suntura Juaniquina

RESULTANDO

Por memoriales presentados el 10 y 13 de junio de 2014, cursantes de fs. 1849


a 1859 y fs. 1878 a 1888, Mery, Vilma y Dellia todas de apellidos Santander
Monzón; y, Alcides y Valentín ambos también de apellidos Santander Monzón;
respectivamente, interponen recursos de casación impugnando el Auto de Vista
23/2014 de 14 de marzo de fs. 1826 a 1828, pronunciado por la Sala Penal
Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de La Paz, dentro del proceso
penal seguido por el Ministerio Público y Viviana Lucia Santander Monzon contra
Reynaldo Santander Monzón y los recurrentes, por la presunta comisión del
delito de Uso de Instrumento Falsificado, previsto y sancionado por el art. 203
del Código Penal (CP).

I. DEL RECURSO DE CASACIÓN

I.1. Antecedentes

a. En mérito a las acusaciones pública (fs. 831 a 833, subsanada a


fs. 840 y 846) y particular (fs. 848 a 859 vta.), y desarrollada la audiencia
de juicio oral y público, el Tribunal Primero de Sentencia de El Alto de la
entonces Corte Superior del Distrito Judicial de La Paz, pronunció la
Sentencia 006/2007 de 8 de mayo (fs. 1184 a 1198), declarando a los
imputados Mery, Vilma, Alcides, Reynaldo, Dellia y Valentín, todos de
apellidos Santander Monzon, autores de la comisión del delito de Uso de
Instrumento Falsificado previsto y sancionado por el art. 203 del CP,
condenándoles con la pena privativa de libertad de cuatro años de
reclusión que deberán cumplir los varones en el Penal de “San Pedro”, y
las mujeres en el Centro de Orientación Femenina, ambos recintos de la
ciudad de La Paz, más costas a calificarse en ejecución de sentencia.
b) Contra la mencionada Sentencia, los imputados Mery, Vilma, Dellia,
Reynaldo, Alcides y Valentín, todos de apellidos Santander Monzón (fs.
1210 a 1226 vta.) interpusieron recurso de apelación restringida, al que se
adhirieron Valentín, Dellia y Alcides todos de apellidos Santander Monzón
(fs. 1273, 1276 y vta.; 1280 y 1320 y vta., respectivamente), resuelto por
Auto de Vista 102/2007 de 17 de diciembre (fs. 1367 a 1368 vta.), que
fue dejado sin efecto por Auto Supremo 40/2012 de 29 de marzo (fs.
1498 a 1502 vta.), motivando la emisión del Auto de Vista 33/2012 de 4
de junio (fs. 1512 a 1514), que recurrido en casación por los imputados
mereció el pronunciamiento del Auto Supremo 249/2012 de 17 de
septiembre (fs. 1546 a 1548 vta.), que declaró su inadmisibilidad; sin
embargo, por Sentencia Constitucional Plurinacional 0193/2013 de 27 de
febrero (fs. 1621 a 1640) se dispuso la nulidad del Auto de Vista 33/2012
de 4 de junio y del Auto Supremo 249/2012 de 17 de septiembre; a cuyo
efecto, la Sala Penal Segunda del Tribunal Departamental de Justicia de La
Paz, pronunció el Auto de Vista 23/2014 de 14 de marzo (fs. 1826 a
1828), que declaró improcedentes los recursos de apelación; en
consecuencia, confirmó la Sentencia apelada, dando lugar a la
presentación de los recursos de casación en análisis.

I.1.1. Motivos de los recursos

De los memoriales de recurso de casación y del Auto Supremo de


admisión 412/2015-RA de 25 de junio, se extraen los motivos a ser
analizados en la presente Resolución por este Tribunal conforme al mandato
establecido en los arts. 398 del Código de Procedimiento Penal (CPP) y 17.II de
la Ley del Órgano Judicial (LOJ).

1. Los imputados luego de efectuar una relación de antecedentes


sobre los hechos fácticos que motivaron la causa, denuncian que el Auto
de Vista recurrido incurrió en violación respecto a la admisibilidad de sus
recursos de apelación restringida; por cuanto, habría declarado su
improcedencia, sin referirse sobre su admisibilidad, siendo a su criterio un
requisito el pronunciarse si se declara admisible o no un recurso, al efecto
piden se tenga en calidad de precedente el Auto Supremo 165/2013 de 16
de mayo.

2. Por otro lado denuncian que el Auto de Vista recurrido vulneró el


art. 163 del CPP, toda vez, que no habrían sido notificados de forma
personal con la Resolución impugnada, sino al contrario se habría
notificado a sus abogados en sus domicilios procesales, al efecto invocan
como precedente contradictorio el Auto Supremo 131/2012 de 2 de julio.

3. Como tercer agravio denuncian que el Auto de Vista impugnado


no se pronunció sobre su alzada restringida y efectuando una breve
relación desde su primer al séptimo considerando, señalan los siguientes
puntos sobre los que el Tribunal de alzada incurriría en ese
defecto; i) Que pese a que en su alzada pidieron la nulidad absoluta en
aplicación del art. 169 inc. 1) del CPP, por falta de participación en el
proceso del Fiscal de Materia, apersonándose solamente un Fiscal adjunto
que presentó la acusación, el cual estaría inhabilitado para su
presentación por cuanto no estaría legitimado conforme prevén los arts.
44 y 45 de la Ley del Ministerio Público; el Auto de Vista recurrido se limitó
a señalar, que el reclamo debió de efectuarse en la audiencia conclusiva y
no en ese momento procesal; ii) En cuanto a los defectos de la sentencia,
refiriéndose al punto f) sobre la “errónea aplicación sustantiva y de la ley
penal sustantiva” (sic), el Tribunal de alzada considera que incumplen el
art. 408 del CPP (plazo para la interposición del recurso), cita legal que los
recurrentes aseveran, se trata de una equivocación del Tribunal y si bien
es cierto que la congruencia se encuentra prevista en el art. 362 del CPP,
haciendo una relación de lo acontecido con el documento cuestionado y su
uso a través de una apoderada para un préstamo, que ya fue cubierto,
señalan que este hecho fue obviado por el Tribunal de alzada; puesto que,
consideran que con lo sucedido se deja sin efecto el Uso del supuesto
instrumento falsificado; iii) Ante su reclamo efectuado en el punto 7 de
sus apelaciones, referida a la suspensión del proceso por la incorporación
de prueba extraordinaria consistente en la Escritura Pública 551/96 y un
folio real de transferencia de un lote a sus favores, prueba que habría sido
admitida en vulneración del art. 335 del CPP; iv) Violación al principio de
continuidad en infracción de los arts. 329, 334, 335 inc. 1) y 336 del CPP,
donde habrían señalado que de acuerdo al art. 339 del CPP, los principios
del juicio indican que debe ser en forma contradictoria, oral, pública y
continua, si alguno de éstos es omitido no existiría el debido proceso y no
habría juicio válido; empero, alegan que no hubo pronunciamiento, no
obstante haber reconocido que se suspendieron varias audiencias, al
efecto invocan los Autos Supremos 306/2013 de 22 de noviembre, 349 de
28 agosto de 2006 y 256 de 26 de julio de 2006; y, v) Violación al art. 27
del CPP, por cuanto habrían señalado que la parte querellante desistió de
su querella por memorial de 13 de noviembre de 2012 que mereció la
providencia de 14 de noviembre de 2012 estableciendo “acúdase al
tribunal de origen para los fines solicitados…”; empero, después de varios
memoriales en los que habrían solicitado un pronunciamiento, el Tribunal
de sentencia no lo habría hecho, aspecto que denunciaron en su recurso
de apelación; agregan los imputados Alcides y Valentín, ambos de
apellidos Santander Monzon que erogaron junto a su hermano Reynaldo
Santander Monzón la suma de $us. 27.000 (veintisiete mil dólares
estadounidenses), que afirman, haber entregado a la acusadora, extremo
que no habría sido valorado.

I.1.2. Petitorio

Por lo expuesto, piden que deliberando en el fondo, se deje sin efecto el fallo
recurrido, disponiendo la devolución de actuados a la Sala Penal Segunda, para
que pronuncie nueva resolución absolutoria a su favor, de acuerdo a la doctrina
legal establecida.

I.2. Admisión del recurso

Mediante Auto Supremo 412/2015-RA, cursante de fs. 2045 a 2048, este


Tribunal admitió el recurso formulado por la parte acusadora, para su análisis
de fondo.

II. ACTUACIONES PROCESALES VINCULADAS AL RECURSO

De la atenta revisión de los antecedentes venidos en casación, se establece lo


siguiente:
II.1. De la apelación restringida.

Los imputados, plantearon recurso de apelación restringida contra la


Sentencia 006/2007, alegando, en estricta relación con los motivos
admitidos en casación, que: a) Los Fiscales Adjuntos, Ramiro Jiménez
Cárdenas, Wilfredo Limache Conde, Alaín de Canedo Ostria, José
Villarroel Barrios, Ernesto Macuchapi Laguna y Adolfo Argani Argani, a
su turno, presentaron acusación fiscal, prueba testifical, documental y
pericial en contra suya, por la supuesta comisión del delito previsto y
sancionado por el art. 203 del CP, habiendo tomado declaraciones
informativas de algunos coimputados y emitido requerimientos fiscales,
lo que luego de una serie de actos procesales ilegales, culminó con una
Sentencia condenatoria en su perjuicio, por lo que concluyó que en el
proceso intervinieron Fiscales Adjuntos y no así Fiscales de Materia, en
detrimento de lo establecido en la ley (arts. 44 y 45 de la Ley del
Ministerio Público), lo que considera causal de nulidad, que no obstante
haber sido reclamado en su oportunidad, el Tribunal de Sentencia guardó
silencio al respecto; b) El Tribunal Primero de Sentencia, incurrió en
actos violatorios de la garantías del debido proceso, incluyendo la lectura
de actas declarativas, declaraciones informativas y policiales,
desarrollando un juicio discontinuo, cometiendo violación a los principios
de oralidad, inmediación y continuidad, lo que acarrea su nulidad,
conforme dispone el art. 169 incs. 1), 2), 3) y 4) del CPP, a cuyo efecto
detalla las fechas de las audiencias suspendidas y de su reanudación,
afirmando que no se aplicó correctamente el art. 334 del CPP y se
interpretaron erróneamente los arts. 335 y 336 del mismo Código; c) El
Tribunal de juicio, admitió la solicitud de producción de prueba
extraordinaria efectuada por la parte querellante (folio real
2.01.4.01.0068320, de inscripción de escritura pública 551/96 de 5 de
marzo de 1996), sin suspender el proceso, tal cual estaba obligado al
tenor del art. 335 del CPP, que establece que se debe suspender el juicio
cuando se tiene necesidad de ofrecer prueba extraordinaria; y, d) Se
aplicó erróneamente el art. 203 del CP, debido a que su configuración,
exige su daño y perjuicio; sin embargo, cancelaron y cubrieron el dinero
a Soledad Críales Gutiérrez, habiéndose levantado la garantía
hipotecaria, de quien obtuvieron un préstamo de dinero con el
Testimonio 551/96 de 5 de marzo de 1996, sin acreditarse perjuicio
alguno a Viviana Lucía Santander Monzón.

II.3.Del Auto de Vista recurrido.

Radicada la causa ante la Sala Penal Segunda del Tribunal


Departamental de Justicia de La Paz, resolvió el fondo del recurso de
apelación restringida emitiendo el Auto de Vista 23/2014, que declaró
improcedente el recurso de apelación restringida interpuesto por la parte
imputada, confirmando la Sentencia, de acuerdo a los siguientes
argumentos: 1) En sujeción a lo establecido en la doctrina legal
establecida por el Auto Supremo 40/2012 de 29 de marzo, dictada
dentro del mismo proceso, concluyen que si bien, el Tribunal de la causa,
suspendió varias audiencias de juicio; empero, muchas de ellas no
constituyeron causa de transgresión del principio de continuidad; por
cuanto, en algunos casos fueron suspendidas por lo avanzado de la hora
(cuatro oportunidades), para resolver un recurso de apelación incidental,
por el anuncio de apelación restringida; y, otras causas, las que no
determinaron dispersión de la prueba; 2) La denuncia de celebración de
juicio discontinuo, debido a la lectura de actas declarativas informativas
policiales, en violación de los principios de oralidad, inmediación y
continuidad, debió efectuarse durante la sustanciación del juicio y no así
en etapa de recursos, por lo que infiere que los recurrentes no
observaron el art. 407, segunda parte del CPP, resultando la denuncia
impertinente y extemporánea; 3) Con relación al pedido de nulidad
absoluta por “falta de participación del Fiscal de materia en el desarrollo
de la etapa preparatoria” (sic), correspondía ser reclamado en la
audiencia conclusiva y no así a tiempo de interposición del recurso de
apelación restringida. Asimismo, con relación a la participación de los
Fiscales Adjuntos a la fecha de sustanciación del juicio oral, su
participación estaba plenamente reconocida por la jurisprudencia, por lo
que también carece de asidero legal; 4) Con relación a la denuncia de
errónea interpretación y aplicación de la ley sustantiva, no cumplen con
la exigencia prevista en el art. 408, primera parte del CPP, es decir, no
hacen la interpretación que en sus criterios sería la correcta respecto al
tipo penal previsto y sancionado por el art. 203 del CP, referido de
manera tangencial por los apelantes; y, 5) Los apelantes no presentaron
precedente contradictorio alguno, ni anunciaron su presentación en el
recurso de apelación restringida, por lo que incumplieron con la previsión
contenida en el art. 416 del CPP.

III. VERIFICACIÓN DE LA EXISTENCIA DE CONTRADICCIÓN

El Tribunal Supremo de Justicia, admitió el recurso de casación interpuesto por


la parte acusada, con la finalidad de verificar si el Tribunal de apelación incurrió
en contradicción con la doctrina legal invocada, respecto a la declaratoria de
improcedencia de la apelación restringida, antes de revisar su admisibilidad; la
falta de notificación personal con el Auto de Vista recurrido; y, la ausencia de
pronunciamiento respecto a los puntos impugnados en alzada.

III.1.Respecto a la denuncia de falta de análisis de admisibilidad


previo a la declaratoria de improcedencia en alzada.

Con relación a la temática, en la que los recurrentes aducen que


correspondía al Tribunal de alzada verificar en primer lugar la
admisibilidad de su recurso, previo a declarar su improcedencia,
invocaron la doctrina legal sentada en el Auto Supremo 165/2013 de 16
de mayo, que fue pronunciada en un caso en el que se denunció que el
Tribunal de alzada no se pronunció sobre todos los puntos apelados e incurrió
en falta de motivación suficiente de los mismos, cuestionamiento que al haber sido
corroborado, dio lugar a que la Sala Liquidadora de este máximo Tribunal de Justicia,
a tiempo de dejar sin efecto la resolución recurrida, establezca como razonamiento
jurisprudencial, la obligación que tienen las autoridades jurisdiccionales de
fundamentar y motivar todo Auto de Vista, cumpliendo con los parámetros de
especificidad, claridad, completitud, legitimidad y logicidad; al responder y emitir los
criterios jurídicos sobre cada punto impugnado que se encuentre en el recurso de
alzada.

Ahora bien, conforme al razonamiento expuesto en el Auto Supremo 322/2012-


RRC de 4 de diciembre, que estableció los alcances del art. 416 del CPP,
respecto a la situación de hecho similar que debe guardar el precedente invocado
con relación a lo resuelto en el Auto de Vista recurrido, se advierte que en el
presente caso, tratándose de un cuestionamiento eminentemente
procesal, referido a la denuncia de la falta de ejercicio de una determinada
facultad atribuida al Tribunal de alzada, relativa al análisis de admisibilidad del recurso
de apelación restringida, antes de referirse a la improcedibilidad de los
motivos contenidos en ella, difiere por completo de la temática resuelta por el
precedente invocado, específicamente circunscrito a determinar el deber de
fundamentación y motivación que tienen los miembros del Tribunal de alzada,
respecto de cada uno de los puntos impugnados en apelación; en consecuencia, la
doctrina legal invocada, no es susceptible de contrastación con el Auto de Vista
recurrido, al ser las problemáticas confrontadas distintas, resultando este motivo
infundado.

III.2. Sobre la denuncia de falta de notificación personal del Auto de Vista


recurrido.

En este motivo, los imputados invocaron el precedente asumido en el Auto Supremo


131/2012 de 2 de julio, dentro de un proceso en el que se determinó que la decisión
del Tribunal de alzada de ordenar la reposición de obrados, por falta de notificación
personal con una actuación (traslado con el recurso de apelación restringida), que no
exigía dicha forma de diligencia y porque el Juez de la causa no habría
otorgado una debida providencia al momento de remitir obrados en
grado de apelación, omitiendo emplazar a las partes conforme la
previsión contenida en el art. 409 in fine del CPP, se alejó del marco de
legalidad y de los razonamientos doctrinales desarrollados con relación a
las nulidades procesales, en lo que interesa para la resolución del caso
en concreto, asumió el siguiente razonamiento:

“I. En cuanto a los medios de notificación, el art. 161 del Código de


Procedimiento Penal dispone: ‘Las notificaciones se practicarán por
cualquier medio legal de comunicación que el interesado expresamente
haya aceptado o propuesto, salvo las notificaciones personales’, y el art.
162 (Lugar de notificación) del similar cuerpo procesal dispone: ‘Los
fiscales y los defensores estatales serán notificados en sus oficinas y las
partes en el domicilio que hayan constituido en su primera actuación o,
en su defecto, en estrados judiciales; salvo el caso de las notificaciones
personales’, teniéndose que las notificaciones personales conforme
dispone el art. 163 del Código de Procedimiento Penal deben efectuarse
en los siguientes casos: 1) La primera resolución que se dicte respecto
de las partes, 2) las sentencias y resoluciones de carácter
definitivo; 3) las resoluciones que impongan medidas cautelares
personales, y 4) otras resoluciones que por disposición de este Código
deban notificarse personalmente’, de donde se establece que aquellas
resoluciones que no se hallen comprendidas en el art. 163 del Código de
Procedimiento Penal, tal el caso de un mero decreto de traslado con el
Recurso de Apelación Restringida, que por disposición del art. 409 del
Código de Procedimiento Penal no tiene la exigencia expresa de ser
efectuada de manera personal, pueden ser notificadas en los lugares
previstos por el art. 162 del mismo cuerpo procesal penal, siendo
plenamente válidas las notificaciones efectuadas en los domicilios
constituidos por las partes para los efectos del proceso con la entrega de
la resolución a los abogados que patrocinan o defienden la causa…

II. Los errores o inobservancias del procedimiento, pueden ser


calificados como lesivos a la Garantía del debido proceso y,
consiguientemente, anulables, solo en aquellos casos en los que
tengan relevancia constitucional, es decir, cuando los defectos o
errores in procedendo provoquen indefensión material a la parte procesal
que los denuncia y además sea determinante para la decisión judicial
adoptada en el proceso, de manera tal que de no haberse producido
dicho defecto el resultado sería otro; pues, no tiene sentido jurídico
alguno anular los actos procesales y disponer se subsanen los defectos
procedimentales en los que habría incurrido, cuando al final de ellos se
arribará a los mismos resultados a los que se alcanzó mediante el acto
procesal observado, en razón de que en este último caso se produciría
un resultado adverso al sentido y esencia de la garantía del debido
proceso, ya que simplemente demoraría la sustanciación del proceso
judicial para llegar al mismo resultado. Es así que surge también la
obligación de demostrar objetivamente la vulneración de
derechos fundamentales para disponerse la nulidad de actos
procesales.

Las nulidades consisten en la invalidación de actos cumplidos e


ingresados al proceso sin observarse las exigencias legales impuestas
para su realización, en tal sentido, no todo defecto o no toda
irregularidad en un acto procesal o en un procedimiento produce la
nulidad y para declarar dicha nulidad se debe tomar en cuenta
determinados principios como: no hay nulidad sin texto, vale decir, que
la irregularidad de la que adolece el acto debe estar sancionada de
manera expresa, pero además debe tener trascendencia, es decir, que el
vicio debe ser de tal magnitud que impida al acto cumplir con las
formalidades para el cual fue establecido en orden al derecho o garantía
que se dice violado; pero además las nulidades deben ser interpretadas
de manera restrictiva a efectos de evitar se desvirtúe el régimen legal
mediante una interpretación extensiva o analógica y finalmente debe
tomarse en cuenta el interés, pues no hay nulidad por la nulidad misma
en sentido de que la nulidad puede ser pronunciada cuando el
incumplimiento de las formas se traduce en un efectivo menoscabo a los
intereses de la defensa. Consiguientemente, exacerbar privilegios o
garantías constitucionales en una incorrecta aplicación, daña el supremo
interés u orden público afectando la seguridad del cuerpo social.

Toda vez que el sistema procesal penal vigente en el país tiene diseñado
un procedimiento penal finalista y no formalista, se reconoce la
corrección de la actividad procesal defectuosa y no así la nulidad de
actuados con reposición de obrados, siendo así que el art. 168 del
Código de Procedimiento Penal dispone: ‘Siempre que sea posible, el
juez o tribunal, de oficio o a petición de parte, advertido del defecto,
deberá subsanarlo inmediatamente, renovando el acto, rectificando el
error o cumpliendo el acto omitido’, quedando convalidados aquellos
actos procesales que no obstante presentar un defecto no calificado
como absoluto (1) no hayan sido oportunamente observados por las
partes pidiendo se subsanen, (2) acepten expresa o tácitamente los
efectos del acto o (3) no obstante la irregularidad el acto consiguió su fin
con respecto a todos los interesados, conforme así previene el art. 170
del Código de Procedimiento Penal’” (resaltado propio).

Conforme a los razonamientos expuestos, se concluye que cualquier denuncia de


incumplimiento de las normas procesales sobre las que se pide su nulidad a título de
defecto absoluto, necesariamente debe ir acompañada de la demostración del
perjuicio provocado a la parte impugnante (vulneración de derechos y garantías), lo
contrario significaría relievar lo formal sobre lo sustancial, provocando una
innecesaria repetición de actuaciones procesales que de todas formas tendrían el
mismo resultado que el dejado sin efecto, en directo detrimento de la administración
de justicia (aparato estatal y población administrada), afectando los principios de
seguridad jurídica y celeridad.

Dentro de ese marco, corresponde verificar si el cuestionamiento de los


recurrentes, referido a la falta de notificación personal con el Auto de Vista recurrido,
no obstante constituir una resolución de carácter definitivo [art. 163 inc. 2) del
Código adjetivo penal], provocó alguna lesión a los derechos y garantías de los
acusados, de tal forma que amerite disponer la nulidad de actuaciones procesales,
para lo cual, resulta ilustrativo acudir al razonamiento expuesto en el Auto Supremo
139/2015-RRC de 27 de febrero, que con carácter ejemplificador, con relación a la
diferencia entre defectos absolutos y relativos, especificó: “…dijimos que todos los
actos irregulares por incumplimiento de las formas previstas en la ley,
constituyen defectos, también señalamos que para establecer la
diferencia entre defecto relativo y absoluto, debemos revisar si el acto
defectuoso vulneró efectivamente un derecho fundamental, entonces,
puede darse el caso que un mismo acto defectuoso puede ser relativo o
bien absoluto, dependiendo si incidió efectivamente o no en algún
derecho o derechos del afectado, o casos en que en el defecto procesal
siempre es relativo o absoluto, como ejemplo del primer caso, tenemos
el art. 163 del CPP, que prescribe: ‘Se notificarán personalmente: 2) Las
sentencias y resoluciones de carácter definitivo’, por lo que una
notificación de este tipo de resoluciones hecha en el domicilio procesal
de la parte constituye defecto; empero, será considerado absoluto,
cuando esa infracción a la ley procesal determine el desconocimiento de
la resolución por parte del sujeto procesal, como sucede cuando el
abogado que fue notificado no informa a su defendido sobre esa
comunicación procesal, existiendo desconocimiento material de la
resolución definitiva, lo que impide el ejercicio del derecho a la
impugnación de una posible resolución gravosa, lo que evidentemente
conculca el derecho fundamental al debido proceso en sus vertientes al
derecho a la defensa, al conocimiento de los actuados judiciales de
relevancia y de impugnación; por tanto, acto defectuoso absoluto; por el
contrario, en el caso de que pese a dicha irregularidad, la parte
interesada interpone recurso contra la sentencia o resolución
definitiva dentro del plazo legal, el mismo defecto resulta
relativo, pues consiguió su finalidad, el cual era que el
interesado asuma conocimiento real de la resolución, siendo
aplicable en este caso el art. 170 del CPP que señala: ‘Los
defectos relativos quedarán convalidados en los siguientes
casos: 3) Si no obstante su irregularidad, el acto ha conseguido
su fin con respecto a todos los interesados’” (resaltado propio).

Así, de obrados se advierte que, Mery y Vilma, ambas de apellidos Santander


Monzón, fueron notificadas con el Auto de Vista 23/2014 de 14 de marzo, en su
domicilio procesal, el 4 de junio de 2014 (fs. 1829); Alcides y Valentín, de apellidos
Santander Monzón, fueron notificados con la aludida resolución, igualmente en su
domicilio procesal, el 10 de junio del mismo año (1830). No consta en el expediente,
la fecha de notificación a Dellia Santander Monzón. Al respecto, si bien es evidente
que constituyéndose un Auto de Vista que resuelve una apelación restringida, una
resolución de carácter definitivo, que conforme al art. 163 incs. 2) del CPP, debería
ser notificado personalmente a los sujetos procesales, no es menos evidente que no
obstante dicha omisión, Mery, Vilma y Dellia, el 10 de junio de 2014; y, Alcides y
Valentín, todos de apellidos Santander Monzón, el 13 del mismo mes y año,
formularon recursos de casación, que de acuerdo al Auto Supremo 412/2015-RA de
25 de junio, pronunciado dentro del presente proceso, se sujetaron al plazo
previsto y exigido por el art. 417 del CPP, para la admisión del recurso de casación,
quedando desvirtuada la posible lesión que pudieron haber sufrido los imputados, en
el ejercicio de alguno de sus derechos y/o garantías, por cuanto este Tribunal, a
tiempo del análisis de admisibilidad, concibió que las diligencias de notificación
practicadas a los procesados, cumplieron su finalidad de dar a conocer su contenido
a los interesados, incluso a Dellia Santander Monzon, otorgándoles la oportunidad de
recurrir en casación el Auto de Vista 23/2014, si consideraban que no era favorable a
sus intereses, como efectivamente lo hicieron; en consecuencia, el defecto detectado
al no tener carácter absoluto, sino relativo por el efectivo conocimiento que los
acusados tuvieron de la comunicación procesal cuya de notificación extrañaron, no
amerita de ningún modo su nulidad.

Por otra parte, no debe soslayarse la falta de fundamentación en la que incurrió la


parte recurrente con relación al perjuicio que le habría provocado la falta de
notificación personal con el Auto de Vista recurrido, a cuyo efecto, este Tribunal para
verificar la viabilidad de ordenar la nulidad de obrados, se sujetó a los datos del
proceso, llegándose a verificar que el Tribunal de alzada de ningún modo incurrió en
contradicción con la doctrina legal invocada ni con las normas procesales que rigen la
materia, al no denotarse vulneración de derechos y garantías alguna, que pueda
constituir defecto no susceptible de convalidación; en consecuencia, el motivo
analizado deviene infundado.

III.3. Con relación a la denuncia de falta pronunciamiento del Tribunal de


alzada, respecto a todos los aspectos impugnados en apelación
restringida.

Con relación a la denuncia de incongruencia omisiva en la que el Tribunal de alzada


habría incurrido, respecto a puntos específicos expuestos en apelación restringida, los
recurrentes invocaron las siguientes resoluciones, pronunciadas ante la evidencia de
que los respectivos Tribunales de alzada, al resolver las apelaciones restringidas
omitió resolver todas las cuestiones planteadas y las resueltas carecían de una
suficiente fundamentación:

Así, el Auto Supremo 256 de 26 de julio de 2006, en lo que atañe a la problemática


planteada, estableció: “…es obligación del Tribunal de alzada, de la misma
manera pronunciarse FUNDADAMENTE, respecto a cada uno de los
puntos de agravación argüidos por los recurrentes, en base a lo
dispuesto por los artículos 124 y 398 ambos del Código de Procedimiento
Penal. Tal el caso de Autos en que el Tribunal de Sentencia unipersonal
incurre en contradicción entre la parte considerativa y resolutiva y el
Tribunal de alzada omite pronunciarse fundadamente respecto a cada
uno de los puntos de agravación”.

Complementando, el Auto Supremo 349 de 28 de agosto de 2006, estableció


que: “…se deja en ‘indefensión’ a las partes y se viola la garantía
constitucional del‘debido proceso’ cuando el Auto de Vista deviene
en ‘infrapetita’ es decir cuando el Tribunal de apelación omite
pronunciarse respecto a cada uno de los puntos de reclamación que
contiene el recurso de apelación restringida.

Por lo que es esencial que el Auto de Vista que resuelve el recurso de


apelación restringida, contemple fundadamente todos los puntos de
impugnación contenidos en el recurso de apelación restringida a efecto
de no vulnerar los derechos y garantías constitucionales de las partes”.

Razonamientos asumidos y reiterados en el Auto Supremo 306/2013 de 22 de


noviembre, en el que se concibió que: “Los precedentes citados respecto al
principio de congruencia establecen de manera clara que el Tribunal de
apelación debe circunscribirse a los puntos apelados aunque también
debe considerar la respuesta que puede darse al recurso de apelación,
ello no responde a un mero formalismo de estructura sino a un deber
esencial del juez que a su vez implican el respeto de derechos y
garantías fundamentales de orden procesal; además, que la falta de
relación entre lo solicitado y lo resuelto, contradice el principio procesal
de congruencia; de modo, que la resolución de apelación restringida
debe responder a la expresión de agravios.

En este sentido, en observancia de este principio, el art. 398 del CPP de


manera expresa dispone que los tribunales de alzada deben circunscribir
sus resoluciones a los aspectos cuestionados de la resolución, resultando
un deber ineludible del Tribunal de alzada de pronunciarse resolviendo
cada una de las pretensiones de la o las partes recurrentes, norma
íntimamente relacionada con el art. 124 de la misma norma procesal,
que dispone que las sentencias y los autos interlocutorios serán
fundamentados, expresando los motivos de hecho y de derecho en que
basan sus decisiones y el valor otorgado a los medios de prueba y que la
fundamentación no puede ser reemplazada por la simple relación de los
documentos o la mención de los requerimientos de las partes.

Por lo tanto, la obligación de responder cada uno de los agravios, no se


agota con la simple respuesta, sino que la misma debe estar
fundamentada, o dicho de otro modo debe contener la explicación del
por qué el Tribunal de apelación asumió o resolvió el asunto de
determinada manera, pues el recurrente tiene el derecho de saber cómo
el Tribunal de alzada llegó a determinada solución o respuesta al agravio
que le fue planteado, sin que la motivación de la resolución no siempre
exija una exposición ampulosa de consideraciones y citas legales, sino
que esencialmente responda a los puntos reclamados de manera
razonada”.

Por lo expuesto, queda claro que la labor del Tribunal de alzada cuando
conoce los recursos de apelación restringida, no queda limitada a
responder de manera simple y llana los puntos apelados, sino que debe
expresar una respuesta clara, coherente y suficiente, con la finalidad de
otorgar certeza al impugnante sobre los razonamientos plasmados en la
resolución de alzada, que no obstante de no condecir con los intereses
de los recurrentes (lo que daría lugar a la interposición del recurso de
casación), no puedan dar lugar a diferentes interpretaciones por la falta
de claridad en los razonamientos.

Ahora bien, antes de analizar el caso concreto, es preciso tener presente


que el régimen de nulidades procesales está sujeto a determinados
principios, cuya observancia es obligatoria a tiempo de analizar si una
actuación amerita ser anulada por constituirse en una actuación
defectuosa no susceptible de convalidación, lesiva de derechos y
garantías, para lo cual es preciso considerar los razonamientos
expuestos en el apartado III.2 del presente Auto Supremo, en el que
taxativamente se estableció que no todo error o inobservancia del
procedimiento, puede ser calificado como lesivo a la garantía del debido
proceso y, consiguientemente, anulable, sólo en aquellos casos en los
que tenga relevancia constitucional o trascendencia en la resolución del
caso, a lo cual se deben añadir las consideraciones efectuadas en el
Auto Supremo 206/2014-RRC de 22 de mayo, que determinó: “…que
el principio de convalidación y trascendencia se encuentra sumido
a la norma descrita (art. 167 del CPP), deduciéndose de la misma que,
el afectado, demuestre objetivamente que en la tramitación del proceso
el acto o defecto alegado como nulo, pueda ser subsanado o
convalidado y en su caso, haya ocasionado un perjuicio o agravió, claro
está, que no sea fruto de la conducta o actuación pasiva o negligente
del interesado o de quien invoca el defecto; además, en concordancia
con estos principios se tiene al principio de conservación, de modo
que la nulidad siempre será la excepción y la regla la eficacia del acto
procesal; o sea, ante una duda razonable, debe optarse por la
interpretación propensa a conservar el acto procesal y así evitar la
nulidad” (resaltado propio).

III.3.1. En actuados, sobre la denuncia de celebración de juicio


discontinuo, en inobservancia de los principios de oralidad, inmediación
y continuidad, se constata que el Tribunal de alzada estableció que a
pesar de constatarse la suspensión de la audiencia de juicio varias veces,
no todas ellas constituyeron causa de transgresión del principio de
continuidad, al haberse suspendido por lo avanzado de la hora, para
resolver un recurso de apelación incidental, por el anuncio de apelación
restringida, más otras causas, sobre las que concluyó no significaron
dispersión de la prueba. Asimismo, estableció que las referidas
interrupciones, no fueron reclamadas en su momento por los
recurrentes, de donde se infiere que convalidaron las actuaciones cuyo
pronunciamiento hoy reclaman en casación.

Al respecto, de la revisión de obrados, se advierte que la audiencia de 6


de noviembre de 2006, una vez celebrada, fue suspendida para la
producción de prueba de la parte acusadora, hasta el 9 del mismo mes y
año, la misma que no fue cuestionada por ninguno de los acusados.
Reiniciada y desarrollada la audiencia de juicio en la fecha señalada, se
suspendió nuevamente para el 17 del mismo mes y año, ocasión en la
que se justificó que la fecha establecida respondía al hecho de que los
Jueces Técnicos tenían previstas otras audiencias de juicio los días 11,
12, 13, 14, 15 y 16, ante lo cual ninguno de los procesados opuso
objeción alguna.

La audiencia de 17 de noviembre de 2006, una vez instalada fue


suspendida por la ausencia de Alaín de Canedo, representante del
Ministerio Público, a cuyo efecto se fijó nueva fecha de reanudación del
acto para el 22 del mismo mes y año, oportunidad en el que ninguna de
las partes procesales manifestó disentimiento. Reiniciada la audiencia en
la fecha señalada, la defensa técnica de los imputados, solicitó su
suspensión entretanto se resuelva el recurso de apelación incidental
planteado contra la resolución que rechazó las excepciones de
prejudicialidad y falta de acción, formuladas por dos coimputados (Vilma
y Mery, ambas de apellidos Santander Monzón); a cuyo efecto, el
Tribunal de Sentencia, determinó la suspensión de la audiencia hasta que
el Tribunal de alzada resuelva el recurso de apelación incidental, ante lo
cual los acusados guardaron silencio.

Una vez resuelta la apelación incidental pendiente, el Tribunal de


Sentencia, reinició el juicio oral el 23 de abril de 2007, el que fue
suspendido para su reanudación el 26 del mismo mes y año, acto que
reinstalado y celebrado, fue suspendido nuevamente hasta el 2 de mayo
del mismo año, ocasión en la que se celebró, habiéndose determinado
un receso hasta el 7 de mayo, audiencia que efectivamente se desarrolló
en la fecha señalada, sufriendo otra suspensión hasta el 8 del mismo
mes y año, audiencia en la que una vez expresadas las conclusiones de
los acusadores tanto público como particular y de la defensa, el Tribunal
de Sentencia declaró cerrado el debate, ocasiones en la que de la misma
manera que en otras oportunidades, los recurrentes no expresaron su
disconformidad con las suspensiones detalladas ni con las fechas fijadas
para la reanudación del acto, teniéndose con ello que evidentemente,
conforme señalaron los miembros del Tribunal de alzada, los acusados
convalidaron las suspensiones de audiencia de juicio oral, sujetándose a
las fechas fijadas por el Tribunal de Sentencia.

Por lo expuesto, se extrae que el Auto de Vista recurrido, no denota falta


de pronunciamiento sobre el punto impugnado en apelación; y, la
fundamentación expuesta al respecto, resulta clara, coherente y
suficiente; en consecuencia, de ningún modo se incurrió en contradicción
con la doctrina legal invocada por los procesados, ni mucho menos se
vulneró derecho o garantía alguno que amerite declarar la nulidad de
actuaciones procesales.

III.3.2. Respecto a la denuncia de participación ilegal, en varios


actuados inherentes a la etapa investigativa y de juicio oral, de
Fiscales Adjuntos, carentes de competencia para dirigir la
investigación, el Tribunal de alzada concibió que tratándose de denuncias
relativas a la etapa preparatoria, correspondía ser impugnado en la
audiencia conclusiva; y, tratándose de la actuación en audiencia de juicio
oral, la misma estaba plenamente sustentada en la jurisprudencia.

Sobre la temática, de acuerdo a la jurisprudencia emanada por la extinta


Corte Suprema de Justicia, resulta evidente que la actuación de los
Fiscales Adjuntos fue convalidada, en aplicación del “…principio de
unidad de actuaciones que centraliza la función del Ministerio Público,
que es un órgano unitario representado por el Fiscal General de la
República, de manera que las actuaciones de los Fiscales, se reputan
como actuación de todo el Ministerio Público como órgano, sin desmedro
de su responsabilidad individual, más aún, si se considera que no existe
óbice alguno, menos prohibición legal, para que los fiscales adjuntos
asuman el conocimiento y la tramitación de procesos en base al Código
de Procedimiento Penal en actual vigencia”(Auto Supremo 431 de 17 de
agosto de 2007, corroborado en su similar 108 de 29 de abril de 2010).
Por lo expuesto, la fundamentación del Tribunal de alzada, al resultar
lógica, legítima y suficiente, no denota contradicción con la doctrina legal
invocada, correspondiendo declarar infundado el motivo analizado.

III.3.3. Sobre la impugnación de ausencia de pronunciamiento


sobre la errónea interpretación y aplicación del art. 203 del CP,
en sentido de no haberse configurado perjuicio alguno debido a que el
préstamo obtenido en base a la garantía hipotecaria del inmueble cuya
transferencia se habría basado en una falsedad, fue cancelado en su
totalidad a la acreedora, el Tribunal de alzada estimó que los recurrentes
no cumplieron con su obligación de establecer cuál la interpretación que
debió haberse otorgado al referido tipo penal, de acuerdo a lo exigido
por el art. 408 del CPP, aspecto que se corrobora como cierto, por
cuanto los recurrentes omitieron establecer cuál la aplicación pretendida
de la presunta errónea interpretación y/o aplicación (lo cual tampoco se
especificó por la parte impugnante) de la norma sustantiva, sumado al
hecho de que omitieron explicar o establecer de qué modo la resolución
de fondo del referido agravio era trascendental para la resolución de su
causa, extremo de suma importancia si se considera que el petitorio de
los recurrentes en casación, está dirigido a lograr se deje sin efecto el
Auto de Vista recurrido.

Por lo expuesto, además de corroborarse que el Tribunal de alzada no


contradijo la doctrina legal invocada, por cuanto no incurrió en
incongruencia omisiva, se advierte que la fundamentación del Auto de
Vista impugnado es razonable, coherente y legal, detectándose a su vez
que los recurrentes no demostraron de modo alguno la relevancia de
resolver el fondo de la problemática planteada, que de todos modos no
fue debidamente fundamentada; en consecuencia, el motivo analizado
deviene infundado.

III.3.4. Con relación a la denuncia de omisión de respuesta


respecto a la impugnación referida a la introducción de prueba
extraordinaria, consistente en el folio real 2.01.4.01.0068320, de
inscripción de escritura pública 551/96, sin haberse suspendido el juicio,
si bien es evidente que el Tribunal de alzada no emitió pronunciamiento
alguno sobre el mismo, no obstante haber sido reclamado en apelación
restringida, la parte impugnante omitió demostrar si el referido
cuestionamiento fue expuesto a tiempo de haberse aceptado la
producción de la prueba extraordinaria; es decir, si en el momento
procesal oportuno (audiencia de juicio oral), no fue convalidado por los
imputados. Asimismo, en aplicación del principio de trascendencia, no
demostró de qué modo la denunciada incongruencia omisiva, constituye
trascendental en la afectación de algún derecho o garantía, por lo que
resulta infundado, teniendo en cuenta que no corresponde una nulidad
por la nulidad.
III.3.5. Por último, los recurrentes denuncian que el Tribunal de
alzada no se pronunció sobre el desistimiento que efectuó la
querellante a su favor y que habría sido de conocimiento del Tribunal
de mérito; sin embargo, este no se pronunció, como tampoco se
consideró que los coimputados Alcides, Valentín y Reynaldo, de apellidos
Santander Mozón entregaron $us. 27.000 (veintisiete mil dólares
estadounidenses) a la acusadora.

Al respecto, de la revisión del recurso de apelación restringida, se


advierte que los referidos cuestionamientos no fueron puestos a
conocimiento del Tribunal de alzada; por lo que resulta ilógico, exigir
pronunciamiento alguno de temáticas de las que no tuvo oportunidad de
conocer, resultando también este motivo infundado.

Por todo lo desarrollado, en atención a los principios que conforman el


sistema de nulidades procesales y la jurisprudencia contrastada con los
razonamientos expuestos en el Auto de Vista recurrido, corresponde
declarar sin mérito las denuncias expuestas en el presente recurso de
casación.

POR TANTO

La Sala Penal del Tribunal Supremo de Justicia, con la facultad conferida por el
art. 42.I.1 de la Ley del Órgano Judicial (LOJ) y lo previsto por el art. 419 del
CPP, declara INFUNDADOS los recursos de casación formulados por Mery,
Vilma y Dellia, Alcides y Valentín, todos de apellidos Santander Monzón.

Regístrese, hágase saber y devuélvase.

Firmado

Magistrada Relatora Dra. Maritza Suntura Juaniquina


Magistrada Dra. Norka N. Mercado Guzmán
Secretario de Sala Cristhian G. Miranda Dávalos
SALA PENAL DEL TRIBUNAL SUPREMO DE JUSTICIA DEL ESTADO
PLURINACIONAL DE BOLIVIA

Você também pode gostar