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(SIGLOS XVI-XVII)
Miguel de Cervantes Saavedra (Alcalá de Henares, Madrid, 1547 – Madrid, 23 de abril de 1616)
¿RENACENTISTA O BARROCO?
Cervantes vivió a caballo entre dos siglos y dos mentalidades: el Renacimiento (siglo XVI) y el Barroco
(siglo XVII). Fue testigo de cómo los ideales renacentistas entraban en crisis y daban lugar a una nueva
época, la barroca, mucho más pesimista. Intentó armonizar ambas mentalidades:
1- No es tan idealista como los pensadores del Renacimiento, pero tampoco deforma la realidad de
manera sistemática como los artistas barrocos. Para Cervantes ni la realidad deformada ni la perfección
idealista eran creíbles. Él prefiere la verosimilitud, es decir, todo aquello que, sea o no verdadero, resulta
creíble a nuestros ojos.
2- Cervantes no cree que nuestros sentidos ni nuestra razón nos den una única verdad sobre el mundo,
como creían los pensadores del Renacimiento, pero tampoco considera que la realidad que nos rodea
sea pura apariencia o engaño, como afirmaban los escritores del siglo XVII. Para él, la verdad depende del
punto de vista de cada persona, lo que se ha dado en llamar perspectivismo.
EN BUSCA DE LA FAMA
No triunfó en los géneros literarios que más éxito reportaban en su época: la poesía y el teatro. No tenía el
talento poético necesario para superar a genios como Quevedo y Góngora, que habían renovado la lírica
española con dos estilos nuevos: el conceptismo y el culteranismo. Tampoco le quedaba margen para la
innovación en el teatro, porque Lope de Vega ya había llevado a cabo una revolución en la escena con
su comedia nueva. Cervantes alcanzó por fin la fama que tanto había buscado al publicar El Quijote. Con
esta obra entró en la historia de la literatura universal como el creador de la novela moderna.
CERVANTES, POETA
La mayor parte de las poesías cervantinas aparecen diseminadas en sus novelas y obras de teatro. Se trata
de composiciones de influencia popular y culta. Merecen destacarse sus sonetos, en especial el titulado Al
túmulo del rey que se hizo en Sevilla. Su obra más extensa es Viaje del Parnaso (1614); es un largo poema
narrativo y alegórico, escrito en tercetos, en el que se ensalza la poesía y se hace una referencia y
valoración de los poetas de su época. El propio Cervantes dudaba de su talento para la poesía: “Yo que
siempre trabajo y me desvelo por parecer que tengo de poeta la gracia que no quiso darme el cielo”.
CERVANTES, DRAMATURGO
En la dramaturgia de Cervantes se pueden distinguir dos etapas:
1- En la primera hace un teatro clasicista, es decir, un teatro moralizante y que respeta las reglas de las tres
unidades (una única acción transcurre en un tiempo muy corto y en un solo lugar). Las obras más
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importantes de este periodo son El trato de Argel, en la que recrea la época de su secuestro por los turcos,
y El cerco de Numancia, pieza de tema histórico en forma de tragedia. Este modo de hacer teatro no
satisfacía los gustos del público, así que Cervantes fracasó. Pronto se impondría la “comedia nueva” de
Lope de Vega, una forma innovadora de hacer teatro que no respetaba las reglas de las tres unidades.
2- En la segunda época, imitó la técnica de la “comedia nueva”, aunque no consiguió emular a Lope de
Vega. Escribió ocho comedias y ocho entremeses, recogidos en Ocho comedias y ocho entremeses
(1615), nunca representados. Las comedias son de tema variado: hay obras de enredo, de capa y
espada, de santos y obras basadas en el cautiverio. Su mayor aportación fueron los entremeses. Son piezas
cortas, populares y humorísticas, que se representaban en los entreactos de las comedias más largas. Sus
personajes y situaciones pertenecen a la vida cotidiana. Cervantes escribió en prosa algunas de estas
obras (el teatro barroco se escribía en verso), entre las que destacan: -El juez de los divorcios, al que
acuden tres parejas para reclamar el divorcio; -El viejo celoso, que sigue la tradición popular del viejo y la
joven; -El retablo de las maravillas, parábola sobre la hipocresía, tomada de un tema tradicional tratado
ya en El conde Lucanor.
CERVANTES, NOVELISTA
Al escribir El Quijote, Cervantes se consagra como el creador de la novela moderna. Cultivó todos los
géneros narrativos del Renacimiento (pastoril, morisco, picaresco, bizantino, novela corta, de caballerías,
sentimental), de los que era un gran conocedor, pero siempre sometiéndolos a su personal teoría narrativa.
Novela pastoril. La primera parte de La Galatea fue publicada en 1585, pero, a pesar de sus
promesas, nunca llegó a terminarla, quizás porque los personajes de esta obra estaban muy
idealizados, por lo que no se adecuaban a la mentalidad pesimista del Barroco. Está ambientada
en las riberas del Tajo y relata los amores de Elicio y Galatea. Cervantes adopta las convenciones
del género, pero dota a la novela de un mayor realismo que sus predecesores.
Novela morisca. En la primera parte de El Quijote aparece la narración de El moro cautivo, obra en
la que se idealiza la figura del árabe.
Novela picaresca. El relato Rinconete y Cortadillo se desarrolla en un ambiente picaresco en la que
dos jóvenes ladronzuelos viajan hasta Sevilla, allí ingresan en una cofradía de maleantes donde se
negocia todo el crimen de la ciudad. Esta obra muestra con gran realismo la decadencia moral y
económica de la España del siglo XVII.
Novela bizantina. Los trabajos de Persiles y Sigismunda fue publicada tras la muerte del autor
(publicación póstuma en 1617). Es una novela de viajes repleta de aventuras fantásticas, peligros,
naufragios y peripecias protagonizados por dos enamorados que se ven obligados a separarse a
causa de circunstancias imprevistas, hasta que se reencuentran en Roma y se casan.
Novela corta. Cervantes introdujo en España el término italiano novella, que tenía el significado de
novela de poca extensión o corta. Cervantes españolizó el género al inventar argumentos,
enriquecer el relato y perfeccionar las técnicas narrativas. La variedad de asuntos, temas y géneros
es notoria. A este tipo pertenecen sus doce Novelas ejemplares, algunas de las cuales reflejan de
forma realista la sociedad española de la época. El argumento de estas obras es por lo general
sorprendente, y sus protagonistas están muy caracterizados psicológicamente, de manera que no
resultan personajes tipo, sino auténticos individuos. Se denominan ejemplares porque el autor
pretendía que los lectores sacasen de estos relatos alguna enseñanza práctica para la vida y
sirviesen, además, de modelo o ejemplo narrativo para los escritores. Son muy conocidas:
La gitanilla. Relato novelesco a la italiana, cuenta la historia de amor entre Preciosa y un
caballero que, enamorado de ella, se une al grupo de gitanos.
El coloquio de los perros. Narración que tiene forma de texto dialogado. En ella, dos perros,
que durante una sola noche poseen la facultad de hablar, denuncian la corrupción de la
sociedad. Aparece el tema del engaño y el desengaño.
El licenciado Vidriera. Narra la historia de un hombre que da en la locura de creerse de
vidrio y decir las verdades a todo aquel que se le aproxima.
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UNA NOVELA DE ÉXITO PUBLICADA EN DOS PARTES
Como poeta y dramaturgo, Miguel de Cervantes cosechó el fracaso, ya que no estuvo a la altura de los
grandes genios renovadores del Barroco: Góngora, Quevedo y Lope de Vega. Sin embargo, en 1605
publicó la primera parte de El ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha. El éxito fue extraordinario:
Cervantes había inventado la novela moderna. Diez años más tarde (1615) salió de la imprenta la segunda
parte de esta obra universal.
LOS PROTAGONISTAS
Don Quijote y Sancho Panza son figuras opuestas y complementarias:
-Don Quijote acomoda la realidad al mundo caballeresco. Es idealista y actúa movido por las injusticias, el
bien y el amor a su dama.
-Sancho Panza, en cambio, percibe la realidad tal cual es. Práctico y materialista, se mueve en función de
sus intereses personales.
Ambos representan las dos caras del alma humana: el idealismo y el realismo.
En la primera parte de la novela, don Quijote interpreta la realidad desde la ficción caballeresca; en la
segunda parte, en cambio, va acercando su visión idealista a la realidad. En esta segunda parte son
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Sancho y otros personajes quienes se contagian de idealismo y falsean la realidad para acomodarla a las
fabulaciones.
A medida que avanza la novela, se va produciendo, pues, una “quijotización” de Sancho y la
“sanchificación” de don Quijote.
INTERPRETACIONES DE LA OBRA
Es una obra clásica universal y, como tal, admite diferentes lecturas o interpretaciones:
1- Los contemporáneos de Cervantes la interpretaron como una sátira o parodia dirigida contra los libros
de caballerías, es decir, como una obra burlesca, humorística, que tenía como propósito ridiculizar una
literatura pasada de moda, inspirada en los ideales caballerescos de la Edad Media. El héroe de alta
nobleza, joven y virtuoso es sustituido por un hidalgo cincuentón y sin juicio de tanto leer; el escudero, por
un campesino; la noble y hermosa dama a la que sirve el caballero, por una tosca aldeana; el ambiente
idealizado, fabuloso y exótico del mundo caballeresco (magos, gigantes, dragones), por la realidad de la
España de los siglos XVI y XVII.
2- También hay una interpretación simbólica de El Quijote, según la cual esta novela reflejaría la eterna
lucha humana entre el idealismo representado por don Quijote y el sentido práctico de la vida que
encarna Sancho Panza. En la novela laten valores como el idealismo, el heroísmo, la justicia, la solidaridad,
los contrastes entre realidad y apariencia, la cordura y la locura.
3- Hoy en día nos importa especialmente las relaciones que Cervantes establece en su novela entre la
literatura y la vida, es decir, cómo las obras de ficción pueden condicionar la vida de las personas.
TEMAS DE EL QUIJOTE
La condición humana: la tensión de todo ser humano entre la búsqueda de los ideales, la belleza y
la libertad frente al sentido práctico y el egoísmo.
La valoración social del mundo de las armas y del mundo de las letras, que se resume en un
famoso discurso de don Quijote.
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La fantasía en la literatura. Cervantes describe escenas fantásticas pero siempre están justificadas,
por lo que el relato resulta verosímil.
La crítica literaria. En muchos momentos de la novela se discute sobre libros, géneros y autores.
Cervantes expone sus opiniones en torno a la literatura de la época en el escrutinio de la biblioteca
de don Quijote, en las disquisiciones del cura y el barbero sobre los libros de caballerías y las
comedias.
El humor, producido por la parodia y la burla.
El amor cortés, expresado como endiosamiento de la dama (Dulcinea).