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Signos vitales.

Los signos vitales reflejan funciones esenciales del cuerpo, incluso el ritmo cardíaco, la frecuencia
respiratoria, la temperatura y la presión arterial. Su proveedor de atención médica puede observar, medir y
vigilar sus signos vitales para evaluar su nivel de funcionamiento físico.

Los signos vitales normales cambian con la edad, el sexo, el peso, la capacidad para ejercitarse y la salud
general.

Pulso.

Cuando te tomas el pulso y lo notas, esa sensación que estás notando se corresponde con un latido de tu
corazón.

Cuando el corazón se contrae y bombea la sangre que va a ir a todo el cuerpo, esa contracción de tu
corazón se corresponde con la onda pulsátil que notas al tomar el pulso.

El pulso sirve para medir la frecuencia cardíaca de una persona durante un minuto, o lo que es
lo mismo, el número de latidos cardíacos en 60 segundos.

El número de latidos normales del corazón en una persona adulta sana es de entre 60 y 100.

Si te tomas el pulso y cuentas entre 60 y 100 pulsaciones, tu pulso va a ser normal. Ello también indica
que la frecuencia de latidos de tu corazón es normal.

Existen numerosas enfermedades que aceleran la frecuencia cardíaca. Al proceso clínico en el


que el corazón tiene más de 100 latidos por minutos se le denomina Taquicardia y cuando tomes el
pulso hallarás más de 100 pulsaciones.

También existen situaciones clínicas en las que el corazón tiene menos de 60 latidos por minuto. A esa
situación se la denomina Bradicardia y en el pulso hallarás menos de 60 pulsaciones.

Respiración.

La respiración es el proceso mediante el cual se toma oxígeno del aire ambiente y se expulsa el anhídrido
carbónico del organismo. El ciclo respiratorio comprende una fase de inspiración y otra de espiración.

 Inspiración: fase activa; se inicia con la contracción del diafragma y los músculos intercostales.
 Espiración: fase pasiva; depende de la elasticidad pulmonar.

En condiciones patológicas intervienen los músculos accesorios de la inspiración (escalenos y


esternocleidomastoideo) y de la espiración (abdominales).

Se suele medir cuando la persona está en reposo, y consiste simplemente en contar el número de
respiraciones durante un minuto contando las veces que se eleva su pecho.

La frecuencia respiratoria puede aumentar con la fiebre, las enfermedades y otras condiciones médicas.
Cuando se miden las respiraciones también es importante tener en cuenta si la persona tiene dificultad para
respirar.

La respiración que se detiene por cualquier causa se denomina apnea. La respiración que se vuelve lenta es
llamada bradipnea. La respiración que se vuelve difícil o cuesta trabajo es conocida como disnea.

La apnea obstructiva del sueño es una patología respiratoria que se caracteriza porque las personas que
lo padecen roncan habitualmente, tienen paradas de la respiración (apneas) de forma repetida
y somnolencia durante el día. Como consecuencia, los pacientes que la padecen no pueden descansar
bien durante las horas de sueño.

El término hiperpnea hace referencia a un aumento en la cantidad de aire ventilado por unidad de tiempo en
relación a lo considerado como una respiración normal (eupnea). Este aumento en la cantidad de aire
intercambiado se puede producir ya sea por un aumento en la frecuencia del ciclo respiratorio (taquipnea),
por un aumento en la profundidad de la respiración (batipnea) o por una combinación de ambas (polipnea).

TEMPERATURA CORPORAL

La temperatura corporal un indicador que evalúa la regulación térmica de nuestro organismo. Según
la medicina, una temperatura normal está entre 35 y 37 ºC. Si la temperatura se encuentra entre 37,1-
37,9 ºC se trata de un estado febril o febrícula y si está por encima de 38 ºC estamos hablando
de hipertermia o fiebre. Los niños han de tener al menos 36 grados.

La temperatura corporal elevada puede ser el resultado de procesos infecciosos, deshidratación,


intoxicaciones, dolor agudo y prolongado, nerviosidad extrema, trastornos emocionales, u otras causas
patológicas y se denomina fiebre, hiperpirexia, pirexia, hipertermia.

PRESION ARTERIAL.

La tensión arterial es la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias al ser bombeada por el
corazón.

La tensión arterial normal en adultos es de 120 mm Hg cuando el corazón late (tensión sistólica) y de 80 mm
Hg cuando el corazón se relaja (tensión diastólica).

La medición de la presión arterial, que se da en milímetros de mercurio (mm Hg), consta de dos números. El
primero, o mayor, mide la presión en las arterias cuando el corazón late (presión sistólica). El segundo, o
menor, mide la presión en las arterias entre los latidos del corazón (presión diastólica).

Las mediciones de presión arterial entran en cuatro categorías generales:

 Presión arterial normal. Tienes presión arterial normal si el número está por debajo de 120/80
mm Hg.
 Presión arterial elevada. La presión arterial elevada es una presión sistólica entre 120 y 129
mm Hg y una presión diastólica por debajo de 80 mm Hg. La presión arterial elevada tiende a
empeorar con el tiempo a no ser que se tomen medidas para controlarla.
 Hipertensión en etapa 1. La hipertensión en etapa 1 es una presión sistólica entre 130 y 139
mm Hg o una presión diastólica de 80 a 89 mm Hg.
 Hipertensión en etapa 2. La hipertensión en etapa 2, una hipertensión más grave, es una
presión sistólica de 140 mm Hg o mayor, o una presión diastólica de 90 mm Hg o mayor.

Los rangos normales de los signos vitales para un adulto sano promedio mientras está en reposo son:

Presión arterial: 90/60 mm Hg hasta 120/80 mm Hg

Respiración: 12 a 18 respiraciones por minuto

Pulso: 60 a 100 latidos por minuto

Temperatura: 97.8°F a 99.1°F (36.5°C a 37.3°C); promedio de 98.6°F (37ºC)

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