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FACULTAD:
CIENCIAS JURIDICAS
CARRERA:
CIENCIAS JURIDICAS
CATEDRA:
DERECHO CONTRACTUAL CIVIL Y MERCANTIL
CATEDRATICO:
GUSTAVO PARADA
ACTIVIDAD:
EXPOSICIÓN DE TEMA : EL CONTRATO MANDATO
INTEGRANTES:
JOSE ARTURO PINEDA ALEGRÍA
KEVIN ISAI PENADO REYES
Introducción
En el presente trabajo desarrollaremos el contrato de mandato, las definición de contrato
de mandato las reglas generales también la administración del mandato , las obligaciones
del mandante y terminación del mandato con el fin de explicar alos compañeros los
contratos de mandatos con el propósito de que todos tengamos conocimiento de estos.
Objetivo General : determinar la estructura del contrato mandato, con el fin de demostrar
nuestros conocimientos acerca del tema.
Objetivo específico: incentivar a los estudiantes a profundizar aspectos relaciones con el
contrato mandato.
DEFINICIONES DEL CONTRATO DE MANDATO
-“El Mandato, es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios
a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera, artículo 1875 del
Código Civil.
-“El Mandato es un contrato por el cual una persona da encargo a otra persona, que acepta,
de realizar gratuitamente un acto determinado o un conjunto de operaciones. (Tratado de
Derecho Romano Eugene Petit).
-“El Mandato, es un contrato consensual, bilateral imperfecto, por el cual una de las partes
(mandatario) se obliga gratuitamente a efectuar una prestación o administrar un negocio
por cuenta de la otra parte (mandante) de la cual ha recibido el encargo. (Instituciones de
Derecho Romano, Pedro Bonfant).
-“El Mandato, es un contrato preparatorio que tiene por objeto habilitar a una persona
llamada mandatario para que celebre uno o más actos jurídicos en representación del
mandante. Es el contrato que permite obrar por medio de la representación. (Derecho
Civil Español, A. Borrel y Soler)
-“El Mandato, es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más negocios
a otra, que corren por cuenta y riesgo de la primera. (Curso de Derecho Civil, Alfredo
Barros E.)
Para comprender y saber sobre que trata la administración del Mandato, queremos definir
que son los actos de administración.
En nuestra legislación civil no se define lo que son los actos de administración, pero puede
definirse de la siguiente manera:
Como el mandatario obra por cuenta y riesgo del mandante, su primera obligación es
“ceñirse rigurosamente a los términos del Mandato, fuera de los casos en que la ley le
autorice para obrar de otro modo”, de conformidad al artículo 1891 del Código Civil de
nuestra legislación.
Según el artículo 1984 del mismo Código se establece que “la recta ejecución del
Mandato comprende no solo la sustancia del negocio encomendado, sino también los
medios por los cuales el mandante ha querido que se lleve a cabo. En el artículo 1892,
encontramos que al Mandato confiere naturalmente al mandatario el poder de ejecutarse
actos de administración, el de perseguir en juicio a los deudores, comprar los materiales
necesarios para el cultivo o beneficio de las tierras, minas, fábricas, u otros objetos de
industria que se le hayan encomendado.
No obstante este rigorismo el mandatario tiene algunas facultades que podrían llamarse
“Poder Discrecional”, para actuar en algunos casos, a su arbitrio, y sin necesidad de
consultar en tales casos al mandante, tal poder discrecional se encuentra en varias
disposiciones legales, ejemplo de ello tenemos en los artículos 1907, 1908 y 1910 inciso
segundo del Código Civil.
- El reembolso de los gastos razonables causados por la ejecución del Mandato, según se
establece en el artículo 1918 numeral dos, del Código Civil.
- Al pago de las pérdidas en que haya incurrido el mandatario sin culpa, y por causa del
Mandato, según se establece en el artículo 1918 numeral quinto del Código Civil.
I) Por el desempeño del negocio para el cual fue constituido, el Mandato acaba, termina,
concluye obviamente por el cumplimiento, por la realización, conclusión del acto o
negocio que le fue encargado al mandatario.
II) Por la expiración del término o por el evento de la condición prefijada para la
terminación del Mandato; es decir que el vencimiento del plazo o el cumplimiento de la
condición estipulada en el contrato ponen término, final al Mandato. Por tanto, el efecto
propio de esta modalidad es la extinción de la relación jurídica en que inciden.
Por lo tanto el Mandato, es un contrato de confianza, y por regla general cede en exclusivo
beneficio del mandante quien puede o tiene la facultad de dar por terminado el Mandato
con la revocatoria que haga del mismo, pero la revocación no es oponible a los terceros
de buena fe.
- Revocación Expresa
- Revocación Tácita
= Revocación Tácita, se da por “el encargo del mismo negocio a distancia persona, según
se establece en el artículo antes mencionado.
La revocación bien sea expresa o tácita produce su efecto desde el día en que el
mandatario ha tenido conocimiento de ella. La revocación del Mandato puede ser
notificada al mandatario y a su vez sería bueno notificar a los terceros que han contratado
con el mandatario.
En conclusión la vida del Mandato llega a su fin al emitirse la revocación, pues deja de
tener existencia legal.
De esta manera, el mandatario que ha renunciado no pone fin instantáneo al contrato, pues
si lo hace debe responsabilizarse e indemnizar al mandante por los daños y perjuicios que
la haya causado al mandante con la renuncia; a menos que exista causa justificada para
continuar con el negocio encargado, de conformidad al artículo 1927 inciso segundo del
mismo código, y que no tendrá ninguna responsabilidad en los perjuicios que pueda
experimentar el mandante.
= Ni cuando es un Mandato judicial, la ley ha adoptado medidas para que cuando muera
el mandatario los intereses del mandante no queden abandonados y con este objeto los
herederos del mandatario que fueren hábiles para la administración de sus bienes y en
general todos los que sucedan en la administración de bienes del difunto mandatario
deberán cumplir con la obligación de dar aviso inmediato al mandante de la muerte del
mandatario, y hacer a favor del mandante lo que puedan en circunstancias exigidas.
Las omisiones en que incurran al respecto les hará responsable de los perjuicios que por
tal motivo sufran los negocios del mandante, según se establece en el artículo 1929 del
Código Civil.
VI) Por la quiebra o insolvencia del uno o del otro: En estos casos termina el Mandato,
pues la insolvencia y con mayor motivo la quiebra del mandante pone fin al Mandato, ya
que no tiene negocio que cuidar, pues cuanto poseía ha pasado o debe pasar a manos de
sus acreedores; y por lo tanto lo que respecta al mandatario ya no merece confianza como
gestor de negocios ajenos, pues desaparece su responsabilidad.
Requiriendo el Mandato que ambas partes tengan la capacidad para contratar y llevar a
cabo la celebración de un acto jurídico, por lo cual es lógico que al cesar la capacidad de
una de las partes contratantes ya sea porque se declare en estado de interdicción, tendrá
que concluir el Mandato.
En conclusión la interdicción de cualesquiera de las partes lo que hace es volverlo incapaz
y por lo tanto pone fin al Mandato.
El Mandato termina por la cesación de las funciones del mandante, si el Mandato ha sido
dado en ejercicio de ellas pero toda gestión que ha realizado el mandatario mientras se
revela de las funciones del mandante son válidas respecto de terceras personas que han
contratado con el mandatario.
Diferentes conceptos de lo que se entiende o se tiene por Mandato Mercantil según los
legisladores de diversas naciones, y los cuales son los siguientes:
Por regla general el mandante está obligado a proveer al mandatario de los fondos
necesarios para el cumplimiento del encargo, pero si no recibiere dicha provisión para el
cumplimiento del Mandato podrá desistir de el comunicándolo al mandante, y si no lo
hace así, se supone que anticipará los fondos y por lo cual tendrá el mandatario el derecho
de retención sobre las mercaderías que le hayan sido remitidas o que estuvieren a su
disposición y que pertenezcan al mandante.
EN MATERIA MERCANTIL
En cuanto a la administración del Mandato nos referimos a las facultades que tiene el
mandatario para la ejecución del Mandato de conformidad a como se a estipulado en
dicho documento, lo que lo hace sujetarse a las instrucciones dadas por el mandante para
que se le lleve a cabo la ejecución de los Actos de Comercio de modo y manera que el
mandante a querido, de conformidad a lo establecido en el artículo 1090 del Código de
Comercio, donde se establece que el mandatario deberá cumplir la ejecución del Mandato
de acuerdo a las instrucciones recibidas, y a falta o insuficiencia de ellas, con arreglo a
los usos del comercio; pero hay casos en que necesita autorizaciones especiales para la
ejecución del mismo y es cuando el negocio excede del giro ordinario del mandante; dada
una autorización especial en atención a circunstancias determinadas, se presume
ampliado para las demás circunstancias, salvo que se diga lo contrario; cuando se da un
Mandato especial para un negocio determinado, comprenderá todos los actos necesarios
para realizar dicha operación aunque no se haya especificado detalladamente, de
conformidad a lo establecido en el artículo 1085 del Código de Comercio, y en todo caso
que no cumpla lo estipulado y ocasionare un daño al mandante responderá de dichos
daños y perjuicios.
MATERIA MERCANTIL
En cuanto al Mandato Mercantil, este quedará resuelto o terminado por las mismas causas
y en las mismas condiciones o circunstancias que el Mandato Civil, de conformidad al
artículo 1923 en relación con el artículo 1438 ambos del Código Civil, por lo que hacemos
referencia de dicho tema en el título I, Capítulo único del Libro Tercero de este trabajo;
agregando además y como de todos es conocido que en materia mercantil nos regimos de
acuerdo a las disposiciones contenidas en nuestro Código de Comercio y demás leyes
Mercantiles afines; pero en defecto de estas lo que no está contemplado en estas leyes)
nos remitiremos por los respectivos usos, costumbres, la ley, y el mismo Código Civil,
por lo que se entiende que el Código Civil, es supletorio, esto es en base al artículo I del
Código de Comercio, pues por ser disposiciones generales son aplicables a todo el código
y para toda el área mercantil, en relación al artículo 945 del mismo código.
Por lo que concluimos en este aspecto del Mandato Mercantil, que no nos da ninguna
referencia o disposición sobre la terminación de dicho Mandato, por lo que nos remitimos
en lo referente al Código Civil de nuestra legislación.
Se ha decidido hacer una breve referencia sobre estos dos contratos, ya que muchos
legisladores regulan bajo un mismo rubro los principios que rigen estas dos instituciones,
pareciera que para algunos legisladores quisieran hacer una síntesis o mezcla de ambos;
mientras que para otros si hay diferencia entre ambos contratos y es según la mayoría de
legislaciones modernas y de sus autores que se plantea que son dos cosas jurídicamente
distintas y dentro de las cuales configura nuestra legislación, al establecer unas ligeras y
breves diferencias entre ambos contratos.
Solamente se hará mención en cuanto a la doctrina que considera que dos son los contratos
que debió distinguir el legislador, con arreglo a los precedentes históricos y a los
principios científicos de cada uno y a las mismas conveniencias según la práctica que se
le da; así veremos el Mandato Mercantil y la Comisión en nuestra legislación.
Son aceptos diferentes, regulados por disposiciones similares, pero que son figuras
diferentes.
Como podemos observar que la distinción básica radica en razón del objeto, aunque
siempre ambos tienden a la realización de un Acto de Comercio; pero en el Mandato
Mercantil el mandatario actúa en nombre y por cuenta del mandante, mientras que en la
comisión el comisionista actúa en nombre propio, pero por cuenta del comitente, lo que
es una gran diferencia entre ambos contratos.
Desde el punto de vista jurídico la Comisión y el Mandato han sido modificados por los
usos y prácticas comerciales que se les ha dado durante el transcurso del tiempo, de tal
manera que la mayoría de legislaciones han hecho de ambos unos contratos diferentes y
especiales del comercio.
=Semejanzas
- En ambos mandos, el mandatario actúa en nombre y por cuenta del mandante, o sea por
cuenta ajena y no propia.
- En cuanto a las maneras o causas de extinguir el Contrato de mandato, son las mismas
tanto en materia Civil como en Mercantil.
= Diferencias:
- En cuanto al objeto:
El Mandato en Civil, es un contrato en que una persona confía la gestión de uno o más
negocios a otra, que se hace cargo de ellos por cuenta y riesgo de la primera, según se
establece en el artículo 1875 del Código Civil; pero el Mandato no trae siempre consigo
la facultad de mandatario de representar al mandante.
- En cuanto a la remuneración:
En el Mandato Mercantil, siempre es oneroso o remunerado, o sea será por acuerdo de las
partes contratantes, y a falta de estipulación por lo usos de la plaza donde el Mandato se
ejecute, de conformidad al artículo 1084 del Código de Comercio.
La diferencia radica en que en el Mandato Civil puede ser de una o de otra forma; pero
en cambio en materia Mercantil necesariamente es remunerado u oneroso, pues dada la
clase de acto a ejecutarse son diferentes.
- En cuanto a la forma:
El Mandato Civil puede hacerse por escritura pública o privada, por cartas, verbalmente
o de cualquier otro modo inteligible, y aún por la aquiescencia tácita de una persona a la
gestión de sus negocios por otra, de conformidad al artículo 1883 del Código Civil.
En cuanto en el Mandato Mercantil, es expreso y el cual debe constar por escrito para
exhibirlo ante las terceras personas con quienes contrate el mandatario, y aún más debe
inscribirse en el Registro de Comercio, de conformidad al artículo 1094 en relación al
artículo 367 del Código de Comercio ambos, pues los Factores como auxiliares de los
comerciantes pueden ser mandatarios y están facultados para realizar todos los Actos de
Comercio del lugar donde prestan sus servicios; pero no obstante todo ello el Mandato
Mercantil puede presumirse, pues estas personas se entienden que tienen la facultad
necesaria para ejecutar un acto de comercio cuya gestión se les ha encomendado por parte
de su lugar de trabajo.
En cuando a la persona que puede ser mandatario en materia Civil puede ser cualquier
persona o bien por su profesión u oficio que se encargue de negocios ajenos; y en cambio
en materia mercantil pueden ser mandatarios los factores, los dependientes, los agentes
de comercio, y toda aquella persona que pueda ejecutar actos de comercio.
En materia Civil cuando el Mandato termina por muerte de una de las partes, se dice que
es en razón de la confianza que hay entre las dos personas que dan constitución, origen al
Mandato, y solo podrán continuar los herederos cuando el Mandato tienda a ejecutarse
después de la muerte, o para no causar algún daño al mandante mientras que en materia
mercantil ya sea una de las partes contratantes, sus herederos o representantes podrán
continuar y tendrán derecho a una remuneración por la ejecución del Mandato cuando
termine por muerte o interdicción de las partes.
- Otra diferencia bien de fondo es que entre los actos de la vida civil y los de la mercantil,
es que existen tales diferencias que se requieren diversos preceptos jurídicos. Unos
pueden considerarse aisladamente, los otros deben considerarse en toda complejidad de
su conjunto que constituye el comercio.
Resulta que mientras los actos de la vida civil son más raros y pueden cumplirse con
mayor espacio y con la observancia de formalidades lentas y rigurosas; los de la vida
comercial son frecuentísimos y asumen formas variadas, y por eso se necesitan reglas
rápidas y amplias, y además las operaciones mercantiles son por su naturaleza tales y
tantas y encadenadas unas a las otras.
- En ambos mandatos pueden ser varias las personas encargadas como mandatarios, de lo
cual todas responden por los daños y perjuicios ocasionados al mandante.
Entonces en materia Civil si no se dijo nada sobre la solidaridad de las partes, cada quien
responderá por los daños ocasionados al mandante, pues necesariamente hay que pactarla;
mientras que en materia Mercantil la solidaridad se presume, es decir que si no se deja
bien establecida expresamente la cláusula que “no hay solidaridad entre los mandatarios”
todos responden igualmente por los daños ocasionados al mandante, pero todo lo
contrario sería si se dejara plasmado expresamente diciendo que no hay solidaridad, pues
cada quien responderá por los daños y perjuicios ocasionados al mandante.
BIBLIOGRAFIA
- Curso de Derecho Civil, Alfredo Barros Errazuriz, Segunda Parte, Volumen III,
Editorial Nascimento, Chile
- El Contrato de Mandato,
Material de apoyo impreso en la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales de la
Universidad de El Salvador, supervisado por el Dr. Atilio Rigoberto Quintanilla. 1977.
- Derecho Civil Español, Antonio M. Borrell y Soler, Tomo III, Obligaciones y Contratos,
- Curso de Derecho Mercantil, Joaquín Rodríguez y Rodríguez, Tomo II, Décima Séptima
Edición, Editorial Porrúa, México.
- Derecho Mercantil, Rafael Cervantes Ahumando, Primer Curso, Editorial Herrero, S.A.,
Amazonas 44, México.
- Derecho Mercantil Mexicano. Rafael de Pina Vara, Décima Edición, Editorial Porrúa,
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- Derecho Mercantil, David supino, traducido por Lorenzo Benito, Cuarta edición,
Editorial La España Moderna, Madrid, España.
Madrid, España.