nº 3 | 201 1
estudos de
conservação e
restauro
studies in conservation and restoration
estudios de conservación y restauración
IS S N - 1647-2098
ficha técnica
Edição Assistente de edição
Centro de Investigação em Ciência e Patrícia Fontes
Tecnologia das Artes (CITAR)
revista.ecr@porto.ucp.pt
Periodicidade
Anual
Direcção
Dezembro 2011
Conselho de redacção
artigos
têxteis e trajes
Fruto do trabalho que os estudiosos realizam no âmbito da conservação, contamos neste novo
número da revista ECR com artigos procedentes de distintas áreas. Confluem neste volume
trabalhos da História da Arte e pesquisa documental, da investigação analítica, de exame
técnico, de experiências em matéria de prevenção e de conservação e restauro. Torna-se,
ainda, interessante realçar a variedade tipológica e material dos bens culturais abordados,
desde o mobiliário à pintura, ou dos edifícios e sua decoração á arte contemporânea.
Sobre aspectos do mobiliário pintado do século XVIII da Ilha da Madeira, Daniela Coelho
traz-nos um texto com exemplos de oratórios portugueses.
José Ferrão Afonso em “Algumas notícias sobre a Igreja Velha da Misericórdia de Barcelos”
com base em documentação de arquivo, pode reconstruir algumas das principais etapas da
sua construção e da execução das pinturas e retábulos originais.
Esperamos que este novo número da revista satisfaça as expectativas dos nossos leitores
e que seja um estímulo para o envio e contribuições com trabalhos inovadores para o
próximo.
Ana Calvo
University of Valencia too, it’s a paper that limpieza de estructuras pictóricas”, de José
debates the advantages, limits and problems of Manuel Barros, Sheila Llano y Marina Rodríguez,
using chelating agents in the cleaning of pictorial también de Valencia, es un artículo que expone
surfaces and highlights the lack of protocols. las ventajas, limitaciones y problemática del
In the field of painted furniture from Madeira empleo de agentes quelantes para la limpieza
Island in the XVIIIth, Daniela Coelho brings us de superficies pictóricas, y pone de relieve la
an article on traditional Portuguese oratories. falta de protocolos para su uso.
The paper of Joana Madureira and Inês Cayres Sobre aspectos de mobiliario pintado del siglo
on “Handling, Packing and Transportation of XVIII en la Isla de Madeira, Daniela Coelho
Cultural Goods - Risk Evaluation” aims to alert aporta un texto con el ejemplo de dos oratorios
and to educate on the damages in the specific portugueses.
would like to highlight, from all of them, the las técnicas tradicionales de esta tipología
final events of the I&D project “Materials and decorativa.
Techniques of Painters of Northern Portugal” Se presentan también, como es habitual,
and the attendance on the ICOM-CC Triennial algunas reseñas bibliográficas, y noticias
Conference, that took place in Lisbon in
sobre las actividades llevadas a cabo por los
September.
investigadores del CITAR en este último año.
We hope this third number of ECR will satisfy the Entre estas últimas nos gustaría destacar los
expectations of our readers and will encourage eventos finales del proyecto “Materiales y
them to send us new contributions.
técnicas de pintores del Norte de Portugal”,
así como la participación en el Congreso
Ana Calvo internacional del ICOM-CC en Lisboa.
Ana Calvo
Resumen
Este estudio pretende incidir en la problemática específica que plantea el arte monocromo
y la complejidad que implica su conservación y restauración.
El arte monocromo es un arte delicado desde su creación. El gusto por los acabados mates,
las superficies sin preparar, la ausencia de barniz protector, convierten a la mayoría de
las obras monocromas en obras extremadamente frágiles. Esto plantea una problemática
específica, ya que la mayoría de los deterioros que se produzcan se van a localizar en la
superficie pictórica y por lo tanto afectarán a la apariencia de la obra. Asimismo, el proceso
de restauración podría conllevar la modificación de las superficies, lo que nos devuelve al
principal conflicto con el arte monocromo: el fácil deterioro del concepto artístico.
Palabras clave
This investigation intends to present the specific problem that occurs in monochromatic
art. It also is meant to address the difficulty in its conservation and restoration.
Monochromatic Art is a delicate art since its creation. The aesthetic pleasure of matte
surfaces and the rough, unvarnished finishes are characteristic in converting these
monochromatic pictures into rather fragile pieces.
Due to this, the majority of deterioration will appear on the pictorial surface and this will
affect the overall appearance of the piece. Therefore, the restoration process could modify
the surfaces. That returns us to the principle conflict of monochromatic art: the easy
deterioration of the artistic concept.
Keywords
Este estudo tem como objetivo apresentar os problemas específicos colocados pela arte
monocromática a complexidade de questões relacionada com a sua conservação e restauro.
Arte monocromática é uma arte delicada desde sua criação. O gosto por acabados foscos,
superfícies não preparadas e até a falta de verniz de protecção, imprimem aos trabalhos
monocromáticos uma maior fragilidade. Isto representa um problema específico, uma vez
que a maioria dos danos ocorrem na superfície pictórica, afectando por isso a aparência do
trabalho. Além disso, o processo de restauro pode modificar as superfícies, que nos conduz
ao principal conflito da arte monocromática: o da deterioração do conceito artístico.
Palavras Chave
Introducción
Así, podría decirse que la modificación de las características formales sobre las que está
basado el discurso artístico, afecta a la comprensión de la obra. Este nuevo concepto
modifica el planteamiento a seguir frente a una restauración, y complica la elección de
correctos tratamientos de intervención, teniendo que analizar en profundidad cada caso
individualmente.
Existen interrogantes en relación a las obras monocromas, cuestiones que surgen a causa
de las técnicas de construcción de las mismas, que aunque formalmente pudieran ser
simples, contienen un valor intrínseco complejo.
Por esta razón, este estudio va a pretender analizar el arte monocromo desde una visión
más teórica planteando las particularidades de las obras, los problemas que éstas acarrean
y el entendimiento de la intención e idea que pretenden transmitir los artistas. Se pretende
plantear los problemas más habituales para debatir soluciones adecuadas. Una correcta
metodología de trabajo, nos asegurará el buen estado de la obra y el mínimo cambio
conceptual.
Figura 1 - Kazimir Malevich, Black Square, 1923. Óleo sobre lienzo. From the State Russian
Museum, St. Petersburg
En España surge una “generación” de pintores que también se decantan por la realización
de obras monocromas o de campos de color. Artistas como José María Yturralde, Esteban
Vicente, José María Sicilia o Jordi Teixidor.
José María Yturralde a mediados de los sesenta comienza a evolucionar hacia una abstracción
geometrizante, investigando en múltiples direcciones, desde el informalismo matérico hasta
la abstracción geométrica. Yturralde desarrolló un arte próximo a la ciencia, ligado a sus
célebres Figuras Imposibles y estructuras moduladas a partir de conceptos geométricos.
Jordi Teixidor, artista valenciano, subdivide el espacio del cuadro en diferentes zonas
mediante bandas de color y pinceladas más marcadas con textura. Las bandas o líneas
son parte integrante de la obra de Teixidor desde 1973 y están influenciadas por el pintor
Estadounidense Barnett Newman.
Los artistas monocromos, de algún modo, quieren revelarse contra las representaciones que
encuentran banales y para ello utilizan formas simples, colores primarios y monocromos.
Cada artista desarrolla un fin para su obra, como el místico de Newman, la abstracción
geométrica de Yturralde, el lirismo abstracto de Teixidor, el metafísico de Klein, o el
espacialismo de Fontana. Todos buscarán materiales que les permitan llevar a cabo sus
creaciones, ya que cada obra es un universo nuevo de inspiración y de experimentación.
que experimentan con los materiales realizando mezclas que en ocasiones no tienen mucha
estabilidad en el tiempo.
Un ejemplo de artista que utiliza las técnicas tradicionales es Clyfford Still. “En lugar de
emplear las pinturas comerciales molidas a máquina Still insistía en moler él mismo sus
pigmentos y mezclarlos con aceite de linaza hervido sobre la paleta”. Así pues, prefería
mezclar él mismo sus pigmentos porque “las partículas de pinturas reflejaban la luz,
mientras que los pigmentos comerciales estaban demasiado molidos” (V.V.A.A, 1992:38).
Existen en cambio artistas que prefieren experimentar con los materiales y las formas
de aplicación de la pintura, como Helen Frankenthaler que utilizó la pintura al óleo con
trementina, de manera que el color empapara el lienzo. Esta técnica, conocida como soak
stain (mancha de empapado), “le permitió unificar el color y el soporte, el contenido
y la forma, en una estricta bidimensionalidad” (V.V.A.A, 2005a:286). Frankenthaler en
la década de 1960 comenzó a dejar grandes zonas del lienzo vacías en muchos de sus
cuadros, para permitir que la obra respirara. En 1962 comenzó a utilizar el acrílico, que
resultaba más brillante y menos denso que el óleo, (Fig. 2).
Figura 2 - Helen Frankenthaler. Inundación de 1967. Polímero sintético sobre tela. 315 x 355,6
cm. Museo Whitney de Arte Americano, Nueva York. Fotografía Geoffrey Clements
Por otro lado, Morris Louis comienza pintando expresionismo abstracto hasta que realiza
una visita al estudio de Helen Frankenthaler e imita la utilización de los colores, muy diluíos
que producen un efecto similar a la acuarela (Chiantore y Rava, 2005:15). Louis aplicaba
sobre la tela la pintura moviendo posteriormente el lienzo o el bastidor, para crear unas
determinadas formas de color, así elabora la serie Veils (Los Velos), “en la que la pintura
está vertida sobre el lienzo formando manchas […] son áreas parcialmente superpuestas
de tintas transparentes que eliminan cualquier vestigio de figuración y, al mismo tiempo,
la calidad táctil inherente a toda superficie pictórica de pigmento extendido” [http://
www.masdearte.com/index.php?view=article&catid=58&id=6729&option=com_
content&Itemid=7].
“La pintura de Louis era aligerada con un óleo miscible en la resina acrílica llamada Magna,
que contiene pigmentos, residuo de resina acrílica y pequeñas cantidades de estabilizantes
que mantienen el pigmento y la resina aglutinados”, (Elderfield, 1986:34). Louis estaba
interesado en las cualidades estéticas que se podían lograr por medio del color, el
movimiento, la forma, el tamaño, la disposición, y la técnica por sí sola.
Uno de los mayores representantes de este movimiento es Yves Klein. Klein es un artista
singular por lo que respecta a la variedad de su obra. Pretende reinventar la manera
de representar y para ello elige el monocromo, ya que le aporta libertad y facilita la
experimentación. El color implica según él la materialización de la sensibilidad y debe ser
percibido sin jerarquías ni contrastes en la composición, evitando la interferencia de más
colores, (Chiantore y Rava, 2005:219).
De 1956 a 1957 realiza las obras incluidas en el periodo azul. Para su realización Klein,
no se conforma con cualquier acabado. Desecha los colores mezclados al óleo, abandona
el pastel por la necesidad de usas fijativos para proteger su obra, ya que modificaban los
acabados deseados, y pasó a utilizar pigmento industrial aglutinado con una resina vinílica
diluida en alcohol, el “Rhodopas M”. Escoge el azul porque para él es “lo invisible tornándose
visible… El azul no tien dimensiones. Existe fuera de las dimensiones que forman parte de
oros colores” (V.V.A.A., 2004:40), (Fig.3).
Klein atribuyó un papel particular al color azul, que encarnaba los motivos más abstractos
de la naturaleza tangible y visible como son el cielo y el mar. Por ello, durante largo tiempo
buscó un azul que conservara la luminosidad original del pigmento y lo halló en el IKB
(Internacional Klein Blue): un azul ultramarino profundo que Klein desarrolló con la ayuda
de un amigo químico y que luego patentó, convirtiéndose entonces en su marca registrada.
Sobre un soporte que solía ser rígido (contrachapado o madera), colocaba una preparación
de caseína extendida sobre gasa de algodón, y sobre esta capa aplicaba la capa pictórica
a rodillo, (Chiantore y Rava, 2005:220).
Figura 3 - Yves Klein, Sin título Blue monochrome, 1957. Pigmento seco en resina sintética sobre
madera
Los artistas modernos recurren, cada vez más, al uso de materiales cotidianos, como la
pintura de fachadas en el caso de Frank Stella o la pintura de paredes, como en el caso
de Piero Manzoni, productos no pensados para el arte, que pueden tener problemas de
comportamiento.
La calidad de los materiales con los que se ha llevado a cabo la obra, la mezcla de los mismos
y el modo de ejecución, ligado a la idea que se quiere transmitir, se traducen en problemas
que podemos definir como “derivados de la técnica”. Un ejemplo de lo dicho son las grandes
telas que pintó Rothko para la capilla de Houston, las cuales al tiempo de su colocación,
comenzaron a mostrar cambios cromáticos y alteraciones en el estrato pictórico. El motivo
de este cambio de color fue la utilización de una mezcla, preparada por el propio artista,
que consistía en óleo, huevo, dammar y trementina. Los estudios científicos demostraron
que la exudación blanca era debida a la migración, sobre la superficie negra, de los ácidos
grasos del huevo que empleó Rothko en la mezcla, (Mancusi-Ungaro, 2003), (Fig.4).
Otro problema habitual en el arte monocromo es la utilización del propio color del lienzo
como color de fondo de la composición, o como color que forma parte del cuadro. El
problema es que con el paso del tiempo el color de la tela ya no es el de origen, y se
produce un amarilleo de las fibras debido al contacto con el oxigeno y la luz, este proceso
es irreversible y modifica la visión del cuadro con respecto al original buscado por el artista.
Existen patologías que afectan en un mayor grado a las obras monocromas por su naturaleza
y su mensaje conceptual, como por ejemplo las alteraciones que modifican los acabados de
la superficie; daños mecánicos, fricciones, roces que afectan a la apariencia de las obras
y por lo tanto al mensaje que llega al espectador (ruido). Estos deterioros son debidos al
movimiento constante al que se ven sometidas las obras “en la movilidad de las obras para
ser expuestas se producen al menos, el 85% de los deterioros y daños, y en la mayoría
de los casos no cabe duda de que se han realizado inadecuadas o escasas medidas de
conservación preventiva, o ha faltado la prevención con relación a las piezas” (Roldán,
2001:136).
consultarla al autor. Ahora bien, si el autor vive, tiene los derechos morales sobre la obra
y podrá realizar él mismo la restauración, si el autor hubiera fallecido podrá realizar la
restauración otra persona, siempre que se respete la voluntad del artista creador, (Ortega,
2000:766).
Ahora la cuestión que nos surge es, ¿cómo repercuten en la restauración de una obra
monocroma las diferentes figuras influyentes en el arte y la ley que resguarda el derecho
del autor? En definitiva, actualmente, los restauradores se encuentran ante el conflicto
existente entre los sentimientos de los artistas y los intereses del mercado (Macarrón y
González, 2004:205), ya que determinar en muchos casos la intervención final que se
debe realizar en una obra debe ser un trabajo en conjunto entre el artista y el restaurador,
debiendo quedar el mercado del arte en segundo plano.
Partimos de la idea de que las obras no se conciben sin la presencia de todos aquellos
que las observan, los cuales tendrán la tarea, difícil en ocasiones, de interpretarlas. En
el arte contemporáneo el fin del autor es trasmitir un mensaje. En el arte monocromo
en particular, son fundamentales las cualidades plásticas que los artistas aportan a las
superficies, ya que el sentido de sus obras se encuentra íntimamente ligado a la de esas
características plásticas.
Un rasgo fundamental que hace de lazo conductor y a su vez de unión, entre las diferentes
representaciones monocromas a lo largo del tiempo, es el color. Adquiere el protagonismo
de las obras, contribuye a trasmitir la sutileza de los acabados, genera superficies sutiles
y homogéneas a través de las cuales los artistas manifiestan su percepción del arte, de la
naturaleza o de lo espiritual.
superficies rugosas, suaves, patinadas... las cuales establecen el resultado final estético,
por lo que se deduce que el significado estará expuesto por los diferentes matices de
los valores formales. La idea o el concepto que presenta el monocromo es el fruto final
de la suma de los valores formales, y toda desviación en el contenido formal afectará el
significado, y en consecuencia el universo intelectual de la obra” (Soraluze, 2006:211).
Para comprender la intencionalidad de las obras monocromas de un modo más sencillo, las
podemos dividir en dos vertientes, una mística y una concreta.
En la vertiente concreta los artistas no buscan nada más allá que la representación de una
composición formal sin ninguna intencionalidad intrínseca, liberándose así de cualquier
asociación simbólica con la realidad. Para ellos las líneas y formas son concretas por sí
mismas, dando importancia a la representación de un sistema compositivo mediante esas
líneas, formas y colores.
Estos discursos tan diferentes llegan a un mismo destino: el material como elemento más
significativo y formador de la superficie final sobre la que recae todo el peso del significado.
Descripción de la obra: Se trata de una obra realizada en tela blanca sobre armazones
de madera que dan la forma tridimensional. El ciclo de “Esculturas falsas” se divide
principalmente en dos grupos: el primero incluye a los animales prehistóricos, dinosaurios,
ballenas, delfines, tiburones, reptiles, mientras que el segundo es inspirado por elementos
de la naturaleza pura e incontaminada, blancos acantilados, el mar, las cascadas, el bambú…
Figura 5 - Pino Pascalli, Ricostruzione del dinosauro, 1966. 16 elementos tensados en tela cruda.
Galleria Nazionale d’ arte Moderna, Roma
obra con sustitución de la materia original. Debemos entender que la idea de la pieza se
encuentra en la experimentación estética ligada al color, forma y textura de la lona inicial
en buen estado. La sustitución de la tela aportará a la obra una visión más exacta de lo
que el artista pretendía. En este caso sacrificaríamos la materia original en beneficio de la
idea o concepto de la obra.
Por otro lado, se han realizado diferentes intervenciones en las piezas de Pascalli, un
ejemplo lo encontramos en la obra “Decapitación de la escultura”, la cual está cubierta de
una capa de color que la hace similar a un yeso. Otra obra intervenida es “Trofeos de caza”
donde debido a las espesas capas de color aplicadas se impide ver la tela a la vez que
ha quedado transformada en un material rugoso, muy parecido al cartón piedra (V.V.A.A,
2006:97). En otra pieza, Sargentini optó por restablecer no solo el color, sino también
la textura de la obra, para lo que volvió a tensar una nueva tela sobre los armazones de
madera original (V.V.A.A, 2006:98).
Fecha: 1959
Figura 6 - Mark Rothko, Sin título (Mural Seagram), 1959. Regalo de la Fundación Mark Rothko, Inc
Descripción de la obra: Los murales que Rothko creó para la capilla de Harvard, son pinturas
de gran formato construidas a partir de varias manchas rectangulares y dispuestas de
varios modos por el cuadro, con los bordes difuminados tan característicos del artista. En
esta obra, la tonalidad se vuelve más oscura y utiliza colores violáceos y rojizos en una
gama más intensa de la que el artista empleaba hasta el momento.
Para conseguir que el público sintiera estas sensaciones al observar sus pinturas utilizaba
grandes formatos que envolvían al espectador, con la finalidad de hacerle partícipe de una
experiencia mística y emocional.
Estado de conservación: Los murales que realizó para Harvard fueron realizados con
materiales de mala calidad. “Los paneles murales de Harvard instalados por el artista
en 1963 se decoloraron drásticamente con la exposición a la luz. La tonalidad original
había desaparecido, perdiendo completamente el aspecto unitario que el artista había
querido dar a la obra. […] se pudo comprobar que durante la ejecución de estas obras
Rothko se encontró sin colores y fue al distribuidor más cercano, donde compró colores de
marca indefinida. Estos colores contienen un pigmento rojo inestable a la luz, responsable
primero de los cambios cromáticos de los paneles más expuestos a la iluminación directa”
(Chiantore y Rava, 2005:226-227).
Propuesta de intervención: En este caso la opción más correcta para la obra sería
documentar el deterioro y conservar la obra en el estado en el que se encuentra, ya que
parte del sentido de la obra se ha perdido, al verse gravemente afectados los valores
estéticos. Una alternativa que ayudaría al entendimiento del mensaje sería la colocación
de reproducciones de la obra en su estado inicial.
Cathedra (Fig.7)
Fecha: 1951
Figura 7 - Barnett Newman, Cathedra, 1951. Óleo y acrílico sobre lienzo. Stedelijk Museum,
Amsterdam
se transmite a través de las cualidades de las texturas y el brillo de las superficies y sus
grandes campos de color.
1. Intervenir los rotos del cuadro mediante una microcirugía textil. Si el entelado se
encuentra en buen estado y su eliminación supone un estrés para la obra, la mejor
intervención sería realizar una microcirugía textil en el roto, interviniendo así lo menos
posible la pieza original.
Autor: Ad Reinhardt
Fecha: 1960-1966
En la realización de estas obras se percibe una notable sutileza. Para conseguirla, Reinhardt
emplea una mezcla diferente, combina el óleo con pasta celulósica para conseguir una
superficie mate y con apariencia delicada.
Figura 8 - Ad Reinhardt, Black Painting, 1960-1966, Óleo sobre lienzo. Guggenheim Museum
El interés de Reinhardt por el arte y la filosofía oriental, así como la búsqueda de una pintura
basada en el esencialismo y la atemporalidad en su creación, produce lo que Reinhardt
llamó Onu-reproducible, (Icono inexplicable), [http://www.guggenheim.org/new-york/
collections/conservation/conservation-projects/axa-reinhardt].
1. Considerar la obra como una ruina. Reinhardt buscaba acabados homogéneos y mates.
Añadía una amplia variedad de negros que en la actualidad se encuentran ocultos por las
intervenciones anteriores realizadas durante años, por lo tanto, la intención de la obra se
ha perdido, se ha modificado la superficie del lienzo y con ello el concepto artístico que
Reinhardt pretendía.
Si no podemos eliminar las capas que entorpecen la lectura de la obra porque dañamos el
original, deberemos concluir que en la actualidad no tenemos los medios necesarios para
restablecer la integridad de la pieza y que por lo tanto es actualmente irrecuperable.
La obra Black painting fue donada al Museo Guggenheim en el año 2000 por AXA Art
Insurance Corporation como una pintura para estudio después de considerarse irreparable.
Para eliminar los diversos repintes existente en la pintura se probaron diferentes métodos:
mezclas de disolventes tradicionales, geles, empacos, y tratamientos mecánicos. Este
trabajo se realizó bajo un microscopio estereoscópico para minimizar y controlar cualquier
daño causado a la superficie. Tras este tratamiento se comprobó que la superficie sufría
alteraciones.
Conclusiones
Algunos artistas han empleado materiales extraídos de la cotidianidad y los han insertado
en sus obras desconociendo el comportamiento que iban a tener en un corto periodo
de tiempo. El empleo de materiales de mala calidad o de fabricación industrial produce
patologías en las capas pictóricas que afectan a la estabilidad de las obras: decoloraciones,
craquelados, pedida de brillo…etc. son causadas por la inclusión de estos materiales o por
la búsqueda de innovación por parte de los mismos.
Los materiales empleados en las obras monocromas como los soportes textiles dejan de
ser mero soporte de las obras, para convertirse gracias a su deformación, manipulación y
Las intervenciones deben ser fruto de una reflexión teórica, que analice todos los factores
que envuelven la toma de decisión, ya que intervenciones realizadas en obras con patologías
semejantes, pueden dar como resultado tratamientos muy dispares.
Bibliografía
BAAL TESHUVA, Jacob. Rothko. Traductor: Mariona Grastacos i Grau. Barcelona: Editorial
Taschen, 2003.
CALVO, Ana. Conservación y restauración de pintura sobre lienzo. Ediciones Del Serbal,
Barcelona, 2002.
LLAMAS, R., PELLICER, S., MARTÍNEZ, R. “Aplicación del modelo de toma de decisiones a una
obra de látex y cabello humano”. En: Conservación y Restauración de Arte Cotemporáneo.
Madrid: Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, 2009.
MUSEO GUGGENHEIM BILBAO. “Yves Klein”. In: Guggenheim. Bilbao: FMGB Guggenheim
Bilbao Museoa, 2005. Nº febrero-mayo.
ROLDÁN, José Carlos. “La difusión de la obra contemporánea como factor de riesgo.
Movilidad y conservación”. In: PH Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico.
Sevilla, 2001. Nº35.
ROSE, Barbara. Monocromos de Malevich al presente con Barbara Rose. Madrid: Editorial
Museo Reina Sofía documentación artes y ciencias, 2004.
V.V.A.A. Arte del siglo XX. Pintura, escultura, nuevos medios, fotografía. Taschen. Barcelona,
2005.
V.V.A.A. Clyfford Still. Traductores: Rosa Pilar Blanco y María Luisa Balseiro. Museo Nacional
Reina Sofía, Madrid, 1992.
Referencias electrónicas
The Solomon R. Guggenheim Foundation. The AXA Reinhardt Project. [en línea].
EEUU. Disponible en Web: http://www.guggenheim.org/new-york/collections/
MASDECOM Comunicación Digital, S.A. Louis, Morris (llamado Morris Louis Bernstein)
http://www.masdearte.com/index.php?option=com_content&view=article&id=67
Agradecimientos
Notas biográficas
Rosario Llamas Pacheco es doctora en Bellas Artes, profesora titular del Departamento de
Conservación y Restauración de Bienes Culturales de la Universidad Politécnica de Valencia.
En la actualidad es la directora académica del Máster en Conservación y Restauración de
Bienes Culturales que oferta dicho departamento. Imparte varias asignaturas sobre la
disciplina de la conservación y restauración del arte contemporáneo tanto en licenciatura
como en máster y doctorado. Es miembro del Instituto de Restauración del Patrimonio de la
Universidad Politécnica de Valencia y ha dirigido varias tesis de doctorado y máster sobre la
conservación del arte actual. Ha publicado varios libros y artículos sobre esta especialidad.
rllamas@crbc.upv.es
Eva Chico Selvi es licenciada en Bellas Artes con máster en conservación y restauración
de bienes culturales. Ha participado en varios proyectos de investigación y restauración
del Instituto de Restauración del Patrimonio de la Universidad Politécnica de Valencia y ha
realizado prácticas de conservación de arte contemporáneo en empresas especializadas.
evachicoselvi@hotmail.com
Resumen
El ácido cítrico y el EDTA son dos agentes quelantes que se están convirtiendo en
herramientas indispensables en la limpieza de estructuras pictóricas. Sin duda, permiten
solucionar problemas muy complejos aunque también plantean dudas acerca de los posibles
efectos negativos en la pintura original. En comparación con los disolventes orgánicos,
existe todavía poca información acerca de qué protocolos se pueden seguir para diseñar
sistemas de limpieza con los agentes quelantes.
Palabras clave
O ácido cítrico e o EDTA são dois agentes químicos que paulatinamente se convertem
em ferramentas indispensáveis na limpeza de estructuras pictóricas. Indubitavelmente,
permitem resolver problemas complexos de limpeza, se bem que deixam dúvidas sobre
possíveis efeitos negativos na pintura original. Em comparação com os solventes orgânicos,
existe ainda pouca informação sobre que protocolos se poderão ter em conta para elaborar
sistemas de limpeza com agentes quelantes.
Palavras-chave
Citric Acid and EDTA are two chemical agents which are becoming indispensable tools in
the cleaning of pictorial structures. Undoubtedly, they allow professionals to solve very
complex problems while raising doubts as to the possible negative effects on the original
painting. In comparison with organic solvents, there still exists little information about the
protocols to be followed in designing cleaning systems with chelating agents.
Keywords
Introducción
Los agentes quelantes han pasado a ser en las dos últimas décadas una herramienta de
enorme interés en la limpieza de estructuras pictóricas (Barros García, 2005:119). Eran
agentes químicos habituales en el tratamiento de materiales inorgánicos como metales,
piedra o cerámica, pero poco a poco se ha podido comprobar que también podían ser
utilizados en la limpieza del patrimonio pictórico para resolver problemas muy complejos,
para los que las soluciones tradicionales consistían en el empleo de disolventes o reactivos
muy tóxicos. En un principio, se aplicaron quelantes en la limpieza de pinturas murales
pero su uso se ha extendido a la pintura sobre lienzo o tabla para la eliminación de capas
de suciedad.
El término quelación proviene del término griego chele o khele que significa pinza. Describe
la habilidad de ciertos agentes químicos de capturar iones metálicos para formar complejos
solubles en agua (Myers, 2007:124). Los agentes quelantes o secuestrantes se caracterizan
por estar constituidos por moléculas polidentadas, lo que significa que pueden formar más
de un enlace con un ion metálico. El complejo formado se denomina quelato (Doménech
Carbó y Yusá Marco, 2006: 99).
Aunque existen muchos quelantes, los únicos que parecen tener por ahora cierta aplicación
en la limpieza de estructuras pictóricas son el ácido cítrico, el ácido etilendiaminotetracético
(EDTA) y algunas de sus respectivas sales. Su utilización está muy vinculada a la eliminación
de suciedad, aunque también pueden emplearse en la extracción de otros tipos de estratos.
Ácido cítrico
El ácido cítrico es un ácido orgánico que está presente en una amplia variedad de frutas.
Su formula es HOC(COOH)(CH2COOH)2 y su masa molecular 192,12 g•mol-1 (American
Chemical Society, 1996). Originalmente el ácido cítrico se ha utilizado, en restauración,
en la limpieza de material inorgánico como piezas cerámicas o metales. También se ha
empleado para eliminar eflorescencias salinas en pintura al fresco.
En 1990 (Carlyle, Townsend y Hackney) se publica un estudio que señala que este
quelante, utilizado a un pH 7, y a una concentración del 2,5%, es eficaz y seguro en la
eliminación de capas de suciedad. Posteriormente, Phenix y Burnstock (1992:32) llegan a
la conclusión que al realizar una limpieza con disoluciones del 1-2% de citrato de triamonio
en agua, se pueden eliminar depósitos de suciedad presentes sobre una capa de barniz
sin dañar esta última. Estas publicaciones animaron a muchos restauradores a aplicarlo
en el tratamiento de pinturas, en sustitución de otros agentes químicos como el hidróxido
de amonio o el Vulpex® (un tensoactivo aniónico muy utilizado en la década de los 90 en
la limpieza de pinturas).
Ya en la siguiente década, Burnstock y van der Berg (2005) publican los resultados de un
nuevo estudio acerca de los efectos del citrato de amonio en las superficies policromadas. Las
conclusiones a las que llegan son similares a los estudios anteriores en cuanto a la efectividad
para la eliminación de suciedad a una concentración de 2,5% en agua. Sin embargo, se
señalan también los riesgos que presenta su uso a concentraciones mucho mayores.
Todos estos trabajos han demostrado la utilidad de los citratos en proyectos de limpieza
tanto en pinturas barnizadas como no barnizadas (aunque se deben tomar mayores
precauciones en el caso de estas últimas). Sin embargo, esta utilidad puede ampliarse si son
combinados con otros agentes químicos como, por ejemplo, tensoactivos. En la actualidad
las combinaciones agua-ácido cítrico-base-tensoactivo permiten diseñar soluciones muy
efectivas en la extracción de capas de suciedad, ajustando factores como, por ejemplo,
el pH, la concentración iónica o el tipo de tensoactivo (Wolbers, 2000:52-53; Cremonesi,
2004; Bracco y Ciappi, 2004).
Cremonesi (2000:115-118) ha sugerido interesantes usos para el ácido cítrico como, por
ejemplo, utilizado con disolventes en sustitución de los ácidos acético y fórmico para la
eliminación de estratos proteicos. Otra interesante posibilidad para la extracción de este
tipo de materiales es utilizar geles acuosos con Carbopol®, trietanolamina (TEA) y ácido
cítrico (Cremonesi, 2004:79).
En un estudio realizado en 2008 (Llano Torre) sobre el uso de ácido cítrico salificado con
trietanolamina, hidróxido de amonio y Tris base, las principales conclusiones avalan las
investigaciones anteriores: en la mayoría de las pruebas realizadas, a mayor pH y mayor
concentración del agente quelante se observa un incremento sustancial de la eficacia en
la eliminación de los depósitos (fig. 1). Al añadir un tensoactivo (Tween® 20) al sistema
agua-quelante-base, se observa también, en la mayoría de los casos, un incremento en la
efectividad del proceso de limpieza. Si, además, se añade un éter de celulosa como espesante
(Tylose® MH 300P), por lo general se produce un nuevo incremento en la extracción de
depósitos. En todas las pruebas este comportamiento se produce con independencia de la
concentración del ácido cítrico y de la base escogida (Anexo 1.1-1.3) (fig. 2). Es importante
recordar que el éter de celulosa, además de su función como espesante, también disminuye
la tensión superficial y mejora la humectación, comportándose así como un tensoactivo
(Cremonesi, 2000:47).
Figuras 2a y 2b - Influencia del pH, tensoactivo (T: 0,5ml de Tween® 20) y espesante
(E: 2,5g de Tylose® MH 300P) en la efectividad del ácido cítrico (0,5g/50ml de agua destilada)
salificado con TEA
EDTA
Dos de las sales del EDTA más habituales en tratamientos de restauración son la sal disódica
(EDTA-Na2) y la tetrasódica (EDTA-Na4). La sal disódica presenta en disolución un pH ácido
(pH 4,3-4,7 en una disolución del 5%), mientras que la tetrasódica presenta un pH básico
(pH 11 en una disolución del 5%). Estas sales son agentes quelantes muy efectivos para
un gran número de iones (Jourdain-Treluyer, 1991; Moncrieff y Weaver, 1992: 122-123;
Phenix y Brunstock, 1992).
A lo largo de los últimos 20 años se han publicado diversos trabajos que demuestran la
posibilidad de utilizar este quelante, aunque en general su uso en pintura de caballete
ha sido muy poco estudiado en comparación con los citratos. En 1990 Slavin publica un
artículo en el que se muestra el empleo de sal disódica de EDTA y otros agentes químicos
para la eliminación de depósitos de suciedad y sales de unas pinturas decorativas al óleo
sobre papel. Vedovello (1993:106) menciona también el uso del EDTA en la limpieza de
pintura de caballete del Museo Correr de Venecia, para la eliminación de estratos grises
de difícil solubilidad, compuestos probablemente por clara de huevo y un aceite secante,
aunque no aporta detalles sobre la forma de utilizarlo. Otros investigadores, entre ellos
Wolbers (2000) y Cremonesi (2004), también han destacado las posibilidades que puede
tener en la limpieza de estructuras pictóricas.
Al estudiar el comportamiento del EDTA salificado con TEA, hidróxido de amonio y Tris
base, se puede comprobar que, de forma muy similar a lo que sucede con los citratos, un
incremento en el pH y/o la concentración del agente quelante suele mejorar la eficacia
del sistema (Rodríguez Serrano, 2008). También es posible determinar que la adición de
un tensoactivo no iónico como el Tween® 20 incrementa la capacidad de extracción de
material, al igual que el empleo de un espesante (Tylose® MH 300P). Así como en las
pruebas realizadas con ácido cítrico (Llano Torres, 2008) se observa una mayor efectividad
al emplear hidróxido de amonio, en las pruebas con EDTA se observa, en muchos casos,
este mismo resultado cuando ha sido escogida la TEA. Al utilizar Tris base se observa
una menor efectividad, resultado similar al obtenido con ácido cítrico. De todas formas,
los resultados no pueden considerarse concluyentes y sería conveniente un estudio que
determine con mayor precisión la importancia de la base utilizada en la salificación (Anexo
1.4-1.6) (Rodríguez Serrano, 2008).
el sistema de limpieza más efectivo sea el más adecuado. Simplemente señala que los
agentes químicos extraen con mayor rapidez y de manera más uniforme el estrato que
se desea eliminar, aunque pueda producir efectos indeseables en los estratos inferiores
(residuos, abrasión, etc.). Por lo tanto, al diseñar la estrategia óptima para un proceso
concreto hay que buscar un equilibrio entre eficacia, seguridad y control. Es decir, el sistema
deberá ser, por supuesto, “eficaz” pero también deberá ser lo más seguro posible para la
conservación de los estratos inferiores que deseemos conservar y fácil de controlar (lo que
implica que no es conveniente que sea demasiado “rápido”). Por todo ello, es importante
que el restaurador comprenda los parámetros que afectarán a la capacidad de extracción
del depósito y que también serán determinantes en la seguridad del proceso. Así, en
las pruebas realizadas con diversas sales de EDTA, se ha podido comprobar la mayor
efectividad de aquellas preparadas a un pH 9 o superior, aunque también que pueden
causar daños visibles (erosión y pérdida de pigmentos) en la estructura pictórica.
En cuanto a la toxicidad, el EDTA y sus sales sódicas no están considerados como agentes
químicos que puedan presentar graves riesgos para la salud. De todas formas no existe
mucha información acerca de esta cuestión, por lo que hay que tomar las debidas
precauciones, como evitar el contacto con la piel y los ojos y utilizar protección respiratoria
cuando se manipula el polvo. Similares precauciones deben ser tomadas con respecto al
ácido cítrico, aunque dado que puede provocar graves lesiones oculares, se debe tener un
especial cuidado al manipularlo (Sigma-Aldrich, 2010a, 2010b).
Figura 5 - Eliminación de estucos grasos en una pintura del s. XVII con EDTA-Na4
(0,5g/50 ml de agua destilada)
Los quelantes son muy útiles en una gran variedad de procesos de limpieza, pero también
pueden suponer graves riesgos para la conservación de la pintura original. En primer lugar,
hay que recordar algo muy obvio: se trata de un sistema acuoso y el agua puede provocar
el reblandecimiento de estructuras pictóricas (Hedley, 1990). En segundo lugar, el poder
de limpieza de los quelantes es explicado generalmente por su capacidad de capturar iones
metálicos en un medio acuoso. Sin embargo, la suciedad puede estar compuesta por un
alto porcentaje de material orgánico y, de hecho, se ha podido comprobar la efectividad
de estos agentes químicos en la extracción de estratos compuestos tanto por material
orgánico como inorgánico (Perry, 1990; Phenix y Burnstock, 1992:30). Esto implica que los
quelantes también pueden actuar tanto sobre los pigmentos como sobre los aglutinantes
de la estructura pictórica original. Existen estudios que confirman el riesgo de utilizar
los citratos en pinturas no barnizadas: además del peligro para la conservación de los
pigmentos originales, también se pueden producir daños en el aglutinante al incrementar
el pH (Morrison, 2007:262). Tres factores que han de tenerse en cuenta para comprender
Diversos estudios han mostrado la importancia del pH en la limpieza con sistemas acuosos
(Burnstock y White, 1990; Burnstock y Learner, 1992). Normalmente las disoluciones
acuosas se emplean a un pH entre 8 y 9, ya que producen mejores resultados (Phenix y
Burnstock, 1992:29), en especial si se desean eliminar materiales grasos. En la figura 6
se puede observar cómo es extraído el barniz al utilizar un sistema de limpieza compuesto
por 0,5g de ácido cítrico/50 ml de agua destilada, añadiendo TEA hasta obtener un pH 9.
Sin embargo, aunque estos sistemas son efectivos es preferible no superar los valores
recomendados de pH según la composición del estrato que se quiere eliminar y la del estrato
que se debe conservar: en general, se acepta la recomendación de Wolbers (2000:19) de
mantenerse dentro del intervalo de pH 5,5-8,5 para la limpieza sobre estructuras pictóricas
con aglutinantes oleosos. Si se trabaja con sistemas que presentan un pH superior a los
aconsejados, se incrementa el riesgo de pérdida de pigmentos y la erosión del estrato
pictórico (Burnstock y Learner, 1992).
Por último, un problema de gran importancia es el de los posibles residuos del quelante.
En el proceso de eliminación de estos residuos, el aclarado con agua suele ser suficiente.
Normalmente las concentraciones utilizadas en los estudios publicados no superan el 5%
de peso en volumen de disolución. Aunque la concentración influye en la eficacia, se ha
comprobado que las concentraciones bajas de citratos (incluso a un 0,1%), a un pH óptimo,
pueden ser más efectivas a la vez que se reducen los riesgos para la estructura pictórica
original, tanto en pinturas barnizadas como no barnizadas. También se ha comprobado
Conclusiones
El ácido cítrico y el EDTA son cada vez más habituales en procesos de limpieza, aunque su
aplicación a la pintura de caballete sea relativamente reciente. Se trata de herramientas
muy versátiles que pueden utilizarse en la extracción de una amplia variedad de materiales,
cuando el agua por sí sola o combinada con tensoactivos y/o bases no ofrece los resultados
deseados.
Todavía son necesarias investigaciones mucho más completas que permitan el desarrollo
de protocolos en el uso de los agentes químicos, en especial en el de los quelantes, todavía
no demasiado bien conocidos en todas sus posibilidades en el campo de la pintura de
caballete. Esto es importante para ajustar los sistemas de limpieza a cada caso concreto y
no limitarse a copiar las recetas publicadas. Es muy prometedor el desarrollo del Modular
Cleaning Program (Stavroudis, 2009), que supone una forma de organizar de forma más
adecuada la selección de los agentes químicos que pueden utilizarse en las pruebas de
limpieza.
Los quelantes pueden resultar muy atractivos para solucionar complejos problemas de
limpieza, aunque el restaurador también ha de ser de ser muy consciente de sus limitaciones
y del riesgo que pueden suponer para la estructura pictórica original.
Anexo 1: ensayos
(1.1) Ácido cítrico+trietanolamina (TEA): serie de ensayos con ácido cítrico (0,5g), agua
destilada (50ml), añadiendo TEA hasta obtener un pH 5, pH 7 y pH 9. Después de realizar
pruebas con cada una de estas tres mezclas, se añadió a cada una 0,5ml de Tween® 20, se
realizaron nuevas pruebas, y, por último, se incorporó el espesante (2,5g de Tylose® MH
300P). Se realizaron otras nueve pruebas con los mismos componentes, pero aumentando
la cantidad de ácido cítrico a 2g y añadiendo TEA hasta obtener los mismos valores de pH.
(1.2) Ácido cítrico+hidróxido de amonio: el proceso seguido ha sido el mismo: una primera
serie de mezclas con 0,5g de ácido cítrico a un pH 5, pH 7 y pH 9; una segunda serie con
2g de ácido cítrico a los mismos valores de pH. El resto de componentes se han empleado
de la misma forma que en las mezclas con TEA.
(1.3) Ácido cítrico+Tris base: sólo se preparó una serie de 9 mezclas con 0,5g de ácido
cítrico a un pH 5, pH 7 y pH 9. El resto de componentes se emplearon de la misma forma
que en las mezclas anteriores.
(1.4) EDTA+TEA: serie de ensayos con EDTA (0,25g), agua destilada (25ml), añadiendo
TEA hasta obtener un pH 5, pH 7 y pH 9. Después de realizar pruebas con cada una de
estas tres mezclas, se añadió a cada una 0,25ml de Tween® 20, se realizaron nuevas
pruebas, y, por último, se incorporó el espesante (1g de Tylose® MH 300P). Se realizaron
otras nueve pruebas con los mismos componentes, pero aumentando la cantidad de EDTA
a 1g y añadiendo TEA hasta obtener los mismos valores de pH.
(1.6) EDTA+Tris base: sólo se preparó una serie de 9 mezclas con 1g de EDTA a un pH
5, 7 y 9. El resto de componentes se emplearon de la misma forma que en las mezclas
anteriores.
(1.7) EDTA Na4: se preparon 2 series de 3 mezclas cada una. En la primera se empleó 0,25g
de EDTA Na4 y 25 ml de agua destilada, añadiendo posteriormente 0,25ml de Tween® 20
y 1g de Tylose® MH 300P. En la segunda serie, se emplearon los mismos componentes,
pero la cantidad de EDTA Na4 se incrementó a 1g.
Anexo 2: materiales
Ácido cítrico anhidro PRS-CODEX. C6H8O7. M.= 192,13. CAS: 77-92-9. Sumistrado por
Panreac Química SA.
Hidróxido de amonio 25% PA. M.= 17,03. CAS: 1336-21-6. Sumistrado por Panreac
Química SA.
Referencias
BRACCO, Paola; CIAPPI, Ottavio. Problemi di pulitura dalla Croce di Santa Maria Novella
alla Croce di Ognissanti. In Restauri e ricerche. Dipinti su tela e tavola. Firenze: EDIFIR-
Edizioni Firenze, 2004, pp. 39-49.
BURNSTOCK, Aviva; VAN DER BERG, Klaas Jan. A pilot study of the effects of triammonium
citrate solutions used for surface cleaning paintings. In Contributions to the AIC Congress,
Portland, Oregon, 9-14 June 2004, Paintings Speciality Group: Postprints. Washington DC:
AIC, 2005, vol. 17, pp. 56-64.
BURNSTOCK, Aviva; WHITE, Raymond. The effects of selected solvents and soaps on a
simulated canvas painting. In Cleaning, Retouching and Coatings. London: IIC, 1990, pp.
111-118.
investigation into its application for surface cleaning. In Dirt and pictures separated.
London: United Kingdom Institute of Conservation, 1990, pp. 44-48.
CREMONESI, Paolo. L’uso dei solventi organici nella pulitura di opere policrome. Padova: il
prato, 2000.
CREMONESI, Paolo. L’uso di tensioattivi e chelanti nella pulitura di opere policrome. Padova:
il prato, 2004.
DOMÉNECH CARBÓ, María Teresa; YUSÁ MARCO, Dolores Julia. Aspectos físico químicos de
la pintura mural y su limpieza. Valencia: Universidad Politécnica de Valencia, 2006.
LLANO TORRE, Sheila. Utilización de ácido cítrico en limpieza de pintura. 2008. Tesis
de máster oficial. Departamento de Conservación y Restauración de Bienes Culturales,
Universidad Politécnica de Valencia.
MORRISON, Rachel; BAGLEY-YOUNG, Abigail; BURNSTOCK, Aviva; VAN DER BERG, Klaas
Jan.; VAN KEULEN, Henk. An investigation of parameters for the use of citrate solutions for
surface cleaning unvarnished paintings. In: Studies in Conservation. London: IIC. Vol. 52
(4) (2007), pp. 255-270.
MYERS, Richard L. The 100 most important chemical compounds: a reference guide.
Westport, Conn.: Greenwood Press, 2007.
PERRY, Roy A. Problems of dirt accumulation and its removal from unvarnished paintings:
a pratical review. In Dirt and pictures separated. London: United Kingdom Institute of
Conservation, 1990, pp. 3-6.
PHENIX, Alan; BURNSTOCK, Aviva. The deposition of dirt: a review of the literature, with
scanning electron microscope studies of dirt on selected paintings. In Dirt and pictures
separated. London: United Kingdom Institute of Conservation, 1990, pp. 11-18.
PHENIX, Alan; BURNSTOCK, Aviva. The removal of surface dirt on paintings with chelating
agents. In: The Conservator. London: ICON. Vol.16 (1992), pp. 28-38.
http://www.sigmaaldrich.com/.
SLAVIN, John. The removal of salt deposits from decorative paintings on paper. In Dirt and
pictures separated. London: United Kingdom Institute of Conservation, 1990, pp. 49-50.
Notas biográficas
José Manuel Barros García - Doctor en Bellas Artes, investigador del Instituto Universitario
de Restauración del Patrimonio de la Universidad Politécnica de Valencia (UPV) y profesor
en el Departamento de Conservación y Restauración de la UPV. Es autor del libro
Imágenes y sedimentos: la limpieza en la conservación del patrimonio pictórico (2005).
jobargar@crbc.upv.es
Resumo
Palavras-chave
Within the study of painted furniture in Portugal of the 18th century, this article focuses its
presence in the island of Madeira. Some specifics, such as the artistic production, ordering,
technical study and current conservation condition are addressed. In this sense, is presented
the study of two polychromatic oratories, with portuguese workshop production.
Keywords
Madeira Island, painted furniture, conservation condition, decorative techniques, 18th century
Dentro del estudio de muebles pintados en Portugal en el siglo XVIII, este artículo se centra
en su presencia en la isla de Madeira. Se caracterizan algunos detalles de la producción
artística, las ordenanzas, estudio técnico y estado de conservación actual de los mismos.
En este sentido, se presenta el estudio de dos oratorios, de un taller de producción
policromada en Portugal.
Palabras clave
Introdução
O presente artigo pretende reflectir alguns dos aspectos do mobiliário pintado setecentista
na ilha da Madeira. Para tal, efectuou-se o estudo de caso de dois oratórios policromados,
ambos pertencentes à centúria de setecentos e de produção oficinal portuguesa: um
oratório de dois corpos, da Casa-Museu Frederico de Freitas e um oratório que constitui o
alçado de uma cómoda-papeleira, do Museu Quinta das Cruzes.
Tendo como ponto de partida a análise das informações mais generalistas disponíveis sobre
as peças, aborda-se no presente trabalho o estudo técnico e o estado de conservação
actual. Devido à impossibilidade prática de se realizarem exames laboratoriais dos objectos
em causa, os dados que se apresentam resultam apenas da observação realizada in situ.
Foram igualmente tecidas algumas considerações acerca da dinâmica de produção artística
setecentista do móvel pintado na Ilha da Madeira, acrescentando informações válidas ao
assunto, embora longe de esgotar o tema, que poderá ser corroborado futuramente com
o estudo analítico.
1 As ilhas figuram já nos portulanos italianos e catalães do século XIV e no mesmo século eram referidas no
manuscrito trecentista Libro del conoscimento de todos os Reynos.
2 No século XVI a concorrência na produção do açúcar por parte das ilhas das Canárias e de S. Tomé diminuiu
a sua importância ao longo dos séculos XVII e XVIII. Terá sido no século XVIII que o mais valioso bem de
exportação foi substituído pelo vinho, com exportação para portos europeus.
A influência inglesa começa a sentir-se desde muito cedo devido à produção e exportação do
Vinho Madeira, motivo pelo qual foram atraídos muitos estrangeiros e consolida-se durante o
século XIX com o desenvolvimento do turismo reservado à alta sociedade. Frequentemente
perdurou no tempo sob a expressão de “tradição inglesa” diversas manifestações tipicamente
“madeirenses”. Na época setecentista a “tradição inglesa” consolidou-se e “domina o
imaginário topográfico, artístico e convivêncial da Madeira”3.
A sua condição de ilha provocou simultaneamente dois efeitos: por um lado, a sua limitação
física intrínseca dificultou a relação com o exterior e, portanto, o acompanhamento de novos
gostos e inovações mas por outro lado despertou desde cedo a vontade de comunicação
e incorporação de tendências externas. As constantes viagens e trocas de experiências
provocaram contrapartidas a nível artístico e a madeira constituiu desde cedo um dos
maiores centros de pintura, fortemente influenciada pela pintura flamenga, realizada em
painéis de grande dimensão, já que quanto maior fosse o painel, maior poder manifestava4.
Da produção artística presente na Madeira pode falar-se de uma forma geral de “um encontro
da pintura flamenga do século XVI com a arte portuguesa dos séculos XVII e XVIII”5.
3 SOUSA, Francisco Clode – Obras de Referência dos Museus da Madeira. [Região Autónoma da Madeira]:
Museu de Arte Sacra, 2008, p. 13.
4 No período inicial da sua história, predominou a pintura de importação (Flandres e zonas envolventes), as que
eram executadas em território madeirense ficavam a cargo de artistas madeirenses, em menor quantidade, ou
então de artistas flamengos residentes na Madeira. No período renascentista, maneirista e seguintes, começam
a notar-se as peças com uma clara factura portuguesa, algumas de produção oficinal madeirense.
5 SILVA, João Henrique – Dar a ver: uma vocação. In SOUSA, Francisco Clode – Obras de Referência dos
Museus da Madeira. [Região Autónoma da Madeira]: Museu de Arte Sacra, 2008, p. 9.
6 Wetzler fornecia-se no agitado mercado antiquário de Londres do pós-guerra.
Figura 1 – Vista geral da entrada da Casa-Museu Frederico de Freitas. [Direitos de autor: CMFF]
7 Também conhecida como “Casa da Calçada” ou “Palácio da Calçada”, fora outrora a residência dos Condes
da Calçada, daí derivando a designação. A sua origem remonta ao século XVII e o edifício sofreu inúmeras
alterações. A designação de “palácio” é feita no século XIX. Em 1871, o seu proprietário Diogo de Ornelas
Frazão foi agraciado com o título de 1º Visconde da Calçada pelo Rei D. Luís.
8 O oratório de dois corpos em estudo tem nº de inventário 17.0144 e está datado do século XVIII.
9 Amante e apreciador de peças de arte, o Dr. Frederico de Freitas começa a constituir a sua colecção desde os
anos 30 mas a sua vocação de coleccionador ganha um forte impulso quando se muda para a Casa da Calçada,
moradia que recebia ilustres individualidades.
relativamente a este oratório de dois corpos. Parece provável que seja uma peça com
várias intervenções ao nível da sua execução. É possível que as portas tenham tido uma
aplicação anterior e que a pintura tenha sido feita apenas no momento de colocação no
oratório, uma vez que sobrepõe marcas de uso anterior. Desconhece-se se as alterações
foram realizadas antes ou após a aquisição, uma vez que há informação da presença de
uma pessoa da confiança do Dr. Frederico de Freitas que faria modificações às peças,
desde envernizamentos e limpezas até adaptações formais, reparos e restauros vários.
As folhas interiores das portas são pintadas com motivos vegetalistas, flores e pássaros
sobre fundo verde (ver figura 6 e 7).
Figuras 4 e 5 – Vista do interior do corpo superior, que apresenta detalhes de talha dourada e
forro de damasco vermelho. [Fotografia da autora]
Figuras 6 e 7 – As folhas interiores das portas pintadas com motivos vegetalistas, flores e
pássaros, sobre fundo verde. [Fotografia da autora]
Técnica construtiva
A camada cromática é constituída por uma camada de preparação de cor branca (ver
figura 9), com uma espessura reduzida, seguida da policromia que aparenta ser a original,
trabalhada provavelmente segundo uma técnica a óleo. Como já foi referido anteriormente,
a pintura presente no interior das portas terá sido realizada propositadamente com este
fim, uma vez que foi feita após a utilização inicial da madeira das portas (ver figura 8). A
pintura é aplicada sobre todos os elementos metálicos (ver figura 10).
10 Assume-se a identificação da madeira como sendo castanho por parte da Casa-Museu Frederico de Freitas,
apesar de não sujeito a confirmação analítica laboratorial.
11 “Elemento ligeiramente troncocónico de madeira dura (ou por vezes de marfim), usado com as mesmas
funções do prego. Para reforçar a sua fixação, a cavilha é geralmente embebida em cola”. Vd. INSTITUTO
Português de Museus. Ministério da Cultura – Normas de inventário. Mobiliário: artes plásticas e artes
decorativas. [S.l.]: Instituto Português de Museus, 2000, p. 38.
Figuras 9 e 10 – Presença de uma fina camada de preparação de cor branca. Aplicação da pintura
sobre os elementos metálicos. [Fotografia da autora]
Não foi possível identificar os pigmentos presentes na obra sem a realização de exames
científicos adequados para o efeito. A camada cromática apresenta uma gama cromática
que aponta para a utilização de pigmentos brancos, terras, vermelhos, verdes, negros e
existem vestígios de uso de ouro. Apesar de ser impossível determinar o aglutinante sem a
realização de exames científicos (exames químicos), pode dizer-se que pelo brilho, textura
e resultado final apresentado, trata-se provavelmente de um aglutinante à base de óleo.
É provável a presença de uma fina camada de protecção, ainda que não se possa afirmar
com certeza, sem a realização prévia de exames científicos. Contudo, no caso de haver
uma camada de protecção, o aspecto que apresenta é mate.
Estado de conservação
Suporte
Policromia
limítrofes e de maior vulnerabilidade à manipulação humana (ver figura 15). A porta do lado
direito apresenta escorrências. No caso de existir uma camada de protecção, devido à fina
espessura, esta não revela um escurecimento muito acentuado. Existem levantamentos
(ver figura 16) e destacamentos pontuais da camada pictórica cuja concentração se faz
em torno das zonas de maior tensão: em redor das fendas e dos elementos metálicos,
revelando por vezes a camada de preparação ou, na ausência desta, o suporte lenhoso
(ver figura 9).
Figuras 14 e 15 – Presença de craquelé, com uma acção preferencial na cor amarela. A erosão
acentuada nas zonas limítrofes e nota-se a presença de escorrências. [Fotografia da autora]
Intervenções anteriores
Em Março de 2003 uma equipa do IPCR13 da área de Mobiliário liderada pelo conservador
‑restaurador Pedro Cancela de Abreu deslocou-se ao Funchal com o objectivo de fazer
um tratamento preventivo e curativo a algumas peças da colecção de Mobiliário que
evidenciavam uma acção biológica activa (insecto xilófago). Neste caso concreto, o
oratório não foi alvo de um tratamento a este nível uma vez que não evidenciava sinais
de actividade biológica. Contudo, a ficha de tratamento realizada nesse momento revela
que a coluna em espiral do lado esquerdo se encontrava solta. O tratamento efectuado
passou pela fixação da referida coluna com uma cunha em pinho e acetato de polivinil
(PVA) (ver figura 17). Para além da fixação, escreveu-se o número de inventário na peça
com tinta‑da‑china branca, colocado entre duas películas de acetato de polivinil (PVA). A
intervenção foi realizada in situ e, portanto, não foram realizados exames de laboratório.
O oratório14 do século XVIII instalado no Museu Quinta das Cruzes15 (ver figura 18) constitui
o alçado de uma cómoda-papeleira (ver figura 19). A incorporação desta peça deve-se à
doação de César Filipe Gomes16.
O oratório é em estilo D. José e apresenta uma forma paralelepipédica, com duas portas.
A cimalha é emoldurada, com remate superior decorado com duas volutas contrapostas,
dispostas em plano inclinado, simulando frontão interrompido, destacando-se ao centro
motivo concheado. Nos cantos, destacam-se duas cartelas formando pináculos.
No seu interior encontram-se expostas três esculturas: crucifixo com imagem de Jesus Cristo,
São José e Virgem com o Menino (ver figura 20). As portas são almofadadas com molduras
recortadas e as ilhargas lisas. Espelhos de fechadura em marfim embutido. O interior do
oratório emoldurado em talha dourada com motivos vegetais e volutas estilizadas, e no
topo cartela com flor polilobada. O fundo do oratório encontra-se pintado com nuvens e
querubins (ver figura 21), na parte superior e na parte inferior, representação paisagística.
Ilhargas pintadas a azul. Possui uma estrutura em banco retabular, pintada em fingimento
marmoreado verde (ver figura 22). Interior das portas pintado com representações de anjos
e querubins (ver figura 23 e 24). Molduras exteriores das portas pintadas com motivos
florais e vegetalistas intercalados por cartelas a dourado com flores polilobadas ao centro.
meados do século XVII e XVIII. É de referir o mobiliário dito de caixa de açúcar, cuja origem remonta aos finais
do século XV e inícios do século XVI, altura em que a economia insular se baseava na produção e exportação de
açúcar. Esta tipologia é uma versão regional do mobiliário português coevo mas utilizando madeiras indígenas
e de proveniência brasileira. O açúcar era importado em caixas de madeiras exóticas, que foram aproveitadas,
tornando-se na matéria-prima de muitos móveis.
Figura 19 – Vista geral do oratório aberto. Oficina Portuguesa, século XVIII. A cómoda-papeleira
é posterior, provavelmente início do século XIX. [Direitos de autor: Ana Kol Rodrigues]
Técnica construtiva
Apesar dos dois corpos que formam esta peça terem dado entrada no Museu juntos e de
estarem inventariados segundo o seu modo de entrada, originalmente não terão constituído
uma só peça. A cómoda-papeleira (século XIX) é de datação posterior à do alçado (oratório
do século XVIII).
Não foi de todo possível identificar os pigmentos presentes na obra uma vez que não
se realizaram exames científicos devido a condicionalismos financeiros. Contudo, a gama
cromática aponta para a utilização de pigmentos brancos, terras, vermelhos, azuis, verdes,
negros e existem vestígios de uso de ouro (ver figura 27). Apesar de ser impossível
determinar o aglutinante sem a realização de exames científicos, parece ter sido utilizado
um aglutinante à base de óleo devido ao brilho, textura e resultado final apresentado. A
pintura possui uma fina camada de protecção.
Figuras 25 e 26 – Utilização de uma primeira camada de um tom azul mais claro na concretização
da técnica decorativa. Os elementos metálicos não se encontram cobertos pela pintura.
[Fotografia da autora]
17 Uma vez que o oratório não foi desmontado, apenas se podem lançar hipóteses quanto ao reforço das uniões.
Estado de conservação
Suporte
estrutura das portas (ver figura 28). As lacunas encontram-se nas extremidades internas
das portas ao nível dos frisos (ver figura 26). É visível a oxidação presente nos pregos
que se encontram nas zonas de assemblagens das diversas partes constituintes e alguns
orifícios causados pela anterior presença destes (ver figura 29). Algumas assemblagens
encontram-se numa fase inicial de fragilização.
Policromia
Intervenções anteriores
Conclusão
O presente estudo não pretende generalizar a informação recolhida mas, pelo contrário,
analisar as singularidades da produção num dado momento da história, num determinado
território. O mobiliário madeirense reflectiu gostos e modas do quotidiano da época. A sua
encomenda, produção e aquisição reflectiu frequentemente a vontade de incorporação de
novos modelos e concretizações artísticas exteriores que reflectem o próprio decurso da
história de um território.
Neste caso, sublinha-se a dominadora influência inglesa, seja pelo Fluxo geográfico a que a
ilha assistiu desde a sua descoberta, seja pela acção de personalidades como João Wetzler.
Tal como afirmou João Silva, “são os cinco séculos de uma Cidade e de um arquipélago que
soube historicamente tirar partido da sua existência atlântica, para se enriquecer e recriar
culturalmente no confronto da alteridade e no diálogo criativo com as outras culturas”18.
Em termos contextuais, a produção destes dois exemplares deve ser entendida num
período de pós-decadência da produção açucareira, fruto da concorrência das plantações
de Cabo Verde e depois do Brasil. Este facto vai propiciar a entrada de madeiras exóticas
no território, algumas delas já conhecidas dos madeirenses.
A produção oficinal do mobiliário poderia ser em série, como de resto acontecia com a
produção de pinturas da mesma época e, portanto, a criação de cópias ou de um certo
“maneirismo” estilístico seguidor nos tempos posteriores é uma possibilidade a considerar.
Apesar de pertencerem à mesma época, o modo de incorporação destas peças foi bastante
variado, seja por via da doação, seja por aquisição.
O estudo material e técnico dos dois móveis presentes no presente artigo revela uma
grande semelhança no seu comportamento dos materiais e estado actual de conservação. O
envelhecimento natural dos materiais (movimentos a que estão sujeitos e tensões internas
e externas provocadas) é um dos principais motivos da sua fragilização, resultando diversas
vezes na falta de coesão numa camada ou falta adesão entre camadas. A humidade poderá
ter um papel agravante em todo este processo. A execução técnica é igualmente um dos
factores a ter em consideração na degradação, tanto através do uso de certos materiais
(escurecimento de verniz), como pela falta de compatibilidade entre materiais. Acresce
a manipulação humana incorrecta sofrida pelas obras e cujas consequências se revelam
frequentemente por uma erosão acelerada e mutilação de fragmentos. Finalmente as
condições ambientais, tais como a humidade e temperatura fecham o ciclo de factores
impulsionadores de deterioração, conduzindo muitas vezes em conjugação com os restantes
factores referidos anteriormente.
A conjugação destes resultados com as observações realizadas in situ sugere que não
existe uma principal causa para o estado de degradação dos objectos, ou seja, esta é a
conjugação de diversos factores. Apesar da presença de insecto xilófago ser bastante activa
no Funchal, pela propagação terrestre e aérea agravada pelo tipo de clima, a deterioração
biológica não se verificou em nenhum exemplar.
Nota Biográfica
daniela.s.coelho@gmail.com
Resumo
Este artigo aborda questões relacionadas com a conservação preventiva de bens culturais
das categorias pintura de cavalete, têxteis e trajes, incidindo especialmente nos cuidados
a ter no manuseamento, acondicionamento e transporte dos mesmos. Mais do que uma
compilação de boas práticas, este artigo visa sensibilizar e alertar todos os que lidam
com estas tarefas e nas repercussões danosas que podem surgir quando estas não são
devidamente executadas.
Palavras-chave
This article discusses some issues related to the preservative conservation of objects from
categories of painting on canvas, textiles and costumes focusing on the proper care in
handling, packing and transport of them. More than a compilation of good practices, this
article aims to enhance awareness and warn all those who deal with these tasks and the
repercussions that may arise when they are not properly executed.
Keywords
Este artículo discute las cuestiones relacionadas con la conservación preventiva de bienes
culturales en las categorías de pintura de caballete, textiles y vestuario, centrándose
Palabras clave
Introdução
A constatação dos efeitos benéficos que a conservação preventiva tem para a conservação
dos bens culturais tem vindo a ser gradualmente reconhecida, de entre muitos destaca-se
por exemplo, o projecto European Preventive Conservation Strategy que envolveu vários
países europeus, de entre os quais Portugal, e que culminou na reunião de Vantaa na
Finlândia em 2000, esta reunião levaria à definição de uma série de linhas estratégicas
de actuação no que concerne à conservação preventiva (ALARCÃO, 2007:15-17). Outros
projectos como o ICOM-CC Preventive Conservation Working Group, ou ICCROM- Standarts
in Preventive Conservation meanings and applications, outras iniciativas da V&A, da GCI ou
a CCI Preservation Framework¸ são exemplos representativos desta crescente preocupação
(ALARCÃO, 2007:15-16). Estas iniciativas e definição de linhas estratégicas de actuação
prendem-se essencialmente com dois motivos por um lado a “constatación prática y
científica de los problemas que conlleva la intervención, y, por otro, cuestiones de tipo
económico, de eficacia y de tiempo” (CALVO, 2002:159). As boas práticas de conservação
preventiva «conduzem a uma maior longevidade das colecções e a uma melhor gestão de
recursos, reduzindo a necessidade de intervenções curativas, onerosas e evitando perdas
patrimoniais» (INSTITUTO, 2007b:7).
Danos irreparáveis têm ocorrido continuadamente, causados quer por factores internos aos
espaços expositivos (a monitorização e controlo dos valores de temperatura e humidade,
a iluminação, os ataques biológicos as pragas, poluição, etc.), quer por factores externos
(as catástrofes naturais, etc.). Não menos raros são os danos ocasionados por exemplo
durante um transporte, ou em consequência de um acondicionamento mal executado.
Devemos ainda considerar que os bens culturais são alvo frequente de manuseamento,
deslocação, embalagem e transporte. Neste sentido as metodologias de manuseamento,
acondicionamento e transporte, não podem ser encaradas como tarefas desconjugadas
de responsabilidade ou tidas como tarefas de menor importância (ALONSO FERNANDEZ
2006:188-189), posto que podem causar graves danos sobre os objectos. Resta salientar
o quão importante é que estas tarefas sejam levadas a cabo por pessoal qualificado,
dotado de sensibilidade, experiência prática e dos conhecimentos teóricos necessários
(INSTITUTO, 2007a:10).
De uma forma sucinta e repartida descreve-se em seguida cada uma das metodologias,
reportando para cada uma, algumas práticas mais importantes a seguir na conservação
preventiva dos objectos das categorias: pintura de cavalete, têxteis e trajes.
Manuseamento
Manusear
v. tr. Mexer com a mão; manejar; folhear; amarrotar; enxovalhar (Idem, Ibidem, p.644).
É a tarefa que envolve o primeiro contacto com o bem cultural, além de ser nessa
ocasião que serão avaliados, o estado de preservação e os cuidados necessários a ter no
manuseamento, no acondicionamento ou no transporte do objecto.
O simples recalque dum vinco pode provocar graves danos como partir fios e assim pôr em
perigo toda a estrutura do tecido.
• A superfície do objecto deve estar sempre protegida de pó, poeiras, choques, impactos,
etc. (MAILAND, HAROLD; STITES, DOROTHY, 2006:45);
• Alguns têxteis, tapeçarias e pinturas sobre tela de grandes dimensões são enrolados,
e isto sempre que o estado de preservação ou as características técnicas do objecto
o permita. O rolo deve ser previamente isolado (com espuma polietileno de baixa
densidade, película de Melinex®, papel acid-free e/ou com um pano de algodão, por
exemplo). A tapeçaria, salvo raras excepções, a pintura sobre tela e os têxteis devem
ser enrolados com a superfície virada para o exterior. O enrolamento muito apertado
deve ser evitado pelo que o cilindro ou rolo deverá apresentar um diâmetro largo
entre 25 a 50 cm e com comprimento que ultrapasse de 25 a 30 cm o comprimento
• Fazer uso dos meios mecânicos (gruas, plataformas, etc.) e humanos necessários
(número de pessoas suficiente, etc.);
Fig. 2 – Pintura sobre tela de grandes dimensões enrolada e suspensa em dois apoios laterais.
• Como atrás foi referido, as pinturas sobre tela de grandes dimensões são por vezes
enroladas de modo a facilitar o seu manuseamento, acondicionamento e transporte.
Contudo, tal procedimento só poderá ser levado a cabo se o estado de preservação
da pintura e as suas características técnicas o permitirem. Muitas telas sofrem grande
risco de destacamento das camadas pictóricas, por exemplo, quando são enroladas,
especialmente as pinturas reenteladas segundo processos antigos (com cola de farinha;
ou com cera-resina). De entre outros casos, as pinturas que apresentem indícios de
áreas em destacamento (Fig. 3), problemas de coesão entre as camadas da superfície
pictórica, entre outros, não deverão ser sujeitas a enrolamento.
1 Conjunto dos fios ao longo do tear, por entre os quais se passa a trama.
Fig. 3 – Pormenor de uma pintura a óleo sobre tela com problemas de destacamento
da camada pictórica.
• Fazer uso de luvas algodão brancas (estas luvas permitem verificar, graças ao tipo de
tecido e ao tipo de cor, se por exemplo há desprendimento de fibras do tecido, ou se
existem problemas estruturais do têxtil, etc.);
• Os trajes devem ser seguros e manuseados sempre em dois pontos, distribuindo o peso
do objecto, por exemplo um traje pode ser seguro pelo busto e peito ou pela cintura e
cauda;
• Sempre que seja necessário, e em função da fragilidade do traje, podem ser utilizados
manequins para a sua deslocação.
Acondicionamento
Acondicionar
v. tr. Dar condição ou índole a; recolher em sítio conveniente; proteger; dispor (Idem,
Ibidem, p.23).
• Os diversos materiais que estão em contacto directo com as fibras têxteis podem ter
efeitos nocivos nos mesmos, por exemplo o PVC (Polivinilclorado), as cintas adesivas, a
madeira, as etiquetas em cartão ácido, etc., uma vez que estes materiais trespassam a
sua acidez para as fibras. As bolsas de polietileno não são de todo aconselháveis para
o acondicionamento de destes tipos de objectos, uma vez que impedem a ventilação
no interior da embalagem. Com as alterações de humidade produz-se no interior
das bolsas um microclima, que facilita a desenvolvimento de microrganismos. As
espumas de poliuretano degradam-se libertando gases contaminantes que provocam
o ressequimento das fibras e manchas nos tecidos, sendo portanto outro material
desaconselhado para o acondicionamento (Manual de conservación preventiva de
textiles, 2002:35).
• De uma forma geral, os objectos devem ser sujeitos a duas fases de acondicionamento,
a primeira fase diz respeito à protecção da superfície (por exemplo, com papel
Glassine®, papel tissue, papel de seda; filmes de polietileno tetereftalato como o
Melinex® ou o papel Mylar® tipo D) (Fig. 4); a segunda fase diz respeito à protecção
do objecto contra os choques e vibrações (ROTAECHE GONZALEZ, 2007:112-121). Esta
segunda fase é feita com material de amortização e isolamento de modo a proteger o
objecto das vibrações, choques, flutuações e variações de humidade e temperatura (por
exemplo, espuma de polietileno (ESPINOZA MORAGA; ARAYA MONASTERIO, 2000:50-
51); espuma de poliestireno; papel Bull Craft®, etc.).
• Os objectos devem ficar identificados pelo exterior com uma etiqueta com o número
de inventário, e se necessário com uma fotografia, posto que o acondicionamento pode
dificultar a identificação do objecto. Esta tarefa facilita o processo de procura de um
objecto além de reduzir a sua manipulação;
Fig. 4 – Protecção da superfície pictórica com Melinex® seguido de uma folha de seda.
• As pinturas sobre tela de grandes dimensões podem ser, sempre que o estado de
preservação das mesmas o permita, enroladas à semelhança do que foi referido;
• As pinturas sobre tela que estejam engradadas devem estar sempre em tensão evitando
enfolamentos e deformações do suporte. É importante verificar se a moldura, sempre
que exista, não está muito apertada evitando marcar a pintura pela frente;
• No caso dos chapéus ou toucas, estes devem ser colocados em suportes especialmente
concebidos à sua medida, como calotes de espuma de polietileno (Fig. 5) ou esferovite.
Estes suportes permitem manter o objecto numa posição ideal, evitando a criação de
vincos, dobras ou deformações;
• Os sapatos devem ser preenchidos com material de acondicionamento, por exemplo papel
de seda, evitando que se deformem. Em seguida, os sapatos podem ser colocados numa
caixa, desta forma, os sapatos ficam protegidos de poeiras, impactos e demais factores
externos. Estas caixas podem ser concebidas em polipropileno, sendo muito importante
que estas caixas possuem uma divisória ao centro para separar os sapatos, impedindo
que estes se sobreponham sempre que haja manipulação da caixa (Fig.7). Podem ser
criadas bases para assentar cada sapato, por exemplo escavando placas de polipropileno
em negativo a semelhança da Figura 8, esta técnica é utilizada para imobilizar cada um
dos sapatos no interior da caixa e impedir que estes estejam em tensão.
• Quanto à indumentária litúrgica e quanto aos vestidos, geralmente estes objectos são
colocados na horizontal em gavetas (devidamente protegidas e isoladas com material
inerte e compatível), é importante evitar sobrepor qualquer têxtil ou traje. Os vestidos
com peso considerável devem ser acondicionados na horizontal e nunca em cabides,
já que este último sistema de suspensão promove a deformação e fragilização das
áreas correspondentes aos ombros e peito. As áreas mais frágeis como as áreas do
peito e ombros devem ser preenchidas com material de acondicionamento. Todos os
elementos metálicos (botões, medalhas, etc.) devem ser isolados do tecido.
Transporte
Transportar
v. tr. Conduzir de um lugar para outro; trasladar; transmitir; traduzir; mudar de tom
(música); fig. Arrebatar; enlevar (Idem, Ibidem, p.980).
• As pinturas engradadas podem ser colocadas em caixas na vertical. Numa mesma caixa
podem ser colocadas várias pinturas desde de que estejam devidamente separadas
entre si (geralmente este sistema é utilizado para pinturas de pequenas dimensões).
As pinturas de grandes dimensões são embaladas individualmente em caixas, e são
transportadas na vertical (Fig. 9);
• É importante que o verso da pintura seja protegido, e isto porque uma protecção retarda
uma série de fenómenos como: a transmissão das variações ambientais; vibrações;
golpes; choques; pressões ou mesmo agressões. Esta protecção é conseguida com
a intercalação de material de amortização pelo verso da tela (Fig. 10), e podem ser
utilizados materiais como cartão livre de ácidos, tela, espuma de polietileno, etc.,
dependendo do caso e das características da pintura (ROCHE, 2003:179-181);
Fig. 9 – Transporte de pinturas sobre tela. Fig. 10 – Protecção da tela pelo verso, com a
intercalação de espuma de polietileno.
• Todos os objectos que apresentem maior fragilidade, devem ser colocados em manequins
ou suportes criados para o efeito. Em seguida devem ser colocados em caixas que
podem ser simples, duplas em madeira ou em metal, sendo muito importante que os
objectos se mantenham imobilizados no interior da embalagem;
• Todos os espaços vazios no interior da caixa devem ser preenchidos com material
de acondicionamento (por exemplo, com tecido de algodão, espuma de polietileno,
espuma de polipropileno) (ESPINOZA MORAGA; ARAYA MONASTERIO, 2000:50-51).
Conclusão
Continuamente se têm registado alterações e danos nos objectos que são manuseados e
transportados frequentemente. Hoje em dia, existem uma série de estudos que mostram, por
exemplo, que leves mas intermitentes alterações de humidade e temperatura desencadeiam
movimentos incontrolados de contracção e expansão (ROTAECHE GONZALEZ, 2007:159-
177); pequenas vibrações acabam por deteriorar a adesão dos materiais e alcançar o
ponto crítico.
Todos estes itens não podem ser erradicados mas podem ser controlados e até certo
ponto, minimizados procurando as melhores formas, meios, materiais e equipamentos
para manusear, acondicionar e transportar os objectos preservando assim a sua integridade
física, material, estética, artística e histórica.
Referências
museol%C3%B3gico.pdf
CALVO, Ana. Conservación y restauración de pintura sobre lienzo. Barcelona : Edições del
Serbal, 2002. pp.175-176.
DARDES, Kathleen. «Evaluación Para la Conservación: Modelo Propuesto Para Evaluar las
Necesidades de Control del Entorno Museístico». 1999 [consulta: 31.08.2009] http://
www.getty.edu/conservation/publications/pdf_publications/
Dicionário da Língua Portuguesa (1999). Lisboa: Fluminense, Empresa Literária. pp. 23;
644; 980.
Guia prático para a protecção dos bens culturais. Lisboa: Edições Comissão de Estudo da
MAILAND, Harold; STITES Dorothy. Preserving textiles: a guide for the nonspecialist.
Indiana: Edições Indianapolis Museum of Art, 1999. pp. 45.
Préserver les objets de son patrimoine – Précis de conservation préventive, SFIIC. Sprimont:
Edições Mardaga, 2001. pp. 45-51.
ROCHE, Alain. Comportement mécanique des peintures sur toile – dégradation et prévention.
Paris : Edições CNRS, 2003. pp. 179-181.
Notas biográficas
A integrar a equipa da empresa ARGO – Arte, Património & Cultura desde 2008. Actualmente
responsável pelas intervenções em metais no laboratório do Departamento de Reserva,
Conservação e Restauro do Sport Lisboa e Benfica no âmbito do Projecto: S.L.B. Conservação
da Colecção: do Inventário à Divulgação, trabalho em curso desde Novembro de 2009.
joanampmadureira@hotmail.com
Desde 2006, foi responsável por uma série de intervenções de conservação e restauro em
têxteis, trajes e tapeçarias, nomeadamente no Museu Nacional do Traje, no Instituto dos
Museus e da Conservação, entre outros.
inescayres@gmail.com
Resumo
Palavras-chave
KeyWords
Palavras Clave
A Misericórdia barcelense teria sido, segundo alguns autores, fundada em 1500 (Almeida,
1995:20). Outros, porém, apontam o ano de 1518, quando a confraria foi incumbida por
D. Manuel I da administração do hospital da vila (Trigueiros [et.al.],1998:88). Passou
então a estar sedeada na capela de Santa Maria, situada a norte do hospital do mesmo
nome. Administrado pelo Concelho, tinha fachada e porta voltadas para a rua também
chamada de Santa Maria (Pereira:1867:107), depois designada rua da Misericórdia. O
hospital, bem como a gafaria da Fonte de Baixo sita junto da capela de Santo André, no
lugar da Ordem, existiam pelo menos desde 1356 (Santa Casa, 1943:7-8). Em 12 de
Maio de 1520, o «Venturoso» ordenou que as rendas dos gafos fossem anexas ao hospital
(Pereira, 1867:107). Ambos são descritos num Tombo ordenado por D. Manuel em 1498,
em que se indica que o hospital confrontava, pelo sul, com o Paço do Concelho (Santa
Casa, 1943:8-9)1.
1 Ver também: Arquivo Histórico da Misericórdia de Barcelos, Armário A, nº167: Copea autentica do tombo da
gafaria do Hospital, fl. 1 e ss.
2 A. H. M. B., Armário A, caixa 20, Livro da gafaria & Hospital da caza da Misericórdia desta villa de Barcellos
anno 1652, 1518, Julho 4, fl. 7.
3 Idem, 1518, Julho 4, fl. 17vº-18.
4 A.H.M.B., Armário A, 128. Doações – Livro de testamentos e legados 1795, Título 88, fl. 437.
A igreja
O escudeiro Pêro Afonso e sua mulher Branca Luís venderam três quartos dos pardieiros,
«que sam duas moradas»; a viúva de Afonso Lourenço, Inês Rodrigues e o seu filho o quarto
restante. Em 5 de Dezembro de 1573, Inês Rodrigues tinha já vendido metade de uma
casa situada na rua de Santa Maria à Misericórdia. Confrontava do vendaval «descontra
a praça» com a casa do cabido da Misericórdia, do norte com casas de Palos Soares e
«ẽtestam cõ casas ha rua publica». Em letra posterior, escreveu-se: «estas casas são onde
hoje he casa da Meza»10.
5 A. H. M. B., Armário A, 128. Doações – Livro de testamentos e legados 1795, fl. 90 e ss.
6 A. H. M. B., Armário A. 163. Rendas. Livro VI de Prazos e Arrendamentos, nº 11, fl. 170, 1528, Setembro 21
«Casa da Mysericordia da villa de Barcellos em que se fazem os cabidos», sendo provedor o escudeiro Diogo
Pires; Idem, nº 22, 1541, Dezembro 4, sendo provedor Manuel de Faria; Idem, nº 6, fl. 1547, Janeiro 10, fl.
263, sendo provedor Henrique Pinheiro. Em 1571, o pedreiro Gonçalo Pires, morador na vila, é testemunha
de um acto notarial, podendo, portanto, o cabido estar em obras (Idem, nº 49, 1571, Dezembro 31, fl. 50vº,
sendo provedor Manuel de Faria).
7 A. H. M. B., Armário A, Livro das Eleicoens e Acordaãos 1584-1628, 1585, Novembro 10, fl. 12-12vº.
8 Idem, fl. 25 vº: «Termo de quando se mandou fazer retabollo da capella mor no anno de 1586». Ver Anexo
Documental, doc. 1.
9 A. H. M. B., Armário B, Compras, Livro II, bloco 27, 1590, Março 10, s. n. fl.
10 Idem, 1573, Dezembro 5, fl. 24-24vº.
Alguns meses depois, sendo provedor Lopo de Almeida, em reunião da Mesa, discutiu-se
sobre a necessidade de alargar e reedificar as instalações:
«…A nescecidade que esta cassa tẽ de se alargar e fazer hum frontall largo e
fremosso por a cassa estar muito escura e muito estreita e estar muito perigosa por
o corpo della ser de tigollo e de obra ãtiga e estar para cair. Pello que asẽtarão o
procurador e jrmãos que se redeficase e largassẽ …»11.
Ficou também assente, na mesma reunião, que para as obras necessárias ficassem
consignados os rendimentos da «metade do grão de Barcellos» deixado à Misericórdia
pela viúva de Dinis Eanes, Maria Lopes; de duas casas situadas na Praça da Vila; de um
palheiro na rua dos Velhos e ainda de uma leira em Vilar do Monte12. No início do ano
seguinte (1591), a 27 de Janeiro, Pedro Gonçalves da Cal e seu irmão Francisco Gonçalves
contrataram com os Irmãos a construção de uma nova gafaria13.
No final desse ano, a 13 de Dezembro, a mesa deliberou sobre a escolha do melhor local
para a construção da nova sede da confraria, obra para a qual Filipe I tinha contribuído
com uma «esmola». Nessa mesma reunião, a nova localização foi a votos; porém, como
tivessem faltado alguns irmãos, novo sufrágio foi efectuado a 29 de Dezembro. Os locais
escrutinados foram três: a casa em que morava o sapateiro Brás Martins recebeu vinte e
seis votos, a casa de Cristóvão Nogueira, na Praça, vinte e um e, finalmente a «casa da
Miserjcordja que ora he» obteve oito votos. Ficou, por conseguinte, decidido que a nova
sede seria erguida no local onde se situava a habitação de Brás Martins «pela traça e
mulduras que estão feitas»14.
A falta de livros de obras respeitantes aos primeiros anos de construção da igreja torna as
informações sobre esse período muito escassas e dispersas. Assim, refere-se, em 1594,
o pagamento a Aleixo Carvalho de um chão, situado nas costas da capela, que tinha sido
11 A. H. M. B., Armário A, Livro das Eleicoens e Acordãos 1584-1628, 1590, Julho 8, fl. 48vº-49.
12 Idem, Ibid.
13 Idem, 1591, Janeiro 27, fl. 51 e ss. Ver Anexo Documental, doc. 2.
14 A. H. M. B., Armário A, Livro das Eleicoens e Acordãos 1584-1628, 1591, Janeiro 27, fl. 56.
15 A. H. M. B., Armário A, Livro das Eleicoens e Acordaãos 1584-1628, 1593, Janeiro 24, fl. 61-61vº.
Em 1606, prosseguiu o trabalho de lajeamento da igreja, tendo sido gastos vinte e três
mil cento e cinquenta réis24. No ano seguinte, foram absorvidos em obras dezasseis mil
novecentos e vinte e cinco réis, mais quatrocentos e oitenta réis que se deram ao «oficial
dos nichos» das duas vezes que se deslocara a Braga, a pedido do provedor e irmãos,
«sobre o partido de os fazer» e foram ainda entregues mais quinhentos réis de sinal da
fechadura das grades ao serralheiro25. Chegou então a altura de se tratar do retábulo-
mor e, em 1608, o provedor entregou sessenta mil réis ao carpinteiro encarregue da sua
execução26. No ano seguinte, os nichos foram concluídos, tendo-se gasto neles sete mil réis
e, em 1610, foram acertadas as contas, respeitantes ao seu trabalho no ano anterior, com
o mestre do retábulo Gaspar Fernandes. Achou-se que este tinha recebido do provedor
Francisco de Mariz Faria, no ano económico de 1609 que acabara em dia de Santa Isabel de
1610, vinte e seis mil e quatrocentos réis, que lhe foram pagos em diversas prestações27.
A 3 de Julho do mesmo ano, indica-se que tinham sido gastos em obras quarenta e quatro
mil trezentos e oitenta réis, incluindo o retábulo «…e cortiças e pregadura e ferraje para
o dito retabolo e caleiros e pedras de lajeamento e pilares…»28. O retábulo, contudo, só
estaria concluído em 1611, quando foram pagos a Gaspar Fernandes, morador na freguesia
de Encourados, dezasseis mil seiscentos e cinquenta réis: «...A conta do dito retabollo e se
obrigou ha trazer e por o dito retabollo ate domingo de Ramos que vem do presente anno
de seiscentos e onze anos para o que obrigou sua pessoa e bẽs…»29.
No ano de 1612, os Irmãos acertam contas com o tesoureiro João de Almeida sobre as
despesas efectuadas na obra do «foro», frontispício e outras, em que se tinha gasto cento
e setenta e cinco mil e setenta e nove réis, dos quais noventa e um mil duzentos e
quarenta e oito «…erão da impesição…»30. A alusão ao «foro» refere-se à cobertura interior
da igreja: «…forassē o corpo da jgreja da dicta jgreja da Misericordia des o cruzeiro da
abobada da capella mor ate a porta da igreja...», com painéis de madeira de castanho.
Estes deveriam ser colados, sem «tacha», de modo idêntico ao que tinha sido praticado
na igreja da Misericórdia de Guimarães: «…cõ as mesma mulduras e guarniçõins e entre
talhos e laçarias (…) tirado que não sera de berço a dita obra...». O contrato, firmado em
24 de Janeiro de 1612 com os ensambladores Gaspar Fernandes e Manuel Álvares, orçou
em oitenta mil réis31. Em 1613, as despesas respeitantes ao ano anterior relacionaram-
se com intervenções no «cabido e janellas do coro», tendo ainda sido feitos trabalhos na
«baranda de fora» do primeiro32. No dia 24 de Agosto do ano seguinte, o provedor e irmãos
contrataram com «o mestre que conserta os orgãos que consertase os orgãos da Mia
desta vyla que estavão desmanchados…»33. Logo depois, a 28 de Setembro, os confrades
«…Que lhe avjão de dar mil e seiscemtos réis por tanger em todos os dias da
obrigasão da casa assim nas misas como vesperas e completas e todas as mais que
são da obrigasão da dita casa e se obrigou e asinou …»34.
O órgão foi colocado no coro e, nesse mesmo ano, tinham-se dispendido nas «…vidrasas
yumto aos alltares de fora e a vidrassa do espelho do coro que todo custou trinta mil
réis que se pagarão da ymposiçãm…»35. No ano seguinte, foi a vez das «…grades que se
fizerão no coro para goarda dos orgõs e cortinas para os orgõs e tres fechaduras pera os
orgõs…», bem como de um conjunto de pequenas intervenções no alpendre do cabido e
nos telhados; foi também comprada cal e, no total, gastaram-se 15 mil réis. A despesa
maior, contudo, seria com o «pano da tumba», que orçou em vinte e cinco mil réis36. Neste
período, a última obra importante na igreja seria contratada em 1623 ao pedreiro Manuel
Gonçalves Pias, da freguesia de Carapeços: «...sobre se allevantar e acresentar o pateo da
dita casa e sobre o feitio da pia d’agoa benta...»37.
Entretanto, como vimos, tinha sido concluído e colocado no seu lugar o retábulo-mor. Em
1617, o seu douramento e estofo foram acordados com o dourador Salvador Mendes de
Faria, morador em Lisboa. Deveriam ser idênticos aos do retábulo-mor da Sé do Porto e,
caso Salvador Mendes os não pudesse tomar a seu cargo, seriam da responsabilidade de
André Peres. No documento indica-se que este último era «companheiro» do pintor Simão
Rodrigues, a quem os confrades confiaram a pintura do retábulo e que o mesmo Simão
Rodrigues fora o pintor encarregue do retábulo-mor da Sé do Porto38.
O trabalho de Salvador Mendes, porém, não agradou aos confrades que o citaram, em
Setembro de 1618: «…pera se vir louvar em pintores que revejão o dito retabullo se esta
feito na forma da obrigação…»39. Quanto aos retábulos colaterais do cruzeiro, a sua pintura,
douramento e estofo foi acordada, em 12 de Janeiro de 1620, ao portuense Domingos
Lourenço Pardo. A obra deveria estar concluída até ao S. João Baptista desse ano e o pintor
do Porto deveria receber cinquenta mil réis por ela40.
O mesmo Domingos Lourenço Pardo contrataria ainda a pintura de uma nova bandeira em
162041. Em 3 de Julho desse mesmo ano, Domingos Lourenço e a Misericórdia assinaram
um termo em que se declara que o pintor tinha cumprido todas as obrigações relativas à
pintura dos retábulos e da bandeira; tinha recebido por esse trabalho trinta e sete mil réis,
34 A. H. M. B., Armário A, caixa 20, Livro dos Acordãos 1602 a 1689, 1614, Setembro 28, fl. 24.
35 A. H. M. B., Caixa 0, Livro de Despesas de Obras 1604-1632, 1614, Julho 3, fl. 15vº-16.
36 Idem, 1615, Julho 2, fl. 18vº-19.
37 Idem, 1623, Fevereiro 3, fl. 24-25vº. Ver Anexo Documental, doc. 5.
38 . H. M. B., Armário A, Caixa 20, Livro dos Acordãos 1602 a 1689, 1617, Novembro 9, fl. 32. Ver Anexo
Documental, doc. 6.
39 A. H. M. B., Armário A, Caixa 20, Livro dos Acordãos 1602 a 1689, 1618, Setembro 31, fl. 33vº
40 Idem, 1620, Janeiro 12, fl. 39-39vº. Ver Anexo Documental, doc. 7.
41 Idem, Julho 2, 1620, fl. 40vº-41.
estando a confraria ainda a dever-lhe vinte e três mil42. Segue-se uma série de intervenções
na igreja: em 1628, o púlpito foi substituído por outro «...de madeira de pao de nugeira
quadrado ao moderno...», já que o antigo «...era mui desacomodado e por rezão das obras
que se fizerão não fiquava bẽ nẽ em proporsão…»43.
Resta referir as obras do hospital. Ferreira de Almeida afirma que elas foram financiadas
pelo real da água concedido por D. João V entre 1713 e 1716 (Almeida, 1990:20). António
Ferraz, antigo provedor da Misericórdia de Barcelos, tem uma outra versão: a maior parte
do hospital teria sido reedificada no século XVIII, tendo os reis D. João V, em 1715 e D.
José I, em 1755, concedido para esse efeito a terça parte de uma contribuição designada
«ceitil», durante alguns anos (Santa Casa, 1943: 7-15). Os trabalhos, porém, iniciaram-se
bem antes disso: decorriam em 1624 e, no ano anterior, tinham sido gastos cinquenta e
seis mil réis em pedraria e, em ordenados aos oficias, mil duzentos e setenta e cinco réis;
uma série de esmolas, entre elas as do arcebispo Primaz de Braga – cem cruzados – e do
deão de Lamego D. António de Faria – sete mil réis – foram também destinadas a essa
intervenção44.
O passado e o presente
«…Os cinco altares com seus retábulos, a grade e o pulpeto de pau preto, as grades
do coro, o anteparo da porta e todas as mais madeiras de pinho solhos e taburnos
que tudo se achava na egreja do edeficio que foi da Mesericordia, hoje pertencente
à Camara…»46.
42 Idem, fl. 41 vº.
43 Idem, 1628, Fevereiro 20, fl. 61vº.
44 Idem, 1624, Julho 2, fl.27- 29vº.
45 Ver, por exemplo, o inventário de 1796: A.H.M.B., Armário A, Caixa 1. Inventario de tudo o que ha. No
frontispício: «1796. Este Livro he para o inventario da Santa Caza da Mezericordia…», fl. 5-5vº.
46 Arquivo Histórico da Câmara Municipal de Barcelos 02-47, Actas das Sessões da Câmara de 1845 a 1851,
1848, Novembro 4, fl. 100vº
Como refere Joaquim Pereira, cuja obra foi publicada em 1867, a igreja estava então
«…demolida e transformada na sala das sessões e da secretaria da camara» (Pereira,
1867:108) e os violentos vestígios dessa profanação são ainda visíveis (figs. 1, 2, 3,
4). Nas paredes rasgaram-se sulcos para colocação de um piso intermédio, a escultura
ornamental dos arcos, capitéis, pilastras e vãos foi arrancada (excepto no arco cruzeiro),
abriram-se janelas de sacada e portas, o piso do subcoro foi rebaixado para se nivelar com
o do vizinho Paço do Concelho, a capela-mor foi cortada por uma passagem em dois níveis
que ligou o claustro à zona situada a nascente do templo, destruíram-se as coberturas e a
fachada. Esta seria demolida e, em seu lugar, erguida uma nova, idêntica à do vizinho paço
camarário medieval, com dois arcos apontados entaipados em que se rasgaram janelas
de peitoril (Madureira: 1998:197). Na acta camarária relativa à arrematação dessa obra,
refere-se: «… as columnas da porta da igreja e seus pedestaes são para a camara e a
mais pedra da fronteira e arco do coro que não se empregar na obra será tão bem para a
camara…»51.
A antiga igreja foi desvelada por uma nova intervenção, ocorrida entre 1996 e 2003,
que esteve a cargo de uma equipa coordenada pelo Arq. Manuel Cabral Teles e incluiu os
também arquitectos Susana Madureira, João Albergaria Oliveira, Diana Bizarro, Joaquim
Flores, Sérgio Moreira e Miguel Gonçalves Dias. Procurou-se expurgá-la das malfeitorias
oitocentistas e restitui-la, embora com resultados discutíveis, a uma espacialidade e
morfologia próximas das originais. Possui uma nave única e capela-mor rectangulares,
separadas por uma «fachada interior» composta por arco triunfal apoiado em pilastras
toscanas, exibindo restos de pintura policroma rococó, ladeado pelos nichos das duas
capelas colaterais, que foram da invocação do Ecce Homo (lado do Evangelho) e Nossa
Senhora da Conceição (lado da Epístola) (Pereira 1867:108). Nas paredes laterais da nave
abrem-se os dois arcos, assentes em capitéis jónicos estriados, que abrigaram as capelas
funerárias. Pertenciam, no início do século XVII, entre 1601 e 1604, a Pedro de Faria (do
lado do Evangelho) e António de Faria (do lado da Epístola)52.
Segundo o abade de Louro, esta última foi instituída por Manuel de Faria, Morgado de
Agrela, e adoptou esta designação: «capela do morgado da Agrela». A outra (de Pedro de
Faria), foi do morgado de Vila Cova e os seus instituidores foram, como vimos, António de
Mariz e Beatriz de Andrade, em 11 de Maio de 1575 (Pereira, 1867:108). Seria, portanto,
trasladada para a igreja nova e, à margem do documento da instituição, depositado no
arquivo da confraria, escreveu-se, em letra muito posterior: «declaração da fabrica da
capela de S. Caetano»53. Como não tivessem filhos, os instituidores António de Mariz e
Beatriz de Andrade nomearam administrador a «Pero de Farya Maris filho de Francisquo
de Maris seus sobrinhos delle Antonyo de Maris»54, o que justifica ser esse Pedro de Mariz
o seu administrador no início de Seiscentos. A capela fronteira, de Manuel de Faria, ou do
Morgado de Agrela, estava em obras em 1627. Para elas tinham contribuído o mercador
André Lopes, Catarina Gonçalves Guilheira e a viúva Isabel Francisca com sete mil cento e
cinquenta réis. Conta que era relativa aos depósitos, que os sobreditos tinham em seu poder,
de trinta alqueires de pão meado cada ano, feitos por parte de Leonor Velho Barreto, mulher
do licenciado António de Faria que tinha sido seu administrador no início de Seiscentos. Por
mandado do provedor da comarca, a Misericórdia era obrigada a metade da fábrica da capela
e essa quantia era para ajuda da obrigação. O licenciado Manuel de Faria Barreto, filho de
52 A. H. M. B., Caixa 0. Livro de despesas de obras 1604-1632, fl. 3vº, despesas relativas a obras efectuadas
desde 1601 até 27 Junho de 1604. Ver Anexo Documental, doc. 3.
53 A. H. M. B., Armário A, 128. Doações- Livro de testamentos e legados 1795, fl. 96.
54 Idem, 1575, Maio 11, fl. 90.
António de Faria e Leonor Velho Barreto, assinou então a quitação relativa a essa quantia55.
Em 1697, a capela do lado do Evangelho era administrada por André da Costa e Faria
«como administrador do morgado que possue» e a do lado da Epístola por Pedro da Cunha
Sottomayor «como administrador do morgado em que sucedeo por morte de Manoel de
Carvalho D’Eça da Barreta56. O abade de Louro afirma ainda que ambas as capelas teriam
sido administradas por Pedro da Cunha Sottomayor (PEREIRA,1867:108).
Sobre a entrada da igreja, erguia-se o coro alto de madeira, assente num arco de pedra57,
actualmente substituído por uma estrutura em betão com guarda de ferro e vidro; do
lado do Evangelho, os suportes do coro firmavam-se na antiga torre poente do Paço do
Concelho que, nessa zona, serviu de parede lateral à nova igreja; o arco apontado gótico
que aí se abre e que acedia ao alpendre do paço teve, por conseguinte, de ser encerrado
para a construção da igreja (figs. 2,4). A cobertura da capela-mor, dada a espessura das
paredes laterais, deveria ter sido originalmente projectada para ser de abóbada de canhão,
pétrea e de caixotões. O contrato do forro da nave, de 1612, menciona, aliás, o cruzeiro da
abóbada. Provavelmente na década de 80 do século XVII, quando um novo retábulo-mor
foi colocado, ou quando se iniciaram, na segunda década do século seguinte, as obras do
hospital, a capela seria ampliada para norte (fig. 3); dessas alterações resultaram o actual
pano de parede testeira e a sua pequena fresta, intervenção que terá, obrigatoriamente,
obrigado a mexidas na cobertura original. Posteriormente, deu-se a transformação do templo
em sala de sessões e secretaria; sucessão de intervenções que terão feito desaparecer a
abóbada de pedra original. Quanto à cobertura da nave, ela foi, como se referiu, em painéis
de castanho. Eles, porém, não deixaram rasto, o que pode querer significar que se tenha
optado, posteriormente, por um modelo bem mais simples e económico do que o inicial.
Como se referiu, nos nichos da capela-mor existem ainda vestígios de azulejos seiscentistas
de padrão, azuis e amarelos, enquanto do lado da Epístola se mostram também fragmentos
de azulejaria figurativa setecentista. Se os primeiros serão da fábrica inicial, os segundos
foram, com certeza, colocados posteriormente à ampliação. No exterior, do lado nascente,
é ainda visível o cunhal da capela-mor quinhentista.
de maiores dimensões, restam apenas dois segmentos de moldura que enquadram uma
abertura posterior, igual à da casa do cabido. Essa grande porta acedia à escada exterior,
colunada e alpendrada, que subia, adossada à parede da igreja, ao coro alto. A partir do
pátio, igualmente alpendrado que se situava no topo dessa escada, uma quarta porta dava
passagem para ele. O alpendre permitia ainda o acesso ao campanário, de que resta o arco
superior no Museu Arqueológico local e encostou-se a um muro ameado que o ocultava
e separava do espaço público da Praça da Vila; para aceder, a partir desta última, a essa
escada e à zona posterior da igreja, abriu-se uma porta, que dava passagem a uma antiga
congosta aí existente, e ergue-se um outro muro que separou o caminho das «casas do
Medella» que lhe eram contíguas para nascente60.
Fig.3 - Fachada lateral nascente da igreja, com os vestígios da intervenção oitocentista. À direita,
a capela-mor prolongada para além do cunhal quinhentista, com a porta que acedia à sacristia
joanina. Na nave vê-se uma das capelas funerárias, com um vitral moderno e, à sua esquerda, a
porta que dava acesso à escada do coro.
Dada a sua localização e carácter semi-oculto, é bem possível que a porta do coro não
possuísse reposteiro e, por conseguinte, tenha sido omitida no inventário a que nos
60 A. H. M. B, Caixa 0. Livro de despesas de obras 1604-1632, fls. 2-2vº e 3. Ver Anexo Documental, doc.3.
61 A. H. M. B., Armário A., Tombo dos bẽns e propriedades da Santa Misericordia de Barcellos. Ano de 1697,
fl.5 vº. Ver Anexo Documental, doc. 8.
62 A. H. M. B., Caixa 0. Livro de despesas de obras 1604-1632, 1623, Fevereiro 3, fl. 24vº. Ver Anexo
Documental, doc. 5.
confraria do Entre Douro e Minho, rematado por um nicho com a imagem da padroeira.
Sobre ele devia-se rasgar, no frontão triangular de remate, o espelho do coro, ou óculo,
mencionado no livro de obras. As janelas do coro, a que alude o mesmo manuscrito,
devem ter sido igualmente rasgadas nesse frontão, bem como os nichos, cuja execução
obrigou a que um oficial se deslocasse a Braga em busca de conselho. Se considerarmos
essas janelas do coro como frestas, elas poderiam ser duas das quatro que o inventário
de 1834 afirma existirem na igreja63. É mais provável, todavia, que o inventário aludisse
a duas frestas, hoje cerradas, que podem ter existido nas paredes laterais da nave, entre
as capelas funerárias e do arco cruzeiro e a mais duas, actualmente também ocultas, na
capela-mor.
Este tipo de igreja é análogo – embora com algumas variantes – no tipo de planta e de
coberturas, nos alçados, sobretudo o principal, na planimetria, nos sistemas de iluminação
e na panóplia ornamental, a outros templos da confraria erguidos, na segunda metade do
século XVI ou já na primeira metade do seguinte, na zona do Entre Douro e Minho: Braga,
Porto, Guimarães, Penafiel e Vila do Conde (Afonso, 2009). A estes pode-se ainda juntar a
igreja da Misericórdia de Aveiro, bem estudada por Carlos Ruão (Ruão, 2007: 426).
A igreja era, nas suas linhas gerais, em termos morfológicos e planimétricos, muito
semelhante à do Porto, embora com uma capela-mor ortogonal e com uma muito maior
contenção formal. Contenção que se alargou ao arco cruzeiro e à cobertura da nave, que
no Porto foi em caixotões de pedra; inovou, contudo, nas capelas funerárias laterais, que
apenas viriam a ser abertas na nave portuense na terceira década do século XVII. No final
de 1591, quando existia já um projecto, Manuel Luís ocupava há pouco tempo o lugar de
mestre-de-obras do arcebispo de Braga D. Frei Agostinho de Jesus (Afonso,1997:18-19).
Desse modo, é provável que o templo de Barcelos tenha sido, pelo menos, supervisionado
por ele; o mesmo viria, aliás, a suceder em Guimarães (Ruão, 1996:129). Saliente-se, a
esse propósito, a presença, no lançamento da primeira pedra, do jesuíta João de Lucena,
que esteve entre os consultores da capela-mor da Misericórdia do Porto concluída pouco
antes (Basto,1997: vol.2:137). Também o tipo de ornamentação «flamenguista» – os
frisos de óvulos e diamantes encobertos por fina camada de strapwerk ainda perceptíveis
no arco cruzeiro e mais apagados nos arcos e pilastras das capelas da nave – bem como
os capitéis jónicos estriados, que rematam estas últimas, são próprios da arte do mestre e
do seu operoso círculo portuense (fig.4).
Os retábulos e a pintura
64 A.H.M.B., Armário A, Tombo dos bẽns e propreidades da Santa Misericordia de Barcellos. Ano de 1697, fl.5
vº. Ver Anexo Documental, doc. 9
visto que ele, por estar «muito velho e roto», seria substituído em 1685 por um novo,
contratado ao bracarense Damião da Costa65. De seu nome completo Damião da Costa e
Figueiredo, foi o autor do risco e do entalhe de um retábulo para a igreja de Santa Clara
de Amarante, sendo então designado «arquitecto» e «mestre de arquitectura» morador
no Campo de Nossa Senhora a Branca de Braga (Brandão,1984:742-743) e entalhador
do retábulo da capela de Nossa Senhora das Neves, em Azurara (BRANDÃO,1984: 841-
842, 853). De qualquer modo, é possível que a pintura original se tivesse mantido. No
inventário, já citado, de 1796, menciona-se: «Item o altar- mor da igreja desta Santa
Caza da Mizericordia, feito de talha dourada, com seu quadro de tapar…»66 e, apesar de,
como se referiu, o retábulo-mor ter sido posto em hasta pública em 1848, é possível que
os irmãos tenham levado a pintura para a sua nova igreja onde, num inventário de 1860,
se menciona, na capela-mor, «o painel de Nossa Senhora da Mizericordia»67.
Sabe-se que, em 1620, três anos depois do contrato com Salvador Mendes de Faria, Simão
Rodrigues passaria pelo Porto, ocupado que estava na execução dos quatro painéis do
retábulo da igreja de São Domingos de Viana da Foz do Lima (Serrão 1983:140). É possível
que essa referência se relacione, igualmente, com a obra de Barcelos, contratada em
1617. Salvador Mendes de Faria, por sua vez, deverá ser o Salvador Mendes que, em 12
de Junho de 1600, se comprometeu, juntamente com Francisco Correia, a pintar e dourar
as imagens dos Quatro Evangelistas que tinham sido contratadas pelo imaginário Gonçalo
Rodrigues para a capela-mor da igreja da Misericórdia do Porto (Brandão 1984:184-189).
O mesmo dourará uma bandeira para a Misericórdia de Guimarães em 1617, cuja pintura
esteve a cargo de Domingos Lourenço Pardo (Serrão, 1981:68-70); no mesmo ano, o
douramento e estofo do retábulo-mor da mesma igreja, cujos painéis foram igualmente
pintados por Domingos Lourenço Pardo, foi também cometido a Salvador Mendes (Serrão,
1981:68-70).
65 A. H. M. B., Armário A, caixa 20, Livro dos Acordãos 1602 a 1689, 1685, Junho 1, fl.160. Ver Anexo
Documental, doc. 8.
66 A. H. M. B., Armário A. Caixa I, Inventario de tudo que ha, fl. 4.
67 A. H. M. B., Caixa 0, Livro de Inventário de 1860, fl. 3
68 A. H. M B, Armário A. Caixa I, Inventario de tudo que ha, fl. 4vº.
Conclusão
Bibliografia
AFONSO, José Ferrão. Manuel Luís. Um contributo para o estudo de um mestre pedreiro
quinhentista. Separata de Museu [4] 6, 1997.
AFONSO, José Ferrão. Regressando a Alberti. As igrejas das Misericórdias do Entre Douro e
Minho, de Vila do Conde a Penafiel: arquitectura e paisagem urbana (1534-1622). In Actas
das II Jornadas de sobre as Misericórdias quinhentistas «As Misericórdias Quinhentistas».
Penafiel: Câmara Municipal de Penafiel, p.123-151.
ALMEIDA, Carlos Alberto Ferreira de. Barcelos. Lisboa: Editorial Presença, 1990.
BASTO. Artur de Magalhães. História da Santa Casa da Misericórdia do Porto, 2 vols. Porto:
Santa Casa da Misericórdia do Porto, 1997.
SANTA Casa da Misericórdia de Barcelos.. Excerto do discurso que o Provedor Dr. António
Miguel da Costa de Almeida Ferraz proferiu em sessão de 6 de Novembro do ano de 1909,
que consta do Livro de Actas da Santa Casa, a fls. 306 e seguintes. In: Memória da I
Semana das Ofertas ao hospital realizada em 7 de Novembro de 1943. Barcelos, 1943, p.
7-15.
SERRÃO, Vítor. André de Padilha e a pintura quinhentista entre o Minho e a Galiza. Lisboa:
Editorial Estampa, 1998
SERRÃO, Vítor. O Maneirismo e o Estatuto Social dos Pintores Portugueses. Lisboa, 1983.
SERRÃO, Vítor. Uma obra desconhecida do Pintor Maneirista André Peres: As Tábuas do
Antigo Retábulo da Misericórdia de Arraiolos (1603), Callipole, nº 5 / 6, Vila Viçosa, 1997
/ 1998, p. 123 – 140.
TRIGUEIROS, António Júlio Limpo [et. al.]. Barcelos Histórico Monumental e Artístico.
Braga: Edições APPACDM Distrital de Braga, 1998.
Anexo Documental
Doc.1
A.H. M. B., Armário A, Livro das Eleicoens e Acordaãos 1584-1628, fl. 25 vº:
Aos vinte e cinco dias do mes de Setembro de mil e quinhentos e oitenta e seis
annos em cabido e sendo presentes o Senhor Francisco de Gouvea provedor e
jrmãos abaixo asynados por elles foy posto em votos a ordem que se teria para a
casa e igreja ficar mais ornada asym de retabollo como de grades e sprytal para
peregrynos porquanto tudo estava muito degnificado e velho e não conveniẽte para
taal casa e acordarão que se fizesse hũu retabollo novo fermoso de castanho para
o altaar moor de altura de dezouto palmos d’altura que fique cheo atee o forro da
capella e a largura conveniente a elle com tres panees e seu frontespicio redõdo e
os capitees das columnas de obra composita conforme as do altaar (fl. 26) moor da
igreja matriz da dita vylla e os dous frontespycios dos panees piquenos redondos
de mea lua tudo bem acabado que nam tenha descomposição na altura grandura
e medida como a capella requere e pede e com seus cherobyns necessaryos nas
columnas suas molduras e de booa groçura e de madeira seca lympa e boa. E sendo
asym mandarião pedir ao duque Nosso Senhor que hee irmão da dita casa e a
fidalgos que estam no termo desta vylla e pessoas partycullares esmolla para ajuda
do dito retabollo e assim para hũas grades bayxas de torno que mandarião fazer
e esprytall e para o dito retabollo e grades serem feitas como se requere para taal
casa mandarão chamar a Domingos Lourenso carpinteyro d’Algoso que se obrigou
ao fazer da dita maneira bem acabado e as ditas grades per preço e contia de
trinta mil e seiscentos reis tyrado os mais custos que para a dita obra se requerem.
Convem a saber pregadura e columnas de pedra ferros escapullas e tudo o mays
pertencente para a dita obra que no cabo e no assentar della se declarara. E de
todo mandarão fazer este asento para se saber a verdade e o asynarão aqui comigo
Manoel (fl. 26vº) de Farya da Rua escryvão da dita casa que o escrevy»
Seguem-se as assinaturas.
Doc.2
Dizemos nos Pero Gonçalvez da Cal da freguesia de São João de Villa Boa e Francisco
Gonçallvez seu jrmão da freguesia d’Arcuzello que he verdade que nos tomamos a
obra da gafaria que os senhores provedor e jrmãos da Santa Misericordia desta
villa ora querem fazer a quoal nos obrigamos fazer da maneira e pella ordem que
nos foi mostrada e daremos a dita obra feita e acabada todo o que tocar ao nosso
oficio de pedreiro por todo o mes de Março que ora vem do prezente anno a quoal
nos daremos asi feita e acabada a prazimento dos ditos provedor e jrmãos e nos
pagaram a rezão de trezentos reis a brasa da parede e os portais d’alvenaria que
na dita obra fizeremos serarão (sic) muito bem feitos e nos nam pagarão por elles
nem cada hũ delles mais que comtallas com a mais parede midimdo vazio por cheo
e os camtos das esquinas asentaremos a escadria desbatados a ponteiro peqo e
asentados sem nenhũa maneira de racha pella banda de fora e hũ portall d’esquadria
que na dita obra avemos de fazer o daremos chegado quebrado e lavrado por
setecentos e simquoenta reis e o asentaremos a nosa custa contando nos e midindo
a dita porta vazio por cheo e por o preso de trezentos reis cada brasa da parede
da dita obra. Ha quoal os ditos provedor e yrmãos não serão mais obrigados que
dar nos a midida serta da brasa de des palmos em qadrado como se custuma de
maneira que nos daremos a dita obra perfeita com todas as achegas nesesarias
sem que elles provedor e jrmãos dem cousa algũa e desfarems a obra velha a nosa
custa e qoanto ao lugar (fl. 51vº) do peitoril e tabolamento delle e alcunhos que
fizeremos nos pagarão a prazimento de todos ou por vista d’oficiais e resebemos
logo ao fazer deste dous mil reis que levaremos a conta. E por asi pasar na verdade
nos obrigamos a fazer a dita obra per nosas pesoas e bẽs a pederjuizo (sic) e da
cadea e não a dando feita no dito tempo atras decllarado somos contentes que o
dito provedor e jrmãos a mandem fazer ha nosa custa. E rogamos a Gaspar Pereira
do Cano desta villa que esta fizese e nos asinamos estando mais por testemunhas
Domingos Vas alfaiate desta villa e Manoel filho do espitaleiro e Gonçallo Annes do
Bareiro de Santa Maria d’Abade e eu Gaspar Pereira que este fiz a seu rogo oje vinte
e sete de Janeiro de mil e quinhentos e noventa e hũ anos».
Seguem-se as assinaturas
Doc.3
«Aos vinte e sete dias do mes de Junho de mil e seiscentos e quatro annos em
Cabido presentes o provedor e jrmãos abaixo asinados tomarão conta das obras
que nesta caza se avião feito de dia de Santa Iszabel do anno de seiscentos e hum
ate hoie para deixarem declarado quanto avia rendido a renda da imposição no dito
tempo e quanto se avia gastado nas ditas obras e acharão que na Caza se fizerão e
pagarão os seguintes.
Item as duas cazas do hospital novo custarão quinze mil reis que tantos derão a
Antonio Alvares irmão que então era 15000 reis.
A conta do dinheiro que a Caza deve a Antonio da Costa Homẽ, que emprestou para
as obras do seu tempo como se vera no livro da conta, derão a Anna da Costa sua
molher nove mil e setecentos reis. 9700 reis.
Item da serventia que comprarão a Thome de Medella das suas cazas. A saber tapar
a porta que tinha aberta contra a caza da Misericordia e o chão para o caminho da
serventia que se fes entre a escada do choro e sua caza quatro mil reis e da parede
da mesma caza que se desfes e tornou a fazer mil e des reis que tudo monta sinco
mil e des reis. 5010 reis
(Fl. 2vº) Item dous carros de cal dous mil e dozentos e quarenta reis.
Item aos pedreiros de Viana a conta da obra desta caza sinco mil reis.
Item quarenta alqueires de cal mil e cento e noventa reis.
Gastou Manoel Vaz sendo mordomo nas obras das cazas do hospital nove mil e
quattorcentos e setenta reis.
Item a Pero Gonçalvez o Pato cõ hũ jornaleiro oito viteis de hũ dia que (sic) 160 reis.
Item a quẽ servio os pedreiros que fizerão a escada em lhes acaretar agoa e areia
mil seiscentos e sinconta reis.
Item custou a obra da escada do choro cõ a porta e serventia nova que vai entre a
escada e as casas do Medella e com as ameias e o pateo de çima cõ as colunas e
cobertura e os dous altares pequenos de fora da capella sincoenta mil e quinhentos
e outenta reis como se vera por 50. 580 reis.
(Fl.3) Item custou a obra do choro e porta delle forrado como esta e estante
quarenta e oito mil reis e ao fiador que a veio acabar (por fogir o mestre a que se
deo) derão mais tres mil reis por quoanto acharão que gastou muito de sua caza e
a obra mereçia mais e seiscentos e simcoemta reis de pregadura e jornais que se
derão a quem tornou a juntar as taboas do choro que tudo monta sincoenta e hum
mil e seiscentos e sincoenta reis.
Item a Paulo Gonçalvez pedreiro por quebrar trazer assentar e lavrar as pedras
sobre que se armou o choro tres mil reis.
Item a porca em que anda o sino, chapas e cadeia quatrocentos equarenta reis.
Item a Gonçalo Andre pedreiro por fazer os buracos para os traves do choro e
bancos tres dias de jornal trezentos reis.
Item dous carros de telha para o alpendre da escada quinhentos e outenta reis.
Item costou o pulpito asi como esta e porta delle e porta travessa que vem da igreja
para o Cabido de pedraria e assim o laieamento desd’a grade do arco da capella
mor athe as ombreiras das capelas de Pero de Faria e Antonio de Faria vinte e sete
mil reis.
(Fl. 4) Item dous carros de telha para o alpendre e varanda do pulpito quatroçemtos
e noventa reis.
Item quarenta e sinco alqueires de cal por hũa ves e des por outra para o pulpito e
portas delle e pera o telhado das cazas do cabido mil e seiscentos e noventa reis.
Item mais mil reis dos ferros que tem a grade do choro, fechadura e ferrolho da
porta.
Somão estas addições atras declaradas como dellas se pode ver çento e noventa e
outo mil e quinhemtos e quaremta reis (…).»
Doc.4
Arquivo Distrital de Braga. Notarial de Barcelos. Diogo Valejo 1610-1612, 1612, Janeiro
24, fl. 141.
bẽ junto e colado e por elles digo e que elles sobreditos oficiais Gaspar Fernandez e
Manuel Alvarez porão de sua caza a madejra e pregadura e escadas e tudo o mais
necessario para a dita obra sẽ a dita caza lhe ser obrigada a nada e por digo e que
por fazer a dita obra no modo asima dito ate dia de Sancta Isabel do prezente tinhão
contratado de lhe dar oitenta mil reis cõ mais cinquo mil reis de merenda no fim da
obra cõ as mais clausullas e cõdiçoĩns abajxo declaradas. E por estarẽ prezentes
o dito Gaspar Fernandez e Manoel Alvarez sobreditos por eles foi dito que elles
aceitavão a dita obra e se obrigavão a fazella na forma sobredita asi e da maneira
que se atras contẽ a qual darião feita e acabada ate o dito dia de Sancta Isabel do
prezente anno cõ todas as mulduras e garniçoĩns e laçaria que atras se declarão e
pello dito preço de oitenta mil reis cõ mais os (fl. 142vº) cinquo mil reis de merenda
sendo feita e acabada ate o dito dia e não acabando a dita obra ate o dito dia lhe
não pagarão os ditos cinquo mil reis de pitança antes emcorerião nas penas abaixo
declaradas. E por elles ditos oficiais e mestres da dita obra foi dito que eles se
obriguavão cada hũ per si e cada hũ pello todo acabar a dita obra no dito tempo e pelo
modo atras declarado e sendo cazo que cõ effeito e perfeitamente a não acabẽ no
dito tempo elles jrmãos da Misericordia que hora são e pello tẽpo forẽ sẽ mais citarẽ
nẽ requererẽ a elles officiaes meterão na dita obra officiaes que acabẽ e a fação e a
acabẽ na forma asima dita e tudo o que mais levarẽ pagarão por conta delles ditos
Gaspar Fernandez e Manuel Alvarez e alẽ disso elles sobreditos emcorerão em pena
de trinta mil reis para a dita caza. E são contentes elles Gaspar Fernandez e Manuel
Alvarez que por esta escritura se proceda sumariamente sẽ delonga nẽ libelo e que
querendo elles irmãos da Misericordia demandallos citados e executallos pello (fl.
143) asima dito por qualquer cousa das cousas acima ditas eles ditos officais fazião
por seu procurador ao porteiro da camara ou ao estrebuidor do juizo ordinario desta
villa que ora são ou pelos tẽpos forẽ pera que em nome delles seja qualquer delles
citado requerido demandado e executado e pelos tais requerimentos cõvencidos a
tanto que contra elles for dado sentẽça logo sejão prezos e que não sejão soltos ate
cõ effeito se acabar a dita obra pello sobredito modo a custa delles oficiais. E pera
mais abastança pareceram de prezente Antonio Martinz da freguesia de Cabrejros
do termo desta villa e Mateus Gonçalvez da cidade de Braga morador a Crux da
Pedra e por elles foi dito que eles fiavão ao dito Manuell Alvares na metade da dita
obra a fazella na maneira atras declarada e outrosi pareceo Francisco Rodriguez
carpinteiro morador na freguesia de Escourados do termo desta villa pello qual foi
dito que elle como fiador e principal devedor fiava a parte que cabe ao dito Gaspar
Fernandez pello qual Gaspar Fernandez outrosi foi dito que elle fiava ao dito Manuel
Alvarez e o dito Manuel Alvarez ao dito Gaspar Fernandez pera que cada hũ de per
si e cada hũ pello outro e pello milhor parado (fl. 143vº) a cũprirẽ este contrato asi
e da maneira que se declara cõ as condiçoĩns nelle conteudas e per o dito Manuel
Alvares e seus fiadores foi dito que elles se desaforavão de juizes e justiças de seu
foro e se obrigavão a responder perante as justisas desta villa e pera serē citados
e requeridos e demandados fazião e constetoião os mesmos procuradores que se
atras declaram. E pellos tais requerimentos querẽ que contra eles se aja sentẽça e
se façã ẽ suas pessoas e bens execussão e sejão prezos pera de cadea todo comprirē
pagarẽ inteiramente pagarē e posto que de penhoras não serão soltos sẽ que a dita
obra ser acabada e perfeita em todo na forma sobre dita ao que todo terẽ e cũmprirẽ
como dito he hũs e outros obrigarão suas pessoas e bẽns asi movejs como de rais
asi avidos como por aver e logo pellos ditos Gaspar Fernandez e Manuel Alvarez foj
dito que eles confessavão ter recebido os ditos oitenta mil reis que he preço desta
obra da mão delle provedor e irmãos hatras ditos e se derão delles por bẽ pagos e
satjsfeitos porquanto os receberam perante mim tabeliam e testemunhas (fl. 144)
abajxo nomeados por moedas de prata realles e tostoyns que perfizerão a dita cõtia
de oitenta mil reis dos quais e derão por bẽ pagos emtregues e satisfeitos e a dita
caza da Misericordia e provedor e mais irmãos por quites e livres doje pera sẽpre do
dito dinheiro. E asi outrogarão de parte a parte e mandarão fazer a prezente e desta
nota mandarão dar hũ estromento e estromentos todos de hũ teor as pessoas a que
tocar e acajtarão de parte a parte. E eu tabeliam como pessoa publica estipulante e
aceitante o estipulei e acaitej em nome dos prezentes e ausentes o que toca e tocar
deva estando a todo por testemunhas: Gaspar Gonçalvez e seu cunhado Manuel
Pirez moradores nesta dita villa e Manuel d’Andrade filho de Belchior d’Andrade
morador nesta villa e eu Diogo Vallejo tabelim ho escrevj. Dizē as emtrelinhas /
e direito diz/ como fiador e principais pagadores. Que fiz na verdade. Sobredito
tabeliam o escrevj.”
Seguem-se as assinaturas.
Doc.5
Aos tres dias do mes de Fevereiro do anno presente de mil seiscentos e vinte e
tres annos estando em mesa o provedor e irmãos da Santa Casa da Misericordia
desta villa abaixo asinados hi foi contratado com Manoel Gonçalvez Pias pedreiro
e morador na freguesia de Carapesos termo desta dita villa e apresada a obra que
pretendião fazer sobre se allevantar e acresentar o pateo da dita casa e sobre o
feitio da pia d’agoa benta e tratando com elle sobre o preso se ouverão69 com elle na
forma seguinte. Que lho davão e se obrigarão a dar ao dito Manoel Gonçalvez trinta
e sinco mil reis em dinheiro de contado fazendo elle a dita obra com as declarasans
e apomtamentos seguintes. Item que a altura do pateo chegara ao lageamento da
69 «Ouverão» - leitura duvidosa.
igreja asi de sorte que fique o pateo de fora igual com o lageamento da igreja e o
resio que fica na porta ficara todo ao olivel do lageado da igreja com o pateo de fora
todo ao olivel. Item avera na escada da banda do nacente tera quatorse degraus
vindo a responder o derradeiro degrao ao olivel do lageamento do patio em sima
(fl. 24vº). Item mais se fara hum pateo que fique ao olivel com a propria soleira
da porta que vem para o coro e delle decerão tres degraos para a banda da rua
de modo que não lanse na rua mais do que digo mais que hũ degrao. Item para a
banda da prasa se meterão quatorse degraos na escada com a presensa de dous
palmos e meio ou tres para aquella parte e as tais escadas e bases bem lavradas
com a largura de dous palmos e hum carto na grandesa e largura da marca que
fizera na porta do cabido na grade do cabido hu vape. Item com declarasão que o
corrimão que esta feito se tornara a por na forma em que a sobir a escada e o que
faltar se pora tudo de novo asy perpianho como todo o mais necessario salvo ferro
e caimbro. Item os silhares que estão digo de debaixo do corrimão fara muito bem
feito e lavrados e bornidos ao picão para maior fortalesa e ficara serrado o vape
que esta no perpianho velho e se lavrara todo de novo. Item no portal das colunnas
o fara de modo que venha a comparchar com a obra com seus limites (fl.25) e
perfeisoins que encubra a falta que se fizer no pedestal. Item mais fara hũa pia
d’agoa benta metida na parede da dita igreja curiosa e de obra boa bem lavrada de
boa pedra e curiosa e de pedra clara e de gram asy a das escadas como da pia e
corrimam e perpianho fara de boa pedra e de gram comforme a obra o pede. E por
estar presente o dito Manoel Gonçalvez aseitou fazer esta obra pollo dicto preso por
todo este tempo te o fim de Maio perfeita e acabada e da parte do provedor e mais
irmãos asi se aceitou com declaração que o dinheiro lhe irão dando comforme for
correndo a obra e de parte a parte asi se aceitou e obrigarão suas pesoas e bens
e rogarão digo e o dito Manoel Gonçalvez prometeo dentro no dito termo e tempo
dar a obra perfeita e acabada sob pena de se lhe meterem officiais por jornall de
dose vintens cada hum na obra a custa delle e os jrmãos se obrigarão (fl. 25 vº) a
irem fasendo o pagamento na forma acima dita sob pena de não correr com a obra
e declarou Manoel Gonçalvez que tudo se obrigava faser e dar a pedra necessaria
para a obra e a chegar a sua custa e tudo fazer e cumprir no dito termo pello dicto
preso de trinta e sinco mil reis ao que cumprir como dito he obrigarão pesoas e bens
e rogarão a mim Gaspar de Faria Machado escrivão da casa que este fisese que na
verdade fis estando por testemunhas Leonardo de Faria Maris e Andre Canedo70 da
Silveira desta villa que todos aqui asinarão com os contratantes».
Seguem-se as assinaturas.
Doc.6
A. H. M. B, Armário A, Caixa 20, Livro dos Acordãos 1602 a 1689, 1617, Novembro 9, fl. 32.
«Comtrato do Retabolo
Seguem-se as assinaturas
Doc.7
A. H. M. B, Armário A, caixa 20, Livro dos Acordãos 1602 a 1689, 1620, Janeiro 12, fls.
39-39vº.
Seguem-se as assinaturas.
Doc.8
A. H.M. B, Armário A, caixa 20, Livro dos Acordãos 1602 a 1689, 1685, Junho 1, fl. 160.
Ao primeiro dia do mes de Junho do anno de mil e seiscentos e oitenta e cinco annos
nesta villa de Barcellos e cazas do cabido da Santa Mizericordia dela adonde estavão
em meza o provedor e mais irmans abaixo asinados ahi mandarão mandarão fazer
este termo de lembransa acerca da obra do retabolo para a todo o tempo constar
na forma seguinte diserão que por rezão de estar o retabolo muito velho e roto
asentarão em meza se fizese hum retabolo novo e com efeito se fes planta e se deu
a obra na forma della ao mestre (fl. 160vº) Damião da Costa da cidade de Braga em
preço de cento e des mill reis de que se fes escrittura na nota de Baptista Correa e
logo recebeo a conta sinquenta mil reis aos vinte e tres dias do mes de Janeiro do
anno proximo pasado de oitenta e quatro e com effeito per o retabolo e lhe acabarão
de pagar com sesenta mil reis de rendas pago ao irmão tesoureiro Francisco Gomes
e per se achar era necesario concetarse tambem as colunas da tribuna e concertar
se os frisos e fazer se hum arco novo lhe derão esta obra em preço de doze mil reis
e depois do dito mestre ter tudo acabado se meterão artífices para verem a obra
se estava na forma da planta como ficara na dita escritura e com efeito se louvou a
mesa em Vicente da Rocha do lugar de Villa Nova de Famelicão e o dito mestre em
hum mestre de Braga que por nome não perco os quaes virão a obra e per acharem
que em parte não correspondia a planta avaluarão os defeitos em dose mil reis ou
que o mestre os compusese por sua conta e com effeito prometeo o mestre o fazer
o ditto concerto e sendo avizado para o vir fazer o não tem feito antes recuza fazello
por onde asentarão se lhe não pagasem os doze mil reis da tribuna pois não vejo
concertar o deffeito que se achou que foi avaluado na dita quantia e que do mais
que são os cento e des mil reis estava pago de que se fez este termo que asinarão
eu Troquato Fernandes Almeida escrivão desta Caza que o escrevi e asinei».
Seguem-se as assinaturas
Doc.9
A. H. M. B., Armário A. Tombo dos bẽns e propriedades da Santa Misericordia de Barcellos.
Ano de 1697, fl. 5.
Tem esta Sancta Caza da Mizericordia huma Igreja que corre de norte a sul
que tem sua capella mayor com dous altares colaterais hum de Nossa Senhora
da Conceyçam, e outro do Esse Homo e mais duas capellas, huma da parte do
Evangelho, que fabrica Andre da Costa e Faria como administrador do morgado que
possue e outra da parte da Epistola que fabrica Pedro da Cunha Sottomayor como
administrador do morgado em que sucedeo por morte de Manoel de Carvalho Deça
(fl. 5vº) da Barreta. Tem mais hum quintal para a parte do nascente, que parte do
mesmo nascente com quintal de Baptista Correa e Domingos Correa desta villa e
do poente com a capella mayor da igreja desta Santa Caza e do norte com quintal
dos herdeyros de Maria Sousa Vellozo e do sul com caminho cangosta que vay para
o mesmo quyntal e com a capella que fabrica o dito Pedro da Cunha Sottomayor:
tem de comprido de norte a sul honze varas e de largo pella testada do norte quatro
Tem mais pella ditta parte do nascente da dita igreja huma cangostinha que sae
do mesmo quintal que parte do nascente com cazas do dito Baptista Correa e do
poente com a Igreja e capella que fabrica o ditto Pedro da Cunha e do norte com
quintal acima medido e do sul com saida da dita cangosta e caza do dito Baptista
Correa: tem de comprido de norte a sul cinco varas e de largo pella parte do norte
huma vara e pella do sul duas varas e meya.
Tem mais outra cangostinha que sae pella beyra da escada do choro com porta para
o pe do patio da dita Sancta Caza.
Tem mais para a parte do poente da Igreja huma sacristia e logo ao diante hum
roxio na saida da porta da sacristia que tem de comprido de nascente a poente cinco
varas e duas terças e de largo tem outras cinco varas e duas terças
Tem mais para a parte do sul do dito roxio huma caza que serve de despacho a
qual he sobradada e por baixo serve de selleyro a qual (fl. 6) tem de comprido de
nascente a poente cinco varas e huma quarta e de largo de norte a sul cinco varas.
Tem mais para o sul da dita caza huma cazinha pegadado nella que vay entestar na
caza do passo do conselho a qual cazinha he terrea e serve de depejo que parte do
sul com o passo do conselho e do poente com cazas da dita Sancta Caza que serve
de hospital tem de nascente a poente duas varas e meya e de norte a sul tem duas
varas e terça.
Tem mais para a parte do poente do roxio acima medido huma caza sobradada em
que assiste o padre capellam da Sancta Caza que tem sua saida e escada de pedra
para a rua da Mizericordia que tem de comprido de nascente a poente nove varas
e de largo pella testada do nascente tem dez varas, digo tem duas varas e tres
quartas digo, duas varas e duas terças e pello poente tem duas varas e tres quartas
e partem do norte com cazas de Marcos Francisco Bargado e do sul com a caza do
hospital
Tem mais para o sul das cazas acima medidas as cazas do hospital sobradadas com
suas loges que partem do norte com as cazas acima medidas e do sul com o passo
do conselho e do nascente com a caza do despacho e a cazinha de despejos atras
medidas e do poente com a rua da Mizericordia tem de cumprido de nascente a
poente nove varas e de largo de norte a sul tem sette varas medida pello meyo».
Nota Biográfica
jafonso@porto.ucp.pt
Resumen
Palabras claves
The purpose of this article is to make Known to the public the work carried out under
the frame of the Research Project: Craftsmen and Patrons within Monasticism in Galicia
(INCITE09 263 131 PR), funded by the Xunta de Galicia. This project brought to light all
events related with the liturgical furniture of the Montederramo Cisctercian Monastery
Church after the sail of Church Property (Desarmortización).
Keywords
Palavras-chave
El Monasterio
El nuevo templo, proyectado por el arquitecto jesuita Juan de Tolosa, se construye en dos
etapas, se comienza, entre 1598 y 1607, por el cuerpo de la iglesia hasta el crucero bajo
la dirección del maestro Pedro de la Sierra que contó con la colaboración de su hermano
Juan. Los mismos maestros asumen en 1609 la obra del presbiterio, chirola y sacristía,
ahora siguiendo la traza de Simón de Monasterio, obra que se prolonga hasta la década de
1640 (Vila, 1993: 194-99).
La solución de las dos fases constructivas se volvió a adoptar para el mobiliario litúrgico,
comenzando por la sillería de coro que se inicia antes de concluir la primera etapa, mientras
que los retablos colaterales y el mayor no se contratan hasta mediados del XVII.
La sillería de coro
Fue realizada entre 1606 y 1608 por el escultor Alonso Martínez Montánchez, nacido en
la localidad portuguesa de Chaves que aparece documentado en el año 1594 en Ourense,
desarrollando su actividad hasta 1615 preferentemente en zona orensana (García, 2010:
59-75; Vila, 1983: 140-154).
“por quanto para mayor culto del ofiçio divino y serviçio de Dios determinamos de
haçer un choro sumptuoso en la iglesia nueba que bamos acabando de edificar,
y aviendo escogido entre los maestros… de quien tenemos notiçia por famosos a
Alonso Martínez, portugués, vezino de la çiudad de Orense, y encargándole la dicha
obra como a persona de satisfaçión el susodicho, como hombre muy honrado, de
toda verdad y buen trato cumplió con todo lo que se encargó al plaço y término
conçertado, y en lo que toca a la obra y labor de sus manos nos damos ansimesmo
por muy satisfechos della por ser muy perfecta y estremada de gran primor, ayre
y gala y, en resoluçión, una de las buenas obras que avemos visto en su ingenioso
arte...” (A.H.P.Ou. Protocolos de Gonzalo Díaz de Matos, fol. 299r).
La organización arquitectónica es sencilla (fig. 3), sigue tanto las pautas de la Orden del Cister
como las peculiaridades estilísticas del momento. Mientras los tableros de la sillería baja se
enmarcan por pilastras corintias de fuste acanalado, en la alta los respaldos rectangulares
están flanqueados por columnas de orden compuesto, con el tercio inferior animado con
temas fantásticos y decoraciones florales, resueltos en una talla de grueso volumen; son
columnas que al apearse sobre ménsulas recurvadas avanzan y se independizan de las
retropilastras, al tiempo que generan un acusado quiebro en el entablamento. El sitial
reservado al abad lo cobija un arco de medio punto moldurado que invade el guardapolvo
y se remata con el escudo coronado, con las armas de la Orden del Cister y del propio del
monasterio; aunque hoy su respaldo carece de talla, en su día presentaba la imagen de
san Bernardo (fig. 4 y 5). En el guardapolvo los tableros vuelven a resaltarse con columnas
exentas que quiebran su remate, mientras que los pináculos de bola o los frontones de
remate mantienen fórmulas clasicistas.
Es en este último cuerpo donde, sobre los sitiales sin talla de los monjes, se disponían las
únicas escenas en relieve siguiendo el mismo ordenamiento iconográfico que en el mundo
medieval: en el lado norte temas del Antiguo Testamento y en el sur escenas del Nuevo.
Así de una parte la secuencia narrativa se inicia con el tema del Árbol de Jessé -siguiendo
la profecía de Isaías (11, 1): “Y brotará un retoño del tronco de Jessé y de sus raíces
nacerá una flor” - para terminar con la escena de la Resurrección que recuerda el triunfo
de Cristo sobre la Muerte. En el lado contrario el relato comienza, en alusión al origen de la
Humanidad, con Adán y Eva (fig. 6) en el Paraíso mientras el Creador en lo alto los bendice
para finalizar con la Liberación de Jonás, una de las más claras escenas prefigurativas
de toda la serie. En definitiva, un programa que gira en torno a la idea de la Redención
(Fernández y Folgar, 2010: 16-18).
Su recuperación
Su notable deterioro se debió a la excesiva humedad (fig. 7, 8 y 9), por las filtraciones de la
cubierta y de los muros, y a las patologías que afectan a las maderas: castaño en las piezas
de la estructura y de mayores dimensiones, y nogal en las ornamentales y las torneadas,
aunque también hay algunos asientos realizados con esta madera; los insectos xilófagos
afectaron esencialmente a las piezas talladas en nogal por ser ésta una madera sensible
a los ataques de los anóbidos, líctidos y termitas; así como a los hongos, sobre todo los
llamados de pudrición, causantes de la pérdida de densidad y resistencia de la madera.
La mayoría de los 44 relieves tallados que tenía la sillería habían sido robados, de modo que
al iniciarse la intervención sólo se conservaban in situ 18, que tras su restauración por la
empresa Ollarte, se han completado con otros 12 que reproducen los originales guardados
en el Museo Arqueológico de Ourense y en colecciones privadas. El método seguido para la
reproducción consistió en realizar sobre la superficie encerada de los originales un molde
flexible de silicona y un contramolde de resina de poliéster, formado por varias piezas que
se atornillaron. Con estos moldes se realizaron las piezas en resina de poliéster con carga
neutra y tintes para imitar el tono de la madera, finalmente se recurrió a un patinado a
base de óleos con el fin de obtener una entonación más clara o más oscura según las
zonas. Obviamente se procedió al tratamiento preventivo de toda la madera nueva con un
par de manos de xilamón fondo para evitar el ataque de organismos xilófagos, además con
la nueva instalación se intentó el máximo aislamiento, evitando el contacto directo de la
madera con los muros y el suelo, con el fin de proteger la sillería de posibles humedades.
La empresa Ollarte procuró devolverle al material originario sus características, resistencia
y dureza, y dotarlo de ese carácter preventivo que le permita hacer frente a las patologías
más frecuentes (Folgar y Fernández).
Los retablos
Como creación fundamental del arte religioso español y una de las manifestaciones artísticas
más importantes de nuestro patrimonio, los retablos son, junto con la sillería coral, las
otras piezas relevantes del mobiliario litúrgico recuperado. Una vez rematada la fábrica
pétrea, el abad Roberto Nicolás, en diciembre de 1650, inicia el proceso de realización de
los nuevos retablos, primero los laterales y seguidamente el mayor (fig. 14); en ambos
casos se recurrió a dos de los artífices de mayor prestigio en ese momento con su taller
en Santiago de Compostela: el arquitecto y entallador Bernardo Cabrera (Hervella,1997:
547-578; García, 1993: 201-213) y el escultor Mateo de Prado ( García, 1993a: 220-239).
ocho reales, que es la cantidad que se les deuía para el ajustamiento de quentas de
los seys Retablos que se hicieron para la iglesia con que se les acabó de pagar de
todo punto esta obra…” (fol. 162 v.- 163 r.).
Estos seis retablos, sustituidos por los dieciochescos actuales, se destinaron a las cuatro
capillas que se abren al transepto y a los dos colaterales situados ante los pilares que dan
acceso al crucero. Sus advocaciones son mencionadas, en el libro de gasto, cuando fueron
pintados y dorados, en 1669 los de la Inmaculada Concepción, san Benito y san Bernardo
y entre abril de 1673 y abril 1674 los dedicados a san José, Santiago y san Martín Cid (fol.
195 r. y 199 v.).
Faltaba para completar el mobiliario litúrgico la pieza principal, el retablo mayor (fig. 15
y 16), cuya ejecución el abad vuelve a encargar a Bernardo Cabrera y a Mateo de Prado.
Sin embargo en esa fecha la edad de Cabrera –nace hacia 1586- le llevó a firmar el 12 de
septiembre de 1662 un poder notarial delegando en su hijo Juan Cabrera:
El texto de este protocolo confirma a Bernardo Cabrera como autor de la traza, aunque el
responsable de ejecutarlo fue su hijo Juan Cabrera, así consta en las cuentas de abril de
1664 en el momento de su asentamiento:
“Hase hecho un Retablo para el altar mayor, de grande primor y hermosura, como
se puede ver. Costó la escultura, que la hizo Matheo de Prado, Veçino de Santiago,
veinticuatro Mil reales. El ensamblaje Juan de Cabrera, veçino de dicha ciudad,
concertósse en uentitres mi y cienl reales…” (fol. 187r.).
Dos años después de su asiento debió policromarse, pues a ambos lados del marco pétreo
figuraba inscripta la fecha de 1666 como puede verse en fotos antiguas (Chamoso, 1947:
fig.7)
fiel el mensaje de la salvación del hombre y de la intercesión de María: Dios crea al Hombre
por el amor, de ahí la presencia de los dos primeros relieves que flanqueaban al sagrario y
expositor: “Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros, y hemos visto su gloria, gloria
como de Unigénito del Padre”(Juan,1,14); y por su gran amor lo redime, de ahí la presencia
de las dos últimas escenas que aparecen acompañando a la Asunción: “He aquí el Cordero
de Dios que quita el pecado del mundo”(Juan, 1,29), mientras que las relacionadas con la
Pasión –alusivas a la naturaleza humana de Cristo- flanquean la Lactatio, es María como
Madre de la Humanidad, que nos habla del dolor que sufre el hombre como resultado del
pecado original. Para terminar con la Coronación de Maria, en el ático, quien tras pasar por
la muerte termina triunfando sobre ella.
De estos seis retablos, realizados por Cabrera y Prado en su taller compostelano y asentados
en los primeros meses de 1654, tan sólo se conservan algunas de las tallas que los presidían,
pues los muebles fueron sustituidos a finales del tercer cuarto del siglo XVIII, manteniendo
la dedicación de los cuatro correspondientes a las capillas del transepto, mientras que los
dos colaterales, acoplados a los pilares de acceso al crucero, están hoy dedicados a san
Pedro Mártir y san Bernardo de Alcira. Todos ellos responden a un mismo esquema (fig. 19):
un cuerpo principal articulado por cuatro columnas de fuste terciado que tratan, con
el escalonamiento de planos de su entablamento y la volumétrica placa central, de dar
profundidad a la hornacina principal, repitiéndose en la parte media del ático un juego
similar. Mientras la estructura y los distintos placados del banco o de las entrecalles repiten
soluciones habituales desde la década de los treinta, en cambio los enmarques asimétricos
nos remiten a esas recetas de un barroco final tan reiteradas en talleres menores.
Su restauración
Los retablos, como la sillería, al sufrir el abandono durante más de 150 años, vieron
amenazada su existencia; su rescate, como se indicó, se inició en 1988 cuando la Dirección
Xeral de Patrimonio Cultural de la Xunta de Galicia, considerando su significación, ordenó
que las piezas del retablo mayor -desmontado en 1958 por el peligro de desmoronamiento
y arrinconado, junto con algunas de las imágenes de los retablos del crucero, en la sacristía
del cenobio - fueran instaladas sobre una estructura con el fin de impedir el contacto
directo con el suelo y los muros y así evitar problemas de humedades (fig.20).
Sin embargo pasaron todavía unos años hasta que la Xunta de Galicia estableciese los planes
necesarios para su conservación, materializados entre 2002 y 2007. Los dos primeros años
se realizaron labores de desinsectación, de consolidación del soporte, de recuperación
estructural de los relieves y columnas, la eliminación de travesaños fijos, saneado de zonas
de refuerzo, reconstrucción de guías y fijación de las policromías. En los años 2005 y 2006
las tareas realizadas consistieron en el diseño y montaje de la estructura, limpieza y repaso
de fijación de policromías, reintegración volumétrica y cromática, estucado y desestucado
de las lagunas; para finalizar en 2007 con la incorporación de los relieves a la estructura
según la distribución original.
Esta rehabilitación incluyó los seis retablos laterales dieciochescos: los cuatro de las capillas
del transepto dedicados a san Benito, la Inmaculada, san Bernardo y san José, y los dos
colaterales erigidos en honor de san Pedro Mártir y de san Bernardo Alcira. Las tallas de
la Virgen y san José siguen pendientes de restauración en la sacristía junto con otras
que ocupaban sus áticos; por ello consideramos interesante la descripción recogida en el
inventario de 1835:
“Altar de San Benito: Vn altar a la romana de madera con las armas de la Orden,
encima del qual se halla un retablo de lo mismo, dorado, en su Centro un San Benito
grande de bulto, en la cima una Santa Escolástica también de bulto.
Altar de San José: Vn altar de madera a la romana con las armas de la Orden, sobre
el cual un retablo de lo mismo dorado: en su centro una imagen de San José, y en
la cima otra de Santa Ana, ambas de bulto.
Altar de San Pedro Martiri: Vn altar de madera a la romana con las armas de la
orden, sobre el qual se halla un retablo de lo mismo dorado: en su centro una
imagen de San Pedro de Castronobo, y en la cima una Santa Engracia, cuyo retablo
remata con un Angelote.
Altar de San Bernardo de Alcira: Vn Altar de madera a la romana con las armas de la
orden, sobre el qual se halla un retablo de madera dorado: en su centro una imagen
de San Bernardo de Alcira, en la cima otra de Santa María, ambas de bulto, cuyo
retablo concluye con otro Angelote”.
Este conjunto, unitario en su autoría, al presentar las mismas patologías recibió un similar
tratamiento, con variaciones motivadas por el grado de deterioro de su dorado y policromía,
conservado parcialmente en los de san Benito y de la Inmaculada y casi perdido en el de
San José. Su nivel de degradación era fruto de las humedades, de ahí que algunas piezas,
tanto estructurales como policromadas, fueran irrecuperables.
El inicio de este proceso implicó desmontar cada uno de los retablos, disponiendo sus
piezas sobre el suelo de la sacristía -preparado y aislado de la humedad- con el fin de
obtener una idea global del conjunto y observar su estado real de conservación. Fue
entonces cuando la empresa Ollarte pudo conocer las piezas que había que hacer de
nuevo, los distintos grados de desinsección, consolidación, etc., al tiempo que ver las que
necesitaban ser enderezadas.
Finalizadas las distintas fases del tratamiento, y con las piezas en el suelo siguiendo su
disposición dentro de la estructura del retablo, se procedió a su montaje partiendo de la
mesa del altar, para a partir de ella conformar la armadura de apoyo y lograr que el retablo
quedara totalmente adaptado a su espacio. Cada uno de los cuerpos se ancló al muro de
granito mediante varillas y pletinas de acero inoxidable.
El resultado de esta intervención, quizás por el escaso presupuesto, no fue lo más acertado
en lo referente a su policromía, aún siendo conscientes que en ningún momento se pretendió
la recuperación de la pátina originaria.
Estas mismas medidas motivaron que en aquellos puntos en los que no se conservaba
la policromía originaria, en lugar de proceder a su imitación, se utilizase la técnica de
“rigatino” (fig. 24); claro que con esta solución no se consigue el fulgor característico
producido por el reflejo de la luz, por lo que, si bien es cierto que se modifican los valores
estéticos y simbólicos del retablo, también lo es que no hay posibilidad de confundir la
intervención con la obra original. Pero antes fue necesaria una laboriosa recuperación
Ahora queda lograr una solución perdurable a largo plazo, que, al carecer el templo
de función religiosa, ha de estar fundamentada en criterios museísticos. Por ello ha
de proponerse un plan concreto de vigilancia y mantenimiento para posibilitar que las
soluciones de restauración puedan alcanzar esa prolongada estabilidad, a la vez que se
crea la necesaria conciencia de prevención. Esto permitiría detectar los puntos sensibles
del edificio a los factores de deterioro y que puedan tomarse decisiones rápidas, eficaces
y económicas.
Bibliografía citada
CHAMOSO LAMAS, Manuel. El monasterio de Montederramo (Orense), in Archivo Español
de Arte, nº 78, 1947, pp. 78-94
FERRO COUSELO, José. Las obras del convento e iglesia de Montederramo en los siglos XVI
y XVII, in Boletín Auriense, separata T. I, 1971
GARCÍA IGLESIAS, José Manuel. Mateo de Prado, in El Barroco II, Galicia Arte T. XIV, A
Coruña, Ed. Hércules, 1993a, pp. 220- 239
GOY DIZ, Ana. La arquitectura del tardogótico en los monasterios de Celanova, Ribas de
Sil y Montederramo, in Piedra sobre agua. El monacato en torno a la Ribeira Sacra. Opus
Monasticorum IV. Santiago. Fundación P. Barrié de la Maza, 2010, pp. 11-34
MONTERROSO MONTERO, Juan M. Las artes figurativas en los monasterios gallegos durante
la Edad Moderna, in Arte del Cister en Galicia y Portuga, A Coruña, Fundación P. Barrié de
la Maza.,1998, pp. 376-431.
VILA JATO, Mª Dolores. Escultura manierista. Arte Galega Sánchez Cantón, Santiago, 1983.
VILA JATO, Mª Dolores. Galicia na época do renacemento, Galicia. Arte. A Coruña, 1993.
Nota biográfica
M. Carmen Folgar de la Calle y Enrique Fernández Castiñeiras, Profesores Titulares del
Departamento de Historia del Arte de la Universidad de Santiago de Compostela. Forman
parte del Grupo de Investigación Iacobus (GI-1907), cuyas líneas de investigación
orientadas en: Arquitectura y paisaje. Arte y cultura jacobea. Artes plásticas, siglos XV-
XXI. Gestión de bienes y patrimonio cultural
Resumo
Palavras-chave
Faux marble of the Church São Luís dos Franceses (Lisbon): condition,
characterization of the mortars and pictorial layer
Abstract
This article makes known the research on the internal wall renders of the Church São Luís
dos Franceses, with paintings on the stucco imitating marble, the so-called faux marble.
They have been executed between 1766 and 1769.
The study characterizes the faux marble, performed by the technique Stucco Lustro. In
this context, we examined their condition and characterized this covering, using several
analytical techniques.
The results were discussed in the light of traditional recipes on the production of faux
marble paintings in walls.
Keywords
Church São Luís dos Franceses, conservation and rehabilitation of buildings, wall renders,
mortar, stucco, pigments.
Palavras clave
Introdução
A pintura sobre estuque remonta à civilização Egípcia que a terá passado à Grega (séc.
VII a.C. a II a.C.), e esta mais tarde (séc. II a.C. a V d.C.), à Romana, que produziu muita
pintura a fresco (Segurado, s.d.:147 e Ribeiro, 2000:14).
Com a queda do império Romano e a criação do império Bizantino, esta arte desaparece da
Europa ocidental e espalha-se a Oriente, atingindo a Pérsia e a Índia. Surge novamente na
Europa Ocidental com a presença dos árabes, sécs. VII a XV. Mais tarde, com a expulsão
dos árabes da Europa, esta técnica quase desaparece por completo até ao Renascimento
(Segurado, s.d.:147 e Ribeiro, 2000:14).
A introdução desta técnica em Portugal terá ocorrido no final da 1ª metade do séc. XVII,
devendo-se à influência dos estucadores italianos a trabalhar em Portugal, principalmente
a Giovanni Grossi, em 1748, que esteve em Portugal, exercendo influência através da Aula
do Estuque e do Desenho (28 de Agosto de 1764 a 6 de Outubro de 1777), que dirigiu, e
da qual saíram vários mestres (Vieira, 2002:141 e Mendonça, 2008:43).
Em Portugal, a partir do séc. XVIII, a pintura de fingidos sobre estuque foi muito utilizada
na decoração de interiores, sendo rara a Igreja ou Palácio desta época que não possua no
seu interior este tipo de fingidos. O mais comum nestes edifícios é a imitação das madeiras
nobres e pedras naturais. A pintura de fingidos do séc. XVIII está patente, por exemplo, na
Igreja de Nossa Senhora da Piedade, em Santarém, do final da 1ª metade séc. XVIII, no
Palácio do Marquês de Pombal, em Oeiras, na Igreja de São Roque, no Bairro Alto, ou no
Palácio de Santa Helena, em Alfama (Aguiar, 2001:18 e 19).
São duas as técnicas principais pela qual a pintura de fingidos poderia ser executada: a
técnica de gesso e cal e a técnica de pintura a óleo (Ribeiro, 2002:58 e Vieira, 2002:180
e 216).
A técnica de pintura a óleo foi geralmente aplicada sobre madeira, utilizando tintas de óleo,
principalmente com ligante à base de óleos de linhaça e papoila, diluídos com solventes,
sendo os mais comuns a aguarrás ou a essência de terebintina (Ribeiro, 2002:59 e 60 e
Vieira, 2002:216).
No que se refere à técnica de gesso e cal, existem três formas diferentes de execução dos
fingidos: Stucco-Lustro, Stucco-Marmo e a Escaiola (Aguiar, 2001:27 e Vieira, 2002:141-
142, 180 e 184).
Por ser substancialmente mais ágil e rápida na sua execução a Scagliola é mais exuberante
em termos formais e decorativos do que os embutidos, pelo que atingiu uma enorme
popularidade na Itália, Áustria e Alemanha, a partir do século XVII. A verdadeira Escaiola,
sob o ponto de vista do seu inventário e análise técnica e história, é um tema ainda por
desbravar em Portugal, como aliás muitas outras destas artes da simulação e da ilusão, tão
caras ao Barroco e tão odiadas pelo minimalismo e purismos modernos.
A seguir apresenta-se um esquema das fases de execução dos marmoreados, pela técnica
Stucco Lustro, segundo as indicações dadas em 1898 por Telles (Aguiar, 2001:28).
1 O termo scagliola, que em Português traduzimos como escaiola, surge originalmente na Itália definindo uma
cal muito fina, obtida através da calcinação de cristais de gesso , muito usada para se obter acabamentos
particularmente delicados e em interiores. Depois passou a designar a simulação dos embutidos com massas
coloradas de gesso, pigmentos e cola. Quanto à continuidade das confusões terminológicas consulte-se a
entrada “Escaiola. Massaplástica feita com gesso, cola e corantes. Muito usada na decoração arquitectónica de
interiores no Barroco e Neoclássico, imitando especialmente o mármore e o pórfiro. Escaiola», em Luís Teixeira,
Dicionário ilustrado de belas-artes, Lisboa, Presença, 1985, p. 95, ou a definição de escaiola no, mais antigo,
Diccionário do Termos d´architectura, de Lino d´Assumpção (p. 64); «(...) massa composta de materiaes de
diversas cores e consistencias, destinada a fazer columnas, pilastras etc..»
A obra escrita por Telles (1898:195 a 238), é um documento importante, que explica em
detalhe como reproduzir na pintura de fingidos os diferentes tipos de mármore portugueses,
assim como descreve os diversos processos de pintura. Outra obra que merece destaque
é a de obra de Segurado, (s.d.:205 a 310), que descreve em detalhe a composição das
tintas, a sua preparação e aplicação.
Segundo Telles (Telles, 1898:175 a 176), a pintura de fingidos sobre estuque poderia ser
executada a seco ou a fresco, dividindo-se em duas etapas principais: a primeira executada
pelo brochante2 e a segunda executada pelo fingidor3. O brochante preparava a peça, isto
é, betumava e pintava o fundo da peça com uma cor lisa, por indicação do fingidor. O
pintor fingidor, por seu turno, executava os veios, os mosqueados, os nós, e todos os tons
que se vêem nas pedras naturais e nas madeiras.
2 Brochante é um pintor secundário que só aplica cores lisas, quer a óleo, quer a cola, geralmente já feitas e
que as não sabe preparar (in Segurado, s.d.:207 e Rodrigues, 1875:86).
3 Pintor fingidor é aquele que alia aos conhecimentos de pintura, à especialidade de imitar as madeiras, os
mármores, etc. Fingidor sabe compor e combinar as tintas, misturá-las e empregá-las (Segurado, s.d.:207 e
Telles, 1898:176).
O tipo de pigmentos utilizados na pintura de fingidos poderia variar de região para região,
em função dos minerais disponíveis. Na generalidade, para a obtenção das principais cores,
usavam-se os seguintes pigmentos, compatíveis com a cal (Ribeiro, 2002:58 e 59; Ribeiro,
2002:124 e 125; Cabral, 1995:66; Plesters, 1993:37; Gaetani, 2004:14; Baraldi, 2009:28;
Segurado, s.d.:209 a 226; Cruz, 2007:39 a 51 e Pedroso, 2009:32 a 41):
• para a cor amarela, o ocre amarelo, que provinha de argilas naturais, sendo o terra
Siena o mais utilizado, importado de Itália a partir do Renascimento (Cruz, 2009:390 e
Segurado, s.d.:213);
• para a cor vermelha, o almagre ou ocre vermelho, com origem no ocre amarelo, a cor
era dada pelo óxido férrico obtido por calcinação do ocre amarelo (Cruz, 2009:391 e
Segurado, s.d.:214);
• para a cor azul, o azul ultramarino natural, uma pedra bastante rara e cara, o lápis-
lazúli, com proveniência exclusiva de uma certa região do actual Afeganistão (o seu uso
está documentado em Portugal desde 1571, no Retábulo do Mosteiro dos Jerónimos).
Mais tarde, mais precisamente em 1826, começa a ser utilizado o azul ultramarino
francês ou azul ultramarino artificial, composto por silicato de sódio e enxofre, em
que a mistura destas substâncias, quase incolor, transforma-se por meio da sua lenta
calcinação numa cor azul (Cruz, 2009:395 e Segurado, s.d.:218);
• para a cor preta, o preto carvão, obtido pela calcinação de madeiras brancas, não
resinosas, e o negro de fumo, proveniente do fumo de matérias em combustão e que
se recolhe em superfície lisas e frias (Cruz, 2009:395 e Segurado, s.d.:221);
• para a cor castanha, o ocre castanho, com origem no ocre vermelho, de cor escura
devido ao óxido de manganês. Pela calcinação do ocre vermelho, mais ou menos
prolongada, pode obter-se a cor castanha em diferentes tons. O ocre terra de umbria,
vulgarmente chamado terra de sombra, quando natural, é de uso restrito em pintura
isolada. A terra de sombra queimada adicionada ao branco dá tons cinzentos (Cruz,
2009:395 e Segurado, s.d.:220).
Depois de Itália, Portugal é um dos países onde mais encontramos mármores de diferentes
cores. Em Portugal, a tradição da exploração de mármores remonta à ordem dos Filipes,
para ornamentação do Palácio do Escorial. O emprego deste material era muitas vezes
inviável economicamente, o que conduziu no passado ao desenvolvimento de técnicas de
fingidos por meio de pintura (Telles, 1898:195 e Aguiar, 2001:53).
Enquadramento histórico4
A Confraria do Bem Aventurado S. Luís, que já era antiga, data do reinado de D. Duarte
(1391-1438), altura em que os caldeireiros franceses e os bretões de Lisboa se associaram
para fins curativos e de auxílio mútuo. D. Afonso V concedeu-lhes os seus primeiros
privilégios em 28 de Abril de 1452 (Alcochete, 1958:6).
A Confraria teve, numa primeira fase de existência, uma vida conturbada. Foi primeiro
instalada numa capela independente na Igreja de S. Julião, que posteriormente foi
arrasada por completo pelo incêndio de 1521, o que obrigou os irmãos a procurar refúgio
na Ermida da Nossa Senhora da Oliveira. Também esta foi fustigada pelo incêndio de 1557
levando novamente a mudanças, agora para Igreja Santa Catarina do Monte Sinai, que
dois anos mais tarde viria a ser parcialmente destruída pelo tremor de terra que teve lugar
(Alcochete, 1960:36).
Os irmãos de S. Luís, depois desta vida atribulada, decidiram então ter a sua própria casa,
optando por um terreno no exterior da muralha fernandina, junto às Portas de Santo Antão,
local de Olivedo, junto ao Curral dos Porcos (fig. 1). A 16 de Outubro de 1559 celebrou-se o
contrato da compra do terreno da actual igreja (Alcochete, 1958:6 e 14 e Sequeira, 1951:139).
Para a concretização deste projecto, o de fundar a sua própria casa, foram importantes dois
contributos, o do Marquês de Cébés, Embaixador de França em Lisboa, que conseguiria em
1557 um privilégio para esta Confraria, que consistia numa imposição de 400 réis sobre
todos os navios franceses que entrassem no Tejo, e o do célebre Jean Nicot, Embaixador de
França em Lisboa, que obteve em 1561 um breve do Papa Pio IV, por intermédio de João
Campeggio, legado pontifical em Lisboa, concedendo à igreja que se estava a construir
privilégios de paróquia e nomeando três conservadores espirituais (Alcochete, 1960:37).
4 Nota: O arquivo da Igreja de S. Luís foi há já alguns anos incorporado no arquivo central do Ministério dos
Negócios Estrangeiros de Paris, num depósito que este ministério possui longe de Paris (Fontana, 1994:810).
No sentido de, preencher esta lacuna, para realização deste trabalho, recorreu-se à bibliografia disponível em
Portugal, mencionada nas referências.
A construção da Igreja São Luís dos Franceses terá tido início em 1563 (Viterbo, 1910:506 e
Sequeira, 1951:141), tendo as obras concluído em 1572 (Sequeira, 1951:141) e celebrado
a primeira missa a 25 de Agosto do mesmo ano, dia do Santo Rei de França (Alcochete,
1960:37).
Durante longos anos prosseguiram algumas obras que viriam ampliar o primeiro edifício,
tendo estas ficado concluídas apenas em 1622, como atesta uma inscrição sobre a sua
porta principal (Fontana, 1994:808 e Vale, 1998:1).
Entre 1766 e 1769 decorreram obras de reedificação da Igreja, com dinheiros concedidos
por Versailles, o que dela fez uma fundação real, tomando assim o nome de Igreja Real e
Nacional de São Luís dos Franceses (Fontana, 1994:809; Alcochete, 1958:35 e Grange-
Chavanis, 2007:16).
O seu aspecto exterior sofreu poucas alterações, o interior, no entanto, foi totalmente
remodelado, assumindo uma reconstrução de luxo, com uma decoração em que as flores-
de-lis das armas de França passaram a figurar de forma generalizada, principalmente nos
estuques decorativos dos tectos e nos motivos dos azulejos. O mármore e os douramentos
apareceram como elemento principal desta nova decoração (Fontana, 1994:809 e Grange-
Chavanis, 2007:16).
A Igreja de São Luís conheceu, antes e depois da catástrofe de 1755, largos períodos de
grandeza, pelo menos até à Revolução Francesa (1789-1799), bem como alguns períodos
de abandono.
Em 1860, a igreja foi entregue à congregação dos Padres Lazaristas, instalados em Portugal
há quatro anos, congregação esta que ainda hoje assegura o serviço religioso espiritual da
comunidade francesa de Lisboa (Fontana, 1994:810 e Carvalho, 2007:128).
Os registos fotográficos mais antigos conhecidos da Igreja são do início de XIX (figs. 2 e
3). Nestas imagens pode observar-se a fachada principal, que se mantêm conforme na
actualidade.
Fig. 2 – Igreja de São Luís, fachada principal e envolvente, Fig. 3 - Igreja de São Luís, fachada
Joshua Benoliel, 1909-10, Arq. Mun. Lisboa, AFML A4057 principal, Eduardo Portugal,
1940/1949, Arq. Mun. Lisboa, AFML
A10391
Os fingidos sobre estuque da Igreja São Luís terão sido executados entre 1766 a 1769,
período em que decorreram as obras de reedificação, após o Terramoto de 1755. (Alcochete,
1958:35) e (Grange-Chavanis, 2007:16) Estes terão sido, provavelmente, executados pelo
estucador Manuel Francisco da Silva, um dos estucadores portugueses que recebeu Carta
Para finalizar esta breve resenha histórica deve acrescentar-se que em 2007 foi realizado
um estudo sobre o estado de conservação e caracterização da igreja, desenvolvido pela
empresa A. Ludgero Castro, Lda., e, posteriormente, foi elaborado um projecto de restauro
do interior da Igreja (Figueiredo, 2007:1-17 e Grange-Chavanis, 2007:1-31).
Desde 2010 e até à data, estão em curso obras de restauro no interior, a cargo das
empresas MIU – Gabinete Técnico de Engenharia, Lda. e In Situ - Conservação de Bens
Culturais, Lda., e com consultoria da empresa Soraya Genin-Arquitectura e Restauro Lda.
Fig. 4 – Parede da Capela-mor, lado noroeste, Fig. 5 – Parede da Capela-mor, lado sudoeste,
onde se observa os três tipos diferentes de onde se observa os três tipos diferentes de
pintura de fingidos. pintura de fingidos.
No sentido de avaliar o estado de conservação deste revestimento, foi realizada uma visita
técnica à Igreja, com os seguintes objectivos:
No que se refere às condições locais do edifício, deve salientar-se o facto de que a Igreja
confina com edificações a noroeste e nordeste (fig. 6), e que as paredes exteriores noroeste,
NE e SE são de contenção de terras (figs. 7 e 8). A parede a noroeste, enterrada, tem um
diferencial de cotas de 8,6m em relação à cota do pavimento interior da Capela-mor. Estas
paredes estão sujeitas às humidades do terreno, ou seja “per descencum” (pluvial) e “per
ascensum” (terreno de fundação).
• Presença de humidade;
• Sujidade;
Procedimento Experimental
Amostras de Revestimentos
i - Análise química por via húmida e cromatografia iónica, com dois objectivos principais:
determinação do traço utilizado nas diferentes camadas constitutivas do revestimento e
identificação da natureza dos sais solúveis existentes neste mesmo suporte.
Procurou-se por esta via determinar de forma simplificada a razão (em massa) entre
resíduo solúvel e insolúvel, em ácido clorídrico (HCl), ou seja, determinar o traço das
várias camadas constitutivas deste revestimento. A medida do resíduo seco deixado por
uma amostra de argamassa, após tratamento pelo ácido clorídrico, é um dos testes mais
antigos que continua hoje a ser empregue. A razão entre resíduo solúvel e resíduo insolúvel
permite fornecer uma ideia aproximada da relação entre o ligante e o agregado (areia) de
uma determinada amostra.
A análise granulométrica consistiu então em separar mecanicamente, por via seca, uma
amostra desse agregado em fracções, cada uma contendo partículas com dimensões
entre limites correspondentes à abertura dos correspondentes peneiros. Foram utilizados
As amostras foram observadas num microscópio óptico Zeiss Axionplan 2 com câmara de
alta resolução Nikon DXM 1200F, e numa lupa binocular Olympus SZH, com captura digital
de imagens, equipada com iluminação externa por fibra óptica, KL 1500 LCD, modelo
Leica. Equipamento existente no Laboratório Científico do Departamento de Conservação
e Restauro da FCT-UNL.
Colorimetria
Para análise química foi utilizado um cromatógrafo iónico DX 120 da Dionex, com coluna
para aniões AS 14A. Equipamento existente no Laboratório de Mineralogia e Petrologia do
IST-UTL.
Resultados e Discussão
Os edifícios antigos têm habitualmente rebocos com espessura média inferior a 15mm,
segundo Campanella (2003:158) ou de 10 a 15mm segundo Segurado (s.d:142). Esta
espessura acima do normal, registada no presente caso de estudo, talvez se deva à
dificuldade de garantir verticalidade da parede, visto que esta tem uma altura de 12m.
De um modo geral, verifica-se que as amostras de revestimento são compostas por quatro
camadas, nomeadamente:
Refira-se que quer o emboço, quer os rebocos se constituíam com superfície áspera, para
conduzir ao aumento da aderência das camadas seguintes, conforme referenciado nos
estudos de Mateus (2002:196).
As camadas de emboço e reboco são constituídas por argamassa à base de cal, evidenciada
pela presença de calcite resultante do seu processo de carbonatação (fig. 20). Estas
camadas diferenciam-se a nível da granulometria dos agregados utilizados e do seu traço,
conforme referido mais à frente neste trabalho.
No que se refere à camada de acabamento, estuque, esta diferencia-se das anteriores pelo
facto de, para além da cal, ter sido adicionado também gesso como ligante (fig. 21).
Fig. 20 – Espectro de FTIR, amostra A4.1, Refª A4.1ER-2, correspondente ao ligante. A Refª CC,
refere-se aos picos da calcite (CaC03). Refª *, refere-se aos picos do agregado silicioso.
Fig. 21 – Espectro de FTIR, amostra A6, Refª A6ED-4a. Refª CC, refere-se aos picos da calcite
(CaC03). Refª Gy, refere-se aos picos do gesso (CaSO4.2H2O).
Fig. 22 – Observação à lupa binocular da amostra A6 após ataque químico. Material retido
nos peneiros: a) fracção 2,36mm, b) fracção 1,0mm, c) fracção 600μm, d) fracção 250μm, e)
fracção 125μm, f) fracção 60μm.
As argamassas utilizadas para camadas de emboço e rebocos, têm traço mais rico em
ligante, que reduz gradualmente para as camadas seguintes, verificando a regra da
degressividade do ligante do interior para exterior, conforme referido em Mateus, 2002:19
e Pinho, 2000:196.
Tabela 3 – Valores das percentagens mássicas médias de agregado e ligante nas diferentes
camadas do revestimento
A camada de emboço com maioria de fracções de médios, conduz a uma maior coesão da
argamassa, do que as camadas de reboco, conforme testes de Vicat em 1847 (Mateus,
2002:196).
Tendo por base a representação triangular de Feret (fig. 27), verifica-se que ambas as
camadas apresentam compacidades semelhantes: na camada de emboço 0,57 e em
ambas camadas de reboco 0,58.
a) b)
Fig. 27 – Triângulo de Feret e curva de igual compacidade, da média das amostras. a) camada
de regularização e b) camada de protecção e preparação
Os agregados da camada de acabamento são constituídos por grãos finos, com dimensões
que variam de 0,1 a 0,5mm (fig. 23).
Uma vez que em diferentes locais havia sinais de eflorescências salinas, procurou-se, por
um lado, verificar se esse problema era pontual ou de desenvolvimento generalizado pela
parede e, por outro, identificar a natureza dos sais existentes. Para tal, determinou-se, por
cromatografia iónica, o extracto solúvel na camada de preparação (tabela 6).
Camada Pictórica
• Os pigmentos não formam um filme à superfície (fig. 29). Todavia, os pigmentos podem
ser encontrados a sensivelmente a 250 μm de profundidade, tal facto, estará associado
ao processo de carbonatação da cal.
Através da análise da camada pictórica por μ-Raman foi possível identificar o pigmento
vermelho como sendo hematite (μFe2O3). Destacam-se no espectro (fig. 30) os picos
característicos deste óxido férrico: picos intensos a 223 e 291 cm-1, pico de menor
intensidade a 408 cm-1, pico de baixa intensidade a 495 cm-1 e picos intensos a 615 e
658 cm-1. Comparando com a literatura (Edwards, 2005:495), concluiu-se que se trata do
mineral hematite. Parâmetros de análise (μ=632,8nm, 0,1 mW, 15 seg.).
Para a obtenção das tonalidades azuladas foi utilizado o pigmento lazurite, identificado
através dos seus picos característicos (fig. 31): pico de baixa intensidade a 255 cm-1,
pico de grande intensidade a 547 cm-1 e picos de baixa intensidade a 808 e 1091 cm-1.
Comparando com a literatura (Bell, 1997:2171), concluiu-se que se trata do mineral
Lazurite (Na,Ca)8(Al6Si6O24)(S,SO4,Cl2). Parâmetros de análise (λ=632,8nm, 0,1 mW, 15
seg.).
Como anteriormente referido, no ponto 7.1.2., o ligante utilizado nesta camada pictórica
tem como base a utilização de gesso e a cal (fig. 21). A cor actual dos fingidos, tonalidade
creme, e não a cor branca dada pelos componentes atrás descritos, dever-se-á ao tipo de
acabamento a que os mesmos terão sido sujeitos, assim como ao envelhecimento natural
da camada pictórica.
Nunes (1615:112), nos seus textos já referia que a cal era usada como pigmento nas
pinturas a fresco, em substituição do alvaiade. Também Rafael Bluteau (1712-1728), refere
nos seus textos que o gesso era usado como pigmento nas pinturas (Cruz, 2009:389).
Eflorescências Salinas
Fig. 32 – Agregados de cristais Fig. 33 – Espectro de FTIR, amostra A5, Refª AM5c. Refª CC,
hialinos e brancos de forma refere-se aos picos da calcite (CaC03). Refª Gy, refere-se aos
tabular picos da gesso (CaSO4.2H2O).
Foi igualmente detectada grande abundância de cloreto de sódio, halite (NaCl), aquando
de observação do revestimento coligido por SEM-FEG (fig. 34). Salienta-se, todavia,
que nestas amostras não se observou a existência de degradação física decorrente da
cristalização deste sal.
Considerações Finais
areias utilizadas, verifica-se que da camada mais interna para a camada mais externa há
uma redução do seu calibre.
A camada de estuque é constituída por argamassa fina, de cal, gesso e areias siltosas, com
acabamento perfeitamente liso/polido.
No que respeita à camada pictórica, a técnica utilizada para a pintura dos fingidos da Igreja
foi o “Stucco Lustro”, que consiste na aplicação da pintura sobre a camada de estuque,
numa fase de presa da argamassa, ou seja, a pintura a fresco. Os pigmentos foram
devidamente moídos e diluídos em água de cal (ligante). A imitação do mármore consistiu
na aplicação de uma pintura de fundo, do tipo “esponjado”, com pigmento azul (lazurite),
e posteriormente a pintura dos veios do mármore com pigmento vermelho (hematite). Os
pigmentos são então “fixados” pela carbonatação ou cristalização superficial do hidróxido
de cálcio.
Pelo facto de a camada pictórica estar incorporada na camada do estuque, houve dificuldade
em caracterizar os pigmentos através da análise da superfície, sendo apenas possível tal
caracterização nas amostras preparadas em corte transversal.
Referências Bibliográficas
ALCOCHETE, Nuno Daupiás de. In Inventaire des Archives de l’ Eglise Saint Louis‑des
‑Français. Separata do Bulletin des Études Portugaises, pp. 1-67, Edição Bertrand, Lisboa,
1958. GEO REF 17-CX CMLEO
ALCOCHETE, Nuno Daupiás de. In Panorama: revista portuguesa de arte e turismo. Série.
3, nº 17, pp. 36-42, Lisboa, Mar. 1960. GEO PP 94.19 CMLEO.
AGUIAR, José; Veiga, Tavares, Martha, Mendonça, Isabel. Fingidos de Madeira e de Pedra,
Breve historial, técnicas de execução, de restauro e de conservação, Cenfic, pp. 1-88,
Lisboa, 2001.
BARROS, Seabra; J., Trancoso, M.A., Alves, C., Begonha, A., Sequeira Braga, M.A. (1993)
- Métodos analíticos aplicados à determinação de sais solúveis em monumentos graníticos
de Braga. Proceed. IX Semana Geoquímica e II Cong. Geoq. Países de Língua Portuguesa,
pp. 525 (eds F. Noronha, M. Marques, P. Nogueira).
BELL, Ian M.; Clark, Robin J. H. e Gibbs, Peter J.. Spectrochimica Acta Part A: Molecular
and Biomolecular Spectroscopy, Raman spectroscopic library of natural and synthetic
pigments, Volume 53, Issue 12, 15 October 1997, Pages 2159-2179
DERRICK, Michele R.; Stulik, Dusan; Landy, James. Infrared Spectroscopy in Conservation
Science, The Getty Conservation Institute. Los Angels, 1999.
CABRAL, João M. Peixoto Cabral. Revista de Cultura Científica, Exame científico de pinturas
de cavalete, Nº 16 (1995), p. 60-83. Lisboa, 1995.
CARVALHO, Gabriela. In: Agenda Cultural – Lisboa, Monumentos. Nº 203, pp. 127-128 ,
Lisboa, Out. 2007. GEO PP 822.196 CMLEO.
CRUZ, António João. Pigmentos e corantes das obras de arte em Portugal, no início do
século XVII, segundo o tratado de pintura de Filipe Nunes, Conservar Património, 6, 2007,
pp. 39-51.
CRUZ, António João. Os materiais usados em pintura em Portugal no início do séc. XVIII,
segundo Rafael Bluteau, ARTIS – Revista do Instituto de História da Arte da Faculdade de
Letras de Lisboa, nº 7-8, pp. 389-405. Lisboa, 2009.
GAETANI, M. C.; Santamaria, U.; Seccaroni, C., The use of Egyptian blue and lapis
lazuli in the Middle Ages: the wall paintings of the San Saba church in Rome, Studies in
NUNES, Philippe. Arte da Pintura, Composta por Philippe Nunes. Edição de 1615 com um
estudo introdutório de Leontina Ventura. Edição sob auspício do comissariado para a XVII
Exposição Europeia de Arte, Ciência e Cultura do Conselho da Europa. Editorial Paisagem.
Porto, 1982.
PLESTERS, J., Ultramarine blue, natural and artificial, in A. Roy (ed.), Artists’ Pigments. A
handbook of their history and characteristics. Volume 2, Washington, National Gallery of
Art, 1993, pp. 37-65.
RIBEIRO, Paulo; Veiga, Rosário; Brito, Jorge de. Cadernos edifícios nº 2, Revestimentos de
paredes em edifícios antigos, Fingidos por pintura em estuques antigos. LNEC, Outubro,
2002.
SEGURADO, João Emílio dos Santos. Acabamentos das construções. Estuques e Pinturas,
6ª edição, Biblioteca de Instrução Profissional Lisboa, Livrarias Aillaud & Bertrand, s.d..
Lisboa, 192?.
TELLES, Liberato. A decoração na construção Civil, Pintura Simples. tomo II, Lisboa,
Typografia do Commercio, 1898. GEO Art 181/182-P CMLEO.
VALE, Teresa e Ferreira, Maria. Igreja de São Luís dos Franceses, SIPA - Sistema de
Informação para o Património Arquitectónico, IHRU, Nº IPA PT 031106240413, pp. 3,
Lisboa, 1998.
VEIGA, Maria do Rosário; Aguiar, José; Silva, Santos Silva; Carvalho, Fernanda. Conservação
e renovação de revestimentos de paredes de edifícios antigos, Cadernos edifícios nº 9,
Conservação e Reabilitação. LNEC, 2004.
Agradecimentos
Este trabalho foi financiado por Fundos FEDER através do Programa Operacional Factores
de Competitividade-COMPETE e por Fundos Nacionais através da FCT - Fundação para
Os autores agradecem à Profª Eduarda Vieira (UP), à Profª Isabel Mendonça (ESAD), à
Drª Telma Teixeira (In Situ - Conservação de Bens Culturais, Lda), à Engª Maria Pereira
(MIU – Gabinete Técnico de Engenharia, Lda.), à Arqª Inês Gato de Pinho (Soraya Genin -
Arquitectura e Restauro Lda.) e à Igreja São Luís dos Franceses, toda a ajuda prestada no
decorrer deste trabalho de investigação.
Os autores agradecem igualmente à Igreja São Luís dos Franceses pela oportunidade
dada para a realização deste trabalho de investigação, assim como aos dois revisores
que fizeram uma leitura crítica deste documento, e que em muito melhorou a qualidade
científica do mesmo.
Notas Biográficas
ritamacedo@fct.unl.pt
arl@fct.unl.pt
amelia.dionisio@ist.utl.pt
La colección Martínez Guerricabeitia puede considerarse como uno de los más relevantes
conjuntos de arte contemporáneo gestionado por una universidad pública española. Está
constituido por más de 480 obras, incluyendo obra gráfica (pinturas, dibujos, fotografía,
serigrafías, grabados y litografías), que fueron donadas en 1999 a la Universitat de València,
por el empresario Jesús Martínez Guerricabeitia y su mujer. Entre los artistas presentes en
la colección figuran entre otros: Anzo, Arroyo, Canogar, Equipo Crónica, Genovés, Heras,
Villalba y Vostell.
El primer caso se centra en la obra Aislamiento M73 A (1973), de Anzo, realizada sobre
una plancha de acero. Ante la deformación causada por un golpe en la lámina metálica, se
efectuaron diversos ensayos en modelos para intentar repararla. Sin embargo, se concluyó
que era preferible no actuar sobre la pieza original al no tener garantizado un resultado
suficientemente satisfactorio.
El tercer caso nos aproxima, a través de una obra de Juan Genovés, Más cerca (1980), a la
actitud que el autor puede tomar ante el envejecimiento de su obra y a la incompatibilidad
de técnicas empleadas por el artista: un lienzo de lino, preparación de media creta, pintura
al temple de huevo y barniz de acetato de polivinilo.
Por último, la obra del colectivo Juan Delcampo, Haacke Mate a la Reina (1989), permite
conocer la estrecha colaboración que se puede establecer entre el artista y el restaurador. El
principal problema que planteaba era el oscurecimiento del barniz de goma laca, alterando
la visión de una pintura concebida como grisalla, y con retoques originales a grafito en
superficie.
En todos los casos se detallan las características e intenciones de las obras, los estudios
previos y análisis realizados, así como los tratamientos efectuados, los materiales o
productos empleados, y la metodología de trabajo, con ilustraciones de muchos de los
procesos.
Afortunadamente, cada vez tenemos acceso a una mayor información revelada por las
intervenciones en arte contemporáneo, un ámbito en el que la difusión del conocimiento
se hace tan necesaria, como es el caso de esta breve publicación, no por ello menos
interesante y relevante; porque demuestra esa voluntad de compartir y aportar las
experiencias obtenidas en este difícil campo de la conservación de las producciones
artísticas más actuales.
Ana Calvo
2011
15 x 21
www.trea.es
En esta ocasión vamos a reseñar no un solo título sino varios, correspondientes a una
nueva colección de libros de bolsillo, editados en 2011 en España, sobre conservación y
restauración del patrimonio cultural.
La colección está dirigida por Àngels Borrell y Carme Bello, y la publicación corre a cargo
de Ediciones Trea.
Los primeros seis temas abordados en dichos libros tratan de aspectos relacionados con
las condiciones ambientales en la conservación de objetos culturales en depósitos y en
exposición. Asimismo, de las vitrinas como medio de protección; además, se aborda en
uno de los títulos el funcionamiento de los departamentos de conservación en dos grandes
museos españoles. Otros de los libros se centran en cuestiones específicas de algunas
tipologías, como dibujos, pinturas sobre lienzo y esculturas en piedra. Presentaremos
brevemente el contenido de cada uno de estos libros.
Sonia Tortajada es restauradora de escultura en el Museo Nacional del Prado, desde 2004.
Su experiencia en esculturas pétreas es el objeto de este segundo libro de la colección.
Se detiene en los diferentes aspectos que influyen en la conservación preventiva de
las esculturas de piedra, haciendo referencia a los factores climáticos, la manipulación,
el montaje y la exposición. También la autora propone diferentes recomendaciones de
conservación desde un punto de vista práctico y técnico.
Las vitrinas como medio de protección de las obras de arte en las exposiciones, de Carolina
Ribera Esplugas (ISBN 978-84-9704-594-0).
Pilar Sedano fue nombrada en 2003 jefe del área de restauración del Museo Nacional del
Prado, donde ha dirigido la organización del nuevo departamento dentro del proyecto de
ampliación del museo, después de haber sido responsable del mismo departamento en
el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. Este manual pretende revelar la síntesis
del trabajo llevado a cabo en esos dos grandes museos de España, así como mostrar
brevemente algunos de los métodos aplicados en la restauración de sus colecciones. La
búsqueda de una metodología de actuación más respetuosa, basada en la investigación
técnica y en el conocimiento de la historia material de las obras, se propone como la
vía más adecuada y eficaz frente a los retos que plantea la preservación del patrimonio
cultural.
Con estos seis títulos, más los próximos ya anunciados que se pueden conocer a través
de la página web de la editorial, se aprecia ya la importancia que esta colección va a
suponer en el ámbito de la conservación. Un sector en el que las acciones preventivas y de
evaluación de riesgos ocupan, cada vez más, el interés de los profesionales.
Esta nueva plataforma supone un marco esperanzador para la publicación de otros trabajos
realizados con rigor dentro de nuestro ámbito de la conservación y restauración de bienes
culturales. Deseamos y esperamos que esta colección sea acogida con entusiasmo por los
lectores tanto especializados como interesados en estas cuestiones fundamentales, de las
que depende en gran medida la pervivencia del patrimonio cultural.
Ana Calvo
---
Jornadas A Intervenção de
Conservação e Restauro da Antiga As Jornadas foram abertas com a
Igreja Paroquial de Ramalde comunicação de D. Manuel Clemente,
bispo do Porto que abordou o tema da “A
Arte Instância do Sagrado e Pedagogia da
No dia 27 de Outubro decorreram no
Fé”. Coube a Joaquim Azevedo dissertar
auditório do Centro Paroquial de Ramalde
sobre o projecto Porto Cidade Solidária
as primeiras jornadas dedicadas à
da Universidade Católica, seguindo-se
apresentação do projecto: Intervenção de
as comunicações de José Ferrão Afonso
Conservação e Restauro da Antiga Igreja
e de Vítor Teixeira, que incidiram sobre
Paroquial de Ramalde.
aspectos relacionados com a história do
A intervenção em curso teve origem no
edifício e iconografia das pinturas dos
ano de 2010 na sequência do Projecto
caixotões. O evento prosseguiu da parte da
Porto Cidade Solidária, e conta com a
tarde com as comunicações direccionadas
assessoria científica e técnica da equipa
para aspectos concretos dos trabalhos,
do Departamento de Arte, Conservação
salientando-se a de Eduarda Vieira sobre
e Restauro da Escola das Artes e com o
a Gestão da obra, a de Rita Rodrigues
trabalho voluntário dos alunos do curso de
metodologias de diagnóstico e de
levantamento e Turismo Cultural. ---
Estiveram representadas várias
universidades, institutos e centros de
Pigmentos fluorescentes en el arte
investigação sendo de destacar o grande
contemporáneo: utilización e
número de comunicações que incidiram
impacto visual en la obra de
sobre projectos de doutoramento e pós
Gerardo Burmester
doutoramento em curso financiados
pela FCT, o que permitiu confirmar que
o sector da Preservação Patrimonial Apresentação de poster e publicação de
tem vindo a crescer nos domínios quer artigo em simpósio internacional.
da investigação, quer da formação de Nos dias 17 e 18 de Fevereiro de 2011
profissionais qualificados. Não obstante decorreu, no Museo Nacional Centro de
o desenvolvimento do sector ter sido Arte Reina Sofia, em Madrid, a 12ª Jornada
reconhecido pelos profissionais presentes, de Conservación de Arte Contemporáneo.
um dos objectivos do Simpósio era
Foi apresentado, sob a forma de poster, o
suscitar uma reflexão sobre os grandes
seguinte trabalho:
desafios que se colocam, na actualidade,
à Preservação do Património. Neste Pigmentos fluorescentes en el arte
reformas dos governos de José Sócrates e Ana Calvo (UCP) e Jorgelina Carballo (UCP).
de Passos Coelho, que abriram caminho à Este estudo foi desenvolvido no âmbito
desresponsabilização do Estado para com de uma bolsa de investigação no projecto
a missão da Preservação Patrimonial, facto “Materiais e Técnicas de pintores do Norte
agravado pela conjuntura de recessão de Portugal”, desenvolvido pelo CITAR.
económica na Europa. Foram igualmente O artigo, apresentado sob a forma de
apontados como relevantes o aumento do poster, será publicado em livro de actas
interesse do investimento privado neste a editar pelo Museo Reina Sofia em 2012.
domínio, a necessidade de regulação do
Carregue aqui para ver poster
mercado da reabilitação, a premência de
criação de regulamentos de realização de
---
---