GUIA 2 BIOGEOGRAFÍA
La distribución de los seres vivos
A simple vista podría parecernos que la superficie terrestre es
estática, ya que resulta difícil comprender que las montañas están
aumentando o disminuyendo su altura, y que los continentes se
acercan o se alejan unos de otros. Sin embargo, estos fenómenos
casi imperceptibles para los seres humanos han moldeado la
superficie de la Tierra y, a su vez, han sido los responsables de la
distribución de las especies a lo largo y ancho del planeta.
La dinámica geológica de la Tierra y su relación con la distribución
de los seres vivos son estudiadas por la biogeografía histórica. Esta
disciplina de la biología, se originó en el siglo XIX de la mano del
naturalista Alexander von Humboldt, quién determinó que en cada
región de la Tierra persisten unas condiciones climáticas
particulares. Más adelante, en el mismo siglo, Alfred Russel Wallace
y Charles Darwin establecieron que la presencia de ciertas
comunidades biológicas en algunas partes de la Tierra se
relacionaba directamente con la cantidad de recursos presentes en
su hábitat.
Sin embargo, la presencia de organismos semejantes en regiones
muy distantes del planeta como las aves no voladoras de África,
Australia y Suramérica, fue una pregunta que solo sé logró contestar
hasta principios del siglo XX por el geólogo Alfred Wegener, con su
teoría de la deriva continental, en la que afirma que los continentes,
se mueven y se separan unos de otros muy lentamente.
Para Wegener, hace 300 millones de años los continentes estaban
unidos en una gran masa llamada Pangea que, en algún momento,
se fragmentó y, como resultado, las masas continentales
comenzaron a alejarse unas de otras durante los siguientes millones
de años hasta formar los continentes actuales.
El fenómeno de la deriva continental tiene lugar en la astenosfera,
allí donde las altísimas temperaturas derriten las rocas formando el
magma, sobre el que se encuentra la litosfera que sostiene a los
continentes. La diferencia de temperaturas entre la parte inferior de
la litosfera y la astenosfera causa las rupturas que forman las placas
tectónicas, las cuales se alejan mediante límites divergentes, chocan
mediante límites convergentes o se relacionan mediante límites
transformantes.
El choque entre placas continentales provoca el surgimiento de las
cordilleras. Esto genera barreras geográficas, variaciones climáticas
y transformaciones en el paisaje, que favorecen la diversificación de
unas especies y la extinción de otras. Por su parte, la separación de
las placas aísla a las poblaciones que, tras millones de años,
originan especies adaptadas a nuevas condiciones ambientales y,
finalmente, la fricción entre las placas produce movimientos
sísmicos, con la capacidad de provocar cambios en el paisaje.
GUIA 2 BIOGEOGRAFÍA
La distribución de los seres vivos
A simple vista podría parecernos que la superficie terrestre es
estática, ya que resulta difícil comprender que las montañas están
aumentando o disminuyendo su altura, y que los continentes se
acercan o se alejan unos de otros. Sin embargo, estos fenómenos
casi imperceptibles para los seres humanos han moldeado la
superficie de la Tierra y, a su vez, han sido los responsables de la
distribución de las especies a lo largo y ancho del planeta.
La dinámica geológica de la Tierra y su relación con la distribución
de los seres vivos son estudiadas por la biogeografía histórica. Esta
disciplina de la biología, se originó en el siglo XIX de la mano del
naturalista Alexander von Humboldt, quién determinó que en cada
región de la Tierra persisten unas condiciones climáticas
particulares. Más adelante, en el mismo siglo, Alfred Russel Wallace
y Charles Darwin establecieron que la presencia de ciertas
comunidades biológicas en algunas partes de la Tierra se
relacionaba directamente con la cantidad de recursos presentes en
su hábitat.
Sin embargo, la presencia de organismos semejantes en regiones
muy distantes del planeta como las aves no voladoras de África,
Australia y Suramérica, fue una pregunta que solo sé logró contestar
hasta principios del siglo XX por el geólogo Alfred Wegener, con su
teoría de la deriva continental, en la que afirma que los continentes,
se mueven y se separan unos de otros muy lentamente.
Para Wegener, hace 300 millones de años los continentes estaban
unidos en una gran masa llamada Pangea que, en algún momento,
se fragmentó y, como resultado, las masas continentales
comenzaron a alejarse unas de otras durante los siguientes millones
de años hasta formar los continentes actuales.
El fenómeno de la deriva continental tiene lugar en la astenosfera,
allí donde las altísimas temperaturas derriten las rocas formando el
magma, sobre el que se encuentra la litosfera que sostiene a los
continentes. La diferencia de temperaturas entre la parte inferior de
la litosfera y la astenosfera causa las rupturas que forman las placas
tectónicas, las cuales se alejan mediante límites divergentes, chocan
mediante límites convergentes o se relacionan mediante límites
transformantes.
El choque entre placas continentales provoca el surgimiento de las
cordilleras. Esto genera barreras geográficas, variaciones climáticas
y transformaciones en el paisaje, que favorecen la diversificación de
unas especies y la extinción de otras. Por su parte, la separación de
las placas aísla a las poblaciones que, tras millones de años,
originan especies adaptadas a nuevas condiciones ambientales y,
finalmente, la fricción entre las placas produce movimientos
sísmicos, con la capacidad de provocar cambios en el paisaje.
Para explicar los procesos de diversificación de las especies, la
biogeografía histórica reconoce la relación que existe entre los
patrones biológicos y los eventos geológicos. Por esta razón, tiene
en cuenta la distribución disyunta, en la que las especies
evolucionan y se diferencian de la población inicial conformando una
nueva especie.
La biogeografía ecológica estudia los factores que definen la
distribución de los seres vivos de acuerdo con las condiciones
ambientales actuales. El clima, entendido como el conjunto de
factores atmosféricos constantes en un lugar determinado, ayuda a
conocer las características ambientales de una región, para así
identificar las condiciones bajo las que se encuentran actualmente
los seres vivos.
Los componentes climáticos como la temperatura, la precipitación,
los vientos, la presión atmosférica y la nubosidad son factores que
han configurado las regiones climáticas o biomas, las cuales
comprenden de extensas áreas de la Tierra con una flora particular.
Por su parte, las regiones biogeográficas son áreas con
condiciones climáticas únicas, en la que se distribuye una flora y una
fauna que se han adaptado allí, a lo largo de amplia escala de
tiempo geológico. Las regiones biogeográfica son la región
Paleártica, la región Neártica, la región Etiópica, la región Oriental, la
región Australiana, la región Antártica y la región Neotropical.
Colombia, por ser un país ubicado en la región Neotropical, cuenta
con unas condiciones de temperatura y luz constantes, además de
una alta pluviosidad a lo largo del año. Estos factores, sumados al
paso de la cordillera de los Andes por su territorio, y la presencia del
océano Atlántico y el océano Pacífico, convierten a nuestro país en
un lugar con una biota única en el mundo, a pesar de que tan solo
cuenta con dos millones de kilómetros cuadrados.
La mayor parte de la biota colombiana se ubica en la región
Andina, que a su vez es la más grande del país y alberga
ecosistemas como los páramos y los bosques de niebla, allí se
encuentran especies como el cóndor de los Andes y las orquídeas
catalogadas como la flor nacional.
La región Amazónica se compone en gran parte por la selva
tropical lluviosa, uno de los ecosistemas con mayor diversidad
biológica en el mundo.
La región Pacífica, situada al occidente del país comprende una
gran variedad de ecosistemas como son las ciénagas y los
manglares. La región de la Orinoquia ubicada en el piedemonte
llanero posee amplias sabanas tropicales y sabanas inundables.
La región Caribe es una región heterogénea con amplia variedad de
ecosistemas como desiertos, ciénagas y bosques de matorrales. Por
último, está la región Insular, compuesta por el archipiélago de San
Andrés y Providencia, en donde se encuentra una amplia diversidad
de ecosistemas marinos.
Para explicar los procesos de diversificación de las especies, la
biogeografía histórica reconoce la relación que existe entre los
patrones biológicos y los eventos geológicos. Por esta razón, tiene
en cuenta la distribución disyunta, en la que las especies
evolucionan y se diferencian de la población inicial conformando una
nueva especie.
La biogeografía ecológica estudia los factores que definen la
distribución de los seres vivos de acuerdo con las condiciones
ambientales actuales. El clima, entendido como el conjunto de
factores atmosféricos constantes en un lugar determinado, ayuda a
conocer las características ambientales de una región, para así
identificar las condiciones bajo las que se encuentran actualmente
los seres vivos.
Los componentes climáticos como la temperatura, la precipitación,
los vientos, la presión atmosférica y la nubosidad son factores que
han configurado las regiones climáticas o biomas, las cuales
comprenden de extensas áreas de la Tierra con una flora particular.
Por su parte, las regiones biogeográficas son áreas con
condiciones climáticas únicas, en la que se distribuye una flora y una
fauna que se han adaptado allí, a lo largo de amplia escala de
tiempo geológico. Las regiones biogeográfica son la región
Paleártica, la región Neártica, la región Etiópica, la región Oriental, la
región Australiana, la región Antártica y la región Neotropical.
Colombia, por ser un país ubicado en la región Neotropical, cuenta
con unas condiciones de temperatura y luz constantes, además de
una alta pluviosidad a lo largo del año. Estos factores, sumados al
paso de la cordillera de los Andes por su territorio, y la presencia del
océano Atlántico y el océano Pacífico, convierten a nuestro país en
un lugar con una biota única en el mundo, a pesar de que tan solo
cuenta con dos millones de kilómetros cuadrados.
La mayor parte de la biota colombiana se ubica en la región
Andina, que a su vez es la más grande del país y alberga
ecosistemas como los páramos y los bosques de niebla, allí se
encuentran especies como el cóndor de los Andes y las orquídeas
catalogadas como la flor nacional.
La región Amazónica se compone en gran parte por la selva
tropical lluviosa, uno de los ecosistemas con mayor diversidad
biológica en el mundo.
La región Pacífica, situada al occidente del país comprende una
gran variedad de ecosistemas como son las ciénagas y los
manglares. La región de la Orinoquia ubicada en el piedemonte
llanero posee amplias sabanas tropicales y sabanas inundables.
La región Caribe es una región heterogénea con amplia variedad de
ecosistemas como desiertos, ciénagas y bosques de matorrales. Por
último, está la región Insular, compuesta por el archipiélago de San
Andrés y Providencia, en donde se encuentra una amplia diversidad
de ecosistemas marinos.