Você está na página 1de 1

¿Cuánto cuesta dejar de ser un país petrolero?

El petróleo para una economía es como los esteroides para un organismo. Quien los consume para mejorar su
rendimiento físico y su musculatura logrará efectos visibles, pero perjudica su salud. Ahora bien, los esteroides no son
todos malos. Los corticoides se usan a menudo para tratar enfermedades. Es igual con la extracción de petróleo. En
teoría debe poder hacerse de una forma y con una intensidad que no perjudique al medio ambiente, que no desplace y
degrade a comunidades nativas, y que beneficie en lugar de deformar nuestra economía. Todo esto es obvio. Verdad de
Pedro Grullo. Por supuesto que es indeseable tener a una economía que sea dependiente del petróleo, como lo es la
nuestra, y lo ideal es buscar alternativas y trabajar en su desarrollo. Eso es fácil decirlo, pero es extremadamente difícil y
doloroso hacerlo. A menudo los llamados para efectuar este cambio minimizan o desestiman sus implicaciones. No digo
que no deba hacerse. Por supuesto que sí. Lo que no nos dicen los adelantados de este cambio es cuáles pueden ser los
síndromes de abstinencia. Si se dejan de consumir esteroides, el deportista no tendrá tan buen desempeño y se reducirá
su musculatura. Para llegar al mismo nivel tendrá que entrenar durante más horas y mayor intensidad. Juan Carlos
Echeverri, el hoy presidente de Ecopetrol, cuando daba hace casi veinte años sus clases magistrales de economía en la
Universidad de los Andes, decía que la economía colombiana dependía del petróleo. Desde entonces esa dependencia
no se ha disminuido más que a causa de la caída en los precios del crudo. El petróleo representa aproximadamente el
20% de los ingresos del Estado y el 50% de las exportaciones colombianas (estas cifras generales varían con el precio del
barril).¿Cuánto nos va a costar dejar de ser un país petrolero? A lo que va esta pregunta es, en síntesis: ¿en qué
debemos dejar de gastar? ¿Defensa, infraestructura, salud, pensiones, educación, todas las anteriores? Lo ideal sería
que el dinero que perdemos a causa de la corrupción pudiese representar el costo de esa transición. Para ello, los
gobiernos colombianos durante las próximas décadas deberían estar libres de corrupción. Los electores, no obstante,
suelen elegir a gobernantes propensos a practicar la corrupción. Sergio Fajardo sostiene que esto se debe a la compra de
votos. En parte sí, pero creo que hay otros motivos por los que hay políticos que la gente sospecha pueden ser
corruptos, pero que igual les genera confianza, les gustan. Quizás es el carisma. Quizás tengan ideas sobre la familia o la
moral con la que se identifican más. Varía de caso a caso. De todas formas, la gente también puede conectar con un
político corrupto. Bo Xilai, uno de los líderes más carismáticos de China, fue hasta hace pocos años alcalde de la ciudad
de Chongqing, ciudad que se convirtió en una suerte de Meca de las mafias, al estilo de Chicago durante los años 1920.
Bo tenía el don de gentes, pero representaba la podredumbre del Partido Comunista de China. La gente adoraba a Bo
Xilai, de quien revelaron que robaba a rodos y hoy está en la cárcel -y jamás saldrá-, pero la gente en Chongqing sigue
entonando canciones que elogian a Bo Xilai. A la gente a veces le gusta un gobernante corrupto. Es algo similar a lo que
sucederá en las presidenciales. El uribismo, movimiento cuya propensión a la deshonestidad está más que demostrada,
seguramente va a arrasar. Esta es una anomalía de la democracia, y sobre todo del sistema educativo (ya lo dice Fajardo)
que tendrá una difícil solución y que debe darse antes de poder depender del dinero que ahora se pierde en corrupción,
para lograr esa transición exitosa de ser una economía petrolera a una economía diversificada. Muy bien. Según algunos
estudios hay más o menos una década de producción de petróleo con los pozos actuales y el ritmo que tenemos si no
hacemos fracking. Es preferible no hacer fracking, pero insisto, hay una década para hacer este cambio. No podemos
contar con que en esa década se acabará la corrupción. ¿Cómo financiar entonces esa transición? Podemos reducir el
gasto en defensa, pues ya no tenemos la amenaza de las Farc. Esto nos deja expuestos a que el Eln y los carteles ocupen
su lugar y desestabilicen de nuevo el Estado. Podemos reducir el gasto en educación o salud, pero eso sería inhumano y
perjudicial para el desarrollo del país. Podemos aumentar la edad de jubilación, pero lo ideal sería no hacerlo. Podemos
construir menos carreteras, aeropuertos y puertos, pero eso dificulta la transición económica que buscamos, porque no
habría cómo sacar esos otros productos. Podemos subir los impuestos, pero no, porque esa plata se la roban y la gente
no quiere más impuestos.

Estoy a favor de una economía menos dependiente del petróleo, pero estas matemáticas tienen que salir de alguna
manera. Hasta ahora no veo cómo sin asumir grandes costos.

Você também pode gostar