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INTRODUCCIÓN
La proyección estereográfica es una proyección azimutal. Eso significa que cualquier punto
de la superficie de una esfera se proyecta sobre un plano desde un punto fijo (Fig. 1). Para la
estereográfica, el punto de proyección está en la propia superficie esférica, y si consideramos ese
punto como un polo, el plano de proyección es el ecuador (Fig. 2). A veces, la proyección se efectúa
sobre un plano paralelo que pasa por el polo opuesto al de proyección. Se llama entonces
proyección tangente, pero es exactamente igual que sobre el plano ecuatorial, salvo por el tamaño,
lo que carece de importancia para representar orientaciones de planos y líneas (Fig. 3).
La intersección del plano ecuatorial de proyección con la esfera es una circunferencia
llamada primitiva. Todos los puntos del ecuador se proyectan en ella (punto P en Fig. 3). Los
puntos que caen en el hemisferio opuesto al punto de proyección, se proyectan dentro de la
primitiva (punto Q), y los que caen en el mismo hemisferio se proyectan fuera de la primitiva
(punto M), desde ella hasta el infinito.
Para proyectar planos y líneas, se emplea una falsilla. La más usada es la llamada
meridional, con un eje vertical que pasa por los polos N y S (Fig. 4). Para construirla se proyectan
unas líneas curvas que se denominan círculos mayores y menores. Los círculos mayores son
proyecciones de planos inclinados, con intervalos de 2º y 10º, y que se intersectan donde el eje N-S
corta a la primitiva. Los círculos menores representan la intersección con la esfera de una serie de
conos con distintos ángulos apicales, todos con el eje horizontal y N-S. También se emplean
intervalos de 2º y 10º. En sentido amplio, podemos llamar meridianos a los círculos mayores y
paralelos a los menores.
Además de la meridional, para algunas tareas se emplea la proyección polar, en la que
aparece un sólo polo en el centro (Fig. 5), y más raramente, la proyección inclinada, con un sólo
polo que no ocupa una posición central (Fig. 6).
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Geofísica Proyección estereográfica
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N-S y E-W. En cambio, en la falsilla de Schmidt, no lo son, porque han sido modificados para que
las áreas se conserven.
Es difícil encontrar una falsilla que incluya parte del área por fuera de la primitiva. Se debe a
que cualquier plano o línea que pase por el centro de la esfera de proyección, corta tanto al
hemisferio superior como al inferior de la esfera. Y siempre se usa para representar el plano o línea,
su intersección con el hemisferio opuesto al punto de proyección, porque en él, la intersección cae
dentro de la primitiva. El espacio fuera de la primitiva se puede representar (punto M' en Fig. 3),
pero sólo parcialmente, puesto que se extiende hasta el infinito: un punto adyacente al polo de
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proyección se proyectaría en el infinito. La Fig. 8 muestra una falsilla de Wulff extendida fuera de
la primitiva en las esquinas.
Para líneas contenidas en un plano, puede darse el ángulo que forman con la horizontal
medido sobre el plano ("pitch" o "rake"). Ese ángulo (43º en la Fig. 10) se lleva sobre la proyección
ciclográfica del plano (ver párrafo siguiente), contando desde un extremo, es decir, desde la
horizontal.
Existen dos formas de proyectar planos. Se llama proyección ciclográfica, ó β, cuando se
proyecta la semicircunferencia resultante de la intersección del plano con la esfera (Fig. 11a). El
plano se proyecta como un círculo mayor, llevando su dirección a superponerse con el eje N-S de la
falsilla (Fig. 11b), y midiendo el ángulo de buzamiento desde la horizontal hacia el centro (40º en la
Fig. 11.
Se llama proyección polar, ó π, cuando lo que se proyecta es la intersección de línea
perpendicular al plano (el lápiz en la Fig. 12c) con la esfera. En este caso, el plano se representa por
un punto, proyectado según una dirección perpendicular a la dirección del plano, y el buzamiento se
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Geofísica Proyección estereográfica
mide desde el centro de la falsilla hacia la horizontal. El diámetro que coincide con la dirección del
plano divide a la falsilla en dos mitades iguales. El polo del plano siempre cae en la mitad opuesta
al círculo mayor de la proyección ciclográfica. Y ambos están a 90º (Fig. 12b y d).
MEDIDA DE ÁNGULOS
Tanto para representar líneas y planos, como para medir ángulos y realizar otras
operaciones, normalmente se superpone un papel transparente a la falsilla, de forma que pueda
girar encima de ésta manteniendo el centro común, para lo que se emplea una chincheta.
Para calcular el ángulo que forman dos líneas, se gira el papel transparente que contiene
los dos puntos (círculos) que las representan, hasta que caen en el mismo círculo mayor de la
falsilla, que se mantiene fija debajo. Entonces se mide el ángulo que las separa (Fig. 13).
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Geofísica Proyección estereográfica
Fig. 13. Medida del ángulo entre dos líneas, representadas por los dos círculos pequeños.
Fig. 14. Cálculo del ángulo que Fig. 15. Cálculo del ángulo
forman dos planos utilizando que forman dos planos utilizando
proyección ciclográfica. proyección polar.
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Geofísica Proyección estereográfica
En proyección polar, se busca el círculo mayor (a trazos) que pasa por los polos de los dos
planos (círculos), y se mide el ángulo (Fig. 15). Los planos correspondientes, en proyección
ciclográfica están representados a puntos.
En la medida de ángulos conviene tener siempre en cuenta dos cosas:
1- Medir siempre sobre un círculo mayor o, en su caso, sobre un diámetro (N-S o E-W).
2- Entre dos líneas o dos planos, salvo si son perpendiculares, siempre hay dos ángulos, uno mayor
de 90º y el otro menor de 90º. Son suplementarios, es decir, suman siempre 180º (Figs. 13, 14 y
15). Hay que pensar lo que significa cada uno de ellos, a la hora de elegir uno u otro. Por
ejemplo, en un pliegue muy abierto, el ángulo entre flancos será mayor de 90º. Por tanto, ese es
el valor a escoger. Si se mide sobre sus polos, estos estarán muy cerca, y el ángulo más fácil de
medir es el menor de 90º, pero en realidad, hay que medir el otro, o calcular el ángulo
suplementario. Así, en la Fig. 15, tanto el valor de 77º como el de 103º son correctos, y tomar
uno u otro depende sólo de su significado.
GIROS
Las falsillas de Wulff y Schmidt permiten realizar giros, pero sólo alrededor de ejes
horizontales y, por supuesto, del vertical.
Para girar una línea alrededor de un eje horizontal, se lleva ese eje a la posición N-S de la
falsilla, y la línea se gira entonces moviendo el punto que la representa por el círculo menor que lo
contiene, tantos grados como queramos girar, y en el sentido apropiado (Fig. 16, línea A). Este
método sirve también para girar planos en proyección polar, puesto que el polo representa una
línea, la perpendicular al plano. Si al girar una línea, ésta se sale de la falsilla (como la línea B de la
Fig. 16), hay que entrar por el extremo diametralmente opuesto para seguir contando los grados.
Fig. 16. Giro de 50º de un plano y de dos líneas, A y B (puntos), alrededor del eje horizontal
N-S. Observar que al girar la línea B, se sale de la falsilla, entrando por el extremo
diametralmente opuesto.
En proyección ciclográfica, al girar un plano sobre un eje horizontal, éste pasa a estar
representado por un círculo mayor diferente. Por tanto, el método es llevar la dirección del plano a
coincidir con el eje N-S. El plano coincide con un círculo mayor, y hay que moverlo a otro
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Geofísica Proyección estereográfica
contando los grados que se desea girar (Fig. 16). En realidad, cada punto del plano original se
mueve al nuevo círculo mayor siguiendo un círculo menor. Esto es muy importante y nos informa
de que los giros sobre ejes horizontales se efectúan trasladando los puntos siguiendo círculos
menores. Se debe a que los puntos representan en realidad líneas, y al girar líneas alrededor de un
eje, describen una superficie cónica. Y los círculos menores representan la intersección con la esfera
de conos de distintos ángulos apicales, todos con el eje horizontal (Fig. 4b).
En estos casos, se usa una falsilla de Wulff normal, pero se trabaja empleando el
hemisferio más próximo al observador. Es decir, se supone que la falsilla representa un
hemisferio de la Tierra que el observador ve de frente (Fig. 17), y que el punto de proyección
estereográfica está en el extremo opuesto de la esfera. Es como si, en la Fig. 1, el observador
estuviera a la derecha, mirando de frente al hemisferio dibujado. El punto de proyección estaría
entonces en el extremo opuesto de la parte oculta de la Tierra. De esta forma, sólo se puede
representar media Tierra cada vez (salvo que tengamos una falsilla que desborda la primitiva
como la de la Fig. 8, pero casi nunca se construyen falsillas de ese tipo).
En la Fig. 17, los círculos mayores de la falsilla corresponden realmente a los meridianos
terrestres, y los menores a los paralelos. Llamaremos a esta falsilla “geográfica”. Como en este
caso, el mapa está dibujado, es fácil localizar Salamanca y calcular aproximadamente sus
coordenadas. Observar que el meridiano cero, o de Greenwhich, no coincide ni con la primitiva ni
con la línea N-S. Los autores del mapa lo han dibujado de tal forma que la India caiga cerca del
centro, de forma que el meridiano N-S es el meridiano 70º E.
Ahora bien, en una falsilla de Wulff que no tenga dibujado ningún mapa, podemos proyectar
localidades geográficas. Simplemente, tenemos que decidir primero si el ecuador está en la
primitiva (lo que sería una proyección polar, ver Fig. 5) o en el eje E-W (proyección meridional). A
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Geofísica Proyección estereográfica
Fig. 18. Proyección estereográfica de Salamanca, Nueva York y San Francisco. Observar
que el meridiano cero se ha tomado en dos posiciones diferentes, y que la de la derecha (b),
permite proyectar las tres ciudades a la vez. Se ha usado una proyección meridional.
Para proyectar una localidad, contamos los grados de latitud desde el ecuador elegido, y los
de longitud desde el meridiano cero. Todo ello cuidando los sentidos: latitud N o S, y longitud E u
W. Ver el ejemplo de San Francisco en la Fig. 18b.
Es muy importante entender que si al intentar proyectar una localidad, p. ej., San Francisco
en la proyección de la izquierda, ésta se nos sale de la falsilla, no podemos entrar por el extremo
diametralmente opuesto para seguir contando los grados. Cuando girábamos una línea cualquiera,
si podíamos hacer eso (Fig. 16, línea B), porque lo que marca esa línea es una orientación, pero los
dos puntos en los esa línea que corta a la esfera, aunque son distintos, no tienen un significado
especial, y lo mismo nos da proyectar uno que otro.
En cambio, cuando tratamos con localidades, una línea que pase por el centro de la Tierra, la
corta en dos puntos antipodales que sí tienen un significado geográfico. Por ejemplo, en los
antípodas de Salamanca está aproximadamente Wellington, (Nueva Zelanda). La línea que une
Salamanca y Wellington corta a la esfera terrestre en esas ciudades, cuya posición geográfica es
claramente distinta. Si al intentar proyectar Salamanca, se nos saliera de la falsilla, entrando por el
extremo diametralmente opuesto, lo que proyectaríamos sería Wellington.
Un corolario es que, en general, no podemos proyectar a la vez dos puntos antipodales.
La excepción es que caigan en la primitiva. Pero siempre podemos proyectar dos puntos
cualesquiera en la misma falsilla: basta con escoger adecuadamente el ecuador y el meridiano cero,
o de Greenwich. Incluso si son antipodales, podemos elegir como primitiva el meridiano que pasa
por ambos puntos y proyectarlos. Pero entonces, tenemos que localizar dónde cae Greenwich.
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Geofísica Proyección estereográfica
Fig. 19. Cálculo de la declinación geomagnética para San Francisco, en el año 2000.
Primero dibujamos el meridiano de San Francisco (línea continua), y luego el círculo mayor
que pasa por San Francisco y el polo N geomagnético (a trazos, Fig. 19a). Después se lleva San
Francisco al eje E-W (Fig. 19b), se traza el plano situado a 90º (puntos) y la declinación se mide
sobre ese círculo mayor, como los grados que hay entre los otros dos, el continuo (que es el
meridiano de San Francisco en sentido estricto) y el de trazos (que es el meridiano geomagnético).
Obtenemos 11º, pero hay que indicar en qué sentido. Volvemos a girar el papel
transparente hasta poner su Norte en el Norte de la falsilla (Fig. 19a), y ahora vemos que desde San
Francisco, el N geomagnético queda al E del N geográfico. Por tanto, la declinación es de 11º E.
Observar que también se ha medido la colatitud geomagnética, θ = 47º, que se utiliza en los
problemas de campo magnético.
Dependiendo de dónde coloquemos el meridiano cero, podremos representar el polo N ó S
geomagnéticos, pero raramente los dos. Si tenemos que medir la colatitud con un polo que está en el
hemisferio opuesto al de la localidad, el ángulo nos dará más de 90º. Pero ese ángulo no es la
colatitud sino su suplementario: ninguna colatitud puede ser mayor de 90º. Para hallar la
colatitud en ese caso, restaremos ese ángulo de 180º.
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Geofísica Proyección estereográfica
El problema surge cuando al medir Δº en uno de los lados del eje, una de las medidas se sale
fuera de la primitiva, con lo que no podemos marcarla. Es el caso de la estación C (Fig. 20).
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Geofísica Proyección estereográfica
Entonces hay que recurrir a marcar varias distancias epicentrales (Δº) sobre varios
círculos mayores. y luego trazar el arco de circunferencia (puntos pequeños). P. ej., en la Fig. 20
puede apreciarse que hay 70º, medidos sobre el meridiano que pasa por C, desde C hasta el círculo
dibujado uniendo los puntos pequeños. El arco puede trazarse a mano alzada, pero también
geométricamente: 3 puntos definen una circunferencia, así que con tres puntos suficientemente
espaciados, la circunferencia puede construirse por un método geométrico muy sencillo que
requiere una regla y un compás.
Una vez trazadas las tres circunferencias, el punto de intersección o el punto medio de las
intersecciones, nos da la posición del epicentro. Pero aún queda un paso: medir sus coordenadas.
Para ello, hay que tomar como referencia el ecuador y el mismo meridiano cero que empleamos
al proyectar las estaciones. Las coordenadas del epicentro son 101º W, 1º N.
Fig. 21. Plano de falla y plano auxiliar, vistos en sección.Los cuadrantes que registran
compresión en el primer movimiento son los que contienen al eje menor de esfuerzos (σ3,
también llamado T) y los que registran dilatación contienen al eje mayor (σ1 ó P).
Para calcular los planos nodales (el de falla propiamente dicho y el auxiliar, ver Fig. 21),
uno se imagina una pequeña esfera situada en el foco (Fig. 22), que se llama la esfera focal.
También imaginamos las ondas sísmicas como rayos que partiendo del foco, llegaron a distintas
estaciones sismológicas después de recorrer una trayectoria más o menos curva o formada por
segmentos curvos.
El primer movimiento de un terremoto se registra en varias estaciones sismológicas de
distinta forma: a veces como un empuje hacia arriba y a veces como un hundimiento. Normalmente,
un empuje o elevación del terreno, se representa en un sismograma de componente vertical
como un surco, porque en los antiguos sismógrafos, la onda sísmica movía hacia arriba el cilindro
con el papel de registro, pero no la aguja. Un hundimiento del terreno se representa, por tanto,
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Geofísica Proyección estereográfica
como un pico. (Esta regla se sigue muy frecuentemente, pero no siempre. Si hay información
acompañando al sismograma, conviene mirar y comprobar qué significan picos y surcos).
Cuando se proyectan los rayos que, saliendo de la esfera focal, llegaron a las distintas
estaciones, se emplea un punto negro para un empuje o una compresión (o sea, un surco), y un
pequeño círculo para un hundimiento o una dilatación (o sea, un pico). Por tanto, la regla es:
Si la primera llegada es un pico, el rayo se proyecta como un pequeño círculo.
Si la primera llegada es un surco, el rayo se proyecta como un punto negro.
Fig. 22. La llamada esfera focal (a), cuyo centro está en el foco, y dos rayos, P1 y P2, que
partieron del foco y llegaron a dos estaciones sismológicas S1 y S2. Se incluye la
representación estereográfica de los primeros movimientos (b) y de la solución de
mecanismos focales (c). En (b), los puntos negros representan compresión (surcos) y los
círculos pequeños, dilatación (picos).
Para trazar correctamente los planos nodales, necesitamos datos de muchas estaciones, o sea,
muchos puntos y círculos. Para cada una, hay que proyectar el rayo que llegó a la estación, pero en
la orientación que tenía cuando salía del foco. Esa proyección se hace en el hemisferio inferior de
la esfera focal. Para eso necesitamos determinar la dirección de salida y también el ángulo de
incidencia.
Lo haremos con un ejemplo. Un terremoto ocurrido en Varto (Turquía), que fue registrado
en París. La profundidad del foco fue de 11 km, y la primera llegada fue un surco. Las coordenadas
de las localidades son:
Varto: 41º E, 40º N
París: 2º E, 49º N
En primer lugar, proyectamos ambas localidades en una falsilla de Wulff “geográfica”. Es
decir, procedemos según el apartado Proyección de localidades geográficas (Fig. 23a). En este
caso se ha puesto el meridiano cero en dirección N-S, pero también puede hacerse de otras formas.
La dirección de salida del rayo es la dirección en la que se encuentra París con respecto a
Varto, medida desde el Norte. Por tanto, empleamos el método descrito en el apartado Cálculo de
direcciones relativas: dibujamos el meridiano de Varto y el círculo mayor que pasa por las dos
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Geofísica Proyección estereográfica
Fig. 23. Proyección del rayo del terremoto de Varto (Turquía) registrado en París en la
esfera focal. a) Falsilla de Wullf "geográfica" empleada para calcular la dirección del rayo
(N60º W) y la distancia epicentral (28º). b) Esfera focal.
Para calcular el ángulo de incidencia del rayo, es decir, su ángulo de inmersión, usamos la
fórmula del parámetro del rayo:
R ⋅ sen i
p= , donde R es el radio hasta el foco, V la velocidad de las
V
ondas P a esa profundidad (ver tabla de velocidades del modelo iasp91), y p el parámetro del rayo,
que se lee en las tablas correspondientes del modelo iasp91 y que depende de la distancia
epicentral. En nuestro caso:
R = 6.371 − 11 = 6.360 km (la profundidad del foco es de 11 km).
V = 5,8 km s-1 (foco a menos de 20 km de profundidad).
Δ° = 28° (se lee en la Fig. 23 a, entre Varto y París).
p = 511,65 s / º (para un Δ° = 28° ).
Despejando, obtenemos i = 27,8° , que es el ángulo de incidencia del rayo, medido desde la
vertical. Lo proyectamos en la Fig. 23b con un punto, puesto que corresponde a un surco.
Con más estaciones, podemos proyectar más rayos. Unos corresponden a picos y otros a
surcos, es decir, a círculos y puntos respectivamente (Fig. 24). Y con muchos rayos, trazamos dos
planos perpendiculares entre sí que dividan el espacio en 4 cuadrantes. Dos de ellos estarán en
compresión (grises) y los otros dos en dilatación o tensión para el primer movimiento. En el caso
del terremoto de Varto, los planos nodales que se obtienen son: N118º E / 50º N y N61º E / 60º SE.
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Geofísica Proyección estereográfica
Fig. 24. Solución del mecanismo focal del terremoto de Varto utilizando información de 30
estaciones, incluida la de París. P representa el esfuerzo mayor (σ1) y T el menor (σ3).
Para dibujar los ejes P y T, se traza un plano a 90º del punto de intersección entre los dos
planos nodales (a trazos). El eje P está entonces en la bisectriz del cuadrante blanco, y marca la
dirección del esfuerzo mayor (σ1), mientras que el eje T está en la bisectriz del cuadrante oscuro, y
marca la dirección del esfuerzo menor (σ3). El esfuerzo intermedio (σ2), que no se suele dibujar, se
encontraría en la intersección de los dos planos nodales.
Con los datos de que disponemos, no podemos saber cuál de los dos planos nodales es el de
falla y cuál el auxiliar. Pero sí qué tipo de falla produjo el terremoto. Las relaciones entre los
tipos de falla y los mecanismos focales puede verse en la Fig. 25. Comparándola con la Fig. 24,
vemos un parecido razonable con las fallas de desgarre, aunque la intersección de los dos planos no
coincide en el eje vertical (centro de la falsilla). Eso implica que, además de tener una componente
de desgarre, es decir, en dirección, la falla también tenía una componente en buzamiento.
La geología regional nos ayuda casos como éste. La Fig. 26 es un esquema geológico de la
península de Anatolia (Turquía), y en él está representado el mecanismo focal del terremoto de
Varto. El epicentro de ese sismo se localizó sobre una enorme falla de desgarre dextra, conocida
como la falla transformante del Norte de Anatolia, cuya dirección es, aproximadamente, N120º
E. Por tanto, es muy razonable asumir que, de los dos planos nodales obtenidos, la falla es el que
tiene una orientación N118º E / 50º N.
En la Fig. 24 observamos que el eje P está en dirección N-S. Una compresión en esa
dirección provocaría un movimiento dextro en el plano que identificamos como el de falla y uno
senestro en una posible falla que se hubiera desarrollado en la dirección del plano auxiliar. Dado
que la falla transformante es dextra (Fig. 26), la coincidencia en el sentido de movimiento refuerza
la interpretación. Por eso, en la Fig. 24 se han añadido un par de flechas en el plano de falla
indicando el sentido de desplazamiento relativo de los labios de la falla. Esto se hace aquí con una
intención didáctica, para que el gráfico sea más fácil de visualizar, pero no se suele hacer en los
diagramas de mecanismos focales.
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Geofísica Proyección estereográfica
Fig. 25. Los tres tipos principales Fig. 26. Mapa geológico simplificado del centro y Este
de fallas, y sus mecanismos de Anatolia. Se incluyen los mecanismos focales de
focales correspondientes. tres terremotos, entre ellos el de Varto.
Pero muchos libros de Geología Estructural tienen capítulos muy completos dedicados a la
falsilla estereográfica, tanto la de Wulff, usada para cálculos de orientaciones y relaciones
angulares, como la no estrictamente estereográfica de Schmidt, que se emplea en el tratamiento de
poblaciones de datos de orientación. Entre ellos, los mejores son los siguientes:
Davis, G.H. 1996. Structural Geology of Rocks and Regions. 2ª Ed. John Wiley & Sons, New
York. 776 pp.
Marshak, S. y Mitra, G. 1988. Basic Methods of Structural Geology. Prentice Hall,
Englewood Cliffs, New Jersey. 446 pp.
Ragan D.M. 1980. Geología Estructural: Introducción a las técnicas geométricas. Omega,
Barcelona. 207 pp.
Rowland, S.M. 1986. Structural Analysis and Synthesis. Blackwell, Palo Alto. 208 pp.
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José Ramón Martínez Catalán. Octubre de 2001
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Ley de Distribución
de planos de debilidad
en la Sierra
de Atapuerca
(Burgos): aplicación
al drenaje del karst
Weakness planes distribution law in Atapuerca
(Burgos): Applicaion of karst drainage
ABSTRACT
In this work, we apply a method, which has been widely verified, of the study and use of the
microtectonic data gathered in the field (parameters used are strike, dip and sense of dip
52 of tectoglyphs: stylolite plans, mineral veins and fault plans), for analysis and quantification
of the directional anisotropy in the lime outcrop of Atapuerca.
We obtain four main drainage directions: N 117º-120º, N 93º, N 156º and N 6º with 14,8%,
10,9% , 10,8% and 8,6% probabilitys respectively. Each with its own normal distributions
overlaping to themselves.
The contrast of the drainage prediction and conduit directions polimodals shows that the
maximum error between prediction modes and the found in the direction of the caves is
3,9%.
Key words: Burgos, Atapuerca, karst,archeological site, distribution law, endorreic drainage.
BOLETÍN Nº2 SEDECK / AÑO 2001 / SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA Y CIENCIAS DEL KARST
Introducción
La Sierra de Atapuerca situada a unos 17 km al E de Burgos está formada por
un afloramiento calizo del Cretácico superior de apenas 10 km de extensión. Se
trata de un "monadnock" que emerge entre los sedimentos terciarios por los
que discurre el río Arlanzón, al sur del referido afloramiento.
De gran complejidad estructural, este pequeño afloramiento, ha cobrado gran
importancia en la última década por la existencia en él de un importante yaci-
miento arqueológico ubicado en los sedimentos pleistocenos que fosilizan el
complejo kárstico desarrollado en el flanco SW de la citada sierra, donde se ha
definido, entre otros hallazgos, la presencia de Homo antecesor de 800.000
años de antigüedad (Bermúdez de Castro et al., 1997), que obliga a revisar algu-
nos conceptos de la historia de los albores de la evolución humana.
El karst, ya conocido desde algunas décadas (Martín et al., 1981) tiene su prin-
cipal exponente en las cavernas topografiadas, entre las que destacan:
Cueva Mayor.................1795 mts.
Cueva del Silo................. 688 mts.
Cueva del Compresor...... 200 mts.
Cueva Peluda ................. 197 mts.
siendo posible explorar las dos últimas, gracias a la existencia de una trinchera
del antiguo ferrocarril minero ya abandonado.
Dicha trinchera ha permitido también el acceso a los importantes rellenos kársti-
cos de la denominada Gran Dolina (que en realidad se trata de un amplio con-
ducto kárstico totalmente colmatado), Galería, Penal y Elefante (Carbonell et al.,
1995), que junto con la Sima de los Huesos de Cueva Mayor (Arsuaga et al.,
1993), constituyen los principales yacimientos donde se trabaja actualmente.
El acceso al karst y a las excavaciones arqueológicas se realiza desde la locali-
dad de Ibeas de Juarros (sita en la carretera N-120 Burgos-Logroño), donde se
emplaza el Museo "Emiliano Aguirre" dedicado monográficamente a las excava-
ciones del yacimiento arqueológico de Atapuerca.
BOLETÍN Nº2 SEDECK / AÑO 2001 / SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA Y CIENCIAS DEL KARST
La segunda, de índole cuantitativa afirma que: "Las direcciones más probables de dre-
naje se organizan dentro de los planos que contienen a las componentes máxima (σ1) e
intermedia (σ2) de cada elipsoide de esfuerzos, es decir que dichos planos (σ1,σ2),son
ortogonales a la componente menor (σ3) o extensional del elipsoide en cuestión".
Sobre la base de dichas hipótesis, se leen en campo únicamente las huellas perma-
nentes o tectoglifos generados por la historia tensional sufrida por el macizo, que son:
- los estilolitos (E) o planos de interpenetración, perpendiculares a la componen-
te mayor o comprensiva (σ1) del elipsoide de esfuerzos, que contienen a las
componentes menor (σ3) e intermedia (σ2), es decir al plano (σ2,σ3).
- las venas o diques (V) o planos extensionales, perpendiculares a la componen-
te menor (σ3) del elipsoide, que contienen al plano (σ1,σ2).
- las fallas (F) , que en el plano de fractura contienen a (σ2), y si se aprecian estrías
de fricción, su dirección es perpendicular a la citada componente intermedia (σ2).
Aplicando las técnicas de geología estructural y de la proyección estereográfica,
se definen los correspondientes elipsoides (σ1 > σ2 > σ3), mediante las conjuncio-
nes encontradas en campo de dos tipos diferentes de tectoglifos:
estilolito-vena : E-V
estilolito-falla : E-F
vena-falla: V-F
utilizando también el caso de fallas conjugadas F - F (tectoglifos del mismo tipo)
o el de falla con estría o falla única F , ya que ambas opciones también definen
elipsoides (σ1 > σ2 > σ3).
Como el objetivo perseguido por el método utilizado no es el realizar un análisis
estructural del macizo, una vez conocidos los elipsoides, se definen los planos
extensionales (σ1,σ2) mediante haces de círculos máximos en red de Wulf o nubes
de polos en red de Schmidt. Dichos planos extensionales, se definen tanto de los
elipsoides como directamente de las venas, que como vimos, contienen a (σ1,σ2).
El análisis de dicha información se realiza aplicando los programas GEODRE y
GEOPOL de que dispone el método utilizado, resolviendo la ley de distribución
de planos de debilidad aplicando estadística espacial.
Trabajos de campo
Para realizar la lectura de datos en campo, se han seleccionado los lugares de
la Sierra de Atapuerca donde la roca aparece desnuda, bien antropogénicamen-
te (canteras y trincheras de ferrocarril) o bien naturalmente (cuevas), seleccio-
nando un total de 5 estaciones:
54 - Estación 2. Trinchera:
Consta de 67 lecturas cuya distribución es:
Conjunciones E-V 0
E-F 10
F-V 9
F1- F2 20
Fallas con estrías Fu 15
Venas 13
Total.......67
BOLETÍN Nº2 SEDECK / AÑO 2001 / SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA Y CIENCIAS DEL KARST
- Estación 3. Cantera Las Torcas:
Consta de 29 lecturas cuya distribución es:
Conjunciones E-V 1
E-F 6
F-V 3
F1- F2 0
Fallas con estrías Fu 0
Venas 19
Total......29
Es decir, que la información obtenida en campo contiene 306 lecturas con defini-
ción de planos de debilidad, de las que 260 corresponden al establecimiento de
elipsoides, y las 146 restantes a venas que contienen planos (σ1,σ2).
Los resultados obtenidos (Fig. 1 y Fig. 2) por los programas GEOPOL y KOLMO
son respectivamente:
· En red de Schmidt, los polos de planos de debilidad con intervalos del 2% y del
3% (Fig. 1).
Fig. 1.-
Distribución de los polos de los plano s extensionales en red de Schmidt: todos los planos en primer
lugar y con intervalos del 2% y del 3% después. Salidas graficas obtenidas con el programa GEODRE.
55
Fig. 1.-
Distribution of extensional planes’ poles in Schmidt’s net: first, all poles, and after with intervals of 2%
and of 3% . Graphic outputs obtained by the programme GEODRE.
BOLETÍN Nº2 SEDECK / AÑO 2001 / SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA Y CIENCIAS DEL KARST
Tres modas principales:
· N 105º-135º con 13,1% de probabilidad.
· N 150º-165º con 10,8% de probabilidad.
· N 0º-15º con 10,5% de probabilidad.
Y una secundaria:
· N 60º-75º con 6,2% de probabilidad.
Fig. 2.-
Polimodal de probabilidad direccional del Método de Predicción obtenida por el programa KOLMO.
Fig. 2.-
Directional probability polimodal of Prediction Method obtained by the programme KOLMO.
Resultados
En principio, los resultados expresados en Fig. 1 y Fig. 2 corresponden a la ley
de distribución de planos de debilidad del macizo calcáreo de la Sierra de Ata-
puerca y definen la polimodal que expresa su anisotropía direccional en porcen-
taje de probabilidad. Dicho resultado refleja, según el método aplicado, la pre-
dicción de las direcciones de drenaje que deberían seguir las galerías del karst
de Atapuerca.
Para estimar el grado de acierto de dicha predicción, deberíamos contrastar su
correspondiente polimodal con la polimodal relativa a la topografía de las cue-
vas, utilizando para ambas las mismas clases, mediante un test estadístico que
permita conocer el porcentaje de error en cada una de las clases.
Para ello, partiendo de las poligonales de la topografía de las cuevas cedida por
el Grupo Edelweis (Tab.1), hemos aplicado el test de Kolmogorov, en este caso
en dos dimensiones, al histograma que define nuestra predicción.
56
BOLETÍN Nº2 SEDECK / AÑO 2001 / SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA Y CIENCIAS DEL KARST
Los resultados obtenidos se representan en la Tab. 2, donde aparecen los datos
correspondientes al contraste estadístico realizado. El histograma correspon-
diente de las cuevas y de la predicción, así como el error asociado para cada
clase estadística (de 15º) aparecen en la Fig. 3 .
57
Fig. 3.-
Comparación entre ambas polimodales de probabilidad direccional (exploración y predicción).
Fig. 3.-
Comparation between both directional probability polimodals (exploration and prediction).
BOLETÍN Nº2 SEDECK / AÑO 2001 / SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA Y CIENCIAS DEL KARST
En la Fig. 4 se aprecian las acumuladas de ambas polimodales, que permite
estimar el error en cada clase.
Para las direcciones de las cuevas se aprecia:
- Una moda según N 15º-30º con el 14,3% de probabilidad.
- Otra moda según N 45º-60º con el 6,5% de probabilidad.
- Una tercera según N 90º-105º con el 10,2% de probabilidad.
- Y una cuarta moda según N 135º-150º con el 10,4% de probabilidad.
Analizando los resultados del test estadístico se puede observar lo siguiente:
· Todas las modas de ambos histogramas son contiguas, pero no coincidentes.
· Los errores por clase están comprendidos entre 0,2% y el 4,2%.
· El máximo error ( 4,2% ) se sitúa en la clase 6ª, donde no existe ninguna moda
ni de la predicción ni de las direcciones de las cavernas.
· El mínimo error 0,2% corresponde a la clase 10ª, donde existe una de las
modas del histograma de las cuevas.
· El intervalo de errores para todas las modas de ambos histogramas está com-
prendido entre 0,2% para la clase 10ª y 3,9% para la clase 5ª.
Fig. 4.-
Valores acumulativos de ambas polimodales (exploración-predicción), para estimar el grado de precisión
por el test de Kolmogorov.
Fig. 4.-
Cummulative values of both polimodals to estimate the accuracy by Kolmogorov’s test.
BOLETÍN Nº2 SEDECK / AÑO 2001 / SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA Y CIENCIAS DEL KARST
Fig. 5.-
Histograma refinado de la probilidad direccional de predicción.
Fig. 5.-
Refined histogram of the prediction directional probability.
Conclusiones
1.- La ley de distribución de los planos de debilidad de la Sierra de Atapuerca
consiste en una polimodal de 6 máximos correspondientes al solape de sendas
distribuciones normales.
Dichos máximos y su probabilidad asociada por clase ( de 15º ) son:
· N 6º con 8,6% (clase 1ª)
· N 27º con 6,6% (clase 2ª)
· N 51º con 6,6% (clase 4ª)
· N 93º con 10,9% (clase 7ª)
· N 117º-120º con 14,8% (clase 8ª)
· N 156º con 10,8% (clase 11ª)
2.- Tres de dichas modas, la segunda, tercera y cuarta ( clases 2ª, 4ª y 7ª ) son
coincidentes con tres de las cuatro modas del histograma de direcciones topo-
grafiadas en las cavernas.
3.- La cuarta moda del histograma de direcciones de las cavernas ( clase 10ª )
es contigua a la moda sexta ( clase 11ª ) de la ley de distribución.
4.- Las otras dos modas, primera y quinta ( clases 1ª y 8ª ) de la ley de distribu-
ción son también contiguas a dos de las modas ( clases 2ª y 7ª ) del histograma
de las cavernas.
5.- El error máximo, antes del refino, entre modas de predicción (ley de distribu-
ción) y el encontrado en las direcciones de las cavernas es del 3,9%.
59
Agradecimientos
BOLETÍN Nº2 SEDECK / AÑO 2001 / SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA Y CIENCIAS DEL KARST
Referencias
• ARSUAGA, J.L., MARTÍNEZ, I., GRACIA, A., CARRETERO, J.M., CARBONELL, E.
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Nature, 362: 534-537.
• BERMÚDEZ DE CASTRO, J.M., ARSUAGA, J.L., CARBONELL, E., ROSAS, A.,
MARTÍNEZ, I., MOSQUERA, M. (1997):
Science, 276: 1392-1395.
• CARBONELL, E., BERMUDEZ DE CASTRO, J.M., ARSUAGA, J.L., DÍEZ, J.C.,
ROSAS, A., CUENCA-BESCÓS, G., SALA, R., MOSQUERA, M., RODRÍGUEZ, X.P.
(1995):
Science, 269: 826-830.
• CARBONELL, E., BERMUDEZ DE CASTRO, J.M., ARSUAGA, J.L., ERASO, A.
(1997):
TecnoAmbiente, 73: 73-80. Sec Enresa-Mundo Subterráneo.
• ERASO, A. (1985):
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• MARTÍN, M. A., DOMINGO S., ANTÓN T. (1981):
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• PAREDES, C., ERASO, A., CHACÓN, E. (1993):
Espeleotemas, 3: 3-16.
60
BOLETÍN Nº2 SEDECK / AÑO 2001 / SOCIEDAD ESPAÑOLA DE ESPELEOLOGÍA Y CIENCIAS DEL KARST
Notas
Influencia de la geología-estructural y
tectónica en la productividad del agua subterránea aplicado a
los manantiales de Puerto Escondido y Bajos de Chila, Oaxaca
Las rocas intrusivas de edad Jurásico-Cretácico de plataforma, con textura de grano grueso, se observa
identificadas con las siglas J-K (Gr-Gd) corresponden como remanentes en forma masiva, los estratos osci-
a la unidad formada por una asociación no diferencia- lan hasta los 2 metros de espesor, están parcialmente
ble de granito y granodiorita. El granito es de color gris recristalizada, su color es por lo general gris claro con
claro e intemperiza a oscuro, de textura holocristalina, tonos negros e intemperiza a oscuro, aparece en aflo-
es de grano fino, está constituido por cuarzo, feldes- ramientos aislados que constituyen techos colgantes
pato potásico, oligoclasa, biotita, hornblenda y pirita. sobre los cuerpos de rocas metamórficas e intrusivas,
La granodiorita tiene la misma composición mineraló- por sus dimensiones reducidas no es posible cartogra-
gica con un aumento en el contenido de plagioclasas fiarla en todos los sitios que aflora.
y mayor abundancia de los minerales ferromagnesia- Para los sedimentos de edad Pleistoceno se tienen
nos y su grano es más grueso. Esta unidad esta afecta- los aluviales identificados con las siglas Q(al) correspon-
da por una serie de diques aplíticos e intensamente den a depósitos detríticos no-consolidados provenien-
fracturado y con un intemperismo profundo. Morfoló- tes de la denudación y erosión de las rocas
gicamente presenta relieve de lomeríos bajos de pen- preexistentes en el área y están formadas por cantos
dientes suaves y abruptos en los sistemas de rodados, gravas, arenas, limos y limos-arcillas, con dife-
fracturamiento-fallamiento. rentes grado de madurez, los fragmentos líticos corres-
Las rocas sedimentarias de edad Cretácico identifi- ponden a cuarzo, plagioclasas y feldespatos, van de
cado con la siglas K(cz) corresponde a una secuencia subredondeados a redondeados, los colores varían de gris
de rocas calizas aloquímicas de la facies pos-arrecifales claro a oscuro, estos son observados en las barrancas y
en las faldas de los lomeríos presentando pendientes por el desarrollo de sistemas de fallamientos-fractura-
suaves donde son utilizados como zonas de cultivo de mientos de segundo orden, correspondería con el cuer-
temporal. La expresión morfológica corresponde a pla- po transmisor del agua subterránea mientras que el
nicies aluviales y como relleno de valles fluviales en la núcleo actuaría como la barrera al paso del flujo en su
zona costera. trayectoria regional para desviarlo en la dirección del
rumbo de su traza. La detección de acuíferos en este
4.6. Hidrología subterránea medio es más selectiva de tal forma que los conductos
Las rocas metamórficas gnéisicas predominantes en asociados con el patrón preferente de fracturas y fallas
esta área son consideradas como materiales consolida- producidas a lo largo y ancho de la franja o zona de
dos con posibilidades bajas de contener volúmenes afectación en rocas pertenecientes al mismo com-
apreciables de agua y los aluviones son considerados plejo metamórfico.
como materiales no-consolidados con posibilidades En la región no se tienen contemplados las zonas
también bajas de contener agua debido a sus escasos de veda ni concentración de pozos, la disponibili-
3 metros de espesor observado en las barrancas. Den- dad de agua subterránea en los poblados de mayor
tro de estas unidades por sus características de origen concentración humana, se reduce a norias y manan-
rocoso y permeabilidades bajas, además de conformar tiales de poca extracción de agua, por lo que la mayo-
la zona montañosa, factores que limitan las posibilida- ría de las poblaciones han construido galerías filtrantes
des de almacenar agua. Se infiere que la trayectoria de en las márgenes de los ríos, esto para complementar
los flujos de agua de los manantiales: “El Regadillo” con el abasto necesario.
un gasto medido de 10 lts/seg., “La Ciénega” con 8 lts/ Manantial “La Ciénega” se localiza al N20°W y 4.8
seg. Proceden de fallas y fracturas geológicas, que co- kilómetros en línea recta del centro del poblado de Ba-
rresponden en el sentido perpendicular a la direc- jos de Chila, el sitio donde se ubica el manantial perte-
ción del sistema de fallamiento-fracturamiento nece a la agencia municipal, el caudal de agua medido
encausando volúmenes considerables de flujo en un es de 8 litros por segundo sin que tenga uso alguno, el
sentido paralelo a las trazas. El comportamiento hidráu- agua subterránea proveniente del fallamiento-fractura-
lico de estas estructuras geológicas frágiles puede ser miento de rocas graníticas donde se observa el falla-
como una barrera o bien como una zona de barrera- miento sobre rocas graníticas de rumbo NE 70° SW,
conducto. El corredor de las fallas, que se caracterizan echado de 85° NW, con 3 metros de longitud.
Influencia de la geología... TEMAS | mayo - agosto 2006 37
intrusivo granítico cuarcítico que subyace a una capa
FIGURA 4. MANANTIAL “LA CIÉNEGA” de suelos limo-arcilloso de 1.5 metros de espesor y
EL FLUJO MEDIDO ES DE 8 LITROS cuyo origen se asocia con la poca cobertura vegetal que
POR SEGUNDOS, SIN QUE TENGA los lugareños han dejado.
USO ALGUNO. PROVIENE DEL
SISTEMA DE FALLAMIENTOS-FRACTURA-
MIENTOS DE ROCAS GNÉISICAS Y
GRANÍTICAS.
en 24 horas se puede captar LITROS POR SEGUNDOS SIN QUE TENGA USO ALGUNO, PROVIENE DEL
DESPLAZAMIENTO LATERAL IZQUIERDO. B) FOTOGRAFÍA DONDE SE OBSERVA EL FALLAMIENTO SOBRE ROCAS GNÉISICA DE RUMBO NE 80° SW, A LA VERTICAL CON
INTEMPERISMO PROFUNDO.
4.8. Evolución Tectónica blemente no fue extensa. Las primeras emisiones mag-
Las referencias litoestratigráficas y relaciones estruc- máticas pudieron ser toleíticas, en una corteza incipien-
turales del Complejo Oaxaqueño, tienden a confirmar te de tipo ofiolítico. En la etapa juvenil desarrolló una
que el Proterozoico se compone de dos eratemas so- cuenca estructural alargada tipo Mar Rojo, con peque-
brepuestos; el basal representado por el subgrupo Zi- ñas plataformas marginales que acumularon carbona-
matlán, se correlaciona con el Proterozoico Temprano tos y sedimentos pelíticos asociados, así como
(2600-1800 m.a.). Por otra parte, el Subgrupo Telixtlahua- conglomerados y areniscas litorales.
ca del Proterozoico Medio (1800-1000 m.a.) consisten- Los grandes cambios petrológicos acontecen cuan-
temente yace en discordancia tectónica sobre el do se inicia la convergencia de bloques que fraccionan
anterior. Estas relaciones estructurales determinan dos la corteza oceánica y se inicia el arco insular, hacia la
ciclos geotectónicos sobrepuestos, conforme a referen- margen occidental del escudo arqueano, marcado por
cias de Bazán (1984). el Grupo Papalo. El arco insular propició la sedimenta-
En estas condiciones, la evolución del Proterozoico ción tipo eugeosinclinal al oriente y la de ambiente mi-
Medio consiste de varias fases estructurales que defi- geosinclinal al poniente; ambas bien definidas por su
nen la sobreposición del Supergrupo Telixtlahuaca, a carácter sedimentológico.
partir de un rift intracratónico que disectó el Protero- Puesto que el discutido arco insular se manifiesta
zoico Temprano y Arqueano. El primero representa- desde San José de los Cues, en los límites con Puebla,
do por el supergrupo Zimatlán y el segundo por el hasta Puerto Ángel de la costa de Oaxaca, se confirma
Grupo Papalo que constituye la unidad basal del un mecanismo de placas tectónicas para el precámbri-
Complejo Oaxaqueño. co global y como resultado de convergencia progresiva
Este rift inicia su apertura en la parte temprana del de bloques continentales. El arco confirma el desarro-
Proterozoico Medio y posiblemente tenga relación la- llo activo de la subducción, bajo la secuencia del Ar-
teral con la Orogenia Hudsoniana y Mazatzal (1750 queano y Proterozoico. Como la estructura insular se
m.a.), de la parte occidental del cratón de Norteaméri- ubica hacia la margen occidental, de la placa “interna”
ca. La amplitud de la fisura del rift y subsidencia, posi- cabalgada de la Orogenia Oaxaqueña, se postula que
REPRESENTACIÓN ESTEREOGRÁFICA DE
LITOCLASAS, APLICACIÓN A LA RESOLUCIÓN
DE UN PROBLEMA DE ESTABILIDAD DE
TALUDES
Antonio A. Arcos Álvarez (1), José Manuel Martínez Simón (1), Luis Méndez Valentín (1),
Rubén Martínez Marín (1), Carlos Gordo Murillo (1)
(1)
Universidad Politécnica de Madrid, España
E.T.S.I. de Caminos, C. Y P., Departamento de Ingeniería y Morfología del Terreno
Correo electrónico: jmms@caminos.upm.es
RESUMEN
El presente trabajo desarrolla y propone un método para la identificación y análisis de las
familias de discontinuidades de un macizo rocoso, basado en la representación equiárea
polar. La identificación de las familias de los defectos se lleva a cabo mediante la
realización de un curvado, isolíneas de densidad de polos, a partir del recuento de los polos
en cada uno de los intervalos en que se divide la representación equiárea, intervalos que
representan iguales incrementos de los dos ángulos que determinan la orientación de cada
discontinuidad. El análisis de las familias se beneficia de la tridimensionalidad intrínseca a
la representación mediante curvas de nivel o isodensidad, para así obtener información
precisa sobre la presencia porcentual de cada una de las familias así como de su orientación
preferencial. Se expone también una aplicación de la representación estereográfica para el
análisis de la estabilidad al deslizamiento en cuña en taludes en roca.
ABSTRACT
This paper develops and propose a method for identifying and analysing the discontinuity
families in a rock mass. The method is based in the polar equiareal representation. The
representation of the families is carried out by means of a contouring, isolines of equal
polar density, taken from counting the number of poles in every interval in which is divided
the equiareal representation. Those intervals represent the same increments for the pair of
angles defining each discontinuity orientation. The analysis of the families is improved
thanks to the threedimensionality inherent with the isodensity lines representation, so it is
possible to obtain the necessary information about the porcentual incidence of every family
as well as its preference orientation.
1 Introducción
Para el análisis de problemas muy frecuentes de la mecánica de rocas tales como la
estabilidad de taludes, la estabilidad en frentes de túneles, el estudio de las posibilidades
de desprendimientos en estas mismas obras o, simplemente, para la realización de algo
tan habitual como cualquiera de las clasificaciones geomecánicas más comunes, es
necesario el examen de las discontinuidades estructurales a fin de determinar las
orientaciones predominantes de éstas, lo que habitualmente se denominan familias de
discontinuidades.
Para llevar a cabo esta tarea disponemos generalmente de un amplio conjunto de
datos registrados en campo y procedentes de un muestreo más o menos aleatorio, datos
que se pueden resumir a efectos del estudio como una sucesión de parejas de valores de
la dirección de buzamiento y del buzamiento de las mencionadas discontinuidades,
figura1.
N Acimut de Rumbo
Acimut de Dirección
Ru
mb
o
de
c ión
rec nto
Di mi
e
za
Bu
to
ien
zam
Bu
2
350 0 10
340 20
0 30
33
0 40
32
50
31
0
60
30
290
70
280
80
10 20 30 40 50 60 70 80
270
90
100
260
110
250
120
240
130
230
0 14
22 0
150
210
200 160
190 180 170
1
Quede claro que la representación estereográfica equiárea no es una proyección propiamente dicha.
3
proyección equiárea, figura 4. En esta red a pesar de no haber diferencias entre los
valores de las áreas de la esfera que representan las divisiones, sí la hay entre los valores
de los incrementos angulares de inclinación y acimut (o “plunge” y “trend”) que estas
divisiones representan.
Otro aspecto a tener en cuenta es que para el recuento de los polos próximos a la
circunferencia exterior (representativos de los planos subverticales) conviene determinar
algún método para incluir en un mismo conjunto, los polos que se encuentran en zonas
diametralmente opuestas. Priest (1) propuso una plantilla rectangular con dos círculos
de recuento cuyos centros estuviesen separados una distancia igual al diámetro de la
circunferencia y Denness (3) propuso una modificación de su red a otra de 113
cuadrados en la que los más exteriores tienen una mitad fuera de la red indicando que ha
de añadírseles el recuento de los diametralmente opuestos (figuras 3 y 4).
4
Figura 5: Estadística de litoclasas por tabulación rectangular.
A esta regla básica se le ha añadido una excepción, aquellas divisiones que, una vez
proyectadas, han de quedar en contacto con el perímetro de la proyección, abarcan un
ángulo sólido mitad que el del resto de las divisiones. Esta reducción se realiza del lado
de la inclinación (también denominada inmersión o “plunge”) con vistas a incluir en el
mismo grupo planos subverticales de similar orientación que en la representación
estereográfica polar se sitúan en los extremos de un mismo diámetro.
Se propone una discretización con 324 divisiones, basada en la representación
estereográfica equiárea, la cual se muestra en la figura 6.
El método propuesto recuenta el número de polos en cada una de estas divisiones
(en el caso de las divisiones perimetrales recuenta el numero de polos en cada división
más los de la división diametralmente opuesta) asignando el valor resultante o “cota” al
centro de gravedad de la división y asignando “cota” 0 a aquellas divisiones en las que
no se han encontrado polos.
350 0 10
20
340 30
330
0 40
32
0
50
31
300
60
290
70
270 280
08
90
260
100
250
110
240
120
0
13
23
0 14
22 0
150
210 160
190
200 170
180
5
De esta forma se obtiene un conjunto de puntos, todos los centros de gravedad de las
celdas, con tres coordenadas donde la última de estas (cota o “z” del punto) representa
la concentración de polos en cada división. Esto permite realizar un curvado por medio
de alguno de los algoritmos empleados habitualmente para la representación acotada del
terreno, en nuestro caso el método elegido es el Krigeado o Kriging.
La representación de cientos de litoclasas gráficamente es un trabajo
extremadamente lento y si a esto añadimos las labores de recuento y curvado podrían
hacer totalmente inviable el método propuesto. Por esto se ha puesto a punto un
procedimiento informático que realice el proceso descrito.
Para los datos representados en la figura 1, procedentes de un muestreo real con
vistas a la ejecución de un túnel, los centros de gravedad de las celdas y el posterior
curvado quedam representados en las figuras 7 y 8 respectivamente.
50
31
6.50
J2
0
60
30
6.00
5.50
290
70
5.00
28 0
80
4.50
J1
4.00
270
90
3.50
26 0
3.00
10 0
2.50
250
110
2.00
40
1.50
12
2
1.00
0
13
23
0 J3 14
0.50
22 0
0 15
21 0
200 160
1 90 17 0
180
6
Pero la determinación de las familias de discontinuidades y su orientación más
probable quedan aún sometidas a un elevado grado de subjetivismo una vez realizado el
curvado. Es por esto por lo que se considera adecuado aplicar las ventajas de la
“tridimensionalidad” intrínseca a la representación acotada. Así pues, mediante la
extrusión de las curvas de nivel se obtiene un volumen (el equivalente a lo que
denominamos loma o montículo en la representación acotada del terreno) representativo
de cada familia de discontinuidades.
Las coordenadas del centro de gravedad de este volumen nos proporcionan una
valiosa información en dos sentidos. Por un lado la posición en planta (coordenadas “x”
e “y”) nos facilita la orientación más probable para la familia de discontinuidades
representada, y por otro su altura (coordenada “z”) nos facilita un valor representativo
del número de discontinuidades pertenecientes a la familia estudiada.
Cuando tan solo contamos con una representación acotada tradicional (líneas de
nivel) se tiende a identificar la orientación más probable de las discontinuidades con el
punto más alto (línea de nivel de mayor cota) del volumen representativo de la familia
de discontinuidades, pero esto no tiene por que ser cierto y con el método propuesto se
evitan estos errores.
En la figura 9 se ha representado en perspectiva el resultado de extrusionar las líneas
de nivel anteriores. Se obtienen tres volúmenes representativos de cada una de las tres
familias. Para cada uno de estos tres volúmenes se ha obtenido el centro de gravedad, la
posición en planta de este centro de gravedad coincide con el centro de la base del
cilindro rojo y la altura de este cilindro es proporcional al valor del volumen.
Se observa como para familias cuyos datos parecen bien distribuidos (J1 y J3) la
posición del centro de gravedad es próxima al punto más alto del volumen, aunque no
coincidente, y como para la familia de datos más irregulares la identificación del punto
más alto del volumen con el valor más probable de la orientación implicaría un error
considerable.
La altura de los cilindros indica que las familias principales son al J1 y la J2, pues a
mayor altura mayor porcentaje de medidas correspondientes a cada familia. Por el
7
contrario la familia J3 se presenta en menor medida. Por otra parte que las familias J1 y
J2, queden representadas por planos subverticales prácticamente ortogonales afirma la
idea de que estas sean las familias principales.
Las conclusiones obtenidas de las figuras 8 y 9 concuerdan con la clasificación de
Goodman (7) referente a la distribución de polos. Goodman distingue dos tipos de
familias que podemos llamar “focal” y “en banda”. La primera es aquella en la que
existe una orientación preferencial alrededor de la cual se distribuyen los polos con
simetría axial. En la segunda los polos se distribuyen aproximadamente sobre un
segmento de arco máximo.
De la morfología de las distribuciones que se aprecia en las figuras mencionadas se
desprende que las familias J1 y J3 se ajustan al tipo “focal”, y este tipo surge cuando en
la génesis de la familia actúa una causa fundamental y única de tipo axial como, por
ejemplo, un empuje tectónico.
También se aprecia como la familia J2 se asimila con facilidad a la distribución en
banda, distribución que por el contrario suele estar asociada a más de una causa, por
ejemplo, cuando sobre un empuje tectónico aparece un plegamiento que hace girar los
defectos.
8
pero tampoco puede asegurarse todavía que llegue a producirse, como veremos a
continuación.
30°
45°
Círculo
máximo
plano B
Círculo máx
Plano del perpendicular
talud (polo) Plano A a la arista
(polo)
Círculo
máx. del
talud
0º 10º 20º 30º 40º 50º 60º 70º 80º 10º 20º 30º 40º 50º 60º 70º 80º 90º
Plano B
(polo) Traza del
cono a 45º
Círculo
máximo
plano A
Línea intersección
9
girándolo alrededor de su traza hallándose así, los puntos M y N, tal como en la figura
20 se encuentra dibujado.
α ξ
We ⋅ cos
N
M
Pb
Pa
O
Figura 21: Sección de una posible cuña inestable por un plano perpendicular a la
arista de deslizamiento.
10
después de lo cual, se dibuja la traza del cono correspondiente a φ* , y se
comprueba si el punto representativo de la línea de intersección de los dos planos, queda
dentro de la nueva lúnula de posible inestabilidad así definida.
4 Conclusiones
La metodología propuesta, al desarrollarse mediante un doble procedimiento gráfico e
informático, consigue aglutinar las ventajas de ambos procedimientos y desterrar sus
inconvenientes.
Así, las representaciones gráficas ofrecen una clara e intuitiva presentación, pero
realizadas por los métodos tradicionales pueden conducir a errores del lado de la
precisión (aunque por lo que generalmente han sido dadas de lado es por constituir un
trabajo extremadamente lento). Por otro lado los métodos analíticos, ya sean de carácter
estadístico o de otro tipo, facilitan tan solo valores numéricos que dificultan el proceso
de interpretación.
El problema de la lentitud queda sobradamente resuelto con la creación de una
aplicación informática que desarrolle el proceso y el de la precisión ha sido solventado,
superando los tradicionales métodos de curvado, mediante la extrusión de las isolíneas
de densidad de polos. Gracias a esta extrusión de las líneas de “isodensidad” se
consigue evitar el problema de la confusión de la orientación preferencial con la de la
línea de máxima densidad y, además, se obtiene información adicional sobre la
presencia porcentual de las diferentes familias de discontinuidades.
Por último cabe señalar la discretización empleada para realizar el conteo previo al
curvado. Esta discretización es tal que cada una de las divisiones que la forman
representa igual incremento de cada uno de los dos ángulos que determinan la
orientación de una discontinuidad.
Referencias
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7) Goodman, R.E., Rock Mechanic”. John Wiley and Sons. New York 1980.
11
ROCAS EN ZONAS DE FALLA
RESUMEN. En los proyectos de infraestructura civil, en donde la geología e ingeniería civil deben trabajar en conjunto,
caracterizando e identificando unidades y procesos de incidencia directa para las obras, es fundamental establecer, como
mínimo, un lenguaje común y comprensible para el optimo desarrollo de los proyectos. El uso correcto de una terminología
para los procesos y materiales presentes en una zona de deformación mecánica (metamorfismo dinámico), así como el origen y
parte de su comportamiento son presentados en este trabajo.
Términos o palabras como roca cizallada, brechas, milonitas, fallas, etc., serán caracterizados y ejemplificados con sitios en
donde pueden ser observadas las características básicas que ayudan a definirlos y entenderlos con mayor facilidad.
PALABRAS CLAVES. brecha, falla, milonita, salvanda, elipsoide de deformación, clastos
ABSTRACT. In construction projects, in which civil engineers and geologists have to work together for identifying and
characterizing units and processes which affect the structure directly, it is essential to establish a common language. The
present paper deals with the proper use of terms that concern processes and materials found in mechanical deformation zones
(dynamic metamorphism), its origin and behavior. Description and terms like sheared rock, breccia, mylonite, fault, will be
characterized and exemplified at places where their main features can be observed, to help defining and understanding them
easily.
KEY WORDS. breccia, fault, mylonite, gouge, deformation ellipsoid, clasts.
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2.1. Zona de fallamiento frágil Materiales con contenidos de matriz <10%, son
denominados simplemente como rocas fracturadas.
Considerando la Figura 2, en la zona de fallamiento Estas rocas aparecen en la zona más superficial de
frágil, la que puede alcanzar 3 a 4 km de profundidad, una falla o un poco alejadas de la zona de
las condiciones de temperatura y presión no son incidencia directa. Localmente, algunas de estas
suficientes para posibilitar la recristalización de las rocas pueden presentarse en pequeños bloques de
rocas y el mecanismo de deformación que predomina formas cúbicas con aristas entre 30 y 10 cm, lo
es la cataclasis (fragmentación o ruptura de la roca). cual se da por la intersección de mínimo tres
Por consiguiente, la roca es fracturada desde incipiente sistemas de diaclasas, las que por lo general, son
hasta intensamente, generándose variados tipos de paralelas a los planos del elipsoide de deformación
rocas, denominadas cataclasitas o brechas. Este tipo asociado a la falla. Comúnmente, en estas zonas se
de roca o material es formado por una cantidad variable establecen la mayor parte de las canteras y el
de fragmentos de granos y de litoclastos generalmente término ¨zona de panelitas¨ es el usado para
angulares cementados con fragmentos más finos denominar afloramientos con estas características.
(matriz) y por material proveniente de fluidos que se
introducen por el plano de falla. La roca se clasifica de En general, sobre las cataclasitas se localizan
acuerdo a la cantidad de matriz generada durante la algunos de los principales problemas de estabilidad
cataclasis en los siguientes tipos: de taludes y laderas, pero las microbrechas y la
salvanda son de especial importancia o cuidado
Brecha o protocataclasita: 10 a 50% de matriz para el desarrollo de obras civiles. Una zona de
Microbrecha o cataclasita: 50 a 90% de matriz falla caracterizada por la presencia de estas rocas
Ultracataclasita o gouge (salvanda, jaboncillo o es altamente inestable y es en donde más estudios
arcilla de falla): > 90% de matriz. Este material detallados se realizan, bien sea para corregir
mezclado con agua genera zonas localizadas y de problemas o para minimizar posibles patologías en
poco espesor en donde aparece un material los macizos a trabajar.
pastoso, en general semejante a una arcilla.
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Rocas de la zona de deformación frágil son encontradas 2.2. Zona de fallamiento dúctil
a lo largo y ancho de la zona de fallas Cauca-Romeral,
así como en las varias decenas de sistemas de fractura En la zona de cizallamiento dúctil la deformación y
que atraviesan el territorio colombiano. Actualmente, recuperación son altas y los procesos de
el desarrollo vial Aburrá-Cauca ofrece didácticos recristalización y rehomogenización son los
afloramientos de este tipo de roca. predominantes. De forma general, a este dominio
se asocian rocas generadas a profundidades
Un tipo especial lo puede constituir las denominadas superiores a 10 km (Fig. 2). El término básico para
“Rocas cizalladas”. Este termino ambiguo, pero muy las rocas que se generan en estas condiciones son
radicado en la terminología ingenieril, se utiliza para las milonitas.
aquellas rocas afectadas por metamorfismo dinámico,
en donde se desarrolla una estructura plana repetitiva, a Milonita: es una ROCA DURA (material
nivel de afloramiento, muy similar con una consistente, competente y resistente al choque
esquistosidad, que las asemeja con rocas metamórficas mecánico), la cual presenta una foliación al menos
regionales. El nivel estructural corresponde desde la microscópica, de grano generalmente fino y en la
zona frágil hasta la zona de transición frágil - dúctil. cual los granos preexistentes fueron deformados y
Esta estructura se desarrolla sobre rocas de grano fino o recristalizados. Frecuentemente, la apariencia
en rocas con estructuras planas preexistentes. Ejemplos general de la roca en afloramiento es placosa, así
de este tipo de roca se observan en la vía que comunica las muestras de mano no presenten un orientación
a las cabeceras municipales de Santafé de Antioquia mineral marcante. Generalmente, se tiene una
con Anzá. matriz de grano fino la cual engloba relictos
mayores, fracturados y tensionados, de los granos
Pseudotaquilita: A partir de la zona de cizallamiento preexistentes de minerales resistentes, como
dúctil - frágil y hasta la zona de fallamiento frágil y por feldespato y gránate. Estos relictos son conocidos
fusión local de la roca a lo largo de un plano de falla como porfidoclástos (una milonita con
frágil, se forma una pseudotaquilita debido al calor porfidoclástos se genera a un nivel intermedio, en
generado por el movimiento friccional (importante la general a partir de la zona de cizallamiento que
temperatura), o posiblemente, en algunos casos, por marca la transición frágil - dúctil) y la abundancia
cataclasis intensa (importante la presión). El pequeño de estos en una roca define el tipo de milonita, así:
volumen de material fundido y generado se enfría
rápidamente, influenciado por la temperatura de la roca Protomilonita: hasta 50% de matriz
huésped, generándose finas vetas de material fino o Ortomilonita: de 50 a 90% de matriz
vítreo (de ahí el término pseudotaquilita) en las cuales Ultramilonita: > 90% de matriz.
pueden aparecer fragmentos aislados principalmente de
cuarzo y feldespato. Los contactos de la Algunos de los criterios para reconocer las
pseudotaquilita con la roca huésped son bruscos, milonitas son:
inclusive en sección delgada. Generalmente, la
pseudotaquilita ocurre en rocas macizas, secas, poco foliación anastomosada (gran heterogeneidad
porosas, como gabro, gneis y anfibolita. En rocas de la deformación)
porosas, el fluido presente baja la presión normal reducción del grano en relación a las rocas
efectiva sobre el plano de falla en calentamiento y adyacentes (encajantes)
consecuentemente no se puede producir suficiente calor fuertemente foliadas y alineadas
friccional para causar una fusión local. De este modo,
una pseudotaquilita difícilmente se forma en rocas Cuando estas rocas son ricas en filosilicatos
sedimentarias porosas. Como el evento que genera una (micas) se producen una milonita fuertemente
pseudotaquilita es de corto tiempo, existe la posibilidad laminada conocida como Filonita.
de realizar una datación y así identificar el momento en
el cual una falla libero la energía para permitir la Considerando, que las rocas miloníticas
generación de este tipo de roca. La zona en donde representan ambientes profundos, o sea, se
pueden ser encontrada este tipo de rocas estaría ubicada formaron a profundidades >10 km, la presencia de
a una profundidad entre 4-15 km (Fig. 2). En la zona estas es importante para eventuales evaluaciones
de influencia de la falla de Sabanalarga pueden ser del levantamiento - erosión de una región o bien
observados algunos afloramientos en donde esta roca indican movimientos considerables en la vertical
ha sido generada por el movimiento rápido y brusco de dentro de una zona de falla. La presencia de estas
esta falla. rocas en Colombia se restringe a la zona oriental la
cual hace parte del Cratón Amazónico, así como
algunas regiones del basamento metamórfico de la
Cordillera Oriental, Sierra Nevada de Santa Marta
Ordóñez 75
y el flanco este de la Cordillera Central en fallas que han tenido una evolución con edades
específicamente en Puerto Berrio - Antioquia (Ordóñez hasta precámbricas y que por los procesos del
et al., 1999) levantamiento - erosión de los Andes ha sido
La transición entre la zona de dominio frágil a dúctil es posible su afloramiento en superficie. Localmente,
generalmente gradual, y es llamada zona de transición las fallas de dominio frágil pueden exponer rocas
(Fig. 2). En contraste, la transición entre un régimen miloníticas y este aspecto reviste importancia si
que podríamos denominar semi - frágil y el dominio estamos considerando evaluar la rata de
enteramente frágil, donde son formadas las brechas y la movimiento vertical que una falla pueda tener en
salvanda, es relativamente brusca, no obstante, no debe un sector determinado. Este caso en especial se
ser imaginada como un plano claramente definido en la observa en algunas áreas de incidencia directa de
corteza. Dentro de cualquier segmento de la litosfera y los sistemas de fallas de Romeral, Cauca,
mismo dentro de una zona de cizalla de fuerte Palestina, y ello debe interpretarse como resultado
inclinación, la transición ocurrirá en una zona de de movimientos verticales de las fallas, ya que
geometría compleja. Si la zona de cizallamiento se estas rocas representan ambientes de formación
extiende a través de una sección considerable de la profundos (> 10 km).
corteza, rocas de dominio frágil y dúctil pueden ser
formadas. De la misma forma en una zona de Finalmente, debemos destacar que para las obras
cizallamiento la introducción de fluidos favorece la de ingeniería lo mas importante a determinar en
reacción y formación de nuevos minerales, con lo que una zona de falla es:
la presencia de asociaciones y texturas inusuales se ve
favorecida en este ambiente. Tipo de cizallamiento o fallamiento.
Determinado a partir de los productos
presentes en la zona de falla (brechas,
3. CONSIDERACIONES GENERALES salvanda o rocas miloníticas). Ello nos
indicará el nivel estructural que la zona de
deformación tiene a lo largo del área de
Entre los aspectos a destacar en el presente estudio es influencia del proyecto a ejecutar.
lo referente a la terminología correcta que debe usarse Dirección de los esfuerzos de deformación.
con los productos asociados a zonas de falla. El Con esto se determina el tipo de falla, así
término MILONITA, además de ser un tipo de como su posible evolución regional.
material de falla, se refiere a rocas DURAS que Niveles estructurales presentes en la zona de
presentan una foliación al menos microscópica y falla. Fundamental para considerar el tipo de
pertenecen a la zona de deformación dúctil, la cual se estructuras y comportamiento que el macizo
localiza a profundidades > 10 km. afectado por la falla, presente en su zona de
influencia directa.
A profundidades entre 4 y 10 km la deformación en las Comportamiento general de la falla (grado de
zonas de falla es en general del tipo transicional, o sea actividad). Valido para ser considerado en
se tienen productos que presentan aspectos claros de represas y edificaciones.
deformación frágil pero que bien pueden tener Zona de influencia. Dependiendo de la obra a
asociaciones mineralógicas o texturales del dominio realizar esta zona podrá ser definida regional o
dúctil, siendo los productos más representativos las localmente.
pseudotaquilitas y las denominadas ¨rocas cizalladas¨.
El dominio enteramente frágil puede ser localizado a
profundidades < 4 km, y las brechas y la salvanda son AGRADECIMIENTOS
los tipos de materiales típicos de esta zona.
Considerando las condiciones geológicas de nuestro Este artículo se realizo gracias a la Empresa
territorio, las rocas del dominio enteramente frágil son INTEGRAL S. A., en donde el trabajo
más características de fallas con actividad cenozoica, interdisciplinario y amplio en los proyectos de
como es el caso de las fallas o Sistemas Cauca, ingeniería fue la semilla para su realización. A
Romeral, Palestina, Bucaramanga, etc. Sobre los Uwe Martens, Jorge Julián Restrepo A. y Patricia
corredores de influencia de estas fallas los Angel C por sus valiosos aportes y comentarios.
deslizamientos, inestabilidad de taludes, zonas de rocas Al Ingeniero Hector de la Cruz, por sus
fracturada, etc., se constituyen en sus expresiones más importantes anotaciones. A la Universidad
significativas desde el punto de vista ingenieril y son Nacional de Colombia por el apoyo incondicional.
estos los aspectos más relevantes a considerar durante
el dsarrollo de proyectos de infraestructura.
REFERENCIAS