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Herausgegeben
von Katharina Wieland,
Kirsten Süselbeck
und Vera Eilers
Índice
1 Preliminar
∗ Este trabajo forma parte de las actividades, cofinanciadas por el Ministerio de Educación y
Ciencia y el FEDER, correspondiente al proyecto de investigación titulado “Los comienzos de la
moderna sintaxis: Análisis lógico y análisis gramatical en la enseñanza del español” (ANAGRAMA)
[HUM2007-60976/FILO] e integrado por los doctores Ma Luisa Calero Vaquera (investigadora
principal), Alfonso Zamorano Aguilar, Ma José García Folgado (Universidad de Valencia), Esteban
T. Montoro del Arco (Universidad de Granada) y Carsten Sinner (Universidad de Leipzig).
[El procedimiento analítico es] adoptado para descomponer la palabra y separar los factores
que con su fusión hayan dado margen, no sólo a mezclas, sino a una adherencia íntima que
exige cierta especie de operación química, llamémosla así, para aislar los elementos de esta
clase de combinación. (Flórez 1859: 309)
[El Análisis (como parte de la Gramática) se llama así] porque su objeto es dar á conocer las
palabras, examinándolas separadas unas de otras, para explicar su naturaleza y propiedades,
clasificarlas y definirlas. (Amézaga 1846: 21)
A partir de la segunda mitad del XIX esta concepción del “análisis”, que, como
se ve, encierra un significado altamente especializado y restringido al campo
gramatical, desaparece sin dejar rastro en el resto de las obras consultadas. Lo
habitual ya será encontrar otro tipo de enunciados más generales que se ajustan
a la siguiente fórmula prototípica (que en el caso del Anónimo se amplía con
una comparación didáctica al estilo de Jovellanos), y en la que sigue faltando la
referencia a la síntesis:
Analizar, en general, es descomponer un todo en sus partes principales; estas, en otras; estas,
en otras, etc., hasta llegar a las mas sencillas, haciendo sucesivamente el exámen de cada una
de ellas. (Orío 1869: 1er cuad., 108)
Análisis, en general, es la descomposición de las partes que constituyen un todo, para llegar a
conocer sus principios o elementos. (Aguilar 41893: 11)
Para darse cuenta exacta de una máquina, es preciso estudiar cada una de sus partes: sus
motores, sus ruedas y todos los demás elementos, fijándonos en la importancia y en la
colocación de ellos, y después relacionar la función de todos, hasta llegar a comprender el
oficio que cada uno hace con respecto a los demás para que funcione la máquina. Un químico
procede al estudio de un cuerpo descomponiendo los elementos que lo integran y estudiando la
proporción e importancia de todos los que, juntos, forman el cuerpo dado. Este procedimiento
de estudio recibe el nombre de análisis. (Anónimo 1939: 9–10)
Siendo la proposición término medio entre las palabras y los períodos, nos servirá de punto de
partida para descender hasta las últimas divisiones por el análisis y elevarnos por la síntesis
hasta la composición del discurso. (Fernández Monje 1854: 44)
Para conocer mejor una cosa, necesitamos dividirla en todas las partes de que se compone, a
fin de examinar cada una de ellas separadamente, deduciendo de esta separacion la
uniformidad o diferencia que guardan entre sí, y el modo como están reunidas, formando un
todo. El término científico de esta separacion es lo que llamamos análisis, el cual tambien
comprende la síntesis, porque no descomponemos sino para volver a componer. (García
Aguilera 1880: 11)
Casi todos los procedimientos que pueden seguirse para el análisis se pueden reducir á la
forma analítica ó á la sintética. Se practica el primero, cuando se desciende desde el
raciocinio ó cláusula á la idea ó palabra respectivamente; y se sigue el procedimiento
El término ‘análisis’ en las gramáticas de la tradición hispánica 17
sintético, cuando se recorre el camino en sentido contrario; siendo éste el preferible para los
principiantes. (Vigas 1914: 176)
Este último era el método que, a imitación de Locke, había adoptado también
Du Marsais para enseñar lenguas extranjeras a sus alumnos franceses,
persuadido de que “la rutina [= la repetición, la práctica] debe preceder a las
reglas” y que, por ello, comenzar la enseñanza gramatical por reglas abstractas
supone recargar con información inoportuna las mentes infantiles, al obligarles a
razonar con datos desconocidos. Los autores de nuestro corpus (al menos los
que se pronuncian en esta cuestión y salvo el citado Vigas) parecen inclinarse
por esta misma idea mecanicista. Así, el propio Valcárcel defiende también
como mejor método de enseñanza gramatical el analítico, frente al sintético, sin
distinguir niveles académicos en su utilización:
[…] el análisis es el solo método que puede dar evidencia á nuestros razonamientos, y, por
consiguiente, el único que debe seguirse, tanto en la investigacion de la verdad como en la
trasmision de los conocimientos; honor que se hace ordinariamente á la síntesis con gran
perjuicio de la enseñanza misma. (Valcárcel 1858: 41)
1 Parece generalizada entre los gramáticos de nuestro corpus la idea de considerar “métodos”
científicos los procesos mencionados de análisis y síntesis. Un caso aparte nos parece Vigas
(1914:175), al distinguir en el siguiente párrafo entre los conceptos “método” y “análisis”: “Siendo
el análisis tan importante como el método para la enseñanza de la Gramática, debemos exponer
sobre el mismo algunas explicaciones [...]”.
18 María Luísa Calero Vaquera, Alfonso Zamorano Aguilar
El mejor método para la enseñanza de una ciencia es aquel que da á conocer las leyes distinta
y separadamente […]”. Este es el órden analítico que la gramática prescribe. (Martínez López
2
1841: XXXIV–V)
Mucho se ha disputado sobre cual de los dos [métodos] debe adoptarse en la enseñanza; sin
embargo yo creo que su eleccion depende de la materia á que se ha de aplicar. Me parece que
en la enseñanza de la Gramática primero debe seguirse el método analítico y después el
sintético. (Giró 1852: 9)
Si a estos mismos datos les asignamos un valor numérico relativo (en función de
una lectura atenta del contenido de cada obra) estableciendo como límite de
distinción el aporte del 50% a la lógica y el 50% a la gramática (distinción nítida
entre ambos tipos de “análisis”) podemos obtener como resultado el siguiente
2 Los símbolos sin corchetes indican separación de tipos de “análisis” (lógico y gramatical); en
cambio, la presencia de los corchetes pone de relieve la distinción de tipos de “análisis” sólo dentro
del ámbito estrictamente gramatical.
20 María Luísa Calero Vaquera, Alfonso Zamorano Aguilar
La primera etapa se abre con Jovellanos (h. 1795), quien, aunque no distingue
ambos niveles de “análisis”, sin embargo, sí parece contraponer con claridad el
plano del pensamiento y el plano del discurso:
[…] haciendo el análisis del discurso, se hace al mismo tiempo el del pensamiento […] Las
relaciones de las palabras son las de nuestras ideas. En la unión de las palabras vemos
claramente las comparaciones, los juicios y los raciocinios que forman nuestro entendimiento.
(Jovellanos 1858 [h. 1795]: 150)
más detallado y amplio de los dos planos. Es más, define en distintas partes de
su Análisis lógica y gramatical qué es el “análisis lógico” y qué es el “análisis
gramatical”, qué actividades incluyen, etc. Uno de los pasajes donde más
evidente se hace esta distinción es el siguiente:
Se llamará análisis lógica la que responda á estas preguntas: ¿Qué es la palabra Pedro en esta
proposicion determinada? Sugeto. ¿Qué es estudia en esta ocasion y en la forma que
actualmente tiene? Atributo: y será gramatical la que se limite á responder á estas: ¿Qué es
Pedro en cualquier parte en que se halle? Sustantivo. ¿Qué es estudia en cualquier parte en
que se halle y con cualquiera forma que tenga? Verbo. (Calderón 1843: 70)
En esta segunda etapa hay que hacer mención, también, de tres bloques de
tratadistas:
• Aquéllos que, en la línea de los que hemos incluido en la primera etapa, no
establecen distinción explícita entre los tipos de “análisis”: Mata y Araujo
(1846), Flórez (1859) y Salleras (1876).
• Gramáticos que establecen distinciones entre tipos de “análisis”, pero como
subgrupos dentro del gramatical, sin apenas aludir al “análisis lógico”:
Amézaga (1846) o Avendaño (1849). Así, en Amézaga se define el “análisis”
como procedimiento práctico dentro de la gramática, y se establecen estos
tipos de “análisis”: de dicción, sintáctico, prosódico y ortográfico. De estos
cuatro, sólo define el primero y el segundo. Por su parte, Avendaño se refiere
a la distinción lógico/gramatical como dos tipos de métodos de “análisis”,
aunque también hace referencia al “análisis” como producto: “proposiciones
lógicas/proposiciones gramaticales”. A pesar de que pudiera hablarse de
equilibrio, el peso de lo lingüístico/gramatical es mayor que la carga lógica.
El término ‘análisis’ en las gramáticas de la tradición hispánica 23
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