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Attachment Theory and Psychoanalysis Peter Fonagy. Peter Fonagy. London. Other Press (USA). 2001.
Barcelona. Editorial SPAXS. S.A. (2004).
El autor profundiza en las relaciones entre teoría del apego y psicoanálisis. Comienza
haciendo una síntesis de las principales aportaciones realizadas por los teóricos del
Apego pasando después a estudiar los principales modelos dentro del Psicoanálisis,
así como coincidencias y puntos de desencuentro entre ambas perspectivas. El libro
consta de prólogo y 14 capítulos. Los capítulos primero y segundo consisten
respectivamente en una introducción a la teoría del apego, y una revisión de las
principales investigaciones realizadas desde dicha orientación. En los capítulos
comprendidos entre el 3 y el 12 el autor realiza un estudio comparativo entre la teoría
del apego y diferentes enfoques psicoanalíticos. El capítulo 12 es un resumen de los
puntos que tienen en común el psicoanálisis y la teoría del apego. En los capítulos 13 y
14 el autor señala los beneficios de una articulación entre ambos modelos teóricos.
Fonagy señala una diferencia sustancial entre el pensamiento de Bowlby y las teorías
dominantes del siglo XX, las cuales consideraban el vínculo emocional con el cuidador
como una pulsión secundaria, constituida a partir de la satisfacción de las necesidades
orales. Por su parte, Bowlby, a partir de las observaciones de Lorenz (1935) con
animales jóvenes, colige que el infante humano llega al mundo predispuesto a
participar en la interacción social; algo que es indiscutible en la actualidad debido a las
aportaciones de los teóricos del desarrollo (Melzoff, 1995; Watson, 1994).
Refiriéndose a las diferencias entre teoría del apego y psicoanálisis, el autor considera
que para los teóricos del apego la meta de las mencionadas conductas no es la madre
sino, en un principio, la cercanía física con ella y, posteriormente, la proximidad incluye
aspectos de índole psicológica. Es importante también considerar la respuesta del
cuidador, puesto que ella influirá en el sistema de apego. Fonagy pone de relieve la
relación que los teóricos del apego establecen entre apego y otros aspectos evolutivos
del niño tales como la conducta exploratoria y el miedo; en este sentido señala que
Ainsworth (1963) ha mostrado la necesidad de un sentimiento de seguridad básica para
que el niño pueda llevar a cabo los comportamientos exploratorios que en ausencia de
la figura de apego se interrumpen. Por otra parte, el miedo activa los sistemas de
apego.
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Evolución de la teoría del apego
En el primer tomo de la trilogía sobre el apego, Bowlby hace una descripción del
sistema de apego meramente conductual: la necesidad aparece en ausencia del
cuidador/a y la presencia física de éste/a hace desaparecer esa necesidad. Esta
perspectiva es la que, a juicio de Fonagy, ha ocasionado las críticas por parte de los
psicoanalistas, quienes no han sabido apreciar la evolución de la teoría del apego.
Después de Bowlby, Ainsworth creó una situación de laboratorio, llamada “Situación
Extraña”, que el autor describe más extensamente en el Capítulo 2. En el segundo
volumen de la trilogía, Bowlby sostuvo que la meta del sistema de apego es mantener
al cuidador accesible y receptivo, y para referirse a esto, utilizó el término disponibilidad
(Bowlby, 1973). Este autor, en el tercer volumen sostiene que las experiencias con el
cuidador, mediante una serie de procesos cognitivos, dan lugar a modelos
representacionales, a los cuales Craik (1943) denomina Modelos de Funcionamiento
Interno. En este sentido señala Fonagy la influencia de Piaget. Esta concepción del
sistema de apego da paso a una consideración más sofisticada en cuanto a las
diferencias individuales. El apego seguro se caracteriza por Modelos de
Funcionamiento Interno en los cuales la figura de apego es percibida como accesible y
receptiva si se la necesita. Fonagy subraya la clarividencia de Bowlby al considerar la
receptividad del cuidador como determinante de la seguridad del sistema de apego.
Bowlby también considera que hay un modelo de funcionamiento complementario del
self. Fonagy lo ejemplifica diciendo que un niño cuyo cuidador tenga un modelo de
funcionamiento interno focalizado en el rechazo, desarrollará un modelo de
funcionamiento complementario del self como no mereciendo ser querido; en este
sentido hay que valorar las aportaciones de la psicología cognitiva y la teoría de las
relaciones objetales.
Muchos conceptos relativos al apego fueron elaborados a finales de los 70 por Sroufe y
Waters, quienes consideraron que el objetivo del sistema de apego era sentir seguridad
y que la respuesta del niño a la separación venía condicionada tanto por factores
externos como por determinantes internos tales como estado de humor, fantasías, etc.
A juicio de Fonagy, esta conceptualización supone una aportación importante respecto
a la formulación de Bowlby, ya que toma en consideración las características
individuales del niño. Sroufe redefinió en 1996 la teoría del apego en términos de
regulación del afecto, estableciendo una relación entre apego seguro y capacidad de
autorregulación, mientras que el apego inseguro se asocia a dificultades de regulación
afectiva.
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doméstica tienen en el desarrollo psicológico del niño. Un estudio llevado a cabo por
Allen y Hausser (Allen y cols., 1996) revela que la fantasía juega un papel reducido en
la valoración de la disponibilidad. A medida que Bowlby fue construyendo su teoría, fue
incorporando conceptos de la psicología cognitiva; así, sostenía que las personas
tenían acceso a cierto tipos de pensamientos, sentimientos y recuerdos en relación a
su modalidad de apego. Durante las décadas de los 70 y 80, las investigaciones se
basaron sobre todo en los niños maltratados. Se relacionó la clasificación de apego
desorganizado/desorientado de la Situación Extraña con malos tratos y con un trauma
no resuelto en la biografía de los padres.
Hofer (1995) llevó a cabo una serie de investigaciones con crías de roedores que
evidencian la base biológica de la conducta de apego y, a partir de los estudios
realizados por él, se desprende que estar cerca de la madre e interactuar con ella va
más de una mera protección, constituyendo un componente fundamental para el
desarrollo de un sistema de regulación fisiológica y conductual.
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desinterés en el posterior reencuentro con el cuidador.
Se consideró que aquellos niños que no entraban dentro de ninguna de las categorías
anteriores tenían un patrón de apego desorganizado/desorientado.
Sistema de Cassidy y Marvin: Es una clasificación del apego para niño de edades
comprendidas entre dos años y medio, y cuatro.
La Entrevista de Apego del Niño (CAI): Es una variación de la Entrevista de Apego del
Adulto, y se trata de una entrevista establecida para niños de 8 a 14 años
La Entrevista de Apego del Adulto (AAI): Es un cuestionario elaborado por Mary Main,
que ha alcanzado importante consideración entre los psicoanalistas y consiste en una
serie de preguntas cuyo objetivo en palabras de su creadora era “sorprender al
inconsciente”. Se trata de obtener datos acerca de las vicisitudes del vínculo de apego
especialmente con las figuras parentales; interesa, sobre todo, clasificar el estado
mental del sujeto en cuanto a sus vínculos. Se valora la forma narrativa: las personas
que se explican de manera clara y sucinta, y acaban las ideas puntúan alto en
coherencia. Se observó que las personas que puntuaban alto en coherencia,
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presentaban un patrón de apego seguro.
El autor destaca que 14 estudios han relacionado las respuestas de los padres en la
Entrevista de Apego del Adulto con el tipo de apego que muestra el niño en la Situación
Extraña: la categoría rechazante del adulto se corresponde con el patrón de apego
evitativo en la Situación Extraña. Una actitud preocupada en la AAI predice un apego
ambivalente-resistente. Las entrevistas del Adulto clasificadas como no resueltas
(duelo no elaborado), predicen un modelo de apego en el niño, desorganizado /
desorientado.
Generalmente se considera que padres con personalidades más sanas tienen más
posibilidades de que sus hijos desarrollen un patrón de apego seguro.
Bowlby sostenía con firmeza que el vínculo de apego entre la madre y el niño debía de
tener consecuencias tanto en las relaciones posteriores como en la comprensión de
uno mismo y en el desarrollo o no de psicopatología. Posteriormente se han realizado
estudios para confirmar dicha hipótesis, con los resultados siguientes:
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El apego seguro en la infancia es predictor de una buena interacción entre el niño y la
figura parental a corto plazo (Slade 1987). En cambio, no se ha podido hallar una
correlación significativa entre apego seguro en la infancia y la relación posterior a los
seis años. (Grossman y Grossman 1991).
Se han realizado estudios cuyo objetivo era poner de relieve la correlación entre el
patrón de apego y algunas características de personalidad. Fonagy considera que del
resultado de estos estudios no se desprende una relación unívoca entre tipo de apego
y comportamiento manifiesto de la personalidad; mientras que, probablemente, la
modalidad de apego incide en la capacidad representacional del sujeto respecto al self,
a los otros, y a la relación con los otros.
Las investigaciones realizadas por Cassidy (1988) revelan que niños con apego
inseguro hacen descripciones negativas de sí mismos y, sin embargo, son más reacios
a admitir sus limitaciones.
Apego y Psicopatología
A) Infancia y adolescencia
Algunos estudios han encontrado las siguientes relaciones entre diferentes patrones de
apego y algunos trastornos psicopatológicos. A modo de ejemplo, citaré algunos
resultados mencionados por Fonagy.
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1979).
Síntomas disociativos a edades entre 17-19 años: patrón de apego inseguro evitativo o
desorganizado en la infancia ( Ogawa y cols., 1997).
B) Edad adulta
Según Fonagy no existen suficientes datos que permitan validar dichas afirmaciones.
Últimamente, se han realizado experiencias que ponen en relación el tipo de apego con
el resultado del tratamiento, las personas con modalidad de apego rechazante son
resistentes al tratamiento.
Blatt y cols. sostienen que la evolución de la representación del self y de los otros está
marcada por el balance entre necesidad de relación versus necesidad de
independencia. La ruptura de este equilibrio supone la aparición de psicopatología.
Blatt habla de patología anaclítica para referirse a la necesidad de relaciones que
tienen las personalidades dependientes, histriónicas, o fronterizas; estas personas
quedarían clasificadas en la categoría de apego preocupado. Mientras que la categoría
rechazante daría lugar a la patología introyectiva que caracteriza a las personalidades
esquizoides y narcisistas. Blatt aplica también estas consideraciones a la depresión,
distinguiendo la anaclítica de la introyectiva. Este planteamiento adquiere mucha
importancia como factor de predicción frente a la evolución del tratamiento.
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Fonagy subraya el interés que tiene para los psicoanalistas la investigación sobre la
conducta desorganizada, caracterizada por conductas contradictorias, estereotipias.
La conducta desorganizada de apego fue descrita por primera vez por Main y Solomon
en 1986. Main y Hesse (1990) relacionaron el apego desorganizado con un ambiente
asustado o asustador. Este tipo de apego aparece con frecuencia en niños cuyos
cuidadores inspiran miedo, por lo que se enfrentan a la situación paradójica de
necesitar protección de las figuras que a su vez provocan circunstancias
atemorizantes.
Hay evidencias de que los niños que presentan un patrón de apego desorganizado
tienen altos niveles de cortisol salival en la Situación Extraña; el cortisol se segrega en
mayor proporción en situaciones de estrés, y puede dañar el hipotálamo. En este
sentido, parece probado que la hiperactividad temprana del sistema nervioso a causa
del estrés ocasiona que, en posteriores situaciones de estrés, el organismo reaccione
de forma irregular.
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Adulto, el apego desorganizado está relacionado bien con estados mentales no
resueltos o con preocupación excesiva por el trauma. Existen evidencias de que existe
una correlación estrecha entre apego desorganizado y patologías severas
categorizadas por la teoría psicoanalítica como organización fronteriza de la
personalidad.
O´Connor y Kreppner (O´Connor y cols., 2000) han llevado a cabo un estudio sobre la
adopción, y concluyeron que la deprivación prolongada ocasionaba trastornos de
apego, dificultades en la relación con los compañeros, hiperactividad y dificultades
cognitivas.
Winnicott (1958) y Roy (2000) compararon 19 niños que vivían en aldeas infantiles con
niños que vivían en familias de acogida, y comprobaron que la hiperactividad era
mucho más acentuada en los niños de las aldeas infantiles.
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3) Modelo topográfico: enfatiza la importancia de las pulsiones biológicas.
- Puntos de convergencia:
El modelo estructural freudiano supuso una base importante para la teoría del apego.
La idea de Freud de conflicto en cuanto a oposición entre deseo y realidad tiene gran
importancia para los teóricos del apego.
- Puntos de divergencia:
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Fonagy señala que una diferencia esencial entre la Teoría de Freud y la epistemología
de Bowlby consiste en el énfasis que este último pone en la representación de la
experiencia.
El autor piensa que el punto de vista de Freud era restringido respecto a los factores
sociales y culturales que inciden en el desarrollo. Además, el hecho de situar el período
edípico entre los tres y los cuatro años resta importancia a todo lo sucedido en la
primera infancia. Acerca de este período, las formulaciones freudianas eran abstractas
y no estaban basadas en la observación.
En 1900 Freud afirma que el niño se ve forzado a buscar los objetos al fracasar en la
gratificación oral, mientras que para Bowlby el niño está especialmente interesado en la
relación con el otro. Mientras este último atribuye a la motivación de apego un carácter
primario, Freud considera que ésta es secundaria respecto de otras necesidades.
En 1920 Freud mantiene que los patrones de la infancia reaparecen en la edad adulta
en forma de compulsión a la repetición, la postura de Bowlby es opuesta en el sentido
del énfasis que éste último pone en la acumulación de experiencias relacionales.
El autor concluye este capítulo diciendo que si bien Freud ha tenido su influencia en
Bowlby, las discrepancias entre ambos superan a los puntos de vista en común. En los
siguientes capítulos se propone profundizar en el resto de modelos psicoanalíticos.
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A juicio de Fonagy, se debe a Hartmann la elaboración del modelo estructural
freudiano. La psicología del yo describe el proceso mediante el cual el yo llega a ser
una organización compleja que funciona de manera cohesiva. Dicha formación
evoluciona según una línea de desarrollo con algunos puntos de fijación. Los teóricos
modernos estructurales mantienen el modelo tripartito del psiquismo, así como la
noción freudiana de conflicto psíquico.
René Spitz
Fue uno de los pioneros en realizar investigaciones empíricas dentro del Psicoanálisis.
Se inspiró en la Teoría de Campo de Kurt Lewin, y de Embriología de Speemann.
Pensaba que los cambios más importantes en la organización mental del niño están
marcados por la emergencia de nuevas conductas y nuevas formas de expresión
emocional. Se refiere a los organizadores psíquicos, que muestran el avance de las
estructuras mentales subyacentes. La aparición de la sonrisa a los 2-3 meses
representa la diferencia entre el self y el objeto. La ansiedad de separación a los 8
meses marca la diferenciación entre diversos objetos. Subrayó la importancia del papel
de la madre y de la interacción madre-niño de la misma manera que los teóricos del
apego veían que el cuidado del adulto acelera el desarrollo de las capacidades innatas.
A pesar de las coincidencias Spitz (1960) criticó muy duramente a Bowlby tachando de
simplista el modelo teórico de este último.
Edith Jacobson
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Fonagy señala el mérito de esta autora al haber introducido en la teoría psicoanalítica
el concepto de imagos o representaciones del self y de los otros. El niño adquiere las
representaciones del self y del objeto como bueno (amoroso), y malo (agresivo),
dependiendo de las experiencias de gratificación o frustración en la relación con el
cuidador.
Eric Erikson
Al mismo tiempo que este autor se interesaba por estos temas en Viena, Bowlby ponía
las bases para el desarrollo de la teoría del apego en Londres; ambos se formaron con
Anna Freud.
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Tanto Bowlby como Erikson se vieron sometidos a duras críticas por parte de los
psicoanalistas de su época, y ambos se sirvieron de los aportes provenientes de
ciencias limítrofes al psicoanálisis.
- Puntos de divergencia
Si bien Erikson reconoce la importancia del apego, se centra más en el estudio del
individuo que en las relaciones interpersonales. Mientras que la teoría de Bowlby
considera que el vínculo de apego es de carácter primario, desde el enfoque estructural
el apego es considerado como un vínculo intermediario en el desarrollo hacia la
individuación.
Anna Freud fue una de las primeras autoras psicoanalistas que estableció una relación
entre etapas del desarrollo y trastorno psicopatológico. Además, siempre estuvo
interesada en la observación. Anna Freud y Dorothy Burlingham llevaron a cabo
observaciones dolorosas con niños que habían sobrevivido a campos de
concentración, percibiendo que estos niños, en los momentos de tensión buscaban la
cercanía con los otros, especialmente con los adultos.
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siguiente; este concepto es similar a las ideas de Bowlby acerca del crecimiento de la
personalidad.
Fonagy compara los mecanismos de defensa estudiados por ella con los patrones de
apego. En este sentido, el autor considera que éstos son construidos por el niño para
afrontar la interacción con los cuidadores, y el patrón de apego evitativo puede estar
relacionado con el mecanismo de evitación descrito por Selma Fraiberg (1982).
Ahora bien, hay una diferencia fundamental entre el enfoque de Bowlby y el de Anna
Freud. Ésta, a pesar de valorar la interacción entre el niño y la madre, atribuía a dicha
relación un carácter sexual. Por otra parte existen discrepancias entre las
observaciones de Anna Freud y sus formulaciones teóricas, a las que permaneció
fijada.
Mahler
Mahler y cols (1975) observaron que algunas madres, en el reencuentro con el bebé,
respondían retirándose o con agresión, y que la respuesta de los niños era similar a la
de los pacientes límites. Masterson y Rinsley (1975) y, más tarde, Rinsley (1977, 1982)
profundizaron en la teoría de Mahler, comparándola con las formulaciones de Bowlby;
el resultado de estas investigaciones les llevó a afirmar que los pacientes “borderline”
tienen un conflicto entre el deseo de independencia y el miedo ante la amenaza de la
pérdida de amor.
Para Mahler es importante ver cómo el niño toma conciencia de sus límites corporales,
y tiene muy en cuenta el papel que desempeña el cuidador en el desarrollo del self
corporal. Este concepto adquiere mucha importancia en las patologías severas, puesto
que en estos casos, los pacientes tienen una imagen caótica de su cuerpo. Debido a
ello, en ocasiones se ocasionan automutilaciones o padecen de anorexia severa.
Fonagy valora también muy positivamente esta concepción de la autora, porque nos
permite una mayor comprensión de la agresividad.
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Es interesante reconsiderar los puntos de vista de Mahler comparándolos con los
descubrimientos recientes acerca de que formas de apego organizado e inseguro no
deben ser consideradas como formas de apego patológicas.
- Puntos de contacto y divergencias entre la obra de M. Mahler y los teóricos del apego.
En cuanto a las diferencias entre ambos modelos, el autor subraya que Mahler
considera que hacia los cuatro meses comienza un período en que es necesaria la
diferenciación entre el self y el otro. Por su parte los teóricos del apego sostienen que
el foco del desarrollo en el período comprendido entre los 4 y los 18 meses, es la
relación con la madre. Ésta proporciona al niño una base segura, desde la cual
relacionarse con los otros. Por otra parte, la autora considera las conductas
independientes o ambivalentes como normales, mientras que Bowlby y sus discípulos
piensan que estas conductas están motivadas por la ansiedad derivada de la
separación.
Sandler
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embargo, Sandler está interesado en investigar la distorsión de las representaciones
debido a estados mentales internos, no prestando atención a la influencia de factores
externos.
Este autor considera que los patrones de relación de la primera y segunda infancia
pueden actualizarse en las relaciones adultas, lo que concuerda con los Modelos de
Funcionamiento Interno.
“Ha sido, sobre todo, a partir del trabajo fundamental de Sandler que la mayoría de los
estudiosos del Psiocanálisis que han adoptado el marco teórico del desarrollo estarían
de acuerdo, actualmente en que las estructuras cognitivas del self y del otro regulan la
conducta del niño con el cuidador y más adelante la conducta de todas las relaciones
significativas subsiguientes dentro de las cuales hay que incluir, finalmente, las
relaciones con sus propios hijos” (pág 86).
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Británica; y Kohut y Modell en Estados Unidos.
Esta autora asume el concepto de instinto de muerte, que condiciona según ella la
relación que el niño establece con el mundo interno. Además, Melanie Klein realiza una
descripción de las dos posiciones fundamentales del psiquismo (Klein 1935): la
posición esquizo-paranoide en la que el sujeto establece una relación parcial con el
objeto, y la posición depresiva, en la cual el sujeto establece una relación con una
imagen amada y odiada al mismo tiempo. Otra aportación kleiniana de considerable
importancia es su concepto de identificación proyectiva (Klein 1946), que supone la
externalización de partes del yo. Es importante destacar el carácter interactivo de este
mecanismo. En este sentido, Bion distingue entre identificación proyectiva normal que
permite la empatía, y la identificación proyectiva patológica que supone falta de
comprensión.
Fonagy enumera una lista de conceptos kleinianos estableciendo una relación entre
ellos y las respuestas obtenidas en la Entrevista de Apego del Adulto. Voy a citar
algunos ejemplos:
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continente se asemeja a las formulaciones de Sroufe, quien piensa que la relación de
apego es el elemento fundamental de la regulación emocional (Sroufe 1990, 1996).
Fonagy considera que Bowlby estaba influenciado por el concepto de las relaciones
objetales primarias de Balint. Sin embargo, para los teóricos del apego, esta motivación
está desprovista del contenido oral que Balint le atribuye. Este autor sostiene que el
niño, para afrontar las situaciones de ansiedad, utiliza dos tipos de defensas
características: la actitud ocnofílica, descrita como una dependencia excesiva del otro;
y la actitud filobáctica, que consiste en un sentimiento de desagrado ante el apego;
dicha actitud se corresponde con el narcisismo desde un punto de vista psicoanalítico,
y con un patrón de apego separado/ rechazante, mientras que la actitud ocnofílica es el
equivalente al patrón de apego resistente/preocupado.
Winnicott
Este autor considera que la fuerza o la debilidad del yo depende de la capacidad del
cuidador de dar una respuesta adecuada a la dependencia del bebé en edades muy
tempranas. Por ello, la sensibilidad materna adquiere mucha importancia en los
primeros años de vida. Este punto de vista es compartido por los teóricos del apego, si
bien ellos también tienen en cuenta la figura del padre, y la interacción de éste con el
niño.
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El concepto de madre suficientemente buena, que tiene algunos fallos, coincide con la
observación de los teóricos del apego, quienes han comprobado que un grado de
aceptación moderada es más favorable para el desarrollo que una comprensión
perfecta.
Este autor piensa que no es conveniente que el bebé tenga que afrontar la realidad
tempranamente, puesto que en dicho caso se vería obligado a asumir funciones que
aún no ha desarrollado ya que todavía no ha tenido lugar la formación del self
verdadero. Un ambiente proveedor de contención posibilita la capacidad del niño para
la fusión de la agresión y el amor.
1. La seguridad nace del hecho de experimentar el mundo interno. Ante la ansiedad del
niño el cuidador seguro debe transmitir calma mediante una respuesta que
simultáneamente recoja la ansiedad del bebé y le proporcione un afecto incompatible
con su malestar.
Fonagy piensa que la esencia del descubrimiento de Winnicott es que el verdadero self
sólo puede evolucionar en presencia de una persona no intrusiva que permita al niño
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vivenciar la continuidad de ese self. Es preciso que el cuidador mantenga o restaure su
propio sentimiento de bienestar para que pueda regular la ansiedad del bebé. En
resumen, este autor piensa que cuando no hay un maternaje suficientemente bueno se
producen distorsiones que pueden alterar el desarrollo del self verdadero.
El autor, citando a Bretherton y cols (1979), alude a la afirmación de los teóricos del
apego de que la armonía de la relación madre-niño contribuye a la emergencia del
pensamiento simbólico. Continúa Fonagy mencionando sus investigaciones y
desarrollos acerca de la relación entre apego seguro y capacidad de mentalización.
- Puntos de divergencia
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La teoría de Winnicott tiene un carácter instintivo. El concepto de falso self se basa en
el planteamiento de que los estímulos internos pueden resultar traumáticos para el niño
cuando el cuidador no es capaz de contener las demandas.
En este capítulo Fonagy revisa los puntos de vista de Modell, Kohut y Kernberg.
Modell
La descripción realizada por este autor de las personalidades narcisistas nos recuerda
a la descripción de apego evitativo. Así, este autor sostiene que estas personas, al no
poder confiar en cuidadores sensibles, desarrollan un self compensatorio, por lo cual la
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autonomía que creen tener es de carácter defensivo.
En 1963 Modell define por primera vez la relación transicional de los pacientes
fronterizos. Este autor sostiene que los pacientes con trastornos límite de la
personalidad utilizan a las personas como objetos inanimados para tranquilizarse. En
este sentido, dicha descripción evoca la realizada por Main y Hesse (1990), cuando
éstos exponían que los individuos traumatizados han tenido una relación con los
padres de tipo asustado-asustador. Considera que las personalidades fronterizas
tienen una personalidad escindida de sí mismos, lo que les conduce a lo que él
denomina dilema espantoso entre la tendencia a la extrema dependencia y el terror a la
proximidad.
- Puntos de divergencia
Además considera que las relaciones objetales son una necesidad adaptativa y no un
mecanismo emocional como defiende Bowlby.
Heinz Kohut
- Puntos de contacto
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Kohut sostiene que el apego es una motivación necesaria para la adquisición y el
mantenimiento de un self cohesivo. Dicha formulación es central en el desarrollo de su
teoría sobre la psicología del self. Este autor, vincula el desarrollo del self a la función
especular o a la sensibilidad maternal. Kohut piensa que el complejo de Edipo obedece
al fracaso de los padres para reaccionar empáticamente al crecimiento del niño, y por
ello, responden con agresividad y seducción al niño edípico.
Fonagy cita a Lichtenberg (1989), autor kohutiano que afirma que el apego es uno de
los cinco sistemas motivacionales, a pesar de que mantiene otras motivaciones
tradicionales como son la libido y la agresividad.
Fonagy enfatiza el concepto de rabia narcisista que está al servicio de proteger al self
de los sentimientos de vulnerabilidad infantil.
- Puntos de divergencia
Fonagy piensa que este autor no define con claridad el concepto de self, puesto que
por una parte lo considera una representación, y al mismo tiempo le atribuye las
propiedades de una motivación, tales como expectativas.
Además, este autor, al igual que muchos psicoanalistas, realiza una descripción de la
omnipotencia del bebé en términos adultomórficos.
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Otto Kernberg
- Puntos de contacto
Fonagy afirma que las coincidencias entre este autor y Bowlby son menos de las que
podría esperarse, lo que resulta más llamativo si tenemos en cuenta que ambos
mantienen un interés común por la experiencia. En este sentido, Kernberg es el único
psicoanalista que ha confeccionado un manual de psicoterapia.
La descripción que este autor realiza de la patología neurótica tiene ciertos puntos de
similitud con el modelo propuesto desde la teoría del apego. En este sentido, Kernberg
considera que los individuos capaces de integrar representaciones ambivalentes tienen
un alto nivel de organización de la personalidad. La patología severa que él describe
podría relacionarse con una disfunción generalizada de los Modelos de Funcionamiento
Interno. Ha estudiado en profundidad las personalidades fronterizas que tienen
cambios rápidos. Este autor atribuye dichas variaciones a que la tríada self-objeto-
afectos está muy poco integrada. Además las representaciones en este tipo de
personalidad tienen el carácter de objeto parcial; este aspecto lo podemos relacionar
con un patrón de apego inseguro que favorece dicha modalidad de las
representaciones. Kernberg afirma que el trastorno límite de la personalidad lleva
aparejado un sentimiento difuso de la identidad que puede deberse a sentimientos de
self contradictorios, constituidos por representaciones del sí mismo como víctima y
como verdugo. Esta descripción es similar a la modalidad de apego desorganizado
descrito por los teóricos del apego.
- Puntos de divergencia
Fonagy señala que este autor, a diferencia de los teóricos del apego, no atribuye una
importancia especial a las experiencias tempranas. En otro aspecto, Kernberg
mantiene el concepto clásico de pulsión, aunque Fonagy considera que ello puede
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deberse al hecho de no querer distanciarse del psicoanálisis norteamericano. Este
autor afirma que la aparición de los trastornos límites de la personalidad se debe a la
intensidad de pulsiones agresivas unida a una debilidad del yo. En este sentido, se
contradice con la teoría del apego que sostiene que la consideración de una
agresividad innata es reduccionista.
Kernberg sostiene que Bowlby no considera el mundo interno del niño. A juicio de
Fonagy, esta observación es injusta si tenemos en cuenta el concepto de Modelos de
Funcionamiento Interno.
Daniel Stern
El autor subraya el papel que desempeña Stern como nexo de unión entre las teorías
del desarrollo y psicoanálisis. Este autor ha continuado la tradición de autores
psicoanalíticos como René Spitz y Mahler, los cuales han desarrollado sus teorías a
partir de la observación. Daniel Stern ha elaborado una teoría acerca del desarrollo del
self en el que distingue cuatro fases:
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Además, este autor ha realizado una elaboración del concepto de Modelo de
Funcionamiento Interno. En este sentido, destaca su concepción de momento
emergente, que se refiere a la integración subjetiva de todos los aspectos de la
experiencia vivida, y deriva de representaciones esquemáticas de sucesos y
representaciones semánticas o esquemas conceptuales; a ellos añade otras dos
variedades de representación, a las que denomina: configuraciones de sentimientos y
estructuras protonarrrativas. Todo ello forma una red que él denomina “esquema de
una manera de estar con”. Compara Fonagy esta concepción de Stern con el proceso
de distribución paralela descrito por la teoría cognitiva. (Rumelhart y McClelland 1982).
- Puntos de divergencia
Por otro lado, la afirmación de este autor acerca de que los Modelos de
Funcionamiento Interno están formados por los esquemas de “maneras de estar con”
aún no ha podido demostrarse.
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perspectiva interpersonal dentro del psicoanálisis.
Subraya que una aportación considerable de este enfoque ha sido la del reemplazo del
modelo de analista neutro defendido por los autores clásicos por un modelo de analista
que es participante y que contribuye a crear la situación analítica. Desde esta
perspectiva se sustituye lo intrapsíquico por lo intersubjetivo. Este enfoque nace dentro
del psicoanálisis americano, influenciado por los interpersonalistas, quienes toman
como núcleo fundamental de la labor analítica el trabajo sobre el aquí y ahora de la
relación.
Fonagy cita a Mitchell como uno de los analistas norteamericanos que nos ha descrito
con mayor profundidad el modelo relacional. Mitchell sostiene que la experiencia
individual se constituye a partir de la matriz relacional.
- Puntos de contacto
El autor refiere que Sullivan describe las primeras interacciones entre el bebé y su
medio circundante como moldeando las capacidades innatas del bebé. En este sentido,
Sullivan atribuye la aparición de conflictos a factores procedentes del entorno. Además,
en el marco de las relaciones interpersonales, desde ambos enfoques, se otorga una
significación muy especial a la relación diádica.
Por otra parte, Fonagy enfatiza que los psicoanalistas pertenecientes a esta corriente
sostienen que las vicisitudes del pasado tienen su incidencia en el presente, sobre todo
a nivel de memoria procedimental.
El nexo de unión más importante entre ambas teorías se refiere a la relación que
ambos establecen entre pulsiones biológicas y el campo relacional, y en este sentido
destaca la valiosa descripción que realiza Mitchell de la agresividad y la sexualidad
como constituidas a partir de la matriz relacional.
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El autor destaca la descripción realizada por Fairbairn de “apego a objetos
inalcanzables”. En este sentido, podemos establecer una comparación con la noción de
“apego a un cuidador maltratador”, definida por los teóricos del apego. Además, la
descripción de Fairbairn supone una profundización en los mecanismos psíquicos
subyacentes que mantienen este tipo de comportamientos.
- Puntos de divergencia
Fonagy afirma que en algunos autores las formulaciones psicoanalíticas y las del
apego se hallan entrelazadas de tal manera que es difícil incluirlos en uno de los dos
enfoques.
Karlen Lyons-Ruth
Esta autora tiene el mérito de proponer un modelo teórico coherente entre el desarrollo
psicoanalítico actual y los hallazgos obtenidos desde la teoría del apego. Lyons-Ruth
ha realizado importantes investigaciones acerca del apego desorganizado en la
infancia.
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Fonagy revisa dos conceptos importantes trabajados por la autora: el modelo
psicoanalítico de apego desorganizado y el modelo de diátesis relacional (Lyons-Ruth y
cols. 1999 a). Para ella, el apego desorganizado está relacionado con estados
mentales no resueltos respecto a pérdidas o traumas y con un comportamiento del
cuidador como asustado-asustador. Según plantea, el patrón de apego desorganizado
está en función de dos parámetros: la severidad del trauma y la calidad de las
relaciones de apego. Si el nivel de protección es deficitario puede presentarse la
conducta desorganizada a pesar de no haber experiencias traumáticas.
Morris Eagle
Este autor sugiere que la teoría del apego ha surgido como reacción a ciertos
planteamientos psicoanalíticos tradicionales. Eagle pone de relieve una diferencia
fundamental entre el psicoanálisis y la teoría del apego. Así, mientras el primero señala
que la principal causa de patología son los factores internos, los teóricos del apego
consideran que los factores externos desempeñan un papel determinante en el
desarrollo de la personalidad.
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planteamientos de Fairbairn y los de Bowlby, afirmando que el vínculo con los objetos
significativos produce un sentimiento firme de self.
Jeremy Holmes
Este autor ha llevado a cabo la elaboración de una psicoterapia de la teoría del apego.
Por otra parte, establece un paralelismo entre la teoría kleiniana y la teoría del apego,
realizando un análisis comparativo entre los tres patrones de apego definidos, y las
posiciones descritas por Melanie Klein; de esta manera relaciona el apego seguro con
la posición depresiva puesto que los individuos clasificados dentro del patrón de apego
seguro son capaces de percibir al objeto de una manera constante. Esto les permite el
encuentro con la figura significativa, así como la separación de dicha figura. En cuanto
a los patrones de apego inseguro, tanto los clasificados de apego evitativo como los
clasificados de ambivalente presentan miedo a intimar y una escisión del self, lo que en
el pensamiento kleiniano se correspondería con la posición esquizo-paranoide.
Holmes señala una diferencia fundamental entre psicoanálisis y teóricos del apego:
estos últimos consideran que tanto el bebé como la mamá se buscan el uno al otro
para relacionarse, mientras que desde una perspectiva psicoanalítica clásica,
representada por Margaret Mahler, el desarrollo del niño consiste en una diferenciación
progresiva respecto de la madre.
Este autor sostiene que el psicoanálisis se podría beneficiar si retoma las bases
biológicas de la teoría del apego. Holmes profundiza en los resultados obtenidos en
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una investigación con macacos cuyas madres no podían atender demasiado tiempo a
sus crías debido a la necesidad de buscar el alimento; cuando estas crías llegaban a la
edad adulta se mostraban hiperreactivas a una sustancia noradrenérgica e
hiporreactivas a una sustancia serotoninérgica; lo que le lleva a afirmar que la
afectividad dota al niño de un sistema defensivo que lo capacita para discriminar entre
situaciones de seguridad y situaciones de peligro. Esta afirmación está relacionada con
la desregulación característica de los pacientes “borderline”.
Con respecto a la terapia, Fonagy expone que este autor no comparte el pensamiento
de Bowlby de que la psicoterapia consiste únicamente en dotar al individuo de una
base segura, aunque Holmes está de acuerdo en que las necesidades de apego
persisten durante toda la vida, y que van evolucionando a lo largo del desarrollo.
Arietta Slade
El autor pone de manifiesto el papel que desempeña Slade, dentro del psicoanálisis
norteamericano, en lo que se refiere a la integración de conceptos importantes
provenientes de la teoría del apego, de los cuales llevó a cabo una revisión en 1999,
proporcionándonos una nueva perspectiva desde la cual observar al paciente y la
relación terapéutica.
33
presentes.
Slade propone aplicar conceptos provenientes de la teoría del apego para realizar una
revisión de la técnica psicoanalítica, sosteniendo que la clasificación de Main y
Goldwyn además de otros medios diagnósticos, puede ayudarnos en la comprensión
de los pacientes. Esta autora piensa que las distorsiones en el lenguaje son una
manifestación de los esfuerzos que el niño realiza para conservar el vínculo con la
figura de apego, aunque ello suponga la escisión de sus sentimientos y percepciones.
Alicia Lieberman
Fraiberg alude a tres formas terapéuticas además del “insigth”: intervención breve de
crisis, orientación del desarrollo y tratamiento de apoyo. Según la teoría del apego, la
interacción entre el bebé y la madre es una ocasión privilegiada para observar el
Modelo de Funcionamiento Interno que tiene la madre, es habitual que ésta se
identifique con su bebé y aparezcan restos de su propia experiencia cuando ella era
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bebé. Las experiencias internalizadas de apego temprano generan una estructura que
sirve para clasificar y codificar la experiencia de cuidar a un bebé. La actitud empática
del terapeuta produce modificaciones en los Modelos de Funcionamiento Interno;
además una perspectiva que contemple los principales conceptos de la teoría del
apego nos ayuda a entender mejor a los padres y nos proporciona una comprensión
mayor acerca de cuál puede ser la experiencia interna del bebé.
Capítulo 12: ¿Qué tienen en común las teorías psicoanalíticas y las teorías del apego?
En este capítulo Fonagy repasa los principales puntos de convergencia entre ambas
teorías.
Tanto Freud como Bowlby comenzaron el desarrollo de sus teorías partiendo de las
consecuencias que para el psiquismo tienen las carencias afectivas tempranas (Freud
1854, Bowlby 1944). Fonagy sostiene que Freud nunca abandonó por completo la
teoría de la seducción. Además, Bowlby no fue el primer psicoanalista en subrayar la
importancia de los factores interpersonales puesto que Ferenczi ya había destacado
las dificultades de los adultos para comprender el lenguaje del niño y las
consecuencias que se podrían derivar de ello.
Fonagy señala que desde ambos enfoques se considera la repercusión que las
primeras etapas tienen en el desarrollo posterior. En este sentido, menciona a Melanie
Klein y a Kohut; éste último ha relacionado el papel de la figura parental significativa de
las primeras etapas con el desarrollo de la autoestima.
Además tanto el psicoanálisis como la teoría del apego sostienen que la sensibilidad
maternal juega un papel decisivo en el desarrollo de la psique. Por una parte, la teoría
del apego incluye las características del cuidador y, desde otro punto de vista, el
modelo psicoanalítico contempla las consecuencias que esta cualidad parental tiene
para el desarrollo del self. El autor cita algunos términos psicoanalíticos para referirse a
la sensibilidad maternal: “contención”, “madre suficientemente buena” y “empatía”.
Desde los dos enfoques estudiados, se piensa que lo adecuado para que se dé un
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desarrollo sano es un nivel moderado de comprensión, siendo necesario que el niño
experimente leves frustraciones.
Mary Main y otros autores como Bretherton han profundizado y desarrollado la teoría
de Bowlby. Fonagy destaca la importancia que han tenido las investigaciones de Main
que han correlacionado la conducta del niño en la Situación Extraña con el discurso de
los padres, especialmente con la manera en que los padres se dirigen a los niños, lo
que ha llevado a la teoría del apego a incidir en la memoria procedimental.
El autor considera que la discriminación entre los sucesos mentales y los sucesos del
mundo físico tiene lugar de una manera gradual. Al comienzo, en la mente del niño hay
equivalencia psíquica entre ambos tipos de fenómenos; más adelante, en el contexto
de una relación próxima y segura, el niño consigue integrar ambas perspectivas e ir
construyendo la realidad psíquica.
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lugar a trastornos posteriores del desarrollo. La madre puede reflejar el estado
emocional del bebé pero sin modular. En este caso, el niño se abruma y ello da lugar a
la equivalencia psíquica. Otra situación opuesta es aquélla en que la madre ignora la
ansiedad del bebé y ello da lugar a que el niño desarrolle defensas disociadas. Dentro
de una relación que da contención y seguridad, la madre despliega una variedad de
afectos ante la ansiedad del niño, con el fin de proporcionarle una emoción de otro
signo, de modo que al niño se le transmite la idea de que no ocurre nada grave.
El papel del trauma como impedimento para la integración de los dos modelos de
realidad psíquica
Martin y Hesse (1992) han enfatizado los perjuicios que puede ocasionarle al niño tener
una madre asustada. Cuando el niño percibe a la madre como alguien que se asusta
percibe al objeto como parte del self y vive su estado mental como peligroso.
Fonagy refiere la dificultad de mentalización que tienen los pacientes fronterizos, lo que
les lleva a una rigidez en la forma de relacionarse con los demás y a una dificultad en la
comprensión del mundo, por lo cual el cambio terapéutico se hace muy difícil. En el
momento en que la realidad no concuerda con su esquema les queda un sentimiento
de vacío. Además, sus relaciones interpersonales se hallan restringidas como también
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la experiencia del self. Estos pacientes presentan la equivalencia psíquica, la realidad
psíquica adquiere para ellos un carácter objetivo, lo que les lleva a una incapacidad
para pensar en la existencia de otras perspectivas desde la cual contemplar el mismo
suceso.
El concepto de apego
Los trabajos de Anna Freud acerca de los efectos causados en los niños por la
separación de sus padres, debido a la guerra revelan comportamientos de apego. A
pesar de ello, esta autora se mantuvo firme en las críticas a Bowlby.
Fonagy continúa diciendo que autores procedentes del ámbito psicoanalítico han
descrito modelos de conducta que se asemejan mucho a los patrones descritos por los
teóricos del apego. En este sentido, cita a algunos autores como Rosenfeld, Balint y
Klein. El autor sostiene que el concepto psicoanalítico de identificación proyectiva nos
puede ayudar a comprender el patrón de apego desorganizado descrito por Main y
Solomon en 1990. Los niños con este tipo de apego muestran una actitud de control
hacia los cuidadores. Ello parece deberse al hecho de tener que tolerar un nivel
importante de confusión y de hostilidad por parte del cuidador, y con las imágenes
internalizadas de éste; el niño, al no poder integrar dichas representaciones, se ve
empujado a externalizarlas.
Capítulo 13: ¿De qué manera puede la teoría del apego beneficiarse de los “insights”
psicoanalíticos?
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El autor sostiene que es necesario profundizar en las formas que el niño tiene de
distorsionar los sucesos exteriores y en las causas que determinan dichas alteraciones
en la percepción.
La proximidad del cuidador en un estado que sintoniza con el del niño, permite la
internalización de un estado mental que puede constituir la raíz de una representación
de segundo orden de este estado de ansiedad y, finalmente permite una comprensión
simbólica de los estados internos de la mente humana (pág. 198)
Además, el psicoanálisis puede aportar a la teoría del apego una mayor comprensión
de la psicopatología. Por ejemplo, la descripción de Kernberg de las personalidades
fronterizas puede articularse con los Modelos de Funcionamiento Interno. En este
sentido, Fonagy señala que sería conveniente que los investigadores del apego
profundizaran en la rápida alternancia de diferentes Modelos de Funcionamiento
Interno, que suele ir acompañada de inhibición de la función reflexiva.
En este capítulo, el autor nos brinda una síntesis de las principales ideas desarrolladas
en el libro acerca de la articulación entre teoría del apego y psicoanálisis. Como ha
quedado demostrado a lo largo del libro, ambos enfoques tienen fundamentos y
objetivos comunes, si bien unos y otros han mantenido las distancias. La teoría del
apego ha seguido una tradición próxima a la psicología experimental; interesándose
sobre todo en las clasificaciones del apego y alejándose de una tradición psicoanalítica
que estudia los trastornos severos de la personalidad. Este libro es un intento de
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integración entre los modelos estudiados, y de mostrar los beneficios que podrían
resultar de ello.
Comentario personal
Considero que el libro de Fonagy nos aporta una visión bastante completa de los
principales avances realizados desde la teoría del apego y, al mismo tiempo, supone
una síntesis de autores psicoanalíticos, centrando su interés en aquellos conceptos
que tienen una posible relación con las investigaciones realizadas por Bowlby y sus
discípulos.
Por otra parte, me parece excelente el trabajo que están realizando algunos autores
que articulan el enfoque psicoanalítico con el de la teoría del apego. Pienso que todos
estos conocimientos son de un valor inestimable para la clínica infanto-juvenil.
NOTAS
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(1) Anteriormente denominada “Middle Group” o Grupo Intermedio, al no enrolarse sus componentes ni
en la Escuela Kleiniana ni entre los seguidores de Anna Freud cuando se produjo la separación dentro
de la Sociedad Psicoanalítica Británica.
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