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EL TANGO INSTRUMENTAL resto.

Tanto Flores como Cobián tuvieron carre-


1920–1935: LA ERA DE ras artísticas brillantes pero discontinuas. Por
LOS SEXTETOS su parte, Fresedo se consolidó como la figura
Omar García Brunelli fundamental del desenvolvimiento instrumental
del tango en esos primeros años 20, no solo por
Una de las principales diferencias que existen la solidez de su labor como arreglador y direc-
entre el período que estudiamos y la etapa que tor, sino también por su actuación sistemática
finaliza en 1920, es el grado de sofisticación y e ininterrumpida. Canonizó una línea estilística
perfeccionamiento en la interpretación instru- sobria que llamaremos fresedeana, de fraseo
mental de los tangos. El sencillo cuarteto que melódico sutil, que emplea el rubato del tango
configuraba la primera orquesta típica de los con delicadeza, sin estridencias (No salgas de tu
años 10, se fue convirtiendo en el sofisticado barrio, I, 21). En lo orquestal se apoyó en un so-
sexteto de los años 20. A la uniformidad y mo- nido bien amalgamado y un discurso melódico
notonía de las primeras versiones la sustituyó claro, en el que predominaban las cuerdas en
una nutrida gama de recursos instrumentales tanto que los bandoneones se limitaban a cum-
con diversas posibilidades estilísticas. La fecha plir casi una función tímbrica realizando muy
de corte entre ambos períodos, 1920, es coinci- pocos solos. Casi inmediatamente, surgido de
dente con las grabaciones de la Orquesta Típica la orquesta de Cobián, Julio de Caro comenzó
Select, cuyas versiones son culminación de las a dirigir una orquesta también de corte renova-
realizaciones de la etapa inicial del tango a la dor, que se contrapondría estilísticamente a la
vez que un anticipo de los grandes logros que de Fresedo, conformando, con igual calidad ins-
sobrevendrían en los años siguientes. No obs- trumental e interpretativa, la estética decarea-
tante, el proceso de cambio que lleva de una na, cuyo fraseo aplica un rubato más acusado y
etapa a la siguiente se desarrolló aproximada- los pasajes orquestales alternan con frecuentes
mente entre 1917 y 1924 y se debió a varios intervenciones solistas.
aspectos concurrentes: la aparición de instru- Las tres líneas estilísticas, una tradicional y
mentistas con estudios formales, la generali- dos progresistas, se expresaron a través de la
zación del uso de arreglos instrumentales y la nueva formación orquestal estándar de esos
definición de nuevos estilos interpretativos, di- primeros años: el sexteto integrado por dos
ferenciados del que se practicaba en la etapa violines, dos bandoneones, piano y contrabajo.
anterior, que implicaron además la creación de Los estilos se manifestaron a través de los arre-
nuevas escuelas estéticas. glos instrumentales que comenzaron a ser por
En efecto, por una parte en los primeros años entonces un recurso ineludible. No se trataba
de la década de 1920 persiste una base esti- aún de arreglos completamente escritos, sino
lística instrumental de ejecución sencilla, poco de la utilización común por parte de los músicos
variada y de marcación rítmica un tanto macha- de una partitura básica, en general la partitura
cona, que podemos denominar corriente tradi- para piano, que funcionaba como un resumen
cionalista. En la muestra están representadas de la obra. Sobre ella se podía hacer algún agre-
por las grabaciones de Roberto Firpo: Tata viejo gado escrito, como por ejemplo la escritura de
(I, 2); Cuando llora la milonga, (II, 2), Francisco “armonías” (contracantos) de violín. El arreglo
Canaro: Cuesta arriba (I, 7) y Juan Maglio “Pa- definitivo se lograba merced a la adopción de
cho”: Sin drenaje (I, 8); La guardia vieja (II, 9), acuerdos previos entre los integrantes del con-
pioneros exitosos de la década de 1910. En for- junto, para realizar las diferentes combinaciones
ma paralela, a la subsistencia de la modalidad instrumentales posibles, la inclusión de solos, la
tradicional, surgió una línea estilística progre- ejecución de tutti y, en fin, el orden de la exposi-
sista cuyos principales exponentes, al frente de ción de las secciones. Es decir que se trataba de
sus respectivas orquestas, fueron Carlos Vicente arreglos memorizados, realizados grupalmente
Geroni Flores: La pecadora (I, 6), Juan Carlos y que no estaban escritos en su totalidad. El
Cobián: Shusheta (I, 5) y Osvaldo Fresedo: Los arreglo, además de conferir variedad a las inter-
dopados (I, 3). No fueron ellos los únicos, pero pretaciones, sirvió para aprovechar la habilidad
su carácter de destacados instrumentistas, com- instrumental de los integrantes. Es muy proba-
positores y directores los hace resaltar sobre el ble que la desaparición de la tercera sección de

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los tangos, que ocurre progresivamente durante El africano (II, 11), Pedro Maffia: La mariposa
estos primeros años de la etapa (como se men- (II, 17), Carlos Marcucci: Mi dolor (II, 15), An-
ciona en otros aparados de este cuadernillo), se selmo Aieta: Sandía calada (II, 18) y el binomio
deba a que ya no era necesario el Trío (tercera Donato–Zerrillo: De milonga corrida (II, 13),
sección contrastante) para dar variedad a las entre los que accedieron a las grabaciones,
interpretaciones, que ahora se lograba con las y el binomio de Elvino Vardaro y Osvaldo Pu-
distintas combinaciones y recursos instrumenta- gliese y el sexteto de Elvino Vardaro como dos
les y la inclusión de solos. legendarias agrupaciones que no alcanzaron a
Desde los primeros registros de 1924, se ob- registrar fonogramas comercialmente. Algunos
serva que De Caro, además de haber asimilado de ellos tienen una línea estilística más tradi-
a la perfección las experiencias que venían rea- cional, como por ejemplo los dirigidos por Ed-
lizando Cobián y Fresedo, le imprime al conjun- gardo Donato (III, 6) y Francisco Lomuto (I, 11);
to una modalidad estilística diferente. Admite otros se acercan más al corte decareano, con
una participación más destacada de los bando- matices, como Cayetano Puglisi (II, 11) o Luis
neones, cada sección de los tangos es encara- Petrucelli (I, 25), y otros como Carlos Di Sarli
da con distintas combinaciones instrumentales, manifestaron su clara adscripción a la estética
o aún dichas combinaciones varían dentro de fresedeana (II, 6).
la misma sección, y en casi todas las versiones Para competir entre sí y satisfacer la amplia
hay solos de piano, violín o bandoneón (De an- demanda, los sellos grabadores dispusieron
taño, II, 14). El sexteto comienza a funcionar además de conjuntos institucionales: la Orques-
entonces casi como un conjunto de cámara ta Típica Victor : Justo el 31 (II, 23), la Orquesta
más que como una orquesta, definiéndose así Típica Brunswick: Qué bomboncito (II, 24), la
estilísticamente, en una modalidad distinta a la Orquesta Típica Columbia: Nena (III, 5), y ade-
de Fresedo, tal vez más compleja para la au- más pequeños conjuntos como el Trío Victor:
dición y la danza, pero con más proyección e Recóndita (II, 16), con los que las empresas del
influencia a lo largo de los años. El estilo deca- disco sacaban provecho de los artistas estables
reano es más permeable que el de Fresedo a la de la casa, como, por ejemplo, el violinista El-
influencia del fraseo gardeliano que, como se vino Vardaro, considerado uno de los músicos
describe en el apartado que se ocupa del tango más importantes del género. Esta abundancia
cantado, emplea un complejo rubato. La reali- benefició también a los cantores y cancionistas,
zación melorítmica del violín de De Caro y de como se describe en el apartado correspondien-
los sucesivos dúos de bandoneonistas del con- te, y la gran demanda de piezas para conformar
junto, al emplear ese rubato más acentuado, repertorios diferentes para los catálogos de las
es más vehemente que la fresedeana, lo que grabadoras acicateó la producción de los com-
le da una configuración más arrebatada a las positores.
realizaciones. La crisis del 30 interrumpió el sostenido éxi-
En resumen, en el primer lustro del período to del tango. Desde entonces y hasta 1935, la
que estudiamos, se plasmaron en lo instrumen- subsistencia de los conjuntos se vio comprome-
tal las dos nuevas líneas estilísticas que, junto tida. Muchos se disolvieron por falta de trabajo,
con la tradicionalista, configuraron las estéticas dejando la empequeñecida escena musical tan-
alrededor de las cuales se irían adscribiendo sus guística en manos de aquellos más prestigiosos
sucesores, directos o indirectos, durante toda la y populares: Canaro, Fresedo, De Caro, entre
historia del género. otros pocos, además de algunas orquestas insti-
En lo que resta de la década del 20, el tango tucionales. La cantidad de grabaciones además
gozó de un auge formidable. La enorme popu- se redujo drásticamente al reducirse el poder
laridad que alcanzó se tradujo en la formación adquisitivo de los consumidores.
de innumerables conjuntos, casi todos sexte- El final del período se caracteriza por un gra-
tos, que proliferaron al extremo de que se suele dual cambio de moda. Los estilos más comple-
llamar a estos años “la era de los sextetos”. jos decaen frente al surgimiento de una nueva
Los directores más notorios de estos conjuntos modalidad de corte más bien tradicionalista. Es
fueron Francisco Pracánico: Pasionaria (I, 22), así que el sexteto de Elvino Vardaro, de ricos
Luis Petrucelli: Ranún (I, 25), Cayetano Puglisi: arreglos decareanos, no logra acceder al disco

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Mercedes Simone,
Libertad Lamarque
y Alberto Gómez
en Radio Belgrano.

(el ejemplo que se incluye en la selección, Ti- En realidad, el cambio de moda no se debe
gre viejo (III, 25), es el único testimonio que ha solo al influjo de Juan D’Arienzo. Los vehemen-
quedado, y se trata de un acetato de prueba), tes rubati decareanos, las interpretaciones en
en tanto que simultáneamente comienza sus un tempo más pausado y cargados de adornos,
actuaciones la orquesta de Juan D’Arienzo, que solos y puentes virtuosísticos, la riqueza de la
ofrece arreglos sencillos y repetitivos: 9 de julio sonoridad orquestal fresedeana, dejan su lugar
(III, 24), un ritmo regular y bien marcado y un a un tipo de expresión más sencilla y clara, me-
poco más acelerado que el vigente durante toda nos cargada. Se generaliza también la ejecución
esta etapa, características que, con algunas va- a un tempo más veloz, tendencia que se obser-
riantes, serán las que se impondrán en los años va no solo en las versiones de D’Arienzo, sino
siguientes como estándar exitoso, conduciendo que también en algunas de las orquestas de
a una nueva era de gran difusión y popularidad Miguel Caló : Los años pasan (III, 21) y Osvaldo
durante la década de 1940. Fresedo: Colibriyo (III, 15).

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