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El ser humano es un todo indivisible, y así debemos observarlo a la hora de

tratarlo. El cuerpo es un conjunto integrado e íntimamente interrelacionado, en


donde el funcionamiento de sus partes asemeja de algún modo a un mecanismo
de relojería. Si uno de sus componentes deja de funcionar o funciona
disarmónicamente afecta al conjunto, y al correcto funcionamiento del todo. Todos
nuestros gestos resultan de una función global y ocasionan la participación de la
totalidad de nuestro cuerpo. Nuestra estática es una función global, cada
segmento es responsable del equilibrio bueno o malo de su segmento
suprayacente y de su segmento subyacente.

El complejo orofacial como un sistema de órganos conformado por diferentes


elementos anatomo fisiológicos y que sirve para desarrollar o para ayudar en las
siguientes funciones: Alimentación, mímica, respiración y fonación.

ESQUEMA FUNCIONAL SEGÚN BRODIE

Las siguientes estructuras forman parte del esquema de Brodie: Cráneo, columna
vertebral, mandíbula, hueso hioides, cintura escapular, cintura pélvica.
La mandíbula se relaciona con el cráneo a través de los músculos mandibulares.
El hioides está en contacto con la mandíbula y con el cráneo mediante los
músculos suprahioideos y con la cintura escapular a través de los músculos
infrahioideos. Los músculos torácicos y abdominales, unen la cintura escapular
con la cintura pélvica a través de los músculos del cuello y la columna vertebral.

Se considera al cráneo como un punto fijo que se apoya sobre la columna, la cual
le brinda movimiento. Además se pueden encontrar elementos móviles como la
mandíbula y el hioides, que cambian constantemente su posición y se adaptan a
las posturas y movimiento del cráneo. La mandíbula y el hioides a su vez, están
directamente conectados por medio de varios haces musculares, con la escápula
y la clavícula, e indirectamente con la cintura pélvica, cuyos movimientos y
posturas también los influencian. Los músculos grandes son los que desempeñan
el papel más importante sin embargo, los músculos pequeños funcionan como
pequeñas palancas. La acción conjunta de todos los elementos genera una acción
en cadena que termina en una actividad correcta.

La observación clínica demuestra que una postura patológica o inadecuada de la


cintura pélvica, influye en la posición mandibular, pudiendo generar disturbios
fonoarticulatorios.

La coordinación del complejo orofacial es la condición previa para una correcta


articulación del habla. Por ello el objetivo del tratamiento es lograr que las
posiciones y movimientos sean similares a los normales.

Al observar la boca de un niño en estado de reposo, no es más que una cavidad


que sólo contiene en su mayor parte a la lengua. Debido a varios mecanismos
motores, la forma de la cavidad se altera, principalmente por la modificación o
desplazamiento de las paredes laterales (mejillas), de la pared frontal (labios), y de
la pared dorsal (velo palatino y faringe).

La mandíbula y el maxilar se mueven por un mecanismo giratorio en la articulación


temporomandibular (ATM). La dinámica de esta articulación permite una acción
conjunta y armónica de la mandíbula y maxila, y proporciona movimiento
masticatorio por medio de una actividad muscular coordinada. Los mismos
elementos orofaciales que se mueven en la articulación, se mueven en la succión,
masticación y en la deglución. A través de este entrenamiento prearticulatorio de
las estructuras, se desarrolla la coordinación necesaria para la articulación, la
fuerza y la velocidad de las contracciones musculares son realizadas de forma
cada vez más diferenciada.

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