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F. L A U R E N T
PBOFHBOR DE LA u.NIVEBSIDAD DE Q U T E
TOMO XXVX
TITULO IX.
CAPI?ULO 111.
DE LOS PRESUPUESTOS Y DE LO8 TRATOS.
$ '1,-Nocxo~~sGENERALES.
l. El tercer arrendamiento de obras mencionado por el
art. 1779 es el de los em.presu~ios& obras á consecuencia de
presupuestos 6 de tratos, El art. 1711 agrega: 6 Mjo. Es-
tas expresiones de presupuesto, tratos y prefijo ae emplean
en la ley sorno sinónimo; tienen,, sin embargo, un significa-
do diferente. Yor la palabra presupuesto se entiende un eq
tado pormenorizado de las obras por hace; y de los mate-
riales por emplear, con indicación del precio de loa mate-
rialee y mano de obras El objeto del presupueeto eri el de,
dar á las partes y, sobre todo, al amo un oonocirnient;~com-
pleto de tudo cuanto importa saber acerca de la extensión
de los compromisos que va B contraer. ' El trato es el con-
trato de arrendhimiento de obraa intervenido entre el dueña
y el empresario, El p@jo es un precio por el que Ia obra
debe hacerse. Se le llama tambikn destajo para indicar que
ea invariable. Las expresiones p~esupue~tos y p ~ f l j oss6lo se
encuentran en los artículos que definen el contrato que la
ley llama trato, y se emplean en ellos como sin6nimo de la
palabra trato (arts. 1711 y 1779). (1).
2, Lo que caracteri~ael trato ea que interviene entre el
dueño y un empresario de obras, el que se obliga A confec-
cionar la obra, mediante un precio fijo, por Fazr~ndel valor
de la ob;. mientras que el arrendamiento de gente -trubu-
juclora tiene por objeto no la obra sino el' trabajo; 9s sea
que el obrero sa contrate por cierto tiempo d para una sm-
presa determinada siempre se 16 paiw por razón del trabajo
que efectúa. Resulta de esto una diferencia muy importan-
te en lo que se refiere ir los riesgos. A1 tratar del arrenda-
miento de los operarios,la ley na se ocupsr de los riesgoa por
razh de que el obrero nunca los sufre; se le paga por ~1
trabajo que haoe, cualquiera sea, la claae del trabajo, y aun-
que este trabajo llegase á perecer por un caso fortuito. No
paea lo mismo con el arrendamiento de obras; el precio se
tipu pula 110por razón del trabajo sino por ral;cin de la obra
que etr objeto del contrato; el precio u610 se debe cuando la
obra esth perfecta y recibida por el dileño; hasta entoncem
el compromiso 'del empresario no estl 'com plido; no puede,
pueu, reclamar el precio estipulado si la'obra llega 6 pere-
cer ante8 que esté acabada 6 recibida: (2)
3. El arrendamiento .de clbreroh difiere también da1 de
& ~ R R ea lo que RB refiere á la prescripcihn, Según el articbii-
lo 2271 la acci6n de los obreroa y,jornalems para el' pago
dc; nus diarios y salarios ue prencribeeri seis rneses; rnieritr:is
qz,ela accidn de loa emprefisrias. no niendo limitada por
1 lilourldn, t. In,p, 329, n ~ m ,816. Oolmet de Santerre, t. VII, p 360,
anív. 240 bis 1,
P Durantón, t. XVII, p, 235, niim. 248. Mourlóo, bm, p. 320, ntFm. 817.
TiL:
t eremoe 6 ebte ounto.
P D& LOE!TRATOS
DE LO$ P~CEXUPUEBTOS 5
la obra y loa vicios que tiepe. (1) Esto o& parece inadmi-
sible; el poder que la ley cuncedqnl juez en materia de ven-
ta, p,qra:determinar el plazo en' el que el comprador debe
intentar i a accidn, es tia exorbitante que es irnponiblie apli-
carlo por aoaiogia al arren<l8niiento;],a& dispi~aicionesanor-
males no Heextienden ;o; vla de ioalogfw. Otros diceil que
el'obrero queda deacargido, en toicoe Zor caws, por la recep.
ci6n de la obra; Dunergier, tan modanto como aabio, con-
fiwa que titubeó por largo tiempo, y hay por quB, El iiigar
da 10s principios conduce 6 un absurdo, y el seguro qae el
legi8iador no quiso eata conrecoaocia ibnur8a. H q ,pcan,
que-ateaerse á, la interpretación q i s ae ha (fado en eX Corisejo
de Batado, y admitir que e! examen cubra aietupre la red-
ponsabilidada del irtesabo. (2)
II*-CONCLUSI~N
DE& COETRATO DE ARRENDAMIENTO
DE OBRAS.
Ndna. %
, La muerte deZ artesano.
20. El contrato de arrendamiento de obras queda disudl-
e0 por la muerte.de1 artesano, arquitecto 6 empresario (are
ticulo 1795). No sucede lo miamo con el a~reedamientode
QosaH; segúu el art. 1742, no está resuelto por la muerte del
dador ni por la del arrendatario. El relator del Tribunado
explica. la r a d de ~ esta diferencia. E n el derecho antiguo
ae distingue entre el arrendamiento de obra, en que el ta-
lento del artista habia sido espeeial&spte considerad.*, J: el
arrendamiento de $obra en el que el obrero podía fdcil-
mente ser reemplazado. Es mejor no hacer einguna díatip.
ción. dice el informe, porque la confiahzi en el talento, en
los cuidado8.y en la probidad del dador entra siempre m&s 5L
p. 528, nota 11, pfo, 376 (lomphreso Deneghdh, Sila Oivil, 27 de Abril, de
1870 (Dallort, 1871, 1, 286).
1 Mouricoult, Informe núm. 19 (Loard, t. VII, g. 207).
, XVII, p. 263, núm, 268, Duqeri,"ierg Aabrg Y %su. En son*
2 D u r ~ t i t h t.
tido oontrario, TitopOong y Maroad4
24 DEL a&RE]WD&KIENIO DE OBXA
d ~ por
s principios diferentes? Los aut0r.e~enseñan gene-
ralmente que el art. 2270 sdlo completó la disposición del
art. 1792, extendiendo 4 todos los otros la responsabilidad
que el art, 1762 parecía limitar á la canatrucción de
edificios á prefijo, Los Sres. Aubry Rau, al contrario,
sostienen que la responsabilidad del art, 2270 difiere de la
del art. 1792 en cuanto á las causa8 y en cuanto á los efectos;
invocan, en apoyo d0 BU opinidn, la jurisprudencia de la Cor-
te de Casación. (1) No nos atrevemos á afirmar que la juria
prudencia tiene una doctrina fija, un principio seguro. De
las dos sentencias-que se citan una no dice lo que se le ha-
ce decir y la otra es tan errónea que es difícil,atribuirle un
valor doctrinal. Se trata de saber si el nrt. 2270 prevee una
hipótesis iddntica á, la del art. 1792, y sobre todo si esta-
blece principios diferentes, pues si los principios que' rigen
á, ambos casos son los mismos, iqué importa que Igs casos
difieran? Y la sentencia de 1844 no cita el art, 2270: la
cuestión que vamos á examinar ni siquiera se preaentó en
el proceso. iDe qu6 se trataba? Había un empresario de 1%
obra y un arquitecto, la cuestión era saber si Bste era res-
ponsable aunque uo hubiera participado en la ejsacución de
los trabajos. (2) Volveremos 6 la dificultad de~ididapor
la Corte: $10seguro es que no zanjaba cuestión al principio,
por la muy sencilla razón de que no le fué presentada.
La sentencia de 1863 es más explícita; dice que el art.
2227 tiene una significación más extensa que el art. 1792 ;
que no exige que el edificio haya perecido en todo 6 en-par-
te; que no exige la condición del prefijo, y que, por otra
parte; se aplica 4 las grandes reposiciones, mientras que
el art. 1792 8610 habla " de la construcción de un edificio,
Eata diferencia entre las doa disposiciones es Hegura y está
i. VQ~nre p. 530, nota 18, pfo, 814.
laefuentee en Aubry y Rau, t. ISf,
2 Denegada, 12 de Noviembre de 1843 (Dalloz, en i a palabra ArrendamiLntc
obra, nám. 138).
DEL 'AFLRHNDd9IIENTO XIE 0BX1
deellas duraafie este plazo. 'bun hay ,m&: el art. 222.6 .no 't
dice esto; el art. 1792 di,ce m6s bien lp opntrario,, pnep que
suboraina laresponaabilidad il, uos condicidn;
. .. , 'ademb, uo se
crean presunciones por vía de,ioduoci4p, JT ei texto de 1s
hy oo dice que la*p$rdida del , edifioio durgpte el p l ? ~de~
c
.
Naim, i E6 principio.
32. kl art: 1792 declara al arquitecto responsable du-
rante diez años de la perdida del edificio si sucede por un
vicio de construcción 6'del suelo. ,jCuhl es el objeto de es-
ta disposicibn? Este es el putito capital; para interpretar'la
ley es necesario aaber lo que quiso el legislador. La Corte
de Ca~aciúndice que el art, 1792 establece una presunción
legal de culpa cargo del arquitecto (niim. 31). Acabalnos
de cornbstiiesta opinión. ~f texto da la ley no habla de una
presuocióo legal, ho habla de la'prusba de la culpa, supone
que la hay; y eI'arqiiitecto la tiene reguramente si el edifi-
cio perece por un vicia de construcción ó del uuelo, iHay
4 este respecto algo de especial al arquitecto? N6, cual-
quier artesano que ae compromete & baoer una obra res-
ponde ?e la culpa, que coueiste en la mala hechura. Pero
eBta responsabilidad se cubre con el examen y la recepción
(niím. 16). No sucede nai con el arquitecta. Regularmente
la construcción se examina y se reciba p o ~el propietario
cuando estd concluida; sato no impide que el arquitecto res-
ponha por la perdida del edificio si perece por un vicio de
construcción Ó del suelo. HB aqui lo que hay especial con
el arqbitecto, su responssbilidad dura por mRs tiempo que
la del operario ordinario, la ley ha fijado la duraci6n de ga-
rantia diez afios. iC~Ci1es la razón, de esta diferencia? Ya
hemos tsanscri~tolaa palabra8 de BBrenger cua,nda la dia-
DXCLOS ABQST~TEDTOS 73
tesa, 8610 quedaba probado que esta causa habia obrada deP.
centro d la superficie, de modo que la madera presentsbaba
todas las apariencias de buena. La Corte concluyó In
ciudad no probaba de modo suficiente Id culpa de los ar-
quitectos; por tanto; estos no podian ser responsables, Ea
e1 recurso de casacióu intervino una sentencia de denegada'
,que decidió que el art. 1793 no era aplicable al caso por-
que los arquitectos no se habfan comprometido 4 constiruir
la iglesia. Esto es decidir implicitamente que los arquiitecu
tos no son responeables cuando se limitan á hacer planos y
presupueutos y á dirigir los trabajos, iN0.e~esta ir dernitsia
,do lejos! Resultaria 'que los arqiiitsctos sólo aon respoass-,
,blee cuando son 4 la vez empresarios, mientras que el ar-
tículo 1792 dice que 108 arquitectos Bon responsables como
tales, y en su calidad de arquitectou no tienen otra mieibai
que la de hacer planos y presupuestog; si adem44 se encar-
gan d6 dirigir la conhtruccián y los trabajo8 deben respon-
~ d e de
r su culpa. Queda una o'bjecicin: el ar6. 1792 snpone
que el edificio esta construido ápreJij0, y en el caso loa ar.
quitectos no habían tratado á preJio. (1) Volveremoe á es-
te punto.
40. Una sentencia m&sreciente de la Corte de Casaciiln
hace la distinci6n"en la que se detuvo la Corte en su &en-
tencia que acabamoo de relataf. En el caso e1 arquitecto
había sido encargado de hacer las planos ds la obra y exs-
minar los trabajos cuando fuerati terminados. Fué compro-
, bado que las construcciones eran defectlioeas, que estaban$
go, el texto del art. 1792 deja una duda que, ,en, nuestro
concepto, e ~ t levantada,
á el art. 2270, con el cual debe
eombinarae. Si eitamog la ,sentencia es para enseñar cuán in-
cierta es la jurisprod*ncia. La Corte de Burdeos, que se
apropió los motivos de la primera sentencia, pone en princi-
pioque la reRponaabilidad del arquitecto no e s a limitada
d caio especialmente previsto por el art. ,1792; que He
extiende, según el derecho corniin, B todos los hechos perju-
diciales que son por parte del arquitecto, el resultado de
una falta contra los principios esenciales de su arte y las
reglas cuyos cotiocimientos implica; que notoriamente lo$
arquitectos son responriables de la inobservancia de las leyes
acerpa de las vfaa de comunicacián y la vecindad. (2) Se ve
que la corte confunde la respon~abilidaddel art. 1382, que
ni eipsiera cite, con la responsabilidad convencional del ar-
ticulo J7Y 2, para hacer de él una regla general ap!icándose
á todos ios casvs de culpa. La confusión es completa; lo
que pruel)n lo irr~portanteque esmaiiteoer 1s dietinción en-
tre la culpa couvencional y el hecho parjudicial que la ley
califica de delito b de c~asidelit;~.
1 Denegadia 5 50 Febrsro de 1872 (Dallos, 1872,1,246). Uo~npQaee deno-
@da, 18 de 1)ioiembra de 1839 (Dalloz, en ta palabra Umtrato de cbrrer4d?misn*
$0, núm. 242).
2 Burdeou, 2 1 de Abril de 1864 (Dallol;, 1866,2,39).
42.' iBI empresario responde de los vicios del plano? ER
priucipio id, dice la Corto de Dijóli. El plano es obra del
arquitecto; él es, pues, el responsable, En el caso el arquiL
tecto se había comprometido, mediante deterininado precio,,
y
&,hacerlos planos conducir y dirigir los trabajos; ae esta-
ba, pues, en los términos del art. 1792, pues si el texto de
l&ley no se aplicara á esta hipóte~is,nunca seda aplicable
a2 arq~ritectoque concurre con un empresario. Hay, sin
embargo, un caso, dice la Corte de Dijón, en el que el empre-
sario reaponde del vicio'ddl plano, es cuando el plano ufre-
ce vicios aparenteg, contrarios S las'reglas del arte, que uia
obrero no. se considera ignorar. (1) 'Esta decisión L.i.ltrn tn.
nuestra opinibn (núm. 38); por vicica apccrentes, la Corte no
ehtiende loa viciog que tiene cualquieta persona; se trah
de una obra profesional, 108 empresarios pattieipan de 'ella;
deben conocer las regla8 del arte segbn las que el arquitec-
to levantó los planos y que ello8 estan encargados de ejecu-
tar según egas m:smas reglas.
43. Cuando el empresario y el arquitecto son uno y otro
responsables, jcómo se reparten entre ellos los dailos y per-
juicios? Una sentenoia del Tribunal del Sena que la Corte
de Parie ha confirmado adoptando los motivos del primer'
juez, ha sentado acerca de esa cuestióu los verdaderos prin:
oipios. Teniendo los arquitectos y los empresarios cada uno'
su misión, la responsabilidad debe en cada uno en lo
que le toca. De esto resulta que 108 arquitectos encargado^ '
pecial cada parte del trabajo. agrega remo^ qúa asi a&
ría, aunque el pago se hiciera parcialmenta, en Bpocas ea
relación co'n el adelanto de los trabajos, pues &tos pagos no
tienen nada de com6n con la recepcidn, la que s61o tiene kv=
gar cuando todos los trabajos quedan teríminadoa.
61. 6Se suspende la prescripción de diez años por la me-
nor edad? Se llama al plazo de diez años una prescripción
porque el art, 2270, que fija el mismo plazo para la misma
responsabilidad, está colocado bajo el rubro de 1% sección
que trata da la duracihn de la prescripción. La doctrina 'y
la jurisprudencia están acordes eu admitir que la menor
edad so suspende el curird de esta prescripción especiat
Hay uo dativo de dada que fuera perentorio ~ isetratare
.
a e una kerdadera presoripci6n. Segán el art. 2252, la pres-
cripción no corre contra los m+hores, con excepción de loa
'hasos determinados por 1s ley; es, puee, necesario que la ex.
cepción este formulada por la*ley;por tanta, el silencio de
esta basta, para decidir la dificultad, En vano dice la Cor-
t e de ~ a k que
s en nisoa anilogoa, tal como el del articulo
1676, la prsscripción corre contra el menor, (1) no so ara
gumenta por via de analogía cuando so trata de una eacep-
ción, eobre t ~ d ocuando se trata de quitar
- l a garantfa á un
incapaz, Yero el espiritu de la ley prueba que el plazo de
di& años de los arts. 1792 p 2270 no es una prescripción.
iPor qué limita la ley la garantia 4 diez añas? Porque el
kiciti se revela, en un plazo bastante iorto. iEe necesario
un plazo mBs Iargo para qae se descubra el vicio cuando.cl
propietario ea menor? La cuestión no tiene sentido. No red
sulta de esto que los intereses del nienor estén sacrificados.
' ~ i de diez años es extraño 4 la saoi6n que nace de la
gsrantfa; esta acci6n dura treinta arios, y 1& preaoripcidn'no
corra contra el merzor. (2)
1 Parfq 20 de Junio de 2867 (DeIloz, 1888,2, 88).
2 Anbrs Y Rau, t. m, P, 583; pfo, 374
62. iCuándo 108 arquitectos y los empresarros son res-
ppnaables en virtud del nrt. 13822 Segdn este artículo cual-
quier hecho del hombre que causa un perjuicio á otro obli-
ga..&aquel por 'culpa de ha nucedido 9. repararlo.
Esto es lo que la lsy llama un delito 6 a n cuasidelito. Re:
mos dicho en otro lugar en qu6 difiere la responsabilidad
que nace ,de un hecho perjidicial de la respoosabilidsd que
deriva de una culpa convencionai. Aquf a610 tenem9.s que
determinar los caclori en loe cuales los arquitectos son respon-
sables en virtud de un hecho perjudioisl. L8 misha pa-
labra,lo dice y el arb. 1370 lo explica: la re~ponsabilidad
existe., A c~nsecuenciade un hecho For el cual el'arquitecto
,
causa un perjuicio, sin que intervenga ninguna convencida
entre Qstey la parte perjudicada. Si'el perjuicio resulta de
la.in8jecuci6n de un coatrato la culpa es convciociond; ea
eate caso ee aplican los pri~cipioilque acabamos de exponer.
I /
cho corniín, Pero seglin el art. 1166 los obreros que ejer-
cieran los derechos del empreeario contra el propietario no
tendrfan un derecho exclusiva de crddito, deberian dividir
el beneficio coa los demas acreedores de su deudor. Se pre-
gunta si el art. 1798 deroga este principio. Es la opinidn
general, salvo el dieentimiento de Delvincourt. El texto
deja alguna duda, no dice que los obreros tienen un dere-
cho exclusivo al piioducto de su accidn; se podrfa concluir
que la ley no deroga la regla general del. art. 1166; queda,
por lo mismo, aplicable. Pero comprendido así el articu-
lo 1798 seria inútil. ¿A qué repetir en el art, 1798 lo que
dice el 11661 Hay más, la disposicibn no tiene sentido ~i no
es más que la aplicación pura' y aimple del art. 1166; res-
tringida la regla general de este articulo 1í.iliitá;ndolo lo0
obkeros, lo que excluiría á los querno lo Ron. De que la ley
no habla de los obreros es preciso deducir que quiere favo-
kecer e1 t~abajoasegurando S los trabajadores el pago que
s~eles debe. Sucede muy amenudo quct el empresario quie
bra; si los obreros permanecieran en el derecho comdrm se-
rfan acreedores de la quiebra; efi decir, que no recibirían ell
pago de su salario, puesto que entrarian á contribución en
masa; con los demás acreedores del empresario. Este resul-,
tado sería injusto en lo que concjerne al crddito del ehpre-
aario contra el propietario; es el trabajo de 10s obrero8 eI
que ha procurado este crédito, es en gracia de BU trabajo
como este crddito se encuentra en la masa; desde luego e@
justo que tengan sobre el crédíto.un aerecho exclusivo. (1)
77. El art. 1798 deroga el derecho comtin; es, pues, de e8-
tricta interpretación. La Corte de Casaci6n ha consagrado es-
te principio: iiPromulgado para proteger el trabajo, el qti'cu-
lo 1798 no e3 aplicable mks que ti los~brerosque reclaman
1 Dursrhtbir, t, X m ,p. 267, núm. 262. Duvergier, t. fi, p. 427, u$&. 3
Y.
Culmet de, Satitsrre, t. VII, p. 368, ndm. 251 bis. Douai, 30 de Marzo de 18 3
(Dslloz, en la palabra Arrendamiento ds obra, nciim, 117,1, )
el precio de la mano de obra:it (1) En otra sentencia''la Corte
motiva el principio que domina Is materia: ,181permitir
los obreros promover contra el propietario, con el que no
han contraiado, sin dirigirse al -empresario que los empleó,
e&su deudor personal y directo, este articulo ha consagra.
-do una excepción' que, como tal, debe ser concretada 4 su +
, .-i'
i 22. ~ ' a i i t1827
. consagra una oondecuebbia de esta asi-
hili~ida:,iiSi el cheptel peride totalmente'sin 0 ~ 1 p adel co-
lon&fa;p&rdida es,del dadoi. 11 ES,pdb; el dador el que
S~Psrta'eJ'Tiesgo 'en >aso de$rdidai total; ,mieritrbs queaen
el ch&td dido ' sl arrendatario los 'iikagaa son para B~toe.
L; razh es que el 'ohgtel dado -al"Mono medioró4es un
vsrd'abero ohegjtel; debe, pues, ' e ~ t a ~sometido
b C ltia regla@
del eheit$ 6n 18 relativb ic I& iíeggos.
123. Hay otra diferencia sutre el'eo~onomediero y el
irrendatsiio; Bate t h t a por espsouláci6n, &ientras queel CO-
.OBO no trata m8s que da su subsistencia, la ley tiene caen8
a de esta diferencia e n la posictón'soci-al:permite las par-
P, de o, WMVX X ~ - 1 9
tes contratantes derogar las reglae que establece cuando
se trata del chepteí dado al arrendtitario; no hay temor de
que &te, por :ignorancia 6 por mberia, sufra la ley del pro-
pietario; mientrhs que cuando la situación depende de! me-
,. .- .
diaro pbdda eonduoirlo á subscribir cl~usulasruinoaas$ini-
cuas, En conaecuczncia el art. 1828 prohibe ciertas cláusu-
las; no s6 puede eatipdar que el colono estar4 obligado i
toda pdrdids ocurrida por casofortuito y sin {iipa. .&m-
de lo mismo en el cheptel simple (art. 1811);la $r$idá par-
cial la sopor ta por mitad, puesto que las2reglas al cLe&eel
simple son aplicables:ql cheptet dadgql colono mediero (ar-
ticulos 1804-1810 y 18.38). Se puede eitipplar que i l e l & ~ ~
sopórtart! la p6~didapor m'& 88 la'mitad, puesto que el C6-
digom prohibe esta cl6uwla y toda cláusula no pra.hibida
es p<ermitida.
- Pero no se puede. estip,ular.que el,colono soportard en' laa1
1 Durant6n, tr XVII, p. 312, ndm. 324 y todos los autoree (Pont,? t. VII,
p. 46, ntm. 69).
2 Expoeición de los motivos nlím. 9; Gillet, Ditlcurso núm. 6 (Locr6, t. VD,
p. 243 y 256).
3 VBbnsie, ea sentidos diversos, los autoreri citados por Aubry y Rau, t. IV,
p. 643, nota 2. pfo. 816; y Pont, t. VIL, p, 49, n4ms. 64 v 6h
4 Sesión del Consejo de Estado, de 14 Nivoao, año X i i (LocrB, t I$-
gina 230, nQm, 4).
P, de I>:wádoxxm-21
145. La puesta en comdn de una cosa no basta para quo
.hayg sociedad; es necesario, en los términos del art. 1832,
que la convenoidn de poner una cosa en comiin se haga
!(con el objeto de partirse las ganancias que pudieran re-
sukar. La esperariza de partirse un beneficio, dice e1 dra-
dor del Gobierno, es el objeto intencional que dirige el con-
trato de sociedad, ES porque los hombres en su aislamiento
son d4biles é impotentes por lo que se asocian: es el móvil
de toda asociación; pero para que ésta constituya una so-
ciedad es preciso además que aquellos que unea sus esfuer-
zos 10 hagan para sacar un beneficio de la cofia que ponen
e n comiíta. Este es el carácter que distingue tí la sociedad de
la simple comunidad.
Dos hermanos compran en comfin un inmueble; lo po6een
por iridiviso durante muchos años, después la revenden oon
ganancia. ¿Hay en estos hechos elementos constitutivos de
una sociedad? LGSprimeroa jueces lo habian decidido. así;
l a deci~idnha sido casada: No estaba comprobado que las
partes habr'an comprado ei inmueble cori objeto de ope-
rar la reventa y partirse la ganancig que-pudiera resultar;
luego el objeto intencionrxl que forma uno de los carakterea
esenciales de la sociedad haeía $alta; e r a m a simple oo:mu-
aidad., (1) Más lejos diremos que la sociedad y E s comani-
dad estan regidas por principios diferentes.
146, Resultan de este principio consecuencias muy im-
portantes, Las asociaciones religiosas que se forman en vir-
tud. de la libertad de asociacidn han eusayado constituirse
civilmente.; en apariencia para gozar d d derecho combn, en
realidad para reconstituir corporacionert religiosas con 40%
doe loa efectos .de la personificación civil, &to era violar la
ley elndiéndola. Volveremos S esta cnestidn mas adeIaui;e>
ss muy importante para tratarla de paso;
197. Todos los dfas ~e forman sociedades de seguros m b -
tuos; toman el título de fiociedadesen las actas piiblicas; no
son sociedades en el sehtido legal de la palabra; el, carhcte~
esencial exigido por el art. 1852 les falta; no tienen por ob-
jeto partirse las utilidades 6 ganancias. Cada miembro 8s
al mismo tiempo asegurador y asegurado: el objeto es re-
partir eritre los aseguradores las pérdidas que sufren los
asegurados por cualquier accidente: el incendio, el graniza,
Ias epizotias; siendo el asegurado tambien aseguradoc, su-
fre una parte en la. pérdida, parbe disminuida por el con-
curso de los demás miembros. El objeto y el efecto de la
convención 8on disminuir 1s pérdida éventual que pueden
tener los aaici'ados. Luego no hay nunca utilidades que reo
partir entre los mierribroa de estas asociaciones; por lo tati-
to, no hay sociedad. Esta es la opinión unanime de los rru-
$ores. (1) Hay alguna incertidumbre en 'En jurisprudencia;
es inútil detenerse en ella, no siendo dudosos lo^ princi-
pios, (2) La Corte ?e Casación ha sentenciado, por aplicn-
ción de estos principios, que las asociaciones de seguro mu-
tuo no quedan disueltas por la muerte de uno de SUR miem-
b r o ~ mientras
, que la soeiedad fenece por la muerte de uno
de los socios. (3)
148. ¿Son laitontinas verdaderas sociedadas? Se da es-
te bombre 6 reuniones de rentistas que convienen que Iris
rentas ciebidas al primero que se muera aprove~harhná los
supérbtites, Aparentemate son sociedades; un a v i ~ odel
Consejo de Estado de 25 (le Marzo de lS09, aprobscio por
el Empefador el 1. o de Abril, las somete 6, la autoriaación
I Aabry y Rau, t. IV,p. 542, pfo. 377.
2 Véanae lea beatenuiaa citadsu por Pont, t. m, p. 62, ntím. 71. nota 6.
AgrB~ueasParfe, 25 de Uerzo de 1873 (Dailoz, 1876, 2, 17).
Y Denegada, 12 de Enero de 1842 ( D a l l o ~ en ir palabra 8egiw0t t ~ r W r ~ ,
ndm1601, y IRU ientenoiir aitedaaen 1& plirbra ,Sociedad, pdm,42Ql
del aobierncr, lo qua parece asimilarlas % las sociediade~l
anGnimas, Pero hay una diferencia radical entre las socie-
dades y las tontinas. E1 Sr. de Hauterive, en el informe
por e1 cual se di6 el aviso del C o n s e j ~de E~tado,dice muy
biexl que las socirdadee extienden y multiplican 1% acción
vivificante del trabajo; forman capitales que, pusatos en ae-
tividad en una induatria siempre fecundfa, producen nuevos
capitales. Las tontinas no producen movimiento, capiba1 ni
industria; la suma de los capitales es siempre la misma; loa
prodnctos, considerados en conjunto, permanecen invaria-
bh8; la r~particic'ln8610 est& sometida, A lar variaciones que
traen las ,probabilidades de defunciones; irno resulta nin-
guna utilidad por el trabajo; no pueda, pue?i, h a b ~ ningún
r
reparto de utiiidade~.EYuh contrato aleatorio. (1)
149, Por aplicacibn del mismo principio fué ~entenciado
que no hay soc!iadad en las siguientea cnnvencinnes. Uoos'
agentes de seguro se obligan B repartir entre ello8 los dere-
chos de correbaje procedentes de sus operaciones. (2) Dos
personas que viven en concubinato ejercen en cotnfin .una
industria b un comercio. (3) Unos c»rni~ionistande trans-
porte, en vista de economizar gastos, se comprometen S
poner en común todas las mercauclas que cada uno de ellos
transporte. (4) En todas catae oonvencionea el el~mento
esencial de la sociedad falta: la intenci6n de repartir los
beneficios que pi~dieranresultar.
150. d En qué debe consistir egte beneficjo 3 La noción
de .utilidad implica la idert de una utilidad pecuniaria que
enriquece á los asociadas. Es para aumentar su fortun&por
lo que se asocia uno. Por esto 'ea que las sociedades de
guao no son sooiedades: volveremos & este punto. Fué,sin
1 Delaagle, t. I , ndm. 3 y todoa loa rutnrqs.
2 nenepscia, 29 de Noviembre da 1831 (Dalloz, en la palabra &c&tdtd, n4.
ramo 108).
3 Pnrfn, 19 da Airorta de 1851 (Dslloz; 1854,2, 84),
4 Bonen, 6 de do 1818 (DhIIog 1849,2,2'd8),
embargo, sentenciado que unos particulares pueaen vhlida-
mente constituirse en- sociedad para poner en comtín el de-
recho de cazar que les pertenece, ya sea como propietarios,
ya como arrendatarios de eate derecho. La Sala Criminal
decidió, en consecuencia, que es cle esencia de estaa aocie-
dades crear, en provecho de la individualidad colectiva, in-
tereses y derechos propios distinto.~de 10s intereses y de los
derechos de cada uno de sue miembros; tie donde resulta que
piieden promover en justicia en las formas y condiciones fija-
das por SUS e ~ t a t u t o ~ . E*ta decisión suscita muchas du.
(1)
das. La pretendida personificación de las sociedades civiles
nos parece ser un error seguro, Aun Iiay rnsiu; el elemento
esencial de l a s sociedades falta. iD6nde estti la utilidad
que realiza cada socio? La Corte canteda que es la parte
que toca á. cada. uno de ellos rn el goce de la cosa social.
Esta utilidad c~nsiuteen un gustr)', un placer; no enriquece
segurameote A los anooiadoa, puesto que tos sujeta <un
gusto que sobrepasa loe productos. por qué habia de bas-
tar el gusto de 1s caza para coristituir una persona civil,
mientras que los demás placeres no bastas"psrs colistituir
una sociedatl?
151... N o hasta que el contrato procure una utilidad pa-
ra que haya sociedad, es necesario además que eeta utili-
,dad sea común; esta es la doctriria tradicional, el Código
la coneagre diciendo que la p u e ~ t aen común debe hacerse
ea. vista de wpartW-se k c zttilidnd que ~pi~edtt. resultar -(ar-
tículo 1832); y en efecto, el reparto de utilidades implica
q u e son comunes. (2) La juri~prudenciaeotA en ests sentido.
DOEI negociantes' ponen en comiin una suma do 2,000Eran-
008 para gozar de ella alternativametite tres meges cada uno,
para lae necesidades de sus respectivos comercios. Buti aen-
keneiada que esta convención no formaba una eocieda-d Iss
Corte de Casación dice que una socieaad no pueae existir
sin qoe baya una utiiidad que repartir entre los asociados y
sin que haya perdida que soportar en com6a. Y este carác-
ter no se hallaba en la convención litigiosa, puesto que la
bslsa comilin no ae empleaba nunca en interes común cle las
partes, se ponía a;lternativamente á su disposición para sus
negocios particulares, lo que excluye la idea de uria so-
ciedad. (1).
Varias personas poseian en común: una fkbrica que cada
eual explotaba á; su turr.0 por su cuenta particular, con car
go d e una sencilla indemnización para las demás, y por un
determinado tiempo. La Corte de Casación sentencib que es-
ta convenciún no creaba entre los contratantes relaciones
de sociedad. La sentencia atacada decía muy bien que una
sociedad no puede existir más que entre personaq que ponen
una cosa en com6n para repartir las utilidades; luego 0on
asociado^ aquel-los que deben mcar utilidad de los negociog
que ae hacen por interés de todos y que deben contribuir en
L s p6rdidas; y en 4 caso no había contribución en la^ péy-
didas n i en los benefici,os. (2)
162. El carhcter de la sociedad que exatuiinarnos da lu-
gar & otras dificultacles. Es incontestable que la participa-
ción en las utilidades eventi~nlesde u n a empresa es de iib
,esencia de la sociedad, y que sin eota participación no ha-
bria sociedad posible. Pero de esto no debe concluirse que
toda convencibn en 1.n que se encuentra este elemento c u ~ s -
tituya necesariamente una sociedad-. Eay otros elementos
que tienen que tenerse en cuerita, Ea Corte de Casación los
-enumera en una sentencia proniinciada por iriforme de M.
Bau: ,,El contrato de sociedad exige como condiciones esen-
ciales d-t! F ~ formacidn
U la interición de las partes en asociar-
se, una coea puesta en común, y la participación en las uti-
1 Denegada, 4 de Julio de 1826 íDalloz, en 1s palabra Sooiednd, nbm. 104),
2 Denegada,. 4i de Enerv de 1842 (Dirlluz, en la palabrb Indwtriu, a,Qmw?
ro 4l8S
fidades y las pdrdidas d e la empresa. ti En el caRo una dei
las partes, que se preiandía *ocio, había ministrado capita-
les para la explotación :de una industria, estipulando ade-
más del interes legal una parte de las utilidades. Se concluís
de la participación en laa utiliclades que habia sociedad. L a
Corte cotitesta que esta convención puede coristituir un prés-
tamo; que también puede constituir una sociedad; hay que
ver cual es la intención de las pertes, Según los terminos
del acta quisieron hacer un prdstamo; pero pudiera ser que
bajo el nombre de prééitamo hayan querido esconder una
comandita para poner al abrigo de las malas suertes de 1s
empresa el capital q i i e debía ~ninistrarel dador de fondos.
A.1 juez del hecho toca averiguar ~i las partes han eatendi-
d o poner el capital en común.; en este caso declarará que
hay una sociedad dioft-azada bajo l a apariencia de un pr6s-
tamo. La sentencia atacada comprobaba lo contrario: que
los capithles ministrados no habían sido puestoe en común;
.que era un préstamo reembolsable á plazo fijo; cornproba-
iba tam"óién qiie en la intencidn de las partes, tal como re-
sultaba del canjunto de las actas y de las c.ircunstancliasde
La causa, se trataba senci8amaiite do una operación de pdu-
tamo y no de la forrnacióu de una sociedad en .oomandita;
en fin, quedaba probado que no se encontraba (en las &ctas
ningiln rastro de participación. en las .pérdSdas por paute del
que >ministraba los fonctos. Luego, apesar de la partiaipa-
.ción en.las utilidades, no había sociedad, (d.)
152 bis. La m~ismalcuesti6nse presentó parra un amen-
damiento. Conttrato por el que los propietarios de una fii-
%rica de tejidos la dan en arrendamiento por doce #años,
lmtldiante una renta anual de 25,000 ,francos y una parte
1 Denegada, 8 de Enero de 1872 (Dalloz, 1572,1, CompQren~e lneeen-
!tencias relatadas en el lbpevtol-io de 'Dalloz, en In paltibra Sociedad, num. la;
, de Octub'e ,
:.Liejn, 9 de Julio de 1821 (Pnsicrisir, 1821, p. 421): & ~ 8 ~ 1 4 930
401828 v 32 de Marzn de 1834 (Paeicrisia, J.828, p. 311, .$ sW4, 9,1661, p
Bont, t, VXT, p, (64, ~&rns. 31-98.
en las utilidade~netas, valuadas d un a c b w -pra el rseguo-
do aiío y á un cuarto para los aiioe siguientes. Uno de los
arrendatarios muere y e! otro fué declarado en quíebra un
mes deapub~de que un incendio destruyó el edificio de la
fhbrica. Las dadores pidieron que se les ministraran por'
privilegio en el pasivo de la quiebra, por todas las rentas
vencidas y por vencer en virtud del art. 2102 (Ley Hipo-
tecaria, art. 20, núim. 3 ) . LOSsindicos~opusieroná esta accída
qne los pretendidos dadores erani unos fiocios'y, como tales,
obligados ~olidaiiamentehacia los ocreedore~sociales. Pu?
sentenciado por la Corte de Riom que d acta litigiosa era
un arrendamiento; en el recurso :intervino una sentencia
de denegada (1) fundada en que la apreciacibn de los jus-
ce8 del hecho era soberana, Los primoroa juecesinvocahan
la intención de las partes que resultaba de las e~tipulncio-
nes del acta y la ejecuciGn que Qqta habfa recibido. Se esti-
pulaba en e l contrato que los dadores dejarían en Ia fbbri-
cn todo el algodón que había, á reserva de recoger al con-
cluir el arrendamiento las mercanciss y prtlvisiotres de la
fábrica hasta concnrroncia m&ximade 50,000 francos, cláa-
sula mal en los arrendamientos de fdbricas: aderntis, nada
indicaba Ia formación de una ~ociedadentre las partes con-
tratantes. La participación en lo3 beneficio,r era pacte del
precio del arrendamiento. Para ver en ello unB soga1 do
asociación bubiéranse necesitado astlputaciones relativas 6
los derechos y obSiigaciooes de 10s asociados, mientra3 que
las arrendatarios siem pro se habian considerado corno aou-
porido Ia'fhbrica iitítiilo de arrendamiento,
$53. S-EI mismo grinoipio r e c i b ~su aplicación tí una con-
venci&n(bra~tante tluua'f que interviene cntre un autor y au
editor. E ~ t ese encarga de la impresión; los gastos se qui-
tan ael prodiicto de la venta y laa utilidades fie reparten*
a s al autor obliga, en caso de insufioiencia de
. ~ l ~ t i nveaes
P Danegada, $&e Nooiembrs dd E809 (DafYoz, 1838,>X,2181,
la ventQ,A+-sufiis la'mitad'dé los gaatos. 'E1Tribunal de
Comercio de París habis sentencia& que sernejant? conven-
ción tenis tód'os loa el.emeoton de, iina socbdad &ercsotil.
Oads parte ákce s i i~aportel;,dna con los productos de su
inteligencia, 1a otra con su capital y su indugtria; hay par-
ticipaoi6n de utilidader así como & pdrdidnn. En ipelaciós ' $
1 V Q ~ Bilnestro
O B~irrdhsubrs la Igle~ia9 el JhieEaLio E¿?gtca y nuestra6
Pi.hri;bios, t, XVI, nfzm, GB S t. 31,name, IO6-l(iS,
CAPITULO 11.
DE LAS DIVERSAS ESPECIES 'DE SOCIEDADES,
1 Dovergier, g, 129, ndm. 87. Pont, p, 131, ndm, 163 y p.. B4, númr. 166
7 r6a.
"dicidncampletamente desvanecida. Nosotros seramo8 ~ P E I
breves; 24 qu6 discutir cuestiones que no se presentaran js-
inh?El derecha ea una faz de la vida; la tradici6n muerta
eperterlece á. la historia.
Núm.1. De la sociedad &Se toclos 20s bienes presmtm.
232. aiEa sociedad de todos los bienes prd~ente~ ea aqa@-
lla por la que las partes poneo en comdo todoa los bienes
mueblea B inmueble8 que poseen actualmente y los benefi-
cios que pudieran sacar. ir
1iYueden también comprender cualquiera atra especie ,Be
ganancia; pero 10s bienes .que' pudieran venirles por suce-
&6n, donaci6n 6 legado, no entran en eata sociedad ,nino
por e1 goce: toda estipulación que tienda B hacer entrari lar
.propiedad de dichos bienes estic prohibida, salvo entre ep-
~ 6 8 0 8y conforme 4 lo que est4 dicho en ~u interésit l(ar.-
tictilo 1837j.
Resulta de esta *últimadisprisioiún que el .Ch>cligoprohi-
be 1a.aociedad universal que comprendiera los bienes pre-
.sentea y fucurnrj, En eI dere~ho.antiguola~eouiedadde los
%mes presenten y futuroa~eroadmitida. ~n el Consejo .de
-%$tado'Cambacdr&sy Treilhakd propu~ieronrestabls@:r?a.
'Esta proposición fud clesechada. Es de la esencis~de:la,eo-
oíedad, dice BigotTPrdameneu, que .las coaas que entran
en ella sean conocidas, salvo la. incertidcimbre del beneficks
b de las pdrdidae, puea no pueden ser conocidas en las so-
.~iedadasde bienea por wr~ir,Nadie puede saber quá suos-
,aioné#'levencerh y ee de principio que no pueden ser objeto
de ningún tratado. Loíj pactos tiucesorios estBo prohibidos;
%si 1s ley los permite entre e~tpososes por favorecer el ma-
trimonio, No habfa ninguna razón para derqgar el der&ohw
cornl'ln en matetia de sociedad, Latj sociedades univert3sles,
dice 'I'conchet, son verdaderas donaciones y el legislador no
favarece lile liberalidades; par el contrario, lwa restriage*
Da LAS SOO~DADEdUXYIVERSALES 273
$ 1.-DE LA PUESTA.
266: i ~ i e n e a esooio
í derecho 6 la restitución de su puea-
ta? S1 la com que la constituye perece iquién soportará la
pérdiaa? iCuil es la influencia de la pérdida en la existen-
cia iie la sociedád? Estas cuestiones no están sin dificulta-
dee por raz6n de Ia redacción obscura de la ley, Creemos
que del& dehdirse según tos principios generales que ri-
gen' las obligaciones.' Hay' que di~tinguircuhl es el objeto
deiaporte. El socio piiede poner en la sociedad, ya eea la'
propiedad de las coms que aporta, ya 81 goce*solamente.
1. Del aporte detlct propiedad.
267. Cuando er socxo se oboga fi aportar la propiedad de
nua coa en la sociedad no tiene derecho & la restituciBn
de ss aporte. La q o ~ aentra en el actiy* social; cada socio
tiene en ello un derecho de copropiedad' durante el curso
de la sociedad y Q su diaolución el fondo común se repartea
~l'derechodel socio que hizo ,el aporte nq difiere del de
los demás ocios;, cesa de ser propietario y se vu,elve copro-'
pietario, por su parte,. de una cosa comdn (núm. 245); y
cuando 1.a partición toma su parte en dicha tusa como en
todas las que componen el activo soaial. J3u' esta hipdteflis
no puede tratarse de devolución de aportes; el socio es deu-
dor hacia la ~bciedadde la. propiedad de la cosa, y dendo
deudor no puede aer acreedor (art. 1845); no tiene, pues,
la sociedad ninguna obligacibn hacia 81 por este punto, (1)
1 Pont, p, 257,.niim, 365,
DE LA8 OBLIBAUIONES DE LOS ASOOKADOS ENXEE S1 307
Ndm. 2, De Ea adininist~*acid~
ejercida por los socim.
&a hip6tesis. El art. 1859 añade: iiLo que cada cual ha-
& es vhlido, aun por la parte de los socios, sin que haya to-
mado su ctsnsentimáenfo.ii Esta es una explicación 6 una
cansecuencia del principio que la ley acaba de establecer.
Siendo cada socio administrador cada uno puede obrar ,en
nombre de todos, no necesita tomar ara consentimiento; han
oonsentido de antemano dando su mandato recíproco para
administrar. Esto es un mandato tácito: la ley dice que los
socios se consideran haberse dado el poder de administrar.
Xraa paIabra~se consider*alzno iudican una presuncidn, como
10 hemos dicho muchas veces. En el art. 1859 la cosa es
segura. Se supone que no hay estipulaciones acerca de la
administración de la sociedad: e#, sin embargo, de toda, ne-
cesidad que la sociedad rie administre, pues es para hacer
y para obrar por lo que fu6 contratada. Hay, pues, manda*
eo tácito resultante de la fuerza de las casas y del d-erecho
igual de todos Íos socios. Decimos que la fu~trzade las cosas
leonduce al principio admitido por el ast. 1859. En efecto,
eii cada ocio no tuviera derecho de obrar todos 10s asocia-
dos tendrían que concurrir ti todas lo^ actos hechos en nom-
bre (la la sociedad: y este c.oncurso.de todaa las voluntades
para cada sdministracíóu es imposible, pues la, admini~itra-
cidn es negocio de todos los días, de cada instante; aerfa,
pues, necesario que todos los socios estuvieran siempre pre-
sentes en d lugar en que reside la sociedad, si no la mar-
cha de los negocios estariw. paralizada i cada momento; es
iribtil insistir para demostrar que esto es imposible. Es par
BBO por lo qua los socios se dan tácitamente mandato de
gerencia. Esta misma hecesidad implica que e l mandato Rea
general: es el poder de administrar, dice el. %rt, 1859. Lu+
go cada socio es administrados general y puede hacer solo,
sisl~1con'curso de sus socios, todo acto de adrninistraci6n.
@ihay motivos para limitar el poder de los socios Bstos de-
berán, & este respecto, hacer sus reaervas ea lar~conveurcio.
aes; pero por solo el hecho de no hacerlas el nianda~19p-
manece general. No hay m4e límites que la duración de la
sociedad y la naturaleza de los actos qus 1 o socioo
~ quieren
hacer.
315. $lis w l poder de la administracibn no puede
pasar de .la duraci6n de la sociedad e s t ~es evidente y
serIa infitil decirlo ai una eorte de apelaci6n no ne hnbie-
r a equivocado en ello. E n el caso uno de los ROCZOS ha-
bía muerto, lo que arrastraba la disolución de la sociedad.
Los heredero8 del difunto socio recibieron la ~uen'casin el,
concurso del socio supérstite; este procedimiento fue apro-
bado por la Corte de AngBrs, sin más motivo que el srtíca-
Po 1859, alque,dicelar rgsnteneia, permite quecada socio o b r ~
con eote efecto: que lo que cada uno hace sa ~'uelvevhlido
para el otro sin cons~ntimientode Bste, siempre que no hs-
ya manifestado su dssaprobación en tiempo dtiP. En el re-
curso recayó una wentencia de casación, El art. 1859, dioe
k Corte, ~610tiene f ~ ~ e r zdurante
a el curso de Iw sociedad,
no autoriza 6 loa herederos de un socio á obrdr sin el con-
curso del aocio sup4rstite. (1)
316. La Corte de Casación añada que la sentencia ata-
cada violaba también el art. 1859 baje otro,punts de vista.
La ley no admite el mandato tdcita más que para los actas
de adrnioistracidn,,y el saldo de cuentas es un acto de otra
naturaleza. Hay, pues, actos que el socio ndrninietríadoa
puede hdcer y otros que no. i C ~ áes
l la linea de demarcación?
La Corte de Casaci6n dice que los socio8 s61o pueden hacer
simples actos de administración; la ley dice que tienen poder
para administrar. Este texto es menos restrictivo que la sen-
tencia; hay qud atenerse él y ~entarcomo príncipio que
los socios, en el caso del art. 1850, pueden hacer todos 10s
actos de administracibn. El podet del sacio administriado~
es, pues, en principio, el mismo que el del gerente; debe, por
X Uaaaaíón, 4 de Febrero de 1852 (Dalloz, 1862,1,82).
DE LAS OBLItcAUTONES DE LOS ASOClIADOl ENTEE SI 353
'$ I,-~,CUANDO*%STB
I t A SOOIERAD C O ~ ~ P E O M Z TPARA
I~A
~ O LOS
N TEBCEROS?
$ 111-DERBCEOS
DE LOS ACREEDORER.
362. Xay cadsas que dan Grr á lar eoc3eda;d da pleno der
pecho. Hay otra8 que dependen de L voluntad de on socio
6 de la decisión de1 juez.
Las primera~rsestán numeradas en el are. 1865, nilmeros
2-4, que dice: i t h sociedad acaba: 1. O por el vencimiento
del tiempo por el cual fue contratada; 2. O por extinciba
de la cosa ó consumación de Ia nsgociacibn; 8. O por muer:
t e natural de alguno de loa aodos; 4. yo^ la muerte civil,
el interdicto 6 quiebra de uno de ellos,t, Es precisa Reparar
4s muerte civil que está prohibida en Francia y BBlgica.
Dijimos que en estos casos la eociedad acaba da pleno.
darecho. Esto es lo que Merlín demostró con la evidencia
de 8118demostracionesr (1) La eociedad acaba, dice la leyo
¿Que idea dan mtas palabras? dEl del derecho de pedir Is
disoluci&nde la sociedád? N6 rsino la de la disolución mis-
ma operada ipsofacto. No depende, puee, de los socios rebu-
same 4 la disoluci6n de la sociedad; la sociedad se disuel-
ve quieran 6 no, Sin duda la@partsa interesadas pueden
mantener la sociedad cuando la cosa es posible, pero se 'ne-
cesitar4 para esto una convención nueva y, por consiguien@
te, habrti una nueva sociedad; los aocioa no pueden mantee
1 Merlín, OucsMoltes de derecho, en la palabra Sociedad, pfo, IX,
ser da antigua, sokdad cuando está disuelta de plano en
virtud de la ley; la disolución es un hecho cump1"io y no
hay poder humaízo que pueda deshacer un hecho consuma-
do, Uno de los socios muere; los socios supBrstites puedeb
permanecer en sociedad, pero esto será una sociedadlnue-
va; es imposible que la antigua sociedad' conitinxíe, puesto
que fud diwelta de plano por la muerte; hay un hecho qw
escapa al poder de nuestra voluntad y este es la muerGe.
Nerlfia, e1jurisconsulto tradicional por excelencia, gusta .de
citar la tradición. %ay una de las causas exlumerada~por el
art 1865 que da lugar A alguna dificultad: es la quiebra ci-
vil; v~lvwemosd ello. iLa quiebra de un socio disuelve d~
plano la sociedad? El texto contesta B la cueutidn, pues-
to gus pone 4 la quiebra en paralelo con ]la muerte. Se di-
Aere de &a, sin embargo, en al sentido de que tUsta es un
acontecimiento natural, inevitable, independients de la *ob
Suntad; mientras que la quiebra eb un hecho peaonal del
socio, nn hecho que Ie es imputable; efito no impida que la
aociedad eat4 disuelta de plano. Si los socios quieren con-
tinuarla Lo puedén, pero habrá, una nueva sociedad, dicen
ks leyes romanae; prueba segura de que 1% primera socie-
dad tie (liuolvi6 sin la voluntad de los aocioa y aun B su peb
gar, puesto que su voluntad es mhnitenerlai lija leiy permi-
te, sin duda, á los aocios continuar su asuciación, pero no
lee puede permitir lo imposible. Todo cuanto pueden hacer
es estipular en su pacto social que la sociedad no quadari
disuelta por la muerte 6 la quiebra 6 por una de las de-
mds causas previstas par el art, 1865, siempre en los limi-
tes de lo posible, i$e concibe que loa socios convengan en
que la sociedad contimará apesar de la extinción de la GQ-
Ra que constituye el fonda social? No hay contrato sin 'ob-
jeto, y los socios no pueden hacer que haya sociedad cuan-
do no hay fondo social.
363. Eiay causas que dan fin S la sociedad por la VOIUW
tad de iin socio 6 ' ~ olar deoiBii61i del jtrez! E1 a r t 1865 di-
ce que la aociedad acaba por voluntad que expresenuno 6.
varios socios d e nó estar más asociados. M4s adelante di-
rekos á, qué sociedadea se aplica este principio. La l e eo- ~
loca esiatqu~nts.oausaen la misma lima que las cuatro ill-
timas. En cierto modo e8 verdad decir quela sociedad apea.
ba de plano derecho; desde que uno de loa eocios declara
que no quiere ya perbenecer 'á la sociedad la sociedad se
disuelve, 'no podrli mantenerse ni por loa sodios ni por 1s
autorización del juez. Sin embargo, hay una grao diferen-
cia entre la renuncia del ?ocio y las otras causas que dara
fin, A la eociedad, Desde luego es necesaria una manifesta-
ciáq de voluntad, mientras que en las cuatro primeras cau-
sas la voliiotad no desempeña ningíin papel, cuando menos
en el mamenttit;ode 1s disoluciQn. Luego'la airnple voluntad
no basta para romper la, sociedad; la ley quiere que la re-
nuncia se? 'dp buena fe y no hecha 6 contratiempo; el juez
podrh, apeaar de la reiuncia del so&, mantener la
sociedad décidiendo que el socio ha renunciado de mala fe ó
& contratiempo. Le dinolución se hace por sentencia judi-
oial cuando es pedida por uno de los socios por causa legi-
tima (art. 1869). Tal es el caso en el que un socio falta. Q sur
.compromisos. Hay lugar entonceR á la resolucidn de la so-
ciedad ea virtud de la condición resolutoria tácita, la que ni0
se opera de pleno derecho; as necesaria una sentencia del
juez
$~CVCXQN 1,-De los casos en que lu sociedad acaba
de hrecho plano.
1 Aubsy y Rau, t. IV, p. 567,note. 2, pfo. 384. Pont, p, 468, nlrna. 688 g
689.
2 Denegada, 12 da Dioiembre de 1825 (Dalloa, en In palabra Sociedad, ntirna*
ro 866) y 19 de Julio de 1882 (DalIoz, 1852,1, 299). Brurielaa, 11 de Febrero
de 1819 (Paaiorisia,1319, p. 302 y Dalloz, en la palabra Sociedad, niini. 646.
a .Pon6 p: 488, nitm. 690.
4 B o ~ t t e v ~ l l Informe
e, ndm. 20 (LoorB,t. VIX, p, 26U. Truplaag, ndniero
9l6. Pont, p. 457, nbm. 686.
lo es mantenerlo; la sociedad prorrogada siempre sera 11
piimera sociedad. Pero cuando el plazo ha, expirado, p M e a
la 'supbsición da Boutteville, la sociedad estd dibuel& de pla-
no, no existe ya;luego su pr6rroga es 1s conr~tituci6nde una
nueva sociedad. Hemos dicho que asZ suesde en todos lae
casos en que la sociedad estR constituida despu& di! haber
sidb'dislaelta de plano (núm. 362); .y 1s ley no deroga el de-
recho'común en 10 relativo B lag sociedades con plxz3.lirui-
tado, En apoyo de nuestra opini6n invocaremos el art. ,1788
que prevse el caso de la reconducciirn tácita: El primer
arrendamiento cesa de ptsno al concluiii el plaza fijado. Si
las partes prorrogan el arrendamiento t4citamente quedan-
do ei arrendatario y sieado.dej8do en ~poseiibn cuál ser&ef
afecto de esta prtirroga thcita? El art. 1738 .contesta q u e se
opera un nnevo airendilmiento. Siempre es'la aplicación del
derecho 'corniiri:un contrato disuelto no puede revivir, y re-
vivifia ei la prbrropa tuviera, poi efecto continuarlo despia4s
de cesar de existir,
J Qué se dice en favor da la opinión contraria? Pout acs
motiva $u decisión, se atiene sin duda B Troplong, ilt quien ci-
ta. bY qué dice Troplong? i i E y la uisma sociedad, subsiei-
tiendo sin interrupcidn entre las mismas personas, con el
mismo capital, Eoni el mismo objeto, y siilb preueniabdo 'mo-
dificación en culnto al tiempo de su duración. 11 Se pudiera
decir id8nticarnente la miema cosa de ila 2ecoidúccidn t8ci-
ta y no obstánte la ley dice qde forma úni nuevo a r r e ~ d a -
miento. Troplong añade: 1iLa sociedad prorra-da m68 allá
del plazo primitivamente convenido est&en un estado de in-
tegridad enteramente nemejaote al de Is sociedad de que una,
de les cliliasulos decía que la minsrte de uno de los socios no
la impediria continuar con sus herederos 6 eocios supdrs-
titeu.ii Eeto ea justificar u4 error por otro error. ~inazldo
uws dáusula del pacto social estipula que la ~ociadadc m -
tinuar&con los herodaros 6 lo8 ~upérstites,la sociedad aun-
DIFERENTES XODOS DE !CXItIIiINAB LA SOüiEDAD 417
11.-BXTINCTON DE LA COSA.
uno de los socios? Una sociedad trata con una ciudad por
u n perfodo de treinta y seis años para el abasto del gau; fud
sentenciado que esta sociedad no acaba por la muerte de
uno de los socioíi. A l tratar con la ciudad por un período
determinado, dice la Cortede París, lós socios han oocesa-
riarnente querido que su sociedad tenga la, misma duración;
derogarqn, pues, el art. 1865 que dispioe para los canos ordi.
nsrios, y sal& convencinn contraria, que la muerte de un?
de los socios pone fio 4 la sociedad: (1) ;NO es esta decisión
demasiado absoluta? Se aplica A rodas las sociedadks con
plnro; de modo que el irt. 1865 8610 reoibiria aplicación B
las sociedades contratadas por un tiempo ilimitgdo. Esto es
introduoir e n la ley uua distinoiok que l a modifica profuo-
damente. El intdrprete no tiene este derecho. Hay que mao-
tener corno principio que la sociedad He disuelve de plano
por la muerte, salvo convehcidn coritraria. Esta convención
e8 una excepción y con este titulo debe aer estipulada. La
Corte admitió la excepci6o fundhndola en le neturaleaa'da
la sociedad, y en el ;aso ni; había 'estiptulaci&o. Esto nos
paiece sobrepasar y volver 4 hacer la ley. Sin duda que hay
sociedades que por interés de las partes.contratantes debie-
ran continuarse después de la muerte de un socio; pero si
tal $t el interés d e los socios dehao estipularlo; si no hay
ninguna clAusula.que indique una excepción se está bajo e1
imperio de la regla.
393. Hay una ~entenciaanáloga de I'a Corte de Lieja en
materia#deinsolvencia. iiSi, dice aquella corte, Ia aociedad
se disuelve en general por la insolvencia de uno de sus 80-
cios hay sociedade~que ~bbrerhen& las causas ordinarias
de disolución. ii Aqui detenemos & la Corte; hace una ver-
dadera excepción S la ley; ya no es en la estipulación de las
partes en lo que se funda, es en la na,turaleas de 113sociedad;
crea, puee, tina excepción general; es decir que modifica la
1 Parie, 10 de Junio de 1869 (Dolloz, 1870,1, 304).
ley, y modificarh es hacerla. La sentencio, con'tinba: tihsf
sucede euaodo resulta del oon.nto de las estipulaciones del
contrato social, de la natzcrnleza y del objeto de la empresa,
que la intención de las partes ha sido que la sociedad du-
raRe tanto tiempo como necesita el objeto pura alcanzwse coma
pletamentc. (1) No podernos admitir otrasi excepciones mhs
que las que están estipuIadas en el cantrato; la excepción
no puede, pues, ser general, es necesariamente esptacial.;ycon-
vencional. Y la excepción stdmitida,por 18 Corte de-Lieja
es de tal modo general que destruye la regla. iHay sócie-
dades sin objeto? no es en toda sociedad el alcapzar es-
te objeto la intención de los sooios? Luego cualquiera, so-
ciedad debiera sobrevivir d la muerte de un socio. No es
euto seguramente io que quiso decir Ia Corte, pero su.deci-
sión conduce 6 esta concecueacia, y data testifica contra e1
principío de que procede.
SECClOnT 222.-De %S casos en 10s que Ea sociedad
no acaba de p l a ~ ~ o .
11.-CUANDO
LA. SOCIEDAD ACABA POXC LA VOLUNTAD
DE UN SOCIO.
11.-CUANDO
LA. SOCIEDAD ACABA POXC LA VOLUNTAD
DE UN SOCIO.
. 416. 'i>othi&
F' , ? '
,1 &t;ldad
tJ1 , A ..
. está m6i e~crupulosa-
mente ieqoeridá en las particiones eií 109 contratos con-
r n i n i t i ~ ~ d ? ~pártici&n o*
~ i ~, . ~ ,,i aes mas &e' una liquidación
mrB.
.résoision
.' .' t r , ,
en l i
la perficci&k del Código Civil éa &2nte&i invaria-
bles 16s b,iinaipibs que ha con'éagrado; $ lejo$ de poder ale-
&r fuéites razones de diferenda pdri idmitir la reecisión
,.,.!Y ' t
oootrh la partición de ducesibn desecharla contra 11i de un8
sb'ciedad, la acci6h e i aún mkk'favorablci en el segundo ca.
so, pÚésto que la igualaid, que es el alma de toda ~aitición,
pertenece particularmknte todavfa Ic 1s ?le una sociedad de
que constitüye la' nituraleza y la esencia.11 El T n b u ~ a d o
propuso la 8;n'pre~iónde Ia dispodicid~que desechaba la res-
1 'fi&snse en divetaos serntidoa Pont y los sutorea que cita, p. 619,' ndrnekoo
194 y 795.
2 PIetx. 31 de Diciembre de 1867 íDalloz. 1868, 2,145),
ANEXAS
l. &Que' es Ea comunidad?
432. Potltrier dice Qae 1s comunidad que earist~ontm dos
6 mhs personas, ya sea de una universalidad de cosea, yu de
31 Dendgada, 7 de Junio do 1830 (@iray, 1830, 1, 2b0), Pnsdooaue, Derecho
comercial, nfim, 1069.
2 Donegada, 3, 0 de J n n i o de 1869 [Dalloz, X859,1,244].
3 Pont, p. 400, nbm. 789 g las autoridadea quio oita, ,
cosas gztrticurares, sin que medie un contrato entre ellas, es
una especie de cuasicontrsto. Da como ejemplo la comuni-
dad de bisnea de una sucesión vencida á varios herederos
6 Be cosas iigadas conjuntamente á, varios legatarios, (1)En
nuestro concepto no hay más cuasicontratos qualos que sd-
mite la ley, y ésta no ca2i.fica de cuauicontratos al hecho de
comunidad nial hecho de una sucesión vencida h varios here-
deros 6 á un legado hecho 4 varios.legatarios. Tranqlrida-
m03 á lo dicho en el título'De los Comipromisosqzce se fbrman
sin co~zuetzció?~,
y al título De las rSuces2ones. En nuestro con-
cepto se pueden explicar las relaciones que existen entre éo-
munerss sin considerarlaa como derivando de un cuasicon-
trato. La doctrina que confunde la comunidad con el cua-
sieoa$rato es sdem4s ioconciliable con lo. hechos. L o que
caracteriza esencialmente al cuasicontrato es que constitu-
ye uni simple hecho sin que intervenga ninguna convención
entre las partes obligadas. Y la comunidad puede nacer de
un contrato. Varia8 personas compran una cosa ea común;
puede resultar, como lo diremos r n h adelante, ya sea una 80-
ciedad, ya seti una simple comunidad de hecho; sin ernbar -
-go,hay nn contrato, uri concurad de consentimientos; luego
puede haber comunidad en virtud de una convencibn, lo que
-excluye la idea de un cua$contrato. (2)
433. Confundiendo la comunidad con los cuasiconrtratos
Potllier esth conducido It identificar casi enteramente la co-
munidad y la sociedad; sblo ve en ellas una dífarencia eaen-
oial: ea que la comunidad que resalta de una sociedad estd
formada por el consentirnieuto y la voluntad de las partes,
mientras que la comunidad que, constituye un cuasicontra-
to $e forma sin el conseatimíento y la voluntad de las Dar-
Aplicaciones.
448. Hay actw en los que es dúdoso mber ~ 'un i hecho
jurádico coiis'citu-ye una eo-unidad 6 utia sociedad. De es:
to decisio~eajudiciales que parecen contradictorias porque
parecen calificas la vez un solo y mismo hecho, ya de so-
cindnd, ya. de comunidad. El priiCipio que las distingue
es, aíq embsrgo, muy sencillo, estk evkrito en el nrt. 1332.
Dos b~rsonasponen alguna cosa en común; debe nupouer-
ae que hay una coavención entre ellas, si cn ninguna rela-
ci6n habria entre la comunidad y Ia sociedad. La sola con-
vención en virtud de 1 que una cosa es com6n enbre varias
peraonarr iforma una. sociedacl? N6, pues en'la sociedad h e
dos elernentoa: primero, una cosa puevta en comiin; despu&s
el objeto que los conlratsntea tienen: el de In utili.-
dad que resulte. Cuando este sagunclo elameoto falta no
hay sociedad, pero como una cosa es comSln de varias per..
sonns hay comunidad. Es, PUBA, 121 intención de las partea
lo que decide ~i hay comunidad (i sociedad; y IR intencibn
de las partes ,puede ser diforsote aunque el hecho jiiriclico
parezca aer al mistn"~;de B R ~ Olas d e c i ~ i o ~ de
e s apariancik
contradictorias., En dereoh'b no hay oontradiaci6n, puesto
que los juecaa aio deciden e n derecho eiqo de hecho.
449. Dos personas coraipran en común un inmueble. Fué
sentenciado que había simple comunidad, y hemos relatado
una sentencia que decid8 i u s hay ~ociedad(núm. 245, ilota)
La compra constituye una ~irnblecomunidad cunrido c o n ~ t a
1 Pothicr, Z7o la cociedad, núm~,b93 y 194. Pont, g, 68, nbrn..SO,
de hecha que ba adquirentes no han comprado la coea en
vista de Operar 1a reventa y partirse la imtilidad que resul-
tare, aunque los comuneros la hayan revendidtr coa utilidad-
La Corte de Casación lo setitencid asf y la deciriitin es irre-
prochable, puesto que se funda en la intencidn de las partes
tal como resultaba de los hechos comprobados por el primer
juez, y esta intenci6n es el elemento decisivo del debate. (1)
En contra la Corte de Casación ha sentenciado que habia
sociedad en el hecho siguiente. Dos comerciantes se juntan
y canvienen hacerse en comhn adjudicatario~de varios lo-
tes vendidos en subasta por la Administración de la Marina.
Las partes mismas calificaban la operacidn como siendo re-
erultado de una aaociaci6n en participación. Es verdad, dice
la Corte, que la calificación dada por Ias partes h sus con-
vencíonerr no basta para determitaar su car;'lcter ? no arraa-
tra ti los tribunales li la apreciación que est5n llamados 6
hacer. Pero dejando á un lado los térsiinos del contrato etg
qeguro que la ionvenciiin de comprar en comhn ha sido su-
ficiente, negún el art, 48 del Código de Comercio, para canse
tituir una sociedad en participación, ya gea porque los par-
ticipantes hubieran debido voIvsr 8 vender tairibi6n en co-
m(za los objetos comprados, ya sea porque hubiesen debido
entre ellos las cosas denpuds de compradas. (2) De
be subentenderse que los compradores, después de haberse
repartido la cosa, ténílin intenci6n de volver á vender, poee
es la compra para volver á vender lo que constituye un ac-
to de comercio jart.' 632), y, segíin el art. 48,ls nsoeiacich
en participacibn supone uua, operaci6n de comercio.
450. Las unionea ilegítimas, t a n nameroaas en las grandes
ciudades, den lugar 6 una dificultad, ,- Cuando la unión es le-
gftima la asociacidn de per~ionaspraitqce una gociedad de
.1 CSasacióii, 22 de Noviembre de 1852 (Dalloz, 1872, 1,325. Comphreee dix,
30 de Novismbra de 1833 (Dalloz, 1856; 2, lf7J.
2 Oanución, 4 de Diaiembre de 1&39 (Dalloz, on la palabra Sociedad, núrne.
xo 122, 2.0)
"apenesllamada comunidad; y está por dicho que ril cnncu.
binato no tiene el efecto que 1s ley y Ia volua~adde 10s fu-
duros c6nyugtis atribuyen al matrimonio, Pero de hecho
103 queviven en concubinato pueden unir RUS interesoa del
m i m o modo que cuando quedan muy amenudo unidos par-
sonalrnerrte por toda la vida. ES esto una sociedad? iEs
una comunidad? Puede ser ixnn sociedad de bienes si las
condiciones que la ley exige están 1Ienadws; es necesaria una
puesta, es precisa que los amancebailca tengan intención de
partirse el beneficio que pudiera resultar (art. 1832); en fin,
es prec-isb probar la existencia de esta8 condicionas. La pro-
tensión de ttqixelloir que han vivido en concubinato, cle ha-
ber formado una ~ociedadds%ienes, ~ i e m p r eha decddo an-
fe la dificultad da pruebai el srt. 1834 exige i ~ nescrito
cuando el objeto es de un valor de m8s de ciento cincuen-
ta francos y cesta prueba jamhs hn sido rvndida. ¿Si no hay
sociedad hay al menos comunidad de hecho? Escierto+que
los amancebados afectan las apariencia9 del matrimonio y
que de orriinario vivan juntos como si fueran casados; po-
nen intereses en común, la mujer poFee un menaje y concu-
rre al establecimiento de un comercio 6 de una industria, con
al pretendido marido, para explotarlo; e ~ t oes de hecho lo
que la: cc?rnu.nidad legal es de derecho. &NOse debe cletliloir
que S la diaoPuci6n de asta comunidad de hecho por Ia rnuei-
te de uno do 10s comuneros há lugar para liquidar h ~ ain-
terese~comuneq no. conforme á las reglas de Irc camunidad
legal sino conforme á !os principios que rigen la comuni*
dad de hecho? No se puede negar que lbay una comuriidad
de hecho, lrrego intereses comunes y derecllos; hay itizn i116s
que comunidad, tlio elemento social; hay cc~lnboracibnde dos
peraonats, una ganancia hecha en común; ipor qu6 negar á
10s interesado^ una acción para liquidar su8 intereses CODILI-
hes? Hay una sentencia eri este sentido; (1) pero la juris-
1 Bennoa, 10 de Dioiembre de 1835 @allos, Xooiodad, ndm, 30'¿'),
prudencis se pronancia en general en sentido contasrio
TJna rnujer casada. abandonada por su marido se juntó con
un obrero armero, se estsblecieron ea una ciitded pequeño
y ,compraron alli con dinero prestado una ftibricsr, de limo-
nadas que explotaran en comdn viviendo como marido y
mujer y haciéndose pasar por tales. EI estableeirniento pros-
per6. Después de la muerte de la mujer Ia hija que habla
.tenido ella en su matri~rnonioreclamó por la parte ile la
madre Za mitad del estabiecimiento y la mitad de las ganan-
c i a ~que eran el resuItada de la gesJirzrA com6n. El Tribunal
de Primera Instancia acogió la dfjlbanda, pero 1a senten-
cia fué desechada en apelación; la Corte de Farís dice
que no habfa sociedad faltando la prueba. Querer, dice, ree
conocer el principio y la prueba de una sociedad en lau re-
laciones que han existido entre los srnaricebados aería stri-
buirIes efectos que pertenecen hnicamente a1 matrimo-
nio. (1)
Igual decisidn de la Corta de Burdeos en un caao análo-
go. No había en la especie industria cciniiin; la mujer eya
modista, el hombre doradar. La mujer pretendía haber Zri-
vertido ea. la caja común los productos de su industria; re-
clamaba su parte en las gnnancian, La Corte comenzó por
~stsblecer,lo que es natural, que lole que viven en cancubj-
nato no pueden invocar las relaciones ilegales en que han
vivido pma dediicir un derecho cualquiera. Despues com-
prueba que la soi:iedacl no esthprobado. Desecha igualmen-
te por falta di! prueba la reclarnacidn fundada en que la
mujer habla invertido en el fondo común los frutos de 813
industria. (2)
Zata segunda sentencia se caloca excluuivamente en el fe-
rrena de la prueba{& trata ds saber s i l a comanidad esta
isometida 4 las reglas generales que rigen la prueba. Tia afis -
J. Parfe, 20 de Agosto de 1851 (DB~~oz,
1854,2, 84),
2 Eordeoa, 19 de Mamo de 1868 (Dalloe, 18G8,2,222),
mahiva noe parece cierta. La comunidad entre amanc.;ba-
dos resulta de un concurso de consentimientos, luego de
una convención tácita; esta convención dehe se. probada por
escrito en el sentida de que Iri prueba testimonial no se ad-
mite, las partes interesadas han debido y podido procurar=-
se una prueba literal. Queda otra dificultad. La jurispru-
dencia invoca el interés de la moral y ciertamente que tie-
Qe razón en repudiar el concubinato y negar S las relscio-
nes ilegitimas un efecto que la ley otorga al matrimanio,
Sin embargo, no hay que exagerqr las cosas.
Cuando un hombre casadu contrae antes de la dieoluci6n
de su matrimonio una ~sgundaunitSn con una mujer que co-
noce la existeucia del primer matrimonio hay también re-
l a c i o n e ~adulterinas; para la moralidad tambidn son culpa-
bles de ccjncubinata; para la ley hay una falta m&s:es que
las partes contrayentes han violad^ una ley de orden p6-
blico al querer dar un efecto legal 5 zna unibn adciltera. Sin
embargo, si este matrimonio es anutab las partes interesa-
das tienen una accihn pars liquidar la comunidad de hecho
que ha existido entre ellas, y la liquidación tiene lugar coa-
forme 6 los princti pios de la. c~rnunidadde hecho. Es efita
acción la que pedimos para los amancebados, y en principio
no se les puede negar. La dnica dificultad 68, pues, la de 1s
prueba. Esta dificultad no existe en e1 crncio de un enlace
manchado con el adulterio ó de cualquiera otra nulidad de
orden público, porque el acta de celebración del matrirno-
nio puede ser invocada como prueba literal de 1s vida co-
mún y, por conaiguieote, de 1%comunidad de hcho. Una
~entenciareciente de la Corte de París admite tsmbih, y
con razón, que puede existir uua verdadera sociedad entre
amancebados, En derecho esto es de evidencia, pues que no
hay ley que declare á los amancebado8 incapaces de can-
tratar 6 de formar una sociedad, La dificultad e6 siempre la
P, de P. TONO xxv1-03
498 SOCIEDAD
DEL
CAPITULO 1.
..P (1)
473. La Corte. da Renrles e11 el caso que acabarnos de re-
latar examitia con cuidado si hay iina culpa que reproch'clr
al empres tador en el c ~ s oen que la cosa llega á perecer,
Ya1 ss el verdadero terreno del debate. Cuando el Código
declaro a1 empreatador re~ponsablepor 1n pérdida de la coa
sa es porque tiene la culpa. Hemos dicho más a t r á ~que ar~t
~ucede@uan(loel empreskador liscs un uso i1egit;irno de 1%
cosa (nilrms. 469-470). Lci mismo pasa en o1 caso en que se
puede reprochar al emprestador no haber cdidado de la con-
servación de la cotia como un buen padre de fa mili^. Es itui
como Pothier sienta e1,principio: 1iEl enlprestadur as res-
ponsable .de la pérdida 6 del destrozo de la cosa, aunque m-
cedida pot un accidente de fuerza mayor, citando por su
culpa ocasionó el accidente.ii E1 art, 1882 preves do^ casm
en los que 81 ernprestador eet$ declaraclo con culpa por Ia
ley,
La cosa prestada perece por un caso fortuita del que e4
emprestador lzubiera podido garantizarla empleando la CON
sa propia; está obligado por la perdida fortuita. Para que
haya lugar i la rreapoxisabilidacl ea necesario que el em-
prestadoñ posea una cosa de la que podia haberse servido y,
1 Rsnines, 3 de Díaiembre de 1813 (Dallol;, en la palabra Evlstamo, ndrne'.
so 04),
DEL EMPELE8TAfJOR
DBLIGACI~~PTEEI 537
Núqn. 4. De la ~~estitzlcid?~
de la cosa prestada.
477. El art.'1875, que define el préstamo para uso, dice
que el tomador debe-devolver la cosa después de haberse
servido de ella. j,CuAndo debe hacerse la restituci6n'l El asw
1 Pothier, BeZprbtatno para uso, n.m. 62,neguido do Ulpibn,
2 Pothiar, Belp~&tamo*para uno, nifra, 65,
ticulo 1888 conte~taque el prestamista no puede retirar la
cosa prestada ~ i n odespués de vencido el plazo convenido 6,
á falta de convención, después de que haya servido al uso
para el que fu6 pedido prestada. iiEl plazo pone'fin al con-
trato de plano en virtud de la voluntad de las partes -con:
tratantes. 11 Pothier agrega una templanza de equidad. Si,
dice, después de la expiraciori del plazo el emprestador tu-
viera necesidad de servirse de la cosa que le. f i ~ éprestada,
por algunos dias mks, y que, el prestamista no sufriera nin-
gún perjuizio con el retardo, el prestamista debería dejárse-
la. Agrega que apesar de que el prestamista sufriera algún
perjuicio por el retardo, si el perjuicio que sufrirfa el em-
prestador devolviendo Ia cosa desde luego fuera mucho más
grande, tambidn se debería dejarle la cosa, Foa cargo de in-
demnizar al prestamista, por el perjuicio sufrido por el re-
tardo. Los deberes de la amistad, dice Pothier, que deterT
minaron al prestamista ii hacer el prdstamo exigen de él es-
ta condescendencia. Estas templanzas, dice, entran muy .evi-
dentemente m el e;spíritu del contrato, que descansa ea la
benevolenci~,para que no deban ser admitidas en nuestros
dia,s. (1) Sin duda quo la equidad debe presidir á la inter-
pretaoiún de uti contrato cuyo principio es la humanidad;
psro la equidad no debe hacer olvidar el derecho, y éste es
el que debe prevalecer cuando la. equidad estil en 'oposici6n
con (51. Tal es el caso e n la hipótesis de Pothier. El présta-
mo concluye de plano con el plazo; ya no hay, pues, ning.
na oonverición entre las partes. tCon qué derecho impon-;.
dria e1 juez al prestamista la obligación de renovar el pr8s-
tamo, pues es seguramente de una prbrroga de lo que se
trata? Aun hay m&: Pothier obliga al emprestador á in-
demnizar al prestarni~ltapor el perjuicio que le causa el pr8s-
tamo prorrogado mds allá, del plazo. E.yto ya no es un pr6s-
1 Pothier, ush prb~tamapat~n .~cso,núm. 28. Mourlbn, t, 111, p 376, nbme*
POS 941 '346. Pont, t. 1, p. 54, ndm. 121. Duvargier, p, 131, ndni, 96.
522 DEL aoMoDA~o
tamo, pues el eruprestador paga realmente el uso de la cosa,
mientras que el comodato es esencialmente gratuito (articu-
lo 1876). preguntamos con qu6 derecho los jueces crearfan
un contrato muy diferente ehtre lae partes, apesar del prea*
temista; 10 que debe suponerse? 2Yuede haber una conven-
cidn sin donsentimiento y puede el juez coneentir por la8
parkes ?
478. Si 18 donveiici6n no estipula plazo hay un plazo tá-
cito; la cosa fut! entregada al empre~tadorpara que 8e sirva
de ella, y 61 uso exige cierto tiempo. ~Cluálea este tiempo?
'El 06digo' dice i u e el prestamista puede reclamar la casa
s61o déspuGs de v e haya servido al uso para el que fu$
prestadit. Pothier 0s rn&a exacto; dice: el tiempo necesario
p r a el uso para el que la cuba fa8 prestads. (1) El empres-
tador recibe la cosa por razdri de la, necesidad que de ella
tiene; eír, Fues, necesarfo que la use desde luego con el Gn de
conciliar au derecho con el del prestamista, Si hay conflic?
%o entre ambng partes acerca del tiempo ,necesrrio el juez fi-
jar& un plazo. El juez está también llamado 6 intervenir
ciiando el uao no e ~ t alimitado por BU naturaleza; una cue-
.va, una caballeriza, un cuarto son susceptibles de un uso
3iimitado; .sin embargo, ee seguro que, en la jntención de la8
partes,,el uso debe tener un límite; el juez lo decidirá. En
'61 caso sentenciado par la Corte de Colmar que hemos re-
latado (nlím, 454) el prestamista había ofrecido entregar un
local sin determinar Ict duraoián del uso; la Corta senterició
que ei-n imposible admitir que el compromiso fueae indefi-
nido, ni que fuera subordinado á la volutrtad del empresta-
dor; era, pues, necesario limitar la duración del pré~tamoeu
atencidn 6 la intención de las partes y 9, la naturaleza del
cornpromi~o.La Corte fij6 la duración de la canvencibn en
dos años. (2)
1 Pothíer, Del prbstamo para yso, pbm. 24.
2 Clolmar, 8 de Mayo de 1846 (Dalloz, 1846,2,219).
479. ¡)Sin embargo, si durante el pIazo 6 antes de que
aese de servir85 de la aosn el tomador, el juez puede, según
ias circunsta~ciae,abligarlo a devolverlait (art. 1889). Es
secesario que la neceeidad del prestamista sea imprevista;
ai 10 pudiera prevser antes del contrato debia hacerlo ~ b j e -
eo de una estipulaci6n expresa; guardando silencio renuni
oia el derecho excepcional.qpe 19 da'el art. 1889. Es nece-
sario, en ~egundalugar, que $a necesidad sea apremiante;
ea decir, que po pueda transferirse. iClzhndo es la necesidad
apremiante? Esta es una cuestidn de hecho que el juez de-
cidirb. Cuanda ja. necesidad sea imperiosa é imprevista o1
juez no esfa obligfida 5 ordenar la restitucibn; la ley le da
un poder discrecional; puede, segiín las ci.rcunstan.ciu8, obli-
gar al. tomndor á devolver la casa. Estoimplica que el juez
debe bnibi6n tomar en consideración el derecho del toma-
dor. &a disposición del art. $889 doroga su derecho: toda
convencibp hace ley para las partes y para el juez; es nece-
sario el concurso de voluntades para romper el contrato
@t. 1.134). Según este principio, que es fundamental, el
tomador tsndr&el derecha de guardar la cosa hasta el ;en-
cimienta del termino expreso ,6 t4cito para el cual ha sido
prewkada la coss; la ley no da al prestamista el derecho de
romper el contrato, soIamente 1s permite pedir que se le
devuelva la coss; es el juez el que decide tenieniio en cuen-
ta el derecha del tornadar y los intereses del prestamista,
El derecho es eviGntemente del tomador. Se lee en 1s
l$xposición de las.Motivos que la ley presume, cuando ocu-
rre al prestamista una necesidad iml>raviata B imperiosa, la
candz'cidión tdcita de poder rasolver el corncldato y pedir que
3 f i cosa le sea devuelta. (1) E ~ t on0 es del todo exacto. S i
la ley subentiende una condición resolutona el prt?stnmi*ts
tegdrín el derecho dq exigir la ,re~tituciún,y el juaz debe-
1 Galli, Expoaioión de I 8 motivos, nbrn. O (Locr6, t, VII, p. 27(1), seguido
por Pont, t. Ip. 63,o1m8 117 y 118. Cdmpdreie Polhíer, Frcistaao ymr rrso,
,
aám. 25.
ifs fallar realmente así cuando la necesidad del prestti&~sta
e8 imp~'riosa 6 imprevish. El art. 1889 n* s e expresa a&
o. habla de un derecho del tomador; da a l juez un poder
discrecional. En este punto la ley todavía ea excepcional:
el Orador del Gobierno recuerda el celebre aforismo dct
Bac6o Optimo Icx qua minimbm relij2iinic;t &bit& judicis.
Es en defioitiv~una disposición 'de equidad, y Is, équidad
misma es contestable. ;Permite la ley al d o n a n t ~retirar sn
donaci6u si ~ufcela necesidad imperioes, 15 imprevista de
Ia cosa dada? No lo autoriza Ci pedir la rbvocaci6n ni aun
cuando ese en la miaeria. g P& qu8 sues3ería de otra ma-
nera en materia de préstamo que también es una libera-
lidad? (1)
480. ~ G Qelztomador
~ del deraho de retei9c16nl j,Es aee
cir, puede retener Ia cosa si el prestamista as sza deudor ed
razón del prdstamo, por ejemplo, del pltnto' dB g a ~ t o aex-
traordinarios que hubiera' hecho? El ~ 6 d i g 0no se expresa
de una manera positiva acerca de e ~ t punto;
e dice lbque o1
tomador oo puede retener la cosa por oompensncidn de lo que
el prsstamista 1s debe11 (art, 1885). Si la ley entiende hablar
de la compensacidu propíamente dicha la disposición era
inútil, pues que el art, 1293 ya había diCho que la compen-
aaci6n no tenía lugar en el caso de demanda en restitución
del pré~tamopara uso. entiende bablar el art. 1885 de%
derecho de retención? (2) Entonces la expresidn de comlpen:
sacidn es inexacta. Es, pues, preciso hacer t% m lado el
texto para decidir la cuesti6n conforme Q los principios. En
nuestro cancopto el tomador no tiene e1 derecho de rssti-
tución porque la ley no se lo da. Cuando quiere conceder
este derecho lo dice. As& coaforme al are, 1948, deposi-
tario puede retener el depbsito hasta el pego completo de lo
que se 16 debe en raz6n del dep6aito. 81 S0 puede deducir del
3. Drtrantóa, t. XVII, p, 002, nbm. 646.
2 Esta 08 la opinila, de Da, Pon$, t , 1, p, 4Ei, ndm. 101,
DEL
OBLIGA~IO~ S BBE~TATYIISTA 635
-
SBCCION" I . 4 e tu naturaleza y de ZiGs condidon& de?
prdatamo comdn .
485; El art. 1892 defina el pr6rstamo de consumo en estoa
tdrminoa: rtEl prdstamo de consumo es un contrsto por
el que una de las paacjs entrega á la oerla cierta cantidad ds
cosas que ae consumen por el uao, con cargo de que estu
tiltirna le devuelva otro tanto de la misma especia y cali-
dad.ir Ateniendose 6 la definición el pr6stirno Cie consurno
0s un contrata unilateral,. así corno el préstamo para usa,
pues el prestamiata no contrae ninguna obligcicidu haois el
emprestador; s61o Bste se obliga $ devolver cosas da la mis-
ma especie y calidad. Sin embargo, la cue~tiónestá con-
trovertida. En el fondo es igual para el préstamo de cona%*
mo y para el de uso; ambos pr8sta;mos han sido.siempre con*
aiderados como contrato8 unilaterales, 6El C d d i p Civil ha
cambiado Ia naturalea tradicional del pr4etamo de consu-
mo? Se puede asegurar que no, porque esto es imposible;
el Oódigo bien pudiera calificar tia bilateral un cotitrato sn
01 que unia de las partes no se obliga; esta contrato no de-
jarh por eso de sor unilateral, no pudiendo el legislador
aambiar la esencia de las cosa@,Sucedi6 quealos autorea del
QONDICIBX&S DEL PR.ESTABX0 ' 843
t
que el'contrato de pr stamo dBbe ejecutame 'de buena fe
debe concluirse que 0s n coove~ioñlaalagm~tt&o?Ests
no puede tornarse á lo serio, El Conseja olvidabd el articn-
lo 1134, aegiin si cual todas las convenciones deben ser eje-
cutadas de buena fe; luego ttodoti los contratos serían biia-
terales*
El Consv+ de Estado decidió quei la sec. 11 serfa man-
tenida; luego legalmente el prestamista tiene obligaciones y
legalmente el prdstamo es un contrato .bilateral, Esta es IR
consecuencia lógica de la decisión del Consejo de Estado,
Y, sin embargo, 'es imposible admitirla. La esencia de lae
casas prevalece A los errores del legislador. (2)
486. ES el préstamo un contrato real? Esta e8 otra
cuestión que se admira, uno ver predentada, y admira auo
rnhs verla resuelta negativamente, cuando menos en cierto,
caso. Aquí ng 0s ellegislador el culpable, R& Tos intdrpis-
tes que se apartan de ia ley. El art. 1892 terminants;
para que haya preetarno de coosuimo es necesario que une
1 Sentenaia da1 Oonaejo de Entado de 7 PJnvioao, año XIIi nbm. 16 (Sto.
ord, k, VII, p. 269).
2 $ate es 1~ opinión de todo8 loa eatorea (Pont, t. 1, p. *?ti, a d m . 179) ex-
oepto o1 di~entimientode Duver ier, p. 227, ntíms, 192-197 y de Aubry y ,Rsu#
t. IV,p. 608, nota 1, pfo. 394 (i.*' ?dbUn>.
UOND10iONEL., DEL PRESTAMO 646
vabr de la, cosa? 'i!odos los abarrotes tienen uri valor va-
riabIe de alza y baja tanto como las acciones; no hay, pues,
á este respecto ninguna diferencia que hacer entre las ac-
ciones y los abarrotes. A decir verdad la calidad de una ac-
ci6n se confunde con su especie; cuando acciones del Norte
se dan en préstamo el tomador debe devolver acciones del
Norte; al hacerlo aeí devuelve lo que recibió, un valor va-
riable por su naturaleza, pero no sucede a ~ con
i los abarrob
tes. Ma se puede decir que si la accidn baja el tornador ea-
$6 en la irnpo~ibilidadde devolverlas, puesto que no tiene
Ea misma calidad, conserva su calidad de valor variable en
a s n o s del tomador, como la hubiera conservado en manos
del prestamista si no hubiera habido préstamo, El presta-
mista no puede, pues, quejar~een caso de baja, pues 1s ac-
ción hubiera bajado igualmente si no la hubiera prestado.
Pero la acción puede también subir; si sube, habr&que
decirse, ooo la Corte de Oasaci60, que no tiene la
misma calidad; que la, restifucidm no se puede ha-
cer en naturaleza y que, por consiguiente, hay Iuga,s d
restitución en valor al' curso del dia en que la restituci6n
debit5 i~pdrasse;a i el tomador restituye el dia fijada por el
contrato el debate PIO tiene ningan interés, puesto que pue-
de inmediatamente comprar acciones al curso del dia con
la suma que representa este curso. Esto prueba que la
imposibilidad es una ficción. E n el caso 18 re*-
titucidn debia hacerae el 15 de Noviembre de 1847; ge hizo
dos anos mRs tarde, puesto que la sentencia de In Corte do
Apelriciún es del 29 de Noviembre de 1849. ~upoaeurios
que en este largo plaza 18s accio~eghubiesen continuacls á
subir; iqu6 hubiera re~tituidoel tomador en el niatesur, con-
sagrado por la jurísprudancia? Hubiera, dicho que no te-
niendo y6 las acciones la misma cua.lidad se encontraba en
la imposibilidad de restituirlas en naturaleza; por tanto, hu-
biera invocado el ast, 1903 ofreciendo al prestamista el va.
for de Ias accionas en el 15 de Moviembre de 184+7,y yf es
verdad que e1 valor de una aoción constituya su calidad el
prestamista hubiera tenido en 1849 valotes diferentes de
los que hsbia prestado; exto nos 'parece corrtradicforicr.
Nos parece que el 'Tribunal del Sena habría sentenciada
mejor ordenaado la restitucihli de las scciohes. Que esta$
subao 6 bajen, siempre puedan iodhticas; la restitución
pueda, pues, hacerqe fsiernpre sn naturaleza; si bajan el prea-
tamirta perderá, si suben aprdvachati la alza, ein que pde-
da decir que pierde 6 ganá 4 consecuencid del pr4stams;
ento viene de la. batoraiezs vnriabie de la cbda prestada; fuS
prestado un valor variable y se devuelve tih valor varia-
ble, Otra vez, la euestibn de kdblbaf si el prestsmiatrt tenía
derecho á dn6os y plerjuicids por motivo de que el toma-
dor no había restituido la cosa el dia convenido. Acerca de
este punto nuestra parecer es que el Tribunal había senten-
ciado mal concediendo al prestamista, á titulo- de daños y
perjuicios, o1 monto de la diFarenoia entra el curso de las
acciones cilando la restitnoidn obligada y 61 currro que te-
nían cuando le restitucibn real, Este era el caari de aplicar
el art, 1904 que examiaarernos mBs tarde.
509. ffemossupuestr> haata aquí que el pr4atamo de
consumo tiene por objeta abarrotes. Ordinariamente 1%
cosa prestada es una suma de dinero. La ley contiene un&
dispnsicitn especial acerca de la rastitución del .dinero pres-
tado. Ya,hernou examinado el ark, 1895 al tratar del pagor
El principio que sigue la ley en este caso eB enteramente
díferente del que rige la restitución de los abarrotes. Los
arte. 1892 y 1902 prescriben la restitución en misma calidad,
pspecie y cantidad; la ley oo habla del valor (núm. 505), el
srt. 1895, al contrario, pone el principio de que el tomador
de una suma de dinero restituye la suma numtirica citada en
el contrato on moaeda corriente en el momento del pako; ds
modo que si hubo aumento ó disminuci6n de especies paga
OBLl[GAOIONE,5 DEL &€TE PlDE PRESTADO 672
TITULO IX,
(TITULO y111 DEL CODIGO CIVXL).
suelo?.., .................................................... 39
85 El .arquitecto responde de los matkriales aunque los minis-
trase el propieBario 6 cuando los esooge?. .................. 40
Núm. 2. & quién se "aplicala disp~iiicióndel art. 17921
36 El art.1792 no ~e spliae m6e qae L los arquitectos y cmpre-
sariori, Quid de loa c-rbreros que no tienen e s f ~calidad? En
R. de D. TUNOXXPI-77
610 X*UDX¿XE DE LAS MATEBIAEI
CIOD?
. ............................. ...................
jo?* Cu&l'e<,eneste puato la aclctrinn de. la Corte de)Uaaak
c 52
46 El srt.'1792 -se aplica 6 Is, coostruoción de las rudquinas
que son an elemento esenoiel de 1st cunsirrr cción?.. 50 .....
$ 111. De la.responc3abilidafldel art, 2270,
47 alt. 227 0 establece una reaponsstilidad otra que el ar-
tículo 11921 ............................*;.....
48 &u6 se entiende por obra, hzcrda en el art. 22701 La res-
55
pt nsebilidad por estas obras difiera de la I onpoi sabilid~d.
por la con~truc~$uestablecrida por el art. 17925 Discusión
de la jtiriaprudent ía. ...........................,.......56
49 El arquitecto quo hace nn.plano.y ciiida .del trabajo es
rdsponsablo en virtud del art. 227U y esta responsibilidad
difiere de IH dgI srk. 17922 Ofítim de 1,) do:trina do Anbry
y R~LI.. ...............................................
50. EB respoasable el nrqtliteoto cuando no hay prefija?, ..... 5961
60 Bis, El arqinitacto se presume de culpa en e1 casa del artfou-
lo 1792, mientras que la culpa no se presume en el ar'ícii-
1022705.*....,r.*.*.n~*ai.o.*..*,..m..e,.......o* 62
$ /V. Cuíindo cesa la 'responsabilidaddel arquitecto.
$1 Xl arqnitecio no qiieda libertado de la reeponsttbitiddd ;de.
sus cnlpras por el conegntimiento ni la4 6rdews del5 propie-
tarir ...............,........................,e....
52 Q ~ i d~i el arquifeoto trabaja por los,planos deldneho8 Disl
64
cusióu de la jurisprudencia. En qué ossoa ea re~pansable
sólo el pr~pietario?~ ..............,....L.............1
33 LB recepción de los trabajos libe~tasl arquitecto de IaPes-
G
porlphilidad?, .......e.................,.........-.
54 Qniil. si ~etrata de vicios aparentea? Puede la recepción ser
68
tácita?.. ..................................,......~
66 Piiede el apropietario reauncjar.6 la acción de responsabili-
68
......,..............
dad desptiéj de abierta ésta?, ,.:. '70
rnent~?,
. ............... ...................... .......,..
68 La coiodeóación
;, :, $3
relativa, al precio debe constar por es-
.............................
e
....
~rltfj?; s.;;.....,.*..,..........r..*.. 85
69 Aplicaci6n del art. 1703. Juiii~priidencia,............ 88r
50 gA qu6,trahajoase aplica la dieposi~ibn-del~ r t ,1793?. .. :+ 87
71 Ea n9cesririo q cic la co~strocciónse baga 'de pr~&jo.8 Debe
haber necesa1iament.e uq pian cobvenicto entre la& p'arted? S&
72 El art. 5x93 se.aplica ti trabaj.1~hecbos.fii6ra~delo pres-.
oripta ea el plano, cuando se trata de la con~trucción.de
.. un ferrocarrd .................................
.'....*e,..
73 4Puede el .empresario reclamar cl precio de los trabajos no
90
aiitarizados bada concurreucia de la'ventaja que el pro-
piehrirs iilacn,dé, elha?, ......................:.
................ 91
Z4 6Pueaen las partes'derogar la disposicihn del. art. 17937
gCnándo Re consideran haber derogado? ..................... 02:
75 El art, 1703' e a aplicable á tratos .ii prefiio iate$venitf s
entro el empresa,rio principal y loa subempresat-ios?,.,.,,,,, . 04
S VIII, Del arte 1798.
76 d ~ u Pbl~<iétb ' ~ ~dbl art. 17881 '4Bn 406 aerogn e i sr-
tfoiflb 11'66?'SCatiZ eb e1 motivo 'de'esta dcrogrtción?......... 95
7'P Lp ex6b@?6n a610,ae aplica á los olweros. G Q U ~ se entiende
por'b8rmosí' * ~ Q a i dde los obreroa aubempresarias? Su-
c.:.,............................86
rieprode.aci# ...................
78 gCilri18ese1 der~ahodev!oaobrero6 contra el propietario?
Quid'lii et'or6dito del empresario sst4 extilignido en todo
ó en parte?: ............ ....
;. .t.,
y9 Quid di-el emprdeario ha cedido l u crddito contra el pro-'
; ............... ..108
pietnzio? .Tuede oponerae ceaión 5 la obrerus?. Quid
si la ce~idnfu6 hecha a\ commzar los trabajo^?. ............ 101
' Qnid si el ciédito del empresaiio fu.6 embwrgado antes que
80
36~'obiei;osbayan irittntado sn ~tc*ció'n
c b ~ t r el
a propiekcrio? 103
h obrerbs una aecida %recta coqtra el propiekp
81 ~ i e h los
rio? Ea esta acción provilegiada? ' PG9$en. ejeroarln oua,n-
do el empresario cae en quiebra?.
$2 PuGdeu 10s empresarios estar 'personalmente otiligaclos ha-
..............,.....104
cia los obreros y terceros que tratan con los subempresa-
irios sa. virtud de las~oláusulasde cargo?.
e--
............. 106
TERCERA PARTE.
m AEXENDAMIENTO DE ~ h ~ ~ f .&i 0llCT;fEPTE*l;,
.6 11
DE: LA SOCIEDAD-
...... 161
131 Objeto. del títulp. De les ñooiedades mercantiles..
................. .,:...................,...-.162
132 De 1á cómirnidad, .
..........................
$33 De Iaa socíedade~csrboneras ...,: b
162
$,TI.Del obieto,
142 Ea.necuwia qbe qada aocio hngi un aporte, Sin puesta no
ha$ sociedad.. J~ar.isp:@~noia,. ,,., . .............................
If.59
..... . .. ............... 10-
2x3 .En~qaé.debe,cop3i8tir~~a ppesti? Quid (Le1 o"r&ditop8titi\o.
Quid del, creA$o. comeici~l?:. ,.. .,,. 7.. :a:&.
t44 .Quid si lia:co~ven~i(ingribt.ye parte ;de .,i~iter& 'Bo
.oía,. q ~ pq*
e .tima ninguna .pOisti?
. ds ' e s d doii'Udiiiicitfn
da bienes futuros. ....................e.................,.....
ZBl
III. Benehio comán.
. , ..,*" ,,
145 Para qne haya eoeiedsd eij n~keiarioque una cosa se pon-
ge en comun e4 .~ieta de repartirae 1s utilidad que piieda
,\,A!,
\ 1
( a ' + &
JuR~p~~dotlCia~. ..................... .
,... . q , , 17% .{,,-.
168 S u c i o i . l a d c o ~ ~ ~por
r ~do$
t ~ drzdj
~ ndicntarios de cr6dttos .f.an
escribano .... ............................................ 173
i-mrdbDE LAS -XATERIAB 61'7
159 S )i..ielsd &tra un si5ogado y un ~gregado.............. 174
160 Quid d., la convención 'por la qilo cin a b ~gadose compro-
...... .........'.... ... .... . . ....... 1.76
" mete*&partir da uti1idad.de su estudio c i ~ n r~udepeodiente
pr'iobipatI? . ., , ,
161 &#lid de la convención por la qna do3 personas se .as6cian
p;sre.obten%~~unlaadjtrdiclrci6hexclwendo su competeacb? 126
. .... ......... . M1767
162
'
&<d4le la'soziedad entre iia farmacéutico y dos médicos
par&18 ~explotaoión.de .usa -botica?. , +..
-$ VI. De la forma.
170 CoLl es el objeto del rirt; 1 8 3 4 ~.. ......- . .- . ... i188
- - ..
171 La prueba kIe~las1aoaiedadeequedfr bajo gl impprjo;bel,qs-
. recho común,. ,........ ... .............:......,. .,.. . 191 *
172 Un e$ciil;o e8 necesario ,para la vti\i$as cfe la.gopy$n,ci$p?.,s;191
, . . . .... .
173 E l escrito alegado como proebabliter!~l&iebe serqrefiqctado
enilas )formasprescript~spbc e!,art. r1!3$5T,. , , ,192
1?4 CuSodo la prueba tsscirnonial es ,admikda? @qt5~(6entiep-
. ...+...
d e en el err,. 1834 por .o&jeto.de la toci(zclad2 .,.,,, .194
...... ..., ..;,. . ..
175 El art. 1834 s~ aplica &atodas 2gs socit&z&s. 'qgljc@~io-
n'es tomadas enala jnris prntlencia . .: , . , -,196
176 La,pr.n.iha teetim~ojal,eg adrniuible cpanflos,hayun,p$irp,~i-
pio de prneba, por escnlol Cn&sd,o , bzp
, * up; pfincipio de
....... ... ...... ... :. . ..
.
~ A P I T U ~11
~.O
DE LAS DIVERSAS ESPBCIES DE SOOIEDADES.
SECCION l.-& Zas sociedades civiles y comercitzbs.
208 Las sociedadeb'son oivilies ij mercantiles.:. 249 .............
'9 1. Principio.
209 Qué sociedades . .son mercantiles? QUQ diferencia hay entre
é ~ t a sy las 'ciyiles?...........:.............................249
........
S
CAPITUIIO 111.
DE LAS ODLLGCACIONEB DE 50s. ABOCX~DOS
EN!??&E Sf*
6 X. Del, aporte
Núm. 1, Del transferímienta da la, propieQ8a.
244 En qilé sentido el aporGe constituye una traqaIaci6ri. do pro-
piedad?, .........................................
245 Cómo se transmite la propiedad de-la cosa eotre socio8 Y
258
d.
328
i
340
S
506 En qué caso y por quih puede ser rovocado el gerentb nom-
. . .*.. . ... . . . . . .. .
brado por el ai:ta social? . , . : :, , 341
306 G6mo se hace 18 revocacibn del socio qne el art. 1856 asi-
mila á un simple msndatario? , . . ..... .. . . . . .
, , , :, , 342
11. ~ b d e del
r administrador,
307 El gerente de una ~ociedad.deheser animil&do6 na mhnda-
tario general? Sn p d e r ea más d menos extenso que el del
maodattrrio s~ghael oi~jatodo la sociedad, . . . ........ .
308 Paede el gerente hipotecar los bienes sociales? .
, . ,*. ,,343
.,,, 344.
309 Poede contraer isn prbstamo? . . . . . ... ....:... .. .. ....
;
$10 Tiene dereohw de transar y de comprometerP
: , , 346'
. ,' 347
311 Puede el gerente promover en jnsticispen nombre de le a?.
y en su contra? . . . . . . .. . . . . .. . . :. . . .. ..... .
ciedada Cómo 8% hacen las notificaciones por la sociedad
. , , .
31% Qniil si hay varios gereptes? C6mo adminis)trarrín? ; . ; 349
3%$'
CAPITULO 111..
DE LOS COMPROMISOS DJ3 LOS SOCIOS HACIA LOS TERCEROS.
5 1. $hándo está la sociedad comprometida Dara con
los terceros!
343 Pasa qrie la eooiedad'esté obligada por el compromiso dij
un socio es necesario: 1 e, que Iíste hava obrado en tal
calidtntl p ~ cuenta
r de la snciedad., .................... 381
344 E s iaeceshkio: 2. ,Que' el s~c!o tenga un poder para obli-
gar á la sociedrd. Cn&ndoel fiocio tiene poder? E s aece-
gario que el poder pea especial?, .............. ...... 382
;
346 Quid si el socio transpasa su ~ o d e r ?Qneclarii personal-
mente obligado?. ..................................384
346 L a ~ociedadse hella todavía,comprometida cuando el
comprromiso mritratado eh un 1101nbi.e por'irn eocio sin po-
der ~e ha vuelto en provecho silyo. .......................385
347 Es preciso que en este caso el &ociohaya obnacTo en nom-
bre de la uociedaa?. ..............
.'
i
386
5 11. Cámo se obligan los socio^?
348 Los socios no.ae.obljgan sl,lidni.iament6. ................. 389
349 Hay excepción cuhndo.la sociedtid, , e contrae en uoa fjrma
comercial qq: implica Ia'sojidi~r~dad entre loa socios. ....... 389
360 De la t xcepciCn admitida er! materia' de indivisibilide 890
. . obligados con relación i los terceras, pbr
361 Los eocioe est6n
i n a parte viril. .............................................. 391
' 3
390 El q o e h ~ d y
o sus acreedores piieden prevalecercoe de la di-
solaci6n de laesociedad ooritra 11 s *ocio-? ............... 434
391 Pueden e ~ t ~ i p u l 16s
n r soc os que Itt soti dad eabsi~tirben
el 0 ~ 1 0de quiebra civil de'uno de e11ok8 ....................
436
9 VIT."iHay excepciones a1 art. 18651
392 Hay sociedades qne por su natiiraleza no se distielven por
la rniiezte de uno de los socios?.. ..............,...d......-.
485
393 Hay sociedades qlie por su nxturaiezst rio se disnelven por
1%quiebra civil3 de uno de los socios?. ..................... 436
SECCION 11.-De los casos ea los jue ic~sociedad
~aoacaba de pleno de~*echo.
$1. Cuando i a ~ocied?iiaciilia por la v o l u ~ t a dde un ocio.
394
, .
Cuando la ~ociedncítierre uns duración ilirrih.la Itr volun-
tad de tino ó machoi socios le (28 fin. CuRl UY 18 raabn de
esta excepción zrl derecho coinún?......................i ..... 437
395 Cunndc, es la sociednd $ plazo? U~~úrido es iliniit;&d~?Qixid
d a ¡:m s~,ciedadesfo~madhclpara iin u?gooi31dqtjerrilinwdo?
Quid de las socied~desf ~rrnadaspor la vid~P............ 439
396 Recibe excepci6ri el derecho de renlincis en las escieddeu
por ;tccioneb? Pueden r~n-ilnncitti..lossocior;?. ............. 441
397 De .una excepción admitoidoapor la ji~risprrrdericis........... 442
398 Condiciones para.qne sea valida n reniil cía, al desecho
del,art, 1669. Cual ea el efecto de lti nulidad?.. ...........443
399 Dabe~nntificczra~ la r a n i ~cja
i 6 t odoa. los sr>.tios. Eu qr16
forma? Qniii $1 In rennucti, no*ba sido i~.otifjcadrb&.todos
los ocios?. ......................................................
444
$11. De las causas legítimas por las que los socios pueden
pedir la 'dboluoi6n de laisociedadea 4 p l ~ z o .
4
400 C:riGles son las oar(8ag.legitimae or 18s que el joez pue-
de pronlibcirir la disoluolón de a ~ociedild?Podor da ar-
bitrio drl ju B.,. ........................................... 8-15
.
401 De la con$ ción resolutoria t :cit 4 aplicadti, 6 la süriedad, : 440
402 Difeienliin e n t ~ olrt resolución de la sociedad cbivirt 8dde
Ia condición resolutotia tgcita y rít disoluci6n de la so -
ciedaci en 10s.difr'rr+ntescepos en qne acnbrp ..........:. L..448
403 HR*1 1 1 g a6~la rcsalnción 6 6 la dis01iició~:caandoe1 socio,
fiilta ii iin cornproiulsc?contraido durant~al ciirso de lu
~ooisdsd?..;.......:: .......................t..: ........ 448
404' Critica de iina,.cixtrhña aenteniia de In Corte de Lyon.. ..... 449
405 Gn,:u*rio 1s enfermedad de un socio as cauen de disolncibn?
Diferturi%entre el csso en que el socio no cumple ccln sus
abJkrrncíones.por.cansa,de enferrnedrid.y el caso en que no
laq curnp'e por 6u C U I ~ e.. .. . ,. .......... ...............
.
406 De las detaáe cRusas I ~ g l t i r n ~des ila di solución.^
450
.......
452
8BCCIO N 1I.l. De tcc pa~*tic;.i6n.
408 CuRndo piwde pedirse la psrtici6rii.. ........ ...,. .......
407 Gua'ndo hay lugar 6 1~particjhn?. ... ..,, . ,,
:. ,. , , .y453
402 Ilaeden invoca~se los ibros sociales Ilevnclss por uno de
, 452
89 cuenta mayoría.. -
der de los gererite~. Poder de la asamblea general. Gimo
...........................................
428 QL'igedciones de los asociadotl en cuento 8 loa'a~ston.Los
4713
coprop~etsno?.,
.
.......................;'...............489
3. C6mo acaba la o&nunidad.
445 E1 art. 1865 es aplicable á 18 dapiuwiidad8, ......,.. .,.. 491
b...
ciedad?.
Aplicaciones.
448 Cartodo dos 6 variti~tpersonas ponen uaa m~laen común re-
snltar6 una sociedad ó uoa coninniriad, sbgtin la intención
de las partes contratantes. ...............,..!,..,..........
498
449 Cuánao ct>n~Rtuyt:una a kcie~ia4.a compra en común y
cuindo resulta una eimple nimii~~idad?. .................
A50 &a ?ida común .y la ,cqrnnnicladpgneexiatep 9ptre dps pqr-
493
(.
CAP~TUTJ~
NOOIONES GENERALES,
8.53. División del prgstamo, .Diferencia, entro el pr6atamo pira
1170 y el préstamo de aonsnnio. ........................499
452 Consecuencia que resulta (19 esta, diferencia en lo que Be
rtfiere 4 loa rieylgoa.. ............................
453 Las dcs p Bstaaios son contratos r~qlen?,. ..............
;,.h. 601
602
454 La promeíje Se pre~tareu vilids? Cual ee su efeoto8,.
_I
... 503
ZAFITULO 11.
PARA tuso,6 COMODATO,
DEL PR~~STAMO
1.-De
.S~?CC~OLV L nht u,.ccl~~a
y coqdici~rttqdel prdstccmo
para uso.
45l.5 Objeta del. contrato..Er3.personal A laa par!c~ ccintrnkantos? 506
P. de D. T ~ Nxxm-63
O
-634 INDICE DE LAS MATERIAS