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LOS HECHOS
Los representantes de la Fiscalía Primera del Ministerio Público del Estado Mérida
y la empresa AGROISLEÑA, C.A., parte querellante en el presente proceso, presentaron
acusación en contra del ciudadano ARNALDO JOSE PAOLINI ANDRESSEN, por los
delitos de Apropiación Indebida Calificada continuada y Forjamiento de Documento,
señalando que el acusado, dentro del desempeño de sus labores como cobrador de la
empresa “AGROISLEÑA, C.A., Sucesora de Enrique Fraga Afonso”, recibió pagos
parciales y totales sobre facturas de la referida empresa a varios clientes, quienes al requerir
otros servicios de la empresa se les negaron por falta de pago, aparentemente el acusado no
enteraba o abonaba los cobros por él realizados, los cuales ascendieron a la cantidad de
diecisiete millones ochocientos sesenta y ocho mil novecientos setenta y seis bolívares con
ochenta céntimos (Bs. 17.868.976,80), y presuntamente forjó la letra única de cambio a
nombre del ciudadano Albino de Jesús Uzcátegui González.
PLANTEAMIENTO DEL RECURSO
SEGUNDA DENUNCIA:
La defensa denunció la falta de aplicación del artículo 191 del Código Orgánico Procesal
Penal, por parte del tribunal de juicio y de la Corte de Apelaciones, alegando que
solicitaron la nulidad de las actuaciones de investigación por parte del cuerpo policial y la
Fiscalía del Ministerio Público, y que a su defendido no se le advirtió desde el primer
momento sobre su condición de investigado, que se le impidió que tuviera acceso a las
pruebas en su contra, que no se le impuso del artículo 49 de la Constitución y del artículo
125 del Código Orgánico Procesal Penal, que no recibió respuesta a su solicitud de
diligencias por parte de la Fiscalía encargada, que se vulneró su derecho a la defensa y al
debido proceso y que las probanzas que sirvieron para fundar la sentencia condenatoria de
primera instancia, confirmada por la Corte de Apelaciones, se obtuvieron en contravención
e inobservancia de garantías fundamentales contempladas en la Constitución, el Código
Orgánico Procesal Penal y otras leyes de la República, lo cual afirman, debe producir los
efectos previstos en el artículo 191 del Código Orgánico Procesal Penal.
Del análisis del primer motivo de la apelación se infiere que lo que han querido
expresar las apelaciones es que existe una falta manifiesta de motivación de
la sentencia apelada.
Las recurrentes objetaron que la recurrida nada dijo en contra de sus
argumentos en contra de la validez de las pruebas periciales; con relación a
ese alegato la Corte de Apelaciones observa: Al término de la audiencia
preliminar, el juez de control le dio respuesta al pedimento de la defensa en
relación a la cualidad de los expertos que realizaron la experticia grafotécnica,
no se pronunció el juez de control en relación a la experticia contable, por
cuanto la defensa no hizo ninguna objeción, declarando el tribunal legales y
pertinentes esas pruebas ofrecidas tanto por el Ministerio Público como la
parte querellante.
Ha quedado evidenciado que ante esa decisión del juez de control, la defensa
no ejerció el respectivo recurso de apelación, con fundamento a lo establecido
en el artículo 447 numeral 5 del Código Orgánico Procesal Penal, quedando
en consecuencia, firme ese pronunciamiento; por lo que gozaban de su
legalidad para el juicio oral y público. O pudieron por lo menos haber
solicitado la nulidad de su admisión, dentro del lapso establecido, a los fines
de evitar su convalidación, por el no ejercido en el tiempo oportuno de ese
medio de impugnación. O en todo caso debieron haber solicitado ante el
tribunal de control su saneamiento a tenor de lo dispuesto en el artículo 193
ejusdem.
Con relación al alegato que la recurrida sólo hizo una transcripción parcial de
lo dicho por los testigos y expertos, y una muy breve descripción de los
documentos incorporados al juicio y del ocultamiento de una experticia que
podría haber favorecido a su defendido, omitiendo sus argumentos en contra
de las mencionadas pruebas de experticia y grafotécnica. Al respecto observa
la Corte que el juez no está obligado a transcribir en la sentencia la totalidad
de lo dicho por los testigos y expertos en la audiencia, sólo está forzado a
realizar su exposición en forma concisa. Y por aplicación de los principios de
exhaustividad y congruencia, lo que debe hacer el juez es analizar esos
testimonios comparándolos entre sí, a los fines de acoger lo cierto y desechar
lo falso, relacionándolos con las demás pruebas producidas y debatidas, para
determinar con meridiana claridad que lo estima acreditado en contra o a favor
del sindicado. Por las razones expuestas esta Corte de Apelaciones debe
declarar sin lugar el vicio señalado por las recurrentes.
Así pues, la Sala observa de la revisión del expediente que ante el órgano policial
(Cuerpo Técnico de Policía Judicial en el Estado Mérida), el hasta ese momento investigado,
no fue impuesto de los preceptos contenidos en el artículo 49 de la Constitución, ni del
artículo 125 (antes 122) del Código Orgánico Procesal Penal, relativo a los derechos del
imputado, lo cual en modo alguno puede estimarse como una formalidad no esencial, puesto
que la obligación de informar al investigado o imputado surte efectos perentorios en la fase
de investigación y preparación al juicio, a los fines de que conozca con certeza de qué se le
acusa o por qué se le investiga, y así pueda ejercer su defensa desde la fase inicial del proceso.
De manera más específica el artículo 131 del Código Orgánico Procesal Penal dentro
de la sección segunda establece:
Como se deduce del artículo transcrito, constituye una obligación para los órganos o
autoridades encargadas de la persecución penal la imposición al imputado de la norma
constitucional que lo exime de declarar, y la imposición del artículo 125 del Código Orgánico
Procesal Penal, a los efectos de que conozca sus derechos y pueda ejercerlos sin limitaciones.
En este sentido hay que tomar en cuenta que el artículo 122 del Código Orgánico Procesal
Penal no sufrió cambio alguno en su contenido, desde la promulgación del Código Orgánico
Procesal Penal el año 1998, cuando se encontraba referido al precepto de la Constitución
derogada (artículo 60 numeral 4 de la Constitución de 1961), no obstante el precepto del
artículo 49 de la Constitución vigente, que hace referencia a la declaración es del mismo
contenido que el artículo derogado, con la única diferencia que el derogado refería la
declaración sin juramento y el vigente nada dice, no obstante, el juramento es una
característica de las declaraciones de los testigos o expertos, no para el imputado, por lo que
su declaración siempre será un medio de defensa no utilizable en juicio para fundar decisión
en su contra, con la excepción de la confesión (simple o calificada) prestada sin presión o
coacción alguna.
Así mismo, el Juez de Juicio estimó que los alegatos por falta de imposición de los
referidos artículos no era constitutivo de nulidad absoluta, y los estimó como de nulidad
relativa y declaró extemporánea la solicitud.
DECISIÓN
Por las razones expuestas el Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación Penal,
Administrando Justicia en nombre de la República y por autoridad de la ley emite los
pronunciamientos siguientes:
La Vicepresidenta (E),
(Ponente)
El Magistrado Suplente,
BRMdL/rder.