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1. Introducción
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Elaborado por el Equipo de Matemática de la Dirección de Primaria del Ministerio de Educación de la
Provincia de Buenos Aires, formado por Guillermo Kaplan, Mauro Nicodemo, Gloria Robalo, Gladys Tedesco y
Andrea Novembre (coord.).
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2. ¿Qué es hacer matemática en el aula según el Diseño Curricular?
“La intención es acercar a los alumnos/as a una porción de la cultura matemática identificada no sólo por las
relaciones establecidas (propiedades, definiciones, formas de representación, etcétera) sino también por las
características del trabajo matemático” (DGCyE, 2008: 36)
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● La reorganización y sistematización por parte del docente de lo trabajado,
identificando aquello que resultó relevante y estableciendo relaciones entre los
conceptos aprendidos.
Hemos intentado sintetizar en este apartado algunas características de la actividad
matemática a instalar en las aulas. Como mencionamos en la introducción, claro está que
desarrollar un trabajo de esta naturaleza está íntimamente ligado con las decisiones del
maestro al anticipar el desarrollo de su clase, así como en sus intervenciones durante el
proceso de enseñanza. A continuación, proponemos un ejemplo de cómo se puede desplegar
el trabajo descripto en una clase.
Dar clases desde este enfoque genera muchos interrogantes acerca de cómo organizar
la clase y cómo intervenir para generar avances en los conocimientos de los alumnos. Si bien
no es posible transmitir de manera directa un modo general para llevar adelante esta tarea,
intentaremos ejemplificar presentando el relato de una clase centrándonos en el análisis de
algunas condiciones didácticas ligadas a la gestión por parte del maestro.
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Para ampliar la información sobre el abordaje del cálculo, recomendamos la lectura de diversos documentos
disponibles en abc, por ejemplo: Cálculo mental y algorítmico, de la serie “Mejorar los aprendizajes”, en:
http://servicios2.abc.gov.ar/lainstitucion/sistemaeducativo/educprimaria/areascurriculare
s/matematica/calculo_mental_algoritmico.pdf
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marco, la docente decidió proponer la resolución de una suma con números “grandes” que
dificultaran el conteo: (47 + 28).
La maestra inicia la clase retomando que en los últimos problemas de suma fueron
surgiendo diferentes estrategias para resolverlos, y que les propondrá un nuevo cálculo para
seguir pensando sobre cómo sumar. Copia el cálculo 47 + 28 en el pizarrón y les propone que
cada uno lo resuelva en su cuaderno de manera individual, como les parezca, y que anoten
cómo lo hicieron.
Resulta interesante analizar que si bien la tarea consiste en resolver un cálculo, se trata
de un verdadero problema para estos alumnos. Ellos deberán elegir una estrategia entre varias
posibles y dar cuenta de por qué realizaron el cálculo de esa manera. Esta misma actividad
puede no resultar un problema para otros alumnos, con otro estado de conocimientos, para los
cuales se trata de un ejercicio que no les opone resistencia.
Mientras los alumnos resuelven, la maestra recorre el aula mirando cómo lo hacen.
Propone un clima de búsqueda, para lo cual no da pistas sobre cómo se resuelve el problema.
Cuando los alumnos le preguntan si está bien lo que hicieron, no indica si es correcto o no,
sino que les propone esperar un rato, ya que les entregará calculadoras para corregir. Cuando
no saben cómo resolver, les propone que revisen en el cuaderno cómo resolvieron cálculos
similares. Durante esta fase de trabajo, observa que los alumnos han desplegado diversas
estrategias de resolución, como por ejemplo:
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la cantidad total de palitos y
escribee el resultado.
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En la siguiente producción, el alumno representa con palitos tantos elementos como indica el
segundo
ndo número. Luego cuenta desde el 47 los palitos que graficó. Esta estrategia es más
avanzada que la anterior, ya
que no requiere contar los
75 números. Implica
reconocer que la segunda
cantidad se agrega a la
primera, lo cual hace que
sea necesario contar a partir del 48.
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Este alumno precisó la descomposición de los números en unidades y decenas para operar
con ellos por separado. Para
sumar 40 + 20, descompone
el 20 en dos dieces, que suma
de a uno, para luego agregar
las unidades, también de a
una. Si bien esta estrategia se
asemeja a la anterior, difieren
en la forma de resolver los
cálculos parciales.
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En esta producción no resulta claro cómo el niño llegó a ese resultado ni por qué usó esos
cálculos. Tal vez recurrió a la suma reiterada de unos para hacer 7 + 8, pe
pero no son 15. O
realizó la suma de 47 +
28 de alguna manera y
en su escrito buscó una
forma de comunicar
cómo la hizo. Registros
como este resultan poco
fértiles para retomarlos
en la puesta en común,
pero demandan la
creación de un espacio individual para consultarle al niño cómo lo pensó y ayudarlo a
avanzar.
Parte del quehacer a instalar en el aula consiste en que los alumnos puedan hacerse
cargo de validar por sus propios medios los resultados obtenidos y sus afirmaciones, apelando
a argumentos matemáticos. La conformación de este tipo de actividad se da de manera
progresiva a loo largo de la escolaridad, para lo que es preciso que no sea el docente quien
determine si lo realizado "está bien" o "está mal". En el caso que estamos analizando el uso de
la calculadora permite buscar errores en los resultados sin recurrir a la autorida
autoridad del maestro.
Sin embargo, no es suficiente para asegurar que la estrategia utilizada es la correcta. Hay que
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usar otros medios que aseguren que el procedimiento seguido es válido, lo que será tratado en
la puesta en común.
En función del primer objetivo, propone a algunos alumnos que comuniquen cómo
resolvieron el cálculo para poder comparar los procedimientos utilizados. No pregunta “quién
quiere pasar al pizarrón”, sino que indica qué producciones van a ser socializadas: una de
conteo con palitos, otra de sobreconteo y dos de cálculo, con dos descomposiciones distintas,
en este orden de presentación (desde las más artesanales a las más avanzadas). En esta
oportunidad decide que ella misma copiará en un afiche los procedimientos que le dicten los
niños, ya que piensa colgarlo en el aula como fuente de consulta en las clases siguientes.
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Para un desarrollo más detallado sobre las puestas en común y las intervenciones del maestro en esta instancia,
recomendamos la lectura de “Discusiones en las clases de Matemática. Qué, para qué y cómo se discute”, un
análisis de Quaranta y Wolman S. publicado en: Panizza, M. (comp) (2009). Enseñar matemática en el Nivel
Inicial y el primer ciclo de la EGB. Análisis y propuestas. Buenos Aires: Paidós.
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escritura aritmética correspondiente a lo que los alumnos piensan aunque aún no puedan
formularlo, etc. Como resultado de este intercambio, llegan a las siguientes conclusiones:
A propósito de las resoluciones, la maestra compara en primer lugar las realizadas por
conteo y sobreconteo planteando preguntas como: ¿Puede hacerse esta cuenta con los dedos?
¿Por qué en una resolución hay más palitos que en la otra y sin embargo llegan al mismo
número? Estas intervenciones apuntan a mostrar que este cálculo es difícil hacerlo con los
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dedos debido a que las cantidades involucradas son grandes, lo cual crea la necesidad de
llevar algún tipo de registro de los números que se van sumando. También tiene por objetivo
mostrar a quienes aún precisan contar desde el 1 que es posible hacerlo desde el 47, lo cual
hace más rápida la resolución y disminuye la posibilidad de error al tener que graficar y
contar menos palitos.
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En la clase desarrollada, los niños anotaron en el cuaderno la siguiente conclusión:
● Otra manera es usar CÁLCULOS. Para hacer más fáciles las cuentas se
pueden desarmar los números de diferentes maneras.
● Sirve usar cuentas que sabemos de memoria para resolver otras. Por
ejemplo 4+2=6 sirve para hacer 40+20=60.
Durante un tiempo, el afiche con las diferentes formas de sumar formará parte del aula
para que puedan consultarlo en la resolución de nuevos problemas. Una vez instalado el uso
de cálculos para resolver sumas, será importante descolgar dicho cartel para darle lugar a
otros contenidos de enseñanza. Una buena idea es preparar fotocopias con las distintas
resoluciones, para que los alumnos puedan pegar en sus cuadernos, de modo de
institucionalizar lo aprendido y que funcione como objeto de estudio acordado.
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En el intento de instalar en el aula esta forma de trabajo a veces la puesta en común se
reduce a una presentación exhaustiva de los procedimientos de resolución de los niños o a la
corrección de los resultados, sin avanzar en el análisis de lo realizado. Otras veces se plantea
la resolución conjunta del problema en el pizarrón, lo que no necesariamente da lugar al
despliegue de diversas estrategias desde los conocimientos de cada uno. En estas modalidades
de trabajo no todos los niños pueden entrar en el juego matemático, cuando la idea es que
cada uno de ellos tenga un espacio para resolver, producir, equivocarse, compartir sus ideas,
adoptar nuevos recursos, de modo que el grupo funcione como una comunidad de producción
matemática.
6. Reflexiones finales
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enseñar. Pero sabemos que esta clase de trabajo da lugar a un clima de actividad intelectual
propio de la cultura matemática, genera placer por aprender y confianza en las propias
posibilidades, impactando positivamente en el desempeño de los niños. Por eso los invitamos
a seguir instalando entre todos este nuevo escenario.
7. Referencias bibliográficas
Novembre, Andrea (coord.) (2009). Algunas orientaciones para la lectura del Diseño
Curricular 2008 para la Educación Primaria. Área Matemática. Buenos Aires: DGCyE,
Dirección Provincial de Educación Primaria. Disponible en:
http://servicios2.abc.gov.ar/lainstitucion/sistemaeducativo/educprimaria/areascurriculares/mat
ematica/analisis_del_disenio_curricular.pdf
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