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Educación hacker

El interés de este trabajo surge en analizar los procesos educación hacker realizados en el
Laboratorio Nómada Medial No2somos+, donde se hizo uso de la apropiación de medios de
comunicación desde el “Do it yourself”, desde la reflexión continua de productos
comunicacionales y el intercambio crítico de saberes “do it with others”, como pretexto para la
creación de contenidos, prácticas e intercambios para el empoderamiento de las comunidades.

Las acciones de No2somos+ se desarrollaron entre los años 2007-2013, pensado como un espacio
de educación expandida, que se fundamenta en el trueque de saberes donde todos enseñan y todos
aprenden, con el propósito de que los participantes de las diversas comunidades desarrollen
momentos de interacción investigativa a partir del flujo de documentos visuales, sonoros y
textuales, siendo estos insumos libres para su manipulación y alteración. De esta manera,
No2somos+ puso en diálogo tres lugares específicos en Colombia: Valle de Tenza, Bogotá y
Medellín, desarrollando acciones pedagógicas transdisciplinarias para entender los problemas
desde los contextos donde se hace inmersión, donde dialogan el arte, la tecnología y la
investigación social. Para llevar a cabo estas acciones pedagógicas, es primordial reafirmar la
importancia del trabajo colaborativo, las autorías compartidas, el trueque de información, la cultura
libre, la educación desde y para el contexto, la creación artística, la apropiación de medios de
comunicación, la generación de lazos sociales y la apertura a otros modos de ver, pensar y hacer
desde el acto reflexivo, autónomo y autosostenible.

En principio, es importante aclarar sobre el enfoque que nos interesa desarrollar en torno a lo ¿qué
es un hacker?, término que asocio al inventor autodidacta, cacharrero, o persona curiosa que por
sí misma encuentra las respuestas a las preguntas que cotidianamente se presentan en el ámbito
tecnológico, educativo y comunicativo, entre tantos otros aspectos.

De esta manera, muchos aspectos cotidianos de la vida entran en la práctica hacker, desde el uso
diferente de algo que fue inventado para otro fin, hasta la innovación y resolución de problemas
cotidianos con elementos presentes en el contexto inmediato, y más aún, cuando estos resultados
quedan libres para el uso y modificación en una comunidad.

El hacker no sólo posibilita soluciones, sino que pertenece a una comunidad que comparte
continuamente sus avances, un ejemplo, lo encontramos en la creación continua de GNU-Linux,
ya que desde el inicio han participado desarrolladores a nivel mundial, y para dar solución a la no
duplicación de datos, se genera un espacio compilador del Kernel o núcleo del sistema, que está
abierto para ser modificado bajo la premisa de que los hallazgos regresen actualizados a la
comunidad de desarrolladores, en resumen el libro La Catedral y El Bazar de Eric S. Raymond,
lo enuncia como:

In practice, the theoretical loss of efficiency due to duplication of work by debuggers


almost never seems to be an issue in the Linux world. One effect of a "release early and
often" policy is to minimize such duplication by propagating fed-back fixes quickly
(Raymond, 1999-2001: 32).

De esta manera, encontramos que a partir de acuerdos, se fundamenta el accionar colectivo, donde
orgánicamente se contribuye al crecimiento de los procesos, facilitando repositorios, cuyo
propósito es recopilar e intercambiar código fuente, información y tutoriales, posibilitando
dinamizar los espacios de aprendizaje encontrados en la Internet. Por otro lado, se han creado
programas abiertos y colaborativos como Git, desarrollado para mirar el historial en un proyecto,
basado en diversos lenguajes de programación, gestionando la distribución de los avances entre
los colaboradores del proyecto. Estas herramientas tecnológicas, facilitan el accionar colectivo,
dado que permiten la revisión, análisis y transformación de los proyectos.

Sin embargo, algunos sectores corporativos dialogan con los gobiernos para promover
reglamentaciones desde el control y castigo, en torno al uso de los contenidos generados en la
Internet, en un afán de patentarlo todo, olvidando la importancia de la circulación y protección del
conocimiento como un bien común.

En respuesta, acciones colectivas promovidas por Anonymous y WikiLeaks, han evidenciado las
intencionalidades que tienen estas leyes, dejando evidente a quienes protege. Estos espacios de
resistencia entre la comunidad hacker y el poder ejercido por los gobiernos, nos remite a lo que
Foucault establece como puntos que se definen desde el sistema de diferenciaciones, es decir,
quienes generan el conocimiento y quienes lo replican, los objetivos impulsados sobre los otros,
quienes hacen uso del conocimiento, las formas de institucionalización en cómo y dónde se enseña
y decreta y los grados de racionalización en la naturalización en el uso, distribución y alteración,
es así que Foucault analiza:

Los medios de hacer existir las relaciones de poder, acorde a como se ha ejercido el
poder, por la amenaza de las armas, por los efectos de la palabra, por medio de las
disparidades económicas, por medio más o menos complejos de control, por sistemas de
vigilancia, con o sin archivos, de acuerdo con reglas explícitas o no, fijas o modificables,
con o sin los medios tecnológicos para poner todas estas cosas en acción. (Foucault, 2001:
256).

Este accionar colectivo, se presenta de manera orgánica, en el aprovechamiento del mensaje


inmediato posibilitado por la Internet, para ello se hace uso de canales de chat, páginas web, videos
virales, foros, redes sociales y correos. Por otro lado, los procesos autónomos de aprendizaje en la
cultura hacker, proponen un sujeto activo en la política, la investigación y lo educativo. Lo anterior
se contrapone a unos de los apartes en el libro de Tecnologías del yo, donde Foucault revela que
en los monasterios se promovía la no copia por considerarlo un acto de desobediencia,
naturalizando en el aprendiz un extremo respeto por el maestro y el saber absolutista que lo
contenía, posición que coloca sobre la palestra, las relaciones de poder entre maestro y alumno,
por tanto, Foucault comenta que:

El monje debe tener permiso de su director para hacer cualquier cosa, incluso morir.
Todo lo que hace sin permiso es robar. No hay ni un solo momento en el que el monje
pueda ser autónomo. Incluso para convertirse él mismo en director, debe mantener un
espíritu de obediencia. Debe mantener el espíritu de obediencia como un sacrificio
permanente del control completo que de su conducta tiene el maestro. El yo debe
constituirse a sí mismo a través de la obediencia (Foucault, 1990: 89).
Es así, que el resultado de estas acciones colectivas, obedecen a actos de resistencia, autonomía,
autoaprendizaje y libertad promovida por los ciberactivistas. En oposición, encontramos que los
derechos de autor y el uso restringido de la información se reglamentan para justificar el beneficio
propio pasando por encima del beneficio común y castigando a quien desobedece la norma.
Revisando el libro de Margarita Padilla, ella hace un recorrido en los modos de movilización social
desde la red, comentando que los:

Hacktivistas es una plataforma tecno-política para el activismo en Internet. Es una de


esas «redes de sentido» que son capaces de tomar un trozo de información aparentemente
insignificante, interpretarla, darle sentido y usarla como palanca contundente en sus
estrategias de lucha. Se autodefine como un espacio para coordinar acciones a nivel global,
debatir estrategias, compartir recursos y sincronizar movimientos de creación y resistencia
hacia una sociedad libre con unas tecnologías libres. (Padilla, 2012:83).

Podemos ver que otro de los propósitos del movimiento hacker, es la consolidación de un sujeto
político autónomo, que se contrapone a los mecanismos de control o al disciplinamiento de los
mecanismos reguladores del Estado, lo que presenta Foucault como:

No se trata entonces de una colección de sujetos jurídicos, en relación individual o


colectiva con una voluntad soberana. La población es un conjunto de elementos en cuyo
seno podemos señalar constantes y regularidades hasta en los accidentes; también se puede
destacar en ella el aspecto universal del deseo que produce regularmente el beneficio de
todos, así como las variables de las que dependen y son capaces de modificarlo. (Foucault,
2006:100).

Por ello, el uso de herramientas tecnológicas para ataques puntuales de manera colectiva en la red,
como en el caso de Anonymous, colocan en debate las discusiones políticas que emergen con los
propósitos y usos de la Internet. En Colombia, destacamos la atención que presentó el proyecto de
ley 241 de 2011 conocida como la Ley Lleras en Colombia, por un lado vemos la presión ejercida
por Anonymous atacando a las diferentes páginas del Estado, tales como: Presidencia,
Vicepresidencia, Ministerio de Comercio y de Gobierno en línea, colocando en el debate público,
la importancia de opinar sobre lo que se legisla en torno al uso de los contenidos en la red, es así,
que bajo la participación en foros y la circulación de este tema en la redes, se hizo presión en
diferentes medios de comunicación para hacer visible esta problemática, y cómo un espacio
Internet desde su aparente anonimato genera gran interés en los jóvenes que produjo un sinnúmero
de manifestaciones. A esto se suma, que la Internet permite el lugar de encuentro y debate político,
dado que ya no se legisla a puerta cerrada o si se hace, existen sinnúmero de veedores que están
generando redes de discusión para hacer visible las intenciones de los gobiernos o multinacionales.
En el caso de Ecuador, encontramos en el año 2013 el proyecto LoxaEsMas hackeando la
democracia, que aprovecha la Internet para construir espacios de participación ciudadana frente a
las situaciones presentes en las localidades, además no solo plantea la Internet como espacio motor
de las discusiones políticas locales, sino que trae reflexiones a los espacios físicos de la ciudad
desde la socialización de los contenidos en la palestra pública desde los muros de Loja.

De modo similar, se constituyen lugares de encuentro para debatir, analizar y construir en torno a
lo social, político y cultural, como el caso de Patio Maravillas, lugar okupa que consolidó acciones
colectivas importantes en la ciudad de Madrid, donde se accionaron prácticas de autogestión,
autonomía y activación cultural.

Vemos así, que las acciones hacker en espacios virtuales, se vinculan a prácticas sociales, con fines
similares, por otro lado, el debate político actual conlleva acciones surgidas desde los movimientos
sociales base, situación ocurrida con Los Indignados, donde se toman las plazas públicas de
España, planteando tensiones o rupturas sostenidas por las luchas contemporáneas que
deslocalizan los centros de poder, esto evidencia una sociedad activa a las realidades sociales,
donde se construyen sujetos políticos que plantean cambios estructurales, de este modo Foucault
argumenta que:

Cada lucha se desarrolla en torno a un centro particular de poder (uno de esos


innumerables pequeños focos que van desde un jefecillo, un vigilante de viviendas
populares, un director de prisiones, un juez, un responsable sindical, hasta el redactor-jefe
de un periódico). Y si designar los núcleos, denunciarlos, hablar públicamente de ellos, es
una lucha, esto no se debe a que nadie sea consciente, sino que hablar de ellos, forzar la
red de información institucional, nombrar, decir quién ha hecho algo, designar el blanco,
constituye una primera subversión de poder, es un primer paso en función de otras luchas
contra el poder (Foucault, 1999: 112).

Por consiguiente, los sujetos políticos, hacen parte de la lucha en la Internet, para conservar el
espacio autónomo y libre, para ello, aunque en su inicio los hackers estaban más relacionados con
“el cacharreo” o la intención de innovar tecnológicamente, se ha rebasado este plano que no solo
se piensa desde la máquina, sino como actor de cambios sociales.

De manera alterna, encontramos cómo Noam Chomsky señala que hay distintas clases de
ciudadanos, basado en los planteamientos postulados por Lippmann, que evidencian:

Es la clase especializada, formada por personas que analizan, toman decisiones,


ejecutan, controlan y dirigen los procesos que se dan en los sistemas ideológicos
económicos y políticos y que constituyen, asimismo, un porcentaje pequeño de la
población total (Chomsky, 2002:12).

Es así como la comunidad hacker, está mirando, analizando y construyendo resistencias que se
contraponen a lo impuesto, aprovechando los flujos de información y los diálogos planteados
desde las redes sociales lideradas por los nativos digitales. Por ende, se estima a los hackers como
veedores de los usos libres de la red, en consecuencia, cuando se amenaza esta premisa desde la
extrema vigilancia, control y privatización, la comunidad hacker genera acciones colectivas para
evitar que estas condiciones solo beneficien a las empresas privadas. Es así, que Foucault considera
que esta construcción de sujeto juega un papel importante en tanto a sus deberes y derechos,
argumentando que:

Creo en efecto que el derecho penal forma parte del juego social en una sociedad como
la nuestra y que esto no hay que ocultarlo. Esto significa que los individuos que forman
parte de esta sociedad se reconocen en tanto que tales como sujetos de derecho, por lo que
son susceptibles de ser penalizados y castigados cuando infrinjan alguna norma. Pienso
que en esto no hay nada escandaloso, pero el deber de la sociedad es hacer que los
individuos concretos puedan reconocerse de hecho como sujetos de derecho, lo que resulta
difícil si el sistema penal que se utiliza es arcaico, arbitrario e inadecuado respecto de los
problemas reales que se plantea la sociedad (Foucault, 1996:101).

Desde los procesos de autonomía educativa, podemos entender que la comunidad hacker coexiste
con pedagogías que inciden en los procesos y acciones colectivas que desarrollan. La curiosidad
con la que los nativos digitales construyen espacios alternos de formación y discusión
contemporánea se aclara que no solo se aprende desde los espacios académicos institucionalizados,
sino también en la búsqueda personal de los diferentes temas que son abordados, solucionados
desde la suma de voluntades, aprovechando la interconexión y dinámicas colaborativas de
investigación, que genera modos diferentes para acercarse a los datos, en cuanto a su
administración y flujo. De ahí, la curiosidad juega un papel importante entre los hackers, esto se
afirma en el Manifiesto Hacker:

Mi delito es la curiosidad. Mi delito es juzgar a la gente por lo que dice y por lo que
piensa, no por lo que parece. Mi delito es ser más inteligente que vosotros, algo que nunca
me perdonaréis. Soy un hacker, y éste es mi manifiesto. Podéis eliminar a algunos de
nosotros, pero no a todos... después de todo, somos todos iguales. (Manifiesto hacker,
1986).

Por otro lado, vemos el disciplinamiento en torno al trabajo representado en la jornada laboral de
8 horas como también las premisas sobre una era de la información donde la tecnología
aparentemente nos brinda más tiempo para nosotros para estar en familia, porque se presume que
las herramientas tecnológicas se ocuparan de los trabajos forzosos. Dentro de la comunidad hacker
estas premisas son cuestionadas y se construyen modos de hacer creativo desde lugares
deslocalizados. La ética hacker deconstruye el papel del trabajo, los tiempos y los procesos de
aprendizaje; en el autoorganizar el tiempo, las labores y el espíritu de creación, de esta manera,
Arturo Escobar que retoma el término de “contra-labor”, de Arce y Long, comentando que:

A las transformaciones necesarias que cualquier grupo social lleva a cabo en cualquier
intervención de desarrollo al reposicionar necesariamente dicha intervención (proyecto,
tecnología, modo de conocimiento, u otros) en su universo cultural dándole, de este modo,
un sentido propio. Desde su punto de vista, la “contra-labor” frecuentemente conlleva la
recombinación de elementos de varios contextos y tradiciones sociales y culturales en
maneras que transforman la intervención de modos significativos. Cabe añadir que el
aspecto importante de este concepto es identificar y fomentar esas formas de “contra-labor”
que son culturalmente más significativas y que contribuyen a un mayor empoderamiento
político (Escobar, 2005:25).

Asimismo, se genera el cruce disciplinar en las prácticas académicas que se mezclan con los
saberes locales, para dar solución a problemáticas puntuales en las comunidades, que a su vez
reorganizan narrativas desde el empoderamiento y desarrollo colaborativo en la comunidad-red.

Por otro lado, se habla de la ética del trabajo y la tensión que ocurre en los modos cotidianos en
que la sociedad naturaliza el disciplinamiento y cómo interiorizamos frases como “el tiempo es
oro” que dejan sin piso a lo que llamamos tiempo libre, mal visto por dinámicas productivas,
porque todo lo que sale del organigrama laboral se entiende como espacios banales y el dinero
condiciona modos de hacer laboral, acto que va en contravía en las motivaciones para la cultura
hacker, presentándose desde la supervivencia, la vida social y el entretenimiento, que se enuncia
en el libro de ética hacker como:

La ética protestante convirtió en el centro de la vida, la idea de un tiempo laboral


regular. Se perdía así la auto-organización, que fue relegada a una región de flecos laborales
sobrantes: la noche pasó a ser lo que queda del día; el fin de semana, lo que queda de la
semana; y la jubilación, lo que queda de la vida. En el centro de la vida se halla la
regularidad repetida del trabajo, que organiza todos los demás usos del tiempo (Himanen,
1984:31).

En este control desmedido por lo que ocurre en la comunidad-red, nos remite a los actos de
resistencia en los espacios autónomos construidos desde las comunidades hacker, ejemplo
encontrado en los servidores libres de WikiLeaks, donde implementan herramientas y la creación
de contenidos que apoyan el uso libre de la red, debatiendo a su vez las normativas presentadas
por los gobiernos, que amenazan los actos cotidianos de compartir y construir de manera
colaborativa, provocando tensiones entre quienes controlan y los que de ingeniosamente
encuentran salidas para sostener estos espacios libres, en palabras de Foucault, define que:

Es necesario pues, para que se ejerza una relación de poder, que exista al menos un
cierto tipo de libertad por parte de las dos partes. Esto quiere decir que en las relaciones de
poder existen necesariamente posibilidades de resistencia, ya que si no existiesen
posibilidades de resistencia -de resistencia violenta, de huida, de engaño, de estrategias de
inversión de la situación- no existirían relaciones de poder (Foucault, 1994:126).

Por consiguiente, se han creado posiciones a favor o en contra sobre la monopolización de los
datos que hace Google, algunos asumen el peligro que puede tener esta información para posible
estrategias militares, por otro lado, se reconoce los aportes libres que ha generado, con el desarrollo
de aplicativos dispuestos en la red para los usuarios, sin embargo, Alejandro Suarez (2012:118),
comenta que: “Google tiene mucho interés en devorar y apropiarse de la información, pero no
tanto en que los demás conozcamos la suya propia, que suele estar protegida por rigurosos acuerdos
de confidencialidad”. Por el contrario, la comunidad hacker construye espacios autónomos,
aplicativos de libre uso y servidores con herramientas libres para que los usuarios se apropien,
desarrollen y hagan uso de estas herramientas [quien hace uso de la red, tiene la completa libertad
de elección], en palabras de Foucault, asume que:

Porque somos más libres de lo que creemos, y no porque estemos menos


determinados, sino porque hay muchas cosas con las que aún podemos romper —para
hacer de la libertad un problema estratégico, para crear libertad. Para liberarnos de nosotros
mismos. (Foucault, 1988:44).

Encontramos entonces, que las acciones colectivas generadas en la red, se plantean a partir de
necesidades que de manera creativa van encontrando solución desde la participación de todos,
aunque existe teóricos que han influenciado estos espacios, son los mismos colaboradores en la
sociedad red que activan de manera orgánica y sin cabezas visibles que enuncia el slogan
“Anonymous somos todos”, donde hace un llamado a la lucha y apoyo transnacional, siendo
veedores de los problemas existentes en cada uno de los gobiernos. De ahí, que ya no son acciones
alejadas donde se da la responsabilidad a líderes caudillos, sino que funciona desde la participación
de la comunidad-red que agencia estas acciones colectivas, sin embargo, algunos comentan esto
como la democracia detrás del escritorio, porque muchas veces se queda en el plano virtual, otros
en cambio, sostienen que el espacio Internet es uno de los planos de gran influencia en el campo
político internacional en la actualidad, para entender este accionar colectivo, nos remitimos a
Figueroa que nos explica que:

En la fuerza social cada fracción o clase puede tener su estrategia, pero la fracción o
clase dirigente de la alianza lo es porque ha logrado presentar su interés como el interés del
conjunto. Y según la fracción o clase dirigente en la alianza será el interés que se realice.
Descubrir cuál sea la forma de conciencia, determinar el grado de autoconciencia y
organización alcanzado, lo que se expresa en el interés que defiende y en la meta que se
propone, y cuáles son las alianzas que para ello establece, constituyen el problema a
resolver (Figueroa, 2008:85,86).

Por otro lado, en lo ocurrido en España con la Ley Sinde, aprobada en inicio en el año 2011, la
campaña realizada por el gobierno lanzó el slogan: Copiar es un acto ilegal, esta premisa se
contiene desde un mecanismo de control moralista, en contraposición, la comunidad hacker crea
una página clonada [fake] donde subvierte los textos y el sentido del slogan colocando: Compartir
es un acto legal. Estos mecanismos de control generados por el estado encuentran tensiones entre
las partes implicadas haciendo que se repiense el papel de los gobiernos con los ciudadanos en las
decisiones políticas actuales.

A esto se suma, que aunque hay una naturalización de estas conductas en la sociedad actual, los
espacios de resistencia de la comunidad hacker dejan abierta la discusión en el plano de la sospecha
a lo que se plantea en la monopolización del conocimiento, que ha logrado decretar leyes en la
defensa del uso privativo, en contraposición, se hace esfuerzos pedagógicos para enunciar la
importancia de lo libre en sus diferentes aspectos: cultura, investigación, educación, avances
tecnológicos, etc. Por lo que sigue, es primordial aclarar las nociones en que se fundamenta el
``Software Libre'' planteadas por el proyecto GNU, que se refiere a:
La libertad de usar el programa, con cualquier propósito (libertad 0). La libertad de estudiar
cómo funciona el programa, y adaptarlo a tus necesidades (libertad 1). El acceso al código
fuente es una condición previa para esto. La libertad de distribuir copias, con lo que puedes
ayudar a tu vecino (libertad 2). La libertad de mejorar el programa y hacer públicas las
mejoras a los demás, de modo que toda la comunidad se beneficie. (Libertad 3). El acceso al
código fuente es un requisito previo para esto (Stallman, 1983).

Es así, que los medios de comunicación alternativo desde su performance político han centrado la
atención en las discusiones contemporáneas, por un lado, desde su accionar poético y por otro
desde la contraposición crítica a los canales de medios tradicionales, la política y el poder
económico, en el texto Manual de la guerrilla de la comunicación, nos muestra que:

La hegemonía se produce no sólo en el nivel-discursivo, sino también a través de la


manera en que las normas sociales (burguesas) determinan la vida cotidiana de la gente. Se
desarrolla a partir de la imposición y puesta en práctica de reglas y formas de
interrelacionarse, de símbolos y modos de comunicación; es decir, que se desarrolla en el
nivel de la gramática cultural. Las formas culturales constituyen, por tanto, unos elementos
esenciales de la reproducción de las relaciones sociales imperantes, y para su
mantenimiento son igual de importantes que las instituciones del aparato de poder del
estado (A.F.R.I.K.A, Blisset y Brünzels, 2001:24).

Por tanto, esto nos muestra otras maneras de hacer donde la suma de voluntades posibilita ese
accionar colectivo, como el caso ocurrido en la Puerta del Sol en Madrid (España), el 15 de mayo
del 2011, colocando en el panorama social la importancia del accionar colectivo de los sujetos
políticos en un gobierno en crisis, generando espacios de diálogo, crítica y propuestas, donde las
partes implicadas construyen de manera colaborativa, que resume el texto Democracia distribuida,
miradas de la Universidad Nómada al 15M, en:

Muchas son las cuestiones vinculadas al debate sobre los comunes: una nueva
gestión de la democracia, del espacio público y de los recursos naturales basada en la
participación, la sostenibilidad medioambiental y el acceso garantizado al conocimiento y
a la riqueza, así como la invención de las llamadas instituciones del común son algunas de
ellas (Universidad nómada,13).

Es así, que la cultura hacker ha generado espacios de deslocalización política importantes en la


sociedad red, como también presión política de los gobiernos, de ahí, que así los estados
fortalezcan los espacios de control y castigo, de manera alterna, se consolidan procesos de
resistencia en la red desde acciones colectivas que tensionan o colocan en la palestra pública las
intenciones de los gobiernos en el querer legislar y controlar en torno al uso de la red y sus
contenidos.

En el caso de Colombia, alrededor del año 2007 se han presentado acciones colectivas, enfocadas
a consolidar espacios para la cultura libre, encuentros como el Festival Latinoamericano de
Instalación de Software Libre (FLISoL), los hackatones, los Campus Party, la fundación Karisma,
el LabSurLab, Bogotrax, posibilitando no solo el intercambio de saberes, experiencias y diversión,
sino el fortalecimiento y visibilización de redes de apoyo entre programadores, artistas,
investigadores sociales, entre tantos otros interesados en la cultura hacker. Esto ha desbordado
acciones puntuales, en una América Latina que tiene sus propias preguntas, por ejemplo, desde la
cultura del cacharreo presente en los espacios cotidianos, que posibilita alargar la vida útil de los
objetos, o subvertir sus usos para encontrarle soluciones a los problemas que trae el día a día, o el
encontrar modos de economía solidaria para generar procesos sociales, culturales y productivos
autónomos y sostenibles.

Estas inquietudes fortalecen el trabajo colaborativo en el desarrollo de software de código abierto,


que dan solución a problemáticas comunitarias, encontrándonos con múltiples proyectos
expandidos en el país desde un enfoque participativo y social. Sin embargo, esto ha generado
tensiones entre los que apoyan el libre uso de las creaciones y los que están a favor de la
privatización de estas mismas. Sin embargo, pensar que todo lo que se desarrolla estará al servicio
de las comunidades, posibilita un campo creativo justo para todas las partes que participan en los
diseños, y se contrapone al control de unos pocos que buscan el beneficio económico por encima
del bien común. Las prácticas de cultura libre acogen todos los campos de nuestra cotidianidad,
ejemplo; la manera como se comparten los saberes en los espacios colectivos, tales como malocas,
barrios, mingas, etc, donde se construye de manera conjunta los saberes, el entender los territorios,
y las historias in situ.

En el caso de la sociedad red, visto en principio desde la libertad, la autonomía y las redes de apoyo
entre usuarios, que como lo define Manuel Castells:

[…] aquella cuya estructura social está compuesta de redes potenciadas por
tecnologías de la información y de la comunicación basadas en la microelectrónica,
entiendo por estructura social aquellos acuerdos organizativos humanos en relación con la
producción, el consumo, la reproducción, la experiencia y el poder, expresado mediante
una comunicación significativa codificada por la cultura (Castells, 2006:49).

La comunidad hacker, ha generados diversas maneras de apropiar, circular y construir


conocimiento, donde en diálogo constante, los aportes al proceso y los acuerdos están presentes
en cada diseño. Una de las particularidades es la participación deslocalizada y atemporal de los
nodos, de ahí, que Castells considera la sociedad red, como un conjunto de nodos interconectados
que no presenta centro, donde la red es la unidad y su operatividad está en su capacidad de
comunicarse, por ejemplo, la Wikipedia, donde el conocimiento se construye de manera
colaborativa y los conceptos son consensuados y regulados por la misma comunidad. De esta
manera, se descentralizan los espacios de poder sobre quienes generan el conocimiento, lugar
privilegiado con anterioridad a la “alta cultura, la academia y los especialistas”, y con la activación
de estos espacios alternos, posibilitando que todos participen en la construcción de relatos,
prácticas, y percepciones localizadas de la realidad.

Asimismo, se promueve compartir, copiar y reusar contenidos, consolidando lugares comunes para
la creación conjunta, el uso libre de procesos creativos y la alteración de código fuente para
proyectos artísticos, investigaciones y generación de contenidos, entre otros. A lo anterior se suma
el papel que tiene las dinámicas autónomas de aprendizaje, donde las innovaciones generadas bajos
los principios del software libre, son devueltas a la red para que la comunidad se beneficie de estos
procesos. Este aprovechamiento de los recursos se sostiene desde los nodos comunicacionales, que
como plantea Castells (2006:113), sobre el nuevo paradigma tecnológico, se basa en: “1. la
capacidad de estas tecnologías para ampliar por sí mismas el procesamiento de información en
cuanto a volumen; 2. complejidad y velocidad, su capacidad recombinatoria; 3. y su flexibilidad
distributiva”. De este modo, compartir el código fuente es usado no solo desde énfasis tecnológico,
sino como parte de la lucha por liberar el conocimiento al servicio de la sociedad, protegiendo
estos avances en el hardware y software con licencias Copyleft. Estas tensiones permiten visualizar
lo que Butler encuentra en el trabajo de Foucault, que deja en descubierto las continuas relaciones
de poder construidas desde las leyes implementadas por el Estado, que a su vez son cuestionadas
por las acciones de los activistas, a lo que Foucault, redefine:

Lo simbólico como relaciones de poder y concibe la resistencia como un efecto del


poder. La concepción de Foucault inicia un desplazamiento desde el discurso sobre la ley,
en sentido jurídico (el cual presupone a un sujeto subordinado por el poder), a un discurso
sobre el poder, que es un campo de relaciones productivas, reguladoras y contestatarias.
(Butler, 2001:112).

En consecuencia, se aclara que la cultura libre, no está pensada como una alternativa en la
comunidad red, sino como un objetivo fundamental para la educación expandida, los avances
tecnológicos, investigativos y la igualdad en el acceso a la información. Por otro lado, encontramos
que los medios de comunicación como el cine, la literatura, entre otros, han generado
representaciones de los hackers que van desde el genio solitario que rompe sistemas de seguridad
con el propósito de desestabilizar los gobiernos, hasta el ojo vigilante que todo lo puede ver,
escuchar y rastrear. Por ejemplo, el film “Track Down” que recrea las acciones del hacker Kevin
Mitnick, un experto de informática que tiene el interés de desestabilizar los sistemas de seguridad
del gobierno de Estados Unidos creados por Tsutomu Shimomura, o el film Blackha donde Estados
Unidos trabaja con el gobierno chino para contraatacar los ataques de un grupo de hackers que
están desestabilizando la seguridad nacional. De manera que, el uso del término hacker, ha
generado tensiones en las personas por el desconocimiento y la masificación del significado
acuñado a los actos de violación de la seguridad, sin embargo, es importante aclarar que las
personas que se especializan en actos delincuenciales en la red se definen como cracker, por lo
cual Richard Stallman, puntualiza que un hacker es:

Alguien que disfruta jugando con la inteligencia, no necesariamente con computadoras.


Los programadores en la antigua comunidad de software libre del MIT de los años 60 y 70
se hacían llamar hackers. Alrededor de 1980, los periodistas que descubrieron la
comunidad hacker tomaron equivocadamente el término utilizándolo para denominar a
«alguien que burla la seguridad». No difunda este error. Las personas que burlan la
seguridad de un sistema son «crackers» (Stallman, 2000).

Para entender el interés suscitado en las investigaciones relacionadas con hackers, se ha realizado
una revisión a diferentes fuentes, evidenciando que gran parte de estas abordan el tema desde la
seguridad informática, sin embargo, pocas anexan elementos pensados en la incidencia de los
canales contemporáneos de comunicación alternativa, donde se aprovecha la Internet como el lugar
donde confluye la comunidad hacker y el activismo político. De este modo, construir espacios para
la libre circulación de saberes, información y prácticas, termina siendo una de las intenciones más
relevantes de la comunidad hacker, que como lo define Cross: “there is a global culture of people
who call themselves computer hackers that is driven by a fundamental belief that information
should be free and that the pursuit of knowledge is an essential human right” (Cross, 2006:37).

De ahí, que estas comunidades comparten información, como aporte a las premisas de la cultura
libre, que, a su vez, desde actos de resistencia evidencian la importancia de transparentar los
procesos creativos, donde no solo se centra en lo tecnológico, sino en inquietudes generadas desde
lo político, pedagógico o social, con el propósito de contribuir a sociedades más justas. De esta
manera, no solo se habla de una red activa desde la Internet, sino cómo se expande a espacios de
interacción social constituidas en los barrios, los laboratorios de experimentación casera, en
proyectos donde dialogan las disciplinas, que transitan en espacios académicos para migrar a los
territorios, para construir conjuntamente experiencias significativas y/o procesos comunitarios que
retroalimentan las inquietudes generadas en los espacios académicos. Ampliando los conceptos
sobre la definición de hacker, Vella lo describe como:
Hackers have a bad name everywhere, it seems, except in Silicon Valley, founded as it was
on the virtues of creatively overcoming technical limits by any means. This tradition
produced the likes of Bill Gates, Steve Wozniak and Mark Zuckerberg, who, on the eve of
Facebook's initial public offering four years ago, lamented the "unfairly negative
connotation" of the word. Hacking, he wrote, "just means building something quickly or
testing the boundaries of what can be done. Like most things, it can be used for good or
bad (Vella, 2016).

En principio los hackers se asocian a la experimentación tecnológica y luego desplazada a diversos


ámbitos y disciplinas. Estas acciones no solamente comprometen los hackers desde su hacer
individual, sino desde el accionar colectivo, por ejemplo, los hackerspaces, que se consolidan para
generar procesos de creación tecnológica, como lo argumenta Schneckloth, “a hackerspace is a
crowd-funded, shared workspace where likeminded inventors, hackers, and curious technophiles
can hang out and collaborate on a variety of projects” (Schneckloth,2013).

Estos espacios, son activados de manera independiente, autónoma y autogestionada, sin embargo,
en los últimos años se viene impulsando medialabs, hackerspaces, centro de experimentación
tecnológica, entre otros, con la gestión de recursos económicos de instituciones universitarias,
alcaldías, o empresas privadas, como lugares encuentro de expertos, autodidactas y comunidades,
que mediados por la curiosidad, el ingenio y el interés, desarrollan proyectos de corte
investigativo, creativo y pedagógico.

Volviendo a los laboratorios de medios independientes, estos se sostienen desde e intercambio de


saberes, donde lo importante es la circulación del capital social y cultural de los participantes. Sus
dinámicas obedecen más a los tiempos de las comunidades en torno a las preguntas que surgen de
estas mismas. Estos espacios laboratorio se vuelven residencia de hackers, investigadores, artistas
y pedagogos, entre otros, donde la participación de la comunidad es importante en cada nuevo
proceso, y solo desde ahí, se carga de sentido su accionar. De ahí que Charlton, nos cuenta que:

It seems to me that physical and intellectual hackerspaces, spaces filled with technology
and intellectual potential gathered for the purpose to make something not predetermined,
might serve us well as teachers who could make assessment, or the making of criteria-
based rhetorical choices, a collaborative and integral part of any composing process from
the very beginning (Charlton, 2014).

Por otro lado, encontramos investigaciones que se centran en la incidencia que ha generado estas
acciones colectivas, como el caso de Anonymous y WikiLeaks, como una consecuencia de la
cultura hacker, donde Coleman lo describe como:

Por supuesto, como el colectivo es un subproducto de Internet, no debe sorprender a nadie


que Anonymous se proyecte con mayor fuerza y reúna el mayor apoyo cuando defiende
valores asociados con esta plataforma de comunicación global, como la libertad de
expresión. Como lo definió en una ocasión uno de los participantes, «la libertad de
expresión no es negociable». Pero lo que han demostrado una y otra vez es que no se limitan
a mostrar su preocupación por las libertades civiles.

Es así, que algo que nace como un pretexto para hacer bromas en la red, con el tiempo termina
generando simpatía de muchos hackers que consolidan nodos expandidos para la regulación de las
instituciones.

Por otro lado, es importante anexar la incidencia que ha tenido la literatura ciberpunk en estos
procesos creativos, en cómo se nombra cada comunidad, en la utopía de sus escritos y el sentido
ficcionado de la realidad, que como lo afirma González:

En este sentido, destacamos el concepto stand alone complex expuesto en el manga “Ghost
in the Shell (1989)” que, si bien constituye una ficción, aporta una idea valiosa para
observar los comportamientos individuales de ciertos fans dentro de sus comunidades: al
desarrollar acciones en pro de la verdad y la justicia social, y difundirlas en la Web u otros
medios, se han dotado de conocimientos y saberes de forma autónoma para ejecutar tales
acciones e inspirar con sus resultados el desarrollo de nuevas iniciativas. (González, 2016:
84).
Este es uno de los tantos ejemplos donde los hackers son representados como héroes, sin embargo,
otra parte están enfocados en la analogía que establecen hacker y cyberterrorista, resultado de los
múltiples casos de espionaje, sabotaje de páginas web y secuestro de información. En esta línea
encontramos casos donde se han apropiado de contenidos privados y estos han sido liberados en
las redes, dejando sobre la palestra pública el cuidado de la información privada y la seguridad que
deben tener los equipos para que no queden expuestos a estos ataques, a lo que Lawson comenta
que: “these supposedly virtuous celebrity women are allowed access to innocent victim hood at
the hands of the gross, undesirable, misogynistic hackers and sharers of their private photos” (
2018: 837).

Esto complejiza la credibilidad de la comunidad hacker en una sociedad donde los medios de
comunicación van construyendo estereotipos, que dejan en desventaja su accionar. Sin embargo,
en estas fisuras, otros investigadores como el caso de Ornes, nos aclara de donde viene el término:
“originating from the sartorial choices of cowboys in old Westerns, “bad guy” hackers are known
as black hats and “good guys” as white hats. Hackers who occupy the space in between became
known as gray hats” (Ornes-----).

Esta aclaración nos permite entender, los diferentes tipos de hackers, además de acercarnos a los
adelantos tecnológicos que van desarrollando a partir de las observaciones a las necesidades
cotidianas, como el caso de las múltiples aplicaciones de Domótica, donde a partir de hardware y
software libre, se han creado soluciones a bajo costo para automatizar las viviendas. Por otro lado,
encontramos investigaciones que se caracterizan por analizar los modos de enseñanza aprendizaje
de los hackers y la interacciones que estos sostienen con las redes. En el caso Dalla Chiesa, analiza
la relación que tienen los hackers con el anarquismo, donde encuentra que:

Os elementos anarquistas visualizados estão repaginados com a cultura digital e com o


ativismo hacker. Assim, mesmo que os assuntos sejam contemporâneos, a busca pela forma
de se organizar de modo divergente não é diferente de outros arranjos organizacionais
semelhantes, porém, cujas causas apontam para outras direções que não são o universo
digital. Ressignificado contemporaneamente com a dimensão da técnica, da informação,
do compartilhamento através de ferramentas computacionais, o questionamento posto na
organização não é novo.

Novo é apenas o elemento que agrega as pessoas que buscam um espaço privilegiado para
expressão de suas criatividades, liberdades, autonomias e utopias de afastamento de uma
sociedade moderna onde impera uma heterogestão burocrática.” (Chiesa, 2015).

En el caso de la ciudad de Medellín encontramos procesos que se consolidan desde la participación


ciudadana y la apropiación de los parques bibliotecas, centros culturales y presupuestos
participativos, donde las comunidades base son tomadas en cuenta en las problemáticas sociales,
culturales, políticas y económicas de la ciudad. Además, se suman las voluntades de las
universidades, museos, activistas sociales, entre otros. Estos cruces en los espacios comunes
permiten el flujo de saberes y el diálogo con los jóvenes que han vivido en problemáticas complejas
relacionadas con el pandillerismo, milicias urbanas, microtráfico de drogas y armas, y que por su
realidad han sido estigmatizados, cerrándose en ocasiones las puertas laborales. Es así como, han
encontrado en estos espacios alternos a la educación formal, una vía para consolidar proyectos de
vida desde los diferentes intereses que están explorando. Muteba-Rahier enuncia que: “Grupos
dominantes producen y reproducen representaciones de ellos mismos y representaciones de los
otros que justifican su posición a la cima de los órdenes raciales y espaciales, y la explotación de
los otros, quienes aparecen como seres fundamentalmente negativos” (Muteba-Rahier, 1991:96).
En contraposición a lo enunciado por Muteba-Rahier, vemos como experiencias piloto, articulan
otros modos de hacer social, generan discursos emancipatorios. Es el caso del Centro Cultural de
Moravia conocido como “la casa de todos”, ubicado en la comuna Cuatro de Medellín, donde se
han construido, de manera colectiva y colaborativa, procesos con incidencia en el territorio desde
el 2007. Este lugar se construye con la premisa de que todas las miradas son posibles y dialogables;
más aun pensándose desde el territorio transcultural in situ, y que se transforma día a día por causa
de la llegada de familias desplazadas de diferentes sectores del país, donde no solo se desplazan
los sujetos, sino también los imaginarios y costumbres, es un espacio donde todos son bienvenidos.
El Centro de Desarrollo Cultural de Moravia se consolida como un laboratorio social. El lugar se
reformula, desde la participación de la comunidad barrial, académicos, artistas, activistas sociales,
entre otros.
En la construcción de nuevos modos de hacer pedagógico para acceder al conocimiento, diversas
comunidades han entrado en la búsqueda de alternativas. Este ejercicio de deslocalización
educativa nos devuelve a la idea del ‘Conocimiento libre’, gestionado de manera colaborativa y
participativa por las comunidades, en la medida que proporciona herramientas y espacios para el
debate en torno a los diversos saberes in situ, cuestionando los procesos que olvidan el diálogo
bidireccional y la consolidación de procesos de investigación participativa. En el libro Por una
cultura libre, Lessig nos argumenta que: “En toda nuestra historia nunca ha habido un momento
como hoy en que una parte tan grande de nuestra ‘cultura’ fuera ‘posesión’ de alguien” (Lessig,
2004:21-30). En contraposición a lo anterior, vemos experiencias en los espacios comunes
encontrados en los pueblos indígenas como son las malocas, que desencadenan en los encuentros
colectivos múltiples reflexiones y alternativas, que van afortunadamente en contravía del pensar
el conocimiento, no como mercancía y propiedad privada, sino como saber compartido y herencia
ancestral que se sostiene de manera oral, escrita e imaginada entre ancianos, mayores y jóvenes.

Actualmente encontramos experiencias de creación colaborativa y reflexiva en la convergencia de


saberes, donde se han generado textos de manera conjunta entre investigadores sociales y
comunidad, promoviendo la apropiación de herramientas mediáticas, el análisis de los contenidos
generados en los medios de comunicación, la creación de canales comunicativos que posibiliten
pensar lo educativo desde el pensamiento crítico y complejo. Estos procesos han posibilitado la
compilación de la memoria del contexto y por otro, la activación de herramientas que visibilizan
procesos políticos, culturales y sociales. Desde allí, se han consolidado experiencias como la
biblioteca María Mulata Lectora, en el departamento de Sucre, Colombia, donde a partir de la
movilización comunitaria, la autogestión y la consolidación de redes [alianzas] se ha logrado
sostener un proyecto educativo, el cual involucra a la comunidad afrodescendiente del Rincón del
Mar.

Igualmente, encontramos un sinnúmero de experiencias de educación expandida en las comunas


barriales, donde desde lo cotidiano se comparten bienes, saberes y recursos, como parte de los
procesos de autogestión, sobrevivencia, solidaridad y reformulación de los espacios comunes
habitados. Sin embargo, estos modos de vivir parecen ser ajenos a nuestra contemporaneidad,
como consecuencia de los discursos capitalistas, que han interiorizado en la sociedad actual,
dinámicas del no compartir y plantean las relaciones desde la competitividad en pro de prestar
servicios, mediados por los valores monetarios asignados donde todo tiene su precio, en su causa
y efecto.

Desde la resistencia de las comunidades, se plantean otros modos de existir: trueque de servicios,
bonos simbólicos, intercambio de labores, etc. Es lo que Paulo Freire enuncia como: “Lo que
distingue al liderazgo revolucionario de la élite dominadora no son sólo los objetivos, sino su modo
distinto de actuar. Si actúan en igual forma sus objetivos se identifican”. (Freire, 1976:156). Así
mismo, vemos la consolidación de redes comunales donde la suma de voluntades genera la
solución de los problemas surgidos en el contexto.

En el caso del laboratorio nómada medial No2somos+, y la manera como logra hilar entre los otros
dos nodos consolidados en el país (Valle de Tenza, y Bogotá), a partir de su interacción con el
barrio, nos genera preguntas

Este fenómeno de desplazamiento hacia grandes ciudades y la consolidación de lugares como “El
Morro” en Moravia, considerado como uno de los lugares más densamente poblados del país, es
resultado de la desterritorialización de las zonas rurales de Colombia a causa de la violencia, la no
presencia del estado, la intimidación de grupos armados, sean estos: paramilitares, guerrillas y/o
ejército, que ha conllevado a la migración interna de los colombianos, como también a la
reubicación de las familias en países solidarios con los refugiados. En todo este proceso, se ha
encontrado que las tierras abandonadas han sido compradas a bajo precio a los campesinos, bajo
amenazas o por el terror implementado en los territorios, para luego ser usadas en grandes
plantaciones de monocultivos, lo anterior nos remite a los planteamientos de Wallerstein donde
enuncia que:

Para hacer que la tierra fuera totalmente alienable, para que la producción para la venta como
mercancía fuera la consideración fundamental en la agricultura, no sólo se tenían que eliminar
varios tipos de sistemas de tenencia feudal. Se tenía que eliminar también al granjero campesino,
dado que el campesino podía aferrarse a la tierra y dedicarse a actividades de producción de tipo
marginal por consideraciones que no maximizan la rentabilidad a corto plazo. (Wallerstein,
1974:351).

Para visibilizar estos momentos lamentables en la historia de Colombia, se han creado alternativas
educativas y comunicativas, un ejemplo son las agencias de noticias implementadas en pueblos
indígenas, afrodescendientes, campesinos. Dicho en las palabras de White: “La cultura en todos
sus aspectos, materiales, sociales e ideológicos, es transmitida fácilmente de un individuo, una
generación, una época, una gente o una región, a otra, por mecanismos sociales” (2007: 349-368).
Otras acciones directas, se encuentran en el apoyo a las comunidades, en los colectivos de
activistas como Antena Mutante, Prensa Rural, minkalab, entre tantos otros, articulan redes de
información independientes para hacer visible las realidades de los sectores rurales en Colombia.

De ahí, otro ejemplo de estos espacios creados desde la autonomía política, se encuentran en las
escuelas campesinas en Colombia, que han desarrollado actos de resistencia y denuncia frente a
las políticas que favorecen a las multinacionales como Monsanto, donde no solo se destruyen las
prácticas colaborativas como el trueque [espacios para la preservación de semillas nativas].
Monsanto monopoliza el uso de las semillas [patentadas] bajo la premisa de que están ayudando a
erradicar el hambre en el mundo y judicializa a quienes hacen actos de resistencia o se expresan
en pro de la libertad de uso de las semillas nativas. Pensar en el conocimiento como propiedad de
alguien nos deja en desventaja en los procesos de creación colectiva. Las licencias de propiedad
intelectual como los copyright benefician a las industrias farmacéuticas, cinematográfica,
culturales, musicales, entre otras.

A partir de estos fenómenos se enuncian preguntas en torno a los actos cotidianos de transmisión
de conocimiento que apuntan a repensarnos en la necesidad de desarrollar licenciamientos
apropiados para los saberes ancestrales y de beneficio público.

Un ejemplo significativo actual desde la creación a partir de lo existente se encuentra en jóvenes


que aprenden, recrean y suman historias desde el reciclaje visual y que lo han materializado en el
manifiesto remix [RIP] donde el activista Brett Gaylor propone que: “1. La cultura siempre se
construyó basada en el pasado, 2. El pasado siempre intenta controlar al futuro, 3. El futuro se está
volviendo menos libre, 4. Para construir sociedades libres es necesario limitar el control desde el
pasado”.

En la apropiación y creación desde las herramientas mediales (video, audio e imagen) vemos que
estas no solo sirven para comunicar e informar, sino que pueden tener un carácter educativo y
experimental, permiten la construcción de sentidos de vida o poner en diálogo las narrativas ya
existentes. Internet ha cumplido un papel importante en estos procesos, generando espacios que
visibilizan narrativas propias desde blogs, páginas web, wikis, foros, cowbird, entre otros. Grasseni
nos plantea que: “La visión impregna nuestras formas culturales de vida que dependen de la
cualificación tanto en el modo de ver físicamente capacitado y en el posicionamiento social”.
(2011: 19,44). De ahí, la intención de consolidar redes cuya premisa se base en compartir el
conocimiento [especializado - in situ] con el fin de activar acciones políticas y el análisis reflexivo
de las noticias [desde los otros lados de la historia]. Una de las motivaciones para el desarrollo de
estos procesos es el bajo costo de los equipos [computadores, cámaras], que ha posibilitado la
sostenibilidad de laboratorios experimentales de creación casera, donde concluyen temas variados
pasando desde las artes, las ciencias sociales, tecnologías, hackerismo, pedagógicos, entre otros.

En este abanico de posibilidades que ofrece la Internet, se consolidan narrativas articuladas desde
el empoderamiento comunitario, como es el caso de la prensa alternativa que no entra en
mediaciones aparataje comercial de la noticia [telediarios] y desde su hacer permite tensionar y
abarcar los intereses políticos, sociales o culturales que en muchas ocasiones olvidan o ignoran las
industrias informativas, a lo Roseberry deduce que: “También podemos observar cómo las formas
y los lenguajes de protesta o de resistencia deben adoptar las formas y los lenguajes de la
dominación para poder ser registrados o escuchados” (Roseberry, 1994:213-226). Y lo que los
movimientos hacker denominan un ataque troyano, en el estar dentro del sistema para modificarlo.

Los licenciamientos libres como los creative commons reconocen la autoría, además se fortalecen
dinámicas desde el compartir y el libre uso en la distribución y manipulación de las creaciones
artísticas, estas prácticas han posibilitado pensar modos de hacer pedagógico en espacios alternos
para el intercambio haciendo uso de las redes P2P, que en un inicio estaban pensadas para subir y
bajar archivos [música, libros, vídeo, fotos, etc.] y que ahora construyen experiencias educativas
basadas en el dar y recibir, donde se consolidan procesos formativos experimentales y espacios
especializados, de esta manera, todos aprenden y todos enseñan de manera horizontal. Un ejemplo
de esto son las plataformas P2Pu y Coursera, que se consolidan desde el aprendizaje individual y
la interacción colectiva. En Latinoamérica se conocen procesos autónomos de aprendizaje alternos,
ponen en diálogo los saberes académicos y los saberes en contexto, como lo vemos en la
Universidad Popular de los Movimientos Sociales, un proyecto que nace bajo las preguntas
generadas en los acercamientos teóricos de Boaventura de Sousa Santos donde argumenta que:

La UPMS nace para articular la diversidad de conocimientos, fortaleciendo nuevas formas de


resistencia y contribuyendo a la reinvención de la emancipación social, entendida como la base
sobre la que proyectos plurales transforman relaciones de poder en relaciones de autoridad
compartida.

Otro ejemplo lo encontramos en la experiencia de la Universidad Nómada, en la cual se plantea


un espacio transdisciplinar desde la activación de: “un laboratorio anticapitalista, antirracista,
decolonial y feminista de producción teórica e intelectual”. Estas propuestas dejan abierta la
posibilidad al debate político y social de las comunidades involucradas en el proceso. Como afirma
Geertz: “La mayor parte de lo que necesitamos para comprender un suceso particular, un rito, una
costumbre, una idea o cualquier otra cosa, se insinúa como información de fondo antes que la cosa
misma sea directamente examinada” (Geertz, 2001a: 19-40). En este cruce disciplinar, es
importante enunciar el concepto de medialab, [laboratorio de medios] que nace en el MIT
(Massachusetts Institute of Technology) a finales de los años 80. Propone abrir la discusión y la
investigación desde el cruce de las miradas desde el arte, la tecnología, las ciencias humanas y
sociales, haciendo preguntas para formular soluciones a contextos específicos.

Así mismo, en los laboratorios de medios, también llamados medialabs, se crean narrativas
experimentales desde lo audiovisual, las cuales tensionan la construcción particular y colectiva de
las realidades de los barrios, zonas rurales e indígenas - imaginarios e interacciones-. Para ello,
cada narración según su naturaleza cumple objetivos comunicativos y es un claro reflejo del
entorno en el cual se ha gestado, revelando por medio de su interpretación la profundidad de los
mensajes implícitos que la componen; en este intercambio analítico se desprenden elementos que
enriquecen lo cultural, lo simbólico y social in situ, fortaleciendo los procesos de creación
colaborativa. Desde la cultura edupunk, hemos encontrado premisas como: “hágalo usted mismo”
y “hágalo con los demás” que han puesto en discusión los procesos autónomos de aprendizaje
paralelos a la educación tradicional. Bajo estas dinámicas en el Proyecto Facebook, Alejandro
Piscitelli encontró que:

En repetidas ocasiones, los grupos que recurrieron a blogs manifestaron que más allá de contar
con un portal web exclusivo, gratuito y personalizable para su proyecto, un factor que jugaba en
contra era su reducida visibilidad en los motores de búsqueda. Por esa razón, se apropiaron de una
estrategia multiplataforma que incluyó a Facebook y Twitter como herramientas de difusión,
expansión y viralización, a fin de redirigir a los usuarios de esas redes hacia el blog. (Piscitelli,
2012:37)

De igual manera, se reconoce que los medios de comunicación alternativa han alcanzado gran
relevancia en el proceso de formación educativa y cultural en los jóvenes. Es así, que el uso de
video blogs, redes sociales, bitácoras, radios independientes, televisión comunitaria entre otros,
permite la construcción de conocimiento, la reflexión en tiempo real y la recontextualización en
los territorios que habitamos. Los laboratorios de investigación y creación pretenden desarrollar
habilidades interpretativas, investigativas y formativas desde el pensamiento crítico,
relacionándolas con la creación documental, siendo estás inmersas en códigos visuales que se han
distribuido desde la publicidad, la prensa, la radio, el Internet, el video, el cine y la televisión, entre
otros.

La comprensión de los códigos dados por los expertos en la creación audio visual permite que las
comunidades asuman posiciones críticas en el crear, transformar, asumir, aprender y reinterpretar
la imagen, además de tensionar los modos de representación actual, donde Marcus-Frischer lo
define como: “Las etnografías de la experiencia intentan hoy hacer un uso pleno del conocimiento
que el antropólogo adquiere en el trabajo de campo, que es mucho más rico y variado que el que
ha sido capaz de infundir a las monografías analíticas convencionales”. (Marcus-Frischer,
200a:27-39).
Es así, que las imágenes que se construyen desde el diseño, la publicidad y los canales massmedia
se analizan desde diferentes disciplinas, cumpliendo un importante papel interpretativo y analítico
de las creaciones visuales de la comunidad global. En tal caso, ¿qué pasaría si estas imágenes y
análisis se elaboran no por el grupo de expertos sino por las comunidades bases desde el -hágalo
usted mismo, ¡hágalo con los demás! o el [¡hágalo como pueda!], donde se replanteen nuevas
estéticas o se indaguen las ya existentes.

A lo anterior, se suma que los laboratorios de creación medial posibilitan espacios formativos y de
diálogo transdisciplinar, donde se fortalece lo colaborativo y se reflexiona alrededor de las
mediaciones comunicativas [arte, diseño, tecnologías de la información y la comunicación], en pro
de construir propuestas teóricas-prácticas pertinentes al contexto. Es así como se facilitan espacios
de experimentación sonora y audiovisual, donde las reflexiones desde los participantes posibilitan
la construcción de los proyectos documentales (sonoros, visuales) y bancos de memoria. En la
mayoría de los medialabs se promueve la apropiación de software libre e incentiva al desarrollo
de procesos de investigación desde las problemáticas del contexto, la construcción de historias y
alternativas experimentales audiovisuales. Algunos de los temas que se han desarrollado en los
laboratorios están basados en el diálogo de temáticas desde la cultura visual, la apropiación
mediática, la televisión y la radio comunitaria, imagen pirata-video pirateo-audio pirateo,
ciberpunk, manipulación y usos de los medios de comunicación, hackerismo, análisis de medios
de comunicación y su incidencia en las políticas latinoamericanas, bricolaje, territorio sonoro y
visual, investigación situada, lenguaje audiovisual, documental, videoclip, formación en redes
inalámbricas libres autogestionadas, experimentación y apropiación de las TIC.

Aparte de ello, la activación de los espacios físicos o virtuales tiene un papel importante en la
consolidación de los laboratorios, donde se integran plataformas que posibilitan avances
significativos en la construcción de conocimiento con propósitos comunes, podemos enunciar
ejemplos como Gnu- Linux, software libre, Creative Commons, Wikipedia, que han dado el giro
en los modos de participación y creación desde la red. Antonio Lafuente lo anuncia como: “El
espacio que favorece la participación en tres formas: producción de conocimiento, autonomía en
los usuarios para introducir información y la posibilidad de entrelazarse entre páginas que tienen
intereses comunes”. (Lafuente, 2011). De ahí, que este cruce entre diálogos teóricos y la
apropiación de las tecnologías de la información y la comunicación con propósitos educativos,
artísticos y culturales permiten movilizar espacios autónomos que se están haciendo nuevas
preguntas en cómo se asume el rol del artista, investigador y educador contemporáneo desde lo
transdisciplinar, en pro de una mirada holística de las problemáticas que viven los contextos
actuales.

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