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Universidad Tecnológica de Pereira

Facultad de Bellas Artes y Humanidades


Escuela de Filosofía
Platón ética política
Profesor: Pablo Andrés Villegas Giraldo
Segundo Semestre Académico de 2019
Protocolo de la seeptima sesión de trabajo, octubre 09 de 2019
Presentado por: Carlos Andrés Montes Serna

El inicio de la clase se da retomando las 3 nociones de justicia que se hayan


presentes en el libro 1 de la republica de Platón, donde bien la finalidad es
reconstruir lo ya visto en clases anteriores. Así, encontramos en un comienzo la
noción de justicia a través de diferentes interlocutores a lo largo del texto.
Primeramente, está la reciprocidad, que viene a comprender aquello que se debe
dar a cada uno según corresponda. Por otro lado, la ley del beneficio, en el que se
favorecen los más allegados a una persona y se perjudican a los detractores o
enemigos. Asimismo, resalta el sentido de justica en la conveniencia, donde solo
se favorece aquel cuyo tiene el poder o dispone de ciertos privilegios. Ahora, antes
de continuar se procede a ver la forma en que Sócrates debilita, discrepa, o
concuerda con cada una de estas definiciones. De este modo interviene la función
socrática de la “docta ignorancia” que sirve como apelativo para confrontar las
posturas del otro, haciéndolo ver como si no supiera nada. A partir de este
recurso se entiende la forma en que pueden las 3 ideas de justicia corresponder
o no a lo adecuado, es decir, que responda a la definición que se busca, en este
caso, con el decir la “verdad”.

A continuación, el docente pasa a contextualizar las definiciones previas. En


primer lugar, menciona que no puede haber justicia en la correspondencia,
sencillamente porque no se fijan limites, ejemplo de esto es devolverle la pistola
a un amigo desquiciado, es decir, hay casos donde la justicia no se equipara hacer
lo que es debido o lo legal. En el caso de la persona que busca el beneficio para
unos y para otros no; no termina de actuar justamente, ya que esto da pie a que
la justicia pueda ejecutarla quien hace el mal, de ese modo no se es imparcial
sino todo lo contrario, utilitarista. Introduciendo así el docente la idea de virtud
con el fin de mostrar cómo actúa el desconocimiento en el hombre, precisamente
para entender que lo bueno debe ser cuestión del conocer, mientras que el mal a
causa de la ignorancia. Esto para explicar de algún modo que las acciones deben
recaer en uno mismo, pues se tenía la creencia mítica de que había una
intervención divina en las labores, o sea, siempre había un factor externo
efectuando de por medio, en ese sentido nadie era dueño de sus actos, lo cual va
en contra de lo que se busca, que es la responsabilidad directa en lo que se hace.
Ahora, se retoma el último punto que es el argumento del más fuerte, aquí por
lo demás no hay comprensión de justicia cuando el que gobierna es el tirano, pues
tiende a reducir su mirada a fines personales, en ese sentido no hay objetividad
alguna para los otros, mientras no se reconozca a los demás, puesto que la
justicia queda desproporcionada y aparte ignorada, como lo contrargumenta
Sócrates ésta no se puede equivocar, es infalible, no hay sugestiones al cambio
es imperturbable.

Posteriormente se da paso para colocar una cuarta y ultima idea de justicia que
tiene que ver con la injusticia como excelencia (Areté). Quiere decir, que se toma
por verdadero un saber cuyo objetivo es pasarse por alto todos los esquemas que
hacen a lo justo lo que es, a través de la injusticia, sin ser claro está descubierto.
En ultima lo que se pretende es enmascarar la justicia para fines egoístas que
no conciben el fin en sí mismo; de ahí el carácter peyorativo en su constitución.
De ahí que el rumbo de la discusión a estas alturas entre Sócrates y su
interlocutor Trasímaco sea la de evidenciar lo excelente en los actos. Sin
embargo, Sócrates propone la moral en el campo de la razón justa, en el que
cualquier oportunidad para ser mejor con la justicia antes que con lo injusto se
vuelva sinónimo de excelencia. Esto por lo demás se deja ver en la medida que
se hace uso del poder y la soberanía misma, lo cual le da al carácter del sujeto la
capacidad de autogobernarse en la medida que se conoce así mismo.
Por último, se esclarece de la lectura, el argumento que le da la identificación al
ciudadano en la república, el Érgon, que remite a la función propia del individuo,
y en su manera de destacarse en una cualidad, lo que lo hace en definitiva “ser”.
En suma, es una característica que va unida a obtener el bienestar tanto en la
justicia como en hacer mejor al alma, ya que lo que amerita una vida llena de
rectitud es la contemplación, virtud que a su vez acompaña tanto el proceso de
la educación y el aprendizaje en las funciones dadas al alma, como lo es
alimentar su parte racional, es decir, que atendemos de paso a las necesidades
que requiere alcanzar lo excelente y por tanto el bien. Dando como finalizado la
clase, dejando como lectura el libro II de la republica de Platón.

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