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ÍNDICE
PRESENTACIÓN 4 Página | 3
INTRODUCCIÓN 5
PONENCIAS:
LA FIGURA MATERNA Y LA FIGURA PATERNA HOY (Juan Bautista Aguado) 7
UNA NUEVA PATERNIDAD (Juan Antonio Crespo) 18
UN DIOS LLAMADO PADRE (Don Dionisio Antolín) 45
UNA NECESIDAD DEL CORAZÓN. La oración de Don Guanella (P. Alfonso Martínez) 52
LA PATERNIDAD/MATERNIDAD DE DIOS EN DON GUANELLA (P. Alfonso Crippa) 64
MESA REDONDA 72
EVALUACIÓN DE LAS JORNADAS 74
CRÓNICA DE LA JORNADA 77
ANEXOS:
HORARIO 79
ORACIÓN SÁBADO 80
ORACIÓN DOMINGO 81
ENCUENTRO DE ORACIÓN 82
CANTOS GUANELIANOS 89
GALERÍA DE IMÁGENES 91
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
PRESENTACIÓN Página | 4
P. Alfonso Crippa
Superior general de los Siervos de la Caridad
Ha sido para mí una experiencia muy gozosa el haber participado en las Jornadas de formación
que la familia guaneliana ha organizado en Palencia los días 6 y 7 de noviembre. El tema
escogido era muy exigente, además de ser fundamental para comprender y vivir la
espiritualidad y el carisma guanelianos. Con satisfacción he observado el gran interés de todos
en escuchar las conferencias muy bien preparadas y presentadas por los ponentes: nuestros
amigos Juan Bautista Aguado, Juan Antonio Crespo, Don Dionisio Antolín y el Padre Alfonso
Martínez. Ahora me parece estupendo que hayáis querido recoger y publicar un material tan
valioso, que necesita y pide ser retomado con mayor calma para afianzar nuestro sentido de
pertenencia a nuestra familia guaneliana, convencidos que tenemos un carisma muy actual y
de gran valor para la sociedad de hoy, especialmente en lo que se refiere a las relaciones
familiares y al compromiso educativo que cada uno tiene que vivir en su vocación humana y
cristiana.
Aquí podemos encontrar estímulos muy validos para seguir, como guanelianos, siendo testigos
gozosos de la Paternidad y Maternidad misma de Dios, para ofrecer esperanza a nuestro
mundo inquieto y hacer posible un estilo de relaciones más auténticas y fraternas.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Querida familia guaneliana (cooperadores, laicos, religiosos/as, amigos...etc.) aquí presente en Página | 5
Palencia tan numerosa para participar en estas jornadas de formación: un saludo fraterno,
empezando por aquellos que vienen de más lejos, País Vasco, Madrid y Valladolid.
Como respuesta a ese deseo ardiente surgen estas jornadas, organizadas por un grupo de
laicos y preparadas con esmero en su
contenido por profesionales guanelianos
competentes, (a todos ellos organizadores y
ponentes desde aquí un gracias sincero),
además de contar con la presencia de nuestro
querido superior general de los Siervos de la
Caridad, el P. Alfonso Crippa, italiano de
nacimiento pero español de adopción. Le
damos una especial bienvenida y le
agradecemos que haya querido compartir con
nosotros estos días.
Cuando nos pusimos a pensar en el tema de las jornadas, decidimos seguir el Plan Pastoral que
la Congregación de los Siervos de la Caridad ha propuesto para este año y donde se nos invita
a “Reavivar nuestra oración a las fuentes del carisma”. Nada mejor pues que comprender
como oraba Don Guanella para poder seguir sus pasos. Y resulta que la forma, el contenido, el
estilo de su relación con Dios son consecuencia de su manera de entender a Dios. Como afirma
Carlo Laudazzi en su estudio sobre “La oración guaneliana en la formación a la vida espiritual”:
“para comprender bien el modo de orar de una familia religiosa es necesario conocer el
carisma que ha originado tal familia religiosa… Y para nuestra familia el carisma fundacional,
el manantial, además que de las obras y del estilo de vida, también del modo de vivir y
experimentar la relación de comunión con Aquel que se revela y se comunica a los miembros
de tal familia como Padre”
Dice Don Attilio Beria en sus apuntes “Espíritu y carisma del fundador”: La afirmación “Dios es
Padre y nosotros somos sus hijos” es la convicción de fondo de Don Guanella, hombre de Dios
y maestro de espíritu; es su rasgo más característico. Convicción esencial que sostiene toda la
experiencia espiritual del Guanella y de su relación íntima con Dios”.
De ahí nuestra propuesta en estas jornadas de profundizar en “La paternidad de Dios”. Aunque
enseguida nos encontramos con la afirmación sorprendente del Papa Juan Pablo I: “Dios es
Padre, pero sobre todo es Madre”. Y decidimos recorrer este sendero de la
paternidad/maternidad de Dios.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Como dice Juan Bautista Aguado en la introducción a su ponencia: “al discurso sobre Dios,
debe anteceder siempre el discurso sobre el hombre. Calificamos a Dios con las palabras, las
experiencias y los sentimientos que nos proporciona el diario vivir”.
Por eso quisimos empezar preguntándonos como se ven y se viven las figuras materna y
paterna hoy. Pregunta a la que Juan Bautista Aguado intentará dar una respuesta desde un
enfoque cultural y Juan Antonio Crespo, desde un enfoque psicopedagógico. Página | 6
Dionisio Antolín, desde la teología bíblica nos subrayará que la afirmación de que Dios es
Padre es la gran revelación que nos ha hecho su Hijo Jesucristo y nos ayudará a comprender
como la teología ha desarrollado y profundizado esta afirmación a lo largo de estos dos mil
años de cristianismo.
Finalmente los Alfonsos (Alfonso Martínez y Alfonso Crippa) nos invitarán a beber en el
manantial de Don Guanella y responder a la pregunta del cómo vivió esa
Paternidad/maternidad de Dios en su vida y en su relación personal con Él hasta llegar a ser
Padre y Madre para los demás, especialmente para los más débiles de nuestra familia humana.
Pero no queremos en estas jornadas perdernos sólo en los aspectos teóricos. Junto al deseo de
formación expresado en los distintos grupos reunidos en el IVº encuentro nacional de laicos de
Madrid, había una sed de vivencia y compromiso guanelianos: por eso hemos previsto
momentos de oración y de celebración. Queremos que estas jornadas sean sobre todo una
ayuda para experimentar que Dios nos ama con amor de padre y de madre,
independientemente de nuestra “mala calidad de hijos” y que Dios nos enseña a tener un
corazón de padre y de madre hacia los más necesitados.
INDICE
0.- Introducción: Una pregunta, ¿por qué hablar de las figuras paterna y materna en estas
jornadas?
1.- Mujer y figura materna en la posmodernidad.
1.1. La liberación de la mujer y su igualdad con el varón.
1.2.- Riesgos y confusiones en torno a la mujer.
1.3.- Una palabra sobre la ideología de género.
2.- Hombre y figura paterna hoy.
2.1.- La paternidad en el tiempo: voluntaria, amo-siervo…
2.2.- El papel desempeñado tradicionalmente por el padre.
2.3.- Nuevas expresiones de la ‘paternidad’. El padre una madre bis.
2.4.- La figura paterna ejercida ahora por especialistas.
2.5.- Riesgos de los niños sin ‘figura paterna’.
3. Conclusión: ¿De qué hablamos cuando decimos que Dios es Padre?
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Para empezar…
San Francisco. A principios del siglo XIII, un jovencísimo Francisco, al salir de misa se quita la
ropa y se la devuelve a su padre, diciéndole: Todo esto es tuyo; desde ahora mi único padre
será Dios. Por motivos espirituales, Francisco que ha descubierto en su vida la paternidad de
Dios, decide romper con el mundo, romper con su vida pasada, de hijo bien, de niño bien de
Asís, y no encuentra mejor modo de expresar todo esto que quitándose la ropa ante la
catedral de Asís y devolviéndosela a su progenitor.
“Una vez restituyó a su padre todas las cosas, y se quitó las ropas, renunció a los bienes
paternos y pasajeros, diciendo a su progenitor: De ahora en adelante, puedo decir con certeza:
Padre nuestro que estás en los cielos, porque Pedro de Bernardone me ha repudiado’.
Este gesto, que todos conocemos a través de los frescos de Giotto, se pone como ejemplo de
desprendimiento de este mundo, de santo despego por las riquezas, de esa desconfianza en
los hombres y esa confianza en Dios: aquello de dejar al padre por seguir a Cristo
Dalí.- En 1924, un jovencísimo Salvador Dalí, tiene una idea, sin duda genial, para
romper con su padre. Un buen día, decide enviarle en una bolsita de plástico unas gotas de su
propio semen con el siguiente texto: ‘Esto es todo lo que te debo’. Un año después Dalí sería
expulsado de la Escuela de Bellas Artes, cuando se negó a responder a las preguntas de los
examinadores, diciéndoles, ‘vosotros no podéis examinar a un genio’.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Freud.- Junto con Nietzche y con Marx es uno de los tres maestros de la sospecha. Y
los tres, sin duda, son los pensadores que más han influido en el pensamiento del siglo pasado.
Freud utiliza la expresión ‘matar al padre’. El niño el joven, para desarrollarse completamente, Página | 8
tendría que, simbólicamente, matar al padre, la figura castradora y represora, la figura que lo
aplastaba e impedía su crecimiento. Matar al padre era matar la figura paterna, pero también
la jerarquía, la autoridad, la superioridad. De aquí, al igualitarismo ramplón hay sólo un paso.
En Casa Guanella, en los últimos diez años, se habla bastante menos de Dios Padre. Y
eso que en el Capítulo del año 70, un pequeño trabajo de D. Atilio Beria, ‘Spirito e Carisma’,
defendía que ‘la paternidad de Dios’ era el núcleo de la espiritualidad guaneliana, suscitando
vivas adhesiones. Fue un pequeño descubrimiento, un hallazgo que aún hoy sigue vigente,
pero que ha perdido fuelle.
Durante hoy y mañana vamos a hablar de que Dios es un Padre de verdad, un padre
ideal. Por ello es preciso entender, al inicio de estas Jornadas, qué es lo que está pasando en
los terrenos del hombre-mujer y en los roles de padre y madre.
Para comprender por qué resulta hoy difícil hablar de Dios como Padre, hay que
entender, por un lado, lo devaluada que está la figura paterna en nuestra sociedad (el episodio
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
surrealista de Dalí expresa muy bien esta devaluación). Pero, por otro lado, instalados en una
eterna adolescencia narcisista, al cristiano de hoy en día le cuesta llamar a Dios Padre, porque
en el fondo sabe que, al reconocer su amor, está reconociendo una deuda. Como quien
reconoce un pagaré o una hipoteca.
Y también –y probablemente ésta sea la razón más importante- damos a la palabra
‘padre’ un significado completamente infantiloide. Es decir el valor que un niño mimado, Página | 9
sobreprotegido y consentido da a la palabra padre: me da todo, me consiente todo, tiene la
obligación de ayudarme, pero que no me exija nada, que no me diga no a nada, que me deje
hacer lo que se me antoje y lo que me dé la gana. Cuando un padre no cumple estas
expectativas egoístas del niño, ¿ya no sería un padre?, ¿sería sólo un padrastro, un
maltratador?
No es exagerado decir que las dos revoluciones más importantes del siglo XX han sido
la emancipación de la mujer y la influencia de los medios de comunicación en la configuración
de nuestra visión del mundo (radio, televisión, Internet).
¿Por qué se ha dado la liberación de la mujer? ¿Por qué los legisladores, todos hombres, han
pensado lo injustos que se había sido con ella y lo discriminada que había estado en las leyes?
¿Por qué los ciudadanos de a pie, padres, hermanos e hijos han luchado para que sus madres,
hermanas e hijas tuvieran un papel más destacado en el hogar y en la sociedad?
La liberación de la mujer empieza cuando la mujer trabaja fuera de casa. La mujer rural
ya lo hacía, pero no cobraba un salario, o pocas veces lo cobraba. Primer paso: La
industrialización necesitaba muchos obreros, y a veces no bastaban los hombres. Se empezó a
contratar a mujeres, por ejemplo en la industria textil. Segundo paso y definitivo: las dos
guerras mundiales y la consiguiente escasez de hombres, por hallarse en el frente, obligó a las
fábricas y a los gobiernos a contratar a mujeres ya que así lo exigía la industria pesada tan
necesaria en el momento. Cuando la guerra terminó las mujeres ya no volvieron a sus casas.
La independencia económica trae consigo otras muchas independencias. La mujer que
trabajaba en la fábrica deseaba que su hija prosperase y la llevó a la estudiar. La mujer
universitaria empezó a pensar, a hacerse preguntas, a ser consciente del olvido en que la
sociedad había mantenido a la mujer. Se rebeló contra el padre que le marcaba pautas y
contra el marido que le marcaba pautas. Y luego se rebeló con la universidad formada por
hombres, con las leyes hechas por varones, con la iglesia dirigida por hombres y contra todas
las instituciones.
Los primeros movimientos feministas pidieron el derecho al voto (de hecho fueron
conocidas como las ‘sufragistas’. Después, pidieron igualdad de derechos civiles (hubo que
modificar todos los códigos, porque en razón del sexo había una sanción u otra. Las mujeres
necesitaban el consentimiento del marido para poder heredar o adquirir según qué cosas. El
adulterio, en España hasta 1975, estaba castigado de diferente forma según se tratase de él o
de ella. Se ‘comprendía’ que un hombre que sorprendía a su mujer en fragante adulterio
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
pudiera matarla). Esta etapa se conoce como el feminismo de la paridad. Querían ser iguales a
los hombres.
Mucha influencia en el feminismo de paridad, e incluso en el feminismo de género, lo
tuvo el libro de la pensadora francesa Simone de Beauvoir, titulado ‘Le deuxième sexe’ (El
segundo sexo). El libro empieza con una famosa frase: ‘On ne nait pas femme, on le devient’.
La mujer no nace sino que se hace. Según la autora, la mujer es un hombre sin falo, es decir es Página | 10
un hombre, pero la sociedad o ella misma la hacen mujer.
La mujer quería ser igual al hombre. Así se lanzó a imitar al hombre en casi todo: se
pusieron el pantalón, que es una prenda muy práctica, fumaron, se cortaron el pelo a lo
garçon, se apuntaron a deportes masculinos, empezaron a decir tacos, y se atrevieron a habla
de sexo sin tapujos y a practicarlo extramatrimonialmente, etc.
El año 1975 fue declarado año de la mujer. Y entonces parecía una cosa exótica. Desde
entonces se ha recorrido mucho camino. De vez en cuando las noticias de los periódicos o de
los informativos decían: por primera vez una mujer es nombrada rectora, o ministra, o jefa del
Gobierno. Así empezó la emancipación y la liberación de las mujeres de la tutela que sobre
ellas habían ejercido los hombres. Se cambiaron las leyes, se transformaron las costumbres. La
sociedad vio la presencia de mujeres en puestos de poder y de relevancia. El último reducto en
que se mantenían aún los roles tradicionales de hombre y de mujer bien diferenciados era la
familia. Pero las cosas cambiaron.
‘otra vida’, sino una excrecencia de su propio organismo, no es un sujeto de derechos, sino que
el hijo es un derecho suyo. Hijos capricho, hijos prótesis.
b) A veces se entiende el afán de revancha, la rebeldía de las mujeres que, al mirar la historia,
hasta ayer mismo, comprueban que fueron relegadas, marginadas, humilladas. Y además,
debemos decirlo, esta desigualdad, esta anulación de la mujer, procedió de un simple y
sencillo hecho: la fuerza física, superior en el hombre, creó todo este aplastamiento. La fuerza
física hizo la ley y la costumbre. El varón no es más inteligente, ni más astuto, ni más espiritual,
ni más sensato; es solamente más fuerte. Simone Weil, muy acertadamente, ve la historia no
como una lucha de clases, sino como una lucha de fuerzas. Lo mismo que Roma aplastó a
Hispania por la fuerza; el varón aplastó a la mujer por la fuerza. “El falo” ha escrito Ida Magli es
la esencia de todas las culturas. Todas las culturas están basadas en este predominio del falo,
en esta omnipresencia del falo. Decimos que una mujer ha sido forzada o ha sido violada.
Estamos empleando la palabra fuerza, es decir, el uso de la fuerza, para ejercer el dominio y la
posesión sobre alguien que tiene menos. El varón tuvo la fuerza y esto obligó a la mujer a
tener la fortaleza.
Hay que reconocer que en muchos casos las instituciones de Iglesia se convirtieron en
pequeños ‘paraísos’, en reductos de libertad, donde las mujeres más inteligentes, las más
audaces, las menos sumisas, las más inquietas y andariegas, encontraron un espacio de
libertad donde pudieron desarrollarse no solamente como religiosas, sino también como
mujeres, como pensadoras. Santa Teresa decía que ‘le apenaba la condición de su hermana
sujeta en todo a su marido’. Y así era, para muchas mujeres la vida religiosa supuso un espacio
único de libertad. Hasta hace no pocas décadas sólo algunas reinas y algunas santas han
determinado, marcado e influido en la sociedad. En este otoño se ha estrenado en España la
película Visión, que trata de la historia de la monja Hildegarda von Bligen, es un buen ejemplo
de una mujer que encontró en el monasterio un hueco de libertad donde desarrollarse. Pero
también Catalina de Siena, Teresa de Jesús y algunas otras.
Y sin embargo, hay que decir que muchas veces –probablemente en muchos países no
europeos aún hoy- el confesionario se convirtió en un manantial de consejos de sumisión,
aceptación, resignación a las normas sociales de la época. La Regenta refleja perfectamente
como el confesionario, en manos varoniles no santas, ha ejercido una especie de ‘prostitución
de almas’. El confesor quería poseer el alma de la pecadora; lo mismo que el donjuán quería
poseer su cuerpo.
Salvada esta injusticia histórica, sería lamentable pasar a cometer otra injusticia.
Porque ello sería un revanchismo que no puede conducir sino hacia otro revanchismo de signo
contrario. En Occidente, en los más jóvenes se empieza a detectar un cierto machismo.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
El papel predominante de la mujer en los últimos años ha variado forzosamente el papel del
hombre en la sociedad y en la familia. Vamos a estudiar más detenidamente cómo se ha ido
modificando el perfil del varón y los rasgos de la figura paterna.
Los más mayores recordarán una serie de televisión ‘Papa lo sabe todo’, en que se
veía a un padre seguro, formado intelectualmente, que daba respuestas concisas y
incontestables a sus hijos preguntones, ante la admiración de su bonita mujer un poco Página | 13
tontorrona. Y sin duda conocéis también al Horacio, el padre, en la serie de los Simson, que no
pega pie con bola, que apenas cuenta nada y que se las meten dobladas. Quizá estas dos series
pueden darnos una idea de cómo ha cambiado, en el imaginario colectivo, la figura paterna en
las escasas cuatro últimas décadas.
Probablemente ya desde Atapuerca el padre era igual al amo. Y más que el progenitor, el
pater familias era el venerable patriarca de cada familia. En la antigua Roma, la paternidad era
adoptiva. Se ponía a los pies del progenitor el recién nacido, y si aquél tomaba en sus brazos al
infante quería significar que se hacía cargo de él, es decir el progenitor adquiría la paternidad
de forma voluntaria (el propio emperador adoptaba como hijo a quien quería que le sucediese
en el trono, y no siempre era su hijo biológico). El padre romano ‘adoptaba’ al propio hijo. En
la tradición ewe, en Ghana, cuando nace un niño, se lo envuelve en hojas de palma y se lo
deposita en un rincón de la casa. Entonces se invita a los familiares a que lo busquen. El
progenitor también juega en este escondite. Cuando descubre al niño y lo ve, puede optar por
adoptarlo y entonces lo levanta y lo presenta a sus familiares. En ese momento el progenitor
se compromete con el infante y se convierte en su padre. Pero si el niño no le gusta, por
ejemplo, porque tenga un defecto físico, porque sea niña cuando anhelaba un niño, entonces
deja al infante en el rincón que estaba. Él no se hace padre del niño. En ambos casos, el varón
asume voluntariamente su paternidad. El hecho de engendrar un hijo no equivalía en estos
casos a ser su padre.
El cristianismo dice que el padre no es el amo, sino que cada hijo nacido de mujer es hijo de
Dios y sujeto de derechos. El matrimonio sin consentimiento no es válido (aunque como
sabemos hubo excepciones a millones, pero fue un gran paso adelante). Para el cristianismo,
los hijos nacidos en el seno de un matrimonio cristiano son hijos verdaderos. Y el progenitor
es padre por el simple hecho de que su mujer da a luz. Hoy aún decimos ‘vas a ser padre’, ‘ha
sido padre’, ‘ha tenido un hijo’. Con buen humor, castizamente, se dice: ‘No sé si soy su padre,
pero al menos fui el que pagó el bautizo’.
Hoy todos los hijos son legítimos, dentro y fuera del patrimonio. Curiosamente hasta
hace no mucho se hablaba de hijos legítimos (los nacidos en el matrimonio) e hijos naturales,
ilegítimos o bastardos (nacidos fuera). Y si un padre no acepta esa legitimidad, se le manda
hacer una prueba de ADN. Y se le impone el pago de la pensión correspondiente.
El paso del hombre rural al hombre urbano también ha cambiado mucho las cosas. El
padre agricultor lo sabía todo y, hasta el final de sus días, enseñaba a su hijo cuándo sembrar
con más fortuna, cómo cosechar, por dónde venían las nubes. El padre urbano actual, con un
oficio muy especializado, se ve rebasado por sus hijos apenas estos alcanzan los catorce años
en muchísimas cuestiones de la vida ordinaria: informática, el manejo de los medios de
comunicación, o de los saberes prácticos y abstractos.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
En el momento en que la mujer, primero estudia, luego trabaja, y después alcanza un papel
significativo en la sociedad, por fuerza han tenido que cambiar los roles paterno y materno
ejercidos en el interior del hogar. La igualdad laboral de hombre y mujer lleva a una igualdad
de roles padre-madre.
En las últimas décadas se ha dado un proceso de feminización del varón y un proceso de
maternalización del padre. Esto se ve muy bien en la estética: el hombre metrosexual es la
imagen moderna y deseada: colores en las prendas, complementos y joyas, depilación,
maquillaje. Un hombre cuidado, preocupado por su imagen, un hombre también inseguro. Ya
no es el conquistador, sino el conquistado.
En este proceso el varón también ha ganado cosas. El padre ha ganado en expresar ternura,
aunque haya perdido autoridad. El padre puede ahora manifestar su cariño al hijo en gestos
que, hasta hace no mucho, eran impensables. Acunar a su hijo en público, darle el biberón,
cambiarlo, etc. Su mundo interior, su mundo afectivo, sus sentimientos se han enriquecido. El
lado femenino de su alma finalmente ha podido desarrollarse y expresarse públicamente:
mostrar debilidad, expresar ternura, expresar protección, ejercer de cuidador del hijo, atender
las tareas ordinarias de la educación filial y del hogar.
Pero el hombre está conociendo una devaluación de su ser como varón y de su ser como
padre. En muchos matrimonios actuales, el que ejerce de padre, no es el genitor (puede
incluso no haberlo). El genitor es una gota de esperma anónima e irrelevante. La figura de la
madre se ha magnificado y está creciendo, a veces, monstruosamente. La súper-mujer genera
padres ausentes.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
La expresión ‘padre ausente’ resume muy bien la pérdida de contenido de ese ‘ejercer como
padre’. La ausencia del padre es la principal causa del retroceso en el bienestar psíquico y
moral de los niños. El niño sin padre vive una perpetua adolescencia. Una adolescencia
idealista que confunde la libertad con la espontaneidad, el amor con la seducción y el
compromiso con la atadura. “Todos los días con mi madre; todas las noches con mi novia”.
Buena parte de las neurosis modernas tienen que ver con esta ausencia del padre. El ímpetu
instintivo de los niños se dispara. El padre, tradicionalmente, como representante de la ley,
venía a interrumpir la relación narcisista entre la madre y el hijo. El amor del padre
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
3. Conclusión: Una pregunta, ¿de qué hablamos cuando decimos que Dios es Padre?
Durante siglos resultaba difícil dirigirse a Dios como a un Padre amoroso y cariñoso,
pues nuestro concepto de un Dios terrible, Juez inapelable, que llevaba las cuentas de todos
nuestros defectos y culpas, nos apartaba ciertamente de un Dios Padre.
En el último siglo, las devociones centradas en el corazón de Jesús, bondadoso y
misericordioso, han acercado al cristiano a experimentar la paternidad y la maternidad de un
Dios que nos ama. Aquí podríamos insertar la experiencia de Don Guanella y de muchos santos
de su tiempo y posteriores.
Hoy, en cambio, nos cuesta, por un lado, hablar de Dios como Padre por lo que ya hemos dicho
(nuestra idea de padre paterno limita y enrarece esa paternidad, y la asimilación de padre-
varón no gusta). Pero, por otro lado, cuando aún decimos que Dios es Padre nos podemos
estar refiriendo a un padre buenista, a un consentidor absoluto, a alguien que tiene la
obligación de darnos todo, de protegernos, de ponernos el pan de cada día encima de la mesa,
de perdonarnos siempre y sin condiciones, de no tener en cuenta nuestras borracheras
consumistas y egoístas, nuestra maldad para otros semejantes, nuestra insolidaridad para con
los hermanos. Dios sería el ‘papaíto’ empalagoso que nunca dice no, que no pone límites, que
nos ama sin pedirnos nada a cambio. En fin, que nos deja hacer lo que nos plazca. Un Dios sin
mandamientos. Un Dio sin moral, sin ética, sin responsabilidad y sin exigencia.
Este es el gran peligro que corremos hoy en día. También entre los guanelianos. En Casa
Guanella usamos y abusamos muy a menudo de la palabra Providencia. Creemos que somos
‘un niño que le cae bien a Dios’ y que nos da todo lo que deseamos (y no sólo lo que
necesitamos). Creemos que la Providencia es como El Corte Inglés. Basta llamar al servicio del
cliente y a los pocos minutos el repartidor se presenta en nuestra casa, y nos deja el pescado,
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
el libro, la ropa o las flores. Pero el Corte Inglés nos pasa la factura. Y tenemos que pagar y sin
demora.
Cada vez que alguien nos hace un regalo, o se nos da bien el día, o cosas aún mucho
más banales (como coger el autobús a tiempo, que Hacienda no pille nuestro desliz, que
salgamos airosos de una pequeña injusticia…), solemos decir “Es la Providencia’. ¿Y qué
decimos cuando nos van mal las cosas, cuando tenemos fracasos, enfermedades o entrecheces Página | 17
económicas?
La idea de ‘Padre’ nos remite al amor, sí, pero también a la exigencia, a la responsabilidad y
al compromiso. El Padre nos pregunta nada más llegar a casa ‘¿Dónde está tu hermano? Es
una pregunta nuclear del cristianismo. Y nosotros no queremos enfrentarnos a esta pregunta.
Nuestro narcisismo, nuestro egoísmo, prefiere pensar en un cristianismo sin prójimo, sin
infierno, sin cruz, sin ‘patire’; un cristianismo-zen que nos adormece y que no nos cose a
preguntas.
Dios nos quiere, nos protege, nos cuida, no permite que uno de nuestros cabellos caiga al
suelo, sale a nuestro encuentro, se alegra de nuestro regreso, pero nos pregunta: ¿Dónde está
tu hermano? Y nosotros preferimos un cristianismo ‘de hijos únicos y sin hermanos’. Un
cristianismo sin Abel. Dios es amor, pero es exigencia. La exigencia de quien cree en nosotros.
Porque cree en nosotros, nos exige, pues sabe que somos capaces. A los hijos sanos, robustos,
capaces, hay que exigirles. ¿Por qué? Porque nosotros somos su Providencia. Dios es el
Omnipotente impotente, el Omnisciente ignorante.
Nosotros podemos lo que Dios no puede, o en su insondable misterio no quiere. ¿Es que Dios
es acaso Providencia para los que mueren de hambre cada día? ¿Dios es Padre también para
los negritos africanos? – nos pregunta cada día el no creyente-. ¿Es que Dios es acaso Padre
para las víctimas inocentes, para los torturados, los maltratados, los violados?
Dios nos solicita, nos requiere, nos exige y nos urge desde la impotencia de la cruz.
Dios es el Pastor y el Pasto, pero es a la vez el gran hambriento, el gran descarriado.
Privar al ser humano de la novedad traída por Cristo al mundo de ser hijos de un padre bueno
que da y exige amor es un terrible error.
Por eso, no nos gusta hablar de Dios como Padre, porque si le llamamos Padre (algo
que hacemos todos los días en el padrenuestro) tendremos que aceptar su reto y su pregunta.
Aceptar su factura y nuestra deuda. Danos hoy nuestro pan de cada día. Es una expresión en
plural. No es mi pan, es nuestro pan. No deberíamos bendecir con tanta ligereza los alimentos
hasta que no estemos seguros que alcanzan a todos, que todos tienen un poco de pan.
Asimismo, el hecho de pensar, a tontas y a locas, como niños mimados y consentidos, que Dios
es mi ‘papaíto’, el creer que la Providencia de Dios es nuestro ‘seguro a todo riesgo’, podría ser
una blasfemia y un sacrilegio, si no estamos dispuestos a ser providencia para quien anda
necesitado de pan y de señor. A ser padre y madre para quien está huérfano de salud, de
cultura, de pan y de Dios.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
ÍNDICE Página | 18
1. Paternidad y maternidad en la sociedad actual
2. El padre como recurso emocional
3. De la paternidad reproductiva a la paternidad relacional y afectiva
4. El nuevo estilo parental:
4.1. Estilos parentales
4.1.1. La disciplina autoritaria
4.1.2. La disciplina a través del chantaje emocional: control emocional
4.1.3. La negligencia y el “dejar hacer” como forma de disciplina.
4.1.3.1. Una variante de la negligencia educativa: la llamada educación democrática,
negociable y amigable.
4.1.4. La disciplina inductiva, una alternativa necesaria
4.2. Estilo afectivos: estilos de apego adulto
4.3. Estilos de enfrentamiento al conflicto.
5. Incondicionalidad y fomento de la autoestima.
6. Conductas o actitudes emocionalmente inteligentes
7. Algunas rutas educativas que tenemos que transitar
Al inicio de los años setenta parecía justificada la siguiente manifestación de Leo Scheffczyk:
«Con la revelación del nombre de padre se ha comunicado al hombre una de las verdades más
profundas sobre Dios y sobre su propio ser humano y, como toda revelación, significa a la vez
fuerza y vida. Pero también en este punto se levanta una objeción contra la potencialidad vital
del concepto de padre: ¿no es éste también la expresión de una determinada fase sociológica
del desenvolvimiento de la humanidad que hoy se hunde en el pasado? ¿No es este concepto
y su vigencia el producto de una sociedad patriarcal que hoy empieza a descomponerse para
dar lugar a un orden más libre, ya no basado en relaciones naturales de dependencia (como es
la de padres e hijos), sino en una camaradería y colegialidad libremente elegidas? Pero sobre
todo: la idea de autoridad, anclada en el concepto de paternidad, y la conciencia de
dependencia que se da con ella, ¿puede interpelar todavía al hombre o no le dificultará más
bien una relación autentica con Dios?»1.
Efectivamente, en ese periodo, que ahora consideramos tan lejano, era posible plantearse el
problema de la real «consistencia» del nombre de Padre aplicado a Dios. Diversas corrientes
1
Tomado de Galván, José María. (1999) La paternidad, redescubrimiento postmoderno. 20 Simposio Internacional de Teología
de la Universidad de Navarra.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Hoy en día en el año 2010, creo que estamos en otra etapa, no podemos quedarnos anclamos
en las ideas de “la sociedad sin padre”. Al contrario en este rato pretendo plantear algunas Página | 19
ideas o pensamientos acerca de la nueva paternidad, con el nuevo lugar que los padres
pueden tener y van teniendo en la sociedad. Intentaré indicar algunas líneas o rutas
pedagógicas para descubrir que una nueva experiencia de paternidad es posible y que también
es momento de redescubrir la figura de Dios como Padre en nuestra sociedad actual.
En esta primera parte de nuestra reflexión vamos a indicar algunos prerrequisitos para hablar
de la paternidad y la maternidad en nuestra sociedad europea actual:
etc., carencias, en cierto sentido, que provienen de esa privación "emocional" del padre, que
no tiene que ver con la no presencia en el hogar, con la no cohabitación.
"Los padres de antes eran toda una institución, eran un dios: yo ordeno, yo mando, porque yo
traigo el dinero a casa, y tú eres mi mujer y te callas la boca, y me debes un respeto. Todo el
mundo le debía obediencia al padre. Ahora está todo más equiparado. Creo que ya los padres
son más pareja, deciden las cosas de mutuo acuerdo, hay más comprensión, afecto y
entendimiento" (Mujer, 43 años).
"Antes ¿diferencias? Uff, sólo con decir que se hablaba de usted, creo que basta. Nada más
que eso, de hablarles de usted, te pone una barrera que te impide mantener una confianza y
una amistad" (Varón, 45 años).
"Los padres de hoy son demasiado permisivos. El rol del padre de hoy es totalmente diferente.
El de ayer tenía que ver con la jerarquía, estaba por encima de ti, utilizaba esa jerarquía de
forma autoritaria, pero había orden. Y aunque creo que de un extremo se ha pasado al otro"
(Varón, 40 años).
"Yo a mi hija nunca le inculcaré nada, nunca le forzaré a nada; tú tienes que hacer esto o lo
otro. No obligarla a hacer absolutamente nada. Que haga lo que a ella se le ocurra y quiera"
(Varón, 35 años).
"Mi padre, y bueno, los padres de antes, a pesar de no saber quizá lo que ocurría en casa,
cuando decía una palabra, pues... a misa. Las madres sin embargo estaban más ahí, sí, la
madre no podía faltar ahí" (Varón, 38 años).
"Yo valoro mucho lo que mi padre me enseñó de chico... el trabajar, el tener unos principios, el
saber llevar para adelante a la familia... pero ahora, y no sé si es por mi mujer, por lo que ella
me ha enseñado, valoro mucho el tiempo que paso con mis hijos... y no dejo un resto para
ellos. Creo que ser un buen padre no tiene nada que ver con lo que ayer era ser un buen
padre".
"Un buen padre es el que sacrifica su tiempo por estar con los hijos." "Un padre ejemplar es el
que escucha, el que te respeta, el que confía." "Que sea un padre cariñoso, un padre que
arrope, con una interacción total con la madre, que sea sensible con sus hijos." "Es un padre
que habla con sus hijos, un padre que le hable del mundo, de los peligros." "Un padre, un buen
padre, es aquel que tiene una mayor atención, en el sentido amplio de la palabra; confianza,
mayor comunicación, atento a los detalles."
"El padre y la madre deben ser dos personas perfectamente intercambiables. Y tiene que
haber cariño y disciplina, tiene que haber referencia hacia la vida y hacia lo de dentro."
Vemos como lo que está emergiendo es una paternidad que se construye; es aquella
paternidad que se entiende como experiencia fundamental para la persona, y ya no por
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Intentaré ver qué referencias, afectos, aportaciones necesita un ser humano para sentirse
‘hijo’ y para crecer en equilibrio y en armonía
Desde mi punto de vista, para desarrollar la nueva paternidad es necesario que hagamos
algunas reflexiones para que este deseo de paternidad no se quede sólo en buenas palabras.
Esta forma de socializar ha sido la empleada durante siglos. En realidad, sólo ha sido puesta en
cuestión en las últimas décadas del siglo XX y en estos inicios del siglo XXI. A lo largo de toda la
historia conocida, la autoridad de los padres, de los educadores y de los adultos sobre los
menores no era puesta en duda. Ni siquiera era necesario justificar esta relación de autoridad.
Los menores eran propiedad de los padres y debían someterse a su voluntad. Propiedad que
permitía a los padres tomar las decisiones más importantes sobre la vida y la profesión de sus
hijos.
La concepción educativa era en sí misma autoritaria y punitiva: «la letra con sangre entra»,
«hay que enderezar el árbol antes de que se haga grande». Y la relación era de utilitarismo: «el
trabajo de un niño es poco, pero es tonto el que lo desprecia», o «los hijos son los cuidadores
futuros de la hacienda familiar y de los propios padres».
2
El desarrollo de los diferentes estilo parentales o estilos de socialización que ahora comentamos lo hemos tomado de López,
Félix (2008) Necesidades en la infancia y en la adolescencia: Respuesta familiar, escolar y social. Pirámide. Ojos solares.
Psicología. Madrid, pp 207-232.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Combinar el autoritarismo con afecto o con rechazo: los padres podían ser autoritarios y, a la
vez, afectuosos; o autoritarios y fríos, distantes e incluso hostiles. Página | 24
Combinar el autoritarismo de uno de los padres (casi siempre el padre) con la
condescendencia de otro (normalmente la madre), de forma que el menor tenía dos refe-
rentes contradictorios.
Ser autoritarios de por vida con los hijos (es la verdadera vocación de la disciplina autoritaria
más genuina) o ir flexibilizando la autoridad a partir de la juventud (algo que de hecho
hicieron o se vieron obligados a hacer muchos padres).
Cada una de las combinaciones posibles provocaba efectos distintos, según la naturaleza de la
propia combinación y la forma en que se aplicaba. En general, puede decirse que era mejor la
coherencia que la incoherencia (salvo que se tratara de un autoritarismo extremo, en cuyo
caso la incoherencia podía llegar a ser un mal menor que permitía algunos respiros), el afecto
que el rechazo (a pesar de que la combinación autoridad/ afecto suele conllevar
sobreprotección), y el acuerdo entre los padres que el desacuerdo (aunque en casos de
autoritarismo extremo del padre, la condescendencia de la madre era un verdadero bálsamo).
“De hecho, si el autoritarismo no era extremo ni muy rígido, cuando se aplicaba de forma
coherente, afectuosa y con acuerdos entre padre y madre, los resultados socializadores podían
ser buenos. Especialmente, porque en aquel contexto, lo que hoy describimos como conducta
autoritaria era interpretado por padres, hijos, educadores y sociedad en general como «la
forma ideal de educar».
Podía plantear algunas tensiones, especialmente en la adolescencia y juventud, pero
finalmente era una forma de socializar que se daba por «natural», «adecuada», «la que tenía
que ser», interiorizándola los hijos y reproduciéndola en la siguiente generación. Son muchas
las personas, adultas hoy socializadas bajo este sistema, que consideran como
«fundamentalmente adecuada» la forma de educarlos que tuvieron sus padres, cuando ésta
fue coherente y afectuosa a la vez que autoritaria (en términos actuales).”3
Pensando en Don Guanella, podemos afirmar que fue educado dentro de este estilo
parental. Con un padre autoritario y coherente y un madre afectiva. Un disciplina sin
desacuerdos entre padre y madre.
Pero cuando en los años sesenta, por lo que se refiere al mundo occidental, nuevas ideas se
extendieron (sobre los derechos de la infancia, los valores de la democracia, la crítica a las
instituciones y sistemas autoritarios, etc.), esta forma de educar entró en crisis. La relación
padres/hijos se hizo conflictiva, primero con los hijos jóvenes, después con los adolescentes y
3
López, Félix (2008) Necesidades en la infancia y en la adolescencia: Respuesta familiar, escolar y social. Pirámide. Ojos
solares. Psicología. Madrid. p. 208
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
finalmente con los más pequeños. La autoridad del hombre sobre la mujer y la autoridad de
los padres y educadores sobre hijos y educandos se empezó a cuestionar, exigiendo cambios, a
la vez que se producía una rebelión, más o menos visible, generalizada. Esta puesta en
cuestión del modelo tradicional no ha dejado de profundizarse, hasta el punto que se ha
generalizado la confusión e inseguridad entre los padres y educadores (con los efectos que
veremos sobre otros tipos de disciplina), mientras los hijos y educandos han acabado por hacer Página | 25
valer sus valores y criterios frente a padres y educadores. El cambio es tan importante que,
mientras que antes, cuando un conflicto no se resolvía bien entre padres/ hijos o
educadores/educandos se acababa imponiendo la autoridad de los adultos (los menores
tenían que doblegarse finalmente o irse de casa, llegada cierta edad), ahora, en estos casos,
padres y educadores están desarmados y es la voluntad y estilo de vida de los menores la que
se impone a los adultos (por eso, entre otras razones, no necesitan irse de casa). En este
contexto, no es extraño que aparezcan fenómenos como el maltrato de hijos a padres y de
alumnos a profesores, forma de maltrato que convive hoy con los tipos clásicos de maltrato,
en un puzle asombroso y dramático.
Lo cierto es que hoy, después de los cambios en la sociedad y en la familia, esta forma de
disciplina no sólo está en crisis (de ello, como se verá, nos alegramos), sino que es
irrecuperable. De forma que los padres, educadores y adultos nostálgicos, más vale que se lo
piensen mejor y busquen otras alternativas, si no quieren ser ellos los que sufran las peores
consecuencias.
Así, con independencia de la memoria que cada cual conserve de sus padres y educadores
creemos que la socialización autoritaria entraña males intrínsecos, dejando sólo dos
alternativas: el sometimiento o la rebelión:
También se puede pasar parte de la vida sometido, para acabar rebelándose en la juventud o
vida adulta.
Pero aun en la mejor de estas alternativas, lo ideal es que no haya que rebelarse, que no sea
necesario «matar al padre», como en ese contexto vaticinara Freud, hacer la revolución, como
postulara Marx, o ser un «rebelde» de por vida, como defendiera Camus, sino que la familia, la
escuela y la sociedad estén organizadas de tal forma que cada persona pueda ser sí misma, sin
tener que pagar precio alguno, porque tiene el derecho a construir su propia biografía, a ser
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
diferente, a buscar abiertamente su bienestar, a la vez que el de los demás, en una sociedad
abierta lo más libre, equitativa y justa posible. Una familia, una escuela y una sociedad donde
la crítica y la discrepancia sean bien recibidas. Una sociedad organizada, en la que lo
convencional (las leyes, las instituciones, las costumbres, las normas, etc.) tenga reconocido su
carácter humano y cambiante, sin sacralizarlo, convocando a todos los ciudadanos a opinar y a
participar en orden a construir una sociedad cada vez más libre y más justa. No es un sueño, es Página | 26
una posibilidad que la especie humana puede intentar y alcanzar en grados que hoy nos
parecen utópicos, sueños irrealizables, que, sin embargo, deben alimentar a cada generación.
Es una forma de disciplina que coexiste con todas las demás, especialmente con la autoritaria.
De hecho, en el pasado era muy frecuente que para disciplinar a los hijos se usara el auto-
ritarismo y el chantaje emocional, por parte de ambos padres o, y ésta era una de las formas
prototípicas, a través del ejercicio de dos roles bien diferenciados: el padre el rol de autoridad
y la madre el rol del control emocional de los hijos.
Las escenas de madres intentando convencer «por las buenas», «con evocaciones
emocionales» a los hijos («no me hagas sufrir así»), para acabar amenazando con la autoridad
del padre («ya verás cuando venga tu padre», «se lo voy a decir a tu padre», «como se entere
tu padre», «si no me obedeces, se lo diré a tu padre», «ya sabes que si se entera tu padre es
mucho peor»), reflejan bien este doble juego.
Como puede verse, los usos de los afectos son infinitos y tienen un gran poder sobre los hijos.
4
López, Félix (2008) oc p.211.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Estas estrategias pueden tener numerosas variantes: ser formas habituales o esporádicas,
combinarse con autoritarismo, negligencia o demagógica relación de amistad o democracia,
con afecto u hostilidad, etc. Normalmente cuando se ha construido una relación segura, el uso
de estrategias de este tipo, no conllevan una influencia negativa. Pero si no se ha construido
una relación de apego segura y si esta forma de controlar a los hijos es sistemática (ambas Página | 27
cosas suelen estar en interacción, potenciándose mutuamente), los efectos pueden ser
devastadores:
De hecho, esta forma de disciplina supone una dominación peligrosa de los hijos, que esclaviza
emocionalmente y suele perseguir su control durante toda la vida. El resultado es la in-
seguridad y la ansiedad, así como la dependencia de por vida de las expectativas de los
padres.. Son hijos o hijas dependientes o que se ven obligados a hacer (no sin culpa y
contradicciones) una doble vida frente a sus padres: la vida que los padres quieren que hagan
y la vida que de hecho ellos han optado tener.5
Con esto no queremos decir que los hijos no deban tener en cuenta los sentimientos de los
padres, sino que éstos no pueden fundamentar el valor de la norma, no pueden sustituir la
necesaria racionalidad de la disciplina, no pueden ser la causa para hacer cosas, que
consideramos adecuadas, según nuestros propios criterios, o para dejar de hacer cosas que
nos parecen injustificadas. Cada persona tiene el derecho y la obligación de construir su propia
biografía, y los padres están para ayudar incondicionalmente, aunque esto no quiere decir que
padre y madre no puedan y deban intervenir educativamente, como veremos.
5
Idem p.213
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Pero aquí nos interesa mucho más una forma de negligencia que hemos empezado a llamar
negligencia por amor o por falsas creencias educativas. Esta forma de disciplina, es la más
extendida entre los padres actuales. Padres que quieren a sus hijos, que incluso los quieren
incondicionalmente y les prestan todo tipo de consuelo y ayuda, pero padres pertenecientes a
unas generaciones en las que errores de los profesionales de la psicología y de la educación,
influencias del sistema de valores de la sociedad de consumo y otros factores como los
cambios de la familia, les han llevado a tener una reacción pendular que ha ido desde el
autoritarismo hasta la negligencia educativa.
El pensamiento educativo de los padres actuales es muy variable, pero se caracteriza por el
rechazo del autoritarismo clásico y la confusión de ideas y criterios cuando se trata de definir
en positivo lo que se debe hacer. A ello han contribuido también los profesionales (pediatras,
psicólogos y educadores), que criticando con razón el sistema autoritario, generalizaron ideas
peregrinas infundadas sobre las prácticas de crianza.
- «La infancia es un período para gozar, no para hacer esfuerzos». Todo lo que se pretenda
conseguir de los menores tiene que ser «por las buenas», basándose en su interés, con-
quistando su voluntad. Por eso, todas las tareas escolares deben ser prioritariamente
divertidas, los profesores deben hacer las cosas interesantes para los menores, hay que
hacerles aprender todo jugando, etc.
Naturalmente que no estamos contra los centros de interés y el juego en la infancia, sino
contra una concepción que confunde la velocidad con el tocino, ignorando que no hay so-
cialización y aprendizajes importantes sin esfuerzo y disciplina.
- «Los niños no deben sufrir nunca y, a ser posible, por nada». Hay padres que no soportan que
su hijo llore o lo pase mal. Es una especie de miedo a lo que se ha llamado «trauma»: «que el
niño no se traumatice, que no sufra...». Una idea llena de buenos sentimientos y sensata, si no
se llevara al extremo de un miedo irracional a los pequeños sufrimientos inevitables de una
vida cotidiana que, también para la infancia, tiene limitaciones y requiere esfuerzos.
El miedo a que a los hijos «les pase cualquier cosa», «fíjate todas las cosas malas que
suceden», es otro ejemplo más fuerte, que convierte a los padres en sobreprotectores, no
dejando que desarrollen la autonomía que corresponde a cada edad ni la capacidad de
afrontar, por sí mismos, pequeñas contrariedades.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
- «Ya aprenderán de mayores; la vida les obligará». Desde este punto de vista, se debe
distinguir entre la infancia y la vida adulta, dejando para esta última, para cuando sean
mayores, todos los aprendizajes que necesiten esfuerzo, todas las renuncias que supone la
educación y todas las enseñanzas que deben tener desde pequeños.
Los ejemplos serían infinitos, suponiendo prácticas educativas tolerantes con la mala
educación (en palabras y hechos), así como aquellas que conllevan «no negarle nada», ni Página | 29
«exigirle casi nada». Todo se queda para cuando la vida les obligue inexorablemente a
aprender.
- «No hay que pegar al niño, y mucho menos el educador». Se ha pasado del uso generalizado
del castigo físico (en formas y grados muy diferentes, desde la paliza hasta el azote) a con-
siderar maltrato cualquier tipo de ejercicio de la fuerza física con los hijos y educandos,
especialmente si se trata de cualquier forma o grado de golpeo, por leve que sea.
- «El castigo es malo, es mejor premiarles». Una de las características de esta disciplina
negligente es que además de tender a no poner normas y a no vigilar su cumplimiento, se
suele negar el uso del castigo con fines educativos. A final, en los casos más extremos, lo que
debe hacerse es premiar toda conducta considerada adecuada, y hacerlo casi siempre con
cosas que se compran y dan a los hijos. «Si estudias, te compraré la bicicleta», «si te portas
bien te compraré... » La conducta adecuada es objeto de venta, por parte de los hijos, y de
compra, por parte de los padres. La sociedad de consumo nos lleva a este ridículo paroxismo
en las relaciones padres e hijos.
Es así como se comete un triple y grave error: no castigar cuando algo que debe hacerse no se
hace (dejando las conductas inadecuadas impunes), premiar lo que debería ser normal, y
premiar con productos del mercado. Los premios deben ser prioritariamente de reconoci-
miento del esfuerzo y del valor de lo hecho, para fomentar la autoestima y los refuerzos
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
internos («aprecio tu esfuerzo; ya ves qué bien te viene este esfuerzo; estás demostrándote
que vales; disfruto viendo lo capaz que eres; te va a ir muy bien siendo así; podrás conseguir lo
que quieras, si te lo propones; estamos encantados contigo, pero lo más importante es que
tienes razones para estar encantado contigo mismo», etc.), que son los que harán autónomos
y responsables a los hijos y educandos. Por ejemplo, mejor nos parecen estos razonamientos
hacia un hijo: «Si este verano te compro la bicicleta, no será porque estudies, sino porque Página | 30
quiero que te lo pases bien y hagas ejercicio, algo que es deseable aunque suspendas»; «Lo
malo, si no estudias, no es que te quedes sin bicicleta, sino que tendrás que estudiar en verano
y tendrás menos y peores vacaciones, tú eres el que pierdes antes que nadie» o «No es de
personas inteligentes, y tú lo eres, no estudiar, no tomarse en serio las cosas que hay que
hacer, etc.».
- «No quiero que a mis hijos les falte nada», «hay que darles lo que pidan, ya hemos pasado
nosotros suficiente escasez», «debe tener las mismas cosas que tienen los demás, no puede
quedarse atrás ni parecer menos», «hay que evitar que piensen que somos pobres», etc.
Incluso las familias con más dificultades, «se gastan un riñón y echan el resto» con tal de que
sus hijos puedan competir en vestidos y zapatillas de marca, en la posibilidad de comprarse
caprichos y hacer esto o lo otro, en definitiva en «dar una imagen» de poder económico, de
abundancia, etc. Son los hijos de la abundancia, de la competición por el consumo, de la
«imagen» que hay que cuidar, sea cual sea la clase social. Es así como numerosos padres se
hacen esclavos de los hijos, dedicándose a trabajar sin límite y aplicándose su aprendida
austeridad a sí mismo (aunque esto lo hacen cada vez menos los padres más jóvenes, ya hijos
de la abundancia ellos mismos), mientras sus hijos «disfrutan gastando», porque si algo no se
compra es que no vale la pena.
6 Idem p.222
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Eso sí, en bastantes casos esta forma de educación tiene efectos negativos.
En las últimas décadas, profesionales con la mejor voluntad del mundo, convencidos de que no
se debe volver al autoritarismo, pero también de que es necesario algún tipo de disciplina, han
empezado a hablar y proponer una supuesta nueva forma de disciplina llamada «democrática»
o de «negociación». En esta propuesta hay aciertos indudables. Pero decimos sin rubor que
esta propuesta es inadecuada en las palabras que usa, los conceptos que maneja, y también,
aunque éste es el campo en que tiene aciertos, las estrategias que propone.
La idea fundamental (a partir del concepto de democracia) es que en el origen de las normas
deben participar los que van a tener que cumplirlas, que éstas deben basarse en razones, que
las razones hay que darlas cuando se exige el cumplimiento de las normas, y que las normas se
pueden discutir y cambiar.
El supuesto ideal final es convencer a la otra parte, para de esta forma hacer un buen negocio
(en los negocios incluso está bien visto vender por más y comprar por menos de lo que vale en
el mercado lo que es objeto de negociación); o en el mejor de los casos, siguiendo una
supuesta justicia, negociar para buscar un punto medio en el que no haya perdedores y
ganadores.
¿Tiene esto algo que ver con la educación familiar y escolar? No lo vemos por ninguna parte.
La disciplina, no es un negocio, ni una relación de compraventa, ni una negociación; tampoco
es una relación entre iguales, ni tiene por objetivo alcanzar un punto medio en un conflicto
que deje satisfechos a padres/hijos o educadores/ educandos.
C. La «amistad» es un vínculo voluntario entre iguales que exige reciprocidad, por lo que
es totalmente inapropiado para el rol que deben tener las figuras de apego (vínculo no volun-
tario, entre personas que tienen un rol asimétrico e incondicional) y cualquier educador. La
educación es una relación asimétrica, en la que una persona, la adulta, tiene autoridad
educativa sobre un tenor.
Los padres y educadores no pueden, ni deben intentar, ser amigos de los hijos y de los
alumnos. La relación puede ser excelente, pero no de amistad. Los padres y educadores deben
mantener las mejores relaciones con los hijos y los alumnos, pero sin dejar de ser padres y
educadores. «No dejes a tu hijo sin padre; no dejes a tu hijo sin madre, que amigos ya tendrá
él», les decimos a los padres.
Por tanto, carece de sentido hablar de disciplina democrática, negociada y amigable. Es
demagógico y favorece que se cometan errores por negligencia, porque estas palabras, y los
conceptos que expresan, niegan la esencia de una relación educativa que es la asimetría de la
relación. Negar esa asimetría es imposible y esforzarse en ello gravemente inadecuado.
Con ello llegamos al concepto nuclear de la educación, que a nuestro modo de ver incluye dos
elementos fundamentales:
* Asimetría en los roles. No es una relación entre iguales, ni una negociación, ni una forma
democrática de tomar decisiones, sino que una de las partes tiene autoridad educativa sobre
la otra.
renuncia a su rol) y un educando que obedece (que reconoce la autoridad educativa), en una
relación que usa métodos específicos (los educativos): la participación del educando, el
diálogo, la discusión, la instrucción, la vigilancia/ evaluación, el refuerzo y el castigo educativo.
Lo que caracteriza el modelo de disciplina que vamos a proponer no es la renuncia a estas dos
características, sino un modo de hacer que ayuda a ejercer la «autoridad» de manera razona- Página | 33
da, sometiéndose al diálogo y la discusión, y la «obediencia» de manera participativa. Esto es
lo que llamamos disciplina inductiva.
Esta forma de disciplina se distingue de la autoritaria -que impone las normas sin explicarlas y
de forma unilateral-, del «chantaje emocional» -que controla emocionalmente al hijo
educando-, de la «negligencia» -que no se ocupa de controlar y fomentar conductas adecuadas
en el niño- y de la disciplina «democrática» -que renuncia a una relación de asimetría edu-
cativa-.
Se distingue también del chantaje emocional -recurrir a señalar las consecuencias negativas
que su conducta tiene para los padres (y educadores) o para el vínculo afectivo-, porque pone
el énfasis en las razones objetivas que hacen a esa conducta adecuada o no. Los padres no
deben recurrir a razones como «me haces sufrir», «me vas a matar», «voy a dejar de
quererte», sino señalar las consecuencias objetivas que para el hijo y los demás tiene su
conducta, a la vez que se centra en el valor-sentido de la norma. De esta forma, si un niño no
estudia adecuadamente, el problema no debiera ser el disgusto que esto produce en sus
padres, sino las consecuencias que esta conducta tiene, en este caso, fundamentalmente para
el propio niño.
En realidad, la disciplina debe evitar dos extremos, el maltrato por uso inadecuado de la
autoridad o el maltrato por negligencia o renuncia a imponer normas. He aquí algunos
principios que nos pueden guiar7:
7 Idem p.229-230
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
2. Las normas se razonan cuando se exigen. La autoridad las explica de la forma más
didáctica posible. En esto también se distingue de la disciplina autoritaria.
3. Las razones que se dan intentan poner de manifiesto el interés de la norma para el que
tiene que obedecerla, no sólo ni principalmente para el que la impone (en esto se
diferencia del chantaje emocional; que se caracteriza porque las razones se dan en Página | 34
función de quién pone la norma):
4. La autoridad está dispuesta a cambiar, la norma, si hay buenas razones para ello, o a
cambiar su aplicación en una situación concreta.
5. Quien obedece tiene derecho a discutir la norma y las razones en que se: basa. Debe
ser, escuchado y puede hacer cambiar de opinión a quien tiene ` autoridad.
El proceso de socialización en las normas debe hacer cada vez más autónomos a los niños, que
van asimilando las razones de las normas y auto-controlando su conducta: A lo largo del
proceso, los niños deben participar cada vez más en la elaboración de las normas y las razones
que las justifican o las hacen criticables, e, incluso, en el cambio de las mismas.
Las normas son de muy diferente ámbito (leyes, reglamentos, costumbres y normas sobre
educación/ cortesía, higiene, reparto de tareas domésticas, tareas escolares, horarios, etc.). En
realidad, la vida está llena de normas.
Pues bien, la primera característica de la disciplina inductiva es que en ella se intenta que
quienes tienen que cumplir la norma descubran su sentido y participen en la formulación
concreta de ésta. Los menores pueden descubrir la necesidad de que haya cierto orden, por
ejemplo, o ciertas normas sobre la colaboración en la familia y el trabajo escolar, etc. Pueden
comprender que el caos, la falta de respeto y cortesía, las agresiones, etc., son disfuncionales y
lesionan finalmente los intereses de todos. Página | 35
El final deseable de la disciplina inductiva es que cada persona construya su autonomía para
que, de esta forma, no sea necesaria la disciplina.
Todas las estrategias de la disciplina inductiva están orientadas a que los niños tengan que
dejar de obedecer a los adultos, construyendo sus propios valores y aprendiendo a tener con-
ductas coherentes con ellos8.
«Érase una vez un cuartel donde había cinco puestos de guardia, con vigilancia las 24 horas del
día. Un soldado en pie, fusil en mano, debía soportar cualquier inclemencia del tiempo de la
forma más imperturbable posible.
Pero llegó al cuartel un soldado educado en la familia y en la escuela en un sistema de
disciplina inductiva. En su primera guardia, dedicó todos sus turnos a intentar descubrir las
razones de estos cinco puestos de guardia. Finalmente, le pareció razonable, en términos
militares, el que, en una institución con armas, hubiera puestos de guardia; y el que éstos se
situaran en lugares estratégicos, por donde algún terrorista o delincuente pudiera entrar. Pero
fue incapaz de descubrir una sola razón que justificara el quinto puesto de guardia: estar de
pie, junto a un banco de madera, en medio del patio interior del cuartel.
Sorprendido empezó a preguntar, siguiendo el orden reglamentario, a su cabo, sargento,
teniente, capitán, etc. Y todos le dieron la misma respuesta: siempre ha existido ese puesto de
guardia ahí; por algo será, limítate a obedecer y calla. Pero él no calló, incluso en el ejército...,
hasta que alguien le animó a hablar con un coronel retirado, el más antiguo al que pudo llegar.
Esto sucedía el año 1989. Cuando visitó al coronel, ya viejecito, en su propia casa, le preguntó
si sabía el motivo de ese quinto puesto de guardia. El coronel abrió los ojos con espanto y le
dijo: «Están locos, ¿aún sigue ahí el soldado? El día que yo me jubilaba, hace ya 15 años, en
1974, habíamos pintado el banco y pedí que pusieran un soldado de guardia para que nadie se
manchara»9.
Hasta el momento hemos presentado el primer factor clave de una nueva forma de ejercer la
paternidad; el estilo educativo de los padres. Pero junto al estilo educativo nos tenemos que
plantear, cuál es el etilo de afectivo que prima en la familia.
8 Para seguir profundizando sobre la importancia de la autoridad se puede leer Marina, José Antonio (2009) La recuperación de
la autoridad. Versátil. Barcelona.
El estilo huidizo alejado se caracteriza por un modelo mental positivo de sí mismo pero
negativo de los demás (Bartholomew y Horowitz, 1991), una elevada autosuficiencia
emocional, una baja activación de las necesidades de apego y una orientación al logro
(Mayseless, 1996). Presenta además una elevada incomodidad con la intimidad y una
consideración de las relaciones interpersonales como algo secundario a cuestiones materiales
(Feeney et al, 1994). La repetida desactivación de su sistema de apego les lleva a mostrar
dificultades en el procesamiento y acceso a la memoria de cuestiones relacionadas con los
afectos negativos (Fraley, Garner y Shaver, 2000).
El estilo preocupado tiene un modelo mental negativo de sí mismo y positivo de los demás
(Bartholomew y Horowitz, 1991) y una elevada activación del sistema de apego (Mayseless,
1996). Son personas con baja autoestima, conductas de dependencia, con una necesidad
constante de aprobación y una preocupación excesiva por las relaciones (Feeney et al, 1994).
La constante insatisfacción, tanto real como derivada de un modelo mental que asume que sus
actos no tienen relación directa con sus consecuencias, les convierte en personas que no sólo
están constantemente buscando confirmación de que son queridas, sino además, creen ser
ineficaces socialmente e incapaces de hacerse querer, mostrando siempre un temor al posible
abandono. En este punto queremos señalar que partimos de la hipótesis de que su necesidad
11Se puede leer un resumen sobre el apego en Berger, Kathelen (2004) Psicología del desarrollo: infancia y adolescencia.
Editorial Panamericana. Madrid. Capítulo 7
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Por último, los sujetos huidizos temerosos tienen un modelo mental negativo tanto de sí
mismos como de los demás (Bartholomew y Horowitz, 1991). Se caracterizan por sentirse Página | 37
incómodos en situaciones de intimidad, por una elevada necesidad de aprobación, por
considerar las relaciones como algo secundario a cuestiones profesionales o laborales y por
una baja confianza en sí mismos y en los demás (Feeney et al, 1994; Mayseless, 1996). El estilo
temeroso tiene necesidades de apego frustradas puesto que, al mismo tiempo que necesitan
el contacto social y la intimidad, el temor al rechazo que les caracteriza les hace evitar
activamente situaciones sociales y relaciones íntimas, disminuyendo la probabilidad de
establecer relaciones satisfactorias.
El estilo afectivo nos interpela sobre las relaciones interpersonales que establecemos con
nuestros hijos y estilo de apego que vamos construyendo con ello. No educamos solo con las
palabras o con las normas sino, que sobre todo lo hacemos con las relaciones y las
emociones que en ellas transmitimos.
Seguimos avanzando y considero que también es interesante que nos preguntemos qué estilo
de afrontamiento de conflictos tenemos. Un elemento que puede ayudar a entender la nueva
paternidad es efectuar una reflexión sobre los estilos que el ser humano utiliza a la hora de
encauzar y afrontar los conflictos12.
Competición
Perseguir los objetivos personales a costa de los otros, sin detenerse a pensar en los demás.
Ej.: "Tú" te callas.
Evitación
Actitud básica que se caracteriza por no afrontar los problemas; se evitan o posponen los
conflictos, lo cual implica no tenerse en cuenta a uno mismo ni a los demás. .
12Me he servido de los materiales de Juan Carlos Torrego acerca del conflicto y sus elementos, afrontamiento y resolución de
conflictos y he intentado buscar una aplicación a nuestra situación como padres y madres.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Compromiso
Es una actitud basada en la negociación, en la búsqueda de soluciones de acuerdo,
normalmente basadas en el pacto y en la renuncia parcial al interés del individuo o de los
grupos. La solución satisface parcialmente a ambas partes.
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Acomodación
Supone ceder habitualmente a los puntos de vista de los otros, renunciando a los propios.
Colaboración
Implica un nivel de incorporación de unos y otros en la búsqueda de un objetivo común,
supone explorar el desacuerdo, generando alternativas comunes que satisfagan a ambas
partes.
El estilo de colaboración también puede ser denominado de cooperación. Ambos parten del
convencimiento de que es factible y además deseable, desde un plano de reflexión ético,
superar la aparente dicotomía entre lo "mío" y lo "tuyo". La faceta individual y social del ser
humano son indisociables, dentro de una concepción amplia de las dimensiones que lo
integran, la búsqueda de un modo de resolución de conflictos que incorpore ambos aspectos
aporta un carácter más humanizante.
Incorporar este planteamiento a los conflictos que inevitablemente surgen en las familias
aporta un carácter más enriquecedor a nuestra vida.
4.4. La resiliencia13
13Los resúmenes que aquí presento están tomados del libro de Gruhl, Mónica (2009) El arte de rehacerse: la resiliencia. Sal
Terrae. Santander.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Diferentes estudios muestran cuáles son los factores de protección que constituyen la
resiliencia'. Como elementos esenciales de ésta pueden singularizarse siete factores que se
influyen mutuamente. Las personas resilientes se caracterizan por una eficiente combinación
de atributos que se apoyan en tres actitudes fundamentales: el optimismo, la aceptación y la
orientación a la búsqueda de soluciones.
Optimismo
Las personas resilientes prestan atención, ante todo, a los aspectos positivos de su entorno, sin
ignorar por ello problemas, peligros y riesgos. Puesto que una visión marcadamente negativa
de las cosas limita y «contamina» nuestra percepción de lo positivo, para el fortalecimiento de
la resiliencia es importante desarrollar y consolidar una visión positiva del mundo.
Las personas con una imagen negativa de sí mismas tienden a tomarse los fracasos como algo
personal. Creen que tales chascos sólo les ocurren a ellas, y los achacan a su inferioridad. Las
personas con un concepto positivo de sí mismas son conscientes, por el contrario, de que
muchos sucesos no tienen en absoluto nada que ver con ellas en concreto, sino que también
pueden ocurrirles, y les ocurren de hecho, a otras personas. Una imagen negativa de uno
mismo lleva a ponerse a la defensiva y a perder la esperanza. Les impide acometer la supe-
ración de las dificultades y aprender las capacidades oportunas. En vez de presuponer que las
circunstancias felices vienen siempre por sí solas, los realistas optimistas confían en que lo que
se traen entre manos saldrá bien, y trabajan con ahínco para que así sea. No dan
ingenuamente por sentado que las cosas tomarán un giro positivo de forma automática, sin
necesidad de intervención alguna. Las personas resilientes se alegran cuando eso ocurre, pero
también están preparadas para poner de su parte, con vistas a crear las condiciones básicas
pertinentes y propiciar los resultados deseados.
Aceptación
«Aceptación» no significa que se mantenga de manera flemática y pasiva un status quo
insatisfactorio, sino que se percibe con realismo la situación existente. La aceptación es un
proceso que integra en la propia vida las pérdidas, los reveses y los sucesos indeseados.
14 Idem p.23
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
La base para esta actitud es la experiencia y la confianza en que todo acontecimiento contiene
también aspectos positivos y puede conllevar consecuencias provechosas, aunque ello no sea
reconocible en el momento mismo en el que ocurre.
Las personas resilientes tienen conciencia de que no depende de ellas cambiar las conductas
de otras personas o la totalidad de las circunstancias, pero sí su propia actitud ante éstas. Son
capaces de distinguir entre aquello en lo que pueden influir y aquello que escapa a su control. Página | 40
Se hacen cargo de lo que entra en su ámbito de posibilidades y organizan su contribución
personal a ello. Aunque les resulte difícil, están dispuestas a aprender a aceptar circunstancias
inalterables.
Aceptarse a uno mismo es un proceso que dura toda la vida y requiere llevar a cabo, una y otra
vez, un sincero inventario de las propias virtudes, debilidades, objetivos y modos de conducta.
Condición imprescindible para la auto-aceptación es estimarse y respetarse a sí mismo. Quien
reacciona de manera abierta y constructiva a sus propias insuficiencias y aprende a tratar con
ánimo reconciliador los aspectos de su propia persona que no le agradan alimenta una
fundada autoestima.
Algunos Indicadores de la falta de aceptación son inminencia y activismo, deficiente cultura del
error, rezongar, protestar y cavilar, represión.
Una señal muy clara de una deficiente orientación a la búsqueda de soluciones es que una
persona piense y haga una y otra vez lo mismo, aun cuando ello no le conduzca a la meta
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
deseada. En vez de darse cuenta de que está empleando métodos de solución insuficientes,
inadaptados o unilaterales, y proceder luego a optimizarlos, se limita a hacer «más de lo
mismo»".
Vamos llegando al final, y las ideas que hemos ido planteando van a cobrando sentido: una
estilo educativo basado en la disciplina inductiva, un estilo afectivo seguro, un estilo de Página | 41
resolución de conflictos basado en la cooperación y una actitud de resiliencia ante los
problemas, nos lleva a una nueva paternidad, que se caracteriza por el amor incondicional.
En realidad, la función de las figuras de apego que da sentido a todas las demás es la
incondicionalidad: los niños necesitan sentirse aceptados y queridos incondicionalmente. Los
padres tienen que ser un espejo bueno, incondicional, en el que siempre los hijos puedan
verse sin ser rechazados. A lo largo de la vida, los niños se van a ver en muchos espejos
exigentes y hasta despiadados. Para estar seguros que la vida vale la pena y de que ellos son
valiosos, es necesario que tengan uno o varios espejos incondicionales.
Este es el mensaje.
“Te acepto y te quiero como eres. Tú eres único y siempre podrás contar conmigo. Nunca
pondré condiciones a esta aceptación y este cariño. Si te aconsejo y te exijo es porque tengo el
deber de protegerte y de ayudarte a desarrollar tus mejores posibilidades. No lo hago para que
seas como yo quiero, para que realices el proyecto que yo me he hecho de ti. Tu vida es única
y te pertenece. Cuenta conmigo incondicionalmente para ayudarte a vivirla de la forma que tú
vayas construyendo. Sea cual sea el camino y los resultados, me tendrás a tu lado, mi amor no
te pedirá cuentas ni pago alguno.”15
Con todas las ideas que hemos comentado, a lo largo de esta charla, podemos concluir
identificando algunas de las conductas emocionalmente inteligentes o algunas rutas
educativas por las que podemos caminar en esta nueva paternidad que aquí hemos propuesto:
- Ser coherentes con nosotros mismos, entre lo que pensamos, lo que hacemos,
expresamos y hacemos. Sólo conseguiremos autoridad moral.
- Auto-controlarnos para que ellos sean capaces de hacerlo.
- Fomentar la expresión sincera de emociones, pensamientos y sentimientos.
- Respetar los espacios de intimidad.
- Respetar lo tempos y practicar la paciencia.
15Creo que es un buen resumen de todo lo que hemos querido decir en nuestra charla. Tomado de López, Félix o.c. p.191-192
16Únicamente queremos citar algunas actitudes emocionales valiosas, para ampliar la información ver Soler, Jaume y Conangla,
Mercé (2005) “Ámame para que me pueda ir” (Padres e hijos desde la Ecología Emocional) Editorial Amat, Barcelona. pp. 135-
148
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Ámame para que me pueda ir. Y al igual que el hijo pródigo pueda volver. Y aquí está el sentido
de estas rutas; el hijo pequeño recorrió estas rutas y entendió que el sentido de la vida es: “el
retorno al Padre , el retorno al Otro Misterioso18. El hermano mayor no lo comprendió porque
no podía retornar, ya que no se había ido”.
Por ello cuando nos preguntamos si esta nueva paternidad, puede favorecer una experiencia
espiritual de Dios como padre, podemos decir: “Las experiencias humanas son la base de la
personalidad de cada uno y a partir de esa estructura personal desarrollamos nuestra imagen a
afectiva de Dios, pero a medida que vamos creciendo y vamos madurando en la vida espiritual,
la imagen afectiva de Dios, es la imagen que Jesús nos transmite en el evangelio. Puede que mi
experiencia familiar haya sido negativa, aún así puedo experimentar la presencia de un Dios
Padre, providente, misericordioso y justo, porque al ponerme en la presencia de Dios me
puedo situar ante el Dios de Jesús, ante su bondad y misterio19”.
17 Nos parece apropiada la palabra “ruta” porque nos indica que la tarea educativa es un camino a recorrer toda la vida. Tomado
de Soler, Jaume y Conangla, Mercé (2005) o.c. p 164- 188
18 Martini, Carlo María (1999) Retorno al padre de todos. Verbo divino. Pamplona.
19 Garrido, Javier (1996) Proceso Humano y Gracia de Dios: apuntes de espiritualidad cristiana. Sal Terrae. Santander. p. 250.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Estas rutas nos pueden ayudar a que el mensaje del evangelio y el mensaje de don Guanella,
pueda ser experimentado y vivido en nuestra vida diaria, porque pretende integrar el Dios de
Jesús que se nos propone en el evangelio y la experiencia terrena de una paternidad
incondicional, afectiva y justa.
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8. Don Guanella y la nueva paternidad
Con todas las ideas que hemos expresado a lo largo de esta charla, vamos ahora a releer la
historia de la vida de don Guanella.
1. La figura del padre, de carácter autoritario que transmitió a los hijos un fuerte
sentimiento de respeto.
2. La dulce figura de la madre que Don Luigi Sterlocchi: “Su mujer tenía un carácter
totalmente opuesto con todos pero especialmente con sus hijos era solamente
corazón, dulzura, afabilidad, siempre amable. No habría hecho el más mínimo agravio
a ninguno”.
Don Guanella hablando en una de sus cartas acerca del Beato Andrea da Pesquiera dice: “El
corazón de Andrea era como el de una madre que se adapta a todas las exigencias de los
miembros de la familia. La madre de Andrea era una mujer de sabiduría, corazón generoso y
de fe estable”. Parece que delinease los rasgos más importantes de su propia madre.
3. La necesidad de trabajo duro en la montaña y en al casa. Los hábitos y deberes que
había que cumplir.
4. Temperamento luchador cuando se trata de conflictos de conciencia y capaz de
paciencia sin medida en la espera de retomar su camino y pasar por allí donde le
habían cerrado las puertas.
5. Las tribulaciones, la prueba interior: Traona y Olmo.
6. La atención a los más pobres, la comida para los pobres, el episodio de los viejecitos.
7. A pesar de su autoritarismo, ante los problemas que surgen se resuelven por la parte
del corazón.
¿Cómo desde una educación autoritaria, una educación religiosa con prácticas piadosas muy
rígidas, un fuerte pesimismo en el hombre y en el mundo, la prueba interior y las dificultades
para encontrar su proyecto, nace una experiencia interior de Dios como Padre?
Empujado a la caridad con optimismo victorioso sobre toda reticencia que le opone su
naturaleza, quema toda duda en la convicción de que Dios es Padre de todos.
20
Beria, Atilio (1970) El beato Luis Guanella: síntesis viviente. Espíritu y Carisma. Congregación Siervos de la Caridad.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Bibliografía
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BBVA, Bilbao.
Beria, Atilio (1970) El beato Luis Guanella: síntesis viviente. Espíritu y Carisma.
Congregación Siervos de la Caridad.
Galván, José María. (1999) La paternidad, redescubrimiento postmoderno. 20
Simposio Internacional de Teología de la Universidad de Navarra.
Garrido, Javier (1996) Proceso Humano y Gracia de Dios: apuntes de espiritualidad
cristiana. Sal Terrae. Santander.
Gruhl, Mónica (2009) El arte de rehacerse: la resiliencia. Sal Térrea. Santander.
López Sánchez, Félix (2008) Necesidades en la infancia y en la adolescencia: Respuesta
familiar, escolar y social. Pirámide. Ojos solares. Psicología. Madrid.
López Sánchez, Félix (2001) Desarrollo afectivo y social. Pirámide psicología. Madrid.
Martini, Carlo María (1999) Me levantaré e iré a mi padre: retorno al padre de todos.
Verbo divino. Pamplona.
Marina, José Antonio (2009) La recuperación de la autoridad. Versátil. Barcelona.
Páez, D., Fernández, I., Campos, M., Zubieta, E. y Casullo, M. M. (2006). Apego seguro,
vínculos parentales, clima familiar e Inteligencia Emocional: socialización, regulación y
bienestar. Ansiedad y Estrés, Vol. 12 (2-3), pp. 319-341
Soler, Jaume y Conangla, Mercé (2005) “Ámame para que me pueda ir” (Padres e hijos
desde la Ecología Emocional) Editorial Amat, Barcelona.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
INDICE
1. Unas ideas previas:
2. La imagen que recibió Jesús de la tradición judía.
3. La paternidad es el rasgo capital y central de Dios.
4. La experiencia singularísima que Jesús de Nazareth tuvo de Dios como Padre suyo.
5. Dios es nuestro Padre.
6. Algunas formas de manifestarse la paternidad de Dios.
____________________________________________________________
Reconocer y acoger a Dios como Padre es la quinta esencia de la fe cristiana. Nadie puede
llamarse cristiano si no acepta con su mente, con su alma y con su corazón que Dios es Padre.
Sin embargo, la crisis social de la figura paterna, que ha sido expuesta en anteriores charlas a
lo largo de estas jornadas, ha modificado sustancialmente la imagen de Dios como Padre y la
correspondiente actitud ante Él.
Es verdad que muchas personas a lo largo de los años transcurridos desde el Concilio Vaticano
II han purificado su fe en la paternidad de Dios, dejando atrás adherencias de índole
patriarcal, propias de otro momento histórico.
Pero hay muchos que rechazan frontalmente la paternidad y la existencia misma de Dios bien
porque dificulta la maduración psicológica (Freud), entorpece el despliegue social (Marx),
debilita el sano y potente amor a la vida (Nietzsche), recorta la libertad absoluta (Sastre), y
cuartea la autonomía de la conciencia moral de la persona (Merleau Ponty). Proclaman, en
consecuencia, la negación de Dios Padre como condición para la afirmación del hombre
considerando que Dios es en unos casos, un Padre que no deja crecer; poniendo en Dios una
confianza que es más bien dimisión de sus responsabilidades adultas; en otros, un Padre que
genera culpabilidad; siendo el origen de cumplimientos puntuales y escrupulosos de actos
religiosos por la búsqueda de seguridad y de tranquilidad; en otros, un Padre que
incomprensiblemente es mudo o se calla y no hace nada por evitar tanto mal y dolor que aflige
a la humanidad; o también, un Padre patriarcal y/o “masculino” que ha legitimado con su
autoridad moral una situación de sumisión y de opresión de la mujer.
Con todo, tal vez sean más las personas que, influidas por la crisis de la figura paterna, siguen
manteniendo su fe en Dios Padre, pero deforman la auténtica imagen paterna de Dios y la
respuesta religiosa debida, considerándole un Padre “manejable” al servicio de sus intereses
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Da la impresión de que hay mucho polvo y lastre sobre la imagen de Dios Padre. Y habrá que
dedicar tiempo para hacer limpieza, quitar pinturas adheridas y “hacer brillar nuevamente su Página | 46
rostro y que nos salve”. Para ello habrá que escuchar a Jesús en la fe, recoger cuidadosamente
cuanto él nos revela en sus palabras y, sobre todo, seguirle. Ser cristiano es la experiencia de
un seguimiento. En efecto; el rostro paterno de Dios nos ha sido revelado en las palabras, en
los gestos, en las acciones, en la Muerte y en la resurrección de Jesucristo.
Cada uno es hijo de su tiempo y del entorno social, político y religioso en el que nace, crece y
vive. Pues bien; el entorno de los pueblos del Oriente próximo comparte la idea de la divinidad
como el Origen y Fundamento de toda la realidad. Así era también en el Pueblo Elegido. Con
todo, el pueblo de Israel especialmente asistido por el Espíritu va configurando lentamente
una imagen más rica y elevada de Dios: Dios es para el pueblo de Yavhé “el Santo”, que no
puede ser ni conquistado ni merecido por el esfuerzo humano; pero, al mismo tiempo, es “el
Cercano” que se deja afectar por la aflicción de su pueblo y quiere liberar y ha querido
acercarse y comunicarse; es “el Señor” que reclama rendida adoración y completa obediencia
pero es también “el Justo”, una justicia impregnada de fidelidad y de misericordia.
Y estos rasgos del Dios de Israel, que Jesús hereda de la tradición, comparte con sus
contemporáneos y en la que de una forma preciosa y misteriosa es educado en el hogar de
Nazareth y en la Sinagoga, modelaron el alma de Jesús: Así, vemos que Jesús llamó a Dios con
el apelativo de Santo, expresó en cantidad de ocasiones la proximidad de Dios; se dirigió a Él
como “el Señor del cielo y la tierra” y lo invocó como Justo. Jesús, en efecto, recibe esta
imagen de Dios pero, desde su experiencia filial única la enriquece y purifica. Y todos estos
rasgos del Dios de Israel, en su intuición y vivencia más profunda y singular son adjetivos de un
sustantivo: “Padre”. En efecto, para Jesús la paternidad es el rasgo central y distintivo de Dios.
Así, para Jesús, Dios es el Padre santo, el Padre cercano, el Padre señor, el Padre justo. La
paternidad de Dios es, pues, la clave para comprender la santidad, la proximidad, el señorío y
la justicia de Dios.
4. La experiencia singularísima que Jesús de Nazareth tuvo de Dios como Padre suyo.
Un dato revelador: siempre que Jesús habla de Dios utiliza el nombre de Abbá. Abbá es
indudablemente para Jesús el nombre de Dios. Esta palabra aramea refleja una vivencia tan
especial y tan íntima de Jesús que los autores no se atrevieron a traducirla. Era una palabra
que solamente se utilizaba en el lenguaje familiar y siempre designaba al padre terrero.
Denotaba una relación cariñosa entre padre e hijo. Ningún judío hubiera osado referirse a Dios
con esa palabra pues sería como olvidar la dignidad suprema y la transcendencia inalcanzable
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
de Dios. Algo irreverente y motivo de escándalo. Y Jesús da confiadamente ese salto que
escandaliza a la gente de su generación.
El nombre de Abbá refleja en labios de Jesús una relación singular y única. ¿Cuál serían las
claves de esta vivencia interior? Es evidente: proximidad inmediata, mutua confianza, amor
inmenso, vivencia única, familiaridad y comunión total entre ambos. Esa es la clave: la Página | 47
experiencia de Dios como Padre. Por ello Jesús se siente diferente de todos los demás: Es el
Padre quien le ha enviado. Es el Padre quien le ha dado su autoridad. Se siente amado por el
Padre y es su constante punto de referencia. Vive constantemente orientado y referido a Dios
Padre. Y todo ello le proporciona a Jesús una admirable unidad interior que se manifiesta en su
gozosa serenidad ante las dificultades que encuentra en su camino a Jerusalén. Por ello su
capacidad para poner en pie a las personas y despertar en ellas lo mejor que llevaban dentro.
“Igual en todo a nosotros, menos en el pecado”. ¡Así lo confesamos! Por eso, al Hijo de Dios, al
Dios hecho hombre, a Jesús, también le sucedió que la experiencia gozosa de la paternidad, del
Abbá, se le oscureció misteriosamente. Su confianza ilimitada en el Abbá sufre una dura
prueba tanto en el Huerto como en la Cruz. Primero Getsemaní “Abbá, aparta de mí este cáliz
de amargura”. Es el hombre Dios que viendo próxima su muerte, siente pavor; pero su dolor
profundo y su grito se convierte en plegaria confiada: “Abbá, que se haga tu voluntad”. Y, más
tarde, también en la Cruz, cuando el Abbá parecía haber abandonado a su hijo, cuando el
Abbá calla, cuando el Abbá no interviene para salvar a su hijo; cuando el Abbá… el grito “Dios
mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? se trueca nuevamente en plegaria confiada:
“Abbá, a tus manos confío mi espíritu”. Y así nos muestra a su Abbá no actuando
milagrosamente, no protegiendo paternalísticamente a su hijo, sino dejándole ser fiel a la
misión confiada y su solidaridad con lo humanos. Así es Dios. A veces calla misteriosamente y
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
en su silencio nos revela aspectos de su paternidad. Es Abbá de esta manera, con Jesús y con
nosotros. ¡Qué bien lo supo reconocer el Centurión romano!: “Verdaderamente éste es Hijo de
Dios”.
Y ¡claro que Dios habla! Por la vía de los hechos resucitando a su hijo y, al hacerlo, nos
manifiesta su omnipotente e infinita paternidad que sabe y puede vencer la muerte y el Página | 48
pecado de manera definitiva. Y en la resurrección llega a su cumbre la revelación de Jesucristo
como Hijo del Padre.
Es verdad que nunca confunde Jesús su relación con el Padre y la nuestra. Él es “el Hijo único
del Padre” Es más, en distintas ocasiones distingue cuidadosamente a “mi Padre” de “vuestro
Padre”. Pero también con la misma claridad y contundencia afirmó la paternidad de Dios sobre
sus discípulos, “vuestro Padre celestial”, decía. Y así los admitió a compartir su condición y
experiencias filiales.
Y, en su enseñanza diaria a los suyos, Jesús les va desvelando los rasgos paternales de Dios. La
parábola del “Padre bueno” en el capítulo 15 del evangelio de Lucas desvela las entrañas
paternales y maternales de Dios. Un Padre todo bondad ternura, en efecto, que olvida todo lo
que hizo contra él el hijo pródigo. Sin embargo su gran generosidad no es comprendida por el
hijo mayor, el cual, con una actitud semejante a la de los fariseos y maestros de la ley, se niega
a participar en la fiesta y llena de reproches a su padre. La respuesta del padre, que no
entiende de agravios comparativos, sino de perdón y amor desinteresado, vuelve a insistir en
la alegría por haber encontrado lo que estaba perdido.
Y también les alienta a dirigirse a Él con la apelación “Abbá”. De esta manera, los admite a
compartir su condición y experiencia filiales. Por ello, cuando sus discípulos le piden que los
enseñe a orar, Jesús les propone una manera de oración propia y original que corresponde a su
estatuto de hijos de Dios. Por eso empieza así “Abbá nuestro” Claro que llamar “Padre” a Dios
pareció a los cristianos de los primeros siglos, procedentes del mundo judío, un atrevimiento
que solamente puede legitimarse por “fidelidad a la recomendación del Salvador y por seguir
su divina enseñanza”. Así se sigue conservando en la Liturgia de la Eucaristía en la breve
monición que el sacerdote hace para introducirnos a la oración del “Padre Nuestro”.
Así lo captó el insigne cristiano, autor y escritor de las Cartas que la tradición cristiana ha
atribuido a san Juan, el discípulo más joven de Jesús: “Considerad qué amor tan grande nos ha
tenido el Padre para llamarnos hijos de Dios, ¡pues lo somos!”. (1ª Jn 3,1). Y saberse hijos de
Dios, ¡pues lo somos!, producía un temblor y asombro alborozado en los primeros discípulos.
Esta paternidad de Dios es universal. Dios es Padre de todos los humanos “ya que el Hijo se ha
hecho hombre para que los hombres fuéramos hijos en el Hijo”. “Hijos en el Hijo” (ver “El don
de Dios: antropología teológica espacial” de Juan Luis Ruiz de la Peña). El proyecto de salvación
ideado y realizado por Dios Padre es para todos los seres humanos “Tanto amó Dios al mundo
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
que envió su a Hijo no para condenarlo sino para salvarlo por medio de él” (Jn, 3,14). Y este
proyecto universal consiste en convertir a los seres humanos en hijos de Dios.
El Dios “Abbá” es amor universal. Por eso no admite discriminaciones de ningún tipo y Página | 49
muestra una inequívoca y obstinada predilección hacia aquellos hijos suyos que ante el mundo
no son nada: “los pobres”; es decir, todas aquellas personas para las cuales no hay sitio ni en
las estructuras sociales ni en el corazón de los hombres o que, incluso, en las modernas
legislaciones de algunas naciones ni siquiera tienen derecho a nacer y a la vida. Así es Dios, y su
corazón de padre se deja afectar por sus hijos. El Beato Guanella supo como nadie prestar a
Dios la mente, el corazón y las manos para que se hiciera operativa en el mundo su especial
paternidad con los “más pobres”.
Igualmente, otra de las “debilidades” del corazón de Dios son los pecadores. El pecado es lo
que degrada al hombre porque lo separa de Dios, lo envilece como persona, destruye las
relaciones con los otros causándoles grandes daños e, incluso, atenta contra el entorno natural
regalo de Dios a la humanidad. Pues bien, si el pecado merece de Jesús una repulsa radical, el
pecador, por el contrario, suscita en Jesús, imagen visible del Dios invisible, una acogida y un
perdón inmerecidos.
Estas formas de manifestarse la paternidad de Dios nos invitan a pensar que la imagen de Dios,
confirmada por Jesús y presentada por la Iglesia es tan rica que el símbolo paterno,
absolutamente imprescindible, necesita ser completado con el símbolo materno. Dios es
padre y madre. Por un lado, estaría el amor estimulador del padre, que impulsa al hijo hacia
delante, le incita a superarse, que le invita a crecer, le induce responsabilidad y sentido moral,
etc. Y, por otro lado, el amor incondicional de la madre que ofrece la hijo una infinita
capacidad de acogida y le da fuerza y alegría de vivir. De hecho las bellas imágenes de Oseas e
Isaías en el Antiguo Testamento y los más cercanos sentimientos de compasión del rostro
visible de Dios que es Jesús son más próximos al símbolo materno que al paterno: “yo enseñé
a andar a Efraín y le llevé en mis brazos … ¿Cómo podré dejarte … me da un vuelco el corazón,
se me revuelven las entrañas” (Os 11,3-8): “¿Es que puede una madre olvidarse de su criatura
y dejar de querer al hijo de sus entrañas?. Pues aunque ella se olvide, yo no te olvidaré” (Is
49,15).Y el mismo Jesús ante la muchedumbre hambrienta, ante ciegos y leprosos, ante la
viuda de Naín, del buen samaritano o del hijo pródigo nos dicen los relatos evangélicos que “se
le conmovieron las entrañas”. La Iglesia está llamada a ser ese ámbito de sensibilidad,
cercanía, calidez, ternura para todas las heridas de la humanidad y, al hacerlo, se convierte en
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
- J. Jeremias, Abba. El mensaje central del Nuevo Testamento. Ediciones Sígueme, S.A.
(2005) La investigación reciente sobre la imagen paterna de Dios en Jesús se ha centrado en el
estudio de sus palabras, y depende, en gran medida, del trabajo pionero de J. Jeremías en este
libro que recoge Estudios y artículos de J. Jeremías. Dos son sus núcleos principales: el
problema del Jesús histórico y el mensaje central del Nuevo Testamento. La pista más segura
nos la proporciona una palabra clave: «Abba». Con ella Jesús pone de manifiesto su relación
absolutamente única y personal con Dios. En ella se contiene todo el Evangelio.
- Un buen estudio sobre investigación más reciente de la Paternidad de Dios y filiación de
Jesús: Santiago Guijarro, "Dios Padre en la actuación de Jesús", en la revista Estudios
Trinitarios 34 (2000) 33-69. El contenido básico y resumido como acercamiento al tema se
puede encontrar en http://www.mercaba.org/FICHAS/upsa/tema_08_1.htm." . Básico para
hacer un balance sobre cómo Jesús se refería a Dios con la palabra "Abbá", la distinción entre
"mi Padre" y "vuestro Padre" y Jesús el primero en referirse a Dios con la invocación "abbá".
- Después lo ha incluido como capítulo (el comportamiento filial de Jesús) en su libro "Jesús y
sus primeros discípulos" publicado en la Editorial Verbo Divino.
- J. Schlosser, "El Dios de Jesús", de la editorial Sígueme, en especial las páginas 105-213. En
las pg. 127-128, incluye en su análisis los dichos que Jeremías estudia en el apartado de las
invocaciones.
- Juan Luis R. de la Peña, "El don de Dios: Antropología teológica especial" Sal Terrae. Todo el
libro es un regalo al corazón pero para el caso ver págs. 242 y ss. "El Dios de Jesús es "Abbá".
El libro está agotado pero se puede leer en books.google.es/books?isbn=842930911X...
- Juan Luis R. de la Peña, "Crisis y apología de la fe: Evangelio y Nuevo Milenio". Sal Terrae
(2005).
- John Sobrino, "Jesucristo libertador. Lectura histórico teológica de Jesús de Nazaret" ver el
capítulo 5: Jesús y Dios (I): Jesús ante un Dios-Padre, 179-209. Libro cuestionado pero en el
que Sobrino nos habla del Reino de Dios como aquello que Jesús anunció, quiso hacer realidad
en la historia y consideró destinado a los más pobres (de forma no excluyente pero sí
radicalmente parcial). Se tratan también en este libro temas que no son habituales en otras
corrientes teológicas como el silencio de Dios que Jesús experimentó en la cruz.
- Monseñor Juan María Uriarte, "Un Dios Padre". Carta Pastoral (2000).
INDICE
1. Situaciones históricas que pudieron influir en la oración de Don Guanella.
2. Vayamos al Padre: objetivo central de la oración de Don Guanella.
2.1 Experiencia paternal de Olmo.
2.2. Vayamos al Padre.
2.3. Paternidad: centro de su espiritualidad en Don Guanella.
3. Cristo, camino para ir al Padre.
3.2. Sagrado corazón de Jesús:
3.2.1. La Eucaristía.
3.2.2. La cruz.
3.2.3. Los pobres.
4. María, reflejo de la ternura y Providencia del Padre.
5. Características de la oración de Don Guanella.
5.2. Una oración de confianza.
5.3. Una oración afectiva.
5.4. Una oración sencilla.
5.5. Una oración encarnada.
5.6. Una oración mística.
6. Conclusión
__________________________________________________________
Cada quien es fruto de su tiempo y del entorno social, cultural, político, religioso y familiar que
le ha tocado vivir. En esta situación concreta que a quien le toca vivir, Dios pasa por la vida de
cada ser humano y va construyendo una parte de la historia de la humanidad. Desde la certeza
de Don Guanella del “È Dio che fa” (Dios es quien hace las cosas) y desde su autobiografía que
él titula “Caminos de Providencia, podemos decir que el camino de Don Guanella es un
itinerario de Dios y de que pudo percibir que él no era más que un instrumento de la
Providencia o un muñeco de ella (buratino). Desde esta doble perspectiva: el entorno histórico
y la gracia de Dios quiero enfocar esta reflexión sobre la Oración de Don Guanella que titulo:
“Una necesidad del corazón”. Partamos de unos hechos que pudieron influir sobre todo en los
primeros años de Don Guanella; años en ya está en germen lo que desarrollará después, con la
ayuda de Dios.
valle y en su familia lo marcó para siempre. Por lo tanto el recibir la primera comunión no era
para Don Guanella una mera fiesta, como lo pueda ser para muchos niños y niñas de nuestra
época. Para Don Guanella recibir la Eucaristía era el mayor regalo que Dios le podía hacer; era
sentirse ya adulto, pasar a otro nivel de la vida. El hecho que demuestra que fue un día
importantísimo para él es que ese mismo día por la tarde se retira a orar a su lugar preferido,
donde otras veces rezaba solo o con su hermana del alma: Catalina. Su devoción eucarística y Página | 54
su llamada a ser futuro ministro de la Eucaristía se va fraguando con fuerza en Don Guanella.
Tuvo en ese momento de oración “una visión de suavísima dulzura” una especie de éxtasis o
por lo menos un momento místico en que entrevió su futuro. Estaba la Virgen rodeada de
pobres a los que él sintió que debía ayudar. Tres elementos fundamentales en la vida y
espiritualidad de Don Guanella están presentes en esta visión: Eucaristía, Virgen y Pobres. De
la oración de agradecimiento eucarístico se pasa a una presencia tierna de la Virgen que le
envía a socorrer a los pobres. Todo un programa de vida para Don Guanella.
caridad. Podemos decir que Gualdera y Olmo son dos lugares tremendamente significativos
para la oración de Don Guanella. Gualdera es Eucaristía, Virgen y Pobres. Olmo es el punto
unificante y místico del amor de Dios Padre - Madre. Y hablará del Dios Providente con
características maternas. “La Divina Providencia es Madre bondadosa y fuerte (potente).”
(Mazzucchi, p. 134) “Vivamos también nosotros, como S. Gaetano, el Cottolengo y Don Bosco,
en los brazos maternos de la Providencia infinita de Dios”. (Artículo de Don Guanella aparecido Página | 55
en La Divina Providencia, agosto 1902. Mazzucchi p. 138-139)
3.2.“Vayamos al Padre”
“Vayamos al Padre” es algo más que el título de un libro (obra en la que Don Guanella comenta
la oración del Padre Nuestro) Ese “vayamos” tiene un significado de comunión y no de
exclusión. Es un grito de quien se siente en camino e invita a otros a ponerse en camino. Es un
grito inclusivo y eclesial. Me atrevería a decir que es un grito ecuménico y de diálogo
interreligioso. Es un “vayamos” que incluye a todos los pobres y marginados sin importar la
raza, el sexo, la situación económica, los orígenes religiosos y culturales. Es un “vayamos”
que urge desde el fuego de la caridad. Es un “vayamos” que tiene una meta concreta: Dios
Padre. Don Guanella, como buen pastor y buen samaritano, lo mismo Jesús, quiere “que
todos los hombres se salven y lleguen al conocimiento de la verdad” (1 Tim. 3, 4). Que nadie se
quede fuera del camino que nos conduce al Padre, destino final de todo creyente, de todo
ser humano.
Pero Don Guanella, lo mismo que el apóstol Felipe, sabe que el acceso al Padre pasa por
Jesús. “Felipe dijo a Jesús: “Muéstranos al Padre, y eso nos basta.” Jesús le respondió “el que
me ve a mí ve al Padre”… ¿No crees que yo estoy en el Padre y que el Padre está en mí?” (Jn.
14, 8-10). Esta realidad teológica es clara para don Guanella. Por eso, su oración será
cristológica. Cristo es el camino para ir al Padre: “nadie va al Padre sino por mí, dice Jesús”
(Jn. 14, 7) Y su devoción mariana le llevará constantemente hacia Jesús. María en las Bodas
de Caná dirá a los discípulos “Haced lo que él (Jesús) les diga.” (Jn. 2, 5). Además, Don
Guanella, a través de sus diversas advocaciones a la Virgen, reconocerá en María, bendita
entre todas las mujeres, algunos atributos maternos de Dios: providencia, misericordia,
bondad, ternura, limpieza de corazón…
Por lo tanto, para Don Guanella, como para cualquier persona de oración, así lo enseñan los
grandes místicos, Cristo será el camino seguro para ir al Padre.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Pero ¿qué aspectos de Cristo vivía Don Guanella con mayor intensidad?
Estas frases de Don Guanella tocan la centralidad del corazón en el ser humano desde el
punto de vista pedagógico, espiritual y acción de caridad. Tres aspectos fundamentales en la
carisma guaneliano. Don Guanella, entiende el corazón como el lugar de la fe, de los afectos,
de los sentimientos, de las necesidades, de la acción educativa. Por eso, podemos decir que
la oración de Don Guanella es fundamentalmente afectiva. Una necesidad del corazón. Del
corazón de Don Guanella, al Corazón de Jesús, del corazón de Jesús al Corazón del Padre y
viceversa.
Don Guanella siente la presencia del Corazón de Jesús, corazón de padre, en tres “lugares”:
La Eucaristía, la Cruz y los Pobres. Si uno visita el santuario construido por Don Guanella en
Como, lo entiende perfectamente. Nombre del santuario: Sagrado Corazón de Jesús. Dentro
destacan el sagrario y el altar (Eucaristía) Al fondo, construido por él mismo, después de su
peregrinación a Tierra Santa: el calvario y el santo sepulcro (La Cruz). Los bancos para la gente,
para sus pobres, para sus religiosos (Presencia de Cristo en los pobres). Estos son los tres
aspectos del Corazón de Jesús que más vive Don Guanella.
4.1.1. La Eucaristía
La mejor frase que define la oración de Don Guanella es “un rostro resplandeciente de
oración”. Una “foto” de cómo rezaba Don Guanella la encontramos en los escritos de su
primer biógrafo Don Leonardo Mazzucchi. Así lo describía:
“¿Cómo poder describir para las futuras generaciones la imagen impresa que dejó en nuestra
alma y en nuestros ojos, la piedad ardiente y las características de la oración de nuestro dulce
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
padre Guanella? Una forma de rezar muy personal pero muy elocuente y expresiva de lo que
era su forma de ser. Cuando rezaba sus numeroso rosarios y jaculatorias, no lo hacía con los
labios, lo hacía de todo corazón. Cuando estaba delante del Santísimo sus ojos estaban
absortos delante de la Divinidad que contemplaba. Cuando rezaba, su rostro resplandecía
como el fuego, sobre todo cuando daba gracias al finalizar la misa, teniendo las Sagradas
Especies dentro de sí. Gran devoción de alma y corazón”. Página | 57
“Tenía un gran amor a la Eucaristía. La primera y última cosa que hacía cuando visitaba una de
sus casas era el ir a ver al “Dueño de la casa” que estaba en nuestro “Paraíso en la tierra” que
así llamaba Don Guanella a Jesús sacramentado y a la capilla. Lo consideraba el centro de su
vida espiritual y así quería que fuera para nosotros”. Así lo testimoniaba Don Martín Cugnasca.
“Cuando Don Guanella estaba construyendo el Santuario del Sagrado Corazón de Como, quiso
que su habitación estuviese al lado del mismo santuario y que tuviera una ventana, a través de
la cual se pudiese ver el sagrario y así poder velar en las horas de la noche al Santísimo
Sacramento. Esta era una santa costumbre que traía de tiempo atrás; también en Traona su
habitación pegada a la iglesia de San Alejandro tenía una ventanita desde la que se podía ver el
sagrario. Otra prueba de lo importante que era para Don Guanella y para sus obras la
Eucaristía era que cuando quería abrir una nueva obra y veía el terreno enseguida fijaba dónde
debería ir la iglesia y construía enseguida una capilla aunque sólo fuera de madera, lo
importante era asegurar la presencia continua de Jesús Eucaristía, con ello estaba seguro que
lo demás llegaría poco a poco, aunque hubiera que pasar por dificultades. Cuando Don
Guanella llegaba a un pueblo o pasaba delante de una iglesia, lo primero que hacía era visitar
al Santísimo porque su piedad era sobre todo eucarística”.
Don Mazzucchi lo definió como “Apóstol de Jesús Eucarístico” y da fe de que “muy a menudo
se le veía ir hacia el sagrario donde se refugiaba y se quedaba largas horas en momentos de
soledad, de necesidad y de incomprensión; ante el Santísimo rezaba cualquier práctica de
piedad y de devoción, estaba presente en cualquier acto de culto de sus sacerdotes, y rezaba
también delante del Santísimo la Liturgia de las Horas y las oraciones de preparación y de
acción de gracias de la santa Misa”.
“El sagrario era el refugio desde donde no solamente encontraba el amor de Dios sino
también donde ponía sus problemas y encontraba solución y consuelo. Recuerdo, escribe
Don Martín Cugnasca, que cuando se hizo el contrato para comprar el edificio de San Gaetano
de Milán se necesitaban más 300.000 liras que Don Guanella no tenía y ni sabía dónde ir a
buscarlas. Estábamos en contacto con una Caja de Ahorros, pero los trámites se alargaban y
parecían no tener fin. Entonces, Don Guanella, puso en marcha sus armas más eficaces:
multiplicó e hizo que los demás multiplicasen sus horas de adoración, a las hermanas incluso
por la noche, y en pocos días todo se resolvió…” (Tomado del Proyecto de Pastoral 2010)
4.1.2. La Cruz
Quizá es una temática no muy tenida en cuenta en espiritualidad guaneliana pero que tiene
una gran importancia en Don Guanella. No hace grandes discursos sobre la Cruz de Cristo. Sin
embargo, lo vincula a la misión: “Para hacer el bien hay que subir al Calvario”, lo vincula a un
cierto ascetismo: “Pon en tu corazón la cruz de Cristo y todas las espinas se transformarán en
rosas”, lo vincula a la Eucaristía: “El Santo altar es para nosotros el Calvario y el Monte Sión.
Hay que mirar y caminar hacia él hasta el último suspiro de nuestra vida”. El testamento de Página | 58
Don Guanella es “Orar y sufrir”, ese sufrir que tiene una gran dosis de ascetismo que hay que
tener para servir a los pobres con generosidad, entrega y alegría. Incluso en el escudo de la
Congregación de los Siervos de la Caridad aparece la cruz. Fijémonos cómo describe Don
Guanella el significado de nuestro escudo: “Alrededor de la cruz clavada en la desnuda roca del
Calvario, donde el Corazón de Jesús, nuestro patrono y modelo, con suspiros y con sangre
consumó el gran martirio por la humanidad, brillan las palabras IN OMNIBUS CHARITAS que, en
el noble escudo de los Siervos de la Caridad nos recuerda e indica el programa de nuestra
actividad”. (Mazzucchi, 223)
Don Guanella ama a los pobres desde el amor a Jesús que es reflejo del amor del Padre. Está
envuelto en la mística de la presencia de Dios en el pobre.
Los pobres son para Don Guanella objeto de su oración. Siempre están en su mente, en su
corazón, en sus trabajos y sus desvelos: “Hasta media noche pienso yo, después piensa la
Providencia de Dios”. La paternidad de Dios se vuelve providencia para los pobres, donde
sufre el Corazón de Cristo. Sobre esto hay mucha literatura y no me extiendo.
Don Martín Cugnasca testimonia en sus memorias que “Don Guanella tenía una espiritualidad
llena de ternura hacia la Virgen María y le parecía siempre poco todo lo hacía por su tierna
Madre del Cielo, que había aprendido a amar en brazos de su madre terrena”.
La Virgen tuvo diversos rostros y nombres en su vida, pero un mismo corazón, el corazón de
una Madre que “llamará siempre mamá, llena de bondad y misericordia”, que fueron
acompañando su vida de joven, sacerdote, fundador y santo.
María en la vida del Fundador, ha tenido un lugar importantísimo, según sus etapas evolutivas
y los momentos vitales por los que estaba pasando. Luis Guanella sorbió la devoción mariana
con la leche materna. Cuando fue creciendo lo vio en el firme ejemplo de su padre que quería
que toda la familia se reuniera a rezar el Santo Rosario que él mismo dirigía.
Si cada uno de nosotros pudiera leer la vida del Fundador desde la óptica mariana, se daría
cuenta como María lo ha acompañado a lo largo de su vida y ha ido asumiendo nuevos y
distintos aspectos; imágenes de la Virgen siempre actuales y frescas. Desde la Virgen de los
Dolores a la de la Misericordia de Gallivaggio; de la visión del alto de Gualdera, que marca un
periodo de su vida rico de sueños y proyectos de un adolescente que profetizaba un futuro
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
lleno de obras magníficas, a la Virgen Inmaculada de Lourdes, cuya imagen estuvo siempre
esculpida en su corazón, ya desde muchacho la llevaba en su cartera, cuando fue seminarista
estaba en su escritorio y cuando fue sacerdote estaba sobre su altar.
Nuestro Fundador expresaba su amor filial a la Virgen María, diariamente, con la corona del
Rosario que llevaba siempre consigo y que desgranaba lentamente entre sus dedos sin
ninguna vergüenza cuando viajaba en tren o en carroza, rezándolo en alto cuando estaba con
sus religiosas y cohermanos, con humildad y recogimiento.
Tenía una grande devoción a la Virgen, recitaba cotidianamente el Rosario, incluso varias
veces al día. Recuerda un testigo que “cuando lo llevaba con la carroza, recitaba
constantemente el Santo Rosario y también cuando viajaba en tren”.
Mons. Aurelio Bacciarini testimonia que “Don Guanella amó a la Virgen con el más tierno de
los amores; recuerdo su especial devoción por el Santo Rosario que recitaba, en cuanto podía,
varias veces al día. En los viajes y en casa lo he visto, no sé cuántas veces desgranar el Rosario
en tiempos muertos”.
Preguntémonos si el Rosario, camino excelente para llegar a Dios, en nuestra vida personal y
comunitaria nos ayuda al justo equilibrio entre acción y contemplación. Para Don Guanella,
hombre de oración vocal y mental, el Santo Rosario era una fuente de oración vocal por medio
del cual “entran los pensamientos a la mente, los afectos al corazón, para que todo sirva a una
mayor unión con Dios”.
Era también un medio para alargar la oración de la mañana, a la cual daba una gran
importancia, de manera que pudiéramos llegar a ser “una buena estatua, imagen viviente,
semejante a la adorable persona de Jesucristo”.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Por lo tanto, el Rosario es un camino magnífico para llegar, de la mano de María, a la unión
con el Señor. “Sabemos muy bien como Don Guanella vivía su jornada, en medio del trabajo,
con el corazón y la mente unidos a Dios: la meditación de los misterios del Rosario, unida a la
recitación vocal de las Ave María, le daban la posibilidad de mantener el justo equilibrio entre
acción y contemplación”. (Del Plan Operativo 2010) Página | 60
Cada advocación a María refleja algo de lo que es Dios. “Por su función de Madre de Cristo y
de los hombres, imita, mejor que la más perfecta de las criaturas, el estilo educativo de Dios,
evidenciando sus componentes más maternales” (PEG 11, 50). De entre todas las
advocaciones de la devoción mariana en Don Guanella podemos destacar:
Fundamentalmente podemos decir que la oración de Don Guanella es una oración del
corazón. Por eso, titulé esta reflexión: “Una necesidad del corazón”. Así lo dice don Guanella:
“La oración es una necesidad del corazón”. También es la vida del alma: “El corazón es el
órgano vital de nuestro cuerpo, la oración es la vida de nuestra alma”. Es algo de lo que no
podemos prescindir y que anima nuestra fe y nuestra caridad con los pobres: “Con el soplido
de los labios se enciende y se reaviva el fuego, con el soplo espiritual de la oración se reaviva el
fuego de la fe y de la caridad”. Al ser una oración dirigida a Dios Padre no puede que ser que
una oración filial. “Si nos abandonamos en Dios, El nos amará tanto como ese padre que se
quita el bocado de su boca para dárselo a sus hijos.” (3º Cuaderno de Santa Teresa nº 43) “No
te desahogues con demasiadas palabras en la oración, sino tranquilízate y goza como un niño
en el seno de su madre” (3º Cuaderno de Santa Teresa nº 44. Evocación del salmo 130. De esta
oración filial de Don Guanella destaco estas características:
Una oración confiada en la que Don Guanella se siente a gusto con Dios. Sabe que Dios no le va
a fallar, pues ningún padre da una piedra al hijo que le pide pan. Es una oración donde la fe
hace que desaparezcan todas las dudas. Es una confianza que lleva a decir a Don Guanella que
no es él el que hace, sino Dios es el que hace a través de él. Se siente un “títere” la Providencia
divina y llega a decir: “Si yo supiera que esta Obra no fuese querida por Dios yo sería el primero
en darla fuego” (Mazzucchi c. 15). “Más vale un grano de confianza en Dios que cien de
previsión humana”. La confianza en Dios padre-madre es una característica fundamental de la
oración en Don Guanella. Podría rezar, como escrito por él, el salmo 130: “Señor, mi corazón
no ambicioso ni mis ojos altaneros, no pretendo grandezas que superan mi capacidad, sino que
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
acallo y modero mis deseos como un niño en brazos de su madre” Este es Don Guanella delante
de Dios, en adoración Eucarística, rezando las avemarías del Rosario…
Si el sistema preventivo de Don Guanella se inspiraba en la pedagogía divina y dice que “es el Página | 61
método de caridad a través del cual los superiores rodean de afecto paterno a sus
dependientes y los hermanos hacen lo mismo con sus hermanos… para que el camino de la vida
todos lleguen felizmente a su destino” (Reglamento interno de los Hijos de Sagrado Corazón
1899. En Escritos para las Congregaciones Vol 4, p. 1029) Por lo tanto, su relación con Dios en
la oración no puede ser que afectiva. Si recomendaba el afecto en la relación educativa,
¿cómo no lo iba a ser en su relación con Dios al cual se inspiraba su sistema pedagógico? Lo
decían sus biógrafos que cuando rezaba lo hacía desde el corazón y cuando hablaba a los
primeros guanelianos de las cosas de Dios, ardían sus corazones. Y muchas veces suspiraba o
lanzaba un ¡Oh! cuando no lograba expresar lo que sentía su corazón cuando hablaba de Dios.
Si Don Guanella trataba a las personas con sencillez, si acogía y trabajaba con gente sencilla
en sus casas, si recomendaba a sus Siervos de la Caridad que “su conducta debe ser muy
caritativa y muy popular en el trato, en los discursos, en el porte, en la casa y fuera de ella”,
entonces su oración tenía que ser sencilla. Propia de una relación filial, de confianza, como
en familia, descomplicada y muy cotidiana. Además valoraba mucho la oración de sus pobres,
de sus asistidos, sabía que su oración, hecha con sencillez era muy potente delante de Dios:
“Puede ser que algunas huérfanas, por sus limitaciones intelectuales o físicas, no logren
realizar ningún trabajo, sin embargo, saben rezar y están con todo gusto delante del Señor en
el sagrario, adorando en silencio o rezando el santo rosario. Dejen que estas almas,
aparentemente débiles, recen a Dios. Por otra parte, el grito que sale de estas personas
excluidas que creen firmemente y toman muy en serio todo lo religioso, que rezan con toda
libertad, penetra el corazón del Señor Jesús y reciben de él muchas gracias”.
De hecho usaba muchas oraciones vocales, jaculatorias, rezo del Rosario… Don Guanella
rezaba siempre. Cualquier lugar era bueno para rezar: hacer una visita al Santísimo, sacar el
rosario y desgranar las avemarías, para hablar de Dios y con Dios.
La oración de Don Guanella está muy vinculada a su obra, a sus pobres, el crecimiento de sus
congregaciones, a sus dificultades económicas, al agradecimiento a sus benefactores. Don
Guanella rezaba desde la realidad cotidiana que vivía con toda confianza porque su corazón
se fiaba ciegamente de Dios. Su experiencia de Dios es la de un Padre que se preocupa por
sus hijos, que los provee con solicitud amorosa, la de un Dios que se preocupa por sus
pobres, un Dios que va haciendo la obra de caridad y Don Guanella es su intermediario de
total confianza. Don Guanella reza con sus pobres y con sus religiosos y religiosas, con sus
colaboradores y bienhechores, formando entre todos la gran familia de Dios. Sus horas de
adoración eucarística por la famosa ventanita de su habitación personal, ¿pensáis que no
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
¿Podemos decir que Don Guanella era un místico? Doy algunos datos. Luego me decís si lo era Página | 62
o no.
Don Guanella se mueve en Dios, respira a Dios. “Por sus frutos los conoceréis…” (Mt. 7,16) Sí,
Don Guanella no pudo ser más que un místico del amor de Dios Padre Providente. Un místico
de la caridad.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
7. Conclusión
Don Guanella es un hombre de oración: “un rostro resplandeciente de oración”. Su oración va
dirigida a Dios Padre-Madre a quien experimentaba como bondad, providencia, misericordia y
ternura. Pero, para “ir al Padre”, Don Guanella siguió el camino de la devoción al Sagrado
Corazón de Jesús que lo experimentaba en la mística de la Cruz, de la Eucaristía y del
sacramento de los Pobres y el camino de la devoción a María que le hace experimentar los Página | 63
aspectos maternos de Dios, sobre todo su ternura y providencia. Características de la oración
filial de Don Guanella: confiada, afectiva, sencilla, encarnada y mística. Sí, Don Guanella es un
místico del amor de Dios Padre Providente. Un místico de la caridad.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
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ÍNDICE
0. Introducción
1. El carisma guaneliano de la Paternidad de Dios
2. ¿Cómo se puede participar de este carisma?
3. ¿Cuándo recibe Don Guanella el carisma?
4. El dolor y la muerte a la luz del carisma de la Paternidad de Dios.
5. La mística de la Caridad.
6. La Providencia.
7. Paternidad-Maternidad de Dios y espíritu de familia.
8. El carisma como fundamento de nuestras relaciones.
____________________________________________
Introducción
Creo que lo que nos han dicho y nos han testimoniado los
que han hablado ayer es suficiente como reflexión y
estímulo para comprender y vivir mejor el núcleo de
nuestra espiritualidad y de nuestro carisma guaneliano: la
paternidad de Dios.
Cuando visito las comunidades guanelianas esparcidas por
el mundo noto un gran interés por la figura de Don Guanella y a menudo me piden que les
hable de él, puesto que yo soy el noveno sucesor de don Guanella. Yo les digo a todos que
estoy muy lejos de su espiritualidad, pero también que estoy convencido que el carisma
guaneliano hoy está creciendo en la familia guaneliana, no tanto por mí o por los que hoy
gobiernan nuestras Congregaciones religiosas, sino por las comunidades locales y las personas
concretas che viven el carisma y lo aplican a las distintas situaciones culturales donde está
presente un guaneliano o una guaneliana. Además de la expansión geográfica que ha tenido el
carisma guaneliano hoy somos testigos de la gran adhesión que el carisma encuentra en el
laicado, empezando por los Cooperadores hasta las personas de otras religiones que se
demuestran entusiastas o cooperan para difundir la caridad entre los pobres. Pienso que esta
riqueza de vivencias multiculturales y multivocacionales sea el don más grande que podemos
ofrecer a Don Guanella en el año en que nos preparamos para su canonización: el vernos una
familia unida, fuerte, que vive profundamente y con creatividad el carisma guaneliano.
Después de haber oído ayer a nuestros cuatro ponentes (Juan Bautista, Juan Antonio, Dionisio
y Padre Alfonso Martínez) quisiera solamente añadir algo a lo que hemos escuchado.
Juan Bautista Aguado nos ha ayudado a comprender que vivimos en una sociedad plural y muy
compleja y que es necesario para nosotros los guanelianos saber inculturar hoy nuestro
carisma fundado en la experiencia de la paternidad de Dios, yendo contracorriente respecto a
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
algunas ideologías que hoy se dan. No podemos solamente quejarnos de la pérdida de valores
sino que debemos testimoniar la belleza de una familia cristiana fundada en los valores que
nos vienen precisamente del carisma. ¡Éste es un primer reto para nosotros hoy! Todo lo que
hemos escuchado nos puede producir la sensación de que estamos en un momento de
confusión, especialmente en nuestro mundo occidental.
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Tenemos pues una mayor responsabilidad: la de descubrir la belleza y el valor pedagógico de
lo que quiere decir ser padre/madre hoy al estilo de Dios Padre/Madre. Este ha sido el tema
que ha desarrollado luego Juan Antonio. He podido apreciar, en la charla que nos ha dado
Juan Antonio, la capacidad y la necesidad del carisma guaneliano de incidir fuertemente en la
cultura de hoy, para que no quede solamente un slogan o el testo de una canción: “Dios es
nuestro Padre”… Nuestra tarea principal es transformar el carisma en cultura a través de
nuestro testimonio y de nuestro anuncio.
Don Dionisio Antolín, nos ha añadido una motivación de fe, que nos viene de la Sagrada
Escritura: los cristianos, que hemos recibido ese don de la paternidad de Dios a través del
mundo judío y de los primeros cristianos, necesitamos profundizar cada vez más este don para
que nuestra fe en Dios Padre no sea la fe del carbonero, sino una fe razonada y podamos dar
así razón de esta esperanza, como dice San Pablo, al mundo entero, porque hoy en día el
mundo necesita esperanza, como nos lo ha dicho Benedicto XVI. El carisma guaneliano es un
elemento de esperanza para nuestro mundo inquieto.
Luego la ponencia del P. Alfonso Martínez nos ha indicado el camino para concretizar y vivir el
carisma, particularmente a través de la oración: gozar de este carisma y vivirlo en nuestra
relación con Dios. El carisma de la paternidad de Dios, no solamente nos estimula a una
determinada forma de oración y de relación con Dios, sino que nos responsabiliza para que
vivamos un estilo de relación con todo mundo, empezando con nuestra familia religiosa o
nuestra familia natural, en nuestro trabajo… Dejarse impregnar por el carisma guaneliano,
sentir vivamente a Dios como Padre y a los demás como hermanos, no puede limitarse al
campo de la espiritualidad, sino abarcar y transformar toda nuestra vida.
Os invito pues a profundizar en este carisma no solamente a nivel cultural, sino también a nivel
vivencial para que podamos verdaderamente sentir el gozo de pertenecer a la familia
guaneliana con una identidad fuerte, una identidad espiritual.
dar respuesta a muchas de las ilusiones que el hombre anida en su corazón y es nuestra deber
ofrecérselo a la Iglesia, ofrecérselo al mundo entero porque el carisma es un don que
recibimos para darlo, no es sólo para nuestro provecho personal sino para el beneficio de
todos empezando por los pobres.
Ahora quisiera añadir algunos puntos como complementos a lo que hemos escuchado en estos Página | 66
días y que nos pueden servir para entender un poquito más el sentido que la Paternidad de
Dios da a nuestra espiritualidad.
Está claro que no lo recibe todo de un golpe. Hay una preparación, como nos han explicado
muy bien P. Alfonso y Juan Antonio recordando todas esas vivencias que Don Guanella tiene
desde niño. Página | 67
En particular P. Alfonso se detuvo mucho en el momento de Olmo, que es el momento del
fracaso, de la desilusión, de la perdida de la esperanza de poder realizar lo que Dios le pedía. Él
sentía que Dios le pedía algo, por eso renuncia a otros proyectos, como el de quedarse con
don Bosco. Y cuando, precisamente en el período de Olmo siente nuevamente la ‘tentación’ de
volver con los Salesianos, que muy gustosamente le hubieran acogido de nuevo, Don Guanella
vuelve a sentir fuerte dentro de sí que Dios le está pidiendo algo distinto. Por eso, a pesar de
sentir a Don Bosco como un padre (llega incluso a decir que había sentido más profundamente
la muerte de Don Bosco que la muerte de su padre, acaecida unos años antes) decide
renunciar al proyecto salesiano para que Dios le indique el camino. Y es ahí donde Dios le hace
esa revelación.
La revelación del carisma se da precisamente en esta situación de desaliento, de pobreza
material y casi de abandono del propio proyecto. Es ahí donde el fundador Don Luis Guanella
comprende que tiene que dejar a un lado su proyecto humano para acoger el proyecto de
Dios, que quería que todo partiese de esa Paternidad de Dios. Don. Guanella llega a
comprender profundamente a Dios como Padre, en el momento de mayor prueba y
dificultad… esto es garantía de que el carisma, ese don, está bien fundado. La presencia del
sufrimiento del hombre, que necesita de Dios como padre es la experiencia básica que cada
hombre tiene que hacer y por lo tanto don Guanella asume ese compromiso de dejarse guiar
por su Padre Dios en todo lo que él hará después. Él llama ese momento no solamente ‘la hora
de la Providencia’ sino ‘la hora de la Misericordia’.
Podemos dividir la vida de don Guanella en dos vertientes: la primera como la subida a una
cumbre en el que el hombre se esfuerza en encontrar y realizar su camino, no logrando el
objetivo por las dificultades que encuentra en los demás… Llegado a la cima (Olmo que es un
pico rocoso a 1000 metros de altura) la iluminación, el monte Tabor, el monte de la felicidad,
(él escribió luego un libro titulado Vayamos al monte de la felicidad,) y desde allí don Guanella
empieza la bajada, se siente como llevado, empujado, casi como rodando y arrastrando a
todos…, como una avalancha que nada y nadie puede detener… Es una lectura personal. Pero
es cierto que don Guanella recibe, en ese momento, una gracia especial: el carisma, la
experiencia de Dios Padre. Su experiencia humana, a través de unos padres ejemplares, se
complementa con el don de Dios, (el carisma es una palabra griega que quiere decir don).
Las experiencias humanas no pueden explicar totalmente ese don: pueden prepararlo, pero no
pueden explicarlo, por lo tanto allí en la cumbre de Olmo hay una revelación de Dios, un poco
como la revelación de Dios a Pablo en el camino a Damasco, aunque la novedad no sea tan
radical, porque don Guanella ya estaba preparado para todo esto. Pero sí nos encontramos
con una gracia extraordinaria a través de la cual Don Guanella recibe una nueva capacidad de
interpretar la historia desde la experiencia de la paternidad de Dios. Con su gracia Dios hace el
proyecto no sea ya suyo, porque él ha fracasado en su proyecto humano, pero es un proyecto
asumido desde Dios, y Dios le asegura che siempre tendrá, como decía él, la Providencia en el
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
bolsillo. Sentía que Dios no podía fallar, porque lo que él quería hacer no era obra suya, sino
obra de Dios, “es Dios quien actúa”. Pablo VI el día de su beatificación cuando se preguntaba
¿qué podemos decir de Don Guanella?, contestaba: que se ha dejado modelar por Dios. Esa
sigue siendo hay la actitud fundamental para vivir el carisma.
Afirmamos pues que en Olmo hay como una revelación, hay como un cambio profundo de Página | 68
actitud en don Guanella. Él que vivía e interpretaba los problemas del hombre con un cierto
pesimismo, puede, a partir de la experiencia de la Paternidad de Dios dar otro sentido a las
limitaciones humanas: desde la concepción del hombre, que sin la gracia de Dios es un montón
de miseria, un gusano… llega a descubrir en todo hombre, incluso en el más limitado y
pecador, la riqueza fundamental de ser hijo de Dios. Me gustó cuando Juan Antonio ayer
afirmaba que incluso las personas que no han tenido una experiencia positiva de relaciones
parentales buenas, tienen una energía vital que ciertamente viene de Dios, que les pueden
ayudar a superar todas esas dificultades. Don Guanella llega a decir que incluso en la persona
más limitada siempre hay posibilidad de progreso y de redención. Esta afirmación suponía una
gran novedad en el campo pedagógico de las personas con discapacidad intelectual de aquella
época en la que se pensaba, por ejemplo que quien cometía un delito lo hacía por su
naturaleza intrínsecamente mala y que por lo tanto no tenía remedio. Don Guanella, con sus
intuiciones ha ofrecido un estímulo positivo al desarrollo de la humanidad en el campo de la
rehabilitación. Las personas con discapacidad intelectual eran internadas en los manicomios
porque tenían que ser “contenidos” para que no hicieran daño a los demás. Don Guanella ha
descubierto, no solamente que las personas con discapacidad intelectual no hacen daño a
nadie porque son los más cariñosos, sino que ayudan a los demás y a la sociedad a elevarse
con el valor de la solidaridad.
Como conclusión subrayar que toda experiencia humana basada en la convicción que Dios es
nuestro Padre y es Padre de todos, puede trasformar nuestra vida y la vida de la sociedad
entera.
Otro punto que quisiera recordar en la comprensión del carisma guaneliano es la presencia del
dolor, del sufrimiento e incluso de la muerte en la vida del hombre y que reciben una nueva
interpretación a la luz de la experiencia de la Paternidad de Dios. Ya Juan Antonio y el Padre
Alfonso Martínez nos han recordado que estas vivencias son propias de nuestra espiritualidad.
Don Guanella recibe el don en el peor momento de su vida. Cristo llega a la plenitud de
comprensión de su Padre Dios y de abandono en sus manos precisamente en la Cruz, en el
peor momento de su vida. El sufrimiento es necesario en la vida del hombre. Las limitaciones
son parte del hombre y cuando quiere ocultarlas y creerse dios fracasa; cuando el hombre no
quiere reconocer que es mortal y se aleja de la experiencia de la muerte, no entiende la vida.
El carisma de la paternidad de Dios, da respuesta a esas inquietudes. Todo hombre es limitado,
necesita de Dios; esta llamada profunda e interior es una necesidad imprescindible del
hombre. Aunque no todos perciben esta necesidad, las personas que reciben este don pueden
interpretar la propia vida de una forma gozosa y esperanzada.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Quisiera aquí hacer una pequeña observación: hablando en estos días del carisma guaneliano
de la Paternidad de Dios, no hemos nombrado a San José. Si estuviese aquí el hermano Juan
nos habría echado una buena ‘bronca’ porque José es el padre de Jesús. Hemos afirmado que
Don Guanella aprendió mucho de papá Lorenzo… y Jesús ¿de quién aprendió, quién preparó
las condiciones para que fuera descubriendo a Dios como padre? Jesús es también hombre,
hijo legal de José.
5. La mística de la Caridad
Otra característica de la paternidad de Dios en don Guanella es la integración entre lo que hoy
día llamamos acción y contemplación, actividad y mística. Ya el P. Alfonso Martínez nos dijo
ayer que don Guanella había sido un místico. ¿Qué quiere decir esto?
Efectivamente todo carisma, y en particular el nuestro de la Paternidad de Dios, debe tener
como fundamento la mística, no puede ser solamente ascesis o actividad. Si una persona no se
siente inundada, casi acogida por Dios como hijo, no puede expresar completamente todo el
carisma de la paternidad de Dios. Mística quiere decir contemplar a Dios, verle, sentirle,
acercarse a Él como a un padre, en los momentos de oración, pero también cuando obramos y
nos relacionamos con los demás. Nosotros lo expresamos así: “ver a Dios, servir a Dios en el
pobre”, según cuanto nos dice el mismo Evangelio: “todo lo que hagáis a estos pequeños, a mí
me lo hacéis”. Nosotros los guanelianos, no solamente damos un vaso de agua, no solamente
hacemos cosas bonitas para los demás, sino que nos acercamos a lo más pobre del hombre, y
allí mismo encontramos a Dios… en esto, según mi opinión, está la cumbre de la mística: la
que eligió el mismo Dios que se ha humillado tanto, la kénosis, identificándose en una persona
con discapacidad, en los desechos del mundo. ¿Quién puede ver algo positivo en una persona
abandonada, marginada del todo? Solamente aquel que ha descubierto que Dios es Padre de
todos. Esta es la mística de la misión, la mística de la Caridad. Cuando lleguemos a esto,
seremos santos. Si hacen a don Guanella santo, no es porque ha hecho obras grandes, no es
por todo lo que ha hecho físicamente, materialmente, sino por su disponibilidad a dejarse
hacer por Dios, porque ha sabido encontrar a Dios en lo más humilde del hombre. Ésta es la
santidad.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
6. La Providencia
De aquí se derivan muchas consecuencias. Menciono dos que son muy importantes:
A. El carisma guaneliano es el carisma que acoge al que no tiene a nadie, no se trata sólo
de pobreza material, sino también de pobreza espiritual, moral: la soledad hoy en día
es un problema grave para muchas personas…. En el Santuario del Sagrado Corazón
en Como detrás de la urna del Beato hay un fresco con la figura de Cristo que ayuda a
entrar en la piscina a aquella persona que, por no tener a nadie, no podía aprovechar
ese bien que venía a través de la piscina probática. Esa es la misión de don Guanella.
¿Cuál es la diferencia entre ser educadores y ser padres? ¿En qué consiste ser padres en la
educación? Habéis dicho que la educación es obra del corazón y la habéis relacionado con la
Paternidad de Dios. Cuando S. Pablo se dirige a los feligreses de Corinto les dice: Vosotros
podéis haber tenido muchos pedagogos, muchos instructores y educadores pero uno solo es
vuestro padre: yo os he engendrado a Cristo. El padre es en una familia el que engendra no
solo físicamente sino moralmente y espiritualmente a la persona y al corazón del hijo.
Si nosotros queremos aplicar el método educativo en base al principio de la paternidad de Dios
tendremos que aplicar un método que engendra, que eleva y que hacer crecer al otro. Desde
ahí pueden derivar todas esas actitudes que hacen de cada persona un padre/madre para los
demás, porque toda paternidad nos viene de Dios, como dice S. Pablo. Todos somos de alguna
manera padres. No puede haber educación sin amor. La educación viene del amor. Los
guanelianos lo repetimos continuamente: ‘La educación es obra del corazón’, y como tal tiene
que llegar al corazón del otro, a engendrar en el otro un crecimiento moral, espiritual, para
que la persona aprenda a amar, a crecer continuamente en su capacidad de amar.
Quiero terminar agradeciéndoos a todos por vuestra presencia, en especial a los que nos han
ayudado a profundizar en esto aspecto tan importante de nuestra identidad guaneliana. Os
doy las gracias de mi parte, pero especialmente de parte de toda nuestra Congregación porque
estoy convencido de que ella crece si los hijos que están esparcidos por el mundo crecen. Y
veo que la familia guaneliana española crece y mi deseo es que crezca más y que podáis
transmitir a toda la Congregación todo lo que vais experimentando en vuestra profundización
y pertenencia al carisma guaneliano.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Nos damos cuenta de la importancia de las normas de los padres cuando somos
padres, antes pensábamos “cuando yo sea padre no voy a prohibir esto, lo otro” (quizás no
haga falta ser padre, puedes ser adulto y pensar bien las cosas).
El hombre está ocupando áreas antes vedadas por ellos y para ellos; ternura, abrazos,
cercanía, escucha a los hijos, etc., y los hijos los ven de distinta manera, sin tanta autoridad,
ahora se les plantea, les surge la contradicción de ponerse duros, poner normas. (Apunta
Juan Antonio que para recuperar la autoridad necesaria es bueno pararse y apoyarse en la
pareja, cuando sea el padre, cuando sea la madre. El padre y la madre juntos tienen que
buscar la respuesta).
Cada uno tiene su lugar en la educación; abuelos, padres, hijos, cuando se es padre la
relación con el abuelo es otra, es diferente la distancia y también la relación.
Echamos de menos definir ¿QUÉ ES SER PADRE? ¿Qué características hay que tener?
¿Qué tengo que hacer? ¿Cuál es mi finalidad? Según el código civil es: alimentarle, tenerle en
tu compañía y procurarle una formación integral como persona.
Es más que educarle, es acompañarle hasta que sea independiente, prepararle para irse.
Incondicionalidad: siempre disponibles, el cariño y aceptación no está en juego, hay NOes. Hay
que inculcarle valores: el valor comunitario es importante, un padre que comprende a sus hijos
como son.
¿Qué buscamos cuando optamos por ser madre-padre? ¿En qué condiciones
queremos serlo?
Yo quiero ser…, quiero construir…, quiero que aprenda a conocer el mundo…
Ahora se planifica; es importante, ser conscientes de lo que significa y supone.
Ojo a las prioridades, en nuestra cultura a veces primero son los estudios, el trabajo, el
matrimonio y ¿cuándo los hijos? Página | 73
¿Los jóvenes se lo preguntan antes de ser padres-madres?
La clave es ACOGER.
¿Cómo educar para el Padre? ¿Dios qué estilo educativo tiene?
El evangelio dice: “Mi amor no te pedirá cuentas…”
Dios quiere igual a todos. Cada uno ha de experimentar el amor de Dios.
Dios Padre ama y ¿el hijo reconoce la deuda?
El evangelio dice: “¿dónde está tu hermano Abel?
Dios opta por el débil, por el marginado, por el pobre…
El evangelio es revelación y transmite quien es Dios.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
MÁS MENOS
Pleno Ignorante
Satisfecho Insatisfecho
Cerca de la verdad Insegura
Conocimiento Ignorante
Amado Infeliz
Acogido Solo
La acogida
La convivencia
Conocer más a Guanella
Participar del espíritu de Guanella
Cercanía
Hermandad entre Palencia, Rentería, Valladolid y Madrid
Sentirnos más MADRES
Alegría
Compartir con los demás
Responsabilidad que generan los conocimientos
Compromiso
El grado de asequibilidad de los ponentes
Las aportaciones de los ponentes
Volver a vernos
Cumplimiento de las jornadas, han sido formativas y han sido guanelianas
Más confianza en la providencia
Vencer miedos y temores para no abandonar
Identificarnos más como hijos de Dios
Compartir con los demás la vida guaneliana
Vivir el carisma guaneliano con los ojos de hoy
Estímulo para trabajarlo donde vivamos
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Aroma: humo entono a una chimenea en un ambiente familiar, escuchando al padre que te
enseña; cercanía, pan.
Sabor: dulce, rico, agridulce, ese regusto de todo lo aprendido.
Sonido: silencio, susurro de Elías, agua, canto, el sonido de lo que nos han contado, el sonido
de fondo de los niños jugando.
Color: verde, rosa, gris (desde las dificultades de D. Guanella es donde te das cuenta de que es
un Padre de verdad), rojo, amarillo, otoño, azul.
Textura: caricia, ternura, terciopelo, mano que ayuda a cruzar, textura de pino.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Y AHORA… ¿QUÉ?
Compromiso con el Señor y el prójimo para hacer el bien.
Seguir en el camino, con el apoyo de los guanelianos.
Asociarnos para trabajar en grupo.
Continuar haciendo familia. Página | 76
No tirar la toalla ante las dificultades y ponernos en las manos del Padre.
Juntos construyendo futuros.
Sentirnos familia; caminando, continuando con la formación y aplicándola en nuestra
vida.
Capítulo de jóvenes – “el gran reto”.
Mirar al que tienes al lado.
No olvidar tampoco que no nos podemos comprometer fuera y olvidar a nuestra
propia familia.
Comprometernos con tiempo para dejar que cale el mensaje.
¿Otras jornadas de formación los días 9-10 abril?
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
“Humo entorno a una chimenea en ambiente familiar, escuchando al padre que te enseña”.
Página | 77
Los/as participantes van llegando. Comprobamos que las carpetas, cada uno con su material,
están encima de las sillas. La botella del agua en la mesa del ponente. Últimos minutos de
saludos. Se acercan las nueve de la mañana del 6 de noviembre de 2010. Hoy empiezan las
Jornadas de Formación Guaneliana “Tú Eres un Padre de Verdad”. Durante dos días, un
número aproximado de 75 personas procedentes de Madrid, Valladolid, Rentería, Palencia y, a
buen seguro, algún otro sitio que se nos olvida, estuvimos participando de un momento de
aprendizaje, de reflexión y de relación. Haciendo y construyendo esta familia guaneliana. Cada
uno/a de los/as allí presentes éramos diferentes en muchos aspectos pero todos/as, todos/as
coincidentes en uno fundamental; el deseo de conocer y profundizar en el carisma del Beato
Guanella, ya sabéis, de San Luis Guanella dentro de poco.
Así que ya os ponéis en situación, un proyecto, una ilusión y su concreción en una realidad.
Detrás, cómo os imagináis, está el trabajo de la organización, de los/as que no se ven pero que
sabes que sin ellos sería difícil que “esto” saliera adelante. Aunque muchos/as de ellos/as no lo
quieran, que estas líneas sirvan de reconocimiento a su labor. Pero también tenemos que
valorar el esfuerzo de nuestros ponentes, todos han recogido con ilusión nuestra propuesta.
Han estudiado, leído, organizado los contenidos para posibilitarnos una visión de la
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Quiero compartir con vosotros/as algunas conclusiones de los/as participantes que salieron en
el tiempo de la evaluación final. Merecen mucho la pena. Las Jornadas nos han hecho
sentirnos “más acogidos y menos solos”, “más amados y menos infelices”, “con más
conocimiento y un poquito menos de ignorancia”. De los elementos positivos, una muestra;,
“la acogida”, “la convivencia”, “conocer más a D. Guanella”, “la alegría”, “compartir con los
demás”, “la responsabilidad que generan los conocimientos”, y en los aspectos a mejorar; “la
ampliación de algunos contenidos”, “cómo transmitir a los jóvenes la figura de D. Guanella”, “y
esas sillas de madera que… uf!”. Y para que terminéis de sentir estas jornadas hubo quien puso
olor, sabor, sonido, color y textura a estas jornadas. Tomad nota. Sabían a “humo entorno a
una chimenea en un ambiente familiar, escuchando al padre que te enseña”; sabían “dulce,
con un regusto rico de todo lo aprendido”, sonaban, para unos a “silencio”, para otros a “a una
corriente de agua tranquila”, veíamos colores “verdes”, “rosas”, “grises” (desde las dificultades
de D. Guanella es donde te das cuenta que es un Padre de verdad ) y tocábamos “con la mano
que da ayuda pero que también la tiende a los pobres”. En fin todo un cúmulo de sensaciones y
de sentimientos.
Pero tranquilos/as para los /as que no habéis tenido oportunidad de participar. Parecer ser
que lo de estos dos días no va a quedar aquí, hay un gran interés por seguir conociendo,
compartiendo e intercambiando conocimiento, reflexiones y vivencias sobre D. Guanella. Y se
apunta a las segundas jornadas para el 9 y 10 de abril de 2011. Hasta entonces. Un abrazo.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
ANEXOS
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Horario
SÁBADO 6
Mañana
9h00: Saludo, oración y presentación de las jornadas.
9h30: La figura paterna y la figura materna en la actualidad: tradición, confusión y ruptura.
(Enfoque socio-cultural) Bautista Aguado. Sigue diálogo.
10h45: Descanso
11h15: La nueva paternidad (Enfoque psicopedagógico)
Juan Antonio Crespo. Sigue diálogo.
12:30: Descanso
13h00: Mesa redonda con Bautista Aguado y Juan Antonio Crespo
14h00: Descanso
Tarde
14h30: Comida, café y... [PP. Barnabitas]
16h30: Un Dios llamado Abba-Padre (Enfoque bíblico-teológico)
Dionisio Antolín. Sigue diálogo.
17h45: Descanso
18h15: La oración en Don Guanella (Enfoque teológico-espiritual)
Alfonso Martínez. Sigue diálogo.
19h30: Descanso.
20h00: Experiencia de oración: Encuentro con Dios-Padre de la mano de D. Guanella.
[Capilla PP. Barnabitas]
21h00: Cena y tiempo libre
DOMINGO 7
9h00: Oración.
9h15: La paternidad/maternidad de Dios en Don Guanella (Enfoque carismático)
Alfonso Crippa. Sigue diálogo.
10h30: Descanso
11h00: Asamblea final: Conclusiones y evaluación. Moderador: Demetrio de la Fuente
12h30: Eucaristía (P. Alfonso Crippa, Superior General) [Capilla PP. Barnabitas]
14h00: Descanso.
14h30: Comida, café y... hasta siempre.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
Padre nuestro
Oración final
Oración Guaneliana
(Poner sobre una mesa una foto del Guanella con una vela y una música de fondo)
EXPOSICIÓN DE LA EUCARISTÍA
SALUDO
T. Amén
T. Y con tu espíritu.
ESTOY PIANDO COMO UNA GOLONDRINA, GIMO COMO UNA PALOMA. (IS. 38, 14)
“Vienes en busca del Padre celestial. Ven, ven. ¡Qué hermosos son tus pasos! ¡Y cómo se alegrará tu
Padre cuando llegues a Él! Apresúrate y, entre tanto, chilla como la cría de la golondrina para que se
te oiga mejor; gime como una paloma piadosa para que el Creador acuda a recibirte.
La cría de la golondrina chilla y la de la paloma gime porque saben que, para que las oiga su madre, el
único medio son los lamentos y el llanto.
Eso mismo hace el niño. Tú mismo recuerdas que cuando eras niño llamabas: “¡Padre, padre!” y que,
suspirando, gritabas “¡Pan, pan!”. Tu padre se acercaba a ti solícitamente, te acariciaba y llenaba tus
manitas de cosas.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
“Ya ves que Jesús te ha alcanzado en el desierto de esta tierra. El Hijo del Eterno, al encontrarte, dijo
en el exceso de su gozo: “¡Vayamos al Padre! ¡Vayamos al Padre! ¡Yo te acompaño!”
¿Qué dices ahora...? Apóyate en la mano derecha de Jesús y grita: “¡Padre! ¡Padre”, igual que laPágina
cría | 84
de la golondrina. Y pide como la paloma: “¡Pan! ¡Pan!”. Dirige velozmente las alas del afecto hacia el
cielo y Dios Padre acudirá a tu encuentro”.
C. Oremos:
Dios Padre nuestro, tú que amas a todos con ternura y bondad, haz que, siguiendo el ejemplo
del Beato Luis Guanella, alcancemos la gracia de llamar a Dios “Abbá” – Padre y nos lleve a
amar a los hermanos como nos ha enseñado tu Hijo Jesús. Él que es Dios y vive y reina contigo
en la unidad del Espíritu Santo, por los siglos de los siglos. Amén
"Cuando oréis, no seáis como los hipócritas, porque a ellos les encanta orar de pie en las sinagogas
y en las esquinas de las plazas para que la gente los vea. Os aseguro que ya han obtenido su
recompensa. Pero tú, cuando ores, entra en tu cuarto, cierra la puerta y ora a tu Padre, que está
en lo secreto. Así tu Padre, que ve en secreto, te recompensará. Y al orar, no habléis sólo por
hablar como hacen los gentiles, porque ellos se imaginan que serán escuchados por sus muchas
palabras. No seáis como ellos, porque su Padre sabe de qué cosas tenéis necesidad antes de que
se lo pidáis.
Vosotros pues orad así: Padre nuestro…”
“Recordarás que, cuando eras pastorcito y cuidabas el rebaño, tu pensamiento corría velozmente
hacia el padre y la casa doméstica.
Asimismo, cuando te encontrabas sirviendo en una tienda o sentado en el banco del colegio, lejos del
padre amado, tu mente corría en busca del padre, el corazón se llenaba de afecto y las lágrimas
brotaban de los ojos como de dos fuentes. Para enjugarlas gritabas: “Mi padre está en casa... pronto
veré a mi padre querido”. Mientras tanto, recogías una hoja de papel y escribías con afecto muy
tierno: “Padre, tengo ganas de verte... ¡No puedo estar más sin verte!”.
La ternura que manifiestas a tu padre terreno debe llevarte a multiplicar en ti el amor hacia el Padre
celestial.”
Para pensar: El misterio del hombre se revela cuando se reconoce como hijo. ¿Te reconoces
hijo de un Dios que es Padre?
¡Fíjate en la florecilla que brota y crece alrededor del lirio a partir de una semilla en la que se
depositó la potencia de nacer y desarrollarse! Esa florecilla, con su lenguaje, dice: “¡Yo amo!”
La cría de la golondrina con sus gritos y el corderito con sus balidos claman: “Amo a quien me trajo a
la vida”. La criaturita que retoza en el seno de la madre y el niño que sonríe entre las rodillas de su
padre exclaman con lenguaje humano. “Amo a quien me ama. Te amo, padre amado; te amo,
querida madre!”
A su vez, el lirio que se dobla sobre la florecilla, el corderito y la golondrinita que a su manera hablan
a sus criaturas, la madre y el padre del niño que lo acunan con indescriptible afecto, hablan con
corazón de amantes: “¡Te amo, hijo, te amo!”. Las ternuras paternas, los piadosos afectos del hijo no
los olvidas ni un instante. Si un hijo se pone enfermo, fíjate en su padre; si se muere, el último
suspiro se dirige al padre. Y, si el padre le precede en la tumba, de nada se duele el hijo como de no
haber amado lo suficiente al amado padre.
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
¡Dios inmenso! Eres Tú quien en el exceso de tu amor extiendes el amor aquí. Todo en este mundo
proclama el amor. Yo me confundo en el abismo de mi miseria, dirijo la mirada a ti y suspiro: “¡Te
amo, Señor y Padre mío!”.
El hijo que desea agradar al padre comienza muy de mañana su trabajo y prosigue hasta las horas
más calurosas del día. Y si, como molestos mosquitos, se acercan hermanos poco devotos a
distraerlo, los evita y sigue trabajando hasta el atardecer en favor de su padre. Quiera el Cielo que tú,
desde el amanecer de la vida, comiences bien a hacer lo que Dios te impone. Quiere Dios que
prosigas hasta el mediodía y de ahí hasta la tarde de tu vida, pues un cristiano, para ser amado, debe
atarearse mientras se encuentre en este mundo.
Para pensar: ¿Tienes una imagen de Dios Padre buenista, perdonatodo, consientetodo,
providencialista, corriendo así el riesgo de creer en un Dios que da amor, pero no exige amor?
Te bendigo, Dios,
fuente de toda paternidad en este mundo,
por cada padre y por cada madre que es espejo de Ti
y que hace nacer en nosotros tu nostalgia:
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“Si un ser humano me ama tanto,
cuánto más Dios, Padre de todos los padres”.
BENDICIÓN EUCARÍSTICA
Cantos Guanelianos
Trigo y manantial,
SOMOS UNA FAMILIA (Migueli y Andrés) Soy latido en la tierra que crece.
Soy la cruz y el dolor,
Somos una familia
El pan de bendición,
Guanella es el corazón. Página | 89
Soy el pobre olvidado de siempre.
Somos una familia,
La familia de Dios. Soy camino y verdad,
Dios es Padre y es Madre, Tu vida en los demás,
Soy tu padre y tu madre que te quieren.
Jesús nuestro hermano mayor,
Soy poema y cantar,
Su Espíritu nos envuelve,
Peregrino de paz,
La familia de Dios.
Soy la luz en las sombras de la muerte.
Siamo una familia
Guanella è il nostro cuore. GRACIAS ABBA (Santi)
Siamo una famiglia,
la famiglia di Dio. Gracias Abba
Gracias Abba, por el amor,
Los últimos, los primeros, por el perdón y la bondad.
En esta tierra de Dios, Gracias Abba, por la amistad,
Los peques, los preferidos, la libertad del corazón.
La familia de Dios.
Porque te haces tan pequeño como yo
Herederos del gran tesoro, Y en la noche no me dejas nunca solo.
De nuestro padre Guanella:
“Que el corazón del mundo Gracias Abba, por la humildad,
Sea la caridad”. la ingenuidad y por la paz.
Gracias Abba, por la ilusión
ERES UN PADRE DE VERDAD (Alfonso) y por la vida en comunión.
Gracias señor por la vida que nos das. Gracias Abba, gracias Abba…
Gracias Señor por el don de tu amistad.
CANTO PARA LUIS
Gracias señor tú nos das la libertad.
(Francisco y Andrés)
Ayúdanos a caminar.
Gracias Señor. Luis desde la tierna infancia
Tú eres un Padre de verdad, tus ojos soñaban la luz del mañana.
Fuerza de los débiles, su pan. Entre montañas y cielo
Gracias por tu amor, María te hablo, tu Dios te guiaba.
Y por tu perdón, gracias Señor. Canta el amor del Padre bueno
Amigo de pobres, esperanza y calor.
ESTOY AQUÍ (Alfonso) Oye, danos hoy tu osadía
Guíanos por la senda
Soy la flor y el amor,
Un niño, una canción, De la entrega sin fin.
Soy la vida que nace en el vientre. Creció su mirada profunda,
Soy sonrisa y calor, vio al hombre miseria, no lo despreció.
Un loco de ilusión, Jesús está en cada hermano,
Soy el beso de novios que se quieren. en los que sufren la cruz que salvo.
Y hoy estoy aquí Sus huellas abren un camino:
En el silencio que te habla, es una historia de fe en el señor.
En el dolor que te llama, en ti, Sus manos se hacen regazo:
En todo hombre que encuentra amor. es una historia de donación.
Soy el monte y el mar,
TÚ ERES UN PADRE DE VERDAD
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