RETALES TFM:

Por otro lado, es un error tratar la filosofía tanto de secundaria como de

bachillerato bajo los excesos academicistas, que alejan a este tipo de alumnado: no

logran interesar a los adolescentes (ni a la sociedad). No hemos de caer en una especie

de doxografía, en la cual se nos presenten una “lista de la compra” de autores que

hemos de aprenderlos de memoria y mecánicamente, desconectados de toda realidad,

sin tener nada que ver entre ellos. Hemos de saber “traducir”, en tanto que docentes, los

“filosofemas académicos a un nuevo contexto educativo” (pp. 193). ¿Cómo poder

traducir estos axiomas filosóficos? La mejor forma, según parece ser, es mediante

problemáticas mundanas, que no pierdan su conexión con lo académico (con el

contenido de la asignatura) pero que, sin embargo, no nos alejemos de la realidad: del

contexto vital del alumnado adolescente, “para que constituyan un aprendizaje real y

significativo” (pp.193).

Estos dos puntos son transversales a toda época en el espacio de la enseñanza

de la filosofía. Tiene que ver, además, que, la legislación española desde 1980 hasta

hoy, ha sido muy variada a la par que controvertida respecto a la materia de Filosofía;

quizá, porque se trata de una asignatura muy dada a ser usada en términos ideológicos.

Esto, por supuesto, va contra la misma esencia de la filosofía: contra su capacidad

crítica, autonomía y libertad de expresión.

 revisión lo que pretende es conducirnos hacia la situación en la que se

encuentra la educación pública de la forma más reciente, focalizando, como hemos

dicho desde el inicio, en las materias de Filosofía; sin embargo, resaltamos la asignatura

de Ética (Valores Éticos, actualmente) por la controversia surgida como hemos ido

exponiendo, y, porque es la asignatura idónea para realizar con el alumnado el método

mayéutico. Se trata de un alumnado muy joven que acaba de acceder a la Educación

Secundaria Obligatoria, muchos de ellos carne de cañón ante las demandas de una

sociedad tecnificada, globalizada y en condiciones un capitalismo avanzado. De ahí que

el método mayéutico resulte esencial, ya que permite desde el diálogo, la reflexión de

temas que pueden ser normalizados en la vida cotidiana pero que necesitan de análisis y

de criterio propio. Se trata de un aprendizaje vital mediante la búsqueda desinteresada

de la verdad.

En definitiva, el modelo competencial en educación facilita la introducción de

nuevas metodologías basadas en la concepción del “nuevo hombre” mediante el énfasis

en el emprendimiento. Si nos damos cuenta son vocablos estrictamente del ámbito

laboral.

Si tratamos de poner la escuela al servicio de la sociedad, tendremos que

satisfacer las demandas de ésta, que la educación se encuentre a la altura de los tiempos.

Es obvio que quién no querría que se cumpliera esta premisa, pero no a costa de que la

escuela pública se convierta en una gran empresa