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Maira Velásquez Herrera

20151185604
BIBLIOGRAFIA

ENSAYO
¿ES VIABLE EL DESARROLLO SOSTENIBLE EN COLOMBIA? ¿EN
CUANTO TIEMPO SERÍA EVIDENTE EL DESARROLLO SOSTENIBLE?

Al tener en cuenta las posturas positivas y negativas de los diferentes autores que
han recorrido extensamente el tema del desarrollo sostenible se puede realizar
una rápida conclusión; incluso si el enfoque es positivista, la postura por si misma
presenta algún “pero” que condiciona el hecho de que sea viable el desarrollo
sostenible.

Si se tiene en cuenta lo anterior, sería confuso en un principio decidirse por un no


o un sí, ya que como administradores ambientales debemos propender desde
nuestro enfoque por alcanzar este desarrollo y no solo por el deber moral que
enclaustra la profesión sino porque desde las primeras asignaturas cursadas, el
tema del desarrollo sostenible juega uno de los papeles más importantes para la
rama de lo ambiental que genera un sentido de pertenencia hacía el termino y a su
vez lo hace ver un poco más alcanzable.

Quizá en un principio la idea del desarrollo sostenible se planteó como una meta
trabajable donde se incentivaría a los países al cuidado del ambiente y al
aseguramiento de recursos para la población de todas las generaciones. Aunque
el concepto es muy general a la vez establece dos condiciones concretas para su
alcance y aquí surge el interrogante; si los creadores del término hubiesen previsto
la desmedida evolución del nivel de consumismo de los años posteriores ¿Habrían
planteado el concepto desde el mismo enfoque?

Son evidentes los innumerables vínculos entre el pensamiento de Mansilla y


Sergio Federovisky en cuanto a la subjetividad del tema y al mal uso del término
que se ha venido presentado desde su creación. Entre estos es importante
resaltar que el desarrollo sostenible desde sus bases ha tenido inconsistencias ya
que así como los autores lo describen, se ha originado en un contexto de informes
utópicos y bien intencionados que no establecen estrategias ni brindan soluciones
reales asociadas al movimiento mundial emergente. Estos dos autores dan a
entender que el tema del desarrollo sostenible no es netamente ecológico sino
económico y político, este último aspecto es el que carga la mayor responsabilidad
hacia la viabilidad de dicho desarrollo ya que institucionalmente el esfuerzo queda
reducido a cero por la falta de creación de políticas estrictas que conlleven a las
acciones que finalmente desencadenaran en lograr el objetivo que beneficie a
todas las poblaciones e incluya las futuras. Tal vez la frase que definitivamente
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hace que no pueda concebir como viable el desarrollo sostenible es “¿Cómo se
puede pretender un cambio de conducta colectiva si el sistema empuja en
dirección contraria? (Federovisky, 2012) El cual relaciono con que el mismo
sistema ha conllevado no solo a cambios de pensamiento global sino a cambios
negativos para sistemas más grandes como la naturaleza, en lo que me apoyo de
Mansilla donde se expone que el planeta tierra está subordinado a varios factores
como el aumento de población, el desarrollo económico y al aumento del nivel o
calidad de vida, cuando todo esto debería ser al revés.

Para dar respuesta a la pregunta que engloba el ensayo opté por comenzar las
lecturas guía que apuntaban al aspecto positivo, para continuar con la línea de lo
que a lo largo de la carrera se me ha infundado. Al realizarlo de esta manera
encontré la disyuntiva que presenta creer en un desarrollo sostenible entendido
desde el concepto como tal, desde el “esfuerzo” de las reuniones, convenios e
informes que han dado paso al mismo, a lo que significaría llevarlo a cabo, pero a
la vez ser consciente de la situación social, económica, política y cultural por la
que atraviesa cada nación lo cual hace contradictorio poner en línea ambos
caminos. En todo caso, insisto en lo contradictorio de creer posible el desarrollo
sostenible al vivir en un país como Colombia, que ha sido marcado por
generaciones de violencia, corrupción, desigualdad, retraso tanto ambiental como
económico y social, en el que imperan los intereses de pocos sobre los intereses
colectivos y donde claramente el medio ambiente no es objetivo principal en el
actuar de los gobernantes, que a su vez presenta una ironía al ser uno de los
países más biodiversos y culturalmente llenos de riquezas, las cuales no son
aprovechadas sino explotadas. Ahora imagino lo ilusorio que este concepto
presenta para países industrializados cuyo motor es el aumento de producción de
capital, enfocados al desarrollo económico continuo, parecería en este momento
inalcanzable y a futuro inimaginable.

El desarrollo sostenible no puede ser viable en esta sociedad de consumo ni lo


será para generaciones futuras, no por la falta de voluntad de grupos interesados
o de la población afectada, sino por el poco peso que tiene el tema ambiental
frente al tema económico- político a nivel global. Pero también por los intereses de
privados y en especial de grandes compañías, por la baja percepción que se tiene
sobre el buen uso de los recursos naturales y en general por cada acción
antrópica que conlleva al deterioro del planeta y de la calidad de vida, lo cual
conlleva a pensar así (tal vez de manera exagerada) que el concepto de desarrollo
sostenible solo se podría dar si volvemos al principio, donde los nativos indígenas
adoraban la naturaleza y su visión estaba enfocada en el cuidado de la misma
como sistema que proveía de recursos para su subsistencia, donde lo ambiental
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sería visto con respeto y no como un lugar más donde se extraen materias primas
para continuar con procesos de “evolución”.

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