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Los mayas y sus características

Valentina Restrepo Serna

Prehispánico

La cultura maya tuvo su esplendor en Mesoamérica: sur de México, Guatemala, Belice y parte de
Honduras y El Salvador, durante un periodo aproximado de tres mil años (del 2000 a.C. al 1000
d.C.). Fue una civilización que se destacó por sus conocimientos avanzados en la escritura a través
de los jeroglíficos, las matemáticas y astronomía, en la cual lograron desarrollar extraordinarios
calendarios de carácter solar, lunar y venusino. Los mayas representaron un imperio de gran poder y
supremacía durante el periodo en el que estuvo vigente. Sin embargo, su colapso y desaparición fue
inminente, aun no se conocen las razones específicas de este suceso aunque se especula el hecho
de que puedo deberse a la suma de factores económicos, ecológicos, demográficos y políticos.

De los primeros cuestionamientos que surgen al analizar la civilización maya y a otras más antiguas
como los Olmecas, es su origen. Los arqueólogos han acumulado evidencia a favor de la migración
de los primeros pobladores de América, desde Asia. Hoy se acepta la teoría de que nuestros
ancestros pasaron hace unos 70.000 años a.C. por el estrecho de Behring llegando a lo que hoy es
nuestro continente. Así mismo, los investigadores dividen la historia de esta civilización en tres
periodos. El primero es el preclásico, que abarca desde el año 2000 a.C. hasta el 250 de la era
cristiana, este se caracteriza por la agricultura como eje central de la economía, además surgen las
primeras aldeas y centros ceremoniales, a la vez que se iniciaban actividades culturales en torno a lo
religioso. El siguiente periodo es el clásico, que se extiende desde los años 250 al 900 d.C. esta
etapa fue la de mayor auge cultural y estuvo marcado por un gran florecimiento en todo los campos:
desarrollo intensivo de la agricultura, avances arquitectónicos, aumento comercial, y se estratifica la
jerarquía, tanto en lo político, como en lo social, religioso y militar. Y finalmente el periodo
posclásico, del 900 al 1500 d.C., que además coincidente con la llegada de los españoles a América.
Esta fase se inicia cuando cesa la actividad política y cultural de las grandes ciudades–estado
mayas, debido probablemente a una crisis económica que tuvo efectos devastadores en la
población, y desencadenó conflictos sociopolíticos. Esta etapa termina con el sometimiento de los
mayas a manos de los españoles en su propio territorio.
Otro de los aspectos interesantes analizados por los investigadores, están relacionados con las
lenguas indígenas mayas, las cuales están en completa sintonía con el cosmos. Un ejemplo
otorgado por Pedro Vargas Pérez a través del texto “El misterio maya” nos ilustra al respecto: en
K´iche´, un simple saludo como “¿Cómo estás? Se dice “A utz a wach la”, que significa: “¿Cómo se
encuentra su equilibrio cósmico, físico y espiritual?”. Con lo anterior se puede identificar la conexión
mística tan importante que tenían los mayas con la creación, ellos entendían al universo como una
fuerza cercana que también era parte de ellos como sociedad y como individuos. Estas lenguas, que
guardan en su significado una profundidad exquisita no han desaparecido en la actualidad, ya que
existen varias comunidades indígenas que conservan las raíces del dialecto originario, permitiendo
que continúe viva su herencia en formas de vida y pensamiento.

Como lo mencionamos al comienzo, los mayas estaban ubicados geográficamente entre México,
Guatemala, Belice, El Salvador y Honduras. En esta diversidad de ambientes, los factores que
probablemente unieron a los mayas fueron su origen étnico y su idioma, esto fue lo que les permitió
mantener una fuerte interacción entre los distintos pueblos mayas y, por ende, una cultura
relativamente homogénea. Sin embargo, los mayas a pesar de su origen común no lograron
constituir una unidad política, sino que se distribuyeron en grandes estados independientes, aunque
interrelacionados. Es decir, que cada uno de ellos disponía de un gobierno propio, controlado por
una figura superior ya sea jefe, sacerdote o ‘halachuinic’ que traduce: el verdadero hombre. Otra
de las características de esta forma de gobierno fue la teocracia, es decir que los administradores
estatales coincidían con los líderes de la religión dominante y las políticas del gobierno estaban
muy influenciadas por la religión principal. Este poder político no estaba situado dentro de la
democracia, sino que el poder era heredado o transmitido de generación en generación. Otro
factor importante de mencionar es que, fue gracias a la diversidad que se proliferó en los estados
independientes que hoy en día reconocemos tantos estilos diferentes de esta misma civilización
fruto del gusto por la estética de cada uno de los grupos que mantenían el poder en cada estado.

Como sucede en la actualidad, los mayas también estaban organizados por una estratificación
social y su organización correspondía a una piramidal, en cuya cabeza figuraban las familias
dinásticas gobernantes; de estas familias provenían los reyes, sacerdotes, jefes locales,
especialistas en calendarios, escribanos y jefes guerreros. Más debajo de la pirámide, no
encontramos a la nobleza, en este grupo se encontraban los comerciantes, después seguía la clase
plebeya en donde se agrupan los trabajadores, comprendiendo a los agrícolas, artesanos,
cazadores y pescadores. Y en la parte inferior encontramos a los esclavos, quienes podían ser
prisioneros de guerra y los delincuentes no condenados a muerte.

En cuanto al arte y la arquitectura, los mayas dominaron a la perfección la técnica de la alfarería,


siendo capaces de elaborar magnificas cerámicas policromas. Además, tenían un increíble manejo
de las piedras, las cuales eran capaces de modelar generando imágenes a partir de la talla, las
famosas estelas, que son monolitos pétreos con imágenes de los gobernantes, estaban
acompañadas de inscripciones jeroglíficas que informaban sobre el nombre, títulos y hazañas de
esos personajes. Por otra parte, lograban de transportar colosales rocas a través de largos
trayectos con el fin de construir enormes templos y pirámides. Las pirámides, guardan en su
esencia un simbolismo que las conecta con las montañas. Es importante destacar, que los mayas
fueron una civilización con creencias religiosas muy arraigadas, se caracterizaron por ser
politeístas y por mantener un orden jerárquico entre sus deidades. Además, practicaban
impactantes rituales en donde se realizaban sacrificios humanos para entregarlos a los dioses y
ancestros, para de esta manera brindarles honor. Uno de los descubrimientos más importantes, y
que definitivamente nos ha acercado a su cultura y cosmovisión es el Popol Vuh, el cual fue
descubierto y traducido por un fraile dominico español, llamado Ximenez, en el siglo XVII. Es
gracias a este importante texto que hoy podemos conocer más a profundidad su cosmogonía
entendiendo sus niveles de creencias.

Como lo mencionamos en el primer párrafo, el imperio maya tuvo un colapso inminente que
conllevo a su desaparición, y aunque aún no se conocen las razones exactas que dieron lugar a
este suceso, sí se han realizado numerosos estudios que han tratado de explicar las posibles
causas del derrumbe de esta gran civilización. Muchas de esas causas están asociadas a factores
externos como los fenómenos naturales: el agotamiento del suelo provocado por el intenso cultivo
del maíz para alimentar a una gran población, la falta de agua y erosión, terremotos y huracanes.
Otros están asociados a factores internos como: las enfermedades, la demografía, la estructura
social que no pudo seguir sosteniéndose y la invasión de pueblos extranjeros. Lo cierto del caso
es que a pesar de su desaparición, el legado maya continua vigente a través de sus piezas de
alfarería, los colosales centros ceremoniales, los importantes avaneces matemáticos, los
sorprendentes calendarios, la escritura jeroglífica, la sabiduría recogida en los códices, y la
cosmogonía presente en manuscritos como el Popol Vuh. Su civilización termino pero sus
conocimientos aun nos permean y lo continuaran haciendo.

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