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montemarianos
Patrimonio Cultural Inmaterial
de los Montes de María, Bolívar
Adriana Molano Rojas
Coordinación
Editemos SAS
Edición de textos
ISBN
978-958-57267-1-0
Contenido
Presentación
Cultura: una apuesta por el desarrollo regional 9
Recorrido por el sentir de un pueblo 10
Nuestros enlaces municipales 12
Los Montes de María: el corazón de Bolívar 14
La identidad montemariana
Fogones de los Montes de María 19
La cura está en los Montes 25
El valor de la palabra en los Montes de María 28
El alma musical de los montemarianos 32
Diversidad municipal
Atlas cultural de la ZODES Montes de María, Bolívar 38
Córdoba 41
El Carmen de Bolívar 45
El Guamo 51
María La Baja 55
San Jacinto 59
San Juan Nepomuceno 65
Zambrano 71
Calendario de eventos de la región 76
Presentación
Cultura: una apuesta por el desarrollo regional
Nuestra identidad como bolivarenses está atada a la historia y alimentada por el desarrollo contempo-
ráneo. El conjunto de tradiciones, costumbres y formas particulares de interactuar con el entorno nos
caracterizan en la región y nos distinguen ante el país y el mundo.
Justamente ese reconocimiento de nuestra identidad es el mismo que nos permite decir con orgullo que
hacemos parte del gran departamento de Bolívar, rico por sus tierras fértiles, sus fuentes hídricas, su cul-
tura ancestral y su papel en la historia.
El Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) está constituido por las formas como la identidad se manifiesta
y nos es posible sentirla y vivirla. Desde la Gobernación de Bolívar estamos trabajando por la identifica-
ción, protección y visibilización de esas manifestaciones que nos hacen únicos, razón por la cual adelan-
tamos la Implementación del Sistema Nacional de Información Cultural y Levantamiento del Inventario
de Patrimonio Cultural Inmaterial en el Departamento de Bolívar, Zona de Desarrollo Económico y
Social (ZODES) Montes de María.
Los municipios de San Juan Nepomuceno, María La Baja, El Guamo, Córdoba, San Jacinto, El Carmen
de Bolívar y Zambrano fueron el epicentro de un trabajo sin precedentes en la región. Gracias a esta ini-
ciativa hoy podemos reconocer y valorar las diversas manifestaciones culturales que perviven a través de
sus habitantes y somos un modelo nacional en materia de Inventarios del PCI.
El presente libro hace parte de los resultados del proyecto y alberga en sus páginas la historia y los saberes
de los montemarianos, ofreciendo a todos los lectores una mirada hacia el interior de su cotidianidad y
su cultura.
Hoy más que nunca valoramos nuestros Montes de María. Las comunidades que habitan en ellos se
destacan por su sentido de pertenencia y compromiso frente a su territorio, por eso les damos el lugar
sobresaliente que merecen y las invitamos a ellas, y a todos los que tengan la oportunidad de conocerlas,
a sentir como propia esta región que nos da ejemplo por su cultura.
Alberto Bernal Jiménez
Gobernador de Bolívar
Presentación 9
Recorrido por el sentir de un pueblo
«Ley 1185 de 2008. Artículo 8. Patrimonio cultural inmaterial. El patrimonio cultural inmate-
rial está constituido, entre otros, por las manifestaciones, prácticas, usos, representaciones,
expresiones, conocimientos, técnicas y espacios culturales, que las comunidades y los grupos
reconocen como parte integrante de su patrimonio cultural. Este patrimonio genera sentimien-
tos de identidad y establece vínculos con la memoria colectiva. Es transmitido y recreado a
lo largo del tiempo en función de su entorno, su interacción con la naturaleza y su historia y
contribuye a promover el respeto de la diversidad cultural y la creatividad humana».
¡El Patrimonio Cultural cuenta! Esta premisa fue el mundo contemporáneo sin perder nuestra identi-
pilar del equipo de investigación del proyecto que en- dad.
marca esta publicación y cuyo trabajo se desarrolló en
los Montes de María de Bolívar, recorriendo cada uno El Patrimonio Cultural Inmaterial incluye una serie
de los municipios que lo conforman, y abriendo con su de componentes que desde su definición lo caracte-
paso cientos de baúles de historias. rizan y determinan su tratamiento:
El proyecto apoyado por el Ministerio de Cultura y la • Es colectivo, pertenece o identifica a una comuni-
Gobernación de Bolívar, tuvo como objetivo adelantar dad particular.
el proceso de Inventario del Patrimonio Cultural Inma-
terial (PCI) en la ZODES Montes de María para su pos- • Se transmite de generación en generación como
terior inclusión en el Sistema Nacional de Información un legado o parte de la memoria colectiva.
Cultural (SINIC), dotando a la región de herramientas
que orientan la adecuada identificación, apropiación y • Tiene un valor simbólico derivado de su signifi-
salvaguardia de sus manifestaciones culturales. cado social y de su función como referente de tradi-
ción e identidad.
Los principios rectores para el inventario del PCI están
dados desde la Ley General de Cultura y la Conven- • Es dinámico, pese a estar afirmado en la identi-
ción para la Salvaguardia convocada por la UNESCO dad y tradición de los pueblos, cambia, se recrea en
en el año 2003. Los fundamentos de su ejecución están el tiempo y adquiere particularidades regionales y
atados a la necesidad nacional de reconocernos desde locales.
lo local para fortalecernos y enfrentar los desafíos del
• Cohesiona a la sociedad, generando unidad en rela- La iniciativa permitió que de forma conjunta entre el
ción con su significado. equipo de investigación y las comunidades se cons-
truyera un inventario que contiene las manifestacio-
El inventario del PCI equivale a la identificación, de nes representativas de cada población, contando en el
manera clasificada y sistemática, de las expresiones de equipo de trabajo con el apoyo adicional de Enlaces
la cultura inmaterial con información documentada a Municipales que sirvieron de soporte en la producción
través de fuentes primarias y secundarias. Así, fue nece- y desarrollo del proceso.
sario que el equipo de investigadores no solo recorriera
el territorio sino que también generara vínculos con la Los contenidos de esta publicación se derivan de la
comunidad y con los portadores de cada tradición para ejecución piloto de esa nueva herramienta, constitu-
recopilar la información pertinente. yendo una primera aproximación hacia una forma con-
sensuada y crítica frente al manejo del PCI en el país.
El Ministerio de Cultura utilizó el Proceso de Identi- La metodología completa y los resultados detallados se
ficación y Recomendaciones de Salvaguardia (PIRS) encuentran registrados en el Informe de Investigación
hasta el año 2010 como mecanismo para desarrollar los que reposa en los archivos de las instituciones vincu-
inventarios de PCI en el país. A partir de los resultados ladas con el desarrollo de este proceso, y circulan en
obtenidos con esa metodología el Ministerio propuso material multimedia que busca facilitar la tarea de los
en 2011 a los investigadores y gestores del país el dise- gestores y las instituciones locales para que las comuni-
ño de una nueva herramienta que permitiera la recupe- dades pongan en valor su patrimonio, comprendan su
ración y sistematización de la información acercándose importancia y vivan su identidad a través de la cultura.
a una visión más amplia de la cultura nacional.
Presentación 11
Nuestros enlaces municipales
Francisco Osorio (San Juan Nepomuceno), Andrés Paternina (María La Baja), Mercedes Barraza (San Jacinto), Gustavo
Cardona (El Guamo), Raimundo Lascarro (El Carmen de Bolívar), Ramiro Meza (Zambrano). Al frente: Octaviano Jaraba
(Córdoba)
El aporte de las comunidades es decisivo para adelantar Gestores comprometidos con la recuperación y el for-
un proceso de Inventario del PCI que refleje sus sabe- talecimiento de la cultura de sus municipios fueron los
res, tradiciones y cotidianidad. En nombre de ellas, los elegidos para acompañar este proceso. Así mismo, las
Enlaces Municipales que participaron en el desarrollo instituciones locales, los representantes de las comuni-
del proyecto apoyaron en la logística y la identificación dades, los docentes y en general todos los interesados
de las manifestaciones locales y sus portadores, aunque en la cultura fueron convocados y sus aportes abrieron
sin duda alguna su mayor aporte fue el acercar al equi- las puertas para iniciar esta travesía por los caminos
po de investigación a las particularidades de la visión montemarianos.
de mundo de cada población.
Presentación 13
Los Montes de María: el corazón de Bolívar
Contexto histórico, económico y social
Bolívar es una región cargada de historia y tradición. En su aspecto físico, Bolívar está constituido por tierras
Cartagena fue una de las capitales del Caribe neogra- bajas y planas, pero parte del territorio se encuentra en-
nadino —actualmente lo es del departamento—, y marcado por las estribaciones de las cordilleras central
hoy es reconocida como Patrimonio de la Humanidad. y occidental. En la parte norte sobresalen las colinas
Esta urbe y los distintos municipios que hacen parte de bajas de las serranías de los Montes de María, y por el
Bolívar son una mezcla entre la historia afro e indígena, extremo sur se encuentra la serranía de San Lucas, una
las costumbres de antaño y el desarrollo derivado del formación húmeda que acompaña el margen izquierdo
comercio, que dan como resultado una cultura rica y del río Cauca.
diversa.
Al igual que los demás departamentos del país, Bolívar
El departamento de Bolívar está ubicado en la región presenta características físicas, económicas y culturales
noroccidental del país. Es uno de los siete departamen- particulares a lo largo de su territorio, que enmarcan a
tos que conforma la Costa Caribe continental y com- las distintas poblaciones y de manera natural dividen el
prende una importante extensión de su llanura central a territorio, hecho que llevó a la conformación adminis-
lo largo del río Magdalena. Con un área total de 25.975 trativa de las Zonas de Desarrollo Económico y Social
km2, representa el 20 por ciento de la Costa Caribe y (ZODES).
el 2,3 por ciento del territorio colombiano, siendo el
departamento de mayor tamaño de la zona y el séptimo La ZODES Montes de María se localiza en el corazón
en el contexto nacional. Lo conforman cuarenta y cin- del departamento de Bolívar, limitando al norte con
co municipios y limita por el norte con el Mar Caribe la ZODES Dique, al sur con la ZODES Mojana; al
y con el departamento del Atlántico, por el oeste con oriente a través del río Magdalena, con el departamen-
Sucre, Córdoba y Antioquia, por el sur con Antioquia, to del Magdalena, y al occidente con el departamento
y por el este con Santander, Cesar y Magdalena. de Sucre. Con este último integra la región natural de
Los Montes de María gozan de suelos fértiles, distritos Los malibúes eran reconocidos por su trabajo en pie-
de riego y vocación agroindustrial, ganadera, forestal y dra. No solo la pulían y tallaban para fabricar utensilios
artesanal, que fomentan su desarrollo. En años recien- y decoraciones, sino que también la usaban como me-
tes se ha venido desarrollando un importante complejo dio de comunicación al grabar en ella petroglifos que
agroindustrial de palma de aceite. La práctica de inicia- aún hoy se pueden visitar en los espacios rurales de San
tivas de agroexportación de productos para el resto del Jacinto y San Juan Nepomuceno.
departamento y las regiones vecinas, así como hacia Hoy, en el municipio de San Jacinto, existe el Museo
destinos nacionales e internacionales, ha llevado a la Etnoarqueológico de los Montes de María, que ilustra
ZODES a posicionarse como abastecedora de la zona. con sus piezas la existencia de los pueblos indígenas y
la herencia que pervive en los habitantes actuales de la
Atravesada por la troncal de Occidente y articulada a región.
la troncal del Magdalena Medio, los Montes de María
son territorio de paso obligado para los comerciantes y El proceso colonizador en los Montes de María está
turistas que se dirigen desde el centro del país hacia la ligado a la exploración fluvial del territorio nacional.
Costa Caribe, convirtiéndolos en punto de referencia Luego de fundada Cartagena, la vía de comunicación
vial, económica y cultural. más accesible, aunque no por ello la menos complica-
Presentación 15
da, era el río Magdalena. Los conquistadores españoles
siguieron el cauce del río, algunos navegando y otros
atravesando el territorio montañoso, generando la
consecuente fundación de poblaciones sobre los asen-
tamientos indígenas de la época.
El sabor de los Montes de María es a la vez suculento Desde el maíz hasta los aguacates hacen parte de la die-
y discreto. Probar los platos característicos de cada po- ta básica de los montemarianos. Desde las Chepacori-
blación es una experiencia que sumerge al paladar en nas hasta los dulces de carambola están en el imagina-
una arqueología del gusto: el fin es identificar las par- rio de la región. La comida es como una historia, en ella
ticularidades que hacen tan especial a la comida de la hay una trama y un desenlace. Cada golpe al gusto tiene
zona. dentro de sí el peso de la tradición.
Nada más significativo para el estómago y el corazón El comino, los ajíes y el tomate. El ñame, la yuca y el
que ser invitado al patio de una casa cualquiera en maíz. La res, el cerdo, la gallina y el bocachico. El juego
Zambrano, El Carmen, San Juan Nepomuceno u otro diario en las cocinas locales termina empatado entre
de los municipios montemarianos para conversar al rit- los ingredientes y quienes experimentan con prepara-
mo del hervor. ciones que se han cocido desde siempre.
La tradición culinaria de los Montes de María es reflejo La tierra fértil de la región provee las despensas loca-
vivo de la historia regional. Sus raíces datan de la época les con diversidad de productos. Esta riqueza agríco-
prehispánica, del mestizaje entre indio, blanco y africa- la y cultural se traduce en la gastronomía de la región,
no que se dio en la región durante la Colonia y de cómo que en muchas preparaciones es compartida por los
sus pobladores aprovechan los frutos de las montañas, pueblos de lo que fue durante el siglo XIX el Bolívar
ciénagas y ríos. Grande, aquel formado por Sucre, Atlántico, Córdoba
Cocina tradicional 19
y Bolívar, pero que en la zona de los Montes de María
asume características propias que le dan un matiz espe-
cial a estas recetas.
Nadie sabe por qué enviudó, nadie sabe por qué es ella y
no él, pero lo que todos sí saben es lo gustosa que resulta
la combinación de hervir conjuntamente un bocachico con
tubérculos y vegetales propios de la región.
La viuda de bocachico es una sorpresa a los ojos y al paladar. Se prepara preferiblemente en fogón de leña, hirvien-
do al mismo tiempo los pescados abiertos por la mitad junto a vegetales como zanahoria y pimentón, acompaña-
do todo por yuca, ñame y plátano cocido.
Al verla servida la viuda parece engalanada. Con los vegetales sobrepuestos y los tubérculos a su lado, ella es pro-
tagonista central de un almuerzo o una cena envidiable. Acompañada de ají con suero, el plato es todo lo que se
espera de años de tradición culinaria.
Con solo describir el plato se entiende la mezcla de En San Jacinto y San Juan la sopa suele
ansiedad por probarlo y de preocupación por no saber acompañarse con arroz blanco. El ají no
si el estómago aguantará para comer todo lo servido. puede faltar y si todo está servido en una to-
El sancocho trifásico es tradicional en los Montes de tuma mucho mejor. Después de perder la ti-
María. midez causada por el tamaño del plato, para
los amantes de las carnes ésta es una forma
Una sopa surgida del hervor conjunto del ñame, yuca, ideal de consumirlas todas en una prepara-
plátano, ahuyama, mazorca, verduras varias y tres varie- ción que realza el sabor de cada una a la vez
dades de carne produce tanto gusto como lo coloquial que impregna a las demás con un toque del
de su nombre. El trifásico viene de la mezcla de carne sabor propio.
de res salada, cerdo en trozos y presas de gallina criolla,
todo servido en un mismo plato, por persona.
Cocina tradicional 23
Francisca Carmona, productora de dulces tradicionales, María La Baja. Vilma Canoles, productora de galletas María Luisa, San Juan Nepomuceno.
Dulces de la montaña
Por fortuna para todos los montemarianos existe el azúcar, y para orgullo de todos ellos existen mujeres capaces
de transformarla en exquisitos bocados que endulzan la vida de las poblaciones.
Los dulces de la región son en apariencia tan sencillos como mezclar leche y azúcar hasta que espese y se forme el
típico dulce de leche. Así, cambiando la leche por ñame, coco, guandul, mango, papaya o casi cualquier otro fruto
de la zona se preparan los más deliciosos postres locales.
Las cocadas de María La Baja son reconocidas por su sabor. Cortadas en pequeños trozos son la delicia de los
pequeños al salir de la escuela. En El Guamo es imperdonable no probar el dulce de carambola que hasta en su
himno tiene lugar.
Los amasijos también son parte fundamental de la dieta y la tradición regional. Con solo mencionar dos nombres
se evocan sus sabores, colores y texturas. La galleta Chepacorina de El Carmen de Bolívar y las María Luisas de
San Juan Nepomuceno son las acompañantes ideales de un jugo preparado en las fruteras locales y hoy llevan en
ellas no solo harina y huevos, sino también la historia de las comunidades que se las han apropiado como muestra
de su identidad.
Medicina tradicional 25
la ponzoña. El tabardillo, o enrojecimiento de los ojos, El mal de ojo es una enfermedad catalogada como so-
es un signo preocupante, indica que el paciente está en- ciocultural, inflingida por una persona capaz de trans-
trando en crisis y existe el riesgo de que tenga hemorra- mutar la fuerza de su mirada en un maleficio contra su
gias internas y sangre por la boca y los oídos. víctima. Asociada generalmente a envidias nadie está
exento de su influjo, desde recién nacidos hasta hom-
En los Montes abundan los animales ponzoñosos: ma- bres adultos pueden padecerla.
pana prieta, mapana cobaesapo, patopo, patoquilla,
cascabel, coyas o arañas velludas, gusanos, alacranes, Los españoles llamaban «fascinación» al malestar y es
rayas y ciempiés. Por fortuna, la misma tierra que aloja posible que al sumarse a la tradición indígena y afro-
a estos animales permite que broten plantas con pro- descendiente de la región, la enfermedad se haya trans-
piedades curativas que contrarrestan sus efectos como formado hasta convertirse en el mal de ojo que hoy los
el malambo, la melliza blanca, el platanito guisado o la curanderos de la zona tratan con baños y riegos.
matandrea.
La tradición señala que quien tiene la capacidad de
La habilidad del médico tradicional se mide al momen- transmitir el mal de ojo no es consciente de ello, pero
to de tratar no solo humanos sino animales de finca aún así con su mirada puede condenar a alguien a estar
mordidos en el campo. Al igual que con los hombres, embebido en su propia mente, a perder peso sin expli-
el curandero debe identificar los lugares donde se pre- cación o incluso a que se le «reviente la hiel», último
senta coagulación e hinchazón y salvarlos con sus fór- caso frecuente en los pequeños recién nacidos.
mulas.
El curandero de todas las culturas ha estado vinculado
Antaño el médico tradicional era tan consultado como a lo religioso y lo divino. Hasta hoy, quienes practican
el servicio alopático actual. Las listas de fórmulas co- la medicina tradicional refieren el poder de Dios al ha-
nocidas e impartidas por él eran casi tan extensas como berlos elegido para ejercer su oficio. Gracias a ese vín-
el plan de salud vigente. El cólico de los bebés o las culo con lo sagrado, los curanderos están en capacidad
mujeres, los espasmos estomacales, los tendones reco- de tratar los males del cuerpo y del alma.
gidos o la conjuntivitis eran tratadas con igual dedica-
ción que los tumores o los problemas renales. En el caso del mal de ojo, el tratamiento incluye pren-
das de vestir rojas, baños de hierbas mezcladas, rezos
Pomadas, baños, tomas y tintes con ron en los que se con oraciones secretas y el consumo frecuente de agua
hierven distintas plantas suelen ser las fórmulas proce- de arroz para evitar que la enfermedad avance en el
sadas y entregadas por el sanador local. Los pacientes le cuerpo del doliente.
confían su vida y el campesino que tiene la capacidad
de curar debe poner todo de sí para salvar al vecino y Distinta a la magia y la brujería, la medicina tradicio-
compañero de las jornadas diarias. nal ofrece ayuda a quienes padecen una enfermedad.
Aún en la actualidad muchos habitantes de María La
Baja, El Guamo, y en general todas las poblaciones de
Los males del alma los Montes, recurren a los médicos tradicionales para
sobrellevar y sanar sus males, poniendo toda su fe en
la sabiduría ancestral que reposa en las fórmulas de los
Además de las dolencias físicas, los habitantes de las curanderos.
poblaciones montemarianas y en general del territorio
nacional, padecen extrañas enfermedades que no enca-
jan con el patrón de contagio ni de sintomatología de la
medicina occidental y que sin embargo están presentes
y son temidas por la población.
Tradición oral 29
Espantos, apariciones y encantos
Es habitual escuchar cómo los pobladores de los dis- Caribe, en los Montes de María gozan de sus propias
tintos municipios en los Montes de María bolivarenses versiones sucedidas a personajes de la población.
hacen alusión a fuerzas sobrenaturales que coexisten
en el territorio. Objetos de respeto y temor, la tradición Atadas a estas leyendas se mantiene toda una tradición
oral ha construido relatos completos sobre la actuación de brujas, de las cuales se conoce su actividad y su ofi-
de ciertos personajes a quienes se les atribuyen oscuras cio pero no se logra identificar con claridad su origen.
desgracias locales. Gracias a los relatos, son temidas por las comunidades
y todos evitan actuar en contra de lo popularmente
El río que atraviesa las poblaciones es fuente de ali- asociado con los intereses de las brujas para no conver-
mentos y también de historias mitológicas donde per- tirse en receptores de sus maleficios.
sonajes como El Mohán hacen de las suyas en contra
de los desprevenidos transeúntes Además de identificar a los espantos de la región, la tra-
dición popular también ha establecido los contras para
El Mohán es uno de los seres más temidos en la región. ellos. Una de las opciones más conocidas para rescatar
Los oriundos de las riberas, especialmente mujeres, a una víctima de El Mohán o El Encanto es la presen-
evitan permanecer a solas en las orillas de los ríos para cia de los padrinos de bautismo de la víctima, quienes
prevenir que el tosco personaje las rapte y las lleve a sus piden que sea devuelta. Generalmente aparecen los
cuevas. cadáveres y las comunidades atribuyen la muerte a la
presencia sobrenatural.
Es probable que uno de los relatos más significativos de
la tradición oral de la región sea la leyenda del Encanto La tradición oral ha conseguido engrandecer a los hé-
del Peñón cuyo asiento está en la población de Zam- roes y hacer más temidos a los espantos. El simple he-
brano. La historia narra cómo una princesa indígena cho de escuchar las historias reafirmadas sistemática-
fue ultrajada por un conquistador español y luego, por mente por los miembros de un grupo hace dudar hasta
la deshonra que su comunidad sufrió, fue condenada al más incrédulo sobre su existencia.
a morir de sed. El Encanto, como es conocida la apari-
ción, busca el amor de los hombres jóvenes y termina
por ahogar a los incautos que se atreven a entrar en sus
aguas.
Ritmos tradicionales 33
Luis Alfonso Valencia, tambolero desde los cinco años, toca el tambor alegre, acompañado por un joven de María La Baja.
Aires de acordeón
El acordeón entró al país por la Costa Caribe y en ella se quedó para escoltar con sus aires la cotidianidad mon-
temariana. La música de acordeón es significativa para toda la región, y los viejos intérpretes transmiten en sus
sonidos historias comunes para todas las poblaciones.
Sentados a la sombra de un árbol de guamo, justamente en la población que lleva el mismo nombre, se puede
encontrar acordeoneros mayores y jóvenes, que desatan sus pasiones contra las teclas de su instrumento.
El Guamo, María La Baja, San Juan Nepomuceno y otros montemarianos comparten el gusto por esta música.
Los paseos, merengues, puyas y sones al ritmo del acordeón, la guacharaca y la caja, verseados por sus propios
compositores y compartidos en parrandas, hacen las delicias de los amigos convocados por el sonido que el viento
enaltece.
Con letras cargadas de sentimientos, el amor, la alegría, la tristeza y hasta la burla encuentran un espacio en los
versos que entonan las agrupaciones. No hay día en que se pueda vivir sin el acordeón. Por las calles de cualquier
población se escuchan sus sonidos transmitidos por la radio o filtrados desde los patios traseros de las casas, don-
de con la brisa fresca de la tarde los juglares cantan.
La tierra del cacique Tetón alberga hoy un municipio ter. Tal vez de ahí surgió parte de la idea de los «indios
concentrado en la actividad agrícola y ganadera. Fun- mansos» que hoy son caracterizados en una danza.
dado en 1750 bajo el nombre de San Pablo de Tetón,
en homenaje al indígena malibú que gobernaba sobre «(La danza de) “Los indios mansos” represen-
las tierras, en 1756 fue refundado por el conquistador ta cómo los indios enamorados se ganaban a
de la zona, Antonio de la Torre y Miranda. la india, tenían que disputársela en un baile
(…) era un baile muy forzado que terminaba
cuando uno de los dos se cansaba»
La población surgió gracias al brazo fluvial que la co-
Elisa Ahumada Escobar, portadora de la tradición.
necta con el río Magdalena. La ciénaga le aporta tierras
fértiles y pastos adecuados para el alimento del ganado
cebú y pardo suizo. El baile es compartido por hombres y mujeres atavia-
dos con lo más exquisito y colorido de los atuendos
En 1908 el nombre del municipio cambió por el de rituales indígenas. Los petos decorados, los tocados y
Córdoba en honor al patriota vencedor en la batalla de otros accesorios complementan la imagen de poderío
Tenerife: José María Córdoba. de los hombres que luchan por el amor de la Cacica.
Durante el siglo XX la población se consolida como La danza está arraigada en los saberes de la comunidad.
zona agrícola, y la producción de ajonjolí se vuelve vital Las mujeres mayores y los niños más pequeños reco-
para la economía local. Un recorrido por el municipio, nocen la manifestación y aprenden sus movimientos
su malecón y su plaza central es una experiencia inva- para no dejarla perder.
dida por el sol abrasador y la quietud de una población
sobreviviente del conflicto armado. Los bailarines, organizados en dos filas, forman parejas
lideradas por una Cacica y una Capitana, mantienen
Observar la bandera de Córdoba es echar una mirada un paso «saltado» de rutina con el ritmo de tambo-
a las tradiciones del municipio. Un pez representa la res y semilleros. La comparsa se apodera de las calles
actividad de la que aún hoy viven algunos de sus habi- del municipio y se mueve formando marchas, rondas, y
tantes, así como la marcada influencia de este animal puentes que junto al vestuario impactan al público que
en la cocina local. Una rama de algodón simboliza la los acompaña durante todo el camino, especialmente
producción de esta materia prima; y la hoja de tabaco en época de carnaval.
une económica y culturalmente a todos los municipios
de los Montes de María.
Córdoba 41
Semillas de tradición
Atada a la historia del municipio está la existencia del cacique Tetón, el dirigente que logró un encuentro entre la
visión de mundo indígena y los intereses del español conquistador, consiguiendo que su pueblo permaneciera en
el territorio y su nombre perviviera hasta hoy.
En su honor, durante el mes de noviembre, el municipio de Córdoba se engalana para el Festival Nacional Folcló-
rico y Cultural Cacique Tetón, espacio de integración entre los distintos grupos de danzas del país.
El Festival propicia la presentación de grupos de diversas regiones de Colombia, y genera espacios de interacción
entre éstos y los habitantes del municipio, logrando que la comunidad reconozca el valor de la tradición dancística
local al ponerla en paralelo frente a las expresiones invitadas.
La danza de los Indios Mansos es protagonista central del Festival y no hay quien al verla por primera vez no sien-
ta la emoción de la resurrección del cacique al que le deben el orgullo de ser «tetoneros».
La población de El Carmen de Bolívar está ubicada a luchando a favor del ejército bolivariano, El Carmen
tres horas de Cartagena, bajando por la troncal de Oc- recibió el título de «Villa Meritoria». Con el paso del
cidente que une la Costa Caribe con el interior del país. tiempo y gracias a su potencial agrícola, se consolidó
Durante el recorrido se atraviesan todos los Montes de y para principios del siglo XX ya era conocida bajo el
María bolivarenses y se percibe el cambio entre la so- nombre de «El Carmen de Bolívar».
ciedad costera y la vida en las montañas y riberas.
El Carmen se distingue como un municipio montema-
La historia de El Carmen se inicia con el recorrido que riano, sin embargo comparte condiciones geográficas y
Pedro y Alonso de Heredia realizaron por el territorio de identidad cultural con las llamadas sabanas del viejo
en 1534. La región estaba habitada por indígenas Ma- Bolívar, relacionandolo poderosamente con munici-
libúes y desde entonces era centro de comercio con la pios como Sincelejo, Corozal y Los Palmitos, no solo
nación Zenú. Alfonso de Heredia fundó la Villa de Ma- por razones de vecindad sino de conexiones comercia-
ría La Alta, pero para 1610 solo quedaba el nombre de les, en la medida que también es sede de un muy movi-
la población. do comercio y sirve de punto de reparto para quienes
van hacia los departamentos de Sucre, Magdalena y el
Durante la colonia, la zona montañosa, de difícil acce- Sur de Bolívar.
so, aunque con fuentes hídricas y tierras cultivables, se
convirtió en la tierra anhelada por las personas libres Cercano al río Magdalena, fuerte en tradiciones y valo-
que buscaban alejarse del poderío de la corona españo- res, se le reconoce por grandes proyectos
la y creaban asentamientos en el territorio. comerciales a partir de su agricultura,
se contabiliza su periodo de bonan-
En 1776, Antonio de la Torre y Miranda, comisiona- za a mediados del siglo XIX gracias
do por el Gobernador de la Provincia de Cartagena, a las tabacaleras asentadas en su
fundó oficialmente la población de Nuestra Señora del suelo; así como en épocas actua-
Carmen, reuniendo a todos los habitantes de la zona les el creciente comercio de pro-
alrededor de una capilla recién construida. ductos agrícolas, del que sobresa-
le el aguacate. Producción que le
Luego de participar en las batallas independentistas ha dado una connotación regional
El Carmen de Bolívar 45
como importante eje del comercio y que determina el particular atraparon el gusto de los pobladores.
menú y el gusto de los carmeros.
Josefa le enseñó la receta a su empleada Zaida Núñez
La historia reciente de El Carmen está inmersa dentro Piña, esposa de Francisco Díaz, con quien decidió in-
del conflicto armado que ha azotado la región mon- dependizarse y fundar su propio negocio. Zaida regresó
temariana en las últimas décadas, la cual está siendo a Barranquilla, pero Francisco, tras la muerte de Josefa
superada gracias a la tenacidad de su gente y su fuerte Corina, abrió su propio negocio y continuó ofreciendo
vocación de paz. La comunidad carmera como estrate- galletas según la receta aprendida: las chepacorinas.
gia para superar la violencia se ha agrupado alrededor
de procesos organizativos y comunitarios, lo que ha Hasta hoy la receta original no ha sufrido transfor-
traído consigo el fortalecimiento de la sociedad civil y maciones, aunque otros pobladores del municipio
las apuestas por emprendimientos y por la reactivación han materializado versiones propias de la galleta que
del comercio. comercializan bajo el mismo nombre. Francisco Díaz
decidió hace pocos años marcar sus galletas para iden-
Recorrer hoy el municipio es atravesar distintas reali- tificarlas frente a la competencia. Las letras CH sobre la
dades. Su parque central es imponente y la iglesia con- galleta son un sello de calidad y tradición.
sagrada a la Virgen del Carmen rige los destinos de la
población. Los aguacates, producidos en la zona, apor- La galleta Chepacorina hace parte de la vida cotidiana
tan los mayores ingresos mediante su comercialización del carmero. Al desayuno, las onces o la cena, las galle-
y acompañan las comidas tradicionales de la región. tas son imprescindibles en la dieta de El Carmen. En
el parque central y la carretera principal, locales y vi-
El porro y la música de gaitas permanecen como soni- sitantes son acosados por los vendedores de amasijos
dos de fondo durante los recorridos, y en cada esquina que ofrecen la tradicional galleta como un símbolo de
se encuentran puntos de venta de los amasijos que de- El Carmen de Bolívar.
leitan e identifican a los carmeros.
Chepacorina,
mucho más que una galleta
Doblando y fumando
El gusto por el sabor amargo del tabaco viene de los ancestrales pobladores de los
Montes de María. Algunas mujeres conservan el oficio y venden al por menor y por
encargo los tabacos que doblan durante las tardes de ocio en sus patios.
Algunas aún doblan para vender, otras doblan para fumar y compartir con sus cono-
cidos y amigos una bocanada del humo que carga el aire de El Carmen.
El Carmen de Bolívar 47
La Virgen del Carmen, religiosidad y fiesta popular
El 16 de julio de cada año se celebra la fiesta de la Vir- avanza en la tarde por el Barrio Arriba, acompañada de
gen del Carmen, patrona del municipio y protectora de los transportadores y los fieles que agradecen los favo-
los transportadores. La imagen de la Virgen, tallada en res recibidos y los que imploran por un milagro. El día
madera en el Taller la Viuda de Raizá de Sevilla, España, siguiente se repite la celebración con destino al Barrio
fue un encargo especial del párroco de la población. Abajo.
La imagen tiene la particularidad de no llevar al niño Los votos y promesas a la Virgen son recurrentes. Car-
en brazos, sino que éste, en una muestra de sincretismo gar la imagen es todo un honor y los penitentes tiene
entre los íconos religiosos, se asemeja a la imagen del por costumbre cumplir el recorrido descalzos o cami-
Divino Niño de Praga, parado sobre el globo terráqueo nando de espaldas sin perder la mirada de la imagen,
y tomado del brazo de su madre. para que la Virgen los recubra con sus bendiciones. Es
habitual encontrar personas semejando el atuendo de
La celebración combina con igual fuerza la religiosidad la imagen y otros vestidos de ángeles o portando vela-
y la fiesta popular. En la primera destacan las novenas doras blancas que iluminan el recorrido.
y procesiones; en la segunda, la música y el juego se
apoderan de las calles inundadas por locales y visitan- En la noche, el espíritu festivo se apodera de la pobla-
tes fervorosos de la patrona. ción y la música de gaitas y porros no se hace esperar.
Bajo su compás se canta y se baila, pero también hay
Las novenas a la Virgen se rezan durante los nueve días quienes se dedican a los juegos tradicionales como la
previos a la fiesta, organizadas por los barrios adonde «bola de candela».
se transporta la imagen religiosa para ser venerada. La
noche del 15 de julio la serenata se dedica a la santi- En el marco de la fiesta se realizan actos culturales, de-
dad, liderada por grupos musicales y folclóricos de la portivos, folclóricos, gastronómicos, dancísticos, mu-
región. sicales y de juego que sirven de escenario para el en-
cuentro, la convivencia y el disfrute.
El 16 de julio desde el amanecer la comunidad se reúne
en una alborada musical. La procesión de la imagen
Mientras el centro del municipio cuenta con grandes casonas con diseños arquitectónicos inspirados en el Art
Deco, los sectores periféricos de la población, y muchos otros de la región de Montes de María, están constituidos
por casas de habitación levantadas con bahareque y arcilla.
Sin ser un oficio tradicionalmente femenino, algunas mujeres se han dado a la tarea de arreglar sus viviendas en la
medida que sus capacidades económicas se lo permiten. Así, surge la técnica de los alisados de piso.
Los pisos de tierra son comunes y bien conocidas son las dificultades asociadas a su mantenimiento. Las mujeres
compactan la tierra cernida de sus casas y la alisan con la palma de sus manos hasta crear pisos de textura y dureza
similares a los de cemento.
Los alisados o «batidos» consisten en tomar tierra, ya sea de la misma casa o de la calle, cernirla en un tamiz y
remojarla para luego esparcirla con la mano en movimientos circulares hasta que quede uniforme sobre el suelo.
En algunos municipios le agregan ceniza o excremento de vaca fresco para evitar que el suelo arcilloso y su capa
lisa se quebranten por el calor o a la humedad.
La técnica también es utilizada para emparejar las paredes y fachadas de las viviendas.
El Carmen de Bolívar 49
50 Por los caminos montemarianos
El Guamo
Rincón de paz, refugio del río Magdalena y voz de los Montes de María
«Tus hijos han vuelto llenos de jolgorio, algo importante en tu gastro-
nomía bollito de batata, queso y carambola, ni la violencia esto extin-
guiría, son viejas costumbres que todos añoran, tu lomita de Semana
Santa, Farotas y cantos de Pajarito de mi terruño la semblanza.
Todo esto llevo en mí, pueblo bonito, aquí en los Montes de María voy
a gritar duro que te quiero, que no hay tierra como la mía, orgullo de
todos los guameros»
Himno de El Guamo
Fundado en 1750 por Matías Serrano, habitante origi- Mujeres, hombres y farotas
nario del vecino municipio de San Juan Nepomuceno,
quien se trasladó al territorio que hoy ocupa la cabe- Trece hombres se organizan en dos filas de seis, lidera-
cera municipal, El Guamo hizo parte hasta 1857 del dos por uno que porta un fuete como bastón de mando
sexto cantón de Corozal, cuando pasó a la jurisdicción durante la representación. La danza empieza al son de
del distrito de Cartagena adjuntándole el territorio de un tambor, una tambora de dos parches y la flauta de
Nervití y San Agustín. millo.
Pese a la oficialidad de la versión anterior, existen rela- Ellos bailan la Danza de las Farotas, cuya particulari-
tos que reseñan cómo los indígenas Guabianos habita- dad es que la interpretan hombres vestidos de mujeres.
ron el territorio desde el periodo prehispánico, luego El baile representa la venganza de los indígenas Faro-
de llegar a la zona atravesando el río Magdalena. tos, habitantes del territorio montemariano, contra los
españoles que abusaban de sus mujeres.
El Guamo, además de distinguirse con el nombre de
un árbol que crece en las márgenes de los arroyos, es La danza puede ras-
una población cálida, fuente hídrica de la región, con trearse desde el siglo
tradición de cría de ganado y cantos de vaquería que XIX y en temporada
acompañan a los hombres durante sus jornadas por los carnavalesca aparece
Montes. como remembran-
za de la fortaleza de
Las montañas hacen parte de la geografía del munici- los locales contra las
pio. Gracias a ellas existe una gran diversidad de zonas injusticias de los co-
de cultivo y nacen arroyos que desembocan en el río lonizadores. La Caci-
Magdalena, cuyo cauce bordea el costado oriental de ca, identificada por el
la población. fuete, guía al ejército
que a través de los mo-
Al igual que los otros municipios que conforman los vimientos de la danza
Montes de María, El Guamo fue víctima en las últimas protege su honor y re-
décadas del conflicto armado, lo que causó desplaza- sulta vencedor lleván-
mientos forzosos y pérdida de las tierras. A pesar de dose como trofeo el
ello, los guameros mantienen su fe en la tierra y la culti- fervor, el entusiasmo
van con sus arados y sus cantos. y la apertura del Car-
naval.
Las décimas son manifestaciones del sentir campesino por excelencia. Con origen español, la poética de los ro-
manceros se transformó en cantos que los vaqueros y los agricultores componen y declaman con ritmo musical
durante sus jornadas de trabajo.
En El Guamo es habitual oír a los decimeros recitando versos durante sus conversaciones cotidianas, con lo que
reafirman la herencia cultural resultado del sincretismo entre españoles, indígenas y mestizos.
La música de acordeón es tradicional en todos los Montes de María. En El Guamo es habitual encontrarse, a la
sombra del árbol del mismo nombre, un grupo de amigos que conversan, versean, componen y terminan tocando
aires de acordeón.
Es apenas lógico que en este municipio se celebre el Festival de Acordeoneros y Compositores. Desde hace quin-
ce años el mes de agosto es el más esperado por los guameros, quienes se preparan para competir y para recibir a
los artistas invitados.
La plaza Aquileo Parra del municipio se engalana para los artistas, pero son los patios y terrazas de las casas don-
de hospedan a los músicos las que constituyen la verdadera celebración al ritmo de paseos, merengues, puyas y
sones.
El concurso se divide en dos categorías. La comercial premia la mejor ejecución del acordeón y la tradicional
reconoce el talento de los compositores haciendo énfasis especial en las letras alusivas al municipio.
El Festival abre en la mañana con una serenata que recorre las calles del pueblo, preparando los ánimos para que
en la noche los ganadores del año anterior puedan despedirse del público. El segundo día es de parranda animada
por los acordeoneros y las composiciones en competencia. El tercer día se cierra el evento con la premiación del
ganador y un concierto de música de acordeón.
El Guamo 53
54 Por los caminos montemarianos
María La Baja
Cantos del alma, fuego en la sangre y en las cocinas
Ciénaga fértil, de gente alegre que baila al compás de cantos, músicas y bailes que evocan la anhelada y dis-
los tambores. Los datos sobre la fundación de la pobla- tante África.
ción no son claros, pero todos coinciden en que Alon-
so de Heredia pasó por allí hacia 1535, siendo el primer La población se dedica a la agricultura y la ganadería.
colonizador en llegar a las tierras del Arroyo Zaimo, ha- El cultivo de palma africana, maíz, yuca y plátano son
bitadas por indígenas. la base de la economía. Así mismo, la cría de ganado
vacuno y la pesca en la ciénaga de Maríalabaja aportan
La población tuvo que ser reubicada debido a las di- ingresos a la comunidad.
ficultades de comunicación y acceso. Los españoles
controlaron la zona bajo el sistema de haciendas, es- Los mariabajeros son tranquilos, asumen la vida con
clavizando a los afrodescendientes. En el siglo XVII, calma, conocen la importancia de aprovechar el tiem-
el capitán Antonio de la Torre y Miranda, reagrupó a po y lo distribuyen entre las tareas cotidianas y los en-
la comunidad y fundó la Villa de María, que luego se cuentros con amigos en las ruedas de bullerengue.
llamaría María La Baja, para diferenciarla de las tierras
altas de los Montes. Recorrer María La Baja es caminar por calles comunes
donde se sabe que ocurren sucesos extraordinarios. Re-
De tradición africana, los negros, una vez esclavos y conocidos por su tradición musical, los mariabajeros se
ahora habitantes libres de la población, derrocharon caracterizan por su espíritu multiplicador de saberes.
toda su cultura sobre María La Baja, invadiéndola con
María La Baja 55
Música del alma negra
alegre, hembra, son suficientes para que el ritmo del
bullerengue resuene en los patios de María La Baja.
«Vamos a hablar un poco de bullerengue. En-
tonces el bullerengue llegó aquí a María La En los cantos es habitual que los respondedores repi-
Baja desde África, por los negros africanos. tan un verso durante toda la interpretación. La cantao-
Cuando el bullerengue llegó aquí, se dice que ra abre la canción con una historia que da contexto al
llegó a los palenques. María La Baja era uno
verso central, llegado su momento, el coro empieza a
de esos palenques. El bullerengue se trans-
portó a través de los negros esclavos que tra-
responder generando un efecto hipnótico. El pregón
jeron los españoles. Ellos hacían unas ruedas, de la cantaora suele pisar el coro, es decir, iniciar sobre
se le llamaban ruedas de fandango. Las rue- las últimas sílabas de la frase entonada por el grupo.
das de fandango ellos las hacían en horas de
la noche como forma de escapar de la escla- Al igual que la mayoría de los ritmos del Caribe, el bu-
vitud. Nosotros acá hacemos bullerengue por llerengue permite la improvisación e incluso el duelo
el hecho de defender a los negros. Es algo de entre cantaoras. En una rueda de bullerengue, es nor-
nuestras raíces, de nosotros los negros» mal que varias mujeres compartan la voz líder y con so-
Luis Alfonso Valencia, tambolero.
nidos onomatopéyicos o lereos se roben entre ellas el
canto o se tomen el tiempo necesario para preparar sus
Conocer una cantaora de bullerengue es una experien- improvisaciones.
cia que transciende las fronteras culturales. La fuerza
de su voz es simplemente conmovedora. El dolor o Las ruedas de fandango son la forma tradicional de
la alegría que llenan sus cantos invaden el corazón de transmitir el bullerengue. En ellas, las cantaoras experi-
quien la escucha. Es difícil escapar del influjo que los mentadas y los tamboleros de mayor trayectoria, inter-
sonidos repetitivos causan en el cuerpo, haciéndolo vi- pretan sus cantos mientras los jóvenes de la comunidad
brar al compás dictado por las mujeres. aprenden de las técnicas ancestrales encarnadas en los
maestros vivos. Así mismo, las ruedas son el espacio
El ritmo nace del canto femenino. Durante la colonia, donde el cuerpo se libera y sigue los movimientos que
las mujeres tenían prohibido hacer música en presen- el tambor alegre le dicta.
cia masculina, así, entre ellas, cantaban y bailaban sus
alegrías y penas. En los palenques, los negros cimarro- Los movimientos de los bailadores no son frenéticos
nes incorporaron los tambores a los versos y surgió una como en otros ritmos de origen africano. En el bulle-
manifestación cultural que refleja la identidad del afro- rengue el cuerpo, especialmente los pies y la cadera, se
descendiente en la Costa Caribe. mueven lenta pero cadenciosamente de acuerdo con el
aire que esté sonando. Una de las características del bai-
El bullerengue es un baile cantado que en su estructura le, en particular de la chalupa, es la disputa del hombre
y narración conserva raíces africanas. Sus sonidos ase- contra el tambor por la mujer que danza. Ella, seducida
mejan los cantos fúnebres, aunque sus letras se refieren por la percusión baila para el tambor, mientras que su
a la vida cotidiana, al amor, la naturaleza y también a la parejo, baila a su alrededor llamando su atención. Así
muerte. mismo, hay pasos que hacen alusión al embarazo y el
parto.
Los grupos de bullerengue están conformados por una
voz entonadora, la cantaora, y un grupo de responde- El bullerengue sentado es el sonido más representativo.
dores, el coro, que va siguiendo el ritmo de la música Su canto incluye frases largas que permite a la cantaora
con las palmas, totumas y tablas. Los hombres entran jugar con las entonaciones y todos los recursos expresi-
en acción interpretando los tambores que acompañan vos que su voz le permita. El fandango de lengua tiene
a la cantaora. Un tambor llamador, macho, y un tambor como protagonista a las voces onomatopéyicas y faci-
María La Baja 57
58 Por los caminos montemarianos
San Jacinto
El municipio donde el sonido de las gaitas mece las hamacas
Al igual que hoy, el agua de consumo humano era re- El ocio, el aprovechamiento del tiempo libre y las
cogida de los arroyos y la lluvia. Gracias al ánimo de actividades lúdicas hacen parte de la tradición de
comerciar productos con Barranquilla se abrió una tro- los municipios. Así como en algunas poblaciones
cha desde donde sacar carga a partir de La Bodega de es habitual pasar el tiempo en sillas mecedoras ubi-
Jesús del Río hasta el Magdalena. cadas en las aceras de las calles, en otras es común
que la gente destine el tiempo para juegos como el
El tabaco y el algodón crecen silvestres en la zona. Con dominó y los naipes.
la apertura de la trocha se consiguió que un considera-
ble flujo de productos y personas se establecieran en En los Montes de María existe una tradición de
San Jacinto, atraídos por las oportunidades mercanti- rondas y juegos infantiles con los que sus habitan-
les. Así, alemanes y norteamericanos se asentaron en el tes se identifican. Los juegos no solo permiten el
territorio y fundaron ganaderías y curtiembres. desarrollo de habilidades y valores, constituyen un
mecanismo de la memoria para evocar la infancia y
Durante el siglo XX el municipio fue azotado por el con- los momentos felices del pasado.
flicto armado del país. Pese a ello, la vocación artística
de la población permaneció intacta e incluso vio cómo Juegos como Emiliano, chivito, la sortija, patilla va
un selecto grupo de sanjacinteros fue galardonado con joroba’, la gallina ciega y el arroz con leche hacen
el Premio Grammy Latino por sus interpretaciones de parte de la tradición cultural montemariana; y aún
gaita. hoy sus niños se divierten con ellas en las tardes
soleadas junto al río Magdalena.
San Jacinto 59
Tejiendo la historia
San Jacinto 61
De gaitas, Grammys y gaiteros El arte de las gaitas no está solo en interpretarlas, tam-
bién en fabricarlas. Maestros artesanos de San Jacinto
se han especializado en la producción de instrumentos
«Desde su fundación y hasta ahora, ha sido y también enseñan a sus hijos y discípulos cómo elabo-
un pueblo que ha parido músicos naturales rarlas e interpretarlas.
que despegan con una fuerza descomunal y
se hacen escuchar en el mundo entero; artis-
La música de gaitas está conformada por distintos rit-
tas casi analfabetos ejecutando su música que
es un lamento triste que les sale del fondo de
mos que varían en su interpretación, particularmente
su ser, pues cada sanjacintero lleva una gaita entre los grupos rurales y urbanos. Los primeros, atan
en los repliegues de su alma» los cantos de vaquería y las décimas a la música de gai-
Presentación oficial del municipio tas, dando como resultado composiciones rústicas y
sentidas sobre la vida en los Montes.
Abrir la puerta al mundo de las gaitas es como abrir la
puerta al corazón de los sanjacinteros. Las gaitas, su Existen distintos ritmos interpretados por los grupos
música, su baile y sus cantos, son todo un componente de gaitas. El más simple es la gaita misma, donde sobre-
cultural de la región de los Montes de María. En Bolí- sale el sonido de la gaita hembra y el tambor, sin incluir
var, el municipio de San Jacinto es reconocido por la cantos. El porro es cadencioso e incita a bailar. Su so-
fuerza con que la gaita está asentada. nido base es el tambor con resonancias que evocan el
bullerengue; incluye cantos y variada percusión.
La historia de la gaita empieza como la mayoría de las
tradiciones de la región, venida de los montes. Los in- La puya es el ritmo más rápido interpretado por la gai-
dígenas que poblaban la zona utilizaban la madera del ta. El golpe del tambor dicta la velocidad de los cantos
cardón, un árbol nativo, a manera de flautas con las que entonados. La cumbia, con destacadas interpretacio-
componían sonidos de uso cotidiano. nes, tiene una ejecución particular en los Montes de
María, siguiendo un ritmo melódico. Gracias al ritmo
Era común encontrar en San Jacinto, los días de mer- de cumbias, el grupo de “Los Gaiteros de San Jacinto”
cado, a indígenas provenientes de las montañas que fue reconocido en el año 2007 con el Premio Grammy
portaban sus instrumentos y eventualmente tocaban Latino en la categoría de Mejor Álbum Folclórico por
para deleitar a su audiencia mestiza, la misma que poco “Un fuego de sangre pura”.
a poco comprendió la lógica de la gaita y aprendió su
mística. Tenemos los instrumentos y los ritmos, nos faltan los
intérpretes y quien disfrute al compás de la música.
Un conjunto de gaitas está conformado por dos de Los gaiteros son artistas de nacimiento, la música corre
ellas, macho y hembra, diferenciadas por el número de por sus venas y el sonido fluye por sus manos. Tocar un
orificios. Acompañan una tambora, un tambor alegre, tambor, interpretar la gaita o elevar cantos son cualida-
uno llamador, y las maracas. Las gaitas se fabrican de des innatas de los hombres que por tradición confor-
los palos huecos del cardón. En su extremo superior man los grupos.
llevan una cabeza de cera de abejas y una pluma de pa-
tomacho. Actualmente la pluma ha sido cambiada por Todos se reúnen en una rueda de gaitas, donde los in-
boquillas plásticas de fácil consecución. Los tambores térpretes se sientan en el centro de un círculo y tocan
son hechos de madera y forrados con cuero de caimán, durante toda la noche para animar a los bailarines que
venado o chivo, que varían en tamaño y tono. Las ma- danzan a su alrededor, girando en el sentido contrario
racas son sonajas fabricadas con totumos y rellenas con de las manecillas del reloj.
semillas o piedras pequeñas que producen un sonido
armónico. Las mujeres bailan con sus vestidos de faldas anchas
y vivos colores. Los hombres de blanco impecable se
San Jacinto 63
64 Por los caminos montemarianos
San Juan Nepomuceno
Tierra privilegiada donde cada hombre cuenta la historia a través del arte
Antonio de La Torre y Miranda, expedicionario antes tuosamente y la población organizada en paralelo con
que conquistador, en su agitado recorrido de 1776, la troncal de Occidente se despliega en todo su esplen-
después de fundar los poblados de El Carmen y San dor.
Jacinto, llegó a las tierras de San Juan el 10 de agosto
de ese año y por el poder delegado del Gobernador A causa del conflicto armado, San Juan Nepomuceno
de Cartagena instauró en el Valle de Carretos a ciento sufrió un estancamiento en su desarrollo económico;
veinte familias provenientes de Pileta y San Benito de sin embargo, la quietud que implicó para sus habitan-
Abad. tes los constantes toques de queda, sirvió para que la
vena artística despertara en ellos y crecieran las cifras
Las setecientas cincuenta y ocho personas que dieron en producción literaria, talentos musicales e iniciativas
vida a San Juan Nepomuceno llegaron a la tierra anhe- de organización comunitaria.
lada en el corazón de las montañas de María y con el
propósito de crear una ciudad próspera. Hasta hoy, el
cometido se ha cumplido y al recorrer las calles de la
población el progreso es evidente. Hay cubrimiento
total de servicios públicos, los espacios de encuentro
son funcionales y su gente amable no duda en guiar al
forastero en torno al pasado, el presente y el futuro de
la población.
Palabras sanjuaneras
La cultura montemariana y en general la Caribe invita a compartir, por eso la mayoría de sus manifestaciones
culturales están ligadas a los espacios abiertos, las danzas grupales o la música de creación colectiva.
San Juan Nepomuceno es reconocido por la producción intelectual de sus habitantes. En sus parques y plazas se
encuentran estatuas de los hombres ilustres que se han forjado allí. Derivado de los toques de queda en tiempo de
conflicto armado, los sanjuaneros debían resguardarse y limitar su actividad artística. Así, el oficio de la escritura
cobró fuerza y en un par de años San Juan superó la producción literaria de toda la región.
Sus escritores, poetas y literatos gozan de reconocimiento regional y nacional. Algunos de ellos han sido merece-
dores de premios internacionales y otros, como Diógenes Arrieta, ya cuentan con un lugar privilegiado entre los
grandes de las letras latinoamericanas.
No se sabe de dónde salió su nombre, solo se sabe que ción. Con su canasto en la mano y la voz en alto gritan-
un día Francisca Arrieta decidió rellenar una galleta de do el nombre de mujer, la pequeña conseguía vender
soda con dulce de leche y recubrirla con merengue. En toda la producción en un corto recorrido.
1965 nacieron las María Luisas, las que servirían de
sustento para la familia y que poco a poco conocerían La empresa ha crecido, pasó de ser la cocina de la casa
todos los sanjuaneros para terminar prendados de su a tomarse el patio trasero adecuado como panadería,
sabor. con hornos y mesones, con panaderos y María Luisas.
Desde su invención, el único cambio que ha sufrido la
Las galletas redondas, blancas con el rojo irregular so- receta es la inclusión de azúcar pulverizada en el me-
bre ellas, son las delicias de los sanjuaneros. A pregun- rengue. Tiempo atrás, Francisca por largo tiempo batía
tas sencillas como la mejor merienda o el regalo ideal con un tenedor la mezcla de huevos y azúcar en grano,
para llevar desde la población la respuesta siempre será hasta que se deshacía y formaba la pasta. Hoy, su hija lo
el mismo nombre: María Luisas. hace de igual forma pero con el polvo endulzante.
Hoy Vilma Canoles, hija de Francisca y heredera de la Vilma tiene María Luisas por montón y las María Lui-
tradición, maneja el negocio familiar y con sus propias sas tienen a Vilma y a sus hijos que continuarán con la
manos prepara las gustosas acompañantes del jugo de tradición familiar hasta que el último sanjuanero llegue
la mañana o el café de la tarde. Vilma entró al negocio a la puerta de la casa a pedir la galleta que calma los
familiar siendo apenas una niña. Su misión era ofrecer antojos de todo un municipio.
las galletas recién preparadas por las calles de la pobla-
El municipio de Zambrano se encuentra a dos horas vante en la historia de la navegación nacional. Asociada
y media de Cartagena. Es una población ribereña que al río, la economía del municipio ha tenido su fuerte en
hace del río Magdalena el motor de su economía, su el comercio, la pesca y los oficios relacionados con el
vida social y su cultura. Fundado en 1770 por don Ál- trabajo en las aguas.
varo de Zambrano sobre territorios habitados por los
indígenas Malibúes. Así mismo, la producción de jabón, cigarrillo y man-
tequilla ocuparon renglones importantes entre las ex-
En 1772 el poblado fue erigido como Villa bajo el nom- portaciones de Zambrano hacia todos los Montes de
bre eclesiástico de San Sebastián de las Playas Blancas, María, hasta el punto de contar con grandes fábricas
debido a los bancos de arena que se acumulaban en las dedicadas a su producción.
orillas del río y por casi un siglo perteneció a la provin-
cia de Cartagena. Los campos no se quedan atrás y la fertilidad de las tie-
rras solo es comparable con la calidad del ganado cebú.
Zambrano jugó un papel relevante durante el proceso Guillermo Oeding Arroyo relata en su libro “Zambra-
independentista, aportando al ejército de Bolívar hom- no cuna del cebú” cómo fue que a través de este puerto
bres valerosos y comprometidos con la libertad de su el ganado cárnico llegó y se apoderó de las sabanas de
pueblo. El General pasó por su territorio y se hospedó Bolívar.
con la familia Campillo. Hoy existe en ese lugar la Casa
Museo Bolivariana, un espacio cultural que reúne to- La iglesia de la población se ubica cerca al puerto prin-
das las expresiones artísticas de la población. cipal. Encomendados a San Sebastián, los zambraneros
festejan cada 20 de enero en honor al santo patrono, y
La tradición fluvial y portuaria de Zambrano alcanzó además de las procesiones celebran fiestas de corraleja
su máximo esplendor en la primera mitad del siglo XX. donde la emoción por los toros se enardece por el cora-
En 1920 atracó en su puerto el vapor Hamburgo, rele- je de quienes aceptan el reto de enfrentarlos.
Zambrano es un municipio de tradición artística y literaria. Entre las pasiones de sus habitantes está la producción
de textos narrativos, poéticos e históricos que en conjunto componen la historia de la población. Tan prolíficos
son los escritores zambraneros que dentro del Festival Folclórico cuentan con un espacio anual dedicado exclusi-
vamente a la presentación y discusión de sus publicaciones.
Por la misma línea de creación, el arte dramático ha jugado un papel relevante dentro de las prácticas locales. Los
grupos de teatro han crecido con el municipio y en los últimos tiempos pervive la costumbre en forma de monó-
logos y declamaciones.
La vida cotidiana, el campo, el río y hasta la política son temas recurrentes en los montajes teatrales del munici-
pio. Con ingenio y buen humor, los zambraneros alzan su voz en los escenarios para llamar la atención sobre sus
historias y necesidades.
Zambrano 71
El encanto de Zambrano
De la tradición indígena hasta el festival de hoy
Una mujer dorada, hermosa, de apariencia inofensiva, Pasado cierto tiempo, la princesa parecía regresar a
recibe a quienes se atreven a pasear por el parque del las orillas del río, especialmente junto al peñón donde
Encanto del Peñón, un corto muelle que desciende fue amarrada y, convertida en un encanto de las aguas,
unos cuantos metros desde la planicie del municipio busca el amor de los hombres jóvenes, llevándoselos al
hasta la orilla del río Magdalena. Si se es mujer no se fondo del Magdalena.
corre ningún peligro, pero los hombres, en especial los
jóvenes, prefieren abstenerse de pasar por los terrenos Al espanto, conocido como el «Encanto del Peñón»,
del «Encanto». se le atribuye la desaparición de varios muchachos en
distintos momentos de la historia de Zambrano. Da-
La Leyenda del Encanto del Peñón corresponde al niel Vergara, quien documentó la leyenda, señala que
mito fundacional del municipio de Zambrano. La his- se trata de un «cuento callejero» que ha pasado de ge-
toria es bien conocida en las poblaciones ribereñas ve- neración en generación cobrando fuerza cada vez que
cinas, por el temor que infunde la posibilidad de caer otro joven es arrastrado por las aguas.
en manos de la mujer que habita las aguas.
Durante los meses de enero y febrero, en simultáneo
En tiempos de la Conquista, la princesa Rayo de Luz, con las fiestas del santo patrono, el Encanto aparece
hija del cacique Yucatán, líder de los indígenas Malibú para cobrar nuevas víctimas en su desesperado afán
que habitaban esas tierras, fue seducida por un español por ser amado. Tal es la fuerza de la leyenda, que de
que deslumbrado por la belleza de la joven no solo la allí toma su nombre el festival folclórico del Municipio.
cortejó sino que abusó de ella.
Zambrano 73
Lo que pasa cuando un gallego y su perro encuentran al tigre
La leyenda hecha danza
En tiempos de carnaval es habitual que un tigre reco- suerte que golpea un panal de abejas que lo picotean y
rra las calles de Zambrano huyendo de un gallego que dejan su rostro desfigurado. Para colmo, el hombre cae
lo persigue por haber matado sus animales. La historia debajo del tigre, que empieza a rasguñarle los glúteos,
que sucedió a principios del siglo XX pervive converti- razón por la cual durante la representación el tigre y los
da en danza como parte de las manifestaciones cultura- espectadores intentan hacer lo mismo. Finalmente el
les del municipio. perro Palique, flaco como su nombre, ayuda al gallego
y cumplen su misión.
La danza del Gallego describe la cacería de un tigre por
parte de un español proveniente de Galicia que se afin- La representación dancística, pese a contar con tan re-
có en Zambrano. En ella participan tres personajes: el ducido número de personajes, involucra a toda la co-
gallego, quien sale a cazar al tigre; el tigre, que se ha munidad en la puesta en escena, de modo que desde
comido los animales del hombre; y el perro, fiel com- horas antes de iniciar su recorrido, la acera de la casa
pañero de su amo a quien ayuda para que tenga éxito de quien representará al gallego es invadida por niños y
en su cacería. jóvenes, curiosos, que se imponen el oficio de acompa-
ñar al hombre en su travesía contra el tigre.
Según los zambraneros la historia representada a través
de la danza tuvo lugar en 1912, cuando un extranjero Es habitual que durante la jornada los habitantes de las
español se asentó en la zona rural de Zambrano y los casas por donde pasan los bailarines les ofrezcan be-
felinos lugareños empezaron a alimentarse de los ani- bidas y alimentos que les permiten mantenerse en pie
males que criaba el gallego. Con la intención de evitar hasta el final de la representación.
la pérdida de todos sus animales, el hombre decide ma-
tar al tigre y, como prueba de su valor ante los vecinos, Hoy, la Danza del Gallego está arraigada en la memoria
ofrece traer los testículos del animal. cultural de los zambraneros y por ella son reconocidos
en los festivales de toda la región, donde suele ser invi-
El gallego sale y encuentra al tigre haciendo la siesta tado de honor aquel extranjero que con su perro logró
bajo un árbol después de comerse un burro. El hom- acabar con la amenaza del tigre feroz.
bre intenta darle un garrotazo al animal con tan mala
Eulalio Miguel Ortiz Navarro, gallego tradicional, Zambrano
Zambrano 75
Calendario de eventos de la región
Enero Mayo
Fiestas de San Sebastían y Corralejas, Festival de acordeoneros,
20 Zambrano 16 San Juan Nepomuceno
Julio Agosto
12 Festival Nacional Autóctono de Gaitas,
16 Fiestas de la Virgen del Carmen, San Jacinto
El Carmen de Bolívar, Córdoba, Zambrano, San Juan
Nepomuceno, San Jacinto, María La Baja, El Guamo
15 Festival de Acordeoneros y
Compositores,
El Guamo
Octubre Noviembre
12 Festival del Ñame Espino,
San Juan Nepomuceno
11 Festival de acordeoneros,
San Juan Nepomuceno
15 Festival
Zambrano
Folclórico El Encanto del Peñón,
15 Córdoba
Festival del Cacique Tetón,
Diciembre
Festival del Bullerengue,
9 María La Baja
19 Festival del Jaguar,
San Juan Nepomuceno