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Tema 6 – El desarrollo en la

edad infantil (I): desarrollo


social, motor, afectivo.
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IMPLICACIONES EDUCATIVAS.

ÍNDICE:

1.­ INTRODUCCIÓN.

2.­ EL DESARROLLO EN LA EDAD INFANTIL (I): DESARROLLO


SOCIAL, MOTOR, AFECTIVO.

2.1.­ DESARROLLO MOTOR.

2.2.­ DESARROLLO AFECTIVO.

El apego.

Las emociones.

El autoconcepto y la autoestima.

Las relaciones sociales.

El conocimiento social.

El desarrollo moral.

2.3.­ ALTERACIONES EN EL DESARROLLO.

3.­ IMPLICACIONES EDUCATIVAS.

3.1.­ EN RELACIÓN CON LA ORIENTACIÓN.

3.2.­ EN RELACIÓN CON EL CURRÍCULO.


4.­ CONCLUSIÓN.

5.­ BIBLIOGRAFÍA.

TEMA 6: EL DESARROLLO EN LA EDAD INFANTIL (I): DESARROLLO


SOCIAL, MOTOR, AFECTIVO. IMPLICACIONES EDUCATIVAS.

1.­ INTRODUCCIÓN.

La Educación Infantil se configura como la primera etapa del Sistema


Educativo con unos rasgos propios prescritos en la normativa. En pri­
mer lugar como referente básico se cita la Ley Orgánica 2/2006, de 3
de mayo, de educación (LOE), que la concibe como etapa única, orga­
nizada en dos ciclos que responden a una intencionalidad educativa,
no necesariamente escolar, y que obliga a los Centros a contar desde
el primer ciclo con una propuesta pedagógica específica.

En la Ley 17/2007, de 10 de diciembre, de Educación en Andalucía


(LEA), viene recogida en el cap. II, del título II, donde se perfila como
la etapa educativa que atiende a niñas y niños desde el nacimiento
hasta los 6 años de edad.

Su desarrollo en Andalucía se concreta en el Decreto 428/2008, de 29


de julio, por el que se establece su ordenación y sus enseñanzas
correspondientes, quedando definida tal como se indica a continua­
ción:

Etapa educativa con identidad propia caracterizada por su carácter


voluntario.

Comprende dos ciclos de 3 años de duración cada uno.

Se organiza de acuerdo con los principios de educación común y aten­


ción a la diversidad.

Su finalidad es contribuir al desarrollo físico, afectivo, social e inte­


lectual de los niños y niñas, respetando los derechos de la infancia y
atendiendo a su bienestar.

Contribuye a desarrollar en los niños y niñas las capacidades que les


permitan conseguir los siguientes aspectos:
Construir su propia identidad e ir formándose una imagen y ajustada
de sí mismos.

* Adquirir progresivamente autonomía en la realización de sus activi­


dades habituales y en la práctica de hábitos básicos de la salud.

* Comprender y representar algunas nociones y relaciones lógicas y


matemáticas de la vida cotidiana.

* Representar aspectos de la realidad vivida o imaginada de forma


cada vez más personal y ajustada a los distintos contextos y situacio­
nes, desarrollando competencias comunicativas en diferentes lengua­
jes y formas de expresión.

Utilizar el lenguaje oral para comprender y ser comprendido por los


otros.

Aproximarse a la lectura y escritura.

Conocer y participar en algunas manifestaciones culturales y artísti­


cas de su entorno.

El currículo para ambos ciclos se organizará en áreas correspondien­


tes a ámbitos propios de la experiencia y del desarrollo infantil y se
abordará por medio de situaciones de aprendizaje que tengan signifi­
cado para los niños y niñas. Las áreas son: conocimiento de sí mis y
autonomía personal, conocimiento del entorno, y lenguajes: comuni­
cación y representación.

La organización en áreas se abordará por medio de un enfoque globa­


lizador, dad la necesidad de integrar las distintas experiencias y
aprendizajes del alumnado en estas.

Este Decreto a su vez, quedará explicitado por la Orden 5 de agosto de


2008, por la que se desarrolla el currículo y la Orden 29 de diciembre
de 2008, por la que se establece la ordenación de la evaluación.

Luego, la importancia de este tema reside en el tratamiento de la Edu­


cación Infantil como etapa educativa que contempla el proceso evolu­
tivo normalizado de la misma, en concreto el área motora y afectivo­
social. Después, se tratarán brevemente las alteraciones en el desarro­
llo normalizado. A continuación, se establecen sus implicaciones edu­
cativas, tanto en el currículum como en la orientación.

2.­ EL DESARROLLO EN LA EDAD INFANTIL (I): DESARROLLO


SOCIAL, MOTOR, AFECTIVO.

El desarrollo es un proceso de cambio y transformación del ser


humano fruto de la interacción entre la herencia y el ambiente (Pala­
cios, 2001).

Las personas somos entes únicos e inseparables en los que el desarro­


llo se produce de forma simultánea en los ámbitos motor, cognitivo,
lingüístico, afectivo y social. De esta manera, se concibe al ser
humano como una totalidad, en la que estas diferentes áreas son
interdependientes.

Luego, partiendo de ello se establece en este tema la descripción del


desarrollo motor y socio­afectivo en sus primeros 6 años de vida. En
el desarrollo motor se tratarán las variables y pautas básicas del
mismo, y en el desarrollo socio­afectivo se abarcará desde los proce­
sos de socialización hasta el desarrollo afectivo y de la personalidad.

2.1.­ DESARROLLO MOTOR.

Es importante tener en cuenta que el organismo biológico es la base


en la que se asientan los procesos psíquicos. Luego, el estudio de la
psicología evolutiva debe partir de la consideración del desarrollo
físico puesto que ofrece posibilidades evolutivas e impone limitacio­
nes al cambio en cada momento.

En los 2 primeros años:

Desde el momento de la concepción, el organismo humano presenta


una “lógica biológica”, es decir, una organización y un calendario
madurativo, que se unen para su total desarrollo a la interacción y
estimulación (factores importante).

Por lo tanto, el proceso de crecimiento humano está altamente organi­


zado, ocurre de manera continua y paulatina, y es consecuencia de la
conjunción de unos factores endógenos (los genes, los procesos neuro­
lógicos –el hipotálamo­ y hormonales –glándula pituitaria, andróge­
nos, estrógenos­) y exógenos.

Como factores externos influyentes se encuentran la alimentación, el


nivel de salud, los estilos de vida, la higiene y los procesos psicológi­
cos.

Cabe destacar la importancia del crecimiento del cerebro en el desa­


rrollo motor porque en él se encuentra el soporte físico de todos los
procesos psíquicos. El cerebro es un complejo sistema en el que trillo­
nes de vías de transmisión se encargan de arrojar claridad y orden en
nuestra percepción del mundo, nuestra acción sobre él y nuestros pro­
cesos psicológicos. Lo importante a tener en cuenta en el ámbito edu­
cativo es que cuanto más activo sea el cerebro, más estimulación
reciba, más oportunidades de aprendizaje se le vayan proporcionando,
más aumenta su funcionalidad.

En los dos primeros años de vida se produce también un progresivo


control corporal, que se lleva a cabo según dos leyes fundamentales:
céfalo­caudal y próximo­distal, y que es posible gracias a la madura­
ción cerebral. Se entiende como un proceso dinámico. Es consecuencia
de una programación biológica en interacción con las circunstancias
ambientales y con las características del propio sujeto.

De los 2 años a los 6 años:

Durante estos 4 años se aumenta regularmente la talla y el peso, aun­


que se enlentece la velocidad del crecimiento.

En cuanto al crecimiento cerebral, se siguen produciendo cambios,


alguno de los cuales tienen importantes repercusiones. A los 6 años el
cerebro tiene ya el 90% de su peso total.

Con respecto al control corporal, se debe hacer referencia a la psico­


motricidad invisible (datos no observables: control del tono, equili­
brio, respiración y estructuración espacio­temporal) y la visible (cam­
bios observables: destrezas motrices). También cabe destacar que se
consigue una progresiva independencia y diferenciación de los movi­
mientos, así como un control y coordinación cada vez más afinados.
Gracias al control del propio cuerpo, se consigue el control de esfínte­
res, el establecimiento de la dominancia lateral (3­6 años) y la cons­
trucción del esquema corporal (2­6 años).

También es importante tener en cuenta la evolución del gesto gráfico


y el desarrollo de la grafomotricidad que obedecen a factores tanto
madurativos como socio­culturales. La adquisición de las destrezas
relacionadas con ambos poseen un alto valor instrumental para los
niños y niñas de estas edades.

2.2.­ DESARROLLO AFECTIVO­SOCIAL.

La vertiente afectiva es importante en el desarrollo de la personali­


dad. El desarrollo afectivo se contempla desde una doble perspecti­
vas: individual (conocimiento y aceptación de sí mismo) y social
(vínculos afectivos con las personas inmediatas a él). Ambas perspec­
tivas se complementan. A continuación se desarrollan cada uno de los
factores que inciden en el mismo.

El apego (lazo afectivo hacia la persona o personas).

Permite al niño o la niña regular los intercambios con el entorno. La


consolidación del apego supone la transición desde interacciones
reguladas biológicamente a vinculaciones afectivas específicas.

El apego evoluciona en el niño desde la preferencia a los sujetos cer­


canos que le cuidan y el no rechazo a los extraños, al vínculo de apego
del que se va independizando y miedo a desconocidos.

Las emociones.

Desde que los bebés son muy pequeños, experimentan y expresan


emociones de distinta índole (sonríen cuando les acarician). Estas
reacciones globales dan a paso desde muy pronto a emociones especí­
ficas que van apareciendo durante la primera mitad del primer año de
vida (alegría­malestar, cólera­sorpresa, miedo­tristeza). En el 2º­3er
año de vida aparecen emociones más complejas (vergüenza, orgullo,
culpa) y estados anímicos relacionados con el autoconcepto y la auto­
estima.
En cuanto a la comprensión de las emociones, a finales del 2º mes de
vida diferencian las expresiones de los demás cuando son conscientes
de las partes internas de los rostros. En los 8­10 meses son capaces de
interpretar las emociones de sus cuidadores. Entre el 2º­3er año, gra­
cias al lenguaje y al juego simbólico, hay un avance en el que los niños
se interesan por los estados afectivos de los otros y los padres les
explican las causas de las emociones. Además son capaces de empati­
zar, de compartir los estados afectivos de los demás. Esta disposición
es fundamental para las relaciones socioafectivas.

El autoconcepto y la autoestima.

Relacionado con las emociones y su control, se define el Autoconcepto


como la imagen que se tiene de uno mismo, es decir, se refiere al con­
junto de características o atributos que se emplean para definirnos
como individuos y para diferenciarnos de los demás.

Durante la infancia, la forma en que conciben y expresan su autocon­


cepto varía notablemente de una edad a otra en función, tanto del
nivel de desarrollo cognitivo alcanzado en cada momento, como de las
experiencias sociales. Con 3­4 años se definen como “bueno” o
“malo”, “grande” o “pequeña”. Antes de los 6 años, el autoconcepto se
hace cada vez más complejo, más diferenciado, articulado e integra­
dor de distintas dimensiones y contenidos.

El conocimiento de sí mismo se completa con una dimensión valora­


tiva y enjuiciadora del yo, es decir, se hace referencia a la visión que
cada persona tiene de su propia valía y competencia (aspecto evalua­
tivo del yo), así se concibe la Autoestima.

Ambos conceptos se interrelacionan a través de las relaciones con los


iguales, con la familia y los educadores, porque los niveles de autoes­
tima están interferidos según se sientan valorados por las personas
que le rodean.

Las relaciones sociales.

Desde el nacimiento, nos relacionamos y establecemos relaciones


sociales. Primero surgen con la familia como principales figuras de
apego, después se van ampliando según las interacciones.
Dentro de las relaciones en la familia, es importante destacar aquellas
con hermanos debido a la influencia de éstos en la relación bidireccio­
nal de los niños con los padres.

Después se destaca el papel de la escuela como contexto socializador,


que tiene diferencias con el de la familia. Dentro de la escuela, cabe
destacar la importancia de las relaciones con los iguales debido a la
influencia de éstos en el desarrollo. Se establecen relaciones diádicas
que pasar a ser grupales que se estructuran según semejanzas y pre­
ferencias.

El conocimiento social.

Hace referencia al modo en que se comprende el mundo social. Éste lo


va construyendo el niño y la niña activamente a partir de su experien­
cia, de las relaciones e interacciones con las distintas realidades­ Se
produce el conocimiento de las normas, de las relaciones interperso­
nales y de los sistemas e instituciones sociales.

El desarrollo moral.

Consiste en que los niños y niñas aprendan a distinguir entre lo que


su entorno considera correcto y lo que se juzga como incorrecto, es
decir, que puedan conseguir un elevado conocimiento de los valores
morales que rigen su sociedad y se comporten de acuerdo con ellos.
Esto se consigue a través de un proceso de construcción e interioriza­
ción de dichos valores, ayudando, además, al desarrollo de los meca­
nismos de control reguladores de la conducta del niño.

Para comprender el desarrollo moral se consideran las aportaciones


de Vigotsky, quien lo concibe como una construcción sociocultural, y
Piaget que lo concibe como un derivado del pensamiento lógico.

Su principal característica es la heteronomía moral (moral de respeto


unilateral o de obediencia al adulto), en la que el niño o la niña valora
sus actos en función de la conformidad material o no con las reglas
establecidas.

2.3.­ ALTERACIONES EN EL DESARROLLO.


En relación al proceso de desarrollo normalizado de los niños y niñas,
se deben tener en cuenta aquellas alteraciones que pueden surgir por
diferentes causas. Éstas se agrupan en función de una serie de carac­
terísticas determinadas. Para ello, desde el ámbito de la psicopedago­
gía y la sanidad, surgen dos clasificaciones generalizadas: la CIE de la
Organización Mundial de la Salud y el DSM­IV de la Asociación Ameri­
cana de Psiquiatría (APA):

* CIE à Clasificación Estadística Internacional de Enfermedades y Pro­


blemas relacionados con la salud.

DSM­IV à Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Menta­


les.

Luego, se tiene como referencia la clasificación de Trastornos de


inicio en la infancia, la niñez y la adolescencia que establece la APA en
la DSM­IV, en la cual algunos de los trastornos son:

El retraso mental, trastornos del aprendizaje, de las habilidades


motoras, de la comunicación, generalizados del desarrollo, por déficit
de atención y comportamiento perturbador, de la ingestión y de la
conducta alimentaria de la infancia o la niñez, de tics, de la elimina­
ción, etc.

3.­ IMPLICACIONES EDUCATIVAS.

Una vez descritos los patrones de desarrollo normalizados en la etapa


de infantil en el área motora y socio­afectiva, así como las posibles
alteraciones en el mismo, a continuación se describe su influencia en
el proceso educativo.

3.1.­ EN RELACIÓN CON LA ORIENTACIÓN.

¿Qué es Orientar? Orientar consiste en ajustar la ayuda pedagógica a


las necesidades que el alumnado puede presentar y atender a los dife­
rentes ámbitos en los que se produce su desarrollo: cognitivo, lingüís­
tico, motor, afectivo y social. Esta labor es realizada por el profeso­
rado de orientación educativa, quienes la desempeñan en Equipos de
Orientación Educativa de la zona (E.O.E.) o en Departamento de
Orientación de los Institutos de Educación Secundaria.
En relación con el tema, nos centramos en los profesionales que ejer­
cen sus funciones en los E.O.E. puesto que éstos se relacionan con los
centros de Educación Infantil y Primaria. El Decreto 213/1995, de 12
de septiembre, por el que se regulan los E.O.E., los define como “uni­
dades básicas de orientación psicopedagógica que, mediante el
desempeño de funciones especializadas en las áreas de orientación
educativa, atención a los ACNEE, compensación educativa y apoyo a la
función tutorial del profesorado, actúan en el conjunto de los centros
de una zona educativa.”

Éstos están constituidos por psicólogos, pedagogos, médicos y maes­


tros, y por trabajadores sociales en el caso de alumnado con caracte­
rísticas y necesidades especiales. Sus funciones están incluidas en las
áreas y ámbitos siguientes:

Ámbito de Orientación y Acción Tutorial: área de apoyo a la función


tutorial del profesorado y área de orientación vocacional y profesio­
nal.

Ámbito de Atención a la Diversidad: área de atención a las necesida­


des educativas especiales y área de compensación educativa.

Para realizar estas funciones es necesario que el profesional de orien­


tación educativa conozca cómo se desarrollan los sujetos en la etapa
de Educación Infantil.

En relación con la temática, cabe destacar la aportación de la Orden


20 de agosto de 2010, por la que se regula la organización y el funcio­
namiento de las escuelas infantiles de segundo ciclo, de los colegios
de educación primaria, de los colegios de E.I. y E.P., y de los centros
públicos específicos de educación especial, así como el horario de los
centros, del alumnado y del profesorado. Ésta recoge la prescripción
de que cada centro tenga asignado un orientador u orientadora de
referencia, que pertenece al EOE de la zona y que es miembro de
pleno derecho del Equipo Técnico de Coordinación Pedagógica y forma
parte del Equipo de Orientación del centro.

3.2.­ EN RELACIÓN CON EL CURRÍCULO.

Esta etapa educativa se rige por el Decreto 428/2008, de 29 de julio,


y la Orden 5 de agosto de 2008, anteriormente citadas. Luego, se
afirma que los conocimientos sobre psicología evolutiva constituyen
uno de los pilares o fuentes del currículo y ello tiene como consecuen­
cia una serie de implicaciones educativas, que se reflejan en los dife­
rentes elementos curriculares expuestos a continuación:

Objetivos generales de la etapa:

Construir su propia identidad e ir formándose una imagen ajustada y


positiva de sí mismos, tomando gradualmente conciencia de sus emo­
ciones y sentimientos a través del conocimiento y valoración de las
características propias, sus posibilidades y límites.

Adquirir progresivamente autonomía en la realización de sus activida­


des habituales y en la práctica de hábitos básicos de salud y bienestar
y promover su capacidad de iniciativa.

Comprender y representar algunas nociones y relaciones lógicas y


matemáticas referidas a situaciones de la vida cotidiana, acercándose
a estrategias de resolución.

Representar aspectos de la realidad vivida o imaginada de forma cada


vez más personal y ajustada a los distintos contextos y situaciones,
desarrollando competencias comunicativas en diferentes lenguajes y
formas de expresión.

Utilizar el lenguaje oral de forma cada vez más adecuada a las dife­
rentes situaciones de comunicación para comprender y ser compren­
dido por los otros.

Aproximarse a la lectura y escritura a través de diversos textos rela­


cionados con la vida cotidiana, valorando el lenguaje escrito como
instrumento de comunicación, representación y disfrute.

Conocer y participar en algunas manifestaciones culturales y artísti­


cas de su entorno, teniendo en cuenta su diversidad y desarrollando
actitudes de interés, aprecio y respeto hacia la cultura andaluza y la
pluralidad cultural.

Contenidos:

La Educación Infantil tiene como principal finalidad contribuir al


desarrollo físico, afectivo, social e intelectual de los niños y niñas.
Luego, el currículo se orienta hacia la consecución del desarrollo en
sus diferentes áreas: físico y motórico, afectivo, lingüístico, social y
cognitivo. Por ello, se organiza en áreas de conocimiento y experien­
cias que contribuyen a su desarrollo y aprendizaje, y les van a permi­
tir aproximarse a la interpretación del mundo, otorgándole signifi­
cado y participando activamente en él. Éstas son:

I.­ Conocimiento de sí mismo y autonomía personal: hace referencia a


la paulatina construcción de la identidad a través del descubrimiento
del niño y la niña de sus características y atributos que le ayudarán a
definirse como personas con entidad propia.

II.­ Conocimiento del entorno: pretende contribuir a los procesos de


descubrimiento y representación de los elementos físicos y naturales
así como a los procesos de descubrimiento, vinculación y aceptación
del medio social y cultural.

III.­ Lenguajes: Comunicación y Representación: se orienta al desa­


rrollo de la capacidad de expresión y representación a través del
conocimiento y uso de los diferentes lenguajes y formas de comunica­
ción.

Orientaciones metodológicas:

Adoptar la perspectiva globalizadora (el aprendizaje es el producto


del establecimiento de múltiples conexiones y de relaciones entre lo
nuevo y lo aprendido).

Partir de los intereses de los niños y niñas para que los aprendizajes
sean significativos y funcionales para la vida, y proponer la aplicación
de los nuevos aprendizajes.

Optar por una metodología activa para aprender y transformar la


realidad.

Propiciar el juego como herramienta de aprendizaje.

Prestar especial atención a la organización del espacio y a la disposi­


ción de los materiales.

Elegir y confeccionar material variado, polivalente y estimulante para


permitir la manipulación, observación y la construcción.
Organizar la jornada escolar respetando tiempos de actividad con los
de descanso, los de relaciones de grupo con las individuales, etc. En la
planificación de las rutinas diarias, el Equipo Educativo deberá consi­
derar diferentes fases: toma de contacto, preparación de las activida­
des, desarrollo de las actividades, tiempo para el recuerdo, simboliza­
ción, recogida y ordenación de los materiales empleados, y tiempo de
la despedida.

Establecer y mantener relaciones fluidas y continuadas con las fami­


lias. Es necesario mantener este contacto para coordinar la educación
ofrecida en los dos contextos de desarrollo principales: escuela y
familia.

Evaluación à Orden 29 de diciembre de 2008, por la que se establece


la ordenación de la evaluación en la Educación Infantil en la Comuni­
dad Autónoma de Andalucía.

En la evaluación de los procesos de aprendizaje se valora el progreso


de alumnado en relación a los objetivos propuestos. Se hace referen­
cia a los criterios, a los agentes y a los instrumentos.

En cuanto a los criterios de evaluación deben guardar relación con los


objetivos propuestos para el grupo y para cado caso particular,
teniendo en cuenta su nivel de conocimientos previos y de su nivel de
desarrollo en las diferentes áreas.

Los agentes de evaluación serán aquellos profesionales que imparten


docencia al alumnado y que disponen de un recurso fundamental, que
es el conocimiento que poseen del alumno o alumna y de su desarrollo
en los ámbitos descritos.

Con respecto a los instrumentos para evaluar los procesos de aprendi­


zaje, se especifica que deben ser múltiples y variados. La técnica más
usual en Educación Infantil es la observación sistemática por sus ven­
tajas. Otros instrumentos son las escalas de observación, los registros
anecdóticos y los diarios de clase.

Se debe facilitar información a las familias con un carácter cualita­


tivo, en el que se resalten los progresos y logros positivos en los dis­
tintos ámbitos, más que las carencias y dificultades. Se reseña que los
canales de comunicación han de ser bidireccionales, recogiendo tam­
bién la visión que sobre el niño o la niña tiene su propia familia.

En cuanto a la evaluación de los procesos de enseñanza, se determina


que se han de evaluar todas aquellas actuaciones de la labor educa­
tiva: los objetivos, los contenidos, los recursos, la organización espa­
cio­temporal, los agrupamientos y formas de relación entre el alum­
nado, éstos con los educadores y las del equipo entre sí, las estrate­
gias de enseñanza­aprendizaje a utilizar, así como el propio sistema
de evaluación.

4.­ CONCLUSIÓN.

La infancia no es un simple paso a la edad adulta, sino que tiene valor


por sí misma. En la infancia se encuentran las claves de lo que será el
hombre de mañana. Por ello, su crecimiento y su desarrollo tienen
una gran importancia. Como Freud afirma: “todo hombre es su infan­
cia”.

Luego, el profesorado de orientación educativa contribuye para que se


cumpla el objetivo de la Educación Infantil como etapa educativa: el
desarrollo integral del alumnado en las diferentes áreas.

Referentes normativos:

Ley Orgánica 2/2006, de 3 de mayo, de Educación.

Ley 17/2007, de 10 de diciembre, de Educación de Andalucía.

Real Decreto 1630/2006, de 29 de diciembre, por el que se establecen


las enseñanzas mínimas del 2º ciclo de Educación Infantil.

Decreto 428/2008, de 29 de julio, por el que se establece la ordena­


ción y las enseñanzas correspondientes a la Educación Infantil en
Andalucía.

Orden 5 de agosto de 2008, por la que se desarrollo el currículo


correspondiente a la Educación Infantil en Andalucía.

Orden 29 de diciembre de 2008, por la que se establece la ordenación


de la evaluación en la Educación Infantil en la Comunidad Autónoma
de Andalucía.
REFERENTES BIBLIOGRÁFICOS:

A.P.A. Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales. Ed.


Masson. Barcelona. 2002.

COLL, C.; PALACIOS, J. y MARCHESI, A.: “Desarrrollo psicológico y


educación. Tomo I Psicología de la Educación” Ed. Alianza Psicología.
Madrid. 2001.

Webgrafía:

http://www.psicologíainfantil.com

http://juntadeandalucia.es/educación/

http://www.adideandalucia.es

http://www.psicopedagogía.com

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