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ANEXO 3.

LA EMPATÍA

“La capacidad de colocarse en el lugar del otro es


una de las funciones más importantes de la
inteligencia. Demuestra el grado de madurez del
ser humano”

A. Cury

A continuación les presento un breve artículo donde queda bien explicada, de una forma
breve, lo que es la empatía, juntamente con algún ejemplo y pautas de actuación empática
en el aula:

La empatía es la la herramienta que la evolución ha regalado al hombre para vivir en


comunidad, para manejarse con el otro. Nos convierte en seres sociales, facilitándonos la
comunicación, la resolución de conflictos, el trabajo en equipo y la unión de nuestras
potencialidades en armónica organización. Sin ella, lo social no se sostiene. Desde el
punto de vista de Howard Gardner, estaríamos refiriéndonos a la inteligencia
interpersonal.

La buena noticia es que la empatía se desarrolla. La mala noticia, es que, con una
deficiente educación emocional, también puede bloquearse. ¿Cómo se bloquea?
Imaginemos a Carlos que llega a casa emocionado e impaciente por mostrar a su padre la
figura de plastilina que moldeó hoy en clase. Éste, absorto en su lectura, responde sin
levantar la vista del periódico con un simple e indiferente: “ahá…” Al poco, al niño se le
cae la figura desformándose contra el suelo y, dolido, empieza a llorar desconsolado. Su
padre, molesto, le advierte que “no se llora”. Carlos, que no ha sido respaldado en la
expresión de sus emociones, aprenderá a ignorar sus sentimientos y, como consecuencia
inevitable, los de los demás.

¿Qué podemos hacer para desarrollar la empatía en el aula?

● Atender emocionalmente a nuestros alumnos: escuchándolos en su dolor sin


interrumpirlos, permaneciendo a su lado para cuando necesiten un abrazo. Respetar sus
manifestaciones de rabia no reprimiéndolas, sino buscando un lugar especial en el que no

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puedan dañar a nadie… Así, les estaremos enseñando a escuchar sus propias emociones
y las de los demás, asentando con ello las bases para el desarrollo de la empatía.

● Escucha activa: enseñarles a escuchar al compañero no sólo atendiendo lo que dice,


sino especialmente cómo lo dice, centrándolo en descubrir la emoción que lo embarga,
los gestos que hace, el tono de voz... Otras formas de demostrar a álguien que lo estamos
escuchando activamente son:

• Mostrar interés
• Observar qué dice la persona (sus palabras) y cómo lo dice (su lenguaje corporal).
• Reflejar y reconocer los sentimientos de quien habla, y no negarlos o evitarlos.
• No juzgar: salir de nuestra perspectiva, querer comprender otros puntos de vista.

• No distraerse, prestar atención


• No interrumpir (cada uno necesita su espacio para explicarse)
• Mantener una postura corporal abierta al diálogo, demostrando con gestos que nos
interesa lo que nos cuentan.
• Respetar el espacio vital que la otra persona quiera mantener.
• Resumir.
• Aclarar: por ejemplo, repetir lo que nos acaban de decir con otras palabras.
• Mantener el contacto visual de forma no dominante ni amenazadora.

● Enseñar juegos basados en técnicas empáticas para la resolución de conflictos, como


por ejemplo “Camina un rato con mis zapatos”. La base de estos juegos es ponerse en el
lugar del otro. En el bloque 4 se presentan más juegos de ésta temática.

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Referencia bibliográfica del artículo presentado:

http://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/educacion-emocional/3-claves-
desarrollar-la-empatia-aula-2/34466.html

Referencia bibliográfica del artículo “¡Camina un rato con mis zapatos! Juego para
desarrollar la empatía en el aula”:

http://www.educaciontrespuntocero.com/recursos/educacion-emocional/camina-rato-
mis-zapatos-juego-desarrollar-la-empatia-aula/34124.html

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