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libertad de la mujer a decidir sobre su cuerpo” y los que “apoyan el derecho a la

vida de alguien indefenso”

¿Es lícito abortar? Es una de las preguntas frecuentes entre


diferentes personas, entre diferentes comunidades. Pero a la vez que
nos preguntamos por el carácter de legalidad del aborto, viene otro
no menos importante ni espinoso ¿es moralmente aceptable? Se
debe o se puede realizar en determinados casos.
Bien, comencemos por la parte más fácil, la que respecta a su
legalidad.
El hecho que sea o no legal el aborto depende de las leyes que
apruebe cada país con respecto al mismo. Es un asunto de
legislación nacional, es un aspecto que entran a controvertir, dirimir
o sancionar el congreso, senado o parlamento, según sus funciones,
independiente de religión, convicción moral o ideología. Si el aborto,
de acuerdo con la legislación es permitido, pues sencillamente no
faltará alguna mujer que no esté dispuesta a realizarlo,
principalmente cuando la concepción ha sido fruto de una violación.
Pero en este caso se plantea una cuestión adicional ¿es moralmente
aceptable? ¿Si la vida es sagrada, no es esto una violación al derecho
de la vida? ¿En qué momento comienza la vida?
La cuestión es que en nuestra sociedad no se valora la vida. Una
planta es vida y, sin embargo, talamos árboles. Un animal es vida, y,
sin embargo, lo cazamos o los sacrificamos. En ese orden de ideas,
un feto también es vida, una vida superior a la de la planta. Un feto
es un bebé en vías de formación.
¿Se debería asesinar a un bebe en vía de formación? En nuestro
concepto NO. Y aquí entra en juego una solución para el caso de
bebes no deseados pues, el tener él bebe no significa que deba
aceptarse o criarse. Es verdad que un embarazo fruto de una
violación es un episodio indigno, UN CRIMEN, pero ¿por qué hemos
de pagar un CRIMEN con otro CRIMEN?
Consideramos que con el acompañamiento profesional pertinente la
mujer embarazada en una situación de estas puede tener el hijo y
luego darlo al estado o a un instituto de bienestar familiar o a una
casa de adopción. Es una vía perfectamente válida, y el Estado debe
acompañarla y crear los mecanismos para favorecer su realización.
Pero veamos otro caso. ¿Qué sucedería si ese feto presenta
malformación o signos de una enfermedad dolorosa, letal e
irreversible? ¿Es moralmente aceptable abortar en este caso? Aquí la
situación se complica aún más, no sólo desde el punto de vista legal,
sino moral.
En nuestro concepto, la vida es sagrada siempre que sea
dignificante, siempre que se pueda disfrutar plenamente de ella,
siempre que se pueda receptar las enseñanzas de ésta y, a su vez,
contribuir desde ella, en sanidad, en integridad.
Si un agricultor detecta que una semilla está dañada, es evidente
que no la utilizará para la generación de una nueva planta. Y si
hubiera caído en el surco, dándose de cuenta de ello, la retiraría. Y es
lógico pues ¿cuál es el sembrador que, dándose cuenta de tal
situación, se empeñara en cultivar esa semilla? Y allí no hay
remordimiento, allí no hay culpa. ESA CULPA LA HABRÍA EN EL CASO
CONTRARIO, en el caso que permitiera la gestación de un fruto de
forma que no va a degenerar o morir en forma temprana.
El aborto es un tema que polariza a grandes sectores de la población en contra
de una minoría; hoy en día sigue siendo más la gente que vive y aboga por
la penalización del aborto que los que apuestan por su despenalización; esto es
debido principalmente a la formación conservadora que predomina en todo el
mundo, y que se encuentra al paralelo de las religiones y sus doctrinas morales.

Es después de la revolución francesa, que con el nombre de izquierda o


liberalismo, han surgido algunas minorías que apuestan por el aborto, la
eutanasia y la unión de parejas del mismo sexo.

Estos temas tabú, se han recrudecido en las últimas décadas, por el apoyo que
algunas naciones han dado a las mismas, como sucedió en algunos estados de
EE.UU. y de las cuales toman como apoyo y guia.

Los mismos defensores de los derechos humanos (hombusman) han caído en


contradicciones doctrinales ante este tema, pues existen los que apoyan la
“libertad de la mujer a decidir sobre su cuerpo” y los que “apoyan el derecho a
la vida de alguien indefenso”.

La discusión se cierne esencialmente en dejarle el control absoluto sobre la


decisión a la madre, ignorando de facto los derechos del menor y del padre, (en
caso de oponerse), estableciendo como ley la permisividad del acto de legrado.

Es después de una interpretación alterna de la moral y el derecho, la que en


algunos lugares del mundo ha establecido el derecho a cuartar una vida, y
despenalizarlo como homicidio, al quitarle la dignidad humana al infante, y
poner un deseo volitivo de la madre como un derecho superior.

Han existido desde el inicio de la discusión, grandes roces intelectuales entre


ambas partes y de las cuales trataremos de explicar las principales:

1.- La moral.

La discusión moral, se da principalmente entre las iglesias y los grupos liberales


pro derechos de las minorías: “aborto” “Nupcias del mismo genero”, “Adopción
de niños por homosexuales” etc.

En el aborto en específico se enfoca principalmente en la discusión que existe


entre la facultad de la mujer de decidir sobre su cuerpo y el derecho de vida del
nuevo ser así como de los designios que conforme a la doctrina clásica tiene
dios ante los asuntos de vida y muerte.
2.- El derecho.

Existe otro aspecto importante, que es el derecho, pues los individuos y


asociaciones pro aborto, solo quieren ver el derecho a desarrollarse
profesionalmente de las mujeres, o se asumen a un aspecto meramente
económico o social, así como el de hacer lo que ella considere con su cuerpo,
desconociendo claramente el derecho del padre a que se conserve la vida de su
hijo, así como la del niño de poder ejercitar su existencia.

3.- Explosión Demográfica

No menos importante, que aducen las asociaciones pro aborto, es la


sobrepoblación y el derecho de selección de las madres a la maternidad, la cual,
a criterio de estos grupos, pueden hacer uso del aborto para ejercerlo llegando
a exigir que se deje de considerar al feto como poseedor de derechos y carente
de vida, así como el que no se le cancele a quienes abortan en forma voluntaria
el derecho de tener más hijos.

4.- Psicológica

El daño mental que se causa en las madres abortistas, es en muchos casos


irreparable, pues una mujer se puede recuperar de una tragedia (aborto
espontáneo e involuntario) que de uno inducido, en el que puede existir una
serie de complicaciones que pueden llevar hasta el suicidio.

Durante mucho tiempo, ha existido una disputa entre asociaciones de derechos


humanos, pues unas protegen la vida a toda costa, incluso sobre la calidad de la
vida, y otras de éstas asociaciones protegen el derecho a una vida socialmente
solventada por encima de de la moral y el derecho.

Al final de cuentas, la decisión final termina por ser del individuo mismo, pues
en términos morales, es la conciencia misma la que limita la acción u omisión
en el individuo pues la moral se encuentra ajena a una coerción por medio del
estado y se limita a la decisión del individuo su cumplimiento u omisión.

En términos de derecho, los pro abortistas, han conseguido en los últimos años,
algunos escaños políticos, que les han permitido imponer sus teorías sociales,
como el matrimonio entre personas del mismo genero, la eutanasia y el aborto,
despenalizando actos que tradicionalmente se consideraban un delito en
contra de la esencia humana.

De todas las imposiciones, que estas contiendas han presentado, es


precisamente el aborto que se encuentre en un caso ajeno las violaciones
sexuales y a enfermedades que pongan en riesgo la vida de la madre los que
han causado más polémica en todo el mundo.

https://comohacerunensayobien.com/ensayo-argumentativo-sobre-el-aborto/

Se presenta a continuación un ensayo personal sobre el aborto. Si quieres


saber más acerca de este género literario, se recomienda leer los enlaces
a concepto de ensayo, sus partes y sus características.

Posiciones a favor y en contra del aborto

En pocas palabras el aborto es la interrupción del embarazo, ya sea en forma


voluntaria o involuntaria. Pero detrás de esta fría y breve definición hay
mucho más que se debe analizar, desde el contexto en el que sucede, hasta su
razones, si hay peligro para la madre o el feto, o si es una decisión personal y
consciente de la mujer que se somete al procedimiento.

El aborto siempre ha sido un tema polémico y motivo de debate entre


quienes están en contra de su legalización y quienes buscan se despenalice en
los países en los que el ordenamiento jurídico está en contra. Otra de las
razones por las que la discusión se acalora es el componente religioso que los
devotos traen a la mesa, invalidando las convicciones personales de quienes
no creen en su misma doctrina y quienes buscan el respeto a sus ideas y
posiciones. Lo que el aborto pone en evidencia es la imposibilidad de
mantener un diálogo abierto y respetuoso, porque para ambas partes la
posición del otro es la inadecuada, y encontrarse en un punto medio
imposible.

A pesar de las dificultades, una especie de punto medio se ha conseguido en


algunos países donde el aborto es legal bajo algunas circunstancias específicas,
y solo en esos casos. Para quienes están a favor del aborto este paso es
insuficiente, porque borra de plano la posibilidad de la mujer de escoger si
quiere o no llevar a término un embarazo que no puede ser interrumpido
porque no cumple con los requisitos del estado (enfermedad para el feto o la
madre, violación).
Para quienes están en contra sigue siendo una concesión inconcebible, dado
que sin importar las condiciones de la gestación, de la madre o del feto, se
busca llevar a termino un embarazo sin importar las consecuencias.

El argumento más utilizado para defender la práctica del aborto es el que


afirma que la mujer tiene el absoluto derecho de disponer sobre su cuerpo.

La libertad de cada persona es inviolable y por lo tanto, si la mujer no desea


tener un hijo aunque ya esté embarazada, el estado debería garantizarle ese
derecho y proveerle la atención necesaria para llevar a cabo el aborto. Hay que
pensar solamente en el caso de una madre de tres hijos que es cabeza de
familia, y que no tiene como sostener financieramente a un cuarto; o la mujer
que queda embarazada dentro de una relación abusiva y violenta y que no
quiere traer el mundo a un hijo que crezca en las mismas circunstancias; o
quien es muy joven aún para afrontar los retos de la maternidad y no cuenta
con la infraestructura económica ni el apoyo emocional para convertirse en
madre. Todos los casos anteriores son válidos. Pero no lo son para la ley de
muchos países.

Por otro lado hay que ver las condiciones sociales de determinado país de
manera global y no en el caso específico de cada mujer. Países en vía de
desarrollo en donde hay miles de millones de personas atrapadas en ciclos de
pobreza e ignorancia, son también los ambientes más propicios para
embarazos indeseados. En esos mismos países hay clases más privilegiadas en
donde las mujeres cuentan con servicios de salud e infraestructura económica
para llevar a término un embarazo; pero estos son casos aislados.

Hay que buscar el bienestar global, y pensar en resolver las necesidades de los
más pobres, no satisfacer a los más ricos e influyentes. Abortos realizados en
clínicas ilegales y hospitales clandestinos son los que causan más muertes
entre mujeres en edad fértil; permitir el aborto sería, respetar la libertad de
cada mujer de disponer de su cuerpo, y proveer a la sociedad de una sistema
de salud respetuoso que ponga el bienestar de las mujeres como una
prioridad.

Otro argumento de quienes están a favor del aborto habla de que el embrión
fecundado, en la primera etapa del embarazo, aún no constituye un ser
humano, sino un conjunto de células y por tanto, al decidir interrumpir el
embarazo, en realidad no se está acabando con la vida de una persona. Aquí la
conversación adquiere niveles ontológicos porque se entra a debatir cuándo
comienza la vida y cuándo un ser humano se convierte en tal.

Algunos países permiten el aborto antes de las 12 semanas de gestación y


otros países lo permiten hasta más avanzado.
En la otra cara de la moneda, quienes están en contra del aborto, en inglés
llamados pro-life, señalan que el principio a la vida es más importante que el
derecho de la mujer a disponer de su cuerpo, ya que se trata de proteger la
vida de un ser indefenso. Regresamos a la discusión de cuándo el feto es un
ser humano, pero sobretodo a poner sobre la mesa que los derechos de la
mujer están en las manos del estado.

Por otro lado hay que preguntarse por qué los derechos de las mujeres,
sobretodo este tan íntimo y relevante, está en manos del estado. ¿Acaso los
hombres tienen que pedir permiso para hacer libre uso de su cuerpo?
¿Cuándo se ha visto a un hombre demandando al estado para someterse a una
vasectomía? ¿No es, en alguna medida, un procedimiento que pone en peligro
la vida?. Los estándares con los que se tratan las necesidades de los hombres y
mujeres son diferentes, y moralmente escurridizos.

Para tomar un posición al respecto del aborto hay que, primero, informarse.
El aborto seguirá siendo un tema que siempre generará enfrentamientos entre
la sociedad, ya que va a crear una división entre sus detractores y sus
defensores. Pero hay que también pensar si no estamos muy entrados en la
historia como para tener que poner bajo el lente de aumento la vida privada
de las mujeres, sus opciones, sus preferencias y sus sueños. Los legisladores
no tienen derecho a decidir sobre lo que las mujeres quieran hacer respecto a
un embarazo, porque cada potencial niño que viene al mundo trae a sus
espaldas las consecuencias de las elecciones de sus padres. Si una madre
considera que no quiere traer el mundo a un niño por las razones que sean,
hay que escucharla y darle la oportunidad de que este proceso, doloroso y
emotivo, se haga en un ambiente respetuoso donde ella sienta que su voz
cuenta. Así mismo también hay que escuchar a la madre que, a pesar de los
diagnósticos médicos, quiere llevar a término un embarazo que se considera
riesgoso.

El punto clave de la discusión es darle, por fin, una la voz a las mujeres.

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