Você está na página 1de 7

LA CLAUSULA DE

IGUALDAD
GA1212-ORDENAMIENTO CONSTITUCIONAL Y
DERECHOS FUNDAMENTALES

DANAE CEBOLLA PASTOR


ANDREEA ROXANA DAVID
ROCIO SERRANO VALLS
1. INTRODUCCIÓN ............................................................................................................ 2
2. DERECHO FUNDAMENTAL ........................................................................................ 2
3. LA IGUALDAD ANTE LA LEY ..................................................................................... 2
4. LA IGUALDAD EN LA LEY .......................................................................................... 3
4.1. IGUALDAD MATERIAL ......................................................................................... 3
4.2. DIFERENCIACIÓN ................................................................................................. 3
4.2.1. SUPUESTO DE HECHO ................................................................................ 3
4.2.2. FINALIDAD...................................................................................................... 4
4.2.3. CONGRUENCIA ............................................................................................. 4
4.2.4. PROPORCIONALIDAD .................................................................................. 4
4.3. CATEGORIAS ........................................................................................................ 4
4.4. ACCIÓN POSITIVA ................................................................................................ 5
5. APLICACIÓN EN LA LEY ............................................................................................. 5
5.1. ACTUACIÓN ADMINISTRATIVA ......................................................................... 5
5.2. PODER JUDICIAL.................................................................................................. 6
6. PARTICULARES ........................................................................................................... 6
7. BIBLIOGRAFÍA .............................................................................................................. 6

1
1. INTRODUCCIÓN

La cláusula de igualdad se encuentra en el art.14 como pórtico del Capítulo II del Título
I de la Constitución Española, que recoge los derechos más protegidos de las libertades
públicas.

El concepto de igualdad ha experimentado notables transformaciones que han


redundado en una superación de su carácter formal y adentrándose en la igualdad en
la ley.

La igualdad se configura hoy como un límite de la actuación de los poderes públicos y


como mecanismo de reacción frente a posible actuación de arbitrariedad o
discriminación de los poderes públicos.

2. DERECHO FUNDAMENTAL

La igualdad se configura como un derecho de los ciudadanos y como obligación y límite


de actuación para los poderes públicos.

Así pues, el derecho a la igualdad es, en primer lugar, un derecho a ser tratado igual
que quienes se encuentran en idéntica situación en cualquier ámbito de las relaciones
sociales. En segundo lugar, la igualdad es una obligación constitucionalmente impuesta
a los poderes públicos que consistente en tratar de igual forma a cuantos se encuentren
en iguales situaciones de hecho.

La igualdad es concebida como valor superior del ordenamiento jurídico español en el


art.1 de la CE. La misma, recoge distintas manifestaciones del principio de igualdad ante
la ley, como son el art. 23.2, igualdad en el acceso y funciones y cargos públicos; art.31.1
en relación con el sistema tributario; art. 32.1, la igualdad jurídica plena del hombre y la
mujer en el matrimonio; art.39.2 igualdad de los hijos ante la ley, y, por último, el art.
139.1 igualdad de derechos y obligaciones.

3. LA IGUALDAD ANTE LA LEY

La igualdad ante la ley supone que la ley es la misma para todos los ciudadanos y debe
de tratar a todos por igual. Además de su universalidad debe ser, en principio, general
y abstracta, es decir, debe elaborarse para la generalidad y no para grupos, excepto en
los casos debidamente justificados por la ley, tal como aparece expuesto en la STC
166/86 de 19 de diciembre: “será compatible con el principio de igualdad cuando la
singularidad de la situación resulte de los hechos, de manera que el supuesto de la
norma venga dado por ellos y solo quepa al legislador establecer las consecuencias
jurídicas para alcanzar el fin que se propone”

2
4. LA IGUALDAD EN LA LEY

El principio de igualdad supone que la ley no sólo es universal y va dirigida a todos los
ciudadanos, de este modo, y según el artículo 14 de la CE, se impone, pues, la igualdad
en la ley, como producto que es de los poderes públicos, debe tratar a todos por igual.

Dicho principio supone pues, que la autoridad legislativa tiene la obligación de tratar
idénticamente situaciones análogas y de forma distintas aquellas situaciones que no se
semejen.

4.1. IGUALDAD MATERIAL

El legislador, a fin de resolver las situaciones concretas y específicas debe regular de


manera distinta los distintos sectores de la actividad social. Estas desigualdades de
hecho se reflejan en el artículo 9.2 de la CE, que señala: “Corresponde a los poderes
públicos promover las condiciones para que la libertad y la igualdad del individuo y de
los grupos en que se integra sean reales y efectivas; remover los obstáculos que
impidan o dificulten su plenitud y facilitar la participación de todos los ciudadanos en la
vida política, económica, cultural y social.”

Es por esto que, al legislador se le impone la obligación de justificar adecuadamente el


trato desigual en situaciones análogas

4.2. DIFERENCIACIÓN

Como consecuencia de las situaciones desiguales, no cualquier trato desigual es


discriminatorio, por eso, cuando las diferenciaciones estén justificadas por la situación
de los individuos, la Constitución admite, pues, la diferenciación fundamentada en
causas objetivas y razonables.

El propio Tribunal Constitucional ha establecido los criterios a seguir para diferenciar


entre un trato justificado y otro discriminatorio.

4.2.1. SUPUESTO DE HECHO

En primer término, lo que justifica constitucionalmente la diferencia de trato, y evita que


ésa se considere discriminación es, antes que nada, la existencia de situaciones de
hecho que, por ser diferentes, admiten o requieren un trato también diferente, tal como
se indica en la STC 26/1987 de 27 de febrero: “el principio de igualdad [...] -de igualdad
en la ley-, no impide al legislador valorar situaciones diferentes para regularlas de
distinta manera”.

3
Del mismo modo, la STC 144/1988 de 12 de julio resalta que: “El principio de igualdad
que garantiza la Constitución [...] opera [...] de una parte, frente al legislador, o frente al
poder reglamentario, impidiendo que uno u otro puedan configurar los supuestos de
hecho de la norma de modo tal que se dé trato distinto a personas que, desde todos los
puntos de vista legítimamente adoptables, se encuentran en la misma situación”

4.2.2. FINALIDAD

El segundo elemento para decidir si hay o no discriminación es la finalidad de la medida


diferenciadora. En efecto, los poderes públicos deben justificarse objetiva y
razonablemente mediante una finalidad constitucional, es decir, que no choque con el
sistema de valores expuesto en la Constitución.

Esto queda expuesto en la STC 28/1992 de 9 de marzo, la cual indica que: “el principio
de igualdad [...] exige sobre todo que no se establezcan diferenciaciones que carezcan
de una justificación razonable, objetiva y congruente con la finalidad de la norma”, así
como en la STC 39/2002 de 14 de febrero, donde se resalta que: “También es necesario,
para que sea constitucionalmente lícita la diferencia de trato, que las consecuencias
jurídicas que se deriven de tal distinción sean proporcionadas a la finalidad perseguida”

4.2.3. CONGRUENCIA

La congruencia consiste aquí en la adecuación del medio a los fines perseguidos y así
se indica en la STC 114/1987 de 6 de julio: “el principio de igualdad impone como canon
de su constitucionalidad que la exigencia normativa de buena conducta guarde una
directa y razonable relación con la finalidad perseguida”.

4.2.4. PROPORCIONALIDAD

Es preciso que la relación entre estos factores esté caracterizada por la


proporcionalidad, debe existir, pues, proporción entre el trato desigual que se otorga y
la finalidad perseguida, esto queda contemplado por la STC 39/2002 de 14 de febrero,
donde se habla de que: “el principio de igualdad, no sólo exige que la diferencia de trato
resulte objetivamente justificada, sino también que supere un juicio de
proporcionalidad”.

4.3. CATEGORIAS

Parece claro, con esto, que el constituyente ha pretendido excluir cualquier diferencia
de trato que se base en circunstancias personales o sociales, e incluso ha mencionado
expresamente algunos supuestos de discriminación. Sin embargo, esta especificación
no implica que no existan más casos de discriminación.

4
Por esto, además de las aludidas causas expresas vetadas de discriminación, como son
el sexo, la raza, la religión, etc., existen otras situaciones susceptibles de esto y así
aparece en la STC 200/2002 de 4 de octubre: “no implica el establecimiento de una lista
cerrada de supuestos de discriminación”

4.4. ACCIÓN POSITIVA

Hacer posible la igualdad real, exigirá actuaciones diferenciadoras a fin de equiparar a


los sectores desfavorecidos con los que se encuentran en mejor posición, mediante
tratamientos más favorables a dichos sectores. Esto se conoce como discriminación
positiva y se refleja en fallos del Tribunal Constitucional como la STC 216/1991 de 14
de noviembre, la cual expone que: “cabe que existan desigualdades, mas siempre que
«respondan a razones objetivas y razonables”, así como en la STC 128/1987 de 16 de
julio que profundiza en que: “el mantenimiento de normas desiguales o separadas [...]
sólo vendrá justificada si efectivamente se dan circunstancias sociales discriminatorias.

5. APLICACIÓN EN LA LEY

La mayor virtud del principio de igualdad reside en que supone un límite a la actuación
de los poderes públicos, ya que, estos son quienes más probabilidades tienen de otorgar
a los ciudadanos un trato desigual. El principio de igualdad en la aplicación de la ley,
impone tanto a la Administración como a los tribunales.

Para que se plantee un problema constitucional sobre la desigualdad, motivada por el


distinto tratamiento, es preciso partir del principio de interdicción de la arbitrariedad de
los poderes público, tal como lo plasma la STC 57/1985 29 de abril, que identifica
arbitrario con “no razonado y, en este sentido, discriminatorio”.

Cabe remarcar que lo que este principio exige no es tanto “que la ley reciba siempre la
misma interpretación a efectos de que los sujetos a los que se aplique resulten siempre
idénticamente afectados, sino que no se emitan pronunciamientos arbitrarios por incurrir
en desigualdad no justificada” según la STC 49/1985, de 28 de marzo.

5.1. ACTUACIÓN ADMINISTRATIVA

La Administración está sometida al cumplimiento del principio de igualdad, por lo tanto,


no puede otorgar un trato desigual a quienes se encuentran en situaciones idénticas.

Además, la efectiva aplicación del principio de igualdad por parte de la Administración


se controlará por los tribunales ordinarios.

5
5.2. PODER JUDICIAL

El Tribunal Constitucional exige dos requisitos para que pueda hablarse de igualdad en
la aplicación de la ley:

- Existencia de “tertium comparationis” anterior. Esto es, que, un ciudadano puede


reclamar que se ha vulnerado su derecho a la igualdad en la aplicación de la ley
por parte de un tribunal o que dicho tribunal le ha aplicado la ley de forma
discriminatoria, aplicando la misma ley más favorablemente en un supuesto
anterior sustancialmente igual.
- El órgano jurisdiccional al que se imputa la violación del principio de igualdad
sea el mismo que dictó la resolución que se invoca como “tertium comparationis”.

La STC 30/1987 11 de marzo lo define así: “sobre los órganos del Poder Judicial [...] no
pesa la exigencia de resolver siempre en los mismos términos sobre supuestos que se
pretendan iguales, pues cada caso, para el mismo juzgador, puede merecer una
consideración diversa.”, por lo tanto, el cambio de criterio judicial no puede ser ocasional
o arbitrario.

6. PARTICULARES

El principio de igualdad se proyecta, también, sobre las relaciones entre los particulares.
La obligación de éstos de no incurrir en comportamientos discriminatorios con otros
particulares, ha de hacerse compatible con otros valores.

“Las relaciones entre particulares no quedan excluidas del ámbito de aplicación del
principio de igualdad, y la autonomía de las partes ha de respetar tanto el principio
constitucional de no discriminación como aquellas reglas, de rango constitucional u
ordinario, de las que se derive la necesidad de igualdad de trato.” tal como se dice en la
STC 177/88 de 10 de octubre.

7. BIBLIOGRAFÍA

López Guerra, Luis: Derecho Constitucional, Volumen I. Valencia, Tirant lo Blanch, 2010.

Ollero Tassara, Andrés: Igualdad en la aplicación de la ley y precedente judicial. Madrid,


Centro de Estudios Constitucionales, 1989.

Constitución Española de 6 de diciembre de 1978.

Sentencias del Tribunal constitucional.

Você também pode gostar