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NIÑOS Y ADOLESCENTES EMOCIONALMENTE

INTELIGENTES
0 POSTED BY ADM IN IS TRA D OR -YE I - 3 ABR IL, 2 0 1 5 - LIFE COACH ING

Los padres de familia se preocupan por el éxito y la felicidad de sus hijos. Pero, ¿de qué
dependen éstos? El éxito o el fracaso, personal y profesional, dependen tanto de
competencias técnicas (conocimientos, información) como de competencias emocionales
(conocimiento de uno mismo, control emocional, confianza, escucha, etcétera).

De acuerdo con estudios, el 80% del éxito y la felicidad en la vida depende de la


Inteligencia Emocional (IE), una capacidad para identificar y reconocer los sentimientos
propios y de los demás, así como la habilidad para manejarlos.

La IE engloba características tales como: la aptitud de motivarnos a nosotros mismos, de


ser perseverantes, de manejar la frustración, de controlar los impulsos, de regular nuestros
propios estados de ánimo, de evitar que la angustia interfiera con las facultades racionales y
la capacidad de confiar en los demás. De este tema se desprenden habilidades internas
como el autoconocimiento, el autocontrol y la automotivación. Y habilidades hacia otros
como la empatía y las habilidades sociales.

Autoconocimiento
Se refiere a entender las emociones propias y cómo éstas afectan a otros. Alude también a
entender lo que está pasando en nuestro cuerpo y qué estamos sintiendo, es decir, aprender
a conocernos a nosotros mismos. No podemos controlarnos sin tener un autoconocimiento
de las emociones. Una vez que seamos conscientes de nuestras emociones podremos ser lo
suficientemente sensibles para verlas en otras personas.
El autoconocimiento incluye la habilidad de identificar qué nos hace perder el control,
conocidos como disparadores o botones del enojo. Si conocemos lo que dispara el enojo,
entonces, seremos capaces de generar acciones para prevenir o solucionar un problema.

Cada persona tiene botones del enojo diferentes. Ayuda a tu hijo a identificar en qué
situaciones, generalmente, hay un disparador: ¿Qué le hace enojar?, ¿qué lo inicia?
Después, clasifícalo en una escala del 1 al 5, donde 1 es poco intenso y 5 es muy intenso.
Ayúdalos a evaluar su reacción, ¿cómo reaccionan? (gritan, golpean a alguien o algo, dan
portazos, lloran). Y finalmente, ¿a quiénes afecta por su comportamiento?

Parte importante del autoconocimiento es identificar nuestras fortalezas y áreas de


oportunidad. Para ser exitosos hay que conocerse y aceptarse a sí mismo. Enséñale a tu hijo
a reconocer sus fortalezas (las cosas que hacen muy bien) y sus áreas de oportunidad (las
que aún podemos mejorar), y hazle saber que debe afianzar sus fortalezas y trabajar en las
áreas de oportunidad para convertirlas en nuevas fortalezas. Mientras más puedas expandir
la conciencia de tu hijo sobre sus cualidades, mayor es la probabilidad de que su
autoconfianza se incremente, porque sabrá enfocarse en sus atributos positivos.

Autocontrol
Es la capacidad que nos permite controlar las emociones y evitar que éstas nos controlen.
Esto incluye, fundamentalmente, la regulación de la impulsividad (la ira, la violencia);
tolerancia a la frustración para prevenir estados emocionales negativos (estrés, ansiedad,
depresión) y perseverar en los objetivos a pesar de las dificultades.
Cuando nos encontramos enojados, hay un efecto que se conoce como secuestro emocional;
esto significa que no podemos pensar claramente y es posible decir o hacer cosas de las que
después, una vez calmados, nos arrepintamos. Por ello, ante el enojo, lo primero que
tenemos que hacer es alejarnos, ya sea físicamente y/o psicológicamente, del evento o
persona que disparó el enojo y enfocarnos en tranquilizarnos.

Algunas estrategias para enseñar a tu hijo a tranquilizarse es respirar profundo, contar


lentamente del 10 al 1, apretar una pelota, dibujar, quedarse solo por un rato, buscar una
actividad para distraerse, etcétera. Ayuda a tu hijos a identificar la intensidad de sus
sentimientos, ya que si están en una intensidad baja es mucho más probable que se logren
calmar que cuando están en un nivel alto. Es primordial que le enseñes a poner nombre a
sus emociones. El acto de poner nombre a las emociones tiene un efecto calmante en el
sistema nervioso y ayuda a la persona a recuperarse más rápidamente de los incidentes
molestos.

Automotivación
Es la capacidad de mantener el ánimo, la perseverancia y el optimismo, incluso ante la
adversidad. La motivación es el estado interno que dirige y sostiene el comportamiento. En
la medida que sentimos motivación se despierta en nosotros el entusiasmo, el placer y el
coraje; sentimientos que nos impulsan a la realización y, consiguientemente, a la
autorrealización. Algunos componentes de la automotivación son:
La conducta orientada a objetivos
Se refiere a que tu hijo tenga iniciativa y perseverancia en lo que realice; que desarrolle un
plan para lograr una meta propuesta y se mantenga enfocado hasta alcanzar el éxito; que
entienda que el esfuerzo personal es crítico para el éxito y que los errores son una
oportunidad de aprendizaje y no deben ser devastadores. Como padres hay que
acompañarlos y guiarlos en ese proceso. Junto con él, establece metas alcanzables de
acuerdo a su edad y desglosadas en pequeños pasos. Celebra su éxito y ayúdalo a levantarse
y a generar soluciones a los problemas que se pudieran presentar en el camino.
Pensamiento optimista
Se trata de que tu hijo, a pesar de lo que haya vivido en el pasado, lo que esté viviendo en el
presente o de lo que le toque vivir en el futuro, tenga una actitud de confianza y esperanza
hacia la vida, y que sepa manejar la frustración de manera adecuada ante los errores.
También es importante que acepte y aprenda de sus errores. Explícale que el error no es un
fracaso, sino una oportunidad para aprender algo nuevo y hacer las cosas mejor la próxima
vez. Para ayudarle a aprender de sus errores, enséñale los siguientes pasos:
1. Mantener la calma, intentar platicar consigo mismos utilizando un diálogo positivo
2. No utilizar excusas para justificarlos, sino ¡aceptarlos!
3. Identificar qué fue lo que falló
4. Hacer un nuevo plan
5. Volverlo a intentar una y otra vez hasta conseguirlo
La responsabilidad personal
Este componente alude a no culpar a otros de sus actos y aceptar las consecuencias.
Explícale que todas sus acciones tienen un resultado, negativo o positivo, y que el principal
responsable de éste es él mismo. Así podrá tomar conciencia de sus acciones y, por lo tanto,
aumentar su responsabilidad personal.
Las personas tenemos la tendencia a atribuir responsabilidades a los demás, porque se nos
dificulta reconocer nuestra participación en situaciones conflictivas. Por ello, es importante
enseñarle a tomar la parte que le corresponde. Debemos hacerle ver que también tiene
responsabilidades y que si no las cumple hay consecuencias.
Empatía
Es ponerse en los zapatos del otro; es la capacidad para interactuar y respetar a las personas
reconociendo que todos somos diferentes, que todos pensamos, sentimos y actuamos de
manera distinta. Es estar consciente de que no es correcto burlarnos, criticar, juzgar y,
mucho menos, agredir física o verbalmente a otros.
Los beneficios de la empatía son enormes, ya que las personas empáticas tienen una mayor
conocimiento para entender las emociones de otros, están más abiertos a diferir en puntos
de vista y son menos tolerantes al racismo. Entienden que la violencia tiene resultados
hirientes, suelen ser personas menos agresivas y encuentran maneras pacíficas de resolver
los problemas.
La empatía ayudará a tu hijo a ser sensible a los sentimientos y las necesidades de otros. Un
elemento esencial de la empatía es la escucha activa. Escuchar bien no significa sólo oír
palabras, sino atender, entender, reaccionar adecuadamente y hacer aportes valiosos a la
conversación que resulte en una auténtica comunicación.

Comparte con tu hijo estos seis consejos para escuchar activamente:


1. Establecer contacto visual
2. Inclinarte un poco hacia adelante para mostrar interés
3. Asentir con la cabeza y dar retroalimentación a quien habla, decir cosas como “OK”,
“entiendo”
4. Hacer preguntas que tengan que ver con lo que se nos dice
5. Dar toda nuestra atención, no hacer otras cosas a la vez
6. Dejar que la otra persona termine de hablar, no interrumpirla.
Empatía es el trato que apoya la moralidad, calidad humana y responsabilidad social.
Empatía es lo que mueve a tu hijo a ser compasivo.

Habilidades sociales
Es saber relacionarse con los demás, permitir nutrir y mantener amistades, así como
manejar relaciones difíciles. Para desarrollar estas aptitudes, obsérvalo en sus interacciones
con otros para identificar las habilidades a desarrollar. Algunas señales de comportamientos
que se muestran frecuentemente en chicos que necesitan desarrollar habilidades sociales
son: es un mal perdedor, no le gusta socializar con otros niños, interrumpe las actividades
impulsivamente, maneja los conflictos de forma inapropiada, emplea muchos argumentos,
juega agresivamente, no sabe cómo hacer y mantener amigos, siempre tiene excusas cuando
pierde, no toma turnos, raramente coopera, critica muy seguido y no sabe cómo unirse a un
grupo y se queda observando.
Una persona con Inteligencia Emocional, al contar con autoestima y un adecuado
conocimiento de sí misma, tiene mayores posibilidades de éxito en las relaciones con su
familia, amistades, pareja, contactos laborales y con la sociedad. También posee una fuerte
defensa ante los conflictos del día a día, ya que tiene la capacidad de comprender el origen
de sus emociones y cuenta con estrategias para confrontar la frustración. Su autocontrol le
ayuda a mantener su mente clara y poder solucionar todo tipo de conflictos, y su empatía le
facilita las relaciones con los otros.

Los que nos dedicamos al desarrollo de la Inteligencia Emocional, vemos cambios


significativos de actitudes y comportamientos en las personas (niños, adolescentes, papás,
maestros, ejecutivos y empresarios). Deseamos convertir este siglo en un espacio para el
cultivo del amor, tolerancia y del respeto hacia los demás. Ayudar a las personas a elevar su
inteligencia emocional y a vivir en una sociedad y un mundo emocionalmente inteligente,
se sustenta en la creencia de que otro mundo es posible.

LAS EMOCIONES EN LA ADOLESCENCIA

Como en todo periodo de cambios, en la adolescencia se experimentan emociones nuevas lo que


para alguien puede ser difícil de manejar. Debido a las características personales de cada uno y al
tipo de apoyo que recibe de su medio ambiente ( padres, amigos, hermanos, profesores y de la
comunidad en su conjunto), los jóvenes viven su adolescencia de maneras distintas. Mientras que
para unos se trata de un periodo de tranquilidad, aprendizaje continuo y adaptación a las nuevas
experiencias;a las nuevas experiencias para otros puede ser un periodo turbulento de cambios
constantes, emociones muy intensas y vulnerabilidad.

CÓMO IDENTIFICAR NUESTRAS EMOCIONES

Responder adecuadamente a estos cambios y emociones depende de muchos factores. Uno de


ellos, muy importante, es la capacidad para relacionarnos con nosotros mismos y observarnos y
otro es la habilidad para interactuar con los demás. El conjunto de estas habilidades te da las
herramientas necesarias para aprender a identificar tus propias emociones y para manejarlas de la
mejor manera posible, de modo que tus comportamientos sean respetuosos hacia ti mismo(a) y
hacia los demás.

Para ser efectivo en la identificación y el manejo de tus propias emociones, es necesario


desarrollar estas cinco capacidades:

Autoconciencia: Es la capacidad de reconocer y entenderse a uno mismo, con sus fortalezas,


debilidades, estados de ánimo, emociones e impulsos.

Autorregulación emocional: Es la capacidad de controlar nuestras propias emociones e impulsos,


de pensar antes de actuar.

Automotivación: Es la capacidad de estar en un estado continua búsqueda y persistencia en la


consecución de los objetivos, sin desanimarse.

Empatía: Es la capacidad para entender las necesidades, sentimientos y problemas de los demás,
es estar en los " zapatos de la otra persona", es decir ponerse en el lugar de la otra persona.
Habilidades sociales: Es la capacidad de manejar adecuadamente las relaciones con los demás, es
decir, saber persuadir positivamente a los otros, expresar nuestras propias ideas y sentimientos,
pedir las cosas que necesitamos y saber conducir una conversación de manera adecuada.

¿ QUÉ ES LA AUTORREGULACIÓN EMOCIONAL?

Es la capacidad que te permite mantener el equilibrio, el control de ti mismo. Es como una


conversación interna continuada, que te libera de ser prisionero de tus emociones. Este diálogo
contigo mismo te permite sentir emociones como cólera, rabia, alegría o tristeza y a la vez
controlarlas y canalizarlas de manera que no afecten a tu persona ni a los demás. autorregular no
es "no sentir" es sentir y controlar la expresión de la emoción.

Imagina que te encuentras escuchando una exposición sobre" los derechos humanos"y de pronto
te das cuenta que están presentando tu trabajo. En ese momento sientes mucha furia porque se
copiaron y puedes actuar de diversas maneras, por ejemplo:

a. Golpear al que está exponiendo y gritar a todo pulmón que es tu trabajo.

b. Mantenerte en silencio sepulcral, sin mostrar tu rabia.

c. esperar que termine la exposición y acercarte a tu compañero para que te explique porque tiene
tu trabajo, decirle como te sientes y pensar en cómo solucionar la situación.

Esta última alternativa disminuye la tensión emocional del momento y crea un espacio de
reflexión para solucionar la situación de una manera calmada que permita encontrar una
respuesta saludable. A esto le llamamos AUTOREGULACIÓN EMOCIONAL.

Como te darás cuenta, este proceso de autoregulación es complejo. Es un proceso gradual, porque
implica el desarrollo de ciertas capacidades y actitudes como:

Ser conciente , darte cuenta de la situación y de tu comportamiento en ella.

Pensar qué alternativas de acción tienes

Estar vigilante de lo que sientes

Ser sincero y honesto contigo mismo

Sentirte bien con el nuevo comportamiento que puedas tener.

¿Cómo desarrollar la autoregulación emocional?


Si pensamos en desarrollar la autoregulación emocional, no debemos olvidar los pasos a seguir
cuando hablamos de autorregulación en general: plantearse metas, identificar recursos, planificar
y actuar.

Sabemos que en un momento donde las emociones afloran es casi imposible pensar en el paso 1,
paso 2...., pero si lo aprendemos y lo practicamos continuamente, lo vamos asimilando como un
comportamiento cotidiano;y actuaremos sin necesidad de pensar en que paso estamos.

Cuando queremos manifestar nuestras emociones lo hacemos a través de la comunicación verbal


y no verbal. Esta manifestación puede tener diferentes formas:podemos quedarnos callados
(pasivos) , protestar airadamente ( agresivos) o plantear clara, firme y calmadamente lo que
deseamos ( asertivo).

Es importante tomar en cuenta que el ser asertivo no implica aguantar y quedarte callado, ni
tampoco pelearte o agredir a los demás; el ser asertivo es hacer valer tus derechos tomando en
cuenta los de los demás. Ser asertivo proporciona dos importantes beneficios:

a. Incrementar el respeto y confianza en uno mismo.

b. Mejora la aceptación y el respeto de los demás.

Todos tenemos derecho a equivocarnos. Es parte del proceso y del crecimiento personal aprender
a reconocer nuestros errores y expresar frente a otros que hemos cambiado de opinión.

En tu cuaderno desarrolla las siguientes actividades, de acuerdo a la indicaciones del docente:

Dibuja un rostro en el que se observe uno de estos sentimientos: cólera, ira,angustia o alegría

Para que te des cuenta de que existen diferentes formas de expresar las emociones, dibuja dos
maneras distintas de demostrar el sentimiento de tristeza

Para que descubras que las emociones son posibles de ser controladas, describe una situación en
donde recuerdes haber controlado adecuadamente tus emociones.

Luego de haber desarrollado este trabajo te habrás dado cuenta que es importante reconocer tus
emociones para así tener la posibilidad de expresarlas y manifestarlas de forma saludable; no solo
para que tú te sientas bien sino todos los que te rodean.
ROBLEMAS EMOCIONALES

Definición

Hay muchos términos para describir problemas emocionales, mentales o del comportamiento. En
la actualidad, éstos están calificados de “problemas emocionales” (“emotional disturbance”). De
acuerdo a las regulaciones del Acta para la Educación de Individuos con Discapacidades
(“Individuals with Disabilities Education Act,” o IDEA), los problemas emocionales se definen como
“una condición que exhibe una o más de las siguientes características a través de un largo período
de tiempo y hasta cierto grado, lo cual afecta desfavorablemente el rendimiento educacional del
niño:

Una incapacidad de aprender, que no puede explicarse mediante factores intelectuales,


sensoriales, o de la salud;

Una incapacidad de formar o mantener relaciones interpersonales con los compañeros y


profesores;

Comportamiento o sentimientos inapropiados, bajo circunstancias normales;

Un estado general de descontento o depresión; o

Una tendencia a desarrollar síntomas físicos o temores asociados con los problemas personales o
colegiales.”

Características

Existen dos signos o indicadores que nos pueden avisar de la presencia de un trastorno
psicológico: la presencia de emociones dolorosas (sentimientos de ansiedad, depresión o irritación
crónica) y la aparición de conflictos continuados en las relaciones sociales o familiares.

El sufrimiento psicológico además puede adoptar múltiples formas (H. Fernández-Álvarez,1992)


según la persona que lo padezca le encuentre o no sentido o explicación al malestar que padece.
Existen una primera forma de padecimiento a los que las personas encuentran explicación o
sentido (p.e sacrificio ante situaciones limites, una huelga de hambre.. etc) que no suelen ser
catalogadas como trastornos psicológicos. Una segunda forma de padecimiento consiste en que
quién los sufre no termina de explicárselo o darle sentido (por lo general se trata de trastornos
afectivos de tipo depresivo o ansioso).Un tercer grupo, más problemático, son los casos donde la
persona que padece el malestar si le encuentra sentido a su sufrimiento, pero aquellos que le
rodean no se lo encuentran (por lo general se trata de casos de trastornos mentales graves como
las psicosis). Y por último, el cuarto grupo, se caracteriza mas bien por hacer sufrir a otros,
independientemente del grado de malestar subjetivo de esa persona (se suele relacionar con
trastornos graves y antisociales de la personalidad). El grupo de personas que no encuentran
sentido a su malestar suele ser quienes mas solicitan la ayuda de los servicios de psiquiatría y
psicología, seguidos de aquellos que aún encontrándole un sentido, este no es validado por
aquellos que le rodean.

Entre las personas que no ven sentido a su malestar emocional o a sus conflictos relacionales suele
ser típico la presencia de una o varias respuestas crónicas de carácter emocional: la ansiedad, la
depresión y la ira.

La ansiedad implica la preparación de la persona ante situaciones que percibe erróneamente


como amenazadoras o peligrosas haciendo que esta se prepare para defenderse o escaparse. El
pensamiento y las imágenes del individuo ansioso se caracteriza por exagerar las posibilidades de
peligro de un acontecimiento interno (p.e el que una señal de malestar indique la aparición de un
infarto inminente) o de un acontecimiento externo (p.e la posibilidad de ser rechazado por otros).
También este pensamiento suele hacer que se minusvalore la propia capacidad de hacer frente a
la situación. A nivel emocional la persona se siente nerviosa, con deseos de huir de la situación
vivida como peligrosa. Su conducta puede incluir la inhibición del habla, la conducta de escapar o
la inquietud motora. Su cuerpo puede responder, mediado por su sistema nervioso central y
autonómico, con síntomas como la sudoración, taquicardia, dificultades respiratorias, tensión
motora ,insomnio, etc.

El estado depresivo supone más bien una reducción del nivel de respuesta de la persona ante los
acontecimientos de su vida. La persona esta centrada en pensamientos e imágenes en torno a sus
perdidas, incapacidad, fracasos o indefensión. Por lo general mantiene una baja autoestima y está
centrada en una visión negativa de si misma, su vida y su futuro. Pueden aparecer también
pensamientos o deseos suicidas A nivel emocional predomina el estado de animo depresivo, con
perdida por los intereses y actividades habituales, una dificultad para disfrutar de las actividades
habituales, y a veces también sentimientos de culpa, ira o ansiedad. La conducta de estas personas
se caracterizan por un abandono de sus actividades habituales o por un descenso intenso de las
mismas. Trastornos como la perdida del apetito, las alteraciones del sueño y la perdida del interés
por el sexo, también son característicos del estado depresivo.

La ira crónica consiste en un estilo de conducta centrado en la defensa y ataque directo o indirecto
(“disimulado” p.e por la ironía). Se caracteriza a nivel de pensamientos e imágenes de condena o
criticas hacia el ofensor, y exigencias sobre que no debería haber actuado de una manera
determinada. A nivel emocional la irritación tensa la musculatura corporal y la dispone al ataque
verbal o físico, aparecen sentimientos de rencor y venganza. La conducta se dirige a atacar verbal
o físicamente al supuesto ofensor. El cuerpo suele responder con una elevación del ritmo cardiaco,
la tensión sanguínea aumenta, la respiración se acelera, y pueden aparecer trastornos del sueño,
de la alimentación y de otras necesidades corporales, la rumiación obsesiva sobre el hecho que se
exige no debería haber ocurrido, las criticas al ofensor, los planes de venganza y una especial
facilidad para “saltar a la más mínima”.

Los dos signos de los trastornos psicológicos


Presencia de emociones dolorosas crónicas (ansiedad, depresión, ira…).

Presencia de conflictos duraderos en las relaciones sociales, familiares o de pareja.

Causas

La conducta psicopatológica tiene dos tipos de causas: biológicas y ambientales. Estas causas se
suelen combinar en la mayoría de los trastornos psicológicos, llamándose a los modelos que la
estudian “multifactoriales”.

Uno de estos modelos es el llamado de “Vulnerabilidad-Estrés” (Zubin y Spring,1977), que quizás


sea el más compartido por la mayoría de los psiquiatras y psicólogos clínicos para dar cuenta de
los factores causales de los distintos trastornos. El modelo referido propone que los trastornos
suponen una crisis en el funcionamiento psicobiológico de la personas con una cierta
vulnerabilidad (disposición o características de personalidad) ante determinados estresores
(situaciones que generan tensión y necesidades de adaptación). La vulnerabilidad incluye
predisposiciones determinadas genéticamente que a su vez influyen sobre, por ejemplo,
determinados niveles de sustancias bioquímicas en el cerebro del individuo. También incluyen
procesos y habilidades psicológicas, como la capacidad atencional, los procesos de memoria, los
estilos de pensamiento personales y las habilidades de conducta para afrontar determinadas
situaciones. Se supone además que esos factores se pueden consolidar y hacerse más persistentes
en las épocas tempranas de la vida, donde la maduración del sistema nervioso está iniciándose y
las influencias ambientales provenientes del medio sociofamiliar pueden dejar una fuerte huella.

Funcionamiento

En la mayoría de los trastornos psíquicos existe una estrecha relación entre sus componentes.
Existe una relación de influencia mutua entre las respuestas fisiológicas del cuerpo, los
pensamientos, los estados emocionales y la conducta de una persona ante una determinada
situación o problema. Así, si nos sentimos tristes y deprimidos, nuestro pensamiento será negativo
y pesimista, nuestra actividad descenderá y nuestro cuerpo modificará su funcionamiento. De
igual manera si nuestro pensamiento o actividad imaginativa está centrado en posibles peligros
por ocurrirnos, nuestro estado anímico será ansioso, nuestra conducta tenderá a procurar evitar
tales peligros y nuestro cuerpo está preparado para reaccionar con tensión y sobresalto. En la
misma línea si ante un problema importante nos encontramos con un no saber actuar de modo
eficaz, nuestro pensamiento estará centrado en las preocupaciones e incapacidad, nuestros
sentimientos estarán acordes con esa incapacidad y nuestro cuerpo podrá acompañar
negativamente a tal reacción. Por supuesto, que también un trastorno corporal (p.e una
enfermedad infecciosa, o un trastorno bioquímico) suele afectar a nuestro estado anímico,
nuestros pensamientos y nuestra conducta haciéndola mas problemáticas. Por ejemplo,
determinadas personas tienen un nivel inadecuado de sustancias químicas que conectan el
funcionamiento de su sistema nervioso y que hacen que respondan con mas problemas
emocionales o de conducta ante determinadas circunstancias

Problemas emocionales y sexuales en los adolescentes

Emocionales

La investigación ha puesto de manifiesto que cuatro de cada diez adolescentes en algún momento
se han sentido tan tristes que han llorado y han deseado alejarse de todo y de todos. En el
transcurso de su adolescencia uno de cada cinco adolescentes piensa que la vida no merece la
pena vivirla. Estos frecuentes sentimientos pueden dar lugar a un estado depresivo que puede no
ser evidente para los demás. Las ingestas alimenticias excesivas, la somnolencia y las
preocupaciones excesivas sobre su apariencia física pueden ser también signos de malestar o
disconfort emocional. De forma más obvia, pueden aparecer fobias y ataques de pánico. Los
estudios recientes han demostrado que los problemas emocionales del adolescente no suelen ser
reconocidos ni siquiera por sus familiares o amigos.

Problemas sexuales

Los dramáticos cambios físicos de la adolescencia pueden llegar a ser muy preocupantes para
algunos adolescentes, especialmente para aquellos que son tímidos y que no desean hacer
preguntas al respecto. En el otro extremo, las preocupaciones pueden ponerse de manifiesto en
forma de presunción excesiva tanto sobre su capacidad sexual como sobre sus experiencias. Más
de la mitad de los adolescentes tendrán su primera experiencia sexual completa antes de los 16
años. Aquellos que comienzan tempranamente con relaciones sexuales tienen un mayor riesgo de
embarazos no deseados y de problemas de salud. Los nuevos riesgos para la salud que suponen la
infección por HIV y el SIDA constituyen una preocupación adicional.

Cómo Apoyar a Niños Vulnerables

Una crisis familiar, una enfermedad grave, el alejamiento temporal de la madre, el nacimiento de
un hermano, etc. son situaciones que muchas veces no logran ser asimiladas por los niños y, pese
al paso del tiempo, acumulan inestabilidad, irritabilidad, diversas enfermedades, problemas
escolares e incluso regresiones en ciertas áreas como el control de esfínteres.

Los problemas los afectan a nivel emocional, desestabilizándolos en todos los ámbitos de la vida.
Alguna situación los impacta de tal manera que “deciden” protegerse del mundo, bloqueando las
vías de comunicación, lo que luego, les dificulta abrirse, sanar las heridas y recuperar la confianza.
A veces el tiempo no basta y es necesario recurrir a terapia”, explica Fernando Núñez,
musicoterapeuta y director del Centro Internacional Tomatis.
Con más de 50 años de experiencia y 250 establecimientos en todo el mundo, el Centro
Internacional Tomatis realiza terapias dirigidas primeramente al sistema emocional de los niños,
gracias a los beneficios de la música de Mozart. Sus efectos son amplios y van desde fortalecer la
autoestima, mejorar la imagen personal, darles alegría, superar problemas de timidez y/o
agresividad, hasta problemas escolares y la capacidad de focalizar y lograr sus objetivos.

Cuando Emilio nació era maravilloso, despierto, inteligente, encantador, teníamos una
comunicación exquisita, un niño que no molestaba nada. A los cinco meses debí realizar un viaje
de trabajo y pasé dos noches fuera. A la vuelta encontré a mi marido alarmado: la guagua se había
despertado a las 4 de la mañana y permaneció así una hora entera hasta que volvió a dormirse:
inexplicable. Ahí comenzó un largo período de insomnio que incluso tratamos con medicamentos”,
cuenta Margarita.

Cuando la madre vuelve, el niño no la mira, está enojado. La madre tiene que tener un muy buen
manejo para subsanarlo por sí misma”, comenta Fernando Núñez, musicoterapeuta, director del
Centro Internacional Tomatis y actual estudiante de psicología en la Unversidad Uniacc

Causas Transitorias de Problemas Emocionales

Lo que más afecta a los niños es el rechazo de la madre, desde su gestación, los embarazos no
deseados, las depresiones durante el embarazo, la dificultad para aceptar un hijo hombre si se
quería mujer o viceversa, etc. generan problemas en el apego y causan dificultades a nivel
emocional en los niños.

También las enfermedades graves en las familias, el paro, problemas económicos y en general
cualquier preocupación fuerte especialmente de la madre deja su huella en los niños. No todos,
pero los más susceptibles pueden volverse irritables, inseguros, agresivos, enfermizos (primero
resfríos, otitis, gripes y a veces afecciones más complejas y raras) para terminar con problemas
escolares, académicos e incluso motores en los juegos y deportes en algunos casos. Regresiones
en el lenguaje, dificultad para tolerar la frustración, retroceso en algunas áreas incluso en el
control de esfínteres.

Las hospitalizaciones prolongadas, especialmente de niños pequeños, son complicadas. En lo


posible hay que evitar que pasen una noche solos. De lo contrario, dejarlo a cargo de una
enfermera cariñosa y decírselo a ambos juntos.

La separación de los padres, el nacimiento de un hermano, las presiones por un alto rendimiento
escolar y las situaciones de maltrato en general de los padres, nanas, en salas cunas o colegios
pueden dejar una huella profunda en los niños.
El médico francés Alfred Tomatis (musicoterapia) explica que el niño utiliza su oído como
mecanismo de defensa para alejar este mundo sonoro que lo agrede. De la misma manera en que
se tapan los oídos para no escuchar un reto, pero a nivel interno.

Normalmente el oído tiene la capacidad de escuchar lo que quiere y no aquello que no quiere oir,
de alli el refrán ” no hay peor sordo que el que no quiere oir”. . Así, además, logra focalizar su
atención por sobre las diferencias de volumen entre un “ruido” y el sonido elegido. Pero el abuso
de este mecanismo hace que los músculos del oído medio pierdan su tonicidad y no puedan
recuperar su máximo nivel receptivo lo que incide en la capacidad de comunicar y en el desarrollo
del lenguaje a nivel neurológico.

La terapia desarrollada por este otorrinolaringólogo francés, el Método Tomatis, privilegia la


armonía emocional de sus pacientes, gracias a los efectos terapéuticos de la música de Mozart
escuchada a través de un equipo especial. Una vez resuelto el problema emocional, se compensan
las otras áreas: problemas de aprendizaje, motoras, etc.

El sistema ya cuenta con más de 50 años de experiencia y 250 establecimientos en todo el mundo,
con terapias no invasivas y resultados probados científicamente. Sus efectos son amplios y van
desde fortalecer la autoestima, mejorar la imagen personal, darles alegría, superar problemas de
timidez y/o agresividad, hasta problemas escolares y la capacidad de lograr sus objetivos.

“Para prevenir estos problemas los padres deben preocuparse de llenar las necesidades básicas a
nivel emocional a lo niños: entregarles cariño incondicional y que ellos sientan la certeza de esto.
Ser capaces de empatizar con sus hijos y ponerse en su lugar en todas las situaciones. Y, crear un
clima familiar que permita expresarse y vivir las emociones. Los niños necesitan aprender a
manejarse con la rabia, la pena, la euforia, alegría, etc. Y eso lo logran al ver a sus padres y en la
práctica. Es importante permitirles llorar, gritar, enojarse, incluso con los padres”, concluye
Fernando Núñez.

Algunos factores que pueden disponer a un adolescente en riesgo de desarrollar problemas


emocionales serios incluyen:

Crecer pobres

Vivir en un hogar con un solo padre

Ser varones

Crecer en un vecindario con poco apoyo social

Falta de supervisión adulta

Malas relaciones con los padres y otros adultos importantes en sus vidas

Autoestima deficiente
Asistir a escuelas de baja calidad académica

Haber sufrido abuso físico, abuso sexual o abandono

No crea que estar en “alto riesgo” necesariamente significa problemas serios para un muchacho.
Algunos adolescentes con muchos factores de riesgo evitan problemas mayores. Y algunos con
sólo algunos factores de riesgo en sus vidas dan un tropiezo.

Formas de evitar problemas emocionales

Lo que sí sabemos es que ciertas cosas aumentan las posibilidades de que los niños eviten caer en
problemas serios. El tener padres amantes que les den buen apoyo y que les dan reglas claras a
seguir y los supervisan suficientemente, son elementos claves. Además los adolescentes con un
temperamento agradable, buenas destrezas sociales y un buen sentido del humor generalmente
logran superar los problemas. Un niño que asiste a la escuela y vive en un vecindario con bastante
apoyo social también tendrá mayor capacidad para recuperarse cuando se enfrenta a los
problemas. Estos apoyos sociales pueden ser el interés de alguien que se preocupa por ellos-por
ejemplo, maestros, entrenadores o vecinos.

Factores que multiplican los Problemas Emocionales

Una advertencia: Es posible que usted tenga que enfrentar más de un problema a la vez, puesto
que los problemas serios tienden a agruparse: una adolescente de 12 años con un desorden
alimenticio puede también estar deprimida y un adolescente de 14 años que fuma marihuana
puede haber comenzado a tener relaciones sexuales.

Uso de alcohol o drogas

Puesto que la adolescencia es una etapa de emociones confusas y tensión no nos debe sorprender
que éste es el momento cuando muchos adolescentes prueban por primera vez las bebidas
alcohólicas, el tabaco y otras drogas.

Y los cambios emocionales repentinos y el comportamiento errático típicos de la edad pueden


ofuscar las señales del abuso del alcohol o las drogas. Si su hijo demuestra los siguientes síntomas,
es probable que las drogas o el alcohol sean la causa del problema.

Su hijo se ve aislado, deprimido, cansado y descuidado en su aseo personal.

Si exhibe demasiada hostilidad y falta de cooperación y nunca cumple con su hora de llegada.

Tiene nuevos amigos (y no quiere hablar de ellos).

No le quiere decir a donde va y qué va a hacer.


Sus calificaciones bajan.

Pierde interés en sus aficiones, deportes y otras actividades una vez favorecidas.

Sus rutinas para comer y dormir cambian; se mantiene despierto muy tarde y luego duerme
durante el día.

Su relación con otros miembros de la familia ha empeorado y se rehúsa a discutir la escuela, las
actividades, amigos y otros temas importantes.

Tiene problemas concentrándose y se le olvidan las cosas.

Trae los ojos rojos o le corre la nariz cuando no tiene un resfriado.

El DINERO de la casa desaparece.

Desórdenes alimenticios

Los desórdenes alimenticios generalmente ocurren entre las adolescentes. Los desórdenes
alimenticios entre los varones generalmente ocurren entre atletas, especialmente los luchadores.

Los desórdenes alimenticios más comunes son anorexia nervosa y la bulimia. La anorexia es un
desorden emocional que puede comenzar con una pérdida de peso extrema y la incapacidad de
subir de peso. El 90 por ciento de las personas que sufren de éste desorden son mujeres. Los
estudios científicos sugieren que una de cada 250 mujeres sufre de anorexia, y sus síntomas
aparecen por primera vez durante los primeros años de la adolescencia. La bulimia se caracteriza
por episodios de comer en exceso y luego vomitar intencionalmente, las ayunas y el ejercicio
extremo. La bulimia tiende a presentarse entre las adolescentes mayores, y muchas de ellas
también han padecido de anorexia.

Varios desórdenes físicos están relacionados con los desórdenes alimenticios, tales como los
problemas renales, las arritmias cardíacas, irritación y desgarramiento del esófago, mareos y
desmayos, y problemas estomacales e intestinales. La mortalidad es del 5 al 15 por ciento, pero
esta cifra se puede disminuir con tratamiento.

Diríjase a un experto de inmediato si su hija:

Baja de peso repentinamente sin razón médica;

Reduce la cantidad de alimentos que consume, o deja de consumir carbohidratos y grasas;

Hace demasiado ejercicio a pesar de sentirse débil y fatigada;

Le aterroriza la idea de subir de peso;

Deja de menstruar;

Se excede al consumir alimentos de alto contenido calórico; o


Trata de controlar su peso vomitando o utilizando laxantes y diuréticos.

Depresión y suicidio

Algunas señales de advertencia que indican depresión o tendencias suicidas incluyen:

Cambios en los hábitos de descanso (dormir demasiado o demasiado poco);

Cambios en el comportamiento (falta de concentración en la escuela, trabajo o en tareas


rutinarias, calificaciones que empeoran);

Cambios en la personalidad (parecen tristes, aislados, irritados, ansiosos, cansados, indecisos o


apáticos);

Cambios en sus hábitos alimenticios (pérdida de apetito o peso o comen demasiado);

Cambios físicos (falta de energía, subir o bajar de peso repentinamente, falta de interés en su
apariencia);

Un cambio drástico o una pérdida (ya sea por causa de muerte, divorcio, separación o relación
fracasada);

Falta de interés en los amigos, la escuela o actividades;

Bajo nivel de autoestima (no sienten que tienen valor alguno, sentido de culpabilidad u odio hacia
sí mismos);

Falta de esperanza en el futuro (sienten que nada va a mejorar, que nada cambiará);

Preocupación con la música, arte o reflexiones personales sobre la muerte;

Regalan sus posesiones o de alguna otra manera “ponen sus cosas en orden”; y

Amenazas directas por suicidarse al decir cosas como, “¡Mejor quisiera morirme!” “Mi familia
estaría mejor sin mí.” O “No tengo razón por vivir.” Estas amenazas hay que tomarlas siempre en
serio.

Problemas de aprendizaje

Los Institutos Nacionales de Salud calculan que un 15 por ciento de la población en los Estados
Unidos sufre de algún problema de aprendizaje. Los alumnos con problemas de aprendizaje sufren
de un desorden neurológico que les dificulta almacenar, utilizar o producir información. Son
igualmente inteligentes como cualquier otra persona y suelen destacar en el arte, la música o los
deportes.
Generalmente los alumnos con problemas de aprendizaje tienen que trabajar más duro que sus
compañeros para compensar por los problemas que sufren.

Busque las siguientes señales de los problemas de aprendizaje. Si su hijo exhibe uno o dos de estos
síntomas, no hay por que preocuparse demasiado, pero si usted detecta varios, le sugerimos que
busque ayuda:

Frecuentemente invierte el orden de las letras en la escritura, por ejemplo escribiendo tapa en vez
de pata.

Se le dificulta aprender a deletrear usando estrategias como usar la información de los prefijos,
sufijos o palabras raíz.

Evita leer en voz alta.

Evita escribir composiciones.

Tiene problemas con la escritura y trata de evitarla por completo.

No sabe sostener el lápiz correctamente.

Tiene problemas recordando ciertos datos.

El Trastorno de Déficit de Atención (TDA) o Trastorno de Hiperactividad con Déficit de Atención


(THDA), no es un problema de aprendizaje, aunque casi una quinta parte de los alumnos que
sufren ADD también tienen problemas de aprendizaje. Estos alumnos se distraen muy fácilmente y
no se pueden enfocar en su trabajo.

Si usted sospecha que su hijo adolescente tiene un problema de aprendizaje, hable con su
pediatra, con los maestros de su hijo y el consejero escolar, y ellos le ayudarán a obtener una
evaluación profesional. Por ley, los niños con problemas de aprendizaje tienen el derecho de
seguir su propio plan de estudios conocido como un Programa de Educación Individual (IEP, siglas
en inglés).

Enlaces de interés y solvencia

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