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INTELIGENTES
0 POSTED BY ADM IN IS TRA D OR -YE I - 3 ABR IL, 2 0 1 5 - LIFE COACH ING
Los padres de familia se preocupan por el éxito y la felicidad de sus hijos. Pero, ¿de qué
dependen éstos? El éxito o el fracaso, personal y profesional, dependen tanto de
competencias técnicas (conocimientos, información) como de competencias emocionales
(conocimiento de uno mismo, control emocional, confianza, escucha, etcétera).
Autoconocimiento
Se refiere a entender las emociones propias y cómo éstas afectan a otros. Alude también a
entender lo que está pasando en nuestro cuerpo y qué estamos sintiendo, es decir, aprender
a conocernos a nosotros mismos. No podemos controlarnos sin tener un autoconocimiento
de las emociones. Una vez que seamos conscientes de nuestras emociones podremos ser lo
suficientemente sensibles para verlas en otras personas.
El autoconocimiento incluye la habilidad de identificar qué nos hace perder el control,
conocidos como disparadores o botones del enojo. Si conocemos lo que dispara el enojo,
entonces, seremos capaces de generar acciones para prevenir o solucionar un problema.
Cada persona tiene botones del enojo diferentes. Ayuda a tu hijo a identificar en qué
situaciones, generalmente, hay un disparador: ¿Qué le hace enojar?, ¿qué lo inicia?
Después, clasifícalo en una escala del 1 al 5, donde 1 es poco intenso y 5 es muy intenso.
Ayúdalos a evaluar su reacción, ¿cómo reaccionan? (gritan, golpean a alguien o algo, dan
portazos, lloran). Y finalmente, ¿a quiénes afecta por su comportamiento?
Autocontrol
Es la capacidad que nos permite controlar las emociones y evitar que éstas nos controlen.
Esto incluye, fundamentalmente, la regulación de la impulsividad (la ira, la violencia);
tolerancia a la frustración para prevenir estados emocionales negativos (estrés, ansiedad,
depresión) y perseverar en los objetivos a pesar de las dificultades.
Cuando nos encontramos enojados, hay un efecto que se conoce como secuestro emocional;
esto significa que no podemos pensar claramente y es posible decir o hacer cosas de las que
después, una vez calmados, nos arrepintamos. Por ello, ante el enojo, lo primero que
tenemos que hacer es alejarnos, ya sea físicamente y/o psicológicamente, del evento o
persona que disparó el enojo y enfocarnos en tranquilizarnos.
Automotivación
Es la capacidad de mantener el ánimo, la perseverancia y el optimismo, incluso ante la
adversidad. La motivación es el estado interno que dirige y sostiene el comportamiento. En
la medida que sentimos motivación se despierta en nosotros el entusiasmo, el placer y el
coraje; sentimientos que nos impulsan a la realización y, consiguientemente, a la
autorrealización. Algunos componentes de la automotivación son:
La conducta orientada a objetivos
Se refiere a que tu hijo tenga iniciativa y perseverancia en lo que realice; que desarrolle un
plan para lograr una meta propuesta y se mantenga enfocado hasta alcanzar el éxito; que
entienda que el esfuerzo personal es crítico para el éxito y que los errores son una
oportunidad de aprendizaje y no deben ser devastadores. Como padres hay que
acompañarlos y guiarlos en ese proceso. Junto con él, establece metas alcanzables de
acuerdo a su edad y desglosadas en pequeños pasos. Celebra su éxito y ayúdalo a levantarse
y a generar soluciones a los problemas que se pudieran presentar en el camino.
Pensamiento optimista
Se trata de que tu hijo, a pesar de lo que haya vivido en el pasado, lo que esté viviendo en el
presente o de lo que le toque vivir en el futuro, tenga una actitud de confianza y esperanza
hacia la vida, y que sepa manejar la frustración de manera adecuada ante los errores.
También es importante que acepte y aprenda de sus errores. Explícale que el error no es un
fracaso, sino una oportunidad para aprender algo nuevo y hacer las cosas mejor la próxima
vez. Para ayudarle a aprender de sus errores, enséñale los siguientes pasos:
1. Mantener la calma, intentar platicar consigo mismos utilizando un diálogo positivo
2. No utilizar excusas para justificarlos, sino ¡aceptarlos!
3. Identificar qué fue lo que falló
4. Hacer un nuevo plan
5. Volverlo a intentar una y otra vez hasta conseguirlo
La responsabilidad personal
Este componente alude a no culpar a otros de sus actos y aceptar las consecuencias.
Explícale que todas sus acciones tienen un resultado, negativo o positivo, y que el principal
responsable de éste es él mismo. Así podrá tomar conciencia de sus acciones y, por lo tanto,
aumentar su responsabilidad personal.
Las personas tenemos la tendencia a atribuir responsabilidades a los demás, porque se nos
dificulta reconocer nuestra participación en situaciones conflictivas. Por ello, es importante
enseñarle a tomar la parte que le corresponde. Debemos hacerle ver que también tiene
responsabilidades y que si no las cumple hay consecuencias.
Empatía
Es ponerse en los zapatos del otro; es la capacidad para interactuar y respetar a las personas
reconociendo que todos somos diferentes, que todos pensamos, sentimos y actuamos de
manera distinta. Es estar consciente de que no es correcto burlarnos, criticar, juzgar y,
mucho menos, agredir física o verbalmente a otros.
Los beneficios de la empatía son enormes, ya que las personas empáticas tienen una mayor
conocimiento para entender las emociones de otros, están más abiertos a diferir en puntos
de vista y son menos tolerantes al racismo. Entienden que la violencia tiene resultados
hirientes, suelen ser personas menos agresivas y encuentran maneras pacíficas de resolver
los problemas.
La empatía ayudará a tu hijo a ser sensible a los sentimientos y las necesidades de otros. Un
elemento esencial de la empatía es la escucha activa. Escuchar bien no significa sólo oír
palabras, sino atender, entender, reaccionar adecuadamente y hacer aportes valiosos a la
conversación que resulte en una auténtica comunicación.
Habilidades sociales
Es saber relacionarse con los demás, permitir nutrir y mantener amistades, así como
manejar relaciones difíciles. Para desarrollar estas aptitudes, obsérvalo en sus interacciones
con otros para identificar las habilidades a desarrollar. Algunas señales de comportamientos
que se muestran frecuentemente en chicos que necesitan desarrollar habilidades sociales
son: es un mal perdedor, no le gusta socializar con otros niños, interrumpe las actividades
impulsivamente, maneja los conflictos de forma inapropiada, emplea muchos argumentos,
juega agresivamente, no sabe cómo hacer y mantener amigos, siempre tiene excusas cuando
pierde, no toma turnos, raramente coopera, critica muy seguido y no sabe cómo unirse a un
grupo y se queda observando.
Una persona con Inteligencia Emocional, al contar con autoestima y un adecuado
conocimiento de sí misma, tiene mayores posibilidades de éxito en las relaciones con su
familia, amistades, pareja, contactos laborales y con la sociedad. También posee una fuerte
defensa ante los conflictos del día a día, ya que tiene la capacidad de comprender el origen
de sus emociones y cuenta con estrategias para confrontar la frustración. Su autocontrol le
ayuda a mantener su mente clara y poder solucionar todo tipo de conflictos, y su empatía le
facilita las relaciones con los otros.
Empatía: Es la capacidad para entender las necesidades, sentimientos y problemas de los demás,
es estar en los " zapatos de la otra persona", es decir ponerse en el lugar de la otra persona.
Habilidades sociales: Es la capacidad de manejar adecuadamente las relaciones con los demás, es
decir, saber persuadir positivamente a los otros, expresar nuestras propias ideas y sentimientos,
pedir las cosas que necesitamos y saber conducir una conversación de manera adecuada.
Imagina que te encuentras escuchando una exposición sobre" los derechos humanos"y de pronto
te das cuenta que están presentando tu trabajo. En ese momento sientes mucha furia porque se
copiaron y puedes actuar de diversas maneras, por ejemplo:
c. esperar que termine la exposición y acercarte a tu compañero para que te explique porque tiene
tu trabajo, decirle como te sientes y pensar en cómo solucionar la situación.
Esta última alternativa disminuye la tensión emocional del momento y crea un espacio de
reflexión para solucionar la situación de una manera calmada que permita encontrar una
respuesta saludable. A esto le llamamos AUTOREGULACIÓN EMOCIONAL.
Como te darás cuenta, este proceso de autoregulación es complejo. Es un proceso gradual, porque
implica el desarrollo de ciertas capacidades y actitudes como:
Sabemos que en un momento donde las emociones afloran es casi imposible pensar en el paso 1,
paso 2...., pero si lo aprendemos y lo practicamos continuamente, lo vamos asimilando como un
comportamiento cotidiano;y actuaremos sin necesidad de pensar en que paso estamos.
Es importante tomar en cuenta que el ser asertivo no implica aguantar y quedarte callado, ni
tampoco pelearte o agredir a los demás; el ser asertivo es hacer valer tus derechos tomando en
cuenta los de los demás. Ser asertivo proporciona dos importantes beneficios:
Todos tenemos derecho a equivocarnos. Es parte del proceso y del crecimiento personal aprender
a reconocer nuestros errores y expresar frente a otros que hemos cambiado de opinión.
Dibuja un rostro en el que se observe uno de estos sentimientos: cólera, ira,angustia o alegría
Para que te des cuenta de que existen diferentes formas de expresar las emociones, dibuja dos
maneras distintas de demostrar el sentimiento de tristeza
Para que descubras que las emociones son posibles de ser controladas, describe una situación en
donde recuerdes haber controlado adecuadamente tus emociones.
Luego de haber desarrollado este trabajo te habrás dado cuenta que es importante reconocer tus
emociones para así tener la posibilidad de expresarlas y manifestarlas de forma saludable; no solo
para que tú te sientas bien sino todos los que te rodean.
ROBLEMAS EMOCIONALES
Definición
Hay muchos términos para describir problemas emocionales, mentales o del comportamiento. En
la actualidad, éstos están calificados de “problemas emocionales” (“emotional disturbance”). De
acuerdo a las regulaciones del Acta para la Educación de Individuos con Discapacidades
(“Individuals with Disabilities Education Act,” o IDEA), los problemas emocionales se definen como
“una condición que exhibe una o más de las siguientes características a través de un largo período
de tiempo y hasta cierto grado, lo cual afecta desfavorablemente el rendimiento educacional del
niño:
Una tendencia a desarrollar síntomas físicos o temores asociados con los problemas personales o
colegiales.”
Características
Existen dos signos o indicadores que nos pueden avisar de la presencia de un trastorno
psicológico: la presencia de emociones dolorosas (sentimientos de ansiedad, depresión o irritación
crónica) y la aparición de conflictos continuados en las relaciones sociales o familiares.
Entre las personas que no ven sentido a su malestar emocional o a sus conflictos relacionales suele
ser típico la presencia de una o varias respuestas crónicas de carácter emocional: la ansiedad, la
depresión y la ira.
El estado depresivo supone más bien una reducción del nivel de respuesta de la persona ante los
acontecimientos de su vida. La persona esta centrada en pensamientos e imágenes en torno a sus
perdidas, incapacidad, fracasos o indefensión. Por lo general mantiene una baja autoestima y está
centrada en una visión negativa de si misma, su vida y su futuro. Pueden aparecer también
pensamientos o deseos suicidas A nivel emocional predomina el estado de animo depresivo, con
perdida por los intereses y actividades habituales, una dificultad para disfrutar de las actividades
habituales, y a veces también sentimientos de culpa, ira o ansiedad. La conducta de estas personas
se caracterizan por un abandono de sus actividades habituales o por un descenso intenso de las
mismas. Trastornos como la perdida del apetito, las alteraciones del sueño y la perdida del interés
por el sexo, también son característicos del estado depresivo.
La ira crónica consiste en un estilo de conducta centrado en la defensa y ataque directo o indirecto
(“disimulado” p.e por la ironía). Se caracteriza a nivel de pensamientos e imágenes de condena o
criticas hacia el ofensor, y exigencias sobre que no debería haber actuado de una manera
determinada. A nivel emocional la irritación tensa la musculatura corporal y la dispone al ataque
verbal o físico, aparecen sentimientos de rencor y venganza. La conducta se dirige a atacar verbal
o físicamente al supuesto ofensor. El cuerpo suele responder con una elevación del ritmo cardiaco,
la tensión sanguínea aumenta, la respiración se acelera, y pueden aparecer trastornos del sueño,
de la alimentación y de otras necesidades corporales, la rumiación obsesiva sobre el hecho que se
exige no debería haber ocurrido, las criticas al ofensor, los planes de venganza y una especial
facilidad para “saltar a la más mínima”.
Causas
La conducta psicopatológica tiene dos tipos de causas: biológicas y ambientales. Estas causas se
suelen combinar en la mayoría de los trastornos psicológicos, llamándose a los modelos que la
estudian “multifactoriales”.
Funcionamiento
En la mayoría de los trastornos psíquicos existe una estrecha relación entre sus componentes.
Existe una relación de influencia mutua entre las respuestas fisiológicas del cuerpo, los
pensamientos, los estados emocionales y la conducta de una persona ante una determinada
situación o problema. Así, si nos sentimos tristes y deprimidos, nuestro pensamiento será negativo
y pesimista, nuestra actividad descenderá y nuestro cuerpo modificará su funcionamiento. De
igual manera si nuestro pensamiento o actividad imaginativa está centrado en posibles peligros
por ocurrirnos, nuestro estado anímico será ansioso, nuestra conducta tenderá a procurar evitar
tales peligros y nuestro cuerpo está preparado para reaccionar con tensión y sobresalto. En la
misma línea si ante un problema importante nos encontramos con un no saber actuar de modo
eficaz, nuestro pensamiento estará centrado en las preocupaciones e incapacidad, nuestros
sentimientos estarán acordes con esa incapacidad y nuestro cuerpo podrá acompañar
negativamente a tal reacción. Por supuesto, que también un trastorno corporal (p.e una
enfermedad infecciosa, o un trastorno bioquímico) suele afectar a nuestro estado anímico,
nuestros pensamientos y nuestra conducta haciéndola mas problemáticas. Por ejemplo,
determinadas personas tienen un nivel inadecuado de sustancias químicas que conectan el
funcionamiento de su sistema nervioso y que hacen que respondan con mas problemas
emocionales o de conducta ante determinadas circunstancias
Emocionales
La investigación ha puesto de manifiesto que cuatro de cada diez adolescentes en algún momento
se han sentido tan tristes que han llorado y han deseado alejarse de todo y de todos. En el
transcurso de su adolescencia uno de cada cinco adolescentes piensa que la vida no merece la
pena vivirla. Estos frecuentes sentimientos pueden dar lugar a un estado depresivo que puede no
ser evidente para los demás. Las ingestas alimenticias excesivas, la somnolencia y las
preocupaciones excesivas sobre su apariencia física pueden ser también signos de malestar o
disconfort emocional. De forma más obvia, pueden aparecer fobias y ataques de pánico. Los
estudios recientes han demostrado que los problemas emocionales del adolescente no suelen ser
reconocidos ni siquiera por sus familiares o amigos.
Problemas sexuales
Los dramáticos cambios físicos de la adolescencia pueden llegar a ser muy preocupantes para
algunos adolescentes, especialmente para aquellos que son tímidos y que no desean hacer
preguntas al respecto. En el otro extremo, las preocupaciones pueden ponerse de manifiesto en
forma de presunción excesiva tanto sobre su capacidad sexual como sobre sus experiencias. Más
de la mitad de los adolescentes tendrán su primera experiencia sexual completa antes de los 16
años. Aquellos que comienzan tempranamente con relaciones sexuales tienen un mayor riesgo de
embarazos no deseados y de problemas de salud. Los nuevos riesgos para la salud que suponen la
infección por HIV y el SIDA constituyen una preocupación adicional.
Una crisis familiar, una enfermedad grave, el alejamiento temporal de la madre, el nacimiento de
un hermano, etc. son situaciones que muchas veces no logran ser asimiladas por los niños y, pese
al paso del tiempo, acumulan inestabilidad, irritabilidad, diversas enfermedades, problemas
escolares e incluso regresiones en ciertas áreas como el control de esfínteres.
Los problemas los afectan a nivel emocional, desestabilizándolos en todos los ámbitos de la vida.
Alguna situación los impacta de tal manera que “deciden” protegerse del mundo, bloqueando las
vías de comunicación, lo que luego, les dificulta abrirse, sanar las heridas y recuperar la confianza.
A veces el tiempo no basta y es necesario recurrir a terapia”, explica Fernando Núñez,
musicoterapeuta y director del Centro Internacional Tomatis.
Con más de 50 años de experiencia y 250 establecimientos en todo el mundo, el Centro
Internacional Tomatis realiza terapias dirigidas primeramente al sistema emocional de los niños,
gracias a los beneficios de la música de Mozart. Sus efectos son amplios y van desde fortalecer la
autoestima, mejorar la imagen personal, darles alegría, superar problemas de timidez y/o
agresividad, hasta problemas escolares y la capacidad de focalizar y lograr sus objetivos.
Cuando Emilio nació era maravilloso, despierto, inteligente, encantador, teníamos una
comunicación exquisita, un niño que no molestaba nada. A los cinco meses debí realizar un viaje
de trabajo y pasé dos noches fuera. A la vuelta encontré a mi marido alarmado: la guagua se había
despertado a las 4 de la mañana y permaneció así una hora entera hasta que volvió a dormirse:
inexplicable. Ahí comenzó un largo período de insomnio que incluso tratamos con medicamentos”,
cuenta Margarita.
Cuando la madre vuelve, el niño no la mira, está enojado. La madre tiene que tener un muy buen
manejo para subsanarlo por sí misma”, comenta Fernando Núñez, musicoterapeuta, director del
Centro Internacional Tomatis y actual estudiante de psicología en la Unversidad Uniacc
Lo que más afecta a los niños es el rechazo de la madre, desde su gestación, los embarazos no
deseados, las depresiones durante el embarazo, la dificultad para aceptar un hijo hombre si se
quería mujer o viceversa, etc. generan problemas en el apego y causan dificultades a nivel
emocional en los niños.
También las enfermedades graves en las familias, el paro, problemas económicos y en general
cualquier preocupación fuerte especialmente de la madre deja su huella en los niños. No todos,
pero los más susceptibles pueden volverse irritables, inseguros, agresivos, enfermizos (primero
resfríos, otitis, gripes y a veces afecciones más complejas y raras) para terminar con problemas
escolares, académicos e incluso motores en los juegos y deportes en algunos casos. Regresiones
en el lenguaje, dificultad para tolerar la frustración, retroceso en algunas áreas incluso en el
control de esfínteres.
La separación de los padres, el nacimiento de un hermano, las presiones por un alto rendimiento
escolar y las situaciones de maltrato en general de los padres, nanas, en salas cunas o colegios
pueden dejar una huella profunda en los niños.
El médico francés Alfred Tomatis (musicoterapia) explica que el niño utiliza su oído como
mecanismo de defensa para alejar este mundo sonoro que lo agrede. De la misma manera en que
se tapan los oídos para no escuchar un reto, pero a nivel interno.
Normalmente el oído tiene la capacidad de escuchar lo que quiere y no aquello que no quiere oir,
de alli el refrán ” no hay peor sordo que el que no quiere oir”. . Así, además, logra focalizar su
atención por sobre las diferencias de volumen entre un “ruido” y el sonido elegido. Pero el abuso
de este mecanismo hace que los músculos del oído medio pierdan su tonicidad y no puedan
recuperar su máximo nivel receptivo lo que incide en la capacidad de comunicar y en el desarrollo
del lenguaje a nivel neurológico.
El sistema ya cuenta con más de 50 años de experiencia y 250 establecimientos en todo el mundo,
con terapias no invasivas y resultados probados científicamente. Sus efectos son amplios y van
desde fortalecer la autoestima, mejorar la imagen personal, darles alegría, superar problemas de
timidez y/o agresividad, hasta problemas escolares y la capacidad de lograr sus objetivos.
“Para prevenir estos problemas los padres deben preocuparse de llenar las necesidades básicas a
nivel emocional a lo niños: entregarles cariño incondicional y que ellos sientan la certeza de esto.
Ser capaces de empatizar con sus hijos y ponerse en su lugar en todas las situaciones. Y, crear un
clima familiar que permita expresarse y vivir las emociones. Los niños necesitan aprender a
manejarse con la rabia, la pena, la euforia, alegría, etc. Y eso lo logran al ver a sus padres y en la
práctica. Es importante permitirles llorar, gritar, enojarse, incluso con los padres”, concluye
Fernando Núñez.
Crecer pobres
Ser varones
Malas relaciones con los padres y otros adultos importantes en sus vidas
Autoestima deficiente
Asistir a escuelas de baja calidad académica
No crea que estar en “alto riesgo” necesariamente significa problemas serios para un muchacho.
Algunos adolescentes con muchos factores de riesgo evitan problemas mayores. Y algunos con
sólo algunos factores de riesgo en sus vidas dan un tropiezo.
Lo que sí sabemos es que ciertas cosas aumentan las posibilidades de que los niños eviten caer en
problemas serios. El tener padres amantes que les den buen apoyo y que les dan reglas claras a
seguir y los supervisan suficientemente, son elementos claves. Además los adolescentes con un
temperamento agradable, buenas destrezas sociales y un buen sentido del humor generalmente
logran superar los problemas. Un niño que asiste a la escuela y vive en un vecindario con bastante
apoyo social también tendrá mayor capacidad para recuperarse cuando se enfrenta a los
problemas. Estos apoyos sociales pueden ser el interés de alguien que se preocupa por ellos-por
ejemplo, maestros, entrenadores o vecinos.
Una advertencia: Es posible que usted tenga que enfrentar más de un problema a la vez, puesto
que los problemas serios tienden a agruparse: una adolescente de 12 años con un desorden
alimenticio puede también estar deprimida y un adolescente de 14 años que fuma marihuana
puede haber comenzado a tener relaciones sexuales.
Puesto que la adolescencia es una etapa de emociones confusas y tensión no nos debe sorprender
que éste es el momento cuando muchos adolescentes prueban por primera vez las bebidas
alcohólicas, el tabaco y otras drogas.
Si exhibe demasiada hostilidad y falta de cooperación y nunca cumple con su hora de llegada.
Pierde interés en sus aficiones, deportes y otras actividades una vez favorecidas.
Sus rutinas para comer y dormir cambian; se mantiene despierto muy tarde y luego duerme
durante el día.
Su relación con otros miembros de la familia ha empeorado y se rehúsa a discutir la escuela, las
actividades, amigos y otros temas importantes.
Desórdenes alimenticios
Los desórdenes alimenticios generalmente ocurren entre las adolescentes. Los desórdenes
alimenticios entre los varones generalmente ocurren entre atletas, especialmente los luchadores.
Los desórdenes alimenticios más comunes son anorexia nervosa y la bulimia. La anorexia es un
desorden emocional que puede comenzar con una pérdida de peso extrema y la incapacidad de
subir de peso. El 90 por ciento de las personas que sufren de éste desorden son mujeres. Los
estudios científicos sugieren que una de cada 250 mujeres sufre de anorexia, y sus síntomas
aparecen por primera vez durante los primeros años de la adolescencia. La bulimia se caracteriza
por episodios de comer en exceso y luego vomitar intencionalmente, las ayunas y el ejercicio
extremo. La bulimia tiende a presentarse entre las adolescentes mayores, y muchas de ellas
también han padecido de anorexia.
Varios desórdenes físicos están relacionados con los desórdenes alimenticios, tales como los
problemas renales, las arritmias cardíacas, irritación y desgarramiento del esófago, mareos y
desmayos, y problemas estomacales e intestinales. La mortalidad es del 5 al 15 por ciento, pero
esta cifra se puede disminuir con tratamiento.
Deja de menstruar;
Depresión y suicidio
Cambios físicos (falta de energía, subir o bajar de peso repentinamente, falta de interés en su
apariencia);
Un cambio drástico o una pérdida (ya sea por causa de muerte, divorcio, separación o relación
fracasada);
Bajo nivel de autoestima (no sienten que tienen valor alguno, sentido de culpabilidad u odio hacia
sí mismos);
Falta de esperanza en el futuro (sienten que nada va a mejorar, que nada cambiará);
Regalan sus posesiones o de alguna otra manera “ponen sus cosas en orden”; y
Amenazas directas por suicidarse al decir cosas como, “¡Mejor quisiera morirme!” “Mi familia
estaría mejor sin mí.” O “No tengo razón por vivir.” Estas amenazas hay que tomarlas siempre en
serio.
Problemas de aprendizaje
Los Institutos Nacionales de Salud calculan que un 15 por ciento de la población en los Estados
Unidos sufre de algún problema de aprendizaje. Los alumnos con problemas de aprendizaje sufren
de un desorden neurológico que les dificulta almacenar, utilizar o producir información. Son
igualmente inteligentes como cualquier otra persona y suelen destacar en el arte, la música o los
deportes.
Generalmente los alumnos con problemas de aprendizaje tienen que trabajar más duro que sus
compañeros para compensar por los problemas que sufren.
Busque las siguientes señales de los problemas de aprendizaje. Si su hijo exhibe uno o dos de estos
síntomas, no hay por que preocuparse demasiado, pero si usted detecta varios, le sugerimos que
busque ayuda:
Frecuentemente invierte el orden de las letras en la escritura, por ejemplo escribiendo tapa en vez
de pata.
Se le dificulta aprender a deletrear usando estrategias como usar la información de los prefijos,
sufijos o palabras raíz.
Si usted sospecha que su hijo adolescente tiene un problema de aprendizaje, hable con su
pediatra, con los maestros de su hijo y el consejero escolar, y ellos le ayudarán a obtener una
evaluación profesional. Por ley, los niños con problemas de aprendizaje tienen el derecho de
seguir su propio plan de estudios conocido como un Programa de Educación Individual (IEP, siglas
en inglés).