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AMPARO NUEVO

HONORABLE CORTE DE CONSTITUCIONALIDAD, CONSTITUIDA EN


CALIDAD DE TRIBUNAL EXTRAORDINARIO DE AMPARO.
JUAN OSWALDO MARROQUÍN HERNÁNDEZ, de cuarenta y seis años de
edad, casado, guatemalteco, comerciante, con domicilio en el departamento de
Guatemala; actúo con el auxilio, dirección y procuración del Abogado FREDY
ROLANDO CATU PACHECO, colegiado activo número doce mil trescientos
treinta y seis (12,336); señalo como lugar para recibir notificaciones el CENTRO
DE DETENCIÓN PREVENTIVA PARA HOMBRES “BRIGADA MARISCAL
ZAVALA”, ZONA DIECISIETE DE ESTA CIUDAD. De manera respetuosa
comparezco y para el efecto,
E X P O N G O:
OBJETO DE LA COMPARECENCIA: Promover ACCIÓN CONSTITUCIONAL DE
AMPARO en contra de la CORTE SUPREMA DE JUSTICIA, que puede ser
notificada en su sede situada en el Palacio de Justicia, el cual se encuentra
ubicado en la VEINTIUNA CALLE SIETE GUION SETENTA, ZONA UNO DE
ESTA CIUDAD.
ACTO RECLAMADO: Lo constituye la resolución de fecha cinco de junio del
dos mil diecinueve, dentro del expediente identificado con el número 01004-
2019-00422), en la cual la autoridad impugnada resolvió: “I) SIN LUGAR el
recurso de apelación interpuesto por Juan Oswaldo Marroquín Hernández, por
medio de su abogado defensor Fredy Rolando Catú Pacheco. II) Confirma la
resolución del trece de marzo de dos mil diecinueve, dictada por la Cámara Penal
de esta Corte Suprema de Justicia”.
NORMAS QUE DENUNCIO VULNERADAS: Con la emisión del acto reclamado
se violaron en mi perjuicio varios derechos constitucionales y garantías
procesales, entre los que se encuentran el derecho de defensa y debido proceso,
así como los principios de fundamentación, congruencia, juez natural, seguridad
jurídica y de tutela judicial efectiva, regulados por los artículos 2, 12, 14, 175, 203
y 204 de nuestra Carta Magna; 3 y 4 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y
de Constitucionalidad; 3, 4, 5, 7, 11 Bis, 14, 20, 39 y 283 del Código Procesal
Penal; 4, 9, 15, 16, 62 y 113 de la Ley del Organismo Judicial.
CASOS DE PROCEDENCIA: Señalo los contenidos en las literales a), b) y d) del
artículo 10 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad.
TERCEROS INTERESADOS:
Ministerio Público: A través del Agente Fiscal, Abogado ………. de la Fiscalía
………., quien puede ser notificado en su sede situada en la ……….
Abogado Defensor: ELIOS URIEL SAMAYOA LÓPEZ, a quien puede
notificársele en el Bufete Jurídico ubicado en la DOCE CALLE UNO GUION
VEINTICINCO, ZONA DIEZ DE ESTA CIUDAD, EDIFICIO GÉMINIS DIEZ, ALA
NORTE, TERCER NIVEL, OFICINA TRESCIENTOS CATORCE.
Procesado: ELMER ESTUARDO MARROQUÍN CITALÁN, quien puede ser
notificado en ……….
Abogado Defensor: ………. a quien puede notificársele en ……….
Procesado: RAÚL ENRIQUE RAMÍREZ MORALES, quien puede ser notificado
en ……….
Abogado Defensor: ………. a quien puede notificársele en ……….
Procesado: IVÁN MORALES IPIÑA, quien puede ser notificado en ……….
Abogado Defensor: GEONATTAN ADOLFO MONZÓN GARRIDO, a quien
puede notificársele en ………...
CUMPLIMIENTO DEL PRINCIPIO DE DEFINITIVIDAD: Contra el acto
reclamado en la presente Acción no está pendiente de resolver recurso ordinario
alguno, ya que no existe ninguno susceptible de interponerse de conformidad con
la ley, por lo que dicho acto constituye la resolución definitiva por medio de la cual
se me ocasionan los agravios que expondré en el apartado respectivo del
presente memorial. Con esa base, cabe concluir que el único medio a mi alcance
para poder obtener la tutela de los derechos que la Constitución y las leyes me
confieren en la calidad con la que actúo y que ahora se han violado, es la
presente Acción Constitucional.
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LEGITIMACIÓN ACTIVA: Del estudio a lo preceptuado por los artículos 2, 20, 23,
25, 34 y 39 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad, se
colige que corresponde legitimación activa para solicitar Amparo, a las personas
que directa o indirectamente afecte el acto, resolución o disposición contra la que
se pretende plantear. En el presente caso resulta evidente que como Procesado
me asiste legitimación activa para promover esta Acción.
DE LA TEMPORALIDAD: El artículo 20 de la Ley de la Materia dispone que la
acción de amparo debe promoverse dentro de los treinta días siguientes al de la
última notificación al afectado o de conocido por éste el hecho que a su juicio le
perjudica. La resolución contra la cual promuevo la presente Acción
Constitucional me fue notificada el día quince de julio del dos mil diecinueve,
por lo que al tenor de lo preceptuado en la norma citada, estoy en tiempo para
promoverla.
HECHOS QUE MOTIVAN EL AMPARO:
1) Como se desprende de las presentes actuaciones, en su oportunidad, el Ente
Fiscal solicitó ante la Cámara Penal de la Corte Suprema de Justicia, que esta
carpeta judicial fuera trasladada a la competencia de un juzgado de mayor riesgo,
aduciendo para el efecto circunstancias aisladas, banales y que de ninguna
manera se adecúan a los presupuestos contemplados en las tres literales
contenidas en el artículo 2 de la Ley de Competencia Penal en Procesos de
Mayor Riesgo, ni mucho menos en los requisitos indispensables regulados por el
artículo 4 de la referida normativa y lo más preocupante es que el Agente Fiscal
que intervino en la audiencia oral señalada para el efecto, además de ratificar su
memorial de solicitud, argumentó extremos que no estaban contenidos en el
mismo y que tampoco se encuentran sustentados en los supuestos legales
recogidos en las dos normas jurídicas anteriormente mencionadas, que son
aplicables a esta clase de procesos penales; desnaturalizando por completo
dicho tipo de procesos al tratar de encuadrar forzosamente este caso a los que
se tramitan en los juzgados de competencia especial, cuando de todos es
conocido que lo pretendido y que persigue la Fiscalía es trasladar el caso que
nos ocupa a un órgano jurisdiccional afín a la CICIG y al Ministerio Público, para
que todos sus requerimientos prosperen, ya que presume que con los medios de
investigación con los que cuenta no logrará probar su teoría y tesis del caso en
cualquier otro juzgado del orden común.
2) Sin embargo, la Cámara Penal de la Corte Suprema de Justicia fue
complaciente a los requerimientos e intereses del Ente Acusador, en su
resolución que profirió con fecha trece de marzo del dos mil diecinueve, mediante
la cual acogió la petición de la citada institución y decidió remitir el referido
proceso penal al Juzgado Primero de Primera Instancia Penal con Competencia
para Conocer Procesos de Mayor Riesgo, Grupo E, para su prosecución; misma
que a todas luces es arbitraria, infundada e injusta, toda vez que además de no
contener una clara y precisa fundamentación de la decisión, tal como lo exige la
ley de la materia, también transgrede mis más elementales derechos
constitucionales y procesales, así como de los demás coimputados, ya que
además de no reunir el presente caso los presupuestos mínimos que exigen los
artículos 2 y 4 de la Ley de Competencia Penal en Procesos de Mayor Riesgo, tal
como lo acoté en el numeral precedente, es evidente que dichas normas legales
fueron interpretadas y aplicadas in malam partem en contra nuestra, ya que en
lugar de beneficiar a los sujetos procesales nos perjudicará y aún más a quienes
nos encontramos privados de nuestra libertad desde hace más de un año, pues
nadie desconoce que los juzgados y tribunales de mayor riesgo se encuentran
saturados de procesos y audiencias, por ello se han estado creando más órganos
judiciales de esa naturaleza, ya que han venido señalado audiencias para los
años dos mil veinte y dos mil veintiuno, lo cual provocará que este caso se
continúe retrasando innecesariamente.
3) Por tales razones impugné la indicada resolución mediante el recurso de
apelación que interpuse oportunamente, aduciendo los argumentos que señalé
con anterioridad y que constan el memorial contentivo del mismo, el cual fue
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declarado SIN LUGAR en resolución fechada cinco de junio del año en curso, por
el Pleno de la Corte Suprema de Justicia; la cual aprueba y avala las violaciones
constitucionales y procesales de nuestros derechos, cometidos por la Cámara
Penal de dicho organismo; lo cual provoca que la recurra por esta vía
constitucional.
AGRAVIO QUE ME OCASIONA LA AUTORIDAD IMPUGNADA:
CONSIDERACIONES FÁCTICAS
A) Es evidente el inmenso agravio que me provoca la decisión arbitraria,
infundada, equivocada e injusta de la autoridad recurrida, al haber declarado sin
lugar el recurso de apelación que promoví en contra del auto dictado con fecha
trece de marzo del dos mil diecinueve, por la Cámara Penal de la Corte Suprema
de Justicia, por medio del cual trasladó la competencia de la causa penal
identificada con el número único 01070-2016-00382, tramitada ante el Juzgado
Décimo de Primera Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos Contra el Ambiente,
hacia el Juzgado Primero de Primera Instancia Penal para Conocer Procesos de
Mayor Riesgo, Grupo E, para continuar con su diligenciamiento; no obstante que
no concurrían los presupuestos mínimos regulados por los artículos 2 y 4 de la
Ley de Competencia Penal en Procesos de Mayor Riesgo, ya que las únicas dos
circunstancias fácticas aisladas e insignificantes que ocurrieron en el caso que
nos ocupa y que utilizó el Ente Fiscal para plantear su requerimiento, fueron: a)
Que el señor Elmer Estuardo Marroquín Citalán había visitado a su progenitor
que se encontraba privado de su libertad en el Centro Preventivo Brigada
Mariscal Zavala, no obstante existir orden de aprehensión emitida en su contra; y
b) Que el coprocesado Raúl Enrique Ramírez Morales tuvo un inconveniente con
agentes del sistema penitenciario que lo trasladaron a una audiencia judicial, por
reclamarles junto a su Abogado Defensor que como consecuencia de haberle
apretado demasiado los grilletes, le provocaron lesiones y hemorragia en los
brazos; sin embargo, en el juzgado en que se tramitaba dicha causa penal no
había existido hecho alguno que pusiera en riesgo la seguridad personal de
jueces, magistrados, fiscales y auxiliares de justicia, así como de los imputados,
testigos y demás sujetos procesales que intervienen en el mismo, contrario
sensu, las distintas fases procesales se desarrollaron con normalidad y de esa
cuenta, nunca se ha planteado ninguna denuncia ni se ha hecho del
conocimiento del juzgado contralor de la investigación, la existencia de actos o
hechos concretos que presentaran riesgos para la seguridad personal de las
mencionadas personas y que ameritaban o se requerían medidas extraordinarias
de seguridad para: a) El resguardo de la seguridad personal, en la realización de
los actos jurisdiccionales, las actuaciones procesales, la investigación, acusación
y defensa; o, b) El resguardo y traslado de los procesados privados de libertad; o,
c) El resguardo de la seguridad personal en el espacio físico de Juzgados y
Tribunales incluyendo los aspectos de logística; y de esa cuenta la Fiscalía no
acreditó ninguna de esos extremos. En otras palabras, desde el año dos mil
dieciséis que dio inicio el trámite de dicha carpeta judicial, no ha existido ningún
indicio de atentados o represalias en contra de ninguno de los operadores o de
justicia ni de empleados del Ministerio Público, órganos de prueba ni en contra de
ningún otro sujeto procesal, que haga por lo menos presumir que la misma deba
ser conocida o diligenciada por un órgano judicial de mayor riesgo, para evitar o
minimizar esos riesgos.
B) Al analizar la resolución de fecha cinco de junio del dos mil diecinueve
proferida por el Pleno de la Corte Suprema de Justicia, a través de la cual declaró
SIN LUGAR el recurso de apelación que interpuse en contra del auto emitido por
la Cámara Penal y al cual he venido haciendo referencia, se determina que la
autoridad reprochada únicamente le dio prevalencia al cumplimiento de las
formalidades externas y al procedimiento observado por el Tribunal A quo, pero
de ningún modo atendió los requisitos intrínsecos, entre ellos la debida
fundamentación y en particular, que el caso ventilado realmente cumpliera con
los presupuestos jurídicos exigidos por los artículos 2 y 4 de la ley de la materia,
lo cual se advierte de la simple lectura al CONSIDERANDO -II- de la resolución
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impugnada por este medio (páginas de la 6 a la 8). Pero obvió razonar que el
traslado de dicho proceso penal no se justifica única y exclusivamente por la
clase de delitos de que se trate, ni por la seguridad física del edificio en el que se
encuentra ubicado el juzgado que conoce del mismo, sino que debe basarse
sustancialmente, en que el caso concreto evidencie riesgo para la seguridad
personal de jueces, magistrados, fiscales y auxiliares de justicia, así como de los
imputados, testigos y demás sujetos que intervengan en la causa penal. es decir,
que el órgano cuestionado tenía la obligación de aportar los razonamientos claros
y precisos que abarcaran el supuesto riesgo implícito para los diferentes actores
que participan en el proceso y que permitan advertir en forma concreta por qué
su juzgamiento conllevaba riesgos que ameritan el traslado del proceso a la
competencia de un juzgado de mayor riesgo; puesto que como Tribunal de
Apelación en esa materia, omitió efectuar el cotejo que legalmente le
correspondía efectuar con relación a que si los motivos expuestos en la petición
del Ministerio Público ameritaban o no dicho traslado por la existencia de mayor
riesgo para la seguridad personal de jueces, magistrados, fiscales y auxiliares de
justicia, así como de los imputados, testigos y demás sujetos procesales que
intervienen en su desarrollo; ya que esa omisión entraña infracción al debido
proceso y a mi derecho de defensa que debe ser atendido y observado en todo
trámite judicial.
C) de igual manera, la autoridad objetada debió haber atendido los principios de
juez natural, seguridad jurídica y de tutela judicial efectiva, constitucionalmente
garantizados por nuestra Carta Magna, ya que en el caso que nos ocupa, la
Cámara Penal desatendió y obvió el principio de juez natural que se había
respetado hasta el momento que el Ente Acusador antojadizamente decidió
solicitar el cambio de competencia, en atención únicamente a sus intereses y sin
importarle la afectación y considerable atraso que nos provocará a los
procesados, a pesar que los ordenamientos internacionales en materia de
derechos humanos aceptados, suscritos y ratificados por Guatemala, ordenan
que las personas que son procesadas penalmente deben ser juzgadas dentro de
un plazo razonable, lo cual a todas luces se ha incumplido en nuestro caso y ello
conlleva que se irrespete la seguridad jurídica y la tutela judicial efectiva que
debe prevalecer en esta clase de casos y que por tanto, amerita la protección
constitucional que solicito ante nuestro Máximo Tribunal Constitucional.
CONSIDERACIONES JURÍDICAS
Para la procedencia del amparo debe establecerse concretamente su objeto
material. El objeto material del amparo se encuentra constituido por lo dispuesto
en el artículo 265 de nuestra Carta Magna y 8 de la Ley de la Materia, es decir,
por actos resoluciones, disposiciones o leyes de autoridad que lleven implícitos
una amenaza, restricción o violación a los derechos que la Constitución y las
leyes garantizan. El artículo 8 de la Declaración Universal de Derechos
Humanos, dispone: “Toda persona tiene derecho a un recurso efectivo, ante los
tribunales nacionales competentes, que la ampare contra actos que violen sus
derechos fundamentales reconocidos por la constitución o por la ley.” El artículo
10 de la misma Normativa Internacional, establece: “Toda persona tiene derecho,
en condiciones de plena igualdad, a ser oída públicamente y con justicia por un
tribunal independiente e imparcial, para la determinación de sus derechos y
obligaciones o para el examen de cualquier acusación contra ella en materia
penal.” Por su parte, la Declaración Americana de los Derechos y Deberes del
Hombre, estipula en el artículo XVIII: “Toda persona puede ocurrir a los
tribunales para hacer valer sus derechos. Asimismo debe disponer de un
procedimiento sencillo y breve por el cual la justicia lo ampare contra actos de la
autoridad que violen, en perjuicio suyo, alguno de los derechos fundamentales
consagrados constitucionalmente.” La Convención Americana sobre Derechos
Humanos (Pacto de San José) estatuye en su artículo 8: “(...) 2. Toda persona
inculpada de delito tiene derecho a que se presuma su inocencia mientras no se
establezca legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene
derecho, en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas: (…) h) derecho
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de recurrir del fallo ante juez o tribunal superior.” El artículo 25 del mismo
ordenamiento legal, norma: “1. Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo
y rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales
competentes, que la ampare contra actos que violen sus derechos
fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la presente Convención,
aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio de
sus funciones oficiales. 2. Los Estados Partes se comprometen: a) a garantizar
que la autoridad competente prevista por el sistema legal del Estado decidirá
sobre los derechos de toda persona que interponga tal recurso; b) a desarrollar
las posibilidades de recurso judicial, y c) a garantizar el cumplimiento, por las
autoridades competentes, de toda decisión en que se haya estimado procedente
el recurso.”
De la lectura anterior se deduce que toda la normativa nacional e internacional
relacionada constituyen garantías mínimas que protegen los derechos de los
sujetos procesales en toda causa penal, pero hace hincapié en el sentido que
ésta y el resto del ordenamiento legal en material penal y procesal penal debe
interpretarse extensivamente a favor del sindicado y en forma restrictiva cuando
afecte al mismo, esto en consonancia a los principios de favorabilidad o favor rei
e in dubio pro reo.
A ese respecto resulta menester apuntar que la Honorable Corte de
Constitucionalidad ha dispuesto: “(…) El artículo 12 de la Constitución Política de
la República de Guatemala consagra el derecho de defensa y establece la
garantía del debido proceso; esta Corte ha considerado que tal garantía consiste
en (...) la observancia por parte del tribunal, de todas las normas relativas a la
tramitación del juicio y el derecho de las partes de obtener un pronunciamiento
que ponga término, del modo más rápido posible, a la situación de incertidumbre
que entraña el procedimiento judicial. Implica la posibilidad efectiva de ocurrir
ante el órgano jurisdiccional competente para procurar la obtención de la justicia,
y de realizar ante el mismo todos los actos legales encaminados a la defensa de
sus derechos en juicio, debiendo ser oído y dársele oportunidad de hacer valer
sus medios de defensa, en la forma y con las solemnidades prescritas en las
leyes respectivas. Se refiere, concretamente, a la posibilidad efectiva de todos
los actos encaminados a la defensa de su persona o de sus derechos en juicio.
Si al aplicar la ley procesal al caso concreto se priva a la persona de su derecho
de accionar ante jueces competentes y preestablecidos, de defenderse, de
ofrecer y aportar prueba, de presentar alegatos, de usar medios de impugnación
contra las resoluciones judiciales, entonces se estará ante una violación de la
garantía constitucional del debido proceso . EXPEDIENTE 105-99, SENTENCIA
DEL 16 DE DICIEMBRE DE 1,999.
Nuestro Tribunal Constitucional Supremo también ha resuelto: “El derecho de
defensa, en términos generales, garantiza que quienes intervienen en la
sustanciación de un procedimiento, sea administrativo o jurisdiccional, tendrán la
oportunidad de exponer sus argumentos y proponer sus respectivos medios de
prueba, de rebatir los argumentos y controlar la prueba de la parte contraria y de
promover los medios de impugnación en la forma prevista legalmente. De esa
cuenta, cualquier acto de autoridad que, en contravención a la normativa
aplicable y sin atender a las circunstancias concretas del procedimiento de que
se trate, impida hacer uso de tales mecanismos, reviste violación a aquel
derecho constitucionalmente reconocido.” GACETA No. 94. EXPEDIENTE 3045-
2009, FALLO DE FECHA 15 DE OCTUBRE DE 2,009.
Pero específicamente aplicable a este caso concreto, nuestro Máximo Tribunal
Constitucional se ha pronunciado de la siguiente manera: “En cuanto a los
agravios contenidos en los incisos a), b) y c), la Corte estima que el traslado de la
causa no se justifica solo por la clase de delito de que se trate (sea la imputación
hecha por asesinato o no), ni por la seguridad física del edificio en el que está
situado el juzgado que conoce del proceso, sino que este debe basarse,
sustancialmente, en que el caso evidencie riesgo para la seguridad personal de
jueces, magistrados, fiscales y auxiliares de justicia, así como de los imputados,
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testigos y demás sujetos que intervengan en el proceso (artículo 1 de la ley de la


materia). (…) No obstante lo antes expuesto, esta Corte, con fundamento en lo
establecido en el artículo 42 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad, advierte que la autoridad reprochada, al emitir el acto que se
señala como agraviante, incumplió con su deber de expresar las razones por las
que acogió la apelación, limitándose a indicar que los delitos que se persiguen se
encuentran dentro de los regulados expresamente en la Ley de Competencia
Penal en Procesos de Mayor Riesgo y que ello llevaba implícito el riesgo para los
diferentes actores que participan en el proceso, pero sin efectuar razonamientos
que permitan advertir en forma concreta cuáles eran esos delitos y por qué su
juzgamiento conllevaba riesgos que ameritan el traslado de la causa. En esa
línea de ideas, se concluye que la autoridad cuestionada obvió el examen que
como órgano de apelación le correspondía efectuar, respecto a si los motivos
expuestos en la petición del ente fiscal ameritaban o no el traslado de la causa
por la existencia de mayor riesgo para la seguridad personal de jueces,
magistrados, fiscales y auxiliares de justicia, así como de los imputados, testigos
y demás sujetos procesales que intervienen en su desarrollo. Lo anterior conlleva
vulneración al debido proceso, el que debe ser observado en todo trámite judicial
y administrativo. Por todo lo expuesto, es procedente otorgar la protección
constitucional a efecto de que la autoridad reprochada dicte nueva resolución,
congruente con lo considerado, exponiendo de forma clara y precisa las razones
fundadas que sustenten su decisión, sin condenarla en costas por la buena fe
que se presume en las actuaciones de las autoridades judiciales.” EXPEDIENTE
2465-2015, SENTENCIA DEL 14 DE SEPTIEMBRE DE 2,016.
“Conforme a lo anterior, esta Corte estima pertinente referir a la sentencia
154/2011 de dieciséis de marzo de dos mil once, el Tribunal Supremo Español,
señaló con respecto a la obligación de fundamentación de las resoluciones
judiciales: “(...) la fundamentación actúa como medio de incrementar la
credibilidad de la Justicia en la medida que con ella se trata de convencer a las
partes de la corrección de la decisión adoptada, con lo que se avanza en la
obtención y ensanchamiento de los procesos de convicción social, definitivo
fundamento del cumplimiento de la Ley y del respeto a las resoluciones
judiciales, con preferencia a esquemas puramente coactivos (...)”. En ese
sentido, se establece que la fundamentación de las sentencias tiene como fin la
justificación razonada del contenido de las decisiones, lo cual implica la
respuesta a todos los agravios denunciados por el interesado, la correcta
interpretación y aplicación de la ley, así como el cumplimiento del principio de
razón suficiente (toda conclusión lógica tiene que estar investida de los motivos
suficientes para ser así y no de otra manera), el cual implica que la decisión sea
el resultado de un análisis lógico que produzca una conclusión congruente,
resultado del trabajo inductivo y deductivo de los jueces en la subsunción lógica,
que conforme al caso concreto lo encaja en el concepto general de la ley y llega
a una consecuencia indubitable y ante todo racionalmente verdadera. (…) Lo
anterior, pone de relieve que la autoridad objetada no cumplió con la debida
fundamentación del acto reclamado en cuanto a la aplicación del principio de
razón suficiente, porque si bien dio alguna respuesta al motivo de procedencia
invocado por el recurrente, esta carece de congruencia lógica entre el motivo
invocado, el análisis de la premisa alegada y su conclusión, puesto que la
pretensión del casacionista era que ese Tribunal corrigiera el yerro cometido por
la Sala y tipificara el ilícito ocurrido conforme a los hechos acreditados (…),
cuestión que debió determinar con precisión en su oportunidad la autoridad
cuestionada, exponiendo de forma clara las razones de hecho y de Derecho que
sustentaban la decisión asumida. En ese orden de ideas, esta Corte advierte que
será la autoridad denunciada que conforme a sus facultades jurisdiccionales, (…)
deberá procurar la congruencia lógica por medio de la debida fundamentación
entre la pretensión del recurrente y su decisión. Se concluye que al emitir el acto
reclamado, la Cámara Penal de la Corte Suprema de Justicia se excedió en el
uso de sus facultades legales, otorgadas por los Artículos 203 de la Constitución
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Política de la República de Guatemala y 442 del Código Procesal Penal,


vulnerando los derechos constitucionales del amparista, lo cual hace que el
amparo solicitado deba otorgarse.” EXPEDIENTE 4994-2016, FALLO DE FECHA
6 DE JULIO DE 2,016.
“El debido proceso constituye el medio sine qua non para arbitrar la seguridad
jurídica; de esa cuenta, su institución se ha constitucionalizado con la categoría
de derecho fundamental propio y como garantía de los demás derechos,
especialmente el de defensa. No es, entonces, una cuestión meramente técnica,
sino incluye una especial consideración garantista. El desvío de los principios
esenciales del proceso agravia los derechos de las personas en la medida en
que su inobservancia impida la aproximación a la justicia.” GACETA No. 95.
EXPEDIENTE 3803-2009, SENTENCIA DEL 27 DE ENERO DE 2,010. (El
subrayado no aparece en los textos originales).
En virtud de lo expuesto, concluyo que la autoridad recurrida se excedió en el
ejercicio de sus atribuciones y actuó de forma arbitraria al haber emitido la
resolución mencionada y con ella conculcó mis derechos constitucionales y
garantías procesales ya señalados. De donde se advierte que la actuación de la
misma se encuadra en los casos de procedencia indicados y por consiguiente,
existe un agravio que reparar, toda vez que al haber emitido la resolución
analizada se excedió del ámbito de las atribuciones que legalmente tiene
asignadas, por lo que procede otorgar en el caso que nos ocupa la protección
constitucional que solicito; ya que: “(...) El amparo, como medio protector y
garante de los derechos que la Constitución y demás leyes reconocen a las
personas, opera en materia judicial como contralor de las actuaciones de los
órganos jurisdiccionales, a efecto de que éstos se ajusten a los preceptos
constitucionales y legales, (...)”. EXPEDIENTE 1350-2005, FALLO DEL 17 DE
AGOSTO DE 2,005.
AMPARO PROVISIONAL:
El artículo 24 de la Ley de la materia, regula que cuando se pida amparo, en el
memorial de interposición podrá solicitarse la suspensión provisional de la
disposición, acto, resolución o procedimiento reclamado. Por su parte, el artículo
27 de la misma ley y el artículo 24 del Acuerdo 1-2013 de la Corte de
Constitucionalidad determinan que: “El Tribunal de Amparo podrá resolver sobre
el amparo provisional en la primera resolución que dicte. Esto sin perjuicio que se
exija la subsanación de requisitos de admisibilidad (…)”. En este caso es
evidente la flagrante violación a mis derechos constitucionales y procesales antes
citados, por lo que se hace necesario el otorgamiento del amparo provisional a mi
favor y de los demás coprocesados, pues es notorio el agravio que se provoca
con la resolución que impugno. En consecuencia, resulta procedente suspender
provisionalmente, la resolución señalada como acto reclamado en el apartado
respectivo del presente memorial.
Hago tal requerimiento, en virtud que concurre la condición prevista en la
literal b) del artículo 28 del indicado ordenamiento legal, debido a que al
continuarse con el trámite de la carpeta judicial en un juzgado de mayor
riesgo, provocaría un retraso innecesario e irreversible en el
diligenciamiento de las audiencias que están pendientes de celebrarse, lo
cual dejaría sin materia y haría inútil el amparo; además, resultaría
desgastante y oneroso para el sistema de administración de justicia.
P R U E B A S:
Ofrezco como medios de prueba los siguientes: a) Expediente identificado con el
número 01004-2019-00422 que se tramita en el Pleno de la Corte Suprema de
Justicia y al cual se encuentra anexado el expediente número 01004-2018-02038
que se tramitó ante la Cámara Penal de la Corte Suprema de Justicia; b) El audio
que contiene la audiencia oral y pública celebrada ante la Cámara Penal, el día
……….., a partir de las ………… horas; y c) El expediente identificado como
causa penal con número único 01070-2016-00382, que se encontraba a cargo
del Juzgado Décimo de Primera Instancia Penal, Narcoactividad y Delitos Contra
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el Ambiente del Departamento de Guatemala y que se ordenó su traslado al


Juzgado Primero de Primera Instancia Penal con Competencia para Conocer
Procesos de Mayor Riesgo, Grupo E. Los cuales deberán ser requeridos a la
autoridad impugnada.
FUNDAMENTO DE DERECHO:
De conformidad con el artículo 8 de la Ley de Amparo, Exhibición Personal y de
Constitucionalidad, el amparo protege a las personas contra las amenazas de
violación a sus derechos, o restaura su imperio cuando la violación hubiere
ocurrido; además, ese mismo artículo regula que no hay ámbito que no sea
susceptible de amparo y que éste procederá siempre que los actos, resoluciones
o leyes de autoridad lleven implícito amenaza, restricción o violación a los
derechos que la Constitución y las leyes garantizan. Por su parte, tal como quedó
expuesto en el apartado respectivo, el artículo 10 de la misma normativa
establece los casos de procedencia del amparo. En el presente caso, dado que
existen violaciones a los derechos que la Constitución y las leyes garantizan,
cometidos por la autoridad impugnada, me asiste en la calidad con la que actúo,
el derecho de promover la presente Acción Constitucional de Amparo, con el
objeto de que el Honorable Tribunal Extraordinario de Amparo, al momento de
substanciar el proceso, y especialmente en el momento de dictar sentencia,
estudie las circunstancias particulares del caso y me otorgue la protección
constitucional que solicito.
P E T I C I O N E S:
DE TRÁMITE:
1. Que con el presente memorial se inicie la formación del expediente
respectivo.
2. Se tome nota del auxilio profesional así como del lugar señalado para
recibir notificaciones.
3. Se admita para su trámite la presente Acción Constitucional de Amparo y
se tenga por interpuesta en contra del PLENO DE LA CORTE SUPREMA DE
JUSTICIA.
4. Que se tome nota de los TERCEROS INTERESADOS y de los lugares en
que deben ser notificados.
5. Que se tengan por ofrecidas las pruebas debidamente individualizadas en
el apartado respectivo de este escrito.
6. Se otorgue el amparo provisional solicitado y como consecuencia, se deje
en suspenso provisional la resolución señalada como acto reclamado emitida
por la autoridad reprochada.
7. Que se pida a la autoridad recurrida, cumplir dentro del plazo de cuarenta
y ocho horas, con remitir los antecedentes o en su caso, informe
circunstanciado.
8. Si la autoridad impugnada no cumple con remitir los antecedentes o
informe circunstanciado, se OTORGUE, también por esa razón, el amparo
provisional solicitado.
9. Una vez recibidos los antecedentes o el informe circunstanciado, se
confiera la audiencia por cuarenta y ocho horas que corresponde, a las partes
y al Ministerio Público.
10. Que en el momento procesal oportuno y de considerarse estrictamente
necesario, se abra a prueba el Proceso de Amparo por el plazo de ocho días, o
en su caso, se prescinda del período probatorio, a criterio de la Honorable
Corte Constitucional.
DE FONDO:
Que el Honorable Tribunal Extraordinario de Amparo, al dictar sentencia,
OTORGUE EL AMPARO solicitado en contra de la autoridad cuestionada, en
este caso el PLENO DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA y como
consecuencia:
17

AMPARO NUEVO

a) Se deje en suspenso definitivo la resolución señalada como acto reclamado y


se le ordene que dicte nueva resolución conforme a derecho, respetando los
derechos constitucionales y garantías procesales del postulante de esta Acción
de Amparo.
b) Se hagan las restantes declaraciones de ley.
CITA DE LEYES: Artículos 1, 2, 12, 204, 251 y 265 de la Constitución Política de
la República de Guatemala; 1, 2, 3, 4, 5, 6, 7, 8, 9, 10, 12, 21, 22, 24, 25, 27, 28,
29, 32, 33, 34, 35, 36, 37, 40, 42, 43, 44, 45, 47, 49, 50, 52, 53, 54, 55 y 56 de la
Ley de Amparo, Exhibición Personal y de Constitucionalidad; 28, 29, 45, 50, 51,
61, 66, 67, 71 y 79 del Código Procesal Civil y Mercantil; 3,4, 9, 10, 13, 16, 17,
18, 23, 57 y 74 de la Ley del Organismo Judicial; 1 al 5 de la Ley de Competencia
Penal en Procesos de Mayor Riesgo; Acuerdo 1-2013 y Auto Acordado 1-2013,
ambos de la Corte de Constitucionalidad.
Acompaño ………. () copias de este escrito.
Guatemala, 11 de agosto del 2,019.

EN SU AUXILIO, DIRECCIÓN Y PROCURACIÓN:

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