6.

CONCLUSIONES

En este apartado se intentará recopilar las dudas y problemas que

surgen del análisis de las tecnologías de reducción de CO2 en centrales de
producción de potencia descritas en este proyecto, con la intención de dar
soluciones reales con las posibilidades científicas actuales.

El desarrollo tecnológico y el bienestar humano arrastra como

consecuencia directa un aumento de la energía consumida en el planeta;
este consumo energético, a su vez, conlleva el vertido de diferentes
residuos, entre los que se encuentra el CO2, que es uno de los gases que
provocan el efecto invernadero. El planeta tiene mecanismos de
regeneración del CO2 pero el ritmo de producción supera ampliamente la
capacidad de regeneración del planeta, por tanto, la concentración de CO2
en la atmósfera aumenta cada año.

Fig. 6.1. Concentración de CO2 desde 1991 a 2001

En las figuras 6.1 y 6.2 se muestran unas evoluciones de la

concentración de CO2 en la atmósfera para diferentes periodos {47}.

Fig. 6.2. Concentración de CO2 desde 1960 a 2001

 En las gráficas anteriores, que están basadas en datos fiables, se
puede asegurar que existe tendencia a aumentar la concentración de CO2
por año, aunque tampoco parece una tendencia muy brusca. En la gráfica
de figura 6.3 muestra una evolución histórica hipotética, dado que no existe
registro de datos de concentraciones en épocas pasadas. Se observa como
la concentración de CO2 atmosférico si sufre un aumento muy brusco a
partir de la revolución industrial (año 1800).

Fig. 6.3. Evolución histórica hipotética de la concentración de CO2 en la atmósfera

Estos datos justifican la preocupación de los gobiernos por políticas

de reducción de emisiones y la creación de organismos que regulen los
derechos de emisión. Una vez finalizado Kioto podemos decir que no se han
llegado a cumplir los objetivos marcados. La figura 6.4 muestra la evolución
del precio de una tonelada de CO2, en la que existe una caída del 99% de
precio de la tonelada de CO2. Este porcentaje da una idea sobre el interés
actual que despierta el mercado e emisiones en Europa {47}.

Fig. 6.4. Evolución del precio de una tonelada de CO2 en el último año hasta julio de
2007 en Europa
 Analizando económicamente las tecnologías disponibles para la
captura y el almacenamiento de CO2 y contrastando con el valor que
alcanza actualmente la tonelada de CO2 en el mercado de emisiones se
debe concluir que la captación de CO2 emitido no es interesante
económicamente en la actualidad. Por ejemplo, capturar con absorción con
aminas (MEA), que es la única tecnología madura y viable, tiene un coste
aproximada de 29 a 44 euros/Tn de CO2 {32}. Además, este valor no tiene
en cuenta los costes de almacenamientos de CO2 lo que supondría un
incremente notable respecto al valor indicado.

Respecto a las tecnologías de captación de CO2 sus características

más importantes se resumen a continuación:

Post-combustión

 Muchas de las tecnologías son comerciales (absorción con aminas),

incluso a escala similar al volumen de gases a tratar: sectores
industriales vinculados al refino, producción de urea…

 Tiene una fácil implantación en centrales existentes.

 Posibilidad para tratar volúmenes grandes de gas.

 El proceso debe evitar presencia de impurezas: SOx y NOx que afecta

al sistema de captura.

 Necesidad de compresión elevada ya que los gases de combustión

tratados suelen estar casi a presión atmosférica. Esta supone una
gran desventaja ya que dispara el consumo energético.

 La compresión de los gases (hasta 110 bar) y la penalización que

sufre el propio proceso reduce el rendimiento eléctrico de la planta de
potencia al 12% aproximadamente {48}.

 La capacidad reductora de esta tecnología es del 85 al 90% con la

posibilidad de usar varios sistemas en serie de forma que se optimice
el proceso {48}.

 Necesidad de aportar materias primas (aminas) de manera casi

continua.

Pre-combustión

 Los gases de salida tras el reformado completo (SMR+WGS) salen al

alta presión lo que facilita la separación del CO2 y el H2, y la
compresión del H2 si fuera necesario, incurriendo en el proceso de
captación en el rendimiento eléctrico de la planta en un 5 al 10%
{48}.
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 La tecnología reduce casi por completo las impurezas del
combustible.

 La eficiencia del proceso e captación de CO2 es del 90 al 100% {48}.

 El combustible, caso de ser carbón, debe ser gasificado lo que

acarrea también una penalización energética.

 Los equipos (turbinas de gas) deben ser modificados para quemar H2

como combustible, lo que dificulta la implementación de la
tecnología.

 Tecnología madura y con datos contrastado por la experiencia en

plantas de producción de H2.

Oxi-combustión

 Tecnología de captación en fase de desarrollo. No existe fabricantes

que diseñen turbinas de gas para quemar con oxigeno de
comburente.

 Con temperaturas entre 1500 y 1700 ºC en la cámara de combustión,

la penalización en el rendimiento eléctrico sería del 3 al 5% {41} y
proviene de la planta de separación de aire y los compresores que
impulsan el O2.

 La capacidad de captación son próximas al 100% {41}.

 Ausencia de NOx.

Otra cuestión que se presenta es el almacenamiento definitivo de CO2

y los posibles problemas tecnológicos, de estanqueidad y de contaminación
del medio ambiente, ya que el trasporte no supone ningún problema.

Las tecnologías de almacenamientos geológicos están

experimentales maduras, existen plantas con datos contrastados, excepto
los asociados al coste económico, sobre todo en el uso de la recuperación
mejorada del petróleo e inyección en yacimientos agotados. En cambio las
tecnologías de almacenamiento oceánico están es fase investigación
actualmente. Respeto a la carbonatación mineral, comentar que es una
tecnología muy madura pero con muy poca capacidad para tratar
volúmenes grandes de CO2 como los que se producen en grandes centrales
de potencia.

Hay estudios geológicos que aseguran una estanqueidad relativa, es

decir, con una tasa de fugas muy baja, en fosas salinas o yacimientos. Un
problema más grave sería una fuga localizada haciendo que se creara una
atmósfera con una concentración de CO2 aproximadamente del 4 al 7% lo

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que puede suponer la muerte en el hombre y animales terrestres.
Técnicamente no están resueltos muchos de estos problemas por lo que
también es una tecnología poco madura.

Desde el punto de vista de alteración de la química del océano,

fundamentalmente el pH, los experimentos muestran que la adición de CO2
puede dañar a los organismos marinos, aunque no se ha llevado a cabo
ningún experimento controlado del ecosistema en las profundidades
oceánicas, por lo que sólo puede ofrecerse una evaluación preliminar pobre
de los efectos sobre el ecosistema.

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