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TRIBUTARIA

CLASIFICACIÓN:

La doctrina suele realizar diversas clasificaciones de los ingresos públicos


atendiendo a diferentes criterios:

a) Por su naturaleza económica.


La clasificación económica agrupará los ingresos, separando los corrientes,
los de capital, y las operaciones financieras.
En los ingresos corrientes se distinguirán: impuestos directos y cotizaciones
sociales, impuestos indirectos, tasas, precios públicos y otros ingresos,
transferencias corrientes e ingresos patrimoniales.
En los ingresos de capital se distinguirán: enajenación de inversiones reales y
transferencias de capital.
En los ingresos por operaciones financieras se distinguirán: activos financieros
y pasivos financieros.
b) Por su origen.
El economista Franz Neumark distingue entre los procedentes de la
economía privada (arrendamientos, cánones, intereses…) y los procedentes de la
economía pública (impuestos, tasas, contribuciones especiales)

c) En función de su relación con los particulares.


Según atendamos a la voluntad de los particulares o su beneficio
(donaciones, precios públicos y privados, tasas, contribuciones especiales,
impuestos)

1.3. PRINCIPIOS INSPIRADORES DEL SISTEMA TRIBUTARIO ESPAÑOL:

En el artículo 31 de la Constitución se definen los rasgos principales que


definirán a nuestro sistema tributario: “Todos contribuirán al sostenimiento de los
gastos públicos de acuerdo con su capacidad económica mediante un sistema
tributario justo inspirado en los principios de igualdad y progresividad que, en ningún
caso, tendrá alcance confiscatorio. El gasto público realizará una asignación
equitativa de los recursos públicos y su programación y ejecución responderán a los
criterios de eficiencia y economía. Sólo podrán establecerse prestaciones
personales o patrimoniales de carácter público con arreglo a la Ley”
De lo dispuesto en el texto constitucional podemos extraer los siguientes principios
inspiradores del sistema tributario español:
Principio de igualdad
Las obligaciones tributarias se distribuirán entre los contribuyentes de forma que
aquellos que tengan igual capacidad, soporten las mismas cargas.
Principio de capacidad económica
Es la cantidad de ingresos o riqueza que un ciudadano posee, por lo tanto los
tributos tendrán que tener en cuenta esta capacidad a la hora de determinar lo que
cada ciudadano debe pagar
Principio de progresividad
Cuanta más capacidad económica tenga una persona, más deberá crecer
proporcionalmente su carga tributaria
Principio de no confiscatoriedad
La tributación no podrá ser superior a la renta o patrimonio gravado.
Principio de legalidad
El artículo 133 de la Constitución establece:
“1. La potestad originaria para establecer los tributos corresponde exclusivamente
al Estado, mediante Ley.
2. Las Comunidades Autónomas y las Corporaciones locales podrán establecer y
exigir tributos, de acuerdo con la Constitución y las Leyes.
3. Todo beneficio fiscal que afecte a los tributos del Estado deberá establecerse en
virtud de Ley.
4. Las administraciones públicas sólo podrán contraer obligaciones financieras y
realizar gastos de acuerdo con las Leyes.”

A su vez, la Ley General Tributaria incorpora a los principios anteriores los


de eficacia y limitación de costes indirectos derivados de obligaciones formales y el
respeto de los derechos y garantías de los obligados tributarios.

1.4. LOS TRIBUTOS

1.4.1. CONCEPTO

En contra de lo que sucedía con la anterior normativa, la Ley 58/2003 define


por vez primera el concepto de tributo. La definición del tributo se encuentra
recogida en el artículo 2.1 de la LGT, estableciéndose en el mismo que los tributos
son los ingresos públicos que consisten en prestaciones pecuniarias exigidas por
una Administración pública como consecuencia de la realización del supuesto de
hecho al que la Ley vincula el deber de contribuir, con el fin primordial de obtener
los ingresos necesarios para el sostenimiento de los gastos públicos.
Los tributos, además de ser medios para obtener los recursos necesarios
para el sostenimiento de los gastos públicos, podrán servir como instrumentos de la
política económica general y atender a la realización de los principios y fines
contenidos en la Constitución
Los tributos, cualquiera que sea su denominación, se clasifican en tasas,
contribuciones especiales e impuestos (que serán objeto de estudio en el siguiente
epígrafe).

1.4.2. DISPOSICIONES GENERALES DEL ORDENAMIENTO TRIBUTARIO

A continuación, analizaremos algunos de los elementos esenciales de los


tributos siguiendo las definiciones recogidas en la LGT.
1.4.2.1. LA RELACIÓN JURÍDICO- TRIBUTARIA. LAS OBLIGACIONES
TRIBUTARIAS.

Desde un punto de vista legal, el artículo 17 de la LGT define en su apartado


primero a la relación jurídico-tributaria como "el conjunto de obligaciones y deberes,
derechos y potestades originados por la aplicación de los tributos". Por tanto, de la
relación jurídico-tributaria nace un conjunto de obligaciones, derechos y deberes
que son los que analizaremos a continuación.

A) LAS OBLIGACIONES TRIBUTARIAS MATERIALES:

Dentro de las obligaciones tributarias materiales se encuentran las


siguientes:
I) La obligación tributaria principal. La obligación tributaria principal tiene por
objeto el pago de la cuota tributaria.
El hecho imponible. El concepto legal del hecho imponible nos lo
proporciona el artículo 20 de la LGT, estableciendo que "el hecho imponible es el
presupuesto fijado por la ley para configurar cada tributo y cuya realización origina
el nacimiento de la obligación tributaria principal".
El devengo. El artículo 21 de la LGT define el devengo como "el momento
en que se entiende realizado el hecho imponible y en el que se produce el
nacimiento de la obligación tributaria principal".
Las exenciones. Es necesario diferenciar el concepto de exención del de no
sujeción. Ambos conceptos van a provocar un mismo resultado: que no se pague el
tributo. Sin embargo, en esencia son conceptos jurídicamente distintos. La exención
supone la existencia de una norma impositiva en la que se define un hecho
imponible, que normalmente da origen, al realizarse, al nacimiento de una obligación
tributaria.
Por otra parte, supone la existencia de una norma de exención que ordena que, en
ciertos casos, la obligación tributaria no se produzca, a pesar de la realización del
hecho imponible previsto en la norma de imposición. En cambio, la no sujeción
implica que los supuestos por ella contemplados no están contenidos en la norma
delimitadora del hecho imponible, es decir, la no sujeción delimita negativamente el
hecho imponible.
La obligación tributaria de realizar pagos a cuenta. Se recoge en el
artículo 23 de la LGT, el cual la define como la obligación tributaria de satisfacer un
importe a la Administración Tributaria por el obligado a realizar pagos fraccionados,
por el retenedor o por el obligado a realizar ingresos a cuenta.
La LGT permite a las leyes propias de cada tributo que establezcan cantidades a
deducir diferentes a las fijadas por los pagos a cuenta realizados.
Las obligaciones entre particulares resultantes del tributo. Se recogen
en el artículo 24 de la LGT. El referido artículo las define como las que tienen por
objeto una prestación de naturaleza tributaria exigible entre obligados tributarios,
calificando como obligaciones de este tipo las que se generan como consecuencia
de actos de repercusión, de retención o de ingreso a cuenta previstos legalmente.

II) Las obligaciones tributarias accesorias.


Las obligaciones tributarias accesorias se definen en el artículo 25 de la LGT
de una manera residual, es decir, lo son todas aquellas obligaciones de carácter
pecuniario distintas de las demás que se deban satisfacer a la Administración
Tributaria y cuya exigencia se impone en relación con otra obligación tributaria.
Entre las obligaciones tributarias accesorias se incluyen la obligación de satisfacer
el interés de demora, los recargos por declaración extemporánea y los recargos del
periodo ejecutivo, no incluyéndose como tal las sanciones tributarias.

B) LAS OBLIGACIONES TRIBUTARIAS FORMALES

Se encuentran definidas en el artículo 29 de la LGT como todas aquellas


obligaciones que, sin tener carácter pecuniario, son impuestas por la normativa
tributaria o aduanera a los obligados tributarios, deudores o no del tributo, y cuyo
cumplimiento está relacionado con el desarrollo de actuaciones o procedimientos
tributarios o aduaneros, no tratándose de una lista cerrada, ya que la propia LGT
prevé que las leyes propias de cada tributo puedan establecer otras.

1.4.2.2. LA CUANTIFICACIÓN DE LA OBLIGACIÓN TRIBUTARIA

Para fijar la cuantía de la obligación tributaria, la LGT establece en su artículo


49 que se determinarán, a partir de las bases tributarias, los tipos de gravamen y
demás elementos en ella previstos y siempre según disponga la normativa propia
de cada tributo.

 La base imponible
La LGT define a la base imponible en su artículo 50.1 como "la magnitud
dineraria o de otra naturaleza que resulta de la medición o valoración del hecho
imponible", estableciendo en su apartado segundo los siguientes métodos de
determinación de la base imponible: estimación directa, estimación objetiva y
estimación indirecta.
El método que con carácter general deberá utilizarse para determinar la base
imponible será el de estimación directa.
El método de estimación indirecta será siempre subsidiario de los otros dos,
aplicándose exclusivamente cuando se den las circunstancias del artículo 53 de la
LGT.
 La base liquidable
La LGT define la base liquidable en su artículo 54. Según lo dispuesto en el
mismo, "la base liquidable es la magnitud resultante de practicar, en su caso, en la
base imponible las reducciones establecidas en la ley".
Las reducciones obedecen al interés del legislador de conceder un trato de favor a
determinados contribuyentes, por ejemplo, las reducciones por aportaciones a
patrimonios protegidos de las personas con discapacidad contemplado en el artículo
54 de la Ley del IRPF.
 El tipo de gravamen
La LGT define el tipo de gravamen en el artículo 55 como "la cifra, coeficiente
o porcentaje que se aplica a la base liquidable para obtener como resultado la cuota
íntegra". Los tipos de gravamen deben ser específicos o porcentuales, debiéndose
aplicar según disponga la ley propia de cada tributo a cada unidad o tramo de base
liquidable.
Así, tenemos:
Los tipos de gravamen específicos, que pueden ser de cuantía fija o de carácter
gradual (es decir, se determina una cuantía de dinero cuyo importe varía según los
grados de una escala referida a una determinada magnitud).
Los tipos de gravamen porcentuales son los denominados alícuotas de
gravamen, es decir, aquellos en los que el tipo es un porcentaje aplicable sobre la
base imponible o liquidable.
 La cuota tributaria
De acuerdo con el artículo 56 de la LGT, la cuota tributaria podrá
determinarse:
En función del tipo de gravamen aplicable (tributos de cuota variable; ejemplo,
IRPF).
Según la cantidad fija señalada al objeto en los pertinentes textos legales (tributos
de cuotas fijas; ejemplo, IAE).
En ciertos supuestos es preciso practicar sobre la "cuota íntegra" determinadas
deducciones o correcciones que minoran el importe de la prestación a cargo del
sujeto pasivo. La cantidad así obtenida recibe el nombre de "cuota líquida".

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