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Estilos de Aprendizaje

Como romper paradigmas

Cruz, J.

Cruz, J. (1995) Como romper


paradigmas En: Educación,
excelencia, autoestima, pertenencia
y T.Q.M México Orión Pp. 27-49
¿Cómo romper paradigmas?

Para iniciar un movimiento hacia la cantidad en educación, es necesario hablar


de paradigmas, el extraordinario autor norteamericano Thomas Kuhn, en su
estudio "La estructura de las revoluciones científicas publicado como breviario
del fondo de cultura económica, define que los paradigmas son verdades, son
conceptos, son moldes, son patrones, son modelos, son estructuras de
pensamiento que definen y enmarcan las ideas, dan sentido y dan dirección, dan
interpretación y dan contexto, los paradigmas son una forma moderna de decir
de un conjunto de ideas, romper paradigmas se ha dicho dentro del lenguaje
común de la calidad total en los años recientes, en la capacidad de reinventar,
hacer nuevo otra vez, rehacer, volver a crear, los paradigmas educativos son
verdades que hay que constantemente volver a crear o volver a reinventar. En un
estudio que recientemente he publicado llamado precisamente Cómo romper
paradigmas y provocar el cambio, hago reflexiones profundas sobre el tema de
la estructura de los paradigmas. Los paradigmas están presentes en nuestras
vidas de manera constante y permanente, los paradigmas forman parte de
nosotros mismos, una sociedad se articula sobre la base de paradigmas, todas las
sociedades crean sus paradigmas, y el conjunto de los paradigmas crea los
modelos y los moldes culturales, toda la cultura es un conjunto de paradigmas, el
fenómeno cultural como dijeran Levi Bruhl o Levi Strauss es una constante que
determina la manera de ser y hacer las cosas en un pueblo. Cuando hablamos de
cambio y de paradigmas hablamos de la manera de proceder de un determinado
grupo o contexto cultural, la cultura es el resultado de un proceso humano, los
hombres en su diario quehacer establecen normas y procedimientos, esto
determina la cultura y determina también los paradigmas, los paradigmas de una
cultura son sus propias formas, sus propios métodos, sus propio contextos, su
propia visión. Romper paradigmas es volver a inventar la cultura, romper
paradigmas es crear fuerzas y formas nuevas para dar un sentido más amplio al
concepto de lo que los paradigmas son, lo que los paradigmas hacen, y lo que los
paradigmas pueden hacer, reproduzco en este estudio parte del contenido del
estudio ya publicado respecto a lo que los paradigmas son y lo que los
paradigmas hacen, pero en esta ocasión agregaré algunos aspectos específicos
sobre el punto básico: los paradigmas educativos, ya que la educación, como
manifestación de la cultura es, precisamente, una estructura de paradigmas.

El poder de un paradigma

Los paradigmas son creencias, moldes que determinan nuestras expectativas, es


decir, lo que esperamos de una persona, producto, servicio, lugar o tiempo. Los
paradigmas nos crean una visión de circunstancia, determinan la expectativa y
nuestra conducta, ponen límites a nuestra visión cuando actúan como marcos,
creencias o modelos.
El mérito de Cristóbal Colón residió en que tuvo que vencer muchos paradigmas.

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Pioneros del paradigma

Los pioneros del paradigma creen en su paradigma por encima de la mayoría que
se oponen al nuevo paradigma, ya que creen en el viejo.
Los marinos de Colón eran galeotes en una gran parte, gente ignorante sin
información, que sentía miedo porque el viejo paradigma decía que el mar estaba
poblado por monstruos, que si nadie había logrado cruzar el océano era porque
no se podía lograr, pensaban que el mundo era plano, y que en algún lugar las
aguas del mar se precipitaban en una gran cascada, estaban seguros que no
volverían vivos, que ese viaje era su muerte.

Cristóbal Colón en cambio, tenía información de que en tiempos antiguos el


genial cosmógrafo Eratóstenes de Cirene, había demostrado la redondez de la
tierra midiendo el ángulo de inclinación de los rayos del sol proyectados el
mismo día, a la misma hora, en dos sitios distantes casi dos mil kilómetros, un
lugar era su ciudad Alejandría, en el Delta del Nilo, y el otro era la isla de Filae,
al sur más allá de la primera catarata del Nilo.

La diferencia medida en los ángulos demostraba su teoría, la relación de ángulos


describía la curvatura terrestre.
Eratóstenes, que era el director de la célebre biblioteca de Alejandría en los
tiempos del helenismo, no solamente demostró que la tierra era redonda, sino
que pudo calcular mediante el mismo método el tamaño de la Tierra con éxito.
Sus estudios nunca se perdieron ya que los estudios árabes y bizantinos
conservaron tratados de cosmografía, en los que asentaban los descubrimientos
de Eratóstenes, donde se magnificaban las evidencias de la redondez terrestre.
Cuando Cristóbal Colón estudió en Italia estas teorías que difundía el geógrafo
Toscanelli fueron enseñadas a Colón, él creía en el nuevo paradigma científico
de la redondez terráquea, pero no sólo él pensaba esto, también los científicos de
su tiempo compartían la misma visión, por ello, Isabel de Castilla, la reina
católica confió en el nuevo paradigma, ya que entre sus consejeros había
suficiente evidencia científica como para suponer que el nuevo paradigma era
posible, pero el grueso de la tripulación, que era gente iletrada e inculta no podía
compartir esta visión que consideraban imposible de acuerdo a su nivel de
información.

Es por ello que los viejos paradigmas casi siempre se destruyen con el
apuntalamiento de la nueva información sólida y comprobada, ya que la
ignorancia siempre será el baluarte de los viejos paradigmas.
Los pioneros del paradigma casi siempre son personas mejor preparadas, cultas e
informadas, que luchan contra una mayoría ignorante.

La razón del poder de los paradigmas

Los paradigmas son muy poderosos porque son las razones que nos impulsan a
tomar una decisión. Las personas luchan por defender sus paradigmas porque
son las únicas razones que tienen para tomar decisiones.

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Pero a medida que estos paradigmas se adentran y permanecen en los individuos,
las personas ya no se preguntan nada acerca de la validez de esos paradigmas, es
decir, que la pregunta principal ya no se la hacen.
Convierten el paradigma en creencia y se aferran a él, parten de la base de una
creencia.

Cómo actúa el poder de un paradigma

Los paradigmas tienen el poder de convertirse en moldes inflexibles, cuando un


jefe contrata a un subordinado el primer año lo observa para ver su
potencialidad, al cabo de ese tiempo crea un paradigma de cómo es y como
trabaja, pero pasan 10 años y el jefe se aferra a la imagen inicial y su expectativa
no cambia con facilidad, es decir, que el jefe no ve el cambio, hay jefes que
siempre están escudriñando los cambios de sus subordinados y no quieren
aferrarse a un paradigma, estos jefes tienen el poder de la visión de cambiar
paradigmas porque entienden el cambio, ya que ninguna persona es la misma 10
años después, porque el cambio actúa en ella.

Las personas que son flexibles en sus paradigmas tienen la capacidad de ver esos
cambios tienen la visión de futuro, ya que son capaces de romper sus viejos
paradigmas para construir constantemente nuevos paradigmas.
El poder de mirar el futuro, destruir y construir paradigmas, da éxito personal a
quien tiene visión de futuro y ve muy lejos, pero desgraciadamente la mayoría de
las personas tienen paradigmas inflexibles y por lo tanto viejos, padecen las
consecuencias que son el fracaso y la obsolescencia.
Estos fenómenos no solamente son propios de las personas como individuos,
sino que también a nivel macro se dan en las organizaciones, gobiernos,
empresas, partidos políticos en países enteros o familias, regiones o ciudades, y
generan la resistencia al cambio.

La fórmula de éxito ciega

Las organizaciones, empresas o grupos que alcanzan el éxito generalmente caen


de la cima. Con el éxito las personas u organismos se aferran a su fórmula que es
convertida en paradigma, esta fórmula envejece y muere, el éxito se derrumba y
la organización entra en decadencia y tal vez muera.

Parálisis paradigmática* en acción

Esta incapacidad de cambiar es la parálisis paradigmática y se debe a la ceguera


del paradigma que tuvo éxito en el pasado, pero que perdió su efectividad al
hacerse viejo. (*) El término parálisis paradigmática es usado por Joel Arthur Barker, en su famosa
película: "Paradigmas, descubriendo el futuro"

La necesidad de cambio y el miedo de cambiar

El éxito provoca seguridad.

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Las personas o instituciones se refugian en él tal vez por su naturaleza cómoda o
tal vez por su miedo a bajar a cero y hacer un cambio radical sin la capacidad de
cambiar o innovar nos resistimos al cambio, mantenemos el "statu quo".

Épocas de cambio

Hay periodos de la historia en que los cambios son lentos como la Edad Media y
periodos de cambio muy rápidos como los cuatro siglos anteriores al nacimiento
de Cristo, el siglo XX es uno de esos momentos de cambios rápidos y el siglo
XXI traerá cambios aún más veloces, lo importante es que seamos capaces de
mirar como pioneros del paradigma para así adelantamos al cambio y recordar
que los éxitos del pasado no garantizan los éxitos del futuro y que si en cambio
pueden impedir nuevos éxitos si son capaces de cegarme y provocar parálisis
paradigmática en mí o en la organización a la que pertenezco.

Épocas de cambios rápidos

En épocas de cambios rápidos mi visión debe ser entrenada para mirar muy lejos
en el futuro, por ello la clave del futuro será la información, estar informado será
una obligación personal e institucional y estar capacitado para el manejo de.la
información será la segunda clave, la tercera será el romper paradigmas sobre la
base de ser flexible con mis ideas para poder mirar muy lejos.

Conclusión

1. El poder de un paradigma radica en que puede impulsamos o frenarnos al


éxito.

2. Nuestra capacidad de romper paradigmas nos dará una mejora continua que
asegurará el éxito.

3. Si somos flexibles en nuestras creencias y paradigmas no tendremos viejos


paradigmas y no sufriremos de parálisis paradigmática.

La fuerza de un paradigma

Al ser creencias o moldes en los que acomodamos nuestra conducta y los datos,
los paradigmas tienen una fuerza tremenda, ya que actuamos casi como
automáticamente de acuerdo con nuestros paradigmas.
En el Norte de México, en el Estado de Chihuahua, vive el pueblo Rarámuri, en
las elevadas cumbres de la sierra tarahumara, ellos tienen viejos paradigmas
forjados en otros siglos, sus ancestrales creencias religiosas son paradigmas,
ellos creen que cuando ven una estrella fugaz, un antiguo Dios les puede robar el
alma a menos que se tiren de cabeza a una barranca.
En su libro "Los Indios de México", el antropólogo Fernando Benítez, comenta
que en efecto hay casos de rarámuris que se han quitado la vida voluntariamente
en nuestro siglo, para evitar el robo de su alma, esto demuestra que la fuerza de
un paradigma puede ser enorme, tanto como para motivar una acción radical. Sin

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embargo, no siempre los viejos paradigmas engendran acciones destructivas.
Joel Arthur Barker, narra en su relato acerca de paradigmas, que los
Tarahumaras son capaces de correr hasta 70 millas por la fuerza de sus
paradigmas.
La palabra rarámuri significa en su propia lengua “pies ligeros”, y los rarámuris
son los mejores corredores del mundo, ya que sus paradigmas religiosos los
llevan a correr tras una pelota en sus ritos religiosos de primavera, durante la
Semana Santa..

En otra cultura, correr 70 millas sería imposible, pero en el paradigma de los


rarámuris o Tarahumaras sí es posible y hasta normal y por lo tanto ellos lo
hacen, sólo los Lun Gon Pa del Tibet y los Watuzi del África tienen hazañas
parecidas, el paradigma rarámuri de correr no ha sido aún influenciado por otra
cultura y por ende, ellos corren aún 70 y 80 millas sin parar, gracias al poder y
fuerza de su paradigma.

Otros ejemplos

En la década de los sesenta, la iglesia católica romana realizó su Concilio


Ecuménico Vaticano II para realizar sus cambios de paradigmas más importantes
en 300 años.
Se abandonó la práctica de la misa en latín, se modificó la liturgia y el rito, los
sacerdotes empezaron a oficiar la misa de frente y a la mujer se le liberó de la
práctica de tener que cubrirse la cabeza con un velo para entrar en los templos.
Sin embargo, se generó una enérgica resistencia al cambio.
El Padre Lefebvre promovió un cisma en contra de los cambios y las mujeres
siguieron practicando por muchos años la ancestral costumbre de cubrirse con
velos.
Fue hasta la década de los ochenta que tendió a desaparecer la costumbre del
velo.
Los paradigmas religiosos tienden a mantenerse vigentes durante mucho tiempo
en cualquier contexto y época.
La vida y obra de Galileo Galilei es un ejemplo de esto. Galileo fue acusado por
la Iglesia de promover ideas contrarias a la Teología y por ello padeció en una
parte de su vida los excesos de la inquisición, ya que los paradigmas viejos de la
religión contradecían a los de la ciencia astronómica; los paradigmas religiosos
tuvieron tanta fuerza en España, Italia Portugal y los países en donde floreció la
Inquisición, que estos países sufrieron un retraso de 100 años en ciencia y
tecnología, en tanto que los países que no tenían estos paradigmas como
Alemania, Holanda, Suiza, Inglaterra, iniciaron la Revolución Científica e
Industrial.
La fuerza de los paradigmas a favor o en contra del progreso puede ser enorme.
Puede frenar o acelerar el progreso.

La necesidad de los paradigmas

En cualquier tiempo de la historia humana, la mente del hombre ha creado


paradigmas.
Cada cultura, cada pueblo, organización y hombre, crean sus propios
paradigmas. El hombre tiene necesidad de creer, permanentemente fija los

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motores de sus acciones a través de creencias que son paradigmas, sólo así es
capaz de ubicarse en la inmensidad del espacio y del tiempo para ver su medio
físico y natural como un todo al que se sienta integrado.

Los hombres antiguos inventaron sus primeros sistemas de creencias o


paradigmas sobre la base de interpretaciones subjetivas del origen del mundo, el
universo y el hombre.
A estos sistemas les damos el nombre de mitologías, la mitología en todo caso
no es más que un sistema de creencias o paradigmas integrados en un sistema de
ideas que explica de manera mágica el papel del hombre en el medio ambiente
físico y crea atributos a dioses o fuerzas imaginarias que explican los fenómenos
naturales, así el fenómeno del rayo se atribuye a un ser sobrenatural creador del
rayo, este sistema simplista de paradigmas permitía al hombre vivir sintiéndose
seguro, protegido y salvado.
El hombre sin sus paradigmas se sentiría perdido en medio de la vastedad de la
naturaleza, es por ello que los paradigmas son tan necesarios ya que sin un
sistema general de creencias el hombre no podría existir y vencer la
incertidumbre.
Atrás de cada pueblo, cultura y época existe un sistema de creencias o
paradigmas que marca la dirección o conducta de la actividad humana, sin su
sistema de paradigmas un hombre no podría actuar y ni siquiera vivir, se sentiría
amenazado y perdido.

El cambio cultural
Así como la religión, la cultura está sustentada en, paradigmas, que son ideas o
moldes que modelan la conducta sobre la base de fórmulas o paradigmas
previamente establecidos como hábitos constantes del modelo cultural, la red
cultural funciona así, en forma automática y nadie se cuestiona el cómo actuar
sino que la mayoría lo acata y no cuestiona la razón por la que se acepta la
validez del paradigma.
Fue así como los griegos del siglo V a.c. y los norteamericanos del siglo XIX
veían como algo natural el tener esclavos.
Cuando en la antigüedad el cristianismo cuestionó y atacó la esclavitud los
cristianos fueron perseguidos por sus ideas; cuando el cristianismo triunfó, la
esclavitud desapareció, sencillamente porque los viejos paradigmas fueron
vencidos y los nuevos se aceptaron.
En Estados Unidos la esclavitud fue abolida por Lincoln, pero el paradigma de la
igualdad racial en los derechos condujo 100 años después a la muerte a Martín
Luther King y llevó al presidente John F. Kennedy a combatir en pleno siglo XX
al Ku-Klux-Klan.
Aún hoy, el paradigma de la igualdad racial no es aceptado por todos como
evidencia, están los disturbios de Los Ángeles en los noventa.

La resistencia al cambio lucha entre paradigmas y sus seguidores

La resistencia al cambio es una abierta confrontación entre nuevos y viejos


paradigmas y sus seguidores, los nuevos paradigmas terminan por lo general
triunfando, pero la lucha puede ser muy desgastante y hasta sangrienta como las
guerras de religión de toda la historia y las luchas étnicas como las que desgarran
hoy a Europa, Asia y África, especialmente a la antigua Yugoslavia.
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Paradigmas personales

Así como los bloques y las instituciones, las personas desarrollan paradigmas
propios o personales, por lo general las personas jóvenes son más flexibles y no
les cuesta trabajo negociar con sus propios paradigmas cambiándolos con
facilidad, pero las personas mayores o de edad avanzada se vuelven más
resistentes al cambio, creen que sus ideas son superiores o mejores a las de otras
personas y se casan con esa idea y esto las hace inflexibles y resistentes al
cambio, de manera que no negocian sus ideas, se vuelven tercas y testarudas y se
enfrentan a las demás personas diciendo que tienen siempre la razón. Estas
personas no creen en el cambio y se encierran en sus viejos paradigmas y cierran
los ojos o esconden la cabeza en el suelo como el avestruz y dicen que no está
pasando nada, que todo sigue igual.
Esta actitud es la parálisis paradigmática personal y aísla a las personas y las
destruye.
Cuando esta serie de actitudes se dan dentro de una organización o empresa, ésta
puede estar condenada al fracaso o a la obsolescencia.

Los intereses creados y los paradigmas

En 1994, me encontraba en Japón con un grupo de investigadores del sistema


japonés de producción en torno a aspectos como calidad y productividad. El
profesor Yoneda del Yokohama Kenchu Center durante un recorrido por los
lugares santos del cinto y el budismo japonés, nos narraba la historia religiosa
del Japón, en el siglo XIII aseguraba. El cristianismo llegó al sur de las islas del
archipiélago japonés traído por portugueses y españoles. Los campesinos se
convirtieron en gran número al catolicismo, pero los señores feudales, shogunes,
guerreros samurais y ninjas vieron con malos ojos al cristianismo, ya que
afirmaba que ante Dios todos los hombres eran iguales. Bajo el paradigma de los
aldeanos y campesinos hacerse cristiano significaba elevar el estatus social y
aspirar a ser tratado como un señor. Pero la nobleza feudal vio peligro en este
paradigma y el resultado fue que 20 000 cristianos fueron masacrados y algunos
crucificados cuando el shogún emprendió una guerra no contra el cristianismo
sino contra la igualdad de clases.
Desde su paradigma, el cristianismo era subversivo y amenazaba sus intereses
económicos y su supremacía, ya que fomentaba la rebelión y el abandono del
paradigma de la división en clases y roces sociales aceptado en el shinto y el
budismo japonés. Así, de igual forma, cada vez que los grupos de interés se ven
amenazados por nuevos paradigmas, se genera una resistencia al cambio,
defendiendo los viejos paradigmas para evitar los cambios. Estas fueron las
conclusiones del maestro Yoneda y es evidente que en su afirmación tenía razón.

Cómo actúan los paradigmas

Los paradigmas forman redes de conducta en las personas y provocan actitudes


en cadena o sinergia.

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Todos los seguidores de un paradigma determinado actúan en la misma dirección
en apoyo al paradigma que comparten.
El paradigma actúa así en red provocando sinergia o lo que es lo mismo, un
efecto multiplicador.

El poder positivo de los paradigmas

La autoestima es un paradigma, "mi capacidad de creer en mí me hará crecer ya


que me estimulará la confianza en mí mismo", también se da en sinergia y es el
paradigma del sentido de pertenencia al grupo, el equipo, la empresa y la nación.
El orgullo de pertenencia es un paradigma que da cohesión y pertenencia a un
grupo, organización o equipo, la acción de los paradigmas en todo caso tiene
muy diversos efectos dependiendo de los enfoques y las necesidades, en
cualquier forma los paradigmas están permanentemente presentes en nuestra
vida y todos los actos de nuestra conducta, ya que se actúa en función de ellos,
pero lo importante es comprender que mis propios paradigmas me pueden llevar
arriba o abajo, que puedo volverme una persona positiva o negativa según el tipo
de paradigmas y actitudes que sostenga.

Paradigmas y actitud positiva

El sostener paradigmas flexibles que pueda romper o destruir fácilmente me


ayuda a ser una persona madura y equilibrada capaz de negociar posibles
mejoras en mi conducta y asimilar ideas ajenas, pero que me pueden aportar
beneficios en mi actuación.
Romper paradigmas y crear nuevos paradigmas me lleva a revisar
permanentemente objetivos vitales y hacer cambios permanentemente en mi vida
personal o en mi familia u organización a la que pertenezca.
Esta misma actitud en las organizaciones y empresas las lleva a una gran
cantidad de mejoras y una gran velocidad de respuesta para mejorar servicios,
productos y dar satisfacción a sus clientes.
El sostener paradigmas flexibles optimiza los recursos y vuelve más
competitivas las organizaciones y empresas, ya que mantiene una revisión
permanente de sus políticas y procedimientos y da acceso al benchmarking como
una fórmula de enriquecimiento permanente.

Cómo nace un paradigma

El nacimiento de los paradigmas se da por una determinada adhesión en lo más


profundo de nuestra mente.
El nacimiento de un paradigma se da por adhesión a partir de una elección, en
algún momento aceptamos hacer nuestro ese paradigma y a partir de ese
momento éste queda incrustado en nuestra mente, se transforma en parte de
nosotros, una vez aceptado el paradigma empieza a actuar como filtro en
nosotros va a afectar tomas de decisión y nuestra visión global va a dar color a
los datos y nosotros vamos a empezar a ordenar o inducir los datos influidos por
el nuevo paradigma.

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Así, su acción determinará alteraciones en nuestra conducta, por supuesto que
todo esto ocurre sin que estemos plenamente conscientes de que está sucediendo.

Origen del nuevo paradigma

El nuevo paradigma puede nacer de una información o idea que alguien nos haya
comentado y que nos parece lógica, correcta o aceptable, o bien, puede resultar
de una información, comentada, leída o adquirida de un video; también su origen
puede estar en una conexión de informaciones tomada de cualquier parte, pero
que en un determinado momento se eleva a la categoría de creencia,
conocimiento racionalmente aceptado o paradigma.

Cambio de paradigmas

Los paradigmas pueden cambiar en cualquier momento, a tal grado que uno
pueda creer hoy una cosa de una persona u organización, y mañana se pueda
convencer de lo opuesto. El cambio de paradigmas puede ocurrir de un momento
a otro, cambiando así radicalmente el enfoque de los datos. Y con ello la
conducta o actitud.

Cómo cambiar paradigmas

Para cambiar intencionadamente paradigmas es importante saber dónde estoy y a


dónde quiero llegar. La gente no cambia sus paradigmas fácilmente sino por el
convencimiento de las evidencias del nuevo paradigma. En todo caso, la
evidencia proporcionada por el nuevo paradigma se tiene que enfrentar a la
flexibilidad de la red o de la persona, para cambiar fácilmente el paradigma de la
red cultural o de los individuos es adecuado investigar el beneficio que pueda
aportar el nuevo paradigma, ya que si podemos demostrar con datos y evidencias
que el nuevo paradigma es útil y beneficioso, será fácil que tengamos éxito y que
el nuevo paradigma triunfe sin que haya resistencia al cambio; para lograrlo es
conveniente vender la idea del nuevo paradigma con estrategia y con humildad
para que no sea tomado como una amenaza sino como una oportunidad de
beneficio.

Los viejos paradigmas

Un paradigma se hace viejo dependiendo del tiempo, pero no existe manera


alguna de saber en cuánto tiempo se hace viejo, ya que hay paradigmas que
envejecen rápidamente y otros que lo hacen lentamente.

Todo esto depende de muchos factores, como la red o el ámbito en el que se dé


el determinado paradigma, ya que un paradigma es una idea. El paradigma puede
ser una teoría científica, una moda, un aparato o producto, una tecnología, etc.

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Lo que sí es un hecho es que todos los paradigmas envejecen y un día mueren y
que su vigencia está relacionada siempre con algo mejor que surge y satisface
más o con ventaja una necesidad, ya que los paradigmas satisfacen necesidades.
Un determinado día, el paradigma puede empezar a perder adeptos por acción
del cambio, y después de cierto tiempo muere y puede llegar a resucitar. Un
ejemplo de esto es la teoría de Eratóstenes, que nació en tiempos anteriores a
Cristo, que fue abandonada pero resurgió en el siglo XV. Estos casos son
frecuentes según los niveles de información con que contemos.

Un acceso al futuro el cambio y los paradigmas

¿Qué es el cambio y qué lo impulsa?

La respuesta a esta pregunta ha inquietado a hombres de todos los tiempos, pero


nunca se ha llegado a una respuesta definitiva. El cambio ocurre todos los días y
se presenta más allá de la esfera humana. Es una constante del universo, todo
cambia, el sol, las estrellas, los planetas, la vida biológica, no hay nada ni nadie
que no esté sujeto al cambio. No todos los cambios son necesariamente buenos,
pero todos son necesarios porque el cambio renueva estructuras y siembra el
crecimiento.
El cambio es necesario e inevitable, pero la pregunta importante es ¿cuándo?, ya
que está ahí precisamente la clave para entender el cambio. Las estructuras se
agotan y el momento de renovarlas es el momento del cambio, por lo tanto, los
nuevos paradigmas son propuestos ante las nuevas necesidades en la medida en
que yo sea capaz de detectar necesidades; sea capaz de producir cambios y dar
satisfacción a esas necesidades insatisfechas.
Anticipar el cambio consiste en saber cuáles son las necesidades no satisfechas y
adelantarme a que el cambio se presente en forma violenta o sorpresiva, ya que
éste de todos modos va a llegar, pero al anticiparlo se le pueden poner cauces
para que no reviente por sorpresa.
Quien se resiste al cambio es arrastrado por él; quien lo promueve, lo controla y
encauza a veces, o por lo menos puede predecirlo, es decir, hacer futurología.

El poder de una visión flexible

El poder de una visión flexible es el poder visualizar el futuro; para ello, es


indispensable ser flexible en el uso de paradigmas y acumular información que
permita tomar decisiones.
Entender el sentido del cambio asegura poder tomar acciones adecuadas, pero
esto no será posible si se sostienen actitudes rígidas aferradas a paradigmas
viejos.

El paradigma base Un paradigma que puedo adoptar como la base de una


filosofía de excelencia es estar en constante búsqueda del cambio hacia una
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mejora continua y crecimiento de mi visión; con este paradigma base será difícil
que otros paradigmas vengan a limitar mi visión.

Valores

Los valores no cambian, permanecen, son eternos y nos aseguran una visión
correcta. Todo cambio orientado por el faro de los valores impulsará cambios
positivos y enriquecerá al hombre, dará sentido y dirección correcta a nuestros
impulsos de cambio para alcanzar la excelencia como meta.
Como ha quedado establecido en las páginas anteriores, los paradigmas son
formas rígidas de pensamiento. La capacidad de romper paradigmas consiste en
la capacidad de ser flexible, en la capacidad de cambiar. El cambio es una
constante y es, y debe ser una constante permanente de la mejora continua. El
fundamento de la calidad total en la educación sería precisamente la capacidad
de romper continuamente paradigmas en todos los ámbitos y espacios formales
de la educación; esto significaría romper paradigmas desde el punto de vista de
las maneras tradicionales que tenemos de hacer la educación.

Si estamos dispuestos a romper y cambiar paradigmas, debemos estarlo no


solamente una vez, sino que debemos estarlo en forma permanente y constante.
Romper paradigmas en la educación, significa estar dispuesto a aprender, a
encontrar nuevas formas de hacer las cosas que agreguen valor a lo que
hacemos, es decir, que haya mejoras.
La calidad total en la educación se define como una actitud nueva, una actitud
que busca la mejora continua, una forma constante de autoevaluación, autocrítica
y desarrollo. Antes, decíamos que habíamos encontrado la manera de hacer las
cosas, ahora decimos que cada vez que actuemos debemos encontrar la
oportunidad de mejorarlas constante y continuamente. La mejora continua será
precisamente la posibilidad de tener humildad por aprender, estar dispuestos
permanentemente a mejorar, trabajar en equipo y con una estructura horizontal
eliminando las jerarquías y estableciendo nuevos patrones de comportamiento
social para todos los que tienen participación en el proceso educativo. Aprender
es precisamente la más grande capacidad del ser humano; sin embargo, la
capacidad de aprender depende de muchos factores que normalmente no habían
sido tomados en cuenta antes de que nacieran las bases filosóficas de la calidad
total
(T.Q.M.).

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