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ENFOQUE TERAPÉUTICO

El enfoque con el que se trabajará será de tipo cognitivo- conductual.

La Terapia Cognitivo Conductual (TCC), en psicología clínica, se fundamenta en

procedimientos validados empíricamente. Esta terapia trabaja con respuestas físicas,

emocionales, cognitivas y conductuales desadaptadas. La TCC busca que el individuo

asuma responsabilidad en esas respuestas, y ejerza control sobre ellas (Ruiz et al., 2012).

Ha demostrado ser igual de eficaz que los tratamientos farmacológicos y con una mayor

efectividad a largo plazo en el tratamiento de trastornos afectivos (Butler, Chapman,

Forman y Beck, 2006; Hollon, Stewart y Strunk, 2006; Spielmans, 2011 citado en Ortega,

Kendzierski y Rubio, 2015)

La Terapia Cognitivo Conductual para tratar la depresión, es considerada una terapia eficaz

y efectiva. El objetivo de esta intervención es disminuir los síntomas de depresión debido al

Traumatismo de estructuras múltiples de la rodilla del paciente por medio de la terapia

cognitivo-conductual. Ese es un tratamiento efectivo para la depresión, ya que es

estructurada, con tiempo limitado, en la que se identifican tipos y efectos del pensamiento,

creencias y síntomas.

En Terapia Cognitivo Conductual nos organizamos en tres fases: evaluación, tratamiento y

seguimiento.

Durante la primera etapa, la evaluación psicológica, nos ocupamos de conocer al paciente y

entender los problemas por los que consulta. Si existe un diagnóstico como en este caso es

la depresión a causa de la lesión medular sufrida, en general, lo que vamos descubriendo en

estas primeras entrevistas se lo explicamos al paciente, de este modo él empieza a conocer


su problema y nos da su punto de vista, durante esta fase, paciente y terapeuta charlan y

acuerdan cuáles son los objetivos del tratamiento y ponen las prioridades en los mismos. La

evaluación psicológica dura entre 3 y 5 sesiones.

La segunda etapa es la más larga, el tratamiento propiamente dicho. Aquí es cuando se

aplican las técnicas dirigidas a lograr el cambio que beneficia al paciente, tratando de

alcanzar los logros que se plantearon en la primera etapa. Las técnicas que se aplican varían

mucho según el problema, el paciente y el momento que esté atravesando. En cualquier

caso, siempre la aplicación de un procedimiento se charla con anticipación con el paciente.

Durante la tercera etapa, el seguimiento, vamos espaciando la frecuencia de las consultas

mientras aplicamos procedimientos orientados a mantener los cambios y prevenir recaídas.

Cuando los objetivos se lograron y el cambio se consolidó, le damos el alta al paciente.

DESCRIPCIÓN DE LA TÉCNICA PSICOLÓGICA

Tratamiento cognitivo-conductual para paciente con trastorno de depresión debido a

afección médica.

Las técnicas utilizadas fueron psicoeducación sobre emociones, psicoeducación sobre

distorsiones cognitivas, técnica de entrenamiento en autoinstrucciones, procedimiento de la

parada de pensamiento, diálogo socrático y técnicas de relajación.

Psicoeducación sobre emociones

Es un tipo de intervención sanitaria educativa que pretende la modificación de la conducta

del paciente, curiosamente, aunque convivimos de forma diaria con las emociones, es una

de esas cosas sobre las que jamás nos suelen hablar. Es un aspecto que no suele abordarse
ni dentro de la familia, ni tradicionalmente en la escuela, aunque eso parece que poco a

poco va cambiando.

Tenemos que aprender a entender cómo una persona reacciona, cómo se siente, porqué y

para qué.

¿Qué son las emociones? Son una herramienta más para nuestra adaptación. Son recursos

comunes a todos los seres humanos que han ido sobreviviendo a la evolución por la

selección natural.

Su función es principalmente motivacional, llevan a la acción. Cuanto más fuerte es la

emoción, más nos sentimos llevados a actuar para resolver la situación que se nos presente.

¿Cómo actúan? Las percibimos como sensaciones en el cuerpo. Algunas agradables y otras

desagradables, pero siempre inocuas a nivel de salud. Por muy fuertes que sean las

sensaciones, estamos a salvo.

¿Se resuelven cuando desaparece el problema? Se resuelven si se solventa el problema.

Pero hay ocasiones en las que el problema no es resoluble, o lleva mucho tiempo

solucionarlo. Todas las emociones desaparecen, aunque no hagamos nada para resolver el

problema. Desarrollan una “curva normal”. Crecen con un estímulo inicial, y pase lo que

pase, o hagamos lo que hagamos, cesan progresivamente. Tienen un principio y un final.

Hay emociones primarias y secundarias. La emoción que surge espontáneamente en

reacción al estímulo desencadenante, es la emoción saludable (aun cuando las sensaciones

físicas sean muy desagradables). Esta emoción es la que nos impulsa a solventar el

problema. La emoción secundaria surge como juicio sobre la emoción primaria. Por

ejemplo: siento vergüenza por haber sentido miedo, o siento culpa por haberme enfadado, o

siento miedo por tener miedo (miedo al miedo). Esta segunda emoción es la que no tiene

una función adaptativa, y puede dificultar que la primera emoción se resuelva y remita.
Ayudar a diferenciar sentimientos y conductas. Es diferente sentir y actuar. Sentirme mal

no implica actuar mal, ni ser malo, puedo y debo escoger lo que hago. Pero sobretodo,

sienta lo que sienta, sigo siendo querible.

Culturalmente nos han inculcado que el valiente es aquel que no tiene miedo, que no siente

tristeza, que no se avergüenza, que no tiene escrúpulos. Lo cierto es que lo realmente

valiente es ser capaz de aceptar, asumir y reconocer los sentimientos.

Psicoeducación sobre distorsiones cognitivas

Se trata del énfasis en el análisis y modificación de patrones de pensamiento disfuncionales

y la sustitución de éstos por patrones racionales y adaptativos.

La tarea del terapeuta es evaluar los procesos cognitivos desadaptados y desarrollar

experiencias que alteren las cogniciones y los patrones afectivos y de conducta relacionados

con ellas.

Triada depresiva: En relación con los sujetos deprimidos se produce un esquema

característico que Beck denomina la triada depresiva y que consiste en una visión negativa

de: Sí mismos, del mundo y del futuro.

Asimismo, Beck nos habla del pensamiento automático, son los pensamientos concretos

que uno tiene ante las situaciones o acontecimientos del entorno. Son el resultado de la

interacción entre los supuestos o creencias intermedias, los procesos cognitivos y los

elementos situacionales, los supuestos y creencias de la persona que facilitan la aparición

de sesgos y errores en el procesamiento de la información: Sesgos cognitivos o distorsiones

cognitivas.
PRINCIPALES DISTORSIONES COGNITIVAS:

Abstracción selectiva Tendencia a prestar atención a un solo aspecto o detalle de

la situación. En general, el aspecto atendido y procesado

es de carácter negativo y poco importante, mientras que

los aspectos ignorados suelen ser positivos y más

relevantes

Pensamiento dicotómico Tendencia a clasificar todo en dos categorías extremas y

opuestas: todo o nada, blanco o negro, bueno o malo

Inferencia arbitraria Sacar conclusiones de una situación que no están

apoyadas por los hechos, incluso cuando la evidencia es

contraria a la conclusión. Ejemplos característicos son la

lectura del pensamiento o la adivinación del futuro

Sobregeneralización Tendencia a sacar conclusiones generales a partir de un

solo hecho. En este caso, la conclusión no es arbitraria

porque el hecho ha ocurrido, pero no está justificada

porque asume que bajo cualquier circunstancia el mismo

hecho volverá a ocurrir

Magnificación y Tendencia exagerar lo negativos de una situación, un

Minimización suceso o una cualidad propia y a minimizar lo positivo

Personalización y Tendencia a atribuirse la responsabilidad de sucesos

Despersonalización ajenos y a no atribuirse la responsabilidad de sucesos


propios. La personalización se manifiesta en la tendencia

a culparse uno mismo por todo lo que ocurre mientras que

la despersonalización se manifiesta por la tendencia

contraria a culpar a los otros.

Técnica de entrenamiento en autoinstrucciones

Es una técnica cognitiva cuyo objetivo principal es enseñar al paciente a usar

autoverbalizaciones (verbalizaciones internas o pensamientos) en forma de

autoinstrucciones para cambiar y controlar conductas. Se le entrena a introducir

inicialmente un cambio en sus autoverbalizaciones para modificar finalmente su

comportamiento manifiesto, con la finalidad de mejorar su habilidad o aumentar su nivel de

control o solucionar su problema.

El objetivo principal en el entrenamiento en autoinstrucciones es enseñar correctamente un

tipo general de instrucciones que puedan facilitar al sujeto una rápida y eficaz actuación,

teniendo en cuenta sus características principales, fomentando en el paciente una actitud de

resolución de problemas y generar autoinstrucciones más útiles y positivas para llevar a

cabo una tarea o afrontar una situación conflictiva con el menor coste posible.

En primer lugar, se entrena al paciente en verbalizar la autoinstrucción en voz alta y, más

tarde, de forma interiorizada. Al final del entrenamiento, el paciente puede emplear las

autoverbalizaciones para controlar su conducta generalizando lo aprendido a otras

situaciones. En cierto modo el entrenamiento en autoinstrucciones consiste en modelar una

serie de pensamientos y verbalizaciones destinados a controlar la conducta.


La selección de las autoinstrucciones, se hace normalmente en función del tipo de problema

y abarca las distintas secuencias o fases de la conducta objetivo. En su entrenamiento, se

utiliza en la medida de lo posible las autoinstrucciones propias, enfatizando, sobre todo, en

aquellas que el paciente ha utilizado previamente con cierta eficacia en el control de su

conducta. Es recomendable que sean precisas, específicas, centradas en el presente, que

fomenten la competencia y que anticipen consecuencias positivas, centrando al paciente en

los aspectos más positivos de su conducta.

Una vez que el paciente ha asimilado el planteamiento de la técnica según Meichenbaum

(1991), las fases recomendables para llevarla a cabo son:

- Modelado cognitivo: El terapeuta hace de modelo y realiza una tarea o afronta una

situación problemática mientras se hable a sí mismo en voz alta, el paciente presta

atención y aprende por observación como enfrentarse a la situación aversiva

- Guía externa en voz alta: El paciente realiza la tarea bajo las instrucciones del

terapeuta.

- Autoinstrucciones en voz alta: El paciente afronta la situación y emplea las

autoinstrucciones en voz alta, mientras el terapeuta orienta y refuerza las mismas.

- Autoinstrucciones enmascaradas: El paciente dice las autoinstrucciones

enmascarándolas en voz muy baja, el terapeuta refuerza las mismas.

- Autoinstrucciones encubiertas: El paciente realiza todo el proceso solo y con

autoinstrucciones encubiertas, el terapeuta orienta y refuerza las autoinstrucciones

encubiertas.
Procedimiento de la parada de pensamiento

Se trata de una técnica de autocontrol efectiva para reducir o evitar pensamientos

rumiativos.

La técnica de detención del pensamiento consiste en interrumpir los pensamientos

rumiativos a través de una palabra asociada. En otras palabras, se entrena a la persona para

que acabe excluyendo cualquier pensamiento rumiativo (indeseable o improductivo)

incluso antes de su formulación.

Todo ello conduce a reducir la cadena de pensamientos que se acompañan de emociones

negativas; así, las emociones negativas quedan “cortadas” antes de que puedan surgir.

Pensamiento rumiativo: La técnica de detención del pensamiento es un tipo de ejercicio que

se aplica cuando se tienen pensamientos rumiativos (rumiación), es decir, cuando le damos

vueltas a las cosas sin llegar a sacar conclusiones, solo repasando detalladamente lo que nos

preocupa de forma totalmente disfuncional (ya que no obtenemos soluciones, solo

“pensamos” en una especie de círculo vicioso.

En otras palabras, los pensamientos rumiativos son pensamientos no deseados que se

repiten continuamente en nuestra cabeza y que llevan a sensaciones desagradables; llegan

incluso a afectar nuestro estado anímico. El estilo de pensamiento rumiativo es común en

algunos trastornos como la depresión.

La técnica consiste en lo siguiente: primero, cuando la persona se encuentra en el inicio de

la rumiación, debe ir a un espacio tranquilo donde no lo puedan molestar (por ejemplo, una

habitación). Esto es recomendable las primeras veces, pero que cuando ya haya adquirido la
práctica, no será necesario “aislarse”, y podremos poner en práctica la técnica de detención

del pensamiento en casi todos los entornos o contextos.

Una vez que se encuentra solo, se dedicará a pensar intencionadamente (o sin pretenderlo,

dejando que “fluya”) ese pensamiento que tanto le perturba. Intentará centrarse en él, en

lugar de intentar evitarlo, ignorarlo o huir de él.

A través de la técnica de detención del pensamiento, se podrá conseguir, o bien reducir la

frecuencia y/o duración de los pensamientos rumiativos u obsesivos, o bien eliminarlos del

todo y hacer que sean menos intrusivos.

Si conseguimos alguna de estas tres cosas, es probable que la calidad de vida de la persona

y su bienestar psicológico aumente, permitiendo así que disfrute más de su día a día e

incluso que pueda centrarse en trabajar o en otras cosas que le interese.

Diálogo socrático

Es aquel que lleva al paciente a determinar la precisión y la utilidad de sus ideas, mediante

una revisión cuidadosa de los datos, técnica en la cual se logra un análisis del propio

pensamiento y una respuesta adaptativa.

El objetivo del método socrático o del diálogo socrático no es el de dar una respuesta a las

preguntas de otros, sino el de favorecer que esta persona puede ser capaz de profundizar en

su propia psique y reflexión con el fin de que este desarrollo su propio conocimiento por sí

mismo.

En sí, el método socrático consiste más bien en un diálogo entre dos o más personas es el

que una guía a la otra, a través de una serie de preguntas y empleando recursos como la

ironía, hacia la resolución de sus dudas y conflictos. Dicha guía es meramente asistencial,
siendo al final el sujeto quien encuentra la solución por sí mismo. De hecho, técnicamente

no es siquiera necesario que, dé una respuesta, siendo también válido que admita la

ignorancia respecto a un hecho o aspecto concreto.

Generalmente las preguntas que surgen del sujeto son respondidas mediante otra pregunta

preveniente de quien está aplicando el método, de tal manera que se conduce el

pensamiento del sujeto a quien se le aplica en una dirección concreta sin por ello modificar

sus maneras de pensar de forma directa.

Así, lo principal en este método es el uso de preguntas de tipo inductivo, haciendo usar los

recursos propios en la dirección deseada. En cuanto al tipo de preguntas en cuestión tienden

a ser relativamente simples, basándose en tres partículas principales: Qué, Cómo y Para

qué.

El funcionamiento básico es en primer lugar elegir un tema o afirmación concreto que se

considere verdadero y examinarlo poco a poco de tal manera que sea falsado y refutado, y

posteriormente generar un nuevo conocimiento respecto al tema en cuestión.

Una de las corrientes psicológicas que más lo utiliza es la cognitivo-conductual, siendo el

ejemplo más fácilmente identificable del uso del método socrático el cuestionamiento de

creencias desadaptativas: el sujeto expone un pensamiento o creencia fuertemente arraigada

que le genera sufrimiento o malestar (o bien altera su conducta generándoselo a otros),

como por ejemplo la idea de ser inútil.

El terapeuta puede indagar en qué significa ser inútil, en qué situaciones aparece esta idea,

qué consecuencias tendría serlo o los miedos que puede haber detrás, hasta llegar a un

punto en que el sujeto no pudiese hacer una introspección más profunda (en gran medida,
se emplean técnicas como la flecha descendente en que se busca profundizar cada vez más

en lo que hay detrás de un pensamiento o creencia concreto). Tras ello, se podría reconducir

la sesión preguntando si podrían existir interpretaciones alternativas y posteriormente se

buscaría que el paciente reconstruyera su visión de la realidad de forma más adaptativa con

sus propios recursos. Es un proceso vinculado a la reestructuración cognitiva.

Asimismo, otro tipo de terapia que emplea el método socrático es la logoterapia, dentro de

los modelos fenomenológico-existencialistas. En este caso el método socrático es empleado

como una de las principales técnicas empleadas para reactivar los recursos del paciente y

lograr otorgar un sentido a su vida. En este sentido contribuye a que el sujeto se

autodescubra, genere alternativas, sea responsable de sus propias elecciones e intente

trascender. Se trabajan valores y percepciones, entre otros muchos conceptos.

Técnicas de relajación

Las técnicas de relajación constituyen una pieza fundamental del arsenal terapéutico dentro

del campo de las técnicas conductuales, las cuales tienen el objetivo de reducir los síntomas

mediante la modificación de los factores que refuerzan los síntomas y/o la exposición

gradual a los estímulos ansiógenos. En concreto las técnicas de relajación se utilizar para

alcanzar un estado de hipoactivación que contrarreste y ayude a controlar la depresión. Los

efectos de estas técnicas se reflejan en tres niveles: El psicofisiológico, que engloba los

cambios psicofísicos referidos a nivel visceral, somático y cortical; el conductual, referente

a los comportamientos o conductas externas del individuo; El cognitivo, centrado en los

pensamientos o cogniciones del sujeto. Existen diversas técnicas que permiten al individuo

mejorar su estado de relajación. Algunos de los métodos pueden ser efectuados por el
propio individuo, pero otros requieren la ayuda de un profesional. Algunas técnicas pueden

ser:

Mindfulness: consiste en ser consciente de lo que estas sintiendo en el momento presente,

tanto internamente como externamente. Asimismo, se deberán evitar todo tipo de juicios,

preocupaciones, culpabilidades o pensamientos sobre el pasado. Se puede aplicar en

cualquier actividad de la vida diaria: trabajar, comer, hacer ejercicio, caminar, lo ideal es

que sea una forma de vivir la vida.

- Encuentra un lugar tranquilo, donde te puedas relajar sin distracciones o

interrupciones.

- Colócate derecho en una posición relajada, sin acostarte.

- Encuentra un punto en el que centrar tu atención. Puede ser interno (una imagen,

lugar o sentimiento) o algo externo (frases, objeto, palabra que repitas). Puedes

cerrar los ojos o centrarte en un objeto externo.

- Adopta una actitud no crítica, sin juzgar, viviendo el presente. No combatas los

pensamientos que surjan, vuelve tu atención al objeto interno o externo

Meditación: Para meditar simplemente siéntate derecho en un asiento cómodo, cierra los

ojos y céntrate en decir -en alto o para ti- una frase o mantra como “estoy tranquilo”, “me

quiero a mi mismo” o “estoy en paz”. También puedes poner una mano en tu estómago

para sincronizar la respiración con las frases. Si tienes cualquier pensamiento, deja que se

vaya solo, no lo intentes eliminar. Otra forma es escuchar a tu propia respiración mientras

repites el mantra. Una parte importante de la meditación es la respiración profunda desde el

abdomen; tomar una buena cantidad de aire en tus pulmones. Normalmente, una persona
estresada respirará solo con la parte superior de los pulmones, sin embargo, si el oxígeno

llega a la parte inferior (respiración abdominal) recibirás más oxígeno y te sentirás más

relajado y menos tenso.

- Siéntate derecho en una silla cómoda, poniendo una mano en tu estómago y otra en

tu pecho.

- Respira por la nariz mientras durante 4 segundos lentamente, de forma que la mano

de tu estómago se eleve y la mano en tu pecho se eleve muy poco.

- Mantén el aire durante 4 segundos.

- Exhala el aire por la boca durante 4 segundos lentamente, expulsando todo el aire

que puedas, mientras contraes el abdomen.

- Los segundos que te comento son una propuesta, haz modificaciones hasta que te

sientas totalmente cómodo. La práctica es la clave

Visualización: Imaginación guiada Se basa en imaginar una escena en la que te relajarás y

dejarás ir toda sensación de tensión.

- Encuentra un lugar tranquilo y siéntate derecho y cómodo.

- Cierra los ojos e imagínate en un lugar tranquilo tan vívidamente como puedas.

- Siente que estas en ese lugar con todos tus sentidos: vista, tacto, olfato, oído y

gusto.

- Camina por el lugar, sintiendo las sensaciones; los colores, texturas, olor, sonido.

- Pasa tiempo sintiendo cada sentido: primero lo que ves, luego lo que estas tocando,

luego lo que oyes.


- Por ejemplo: mira el mar y como rompen las olas, escucha los pájaros, siente el

viento o la arena, huele las flores.

- Siente esas sensaciones y deja fluir cualquier preocupación o pensamiento. Si te

distraes, vuelve a la práctica.


BIBLIOGRAFIA

https://www.centropsicologicoloretocharques.com/post/2019/02/20/psicoeducacion-emocional

file:///C:/Users/USUARIO/Desktop/RODILLA.pdf

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http://averroespsicologos.blogspot.com/2013/06/el-entrenamiento-en-autoinstrucciones.html

https://psicologiaymente.com/clinica/metodo-socratico

https://psiquiatria.com/congresos/pdf/1-1-2018-23-pon3%20005.pdf

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