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Éric Laurent
François Ansermet y Pierre Magistretti han conservado la homonimia propuesta por Eric
Kandel entre la huella que deja una experiencia de aprendizaje asociativo en el sistema
nervioso y las huellas de las que habla Freud en su “Proyecto de psicología científica”.
Sin embargo, ellos imprimen una torsión esencial al modelo de Kandel al poner el acento
menos en la inscripción que en los procesos de consolidación y reconsolidación
constantes que revelan la propiedad de plasticidad del sistema nervioso. Subvierten así
el modelo Kandel al incluir en la noción de huella las estimulaciones procedentes del
interior del cuerpo, que hacen del cerebro el órgano de la homeostasis de las
sensaciones, ya provengan del cuerpo o del exterior.
Ellos sostienen la posibilidad de dar cuenta de los hechos psíquicos tomando como base
la asociación de huellas que la experiencia deja en el sistema nervioso, concebido de
esta manera. Sin embargo, subrayan que el fenómeno subjetivo no puede reducirse a
una cartografía del estímulo y el comportamiento. Ponen de relieve la diferencia
esencial que introduce la reasociación constante entre huellas que lleva a la producción
de lo único, de lo que cada vez es diferente en la medida misma que los estados del
cerebro varían en el curso del tiempo. Generalizan este enfoque tomando en cuenta los
mecanismos epigenéticos. De ahí sus fórmulas: “El individuo se revela genéticamente
determinado para no estar genéticamente determinado”2 y “la plasticidad permite
explotar al extremo el espectro de las posibles diferencias dando lugar a lo imprevisible
1
Comunicación en el coloquio organizado el 27 de mayo de 2008 en el Collège de France por Pierre
Magistretti, con el título “Neurociencias y psicoanálisis, un encuentro en torno a la emergencia de la
singularidad”.
2
F. Ansermet y P. Magistretti, A chacun son cerveau, plasticité neuronale et inconscient, éd. Odile Jacob,
Paris, 2004, p. 22.
en la construcción de la individualidad y considerando al individuo como biológicamente
determinado para ser libre, es decir, para realizar una excepción”. 3
Sería posible dar cuenta de la conexión del sujeto que habla con el funcionamiento de la
actividad biológica del cerebro y del cuerpo a partir de las neurociencias, de las
paradojas del sistema de aprendizaje y de las huellas que deja y, en última instancia, a
partir de las leyes de la física.
Este es el punto que deseo interrogar. Primero quiero subrayar que el proyecto
freudiano de “psicología científica” se construye a partir del estado de la neurología a
finales del siglo diecinueve. La teoría de la inscripción en el sistema psíquico de una
“facilitación”, producida por una descarga y la experiencia de satisfacción que
constituye, es una buena solución. Una cantidad Q busca descargarse circulando en el
sistema nervioso hacia las vías eferentes. Pero la energética de Freud es problemática
de entrada porque la cantidad en la que piensa está marcada por una especificidad que
es irreductible a las cantidades biológicas como tales y que está reservada a las
experiencias que competen al dominio sexual construido por Freud. La libido es una
cantidad postulada como constante en las operaciones de desplazamiento,
condensación, represión, que afectan a las representaciones de lo sexual en la actividad
psíquica. Da cuenta también de los fenómenos de exceso o de falta de presencia de las
representaciones en las diferentes patologías. Los mecanismos de coacción obsesivos
están marcados con un exceso, con un “plus” radical, mientras que el fading de los
mecanismos histéricos remite a un menos, a una falta que es asimismo fundamental en
la experiencia de satisfacción. A medida que se desarrolla la obra de Freud, el modelo
del principio de placer concebido como descarga de la libido postulada se pone cada vez
más en duda. Con la hipótesis del “más allá” del principio de placer, se consuma la
ruptura con los mecanismos biológicos supuestos en el Proyecto,4 y El malestar en la
civilización5 afirma que es en la articulación con lo social donde hay que dar cuenta de
lo imposible de la descarga, de lo imposible en el seno mismo de la satisfacción sexual.
Se pasa, a lo largo de la obra, de la referencia a la biología a la hipótesis de una
antibiología donde la articulación del cuerpo con lo social implica la articulación
esencial con una muerte que ya no es aquella de la que la biología da cuenta. El
3
Ibid.
4
Freud S., “Projet de psychologie”,(1895-1950), trad. par Françoise Kahn et François Robert, in: S. Freud,
Lettres à Wilhelm Fliess, P.U.F., coll. “Bibliothèque de psychanalyse”, 2006, pp. 595-693.
5
Freud S., Malaise dans la civilisation, 1929, P.U.F., coll. “Bibliothèque de la psychanalyse”, 1971.
psicoanálisis no compete más a la perspectiva de una psicología a lo Helmholtz,
compatible con las leyes de la física.
6
Miller J-A, Cours du 30 de enero de 2008, L’orientation lacanienne, TLN nº 376, p. 7.
7
Miller J-A, Cours du 30 janvier 2008, L’orientation lacanienne, TLN nº 376, p. 7.
No la vinculará con fenómenos de facilitación sino con fenómenos de imposibilidad de
trayectos. La cibernética de la época le proporciona los recursos para situar los
callejones sin salida del funcionamiento de esta memoria. Jean-Pierre Dupuy ha
observado bien que “Lacan... se interesaba por ejemplo, como dijimos, en la teoría de
los circuitos cerrados reverberantes que McCulloch había tomado de Lawrence Kubie, y
conocía los trabajos del neuroanatomista británico John Z. Young cuyo objetivo era
probar esta teoría en el pulpo”. 8 Lacan rompe el vínculo directo con la analogía de las
huellas neuronales, al considerar que las “huellas” freudianas no se inscriben en el
sistema nervioso y “son significantes” Deben vincularse al sistema del viviente. La
solución original que propone es que esto se produce a través de puntos de imposible. El
viviente sobre el que el sistema simbólico se conecta como un parásito produce lo
imposible de representar.
La primera consecuencia es que nunca hay una representación unificada del sujeto de la
experiencia de goce. No puede decirse todo su real, al igual que la verdad no puede
decirse toda. Esta perspectiva se opone al punto de vista cognitivo según el cual la
relación del individuo con su cuerpo y con el mundo logra unificarse. Puede hacerse bajo
una forma análoga al “sentido común” aristotélico, como sostienen Stanislas Dehaene 9 o
Antonio Damasio,10 que exploran los fundamentos biológicos del “conocimiento de sí”;11
puede lograrse también a través de la multiplicidad modular propuesta por Daniel
Dennet, 12 que critica radicalmente toda perspectiva unificadora. Lo importante es que la
“actividad psíquica”, unificada o no, responde a las necesidades del cuerpo viviente.
Ahora bien, para el psicoanálisis, nada asegura esta adecuación entre el cuerpo y el
sujeto. Incluso la asunción de la imagen del cuerpo no anula la fragmentación inicial de
la relación con el cuerpo, la experiencia del cuerpo fragmentado. Sin embargo, esta
imagen es unificadora y fascinante, como testimonia nuestra sociedad de las imágenes al
explotar los recursos de la fascinación en todas sus posibilidades. El descubrimiento de
8
Dupuy J.-P., Aux origines des sciences cognitives, Paris, éditions la Découverte, 1994, p.114. Remite a la
sesión del 19 de enero de 1955 del Seminario II donde Lacan evoca al pulpo en el marco de las
consideraciones sobre la memoria y el fenómeno del feed-back.
9
Dehaene S., Les neurones de la lecture, Paris, éditions Odile Jacob, 2007.
10
En este coloquio, Antonio Damasio presentó una comunicación muy precisa sobre este punto.
11
Estos debates actualizan el saludo de los estudiantes alemanes que Victor Hugo encontró hacia 1840,
cuando exploraba el Rhin: - “Díganos señor, ¿en qué parte del cuerpo sitúan el alma los antiguos
filósofos? Yo devolví el saludo y respondí: - Platón en el corazón, Empédocles en la sangre, Lucrecio entre
las dos cejas. Los tres jóvenes sonrieron y el mayor de ellos exclamó: - ¡Viva la Galia, nuestra reina! Yo
repliqué: - ¡Viva Alemania, nuestra madre! Nos saludamos todavía una vez con la mano y yo seguí
adelante”. (Hugo V., Le Rhin, Lettre vingtième, in: Œuvres complètes, Robert Laffont, 1987).
12
Dennett D., Kinds of minds, science masters, Phoenix, 1996.
las neuronas espejo ha permitido extender aún más los poderes del campo imaginario.13
Del mismo modo, en el plano no ya de la imagen sino del significante, “lejos de que
haya una función de síntesis mental total, la integración es siempre parcelaria, y lo que
llamamos el sujeto es precisamente aquello que resulta parcelario de esta
integración”, 14 falla sin lesión, el otro parcial, lo imposible de totalizar.
13
En este coloquio, Marc Jeannerot ha presentado una comunicación muy precisa sobre este punto.
14
Miller J-A, Cours du 6 février 2008, L’orientation lacanienne, TLN nº 378, p. 11.
15
Gallistel C. R., “L’apprentissage de matières distinctes exige des organes distincts”, in: Chomsky,
ouvrage collectif, éditions de L’Herne, 2007.
16
Milner J.-C., Introduction à une science du langage, Seuil, 1989.
17
Ibid. Voir la longue note 62, p. 252.
Estas dos concepciones se separan radicalmente en el punto de las relaciones del
lenguaje con el mundo. Para Chomsky, el lenguaje “no habla del mundo”. Las palabras
están en sí mismas desprovistas de referencia. No hay inscripción de la referencia
porque ésta es una acción realizada por agentes humanos. Como dice Pierre Jacob: “A
diferencia de lo que sabe un ser humano, lo que hace está, según Chomsky, destinado a
permanecer como un misterio. La gramática generativa ha abierto la vía para la
comprensión científica de un aspecto de lo que un ser humano sabe: su facultad de
lenguaje. Pero los problemas planteados por la comprensión de lo que sabe y los
misterios que suscita la explicación de una acción intencional están separados por un
foso epistémico... La libertad confiere a los actos de referencia (y a lo que Chomsky
llama el “uso creativo del lenguaje”) el estatuto de un misterio y no de un problema
científico”.18
18
Jacob P., “La portée et les limites du naturalisme”, in: Chomsky, ouvrage collectif, éditions de L’Herne,
2007.
19
Ibid.
20
Searle J.R., Du cerveau au savoir, Hermann, 1985.
21
Fodor J., “Modules, frames, fridgeons, sleeping dogs, and the music of the spheres”, p. 27 in: J.
Garfield (Ed.), Modularity in Knowledge representaion and natural-language understanding, Cambridge
Mass: MIT Press, 1987.
respetan los misterios del “sin ley” de la acción humana, lo anómalo de Davidson y el
abordaje que Lacan hace en psicoanálisis de lo real por lo imposible. Lacan seguirá esta
vía hasta hablar de un real “sin ley”.
Sandra Laugier ha definido muy bien la estrategia antipositivista multiforme del gran
filósofo analítico: “En ‘Dos dogmas del empirismo’ (1953), Quine critica uno de los
fundamentos del empirismo lógico, la analiticidad (en el sentido definido por Frege, y
después por Carnap, de verdad fundada sobre la lógica de las convenciones lingüísticas),
y propone borrar la distinción entre los enunciados empíricos y los a priori, estos últimos
independientes de la experiencia. Con su célebre tesis de la indeterminación de la
traducción radical, en 1960 va aún más lejos puesto que destruye la idea de
significaciones comunes a lenguajes diferentes al afirmar que un lingüista, en una
situación de traducción radical (sin contacto previo, ni comunidad, entre su lengua y la
lengua indígena), puede elaborar manuales de traducción contradictorios y compatibles
con los datos, ya que no hay nada sobre lo que el traductor pueda tener razón o
equivocarse”. 23 En su Ontological Relativity, de 1969, Quine procederá a una
desnaturalización radical.
22
Andler D., Fagot Largeault A., Saint-Sernin B., Philosophie des sciences II, Paris, Gallimard, Folio Essais,
2002, p. 770.
23
Laugier, S., “Quine, la science et le naturalisme”, in: Les philosophes et la science, sous la direction de
Pierre Wagner, ed. Gallimard, Folio essai, 2002, p. 715.
podamos verdaderamente seleccionarlas. Más aún, la tesis destruye el mito de la
significación porque la traducción no se agota nunca. No nos hace salir de nuestra lengua
ni del sentido. Toda operación de traducción, todo pasaje entre lenguas, mundos
distintos, supone confrontarse con lo inconmensurable, en el interior mismo del sistema
de referencia. Nos confronta al oxímoron de una pérdida por exceso. Nos revela que no
hay “exilio fuera de la cultura aprendida” y de su lengua. Esta perspectiva vuelve
caduca la perspectiva del ajuste sin solución de continuidad y retraducción de los signos
en mundos o “marcos simbólicos sucesivos”. La verdad es completamente inmanente a
la actividad de traducción, “no hay verdad extrateórica, no hay verdad más elevada que
la verdad que reivindicamos o a la que aspiramos, luchando, interiormente, con nuestro
sistema del mundo”. 24
24
Quine W.V.O., “On empirically equivalent systems of the world”, Erkenntis, 9, 1975, p. 327, citado in:
Laugier, S., op. cit., p. 735.
25
Laugier, S. “Quine, la science et le naturalisme”, op. cit., p. 744.
26
Quine W.V.O, The Roots of Reference, La salle, Open Court, 1973, p.80.
del cual el sujeto conecta con la experiencia de goce. Sublimar o compartir el fantasma
es del mismo orden que la construcción quineana: cada cual encuentra de manera
contingente algunas palabras o ciertos enunciados que están vinculados a su goce. Hay
enunciados fantasmáticos que son compartidos por muchos, otros, por pocos o por
nadie. Los primeros están más sublimados que los últimos. Algunos rasgos más íntimos de
las experiencias de goce de los grandes artistas son compartidos por casi todos. Están
sublimados.
No hay que creer que, para alcanzar directamente el goce, se puede simplemente
denunciar los semblantes que constituyen el sistema de referencia de la lengua pública y
contentarse con los elementos fragmentados que constituyen el fantasma privado. Eso
sería lo que Lacan llama un punto de vista “cínico”: la denuncia de los semblantes de la
lengua pública en nombre del goce de la lengua privada. Corresponde a lo que sería en
el plano de la ontología una posición radicalmente escéptica. De hecho, para que el
escepticismo sea defendible, hay que saber que solo el saber puede llevar a él. “La
ciencia misma nos enseña que no hay conocimiento absoluto”. 27 La teoría del
conocimiento tiene su origen en la duda pero el conocimiento también produce la duda:
“El escepticismo es un producto de la ciencia”. 28 Creer y saber tienen dos gramáticas
lógicas, de empleos distintos. Sin embargo, el saber no elimina el registro del creer,
como demuestra brillantemente el final del artículo de Quine sobre los “Dos dogmas del
empirismo”. 29
Como el aprendizaje del lenguaje repite el aprendizaje de la ciencia, para Quine, cada
uno sigue indefinidamente aprendiendo su lenguaje y revisándolo. En el fantasma opera
una lógica del mismo orden. El saber del fantasma no cesa de apuntar al fracaso del
sistema simbólico en relación al goce. Pero no hay otro acceso.
Solo a la salida de un análisis se aíslan los elementos del fantasma privado, con lo que
tienen de más real. El trayecto no puede evitarse. Para poder dirigirse al partenaire, el
sujeto le presta sentimientos, creencias, expectativas de reacción a lo que dice y desea
actuar sobre las creencias y expectativas que anticipa. En los intercambios entre
analizante y analista, no solo está en juego el desciframiento del sentido. Está la
intención del que dice. Se trata de recuperar con su interlocutor algo perdido. Esta
recuperación de objeto da la clave del mito freudiano de la pulsión. Funda la
transferencia que anuda a los dos partenaires. La fórmula de Lacan según la cual el
sujeto recibe del Otro su propio mensaje en forma invertida incluye el desciframiento y
la voluntad de actuar sobre aquel a quien uno se dirige. En última instancia, cuando el
analizante habla quiere, más allá del sentido de lo que dice, alcanzar en el Otro al
partenaire de sus expectativas, creencias y deseos. Apunta al partenaire de su fantasma,
sin que pueda alcanzar un goce que sería el bueno. El descubrimiento del psicoanálisis
es ante todo el de la impotencia del sujeto para lograr la plena satisfacción sexual. Esta
impotencia se designa con el término de castración. Más allá, el psicoanálisis, con
Lacan, ha formulado la imposibilidad de que haya una norma de la relación entre los
sexos. Si no hay la satisfacción plena y no hay norma, queda que cada uno invente una
solución particular apoyada en su síntoma. La solución puede ser más o menos típica,
27
“The nature of natural knowledge”, in: S. Guttenplan, ed. Mind and Language, Oxford, Oxford
University Press, 1975, p. 68.
28
Laugier, S. “Quine, la science et le naturalisme”, 2002, p. 749.
29
Quine W.V.O., “Les deux dogmes de l’empirisme”, 1953, traducido in: Jacob P., De Vienne à
Cambridge, Gallimard, 1980, p.110.
apoyarse más o menos en la tradición y las reglas comunes. Puede, por el contrario, ser
signo de ruptura o de cierta clandestinidad. La relación entre los sexos no tiene una
solución que convenga “a todos”. En este sentido, está marcada con el sello de lo
incurable, y siempre será fallida. El sexo, en el ser hablante, compete al “no todo”.
30
Miller, J.-A., “Pièces détachées”, in: Le Séminaire de Jacques Lacan, La Cause Freudienne n° 61,
Navarin éditeur, 2005, pp.143-144.
31
Solms M., “Psychanalyse et neurosciences”, in: Pour la Science, No 324, Octobre 2004, p. 78.
32
F. Busch, B. Joseph, “A missing link in psychoanalytic technique”, in: Journal of Psychoanalysis, 2004;
85: 567-78 disponible en la web.
puede conocer”33. Me parece incluso que el uso directo que hace Daniel Widlocher de los
trabajos del cognitivismo emocional, en particular de los del Sr. Damasio, para fundar su
ontología de la significación está sujeta a caución. “El afecto no se sitúa con facilidad de
manera directa en la intimidad de la sesión. ?...? Pero, ¿de qué afecto hablamos? ¿De los
que deberían señalar cada uno de los estados mentales que se suceden en el curso de la
sesión, de los que están listos para surgir de la evocación de tal o cual cadena asociativa
?...??”. 34 El “doble trabajo de ubicación del afecto en la psique del otro y en la propia”,
que se propone describir, lleva directamente al “mapping” emocional.
Ya en febrero Alex Berenson daba cuenta en el New York Times37 de los trabajos del Dr.
Schoep que trabaja desde hace más de diez años sobre el glutamato después de estar
enamorado, como él mismo dice, de la dopamina. Trabajó mucho tiempo para Eli Lily,
pero en 2007 entró en Merck, que le ofreció más medios para pasar a los ensayos previos
a su comercialización. En un momento en que la dopamina seduce menos, el glutamato
33
Se puede leer una crítica de este punto de vista en Laurent E., Lost in cognition, éditions Odile Jacob,
2008. En castellano, está editado en la colección DIVA, Buenos Aires, 2005.
34
Widlocher D., “Affect et empathie”, in: Revue Française de Psychanalyse, 1999, tome 1, p. 74.
35
En este coloquio.
36
“All on the mind”, The Economist, May 24th, 2008.
37
Berenson A., “Daring to Think Differently About Schizophrenia”, The New York Times, February 24th,
2008.
permitirá producir nuevos medicamentos. Esta esperanza se anuncia después de que los
efectos de la fluoxitina o de los antidepresivos de la misma familia fueran atacados en el
estudio de Eric Turner, de la Universidad de Oregón, publicado en enero de 2008 en el
New England Journal of Medicine. La eficacia de los medicamentos puede atacarse con
los resultados de los meta-análisis, cuya metodología no es impecable. Se queda uno
estupefacto al comprobar como los psicotropos, una vez producidos, sean amados,
adoptados, utilizados con pasión por fuera de las indicaciones que les son asignadas.
Todo el mundo se acuerda del acento entusiasta de Escuchando al Prozac de Peter
Kramer (1994) o, un poco más moderadamente, de la dependencia que describe
Elisabeth Wurtzel en su novela autobiográfica Nación Prozac (2001). Los sujetos se hacen
con estas sustancias y las convierten en su objeto de auxilio, de adicción o de uso
moderado. En relación a que esto ocurra precisamente con el Prozac o con los
medicamentos de la disfunción eréctil o los estimulantes de la atención, podemos decir
que el uso “off label” testimonia sobre cómo el medicamento, por sus múltiples usos, es
un instrumento de exploración del cuerpo y de su goce. Su capacidad de deriva hace que
sean utilizados, se inscriban en nuestras vidas, unbedded. La revista Nature ha lanzado,
en el primer trimestre de este año, un estudio informal sobre el uso de la Ritalina entre
sus lectores: de los 1400 lectores que respondieron, 1 de cada 5 declaró que había
utilizado Ritalina, Provigil o betabloqueadores por razones no médicas. The economist,38
de orientación liberal, piensa que no es necesario regular demasiado estos usos
desviantes. Después de todo, escriben los reporteros, “las variaciones genéticas entre
individuos están asociadas a diferentes niveles de memoria de trabajo. Los que utilizan
Ritalina o Provigil quizás han descubierto que experimentan, de manera legítima para
ellos, pero por razones aún desconocidas, la necesidad de esta sustancia”. Mediante
argumentos epigenéticos encuentran también la particularidad de cada sujeto, incluso
su unicidad, que François Ansermet y Pierre Magistretti situaban en la plasticidad del
sistema nervioso. El uso mediado de las neurociencias es el que asegura todavía un
mayor grado de libertad al sujeto y al psicoanálisis para dar cuenta de lo que se
presenta siempre como huida, deslizamiento, desviación en la experiencia de goce del
sujeto. El uso de las neurociencias por parte del psicoanálisis es también el que hace el
psicoanalizante. Él también lo dirige al psicoanalista al hacer un uso metafórico de los
aportes teóricos de las neurociencias. Los inscribe con su lengua propia. Por otra parte,
hace una experiencia y no un aprendizaje de los objetos nuevos que ella produce con la
38
“Smart drugs”, The Economist, May 24th 2008.
teoría que de entrada se le vincula. Analista y analizante se encuentran del mismo lado,
donde se trata de preservar la singularidad contingente de una existencia.
Bibliografía
ANDLER D., FAGOT LARGEAULT A., SAINT-SERNIN B., Philosophie des sciences II, Folio
Essais, Gallimard, 2002.
BUSCH F., JOSEPH B., “A missing link in psycoanalytic technique”, in: International
Journal of Psychoanalysis, 2004, 85: 567-78. Disponible en la web.
DUPUY J.P., Aux origines des sciences cognitives, éd. la Découverte, 1994.
FREUD S., “Projet de psychologie” (1895-1950), trad. par Françoise Kahn et François
Robert, in: S. Freud, Lettres à Wilhelm Fliess, P.U.F., coll. “Bibliothèque de
psychanalyse”, 2006, pp. 595-693.
GUTTENPLAN S., “The nature of natural knowledge”, in: S. Guttenplan, ed. Mind and
Language, Oxford, Oxford University Press, 1975, p. 68.
JACOB P., “La portée et les limites du naturalisme”, in: Chomsky, ouvrage collectif,
éditions de L’Herne, 2007.
MILLER J.-A., Pièces détachées, Cours de décembre 2004, in: La Cause freudienne, n°
61, 2005.
QUINE W.V.O., “On empirically equivalent systems of the world”, Erkenntis, 9, 1975.
SOLMS M., “Psychanalyse et neurosciences”, in: Pour la Science, no 324, Octobre 2004.