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CURSO: DERECHOS Y GARANTÍAS, 2019-1

Decreto anti-consumo

Realizado por: Yeison Aristizábal Giraldo

Yeison Alexander Martínez

I. SELECCIÓN DEL CASO

Los casos que inicialmente se habían propuesto (decreto anti-consumo, vía


peatonal calle 54) representan un reto para el análisis jurídico. Fue posible hallar
viabilidad en ambas situaciones, por lo que la única razón que se esgrime para
dar continuidad con el caso del decreto anti-consumo, es por su vital importancia
y relevancia frente a la coyuntura departamental sobre el consumo de sustancias
psicoactivas, objeto de dicho decreto. Y porque, una iniciativa en contra de un
decreto departamental, representa un reto de grandes proporciones. Cabe decir
que esto no le resta importancia al otro caso, pero por el nivel de impacto se
decide descartarlo para este trabajo. Ello no quita que, conforme se avance en
la consolidación de nuevos conocimientos, no sea posible allanar el camino en
paralelo y trabajar el caso alterno de la vía peatonal en la calle 54, como una
iniciativa personal. En síntesis, la elección supuso una serie de dificultades, que
en un escenario de ponderación, permitieron decidir continuar con el caso del
decreto anti-consumo por su relevancia, y por su invitación al reto.

II. HECHOS

El 6 de junio del 2019, la corte constitucional emite un comunicado de prensa a


la opinión pública, en el que expone el contenido de la sentencia C-253/2019

En la sentencia proferida por la corte constitucional (C – 253/2019) donde la corte


resuelve una acción de inconstitucionalidad parcial contra los Artículos 33
(numeral 2, literal c) y 140 (numeral 7), de la Ley 1801 de 2016:

Por la cual se expide el Código Nacional de Policía y Convivencia

[…]
ARTÍCULO 33. COMPORTAMIENTOS QUE AFECTAN LA TRANQUILIDAD Y
RELACIONES RESPETUOSAS DE LAS PERSONAS. Los siguientes
comportamientos afectan la tranquilidad y relaciones respetuosas de las
personas y por lo tanto no deben efectuarse:

(…)

2. En espacio público, lugares abiertos al público, o que siendo privados


trasciendan a lo público:

(…)

c) Consumir sustancias alcohólicas, psicoactivas o prohibidas, no autorizados


para su consumo.

[…]

ARTÍCULO 140. COMPORTAMIENTOS CONTRARIOS AL CUIDADO E


INTEGRIDAD DEL ESPACIO PÚBLICO. Los siguientes comportamientos son
contrarios al cuidado e integridad del espacio público y por lo tanto no deben
efectuarse:

(…)

7. Consumir bebidas alcohólicas, sustancias psicoactivas o prohibidas en


estadios, coliseos, centros deportivos, parques, hospitales, centros de salud y en
general, en el espacio público, excepto en las actividades autorizadas por la
autoridad competente.

Según la corte, tales normas legales, establecidas en el código de policía, son


inconstitucionales ya que “establecen una prohibición genérica y amplia al
consumo de bebidas alcohólicas y sustancias psicoactivas en el espacio público
y en espacios privados abiertos al público o que trascienden a lo público, de
forma irrazonable, por ser una medida que o bien no es idónea para alcanzar el
fin buscado (en los casos en que el consumo no impacta la convivencia o la
integridad del espacio público) o bien no es necesaria, por existir otros medios
para alcanzarlo.” (C – 253/2019)

Por lo anterior, la corte resuelve:


Primero.- Declarar INEXEQUIBLES las expresiones ‘alcohólicas, psicoactivas o’
contenidas en el Artículo 33 (literal c, numeral 2) del Código Nacional de Policía
y Convivencia (Ley 1801 de 2016).

Segundo.- Declarar INEXEQUIBLES las expresiones ‘bebidas alcohólicas’ y


‘psicoactivas o’ contenidas en el Artículo 140 (numeral 7) del Código Nacional de
Policía y Convivencia (Ley 1801 de 2016)

En respuesta al fallo de la corte, el Gobernador de Antioquia Luis Pérez


Gutiérrez, firmó, el 22 de julio, un decreto que establece un tipo de pico y placa
para el consumo de sustancias psicoactivas en todo el departamento de
Antioquia, en las inmediaciones de los espacios públicos, educativos y
deportivos de uso cotidiano de menores de edad.

Tal decreto establece lo siguiente:

“El numeral uno del artículo 1 señala que queda restringido el consumo de
marihuana y demás sustancias psicoactivas, entre las 6:00 a.m. y el 8:00 p.m.,
en el entorno de 100 metros a la redonda de los establecimientos educativos que
presten los servicios en los niveles de Buen Comienzo, preescolar, básica y
media.

El numeral dos impone la restricción entre las 6:00 a.m. y las 10:00 p.m. en los
parques públicos de los municipios.

El numeral tres cobija el mismo horario en los escenarios de prácticas deportivas


públicas municipales.

El numeral cuatro restringe el consumo en un entorno de 50 metros a la redonda


de las bibliotecas de uso público con servicio para niños, niñas y adolescentes,
de 8.00 a.m. a 8:00 p.m.

El numeral cinco lo impone en las ciclovías, de 5:00 a.m. a 8:00 p.m., y el sexto,
en los demás espacios públicos que los alcaldes, como autoridad policiva de los
municipios, consideren que afectan la salud, la vida o el libre desarrollo de la
personalidad de niños, niñas y adolescentes.”1

Ahora, según los hechos arriba expuestos ¿es posible encontrar aquí, una
problemática de interés público?

III. INTERÉS PÚBLICO

El caso que aquí se plantea, configura una problemática de interés público por
las razones siguientes:

1. Las cuestiones que aquí se discuten, no son fruto de disputas entre intereses
de carácter privado que no tienen conocimiento público, sino que se reproducen
en concurrencia con intereses “generalizables”2 no solo porque atañen los
intereses de “mucha gente” sino porque “es un interés cuya protección o
realización benefician en aspectos muy fundamentales a la colectividad como tal
y consecuentemente también a los individuos que la integran” 3. O sea: la
participación masiva de la ciudadanía se presenta en estas circunstancias con el
propósito de encontrar mecanismos para la protección de derechos
fundamentales, no solo en este caso particular, sino además en casos
posteriores donde el precedente constitucional permita la salvaguarda de los
derechos fundamentales.

2. Porque uno de los actores que se hace visible dentro del caso en concreto
estudiado, hace parte de la administración pública, la cual, toma decisiones que
afectan a toda la ciudadanía, incluyendo decisiones que van en perjuicio de
minorías, ya sea por influencias políticas, o por intereses personales del titular
del cargo, -ganar popularidad por ejemplo- Tales acciones atacan principios
democráticos, que vulneran la pluralidad en diversas materias que se configuran
dentro de nuestra sociedad, olvidando que el consumo de drogas no debe ser

1
Ospina, G (23 de julio de 2019) ¿Tiene futuro el decreto anti-consumo de Luis Pérez? El Colombiano.
Recuperado de https://www.elcolombiano.com/antioquia/que-pasa-con-el-decreto-de-perez-
OH11253915
2
LOPEZ CALERA, N. El interés público: entre la ideología y el derecho. Granada, 2010. Pág. 127.
3
LOPEZ CALERA, N. El interés público: entre la ideología y el derecho. Granada, 2010. Pág. 127.
visto ya como una premisa instalada en la política criminal, sino como un asunto
de salud pública, implementado así, estrategias que pertenecen a países del
primer mundo.

3. Porque para este caso, es el interés general el que debe constituirse como
norma aplicable al asunto que aquí se ha expuesto. El interés general es el
concepto que determina la idoneidad de las normas que han sido establecidas
para la consecución de esta problemática. Es la norma ética por excelencia
aplicable a la naturaleza política de las circunstancias que ya se han venido
esbozando.

El interés general actúa “como criterio para la interpretación y la aplicación de


normas; como elemento jurídico necesario de interpretación, y como elemento
nuclear de las decisiones.”4

IV. -PROBLEMAS JURIDICOS

-NORMATIVIDAD

-CONSECUENCIAS

-ACTORES

Ahora bien, en el desarrollo de estos acontecimientos, intentaremos exponer las


diferentes problemáticas jurídicas que allí se presentan, los derechos
vulnerados, y bajo que normas jurídicas se sustentan.

¿Tiene el Gobernador, como uno de los actores de dicha problemática,


competencia para reglamentar esta ley?

Según la constitución política de 1991, en el Artículo 305 en lo que corresponde


al capítulo 2 sobre el régimen departamental, encontramos que la primera de las
atribuciones que posee el gobernador, y manifiesta de manera clara la naturaleza
de los argumentos que nos disponemos a explicar es la siguiente:

4
SAINZ MORENO, F. Conceptos jurídicos, interpretación y discrecionalidad
administrativa. Civitas. Madrid, 1.976. pág. 322.
1. Cumplir y hacer cumplir la Constitución, las leyes, los decretos del Gobierno
y las ordenanzas de las Asambleas Departamentales.

Por lo que, cuando el Gobernador emite el decreto anti-consumo, hace una


vulneración clara al derecho fundamental establecido en el artículo 16 de la carta:
“Artículo 16. Todas las personas tienen derecho al libre desarrollo de su
personalidad sin más limitaciones que las que imponen los derechos de los
demás y el orden jurídico”. Derecho que, en este escenario, ya ha sido protegido
por la corte constitucional a través de la sentencia C-253.

Es explicito el artículo 305 de la constitución, cuando decreta la obligación del


Gobernador de hacer cumplir la carta, y de cumplirla a cabalidad por encima de
otras disposiciones.

Se debe entender que la jerarquía de las fuentes del ordenamiento jurídico


colombiano, está liderada por las disposiciones constitucionales, seguida esta
de las leyes. En este caso, se debe aclarar que la ley que pretende reglamentar
el Gobernador (Ley 1801 de 2016) se encuentra inexequible por parte de la
corporación constitucional.

Según la ley 4 de 1913, en su artículo 127 en la que establece las atribuciones


de los Gobernadores, el numeral 15 dicta: “Estatuir lo relativo a la policía local,
de acuerdo con las leyes, ordenanza o acuerdos departamentales vigentes”

En el diccionario de la RAE, el término “estatuir” significa: establecer, ordenar,


determinar.

Se puede inferir, que en efecto, el Gobernador tiene competencia para emitir


decretos que reglamenten actividades de policía, siempre y cuando, no vulnere
la ley, pero como más arriba ya se declaró: la ley que pretende reglamentar el
Gobernador (Ley 1801 de 2016) se encuentra inexequible por parte de la
corporación constitucional.

El gobernador puede, y tiene potestades administrativas para emitir decretos,


pero estos no están revestidos con la fuerza de ley que el congreso administra.
Tampoco puede ir en contra de decisiones ya determinadas por la corte
constitucional, corporación establecida para la salvaguarda de los principios
descritos en la constitución. Por tal razón, se puede concluir que el gobernador
hace una extralimitación de sus funciones, cuando reglamenta contenido
normativo que ya está previamente revisado por las entidades competentes, ya
que dicha materia supera el nivel de autoridad del gobernador.

Una de las motivaciones políticas, que engendra un problema jurídico que aquí
se presenta, es referente al argumento que el Gobernador expone con respecto
al propósito de su decreto, el cuál determina lo siguiente: “defender los derechos
de los niños, porque la misma Constitución dice que los derechos de ellos están
por encima de los demás derechos y se fundamenta en lo sagrado que es el
espacio público, que es un derecho de los niños a no estar expuestos a
consumidores de drogas”

Respecto a lo anterior, ya la corte constitucional hizo un pronunciamiento


mediante la sentencia C – 253/2019 en el cual declara parcialmente inexequible
los Artículos 33 (numeral 2, literal c) y 140 (numeral 7), de la Ley 1801 de 2016,
por la cual se expide el Código Nacional de Policía y Convivencia. La
inexequibilidad parcial de estas normas se refiere a que tales restricciones sí
serán pertinentemente aplicadas cuando los derechos de los niños se
encuentren en gran riesgo de ser vulnerados, o sea, que la norma no se
elimina totalmente, puesto que hay otras disposiciones que permitirían la
protección de tales derechos en caso de presentarse escenarios donde el
consumo de sustancias psicoactivas o alcohólicas deriven en un hecho que
amenace sustancialmente vulnerar la integridad de los niños.

Además, el Gobernador agrega que tales prácticas van en contra del uso
adecuado del espacio público, indicando que estas atacan su integridad,
propiciando escenarios “degradantes” donde prevalece “el dominio de los
consumidores”

En la sentencia C-253 la corte ya estableció porque tal argumento es insuficiente:

“La Corte consideró que la prohibición impuesta por el Código Nacional de


Policía y Convivencia, objeto de la acción de inconstitucionalidad, tampoco es
razonable constitucionalmente. (…) se advirtió que el fin que se busca con la
norma es imperioso (el cuidado y la integridad del espacio público). Pero en este
caso ni siquiera se muestra por qué se considera que el medio es adecuado para
alcanzar el fin buscado. No se advierte, ni se dan elementos de juicio que
permitan establecer una relación clara de causalidad entre el consumo de las
bebidas y las sustancias psicoactivas, en general, y la destrucción o irrespeto a
la integridad del espacio público. En cualquier caso, los eventos en los que el
consumo de las sustancias referidas podría llevar a destruir o afectar el espacio
público, debe ser objeto de prevención y corrección por parte de la Policía,
usando otros medios que el propio Código de Policía contempla y faculta.”

Otra cuestión jurídica es la relacionada con el consumo en sí mismo de estas


sustancias o bebidas alcohólicas, puesto que la realización, la materialización
como tal del acto de consumir sustancias, no representa una vulneración de
derechos a ningún otro individuo, ni a su moral, ni integridad física. Según
la corte, estas prácticas son concebidas como una manifestación política o
cultural de cada ser humano, que no se desplazan más allá de su esfera personal
y que hacen parte de sus derechos como persona jurídica dentro de un
ordenamiento determinado. En este caso, el legislador, hace gala de sus
potestades para vulnerar derechos que aunque no se consideran absolutos,
tampoco pueden ser arbitrariamente conculcados. Esto genera, como grave
consecuencia, una suerte de estigmatización al otro de los actores de este
problemática, representado en un sector de la población. Por eso, la corte insiste
en que se hace necesario realizar juicios de proporcionalidad con el fin de
encontrar armonía en el orden normativo, puesto que la ampliación general de
algunas prohibiciones, puede configurar la limitación y desarrollo de derechos
tales como el denominado: “libre desarrollo de la personalidad”. Este
derecho, se incluye dentro de los derechos fundamentales del Estado social de
Derecho contenido dentro de la constitución5, como principio de autonomía y
derecho concebido como capacidad de las personas de legislar libremente sobre
las cuestiones que rigen su vida, sin perturbar la vida de las demás personas, ni
la sana convivencia, y tendiente a conservar el alto valor de la dignidad humana.

En sentencia T-291/16 en lo que atañe al valor de la dignidad humana, la corte


considera:

5
Artículo 16 de la constitución política de 1991:”Todas las personas tienen derecho al libre desarrollo de
su personalidad sin más limitaciones que las que imponen los derechos de los demás y el orden
jurídico”.
“(i) La dignidad humana entendida como autonomía o como posibilidad de
diseñar un plan vital y de determinarse según sus características; (ii) la dignidad
humana entendida como ciertas condiciones materiales concretas de existencia;
y (iii) la dignidad humana entendida como intangibilidad de los bienes no
patrimoniales, integridad física e integridad moral o, en otras palabras, que los
ciudadanos puedan vivir sin ser sometidos a cualquier forma de humillación o
tortura. Frente a la funcionalidad de la norma, este Tribunal ha puntualizado tres
expresiones de la dignidad humana entendida como: (i) principio fundante del
ordenamiento jurídico y por tanto del Estado, y en este sentido la dignidad como
valor; (ii) principio constitucional; y (iii) derecho fundamental autónomo.”

Esta corporación le da claramente una importancia significativa al valor de la


dignidad humana, como sustancia constructora de derechos.

Aquí se hace importante resaltar, que el papel de la dignidad humana es de


gran relevancia, puesto que la lucha contra las drogas establecida
normativamente por tratados internacionales suscritos al bloque de
constitucionalidad, tiene como propósito preservar los principios de la dignidad
humana, pero que, en la aplicación de los mismos, se presentan incoherencias
que restringen las libertades de los individuos (libertades necesarias para la libre
autodeterminación de cómo se quiere vivir) con el propósito de llevar a cabo
políticas para contrarrestar la criminalidad.

V. BIBLIOGRAFÍA:

Ospina, G (23 de julio de 2019) ¿Tiene futuro el decreto anti-consumo de Luis


Pérez? El Colombiano. Recuperado de
https://www.elcolombiano.com/antioquia/que-pasa-con-el-decreto-de-perez-
OH11253915

LOPEZ CALERA, N. El interés público: entre la ideología y el derecho. Granada,


2010. Pág. 127.

SAINZ MORENO, F. Conceptos jurídicos, interpretación y discrecionalidad


administrativa. Civitas. Madrid, 1.976. pág. 322.

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