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publica finalmente en papel, con los 51 afectos expuestos en su presencia o ausencia, según
Con ese cambio en el común soporte utilizado para un poemario, e invitados por el
aplicación del término bricolage de Jacques Derrida al ejercicio dispuesto por Cociña sobre
sus “afectos”.
bricoleur a quien, con afán creativo, hace uso de los medios de los que dispone y de los que
normalidad acomodaticia en la que están y darles un uso fuera de lo previsto, esto, sin
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Para mayor información respecto al poemario revísese Andrade, Megumi. “Carlos Cociña, Plagio del
Afecto”. Luis Correa-Díaz coord. Aerea. Revista Hispanoamericana de Poesía 10 (2016): 121-123. Impreso.
Dentro de Plagio del Afecto, Carlos Cociña, realiza exactamente este ejercicio. En
sus veintisiete afectos explícitos, recorre caminos que van desde la física biológica de José
Onuchic, pasando por La teoría del caos de Pablo Cazau, llegando incluso a la autopoiesis
de Maturana. Además, aparecen afectos sin referencia aparente, siendo estos los menos. La
cuestión es, reconocer qué tipo de relación existe entre esta mezcolanza de aparentes notas
al pie de los textos que refiere y aquellos afectos que no están disponibles, que son la mitad
del poemario en cuestión. Si operamos como hace Derrida con Lévi-Strauss y establecemos
mirar sin dificultad. Existe un binarismo conformado por la presencia o la ausencia de texto
como tal. Siendo reiterativos, veintisiete son los afectos que sí aparecen, cosa que nos
de citas, parafraseo o poemas en prosa sobre los textos usados de referencia; no conocemos
su verdad. Son utilizados por Cociña como meros instrumentos para establecer la crítica a
la que se nos invita, aparentemente, desde el título del poemario. La idea del plagio,
estructura interna del texto en sí. Son usados para destruir la antigua máquina a la que
pertenecen y de los que también son parte, nos diría Derrida. (391).
respecto al poemario mismo? Si seguimos la pauta de Jauss, que nos entrega en su séptima
hipótesis, podremos, en tres pasos, sentar las bases para la objetivización antes propuesta.
En primer lugar tenemos las normas conocidas del género lírico. Luego, las relaciones
establecidas del texto con otros textos y con la historia que le rodea. Finalmente, la
oposición entre, la función poética y la práctica, como punto de partida comparativo entre
las expectativas literarias estrechas y las experiencias vitales más amplias (Jauss 166).
como poemas en prosa, discurren aun de ser la poesía que acostumbramos a leer. El
contenido científico con el que cargan los textos, escapan de un imaginario poético
lo escrito le pertenece o cuál aspecto de lo literario está influido. A nivel histórico, la mayor
incidencia está directamente en el soporte. Siendo 2003, internet rompe con las maneras de
difusión. Poesía Cero, como proyecto poético, quiebra las maneras de leer y de transitar un
libro. Llegó a resolver los anteriores intentos infantiles de llevar la literatura a las redes y
Con todo lo anterior como antecedente, podríamos decir que Cociña, con este
Establece, entonces, la senda que seguirá el “cambio de horizonte” del que nos habla Jauss
(166). Los primeros lectores de Plagio del Afecto, debieron hallarse impactados ante la
novedad interactiva que se propone en Poesía Cero, además del extrañamiento al que lleva
desconocer la naturaleza de los textos de Cociña y el lenguaje que en ellos emplea. Se crea,
en dicha publicación, una distancia significativa para la valorización del texto. Se confirma,
de este modo, la disposición del poemario como un bricolage, ejercicio que permite
ampliar la distancia entre las expectativas de ese posible público lector, ante sendos
motivos poéticos.
Referencias
Jauss, Hans Robert. “La historia de la literatura como provocación a la ciencia literaria”. La