UNIVERSIDADE DE BRASÍLIA

Instituto de Relações Internacionais

Relações Internacionais da China

“La Gran Estrategia Internacional China”

Professora: Dra. Danielly Ramos Becard.

Aluno: Juan Ignacio Angona.
Matrícula: 190131691.
E-mail: juanigangona@gmail.com.
Data de entrega: 20/10/2019; Brasília, DF.
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Índice:

a. Objetivos y factores clave de la Política Externa China (PEC)....pag.3

b. Prioridades y estrategias de los líderes chinos en el ejercicio de la PEC

c. Los resultados alcanzados en el ejercicio de la PEC.

d. Bibliografía

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a. Objetivos y factores clave de la Política Externa China (PEC)

En el presente siglo, China ha debido adaptar sus objetivos y tomar en
consideración una serie de factores novedosos en miras a lograr una conducción
efectiva de su Política Externa. Sutter (2016) detalla en su obra algunos de estos
elementos, como mantenerse atento a la Política Externa norteamericana al tiempo que
refuerza su poderío militar en base a una Hipótesis de Riesgo con Estados Unidos y sus
fuerzas aliadas, aunque manteniéndose a la expectativa y sin alentar una carrera
armamentística o involucrarse en conflictos de agresión directa. Simultáneamente
sostiene una posición firme frente a Estados Unidos, Japón, Taiwán y otros países
vecinos sobre cuestiones de disputas territoriales y otros intereses competitivos en Asia.
A esto se debe sumar la incertidumbre que despierta el comportamiento de Corea del
Norte, los propios intereses de Rusia, la creciente competitividad de India, y el apoyo
que tiene Estados Unidos en países como Corea del Sur y Australia.
Otro punto que destaca el autor es el proceso de regularidad política e
institucionalización impulsado por Xi Jinping, otorgando mayor predictibilidad; pero al
tiempo que se ha ampliado la descentralización administrativa el empoderamiento de
varios ministerios o agencias del gobierno, también se han incrementado los choques de
intereses entre los aparatos burocráticos dando como resultado, muchas veces, una
conflictiva o incompleta implementación de las directrices. En la misma linea, se
enfrenta a problemas internos como la corrupción dentro del partido, en el gobierno y
en las fuerzas armadas, y demás problemas que van desde reformas económicas a
asuntos de Seguridad Nacional a los que ha hecho frente de manera asertiva
colocándose al frente de los cuerpos decisorios y con gran apoyo del aparato de
propaganda. Por otro lado, las protestas sociales en Hong Kong han puesto en cuestión
el efectivo control sobre la población y también su compromiso con los derechos
humanos.
En la parte económica aún se intenta impulsar el consumo interno para reducir la
dependencia del comercio externo que conlleva una alta dependencia de tecnología
extranjera y utilización masiva de recursos contaminantes o no renovables. El
desempleo generado por la crisis de 2008 también generó un problema que aún no ha

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sido subsanado completamente, sumado al estancamiento en la exportación de algunos

productos hacia Europa, Japón y Estados Unidos.

b. Prioridades y estrategias de los líderes chinos en el ejercicio de la PEC

Para comenzar el abordaje de las principales prioridades y estrategias de la

actual Política Externa China, impulsada por el presidente Xi Jinping podemos citar el
trabajo de Wang Yizhou (2014), el cual plantea un conjunto de siete puntos importantes
en los que se está poniendo el foco.

El primero de ellos es la promoción del llamado “China Dream”, combinado

con altas aspiraciones. Este concepto, elaborado en 2012 en conjunto por parte de las
principales estructuras burocráticas del Estado, plantea dos objetivos claves: aumentar
el ingreso per cápita de cerca de 600usd a 1200usd hacia el año 2020 para acercarse al
grupo de naciones desarrolladas, y convertirse en la primer potencia económica para
mitad de siglo, en coincidencia con el centésimo aniversario del establecimiento de la
Republica Popular.

El anhelo por erigirse como una fuerte potencia marítima ha sido planteado
también como un objetivo importante para la consolidación del poder chino. Esto a
través de tres aspectos: el control, manejo y protección de las áreas marítimas
anteriormente negadas –partes del Mar del Sur y Este de China-; el uso de una
diplomacia firme para ejercer influencia en los asuntos y regulaciones marítimas
regionales e internacionales; y, la utilización racional y efectiva de los recursos marinos
que posee con miras a convertirse en una de las principales economías marítimas. En
base a estas directrices, el gobierno ha impulsado fuertemente la ampliación y
mejoramiento de las capacidades militares para proteger dichas áreas de interés.

Luego se plantea el impulso del concepto de un “nuevo tipo de relaciones entre

grandes potencias China-Estados Unidos”, a través de la promoción del dialogo en
varios niveles para una cooperación pragmática desde una aproximación global,
intentando de focalizar en las ganancias y no tanto en favorecer una polarización,
explorando nuevas formas de manejo de sus diferencias y trabajar en un nuevo modelo
de relaciones en lo que respecta al dominio militar. Esto se da a partir de la
consideración de los líderes chinos sobre que dicha relación bilateral es la más

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importante tanto por los aspectos que se refieren a las posibilidades como a los desafíos
al desarrollo del país asiático.

Otro objetivo se refiere a presentar nuevas maneras y formulaciones oficiales en

la diplomacia de la periferia, tomando en cuenta las rispideces y complejas relaciones
con los países vecinos en los años recientes. Países que representan un importante
interés estratégico en lo geográfico, económico, militar y natural. Promoviendo la
cooperación regional en asuntos de seguridad, la colaboración en asuntos regionales, la
confianza y ganancias mutuas, el dialogo para la resolución pacífica de controversias y
el fortalecimiento de la noción de que el desarrollo de la región está ligada en gran
medida a las capacidades y perspectivas de China.

Los planes de las dos “Silk Roads” han sido parte muy importante de la
estrategia china de los últimos años. La primer parte del “Silk Road Economic Belt”,
anunciado en 2013, consiste en fortalecer las conexiones viales para facilitar las redes
de transporte desde el océano Pacifico hasta el mar Báltico. La segunda etapa consiste
en la promoción de la eficiencia en los intercambios comerciales, remover barreras al
comercio, fortalecer la calidad de la economía regional, y lograr resultados de ganancias
win-win. Por último, se trata de ampliar la circulación de capitales, con el
establecimiento de intercambios monetarios y acuerdos comerciales con los países de
Asia Central para reducir los costos de circulación, disminuir la vulnerabilidad del
sistema financiero regional y otorgar mayor competitividad a economía del área.

En el mismo año fue presentado también el plan “Maritime Silk Route” para el
Sudeste Asiático para ampliar la cooperación territorial, financiera y marítima, y lograr
consensos sobre las disputas marítimas con el bloque ASEAN a través de inversiones
conjuntas en áreas de infraestructuras, la promoción de exportaciones de trenes de alta
velocidad, etc.

La relación de China con el continente africano ha sido otro de los aspectos

principales de la estrategia de Xi, siendo China su principal socio comercial tanto en
exportaciones como inversión extranjera directa, financiera y en infraestructura. En este
apartado se destaca en 2013 el anuncio de cuatro puntos clave de la política africana de
China. A saber: el compromiso con mantener la paz y la estabilidad, apoyando a los

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países africanos a resolver sus problemas regionales de manera independiente y

ofrecerse como facilitador de dialogo y consulta; el segundo punto se trata de que
incentivará a las empresas chinas a invertir en el continente para impulsar su desarrollo
económico; el tercero manifiesta que China mantendrá un fuerte apoyo al proceso de
unidad africana a través de la Unión Africana y otros organismos subregionales; el
último punto se resume en facilitar una ecuánime participación del continente en los
asuntos internacionales y que la comunidad internacional colabore a la paz y desarrollo
de la región.

El último punto descripto por Wang se trata de incrementar la responsabilidad

en el manejo del gran poder que tiene China. Aquí se destacan dos aspectos, el de
fortalecer su “punto de vista sobre justicia e intereses”, significando que mientras China
persiga sus propios intereses también debe tener en cuenta los intereses de terceros, lo
cual puede llegar a implicar el abandono de sus aspiraciones en virtud de la justicia.
Luego encontramos la teoría sobre provisión de bienes públicos como ofrecimiento de
oportunidades económicas globales, modelos para erradicación de la pobreza y
propuestas de protección ambiental. Estas dos manifestaciones se erigen como pilares
de la Política Externa China y principalmente están enfocadas a la construcción de una
comunidad con un destino interdependiente entre China y países en vías de desarrollo, y
a fortalecer su soft power.

c. Los resultados alcanzados en el ejercicio de la PEC.

Los resultados alcanzados en el ejercicio de la Política Externa que hemos

descrito son evaluados de manera muy positiva en la mayoría de aspectos, tanto por los
líderes chinos como por demás países y especialistas, tal el caso de Shambaugh (2013)
o Christensen (2015). Sin duda, el aspecto económico es el que más destaca por el
continuo y alto crecimiento que viene teniendo China en las últimas décadas, llegando a
ser la segunda economía mundial y con perspectivas a ocupar el primer lugar en pocos
años; esto se conjuga con el actual desafío de modernizar, producir y añadir calidad a
los productos y la tecnología utilizada, al que se está adaptando de buena manera.

En el área militar también ha sabido incrementar notablemente sus capacidades

de disuasión y defensa con una modernización y ampliación de sus fuerzas armadas, lo

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que le ha permitido reforzar la presión que ejerce tanto en su región y en las disputas
territoriales, como en el escenario global frente a Estados Unidos y sus aliados.

En la parte cultural también ha demostrado un gran crecimiento en la

propagación de estudios, enseñanza, intercambio, en las artes y en demás aspectos que
hacen a la cultura china; aunque bien es cierto que aún mantiene una gran diferencia
respecto al papel que juega la cultura estadounidense y occidental en el mundo.

El aspecto social puede ser el más criticable, en cuanto a que el control y

represión sobre la población y opositores ha mantenido o incrementado su firmeza y
dureza. Al tiempo que aún se mantienen niveles considerables de desempleo y de
desigualdad entre las zonas costeras y del interior.

d. Conclusiones

Podemos concluir que al hablar de China ya no se trata de una promesa sino de

una realidad que al parecer no ha alcanzado aún todo su potencial pero que al mismo
tiempo debe enfrentar los desafíos de encontrarse en el centro del sistema internacional.
Entre ellos está fortalecer su papel en la toma de decisiones en los organismos
internacionales; sus relaciones económicas y diplomáticas con los demás países de
Asia, África y Latinoamérica; continuar trabajando en los aspectos de promoción
cultural y aumentar su soft power; y en continuar proyectando su poderío de manera
racional pero firme.

Su futuro dependerá principalmente de lo que ella misma haga pero también de

como logre manejar las inevitables disputas de intereses con Estados Unidos.

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Bibliografía:

Christensen, T. (2015). The China Challenge. New York, London: Norton & Company.

Shambaugh, D. (2013). China Goes Global: The Partial Power. Oxford: Oxford Un. Press.

Sutter, R. (2016). Chinese Foreign Relations: Power and Policy since the Cold War. Fourth
Edition. New York, London: Rowman & Littlefield.

Wang, Y. (2014). China’s New Foreign Policy: Transformations and Challenges Reflected
in Changing Discourse. The Asian Fórum, March.

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