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Colonia romana

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En la Antigua Roma, una colonia era el estatuto político romano del que disponían
diferentes civitates de Italia y de las provincias. Su organización se caracterizaba por estar
reglamentadas por una carta de fundación legislativa y por las instituciones del pueblo
romano. Esta particularidad le da a la colonia un aspecto más dependiente, menos libre en su
relación con Roma, que la que tenía el municipium. Sin embargo, la colonia era considerada
con una categoría política más favorable a Roma y de mayor prestigio por contar con
la maiestas, supremacía religiosa. Las colonias eran una analogía de la ciudad de Roma.
Colonia se relaciona con dos expresiones: verbo colo (cultivar) o ex culto agri (cultivo del
campo).

Historia[editar]
Las primeras colonias romanas se establecieron en Ostia, Antium y Terracina al final del siglo
IV a. C., momento en que se llevó a cabo la conquista de la península italiana. Se
establecieron ahí por ser lugares que gracias a su posición estratégica permitían controlar a
los pueblos sometidos. La fundación de una colonia se llevaba a cabo mediante
una deductio colonial, es decir, por la transposición de una población foránea que se aloja en
el nuevo territorio, colonias de nueva fundación (ex novo) o asentamientos indígenas. Los
colonos eran habitantes de pleno derecho y de acuerdo al tipo de colonia varía el estatuto
jurídico. Si era de latinos el estatuto era latino y si era de romanos el estatuto era romano. Se
envían a los agrimensores, encargados de la distribución de tierra, que no será igualitaria,
diferenciación social que motiva una sociedad jerarquizada.
En esta primera etapa del proceso colonizador, que duró hasta el final de las guerras púnicas,
las colonias tenían sobre todo fines militares, siendo concebidas para la defensa del territorio
romano. Las colonias se fundaban por Roma para alojar a ciudadanos romanos,
habitualmente legionarios que habían cumplido su servicio militar a los que el estado les
concedía la propiedad de alguna tierra en los territorios recién conquistados. La tercera parte
de territorio conquistado se entregaba a los colonos.
Existían colonias de ciudadanos romanos y colonias de latinos, las cuales diferían en tamaño,
formación y localización.

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