Escolar Documentos
Profissional Documentos
Cultura Documentos
3
Henrique Capriles Radonski
Gobernador del estado Miranda
Juan Fernandez Morales
Secretario General de Gobierno
A los lectores.................................................................5
La tierra se hundió bajo sus pies...................................11
El Encanto..................................................................20
La lealtad probada.......................................................27
Bibliografía consultada................................................35
Hemerografía.............................................................35
A los lectores
Tienen ustedes entre sus manos, amigos lectores, tres cuentos
cortos escritos por César Gil Gómez, Federico Rodríguez Ro-
dríguez y Carlos Arocha Luna, plumas conocidas en los campos
del periodismo, la narrativa, la política y la ciencia, publicados
en “Texto de la tierra” de Los Teques. Revista literaria dirigida
para la época por Benjamín Arocha; en la redacción Carlos “Ca-
chucha” Arteaga; dibujos de los artistas Carlos Hernández, D.
Cazorla y Edgar Corrales.
La Tierra se hundió bajo sus pies es el título del trabajo de César
Gil Gómez; El Encanto es la creación de Federico Rodríguez y
Lealtad probada salió de la vocación literaria de Carlos Arocha
Luna. Esos tres escritores mirandinos, al lado de sus conocidos
libros, nos dejaron en periódicos y revistas gran parte de sus tra-
bajos, esperando por un compilador que se encargara de locali-
zarlos.
César Gil Gómez, para 1938, estará al frente de “El Indio”,
periódico político que vio luz en Guatire. Antes de comenzar a
transitar los caminos del periodismo se desempeñó como obrero
colocando cables para el alumbrado público en su pueblo natal,
Guatire, y como peón transportando tubos para el acueducto
que surtiría de agua a las residencias de las familias locales. Estos
rudos trabajos no fueron obstáculos para que César Gil Gómez
se dedicara, con pasión, a estudiar música en la escuela que man-
tenía Régulo Rico Lugo, pasando a formar parte, al lado de otros
alumnos, de la Estudiantina “Santa Cecilia”, en su segunda épo-
ca. Corría el año de 1930. Sus inquietudes musicales las describe
Guido Acuña, al presentar en el libro de cuentos El verde sabe a
limón una serie de pinceladas que César Gil Gómez realiza sobre
personajes populares de Guatire:
Su preocupación por los problemas de la nación lo aleja del cam-
po musical pero no de manera definitiva. Es compositor y buen
músico aferrado a lo artísticamente elevado. Desde la cárcel, Pe-
nitenciaría de San Juan de los Morros, donde estuvo recluido
5
durante seis largos años, formó un coro de voces que interpre-
tan música folclórica inédita. Recoge “El Cutucután”, tonada de
los negros guatireños de la fiesta de San Juan. Escribe una suite
de canciones para piano y soprano de corte modernista pero sin
apartarse de su esencia venezonalista. Compone un trozo de mú-
sica negroide -“Negrita Curujujú”- que lo hacen ganador de la
mención honorífica en el concurso promovido por la Asociación
Venezolana de Autores y Compositores en 1955.
La actividad política llevó a César Gil a desempeñarse como
diputado en la Asamblea Legislativa del estado Miranda, en la
Asamblea Nacional Constituyente y en el Senado de la Repúbli-
ca. En el exilio, a raíz del derrocamiento del Presidente Rómulo
Gallegos, ejerció el periodismo en medios impresos como “La
Voz de Venezuela” (Cuba), “El diario del Caribe” (Colombia) y
“El Mundo“ (Puerto Rico). Al retornar al país, al caer la dicta-
dura en 1958, su firma aparecerá en “El Nacional”, “El Regio-
nal” (Valencia), “La Voz” (Guarenas), “La República” y en las
revistas “Momento”, “Elite”, “Revista Municipal de Venezuela”,
“Folklore y Artesanía”. Asimismo, será miembro fundador de “El
Periodista”, vocero de la Asociación Venezolana de Periodistas.
Antes del Golpe de Estado contra Gallegos, César Gil trabajó en
el diario “El País” y muchos de sus trabajos aparecerán bajo el
seudónimo de Juan Cabrices.
Entre los personajes populares que atrapó con su pluma, se
encuentra Ezequiel Zamuro:
Nace en Guatire. En el “Barrio Abajo“. En una casita de bahare-
que. Negro como la noche. Las estrellas escaparon a la tormenta.
Hijo de la bondad hecha mujer. Comadrona de prestigio a quien
todos respetan y llaman mamá. Todos llegaron primero a sus ma-
nos, lo mismo que “Zamuro” o el “catire” de Rincón abajo. Hijo
de un viejo hacendado.
En su larga trayectoria intelectual no faltan los cuentos infan-
tiles, las composiciones musicales, el cine, el ensayo, relatos y
cuentos. En la voz de un trovador popular, Justo Tovar, mejor co-
nocido dentro y fuera de la Parranda de San Pedro como “Pico”,
gran improvisador de tonadas, César Gil Gómez coloca una
6
composición de protesta contra los dueños de las haciendas del
valle de Santa Cruz de Pacairigua y Guatire, quienes explotaban
a la peonada, pagándoles cuatro centavos por trabajar desde las
seis de la mañana a las seis de la tarde:
Oiga usté Don Salvador,
le venimos a cantar,
porque usté es mucho mejor
que Samuel “El Alacrán”.
El cuento La Tierra se hundió bajo sus pies es la tragedia vivida
por un afamado decimista del Tuy Abajo; atacado por una en-
fermedad su comadre Eleuteria cree poder ayudarlo, dado, así lo
dice ella, que conoce a un médico en la ciudad.
Federico Rodríguez Rodríguez nació en la población barlo-
venteña de San José de Río Chico, hoy Municipio Autónomo
“Andrés Bello”, el 19 de noviembre de 1922. Hijo del inmi-
grante de las Islas Canarias, don Federico Rodríguez. Sus es-
tudios de bachillerato los realizará en el Liceo “Andrés Bello”
de Caracas, donde obtiene el título de Bachiller en Filosofía y
Letras en 1942, lo que le permitió ingresar en la Universidad
Central de Venezuela. Entre los años de 1949-1950, el joven
bachiller Federico Rodríguez, quien combinaba sus responsa-
bilidades estudiantiles con la política, es electo Presidente de la
Sociedad de Estudiantes de Medicina. Luego alcanzó, a pesar
del derrocamiento del Presidente Rómulo Gallegos, la dirección
de la Federación de Centros Universitarios.
El médico Luis Barrios Díaz, hijo del poeta guariqueño Luis
Barrios Cruz, de quien hemos tomado valiosa información para
hilar esta nota sobre Federico Rodríguez Rodríguez, nos dejó la
siguiente pincelada sobre su colega y amigo:
La personalidad del doctor Federico Rodríguez Rodríguez me-
rece ser ampliamente analizada desde varios puntos de vista y
habrá de ser contemplada según los aspectos específicos de las
múltiples actividades desarrolladas a través de su fecunda exis-
tencia. Quienes no lo conocían bien o simplemente no lo cono-
cían llegaban a pensar a primera vista que se trataba de persona
7
poco accesible, pero, al poco tiempo, habían de comprobar todo
lo contrario. Tanto es así que una de sus principales características
era la de mantener excelente humor y gracejo en chistes y cuentos
que llevaban a estruendosas carcajadas de él mismo y del coro de
amigos y compañeros que lo escuchaban y festejaban. Siempre
estaba a la caza de situaciones de diversa índole jocosa para hacer
el chiste.
Federico Rodríguez Rodríguez supo llevar con dignidad los
mundos de la política, la ciencia, la literatura y la música, en los
días del amanecer democrático, después de haber estado en el
exilio. Se desempeñó como Gobernador del estado Miranda. A
raíz del derrocamiento del Presidente Rómulo Gallegos había sido
electo diputado suplente en 1947 de la Asamblea Nacional Cons-
tituyente, pero será enviado a la cárcel y luego expulsado del país,
residenciándose en la ciudad de New York, donde ejerció su pro-
fesión de médico cirujano en prestigiosos centros asistenciales.
Recordemos que Federico Rodríguez Rodríguez se había gra-
duado de médico en 1950 en la Universidad Central de Vene-
zuela y, al lado de su desempeño como profesor, sus inquietudes
científicas lo llevaron a desarrollar valiosas investigaciones, consi-
deradas por los entendidos de gran utilidad en el campo de la me-
dicina. Asimismo, además de publicar trabajos científicos, dejó,
en el campo literario, la obra Cuatro cuentos en prosa y uno en verso
y en el campo musical la letra de “Barlovento adentro”, composi-
ción a la que le colocó música Benito Galarraga, destacado edu-
cador, melómano y director; de una dilatada obra civilizadora en
San José de Río Chico y fundador de la orquesta “La Edénica” de
la Escuela de música y del conjunto folclórico “Barlovento”.
En 1947, en el Segundo concurso anual de cuentos del diario
“El Nacional”, entre los ganadores del tercer premio se encontraba
Federico Rodríguez Rodríguez con el cuento El inmigrante. Este
honor lo compartió con Gustavo Díaz Solís y Guillermo Mene-
ses. En el cuento que ustedes leerán a continuación, se enterarán
de cómo a Crucito Perdomo se lo llevó el Encanto.
De Carlos Arocha Luna, hijo de la población tuyera de Chara-
llave, les dejamos el cuento Lealtad probada. Su autor narra con
8
lenguaje sencillo, la amistad sellada en la muerte, entre dos recios
trabajadores del pueblo: Juan de Dios y Matías, a quienes el mula-
to Moronta los persiguió hasta verlos en la urna, como hacían los
capataces con los esclavos. Las campanas de una iglesia se convier-
ten en el punto de referencia para que uno de los protagonistas del
cuento, Juan de Dios, reaccione y vengue a su amigo Matías.
Al morir Carlos Arocha Luna, médico, cuentista, parlamentario,
poeta, José Del Vecchio, su coterráneo, señalaría:
Lo más admirable en Carlos Arocha Luna era su sencillez, su mo-
destia y su firme convicción de luchar por una Venezuela mejor
en todos los órdenes. Como su compañero de infancia, colega y
amigo, supe valorar siempre sus principios y su amor por Venezue-
la. Los Valles del Tuy pierden un hijo que dignificó a esos pueblos,
por su inteligencia y su dedicación al servicio de la comunidad, y
Venezuela a un gran ciudadano.
Este ciudadano ilustre de Charallave, Municipio Autónomo
Cristóbal Rojas, nació en el hogar formado por Dolores Luna de
Arocha y J.J. Arocha Egui. Sus estudios de educación primaria
los cumplirá en la escuela que regentaba el maestro Pulido Ferra-
ra; después de culminar el bachillerato ingresa en la Universidad
Central de Venezuela; se graduó de médico en 1948 e integró la
promoción Dr. Domingo Luciani, trasladándose a su pueblo natal
a ejercer su profesión.
Al lado de la medicina combinó la literatura y la política. En el
campo literario dejó ensayos y poesía. Es el autor de los himnos de
la Federación Médica, del Colegio Luis Eduardo Egui, del Hospi-
tal Universitario de Caracas y del Seguro Social. Por su gran voca-
ción gremialista y gran sensibilidad social fue galardonado con los
premios “Dr. José María Vargas”, “Patrocinio Peñuela”, “Vicente
Salias”, “Rafael Rangel” y con la Medalla de la Federación Médica
Venezolana.
Entre 1947 y 1948 se lo vio como Diputado de la Asamblea Le-
gislativa del estado Miranda y entre 1975-1979 como Presidente
Jefe del Hospital Universitario de Caracas.
9
Carlos Arocha Luna, sobrino de doña Teotiste Candelaria Aro-
cha de Gallegos, sintió una gran admiración por el novelista Ró-
mulo Gallegos, lo que plasmó en su libro Rómulo Gallegos presen-
cia y perennidad de un símbolo, donde entre otras cosas nos dice:
Rómulo Gallegos es una de las personalidades más relevantes del
pensamiento, de la creación literaria, del espíritu cívico, de la mo-
ral ciudadana, de la dignidad humana y del intelecto en función
creadora en todo lo que ha transcurrido del siglo XX venezolano.
Su vida es polifacética por esa razón, porque descolló en múltiples
campos del quehacer humano.
Recordemos, a través del cuento Lealtad probada, a Carlos
Arocha Luna.
10
La tierra se hundió
bajo sus pies
César Gil
Tres cuentos
12
La tierra se hundió bajo sus pies
13
Tres cuentos
14
La tierra se hundió bajo sus pies
15
Tres cuentos
16
La tierra se hundió bajo sus pies
—¡Espere su turno!
—Nosotros somos de Barlovento.
—¡Espere su turno!
—¡Yo soy amiga del doctor Osorio!
—¡Qué espere turno le dije, señora!
Eleuteria sienta a su compadre en un banco de made-
ra. Hay mucha gente esperando turno. Un aire impuro se
advierte en aquella galería de espera. La hediondez axilar
parece adherida a las paredes. Una señora respira fuerte la
ira de su larga espera. Se oye el lloriqueo de un niño que
padece colitis.
—Ese muchacho lo que tiene es ‹‹mayo...››.
En horas de la tarde la espera se torna sofocante. Panaqui-
re abre y cierra los ojos lentamente. Para él ya todo es igual.
Lo mismo le da sentarse que caminar escaleras abajo tras de
los pasos de su comadre. Muchos pacientes abandonan el
campo. Se retiran cansados, con la esperanza de ser atendi-
dos al día siguiente.
Eleuteria se arriesga y toca los nudillos en la puerta de un
consultorio. La respuesta se filtra por las rendijas:
—¡Señora, ya le dije que espere su turno!
Son casi las cinco de la tarde. Una voz seca, confundida
entre el bostezo, se asoma por el postigo entreabierto:
—Por hoy se acabaron los turnos... Mañana será otro
día...
—Pero, señorita —le dice Eleuteria...
— Mañana será otro día...
—Yo quiero ver al doctor Osorio —grita Eleuteria
desesperada.
17
Tres cuentos
18
La tierra se hundió bajo sus pies
19
El Encanto
Federico Rodríguez Rodríguez
El Encanto
21
Tres cuentos
22
El Encanto
23
Tres cuentos
24
El Encanto
25
La lealtad probada
Carlos Arocha Luna
La lealtad probada
27
Tres cuentos
II
28
La lealtad probada
29
Tres cuentos
III
30
La lealtad probada
31
Tres cuentos
IV
32
La lealtad probada
33
Tres cuentos
34
Bibliografía consultada
Arocha Hernández, Benjamín. (1988). Charallave de
recuerdo. Colección Biblioteca de Temas y Autores
Mirandinos. Caracas: Italgráfica.
Hemerografía
Arocha Luna, Carlos. “La lealtad probada”. Texto de la
Tierra. Los Teques. Enero de 1966. No-5.
35
Jesús María Sánchez
Docente en distintas instituciones educativas de Guatire
y Araira, investigador de la historia de estos pueblos
mirandinos. Miembro fundador de la Casa de la
Cultura “Antonio Machado” y del Centro de Educación
Artística “André Eloy Blanco” de Guatire. Integrante
de las Parrandas de “San Juan y San Pedro”. Entre otras
responsabilidades asumió las de director de Cultura,
Secretario General de Gobierno y Gobernador encargado
del estado Miranda.
Ha publicado los trabajos de investigación: Poemas y otros
trabajos de Elías Calixto Pompa; Apuntes sobre Guatire,
Araira, Colonia Bolívar y diversidad de artículos en medios
impresos y audiovisuales mirandinos.
Los tres cuentos compilados en este libro por Jesús María
Sánchez, quien siempre se ha preocupado por preservar
las letras mirandinas, fueron originalmente escritos por
César Gil Gómez, Federico Rodríguez Rodríguez y Carlos
Arocha Luna, talentosos profesionales del periodismo,
la narrativa, la política y la ciencia. El cuento La Tierra
se hundió bajo sus pies, de César Gil Gómez, nos acerca
a la tragedia vivida por un afamado decimista del Tuy
Abajo atacado por una enfermedad. Su comadre Eleuteria
cree poder ayudarlo con un médico en la ciudad. En El
Encanto, Federico Rodríguez Rodríguez refiere cómo a
Crucito Perdomo se lo llevó precisamente El Encanto.
Carlos Arocha Luna, en Lealtad probada, narra la amistad
hasta la muerte de dos recios trabajadores y hombres
del pueblo: Juan de Dios y Matías, a quienes el mulato
Moronta persiguió hasta el final. Aquí las campanas de
una iglesia son punto de referencia para que Juan de Dios
se rebele y vengue la desaparición de su amigo Matías.