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Por: Juan Guillermo García Cortés- maestría en Ética y Filosofía política.

EL GIRO COPÉRNICANO EN KANT

INTRODUCCION

Quizás nos hemos olvidado de nuestra existencia como sujetos históricos que han transitado en el
limitado paso por este mundo mortal. Sujetos, que actualmente continúan careciendo de poseer un
criterio propio y, en cambio, ha desarrollado más hábitos y costumbres materialistas, que proliferan
en el entramado del colectivismo social, donde ambos; (sujeto y sociedad) se ven permeados por
dicho tejido o conjunto del “consumismo desbordado capitalista”. Y que deviene en la historia de
algunos sujetos que crean la experiencia humana y de otros que la padecen en silencio. También,
habitamos con otros tantos que se preguntan por todos los fenómenos naturales o planteamientos
filosóficos, de organización, razón, empirismo, entre otros; cuyos planteamientos y pensamientos
ensamblan adecuadamente en la maquinaria social. Pensamientos existenciales, idealistas,
materialistas, estructuralistas, pos y pres y todas las ramas científicas, sociales y culturales,
matemáticas, químicas o físicas que se quieran enumerar y sirvan para enriquecer el conocimiento
humano; aportando a la conservación y desarrollo igualitario y equitativo de la especie.

Tal vez el verbo olvidar sea extremista, pero algunos no podemos omitir el hecho de sentir que nunca
hemos tenido un sólido punto de partida científico, que parte del supuesto donde se debería tener
permitido razonar, y expresar libremente el cotidiano hecho de que sencillamente no lo hacemos, no
pensamos por nosotros mismos y ,simplemente, no nos importa. A tal punto, de ser un error inveterado
en muchas concepciones filosóficas, de costumbres y verdades universalizadas científicamente. Y es
que, todo lo que sucede en el mundo, como las jerarquías que parecen inminentes, o la legislación
consumista apoderándose de instrumentos políticos constitucionales para deshumanizar las
responsabilidades de los estados, obliga a replantearse un nuevo interrogante, de si ¿esta cotidianidad
consumista de la “modernidad racionalista” tiene que ver con el deterioro de la humanidad?
(Touraine)

El presente ensayo, tratara de responder este y otros interrogantes tales como ¿podría encajar el sujeto
consumista moderno en el imperativo categórico kantiano? Dependiendo de los aportes del
pensamiento propio e impersonal para la elaboración de esta investigación que servirán de apoyo para
acercarnos a una respuesta más precisa. Se limitara a justificar toda teoría apoyada en las razones
kantianas, ideas vistas en clase, que, junto a otros textos, aportaran una vasta fuente de estudio que se
estima llevar a cabo a través de dichos planteamientos de problemas, como lo es el preguntarse: si el
categórico de consumidor que constriñe al ser humano a continuar en una ceguera total de la verdad
sobre su condición y posición en la sociedad, ósea por debajo de otros sujetos, como lo son las
instituciones, entonces, ¿será posible encajar en el rol del sujeto consumista moderno dentro de una
aporía del poder irresoluble que siempre dicta los límites del conocimiento y restringe la información
para que este no salga de su posición de idiota útil al capital?.

Se partirá de algunas obras de Immanuel Kant, por tratarse este seminario del mencionado filósofo
alemán. Además, se abordaran los hechos por los que el pensamiento sobre el sujeto constituyente
kantiano del siglo XVIII sigue siendo el modelo del sujeto actual. Por el llamado “giro copernicano”
con el que se cambió radicalmente la perspectiva del conocimiento entre el objeto conocido y el sujeto
cognoscente en la filosofía tradicional. Pero, ¿a qué se refiere Kant cuando habla del sujeto
constituyente? Esta y otras preguntas serán destinadas a responderse desde la cosmovisión Kantiana.

Analizaremos el aporte de las diferentes cosmovisiones del universo que la ciencia nos ha ofrecido
en cuanto a la relación sujeto-objeto, donde el mundo pasó de ser visto como una estructura estable
para el sujeto de la edad media, donde metafóricamente podemos enmarcar la situación de aquel
espacio-tiempo como en un rompecabezas, donde las piezas faltantes eran suplantadas por otras que
argumentaban los vacíos filosóficos con cualquier explicación divina. Y el sujeto pasa a ser estudiado
desde una visión más científica y por tanto la cosmovisión más relevante en la humanidad,
especialmente, para la historia intelectual de Occidente y de la que se tratara desde la perspectiva
kantiana; hablo por supuesto del cosmos de “la ilustración”.

Por último, el presente ensayo pretenderá crear conciencia en el lector y permitirá plantear e
interpretar algunas de las teorías de distintos pensadores, como por ejemplo; (David, 1975-1967)
(1711-1776), que en su (investigación de los límites del entendimiento de las ediciones de L. A.
Selby-Bigge, Oxford, 1975 y 1967) parte del empirismo, y ante Kant, deja muchas interrogantes en
cuanto que expresa que mientras no exista algo que contradiga dicha verdad, se debe tomar la
estadística primaria por el momento. Entonces ¿Y las intuiciones, donde quedan? Intuir para Kant es
una forma de percibir que siempre se da en singular (Alvaréz Ramírez, 2015), y son estos vacíos los
que generan las primeras dudas como nudos que se forman en el lazo del pensamiento de lo
incognoscible, pues recordemos que una intuición nunca se presenta a nivel general, precisamente
por la falta de información ante lo desconocido, y, por qué al intuir se piensa en algo específico, no
en la totalidad del universo.

A continuación me permitiré abordar algunas de las obras y pensamientos científicos del filósofo
alemán Immanuel Kant (1724-1804).
DESARROLLO DEL PROBLEMA

(IMMANUEL KANT Y EL GIRO COPERNICANO)

Kant es el filósofo que da un giro radical a la filosofía, en cuanto empieza a romper los esquemas
tradicionales que se tenían sobre el conocimiento de los objetos o fenómenos que se presentan ante
un sujeto que les perciba a través de los sentidos en su experiencia. Es así, como a este pensamiento
que proponía una nueva cosmovisión del sujeto cartesiano se le alude la metáfora de “giro
copernicano”.

En su estudio del conocimiento de la razón pura, el filósofo va a decir que esos objetos solo se le
presentan a un sujeto cognoscente, porque encuentra en sus categorías del entendimiento o
“intuiciones” (Kant, Crítica de la razón pura, 1798) p.p.262, 2; la sincronía adecuada para el encuentro
entre el sujeto y el objeto. Estas son; el espacio y el tiempo. Estos dos conceptos (Espacio-Tiempo)
se los plantea de forma singular el sujeto que conoce. Así, se da el medio y las condiciones en dicha
relación. Creo que de esto nace la frase hegeliana de “todo lo real es racional y todo lo racional es
real” (Hegel, 1807) , pues el uso de la razón y el sentido común son los medios más aptos para
acercarnos o conocer determinado objeto o fenómeno.

Dice Kant, que solo es posible construir realidades a través de las categorías del entendimiento; ya
que es en este intervalo que se forma la realidad (Kant, Crítica de la razón pura, 1798) p.p 51,2. En
estas categorías se pueden encontrar términos como el de pluralidad, individualidad, generalidades,
entre otras.

Este es el famoso giro copernicano de Kant, pues como anteriormente mencionaba, el alemán propone
la definición de categorías y dice que “son conceptos de un objeto en general, por medio de los cuales
la intuición de este es considerada como determinada, con respecto a una de las funciones lógicas en
los juicios. Así, la función de un juicio categórico se da en la relación del sujeto con el predicado
(Kant, Crítica de la razón pura, 1798) p.272

CONCEPTOS DEL ESPACIO-TIEMPO, EL INFINITO Y LA JUSTICIA COLECTIVA E


INDIVIDUAL

Ya que abarcamos el tema del infinito, la etimología de dicho concepto es una idea errada en el
habitual existir de las personas, pues muchos piensan que es un número y este no es más que lo
anteriormente dicho; un concepto. Un concepto matemático que nos ayuda a explicar el
funcionamiento del universo e incluso las paradojas que los números no alcanzan a explicar, tal como
sucede en el concepto de justicia que pueda tener cada persona, pues ya sabemos que lo bueno para
algunos es malo para otros y que es más fácil hacer el mal que el bien, esto es algo aristotélico en los
diálogos que abordan el concepto de justicia, aquí, este manifiesta que mientras alguien provea a sus
amigos y familiares de cosas buenas, puede estar haciendo el bien desde el concepto de la
individualidad.

El tiempo, sea objetivo o subjetivo, no es real, ni sustancial, ni accidental, sino, que según Kant este
es una forma a priori de conocer o intuir el resultado de un determinado hecho antes de poner en
practica la experiencia; el tiempo es un principio formal.1 En la crítica de la razón pura, Kant habla
de los juicios morales o del deber ser. Afirma que en la ética los juicios se vuelven éticos al pertenecer
a la moral, de acuerdo con (Rawls, 1993); p.p 87,1; 92,3; la concepción de justicia se da en la moral
Kant también afirma que los juicios morales son juicios imperativos, ósea de obligatorio
cumplimiento y reduce estos juicios a 4 rubricas, cada una de las cuales encierra 3 momentos, y puede
representarse en la siguiente tabla:

1
Disponible en:https://jelpalafox.wordpress.com/2012/10/03/formas-puras-a-priori-de-la-
sensibilidad-espacio-y-tiempo/)
12. CANTIDAD
DE LOS JUICIOS
*Universales.

*Particulares.

*Singulares.

2. 3

RELACIÓN CUALIDAD

*Afirmativos *categóricos

*negativos *hipotéticos

*infinitos *disyuntivos

MODALIDAD

*Problemáticos.

*Asertóricos.

*Apodícticos.

LA ILUSTRACION

En 1784, Kant publica un ensayo sobre ¿qué es la ilustración? Este articulo habla de que la ilustración
es la salida de condición de menor de edad del hombre a la que el mismo se ve sometido por los
alcances de su propio entendimiento. La pereza y cobardía son causas de las que el hombre se siente
conforme en esa minoría de edad de la cual cualquiera puede aprovechar, cosificando al menor de
edad a voluntad de lo que le quiera enseñar su tutor, que obviamente quera mantenerse en ese puesto
por encima del alumno. (Kant , Qué es la ilustración)

2
(Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, 1785- 1921) p.224
En la época del consumismo como imperativo fundamental de las constituciones estatales a favor del
sistema monetario político-industrial se carece de una virtud, la cual es la humildad de conocimiento,
y esto se debe a la soberbia de las mayorías que de igual forma caminan en el sendero de la esclavitud
y directo al espectáculo de sombras en la que todos los simples mortales nos vemos obligados a
presenciar.

(Touraine) En su crítica a la modernidad manifiesta que el bien y el mal se definen en las conductas
sociables. O lo hecho por el mismo humano. “el mal es la dominación del hombre por el hombre y la
transformación de este en un objeto o equivalente monetario”. En este ensayo el autor dice que uno
de los pasos para alcanzar la modernización es el famoso camino sin salida del individualismo. Este
individualismo capitalista moderno no se debe confundir con una modernización racional entre
hombres, pues la idea que tenemos sobre modernidad se encuentra oculta detrás de un discurso
positivista de la hegemonía que dicta las reglas de convivencia y límites de la libertad, pero que no
hay que caer tampoco en los falsos discursos, como por ejemplo el de la antimodernidad, el cual solo
vendría a ser un distractor de la búsqueda de las verdaderas soluciones sociales.

Kant se hace dos preguntas; la primera trata de ¿Qué es la Ilustración? Y la segunda se platea si
¿vivimos en una época ilustrada?

Como ya dijimos, el filósofo alemán cree en que la ilustración es la forma que tienen los hombres
para emanciparse de la inmadurez a la que le sometan sus gobernantes y que a pesar de lograr
liberarse del yugo de la opresión intelectual, pienso que la ridiculización y la falta de apoyo son dos
de las armas que el poder imperante a utilizado en contra de los que hablen y piensen más allá de los
interese de quien controla el pensamiento. A la segunda interrogante Kant respondería que no nos
encontramos en una época ilustrada, más si, en una época de ilustración en la cual los hombres en su
condición de sometidos ven los dogmas implantados por un determinado orden; en la época de Kant
podría ser la iglesia, en la nuestra encajaría perfectamente el consumidor que quiere adoctrinar el
sistema capitalista a través de sus políticas públicas.

Según John Bordley Rawls (1921-2002) “la idea de la emancipación intelectual traería como
consecuencia una emancipación política”.

EL IMPERATIVO CATEGORICO

Como se cita en (Kant, Fundamentación de la metafísica de las costumbres, 1785- 1921). La máxima
es el principio subjetivo de obrar, y debe distinguirse del principio objetivo; esto es, la ley práctica.
Aquél contiene la regla práctica que determina la razón, de conformidad con las condiciones del
sujeto (muchas veces la ignorancia o también las inclinaciones del mismo); es, pues, el principio
según el cual obra el sujeto. La ley, empero, es el principio objetivo, válido para todo ser racional; es
el principio según el cual debe obrar, esto es, un imperativo. (Kant, Fundamentación de la metafísica
de las costumbres, 1785- 1921) pág 47,7

Por tanto, hemos de comprender que el imperativo categórico es el único que se expresa en ley
práctica, y los demás imperativos pueden llamarse principios, pero no leyes de la voluntad; porque lo
que es necesario hacer sólo como medio para conseguir un propósito cualquiera, puede considerarse
en sí como contingente, y en todo momento podemos quedar libres del precepto con renunciar al
propósito, mientras que el mandato incondicionado no deja a la voluntad ningún arbitrio como
respecto al objeto y, por tanto, lleva en al aquella necesidad que exigimos siempre en la ley. (Kant,
Fundamentación de la metafísica de las costumbres, 1785- 1921) p.p 46,2

Entonces, ¿el sujeto consumista moderno podría encajar como un imperativo categórico kantiano?

-Teniendo el propósito de llegar a esto, es importante dejar sentada la advertencia: que a nadie se le
ocurra derivar la realidad de ese principio de las propiedades particulares de la naturaleza humana.
(Kant, Crítica de la razón pura, 1798) p.p 50,3; 51,1; explica que, El deber ha de ser una necesidad
práctico-incondicionada de la acción; ha de valer, pues, para todos los seres racionales -que son los
únicos a quienes un imperativo puede referirse-, y sólo por eso ha de ser ley para todas las voluntades
humanas. En cambio, lo que se derive de la especial disposición natural de la humanidad, lo que se
derive de ciertos sentimientos y tendencias y aun, si fuese posible, de cierta especial dirección que
fuere propia de la razón humana y no hubiere de valer necesariamente para la voluntad de todo ser
racional; todo eso podrá darnos una máxima, pero no una ley; podrá darnos un principio subjetivo,
según el cual tendremos inclinación y tendencia a obrar, pero no un principio objetivo que nos obligue
a obrar, aun cuando nuestra tendencia, inclinación y disposición natural sean contrarias.

Pero si el principio u ordenanza es de carácter objetiva y de estricto cumplimiento, como por ejemplo;
lo es cotizar a la salud para una oportuna atención y lo que el cotizante se encuentra es un deficiente
servicio que se enriquece a costas de la negación de ese oportuno servicio, y que además, es financiado
y protegido por la ley política nacional e internacional, aquí, es donde personalmente considero que
si no existe una forma de negarse sin recibir un trato diferente en la atención o beneficios que pueda
percibir y que otros si, generando una exclusión, entonces sí, considero que el consumidor si puede
ser catalogado como un imperativo político e institucional.
Así, pues, el principio de toda voluntad humana como una voluntad legisladora por medio de todas
sus máximas universalmente, si, en efecto, es exacto, sería muy apto para imperativo categórico,
porque, en atención a la idea de una legislación universal, no se funda en interés alguno y es, de todos
los imperativos posibles, el único que puede ser incondicionado, o aún mejor, invirtiendo la oración:
si hay un imperativo categórico (esto es, una ley para toda voluntad de un ser racional), sólo podrá
mandar que se haga todo por la máxima de una voluntad tal que pueda tenerse a sí misma al mismo
tiempo como universalmente legisladora respecto del objeto, pues sólo entonces es incondicionado
el principio práctico y el imperativo a que obedece, porque no puede tener ningún interés como
fundamento. Y no es de admirar, si consideramos todos los esfuerzos emprendidos hasta ahora para
descubrir el principio de la moralidad, que todos hayan fallado necesariamente. Velase al hombre
atado por su deber a leyes: más nadie cayó en pensar que estaba sujeto a su propia legislación, si bien
ésta es universal, y que estaba obligado solamente a obrar de conformidad con su propia voluntad
legisladora, si bien ésta, según el fin natural, legisla universalmente. Pues cuando se pensaba al
hombre sometido solamente a una ley (sea la que fuere), era preciso que esta ley llevase consigo algún
interés, atracción o coacción, porque no surgía como ley de su propia voluntad, sino que esta voluntad
era forzada, conforme a la ley, por alguna otra cosa a obrar de cierto modo. Pero esta consecuencia
necesaria arruinaba irrevocablemente todo esfuerzo encaminado a descubrir un fundamento supremo
del deber. Pues nunca se obtenía deber, sino necesidad de la acción por cierto interés, ya fuera este
interés propio o ajeno. Pero entonces el imperativo había de ser siempre condicionado y no podía
servir para el mandato moral. Llamaré a este principio el de la autonomía de la voluntad, en oposición
a cualquier otro que, por lo mismo, calificaré de heteronomía. (Kant, Fundamentación de la metafísica
de las costumbres, 1785- 1921) p.p 57,3; 58,1-2 En cuanto al segundo problema planteado en el
presente ensayo, sobre si: ¿será posible encajar el rol del sujeto consumista moderno dentro de una
aporía del poder irresoluble que siempre dicta los límites del conocimiento y restringe la información
para que este no salga de su posición de idiota útil al capital?

Kant responde que suponiendo que haya algo cuya existencia en sí misma posea un valor absoluto,
algo que, como fin en sí mismo, pueda ser fundamento de determinadas leyes, entonces en ello y sólo
en ello estaría el fundamento de un posible imperativo categórico, es decir, de la ley práctica. Y que
el hombre, y en general todo ser racional, existe como fin en sí mismo, no sólo como medio para usos
cualesquiera de esta o aquella voluntad; debe en todas sus acciones, no sólo las dirigidas a sí mismo,
sino las dirigidas a los demás seres racionales, ser considerado siempre al mismo tiempo como fin.
Todos los objetos de las inclinaciones tienen sólo un valor condicionado, pues si no hubiera
inclinaciones y necesidades fundadas sobre las inclinaciones, su objeto carecería de valor. (Kant,
Fundamentación de la metafísica de las costumbres, 1785- 1921)p.p 53,2-3.
(Rawls, 1993) En su obra “liberalismo político” en su segunda conferencia “los poderes de los
ciudadanos y su representación” se plantea el interrogante de ¿Cuál es la concepción de justicia más
apropiada que se debe aplicar en dicha pluralidad socio-cultural-economico-politica entre ciudadanos
libres e iguales? Y para responder esta problemática, el autor reflexiona tanto a modo individual como
de manera colectiva, pues el puente de la inequidad social es cada vez más largo. Pero y ¿Cómo salir
de esto? (Rawls, 1993) , afirma, que la respuesta está la politización del concepto de justicia.

El mismo autor sobre lo razonable y lo racional expresa que los encargados de razonar en beneficio
de una determinada comunidad, son; los políticos, encargados del sostenimiento de una
responsabilidad política y social. Sin embargo, lo racional es diferente a lo razonable.

Continua (Rawls, 1993), Los agentes racionales, como los políticos o gobernantes que tienen
capacidad de decidir por el bienestar general de muchos que carecen de sensibilidad moral como idea
subyacente en el compromiso de cooperar colectivamente. También, los conceptos de racional y
razonar no derivan una de la otra, ya que existen varias ideas de racionalidad y cada una está ligada
a su capacidad moral en encontrar un sentido de justicia, por lo que lo razonable se encuentra en el
concepto de una idea de reciprocidad.

El hecho de que nos encontremos en una aporía como sujetos de consumo para la sostenibilidad del
sistema requiere de la cooperación social entre ciudadanos, esto debe brindar los frutos necesarios,
como lo es el reconocimiento público, al cual todo estado nación debería darlo a conocimiento
público. En este sentido, (Rawls, 1993) no propone acabar con las desigualdades sociales, pues estas
son palpables en la cotidianidad, este plantea un modelo de justicia que nos permita convivir entre
todas esas desigualdades. Siempre y cuando redunden en el beneficio de los menos afortunados.
Redistribuyendo de manera desinteresada los bienes que se suponen son de todos y acordando dejar
atrás todos los bienes terrenales para una nueva distribución.

LAS JERARQUÍAS

La razón es un instrumento calculador que crea divisiones y jerarquías artificiales que solo sirve para
romper lazos sociales para esclavizar al hombre en un espejismo de individualidad.

En la eterna rivalidad que obliga a unos sujetos distraer a otros para gobernarlos bajo intereses
perversos que solo benefician a unos pocos nos transporta del pensamiento maquiavélico al
pensamiento newtoniano que nuevamente hace el llamado a concientizar a ambos extremos, ricos y
pobres y despojarse de todo bien material, poder objetivo y subjetivo y conciliar definitivamente un
acuerdo de convivencia pacífica y armoniosa.

Este cambio de pensamiento se da en la revolución intelectual científica del sigo XXVII, con
personajes como Bacón, galileo, Copérnico e incluso descartes. Que se atreven a pensar más allá de
lo establecido y cambian todo el paradigma aristotélico teleológico por una nueva cosmovisión más
exacta y recurrente de las ciencias matemáticas y la razón, y a pesar de todo la condición del sujeto
moderno no ha mejorado ya que continua arbitrariamente forzado a vivir en un cautiverio intelectual
privado de un conocimiento que no es apto para todos.

IDEA DE UNA HISTORIA UNIVERSAL CON PROPÓSITO COSMOPOLITA

En Colombia se podría auto reflexionar sobre si existe el gusto por desempeñar correcta o moralmente
la función estatal de gobernar adecuadamente. Kant hace el llamado a la polis cosmopolita para que
los dirigentes gobiernen correctamente, bajo unas costumbres sanas y rutinas nobles. Pues hay una
racionalidad en la historia, como la hay en la naturaleza. En el texto de 1784, Kant advierte que las
tareas o deberes como sociedad no caerán servidas del cielo, porque los hombres no se mueven como
los animales por puro instinto, pero tampoco con arreglo a un plan acordado, como ciudadanos del
mundo, por lo que, es difícil suponer la existencia de un propósito racional en los sujetos que habitan
en el mundo, ya que, Las disposiciones naturales de una criatura están destinadas a desarrollarse de
manera completa y adecuada.

En su segunda fase Kant dice que el hombre como criatura racional de las disposiciones naturales
apunta al desarrollo pleno de la racionalidad y estas sólo se desarrollan completamente en la especie
y no en los individuos.

En la tercera El hombre debe permitir que las últimas generaciones cosechen el trabajo de las
anteriores.

En su cuarta fase manifiesta que el medio del que se sirve la naturaleza para impulsar al hombre para
que alcance su pleno desarrollo es el antagonismo o (enfrentamiento) entre los hombres.

La quinta es La tarea más difícil del género humano, a cuya solución le obliga la naturaleza, estriba
en llegar a constituir una sociedad civil, regulada por el derecho o politización de la justicia.
La sexta fase El hombre es un animal que necesita de un señor, una autoridad, que le quebrante su
propia voluntad y le obligue a obedecer a una voluntad valedera para todos. De lo cual ya se abordó
el tema de jerarquización en el presente ensayo.

El problema de la séptima fase habla de la mejor forma de una sociedad civil para estar en buenas
relaciones entre los diferentes pueblos. Mientras éstos continúen estando entre sí en un régimen de
libertad salvaje es imposible que alcancen el bienestar interno

La octava, es la historia de la especie humana puede considerarse como la ejecución de un plan secreto
de la naturaleza. El fin último de este plan de la naturaleza es el establecimiento de un Estado de
ciudadanía mundial o cosmopolita.

En la novena, Tal ensayo constituye una justificación última de los planes de la naturaleza, o mejor
de la providencia. La historia busca que su desarrollo sea comprendido y reflejado en un ensayo
filosófico.

CONCLUCIONES

¿Qué se plantea conocer Kant?

Precisamente conocer a la razón pura, ósea el conocimiento que alcance el sujeto idealista cartesiano,
del cual, no solo parten ciencias como el psicoanálisis, sino, una serie de perspectivas distintas a este
sujeto. En mi experiencia personal, cuando me hablan de Kant lo primero que se me viene a la mente
es el concepto de primera persona de un videojuego. Que en su historia personal, va conociendo y
experimentando distintas formas de la realidad que se le presenta.

En otras palabras, este sujeto moderno, en cuanto a conocer y ser conocido en ideas subyacentes como
razonar y racionar necesita que algo se le manifieste en su experiencia.

Entonces, de no haber recorrido terrenos que brinden los medios probatorios necesarios para
encuadrar al sujeto moderno en un imperativo categórico de consumidor al menos estamos próximos
a ello.
Bibliografía
Alvaréz Ramírez, W. (2015). Las formas de la imaginación en Kant. Práxis Filosófica, 35-62.

David, H. (1975-1967). Investigación de los límites del entendimiento. Oxford: L.A Selby-Bigge.

Hegel, G. (1807). La Fenomenología del espiritú. Derrida en castellano.

Kant , I. (s.f.). Qué es la ilustración. el espectador.

Kant, I. (1785- 1921). Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Madrid.

Kant, I. (1798). Crítica de la razón pura. Berlin.

Rawls, J. (1993). Liberalismo Político . México: Fondo de cultura económica.

Touraine, A. (s.f.). la crítica de la modernidad. México: fondo de cultura económica.

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