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que, aunque desarrollada para cromatografía en fase gaseosa, es razonable considerar que el
ensanchamiento de las bandas en CL se debe al mismo tipo de factores. La resolución en
cromatografía líquida se mejora al disminuir el tamaño de las partículas de la fase estacionaria,
lo cual, en primer lugar, reduce el término A de la ecuación de van Deemter, ya que las
trayectorias seguidas por la fase móvil son más uniformes en el caso de partículas de menor
tamaño. En relación con la difusión longitudinal, B/u, este término es importante en cromatografía
de gases, pero como la difusión es mucho más lenta en los líquidos, el ensanchamiento de las
bandas por este motivo en CL solo es significativo cuando la velocidad de flujo es excesivamente
lenta. El término de resistencia a la transferencia de masa, Cu, es fundamental, ya que, con
velocidades de flujo elevadas, se conseguirán bajas resoluciones, al menos que la transferencia
de solutos entre las fases móvil y estacionaria sea muy rápida. A esto colabora decisivamente la
reducción del tamaño de las partículas de la fase estacionaria. Los materiales que normalmente
se utilizan en cromatografía líquida convencional están constituidos por partículas de tamaño
relativamente grande (150 µm ó más) y con poros profundos, como se representa en la (Figura
1. a.). Estos poros se llenan con porciones estancadas de fase móvil y es posible que las
moléculas de soluto penetren en ellos a una profundidad tal que su regreso por difusión al líquido
móvil sea lento. Esto es favorable en CL convencional, que trabaja con lentas velocidades de
flujo, pero cuando se opera con velocidades de flujo elevadas, se origina un ensanchamiento de
bandas excesivamente grande.
Figura 1: Columnas y fases estacionarias en CL. a) CL convencional. b) HPLC con partículas
peliculares. c) HPLC con partículas microporosas.
Los primeros intentos satisfactorios para mejorar las prestaciones en el sentido indicado,
condujeron a la utilización de fases estacionarias de partículas peliculares, constituidas por
partículas esféricas de un material sólido no poroso (frecuentemente bolitas de vidrio de unos 40
µm de diámetro) recubiertas de una capa superficial porosa y de espesor muy pequeño (entre 1
y 3 µm ). Esta capa puede ser gel de sílice, alúmina o geles de poliamida (figura 1.b.). De esta
forma, la presencia de poros superficiales facilita considerablemente el proceso de transferencia
de masa. Sin embargo, debido al pequeño espesor de la película porosa, el volumen de la fase
estacionaria, VS, es pequeño, por lo que este tipo de columnas no resultan adecuadas para
cromatografía preparativa. En época relativamente reciente se ha incrementado el uso de una
nueva generación de materiales de partículas micro-porosas con tamaños inferiores a 30 µm y
que son totalmente porosos (figura 1.c.). Estas fases estacionarias no pueden conseguirse
mediante simple pulverización, ya que de esta forma se obtienen partículas muy irregulares, sino
que requieren la utilización de una tecnología diferente. En cualquier caso, tanto con partículas
peliculares como con partículas micro-porosas, el precio a pagar es la elevada resistencia al flujo.
Por ello, es necesario utilizar presiones elevadas para forzar el paso de líquido a través de la
columna. Normalmente, se requieren presiones que pueden llegar a ser de hasta 200 atmósferas
para velocidades de flujo de 0.5 a 5 mL/min. La utilización de columnas de pequeño diámetro
presenta ciertas ventajas, sobre todo en análisis de trazas, si bien, aunque la reducción del
diámetro de la columna a niveles capilares también aumenta la resolución, tales columnas no
son de uso común en HPLC.
INSTRUMENTACION
Los componentes básicos de un sistema para HPLC se han representado esquemáticamente
en la figura 2. y son:
* Depósitos para la fase móvil.
* Sistema de bombeo para proporcionar presión a la fase móvil.
* Dispositivo para la introducción de la muestra.
* Columna cromatográfica.
* Detector.
* Sistema para el tratamiento de datos y registrador.
Como algunas fases móviles usadas en HPLC pueden ser químicamente activas, como ácidos,
bases o líquidos corrosivos, es esencial que los componentes del sistema estén fabricados con
materiales resistentes a esos posibles ataques. La mayoría de las partes del cromatógrafo en
contacto con la fase móvil suelen estar fabricadas con acero inoxidable, previamente pasivado
con ácido nítrico 6 M, de forma que en esas condiciones, su superficie es resistente al ataque de
la mayoría de los disolventes, con excepción del ácido clorhídrico. Las mayores ventajas del
acero residen en su coste relativamente bajo, la facilidad para construir con él los distintos
componentes y la resistencia mecánica, lo que permite operar a presiones muy elevadas.
INTRODUCCION DE LA MUESTRA
Las características físicas de las columnas usadas en HPLC (longitud, diámetro) se han indicado
anteriormente (ver figura 1.), así como los tamaños de las partículas que constituyen la fase estacionaria
(partículas peliculares, partículas micro-porosas). En cuanto a la resolución, lo normal es operar con
columnas que tienen entre 40000 y 60000 platos teóricos por metro.