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PROGRAMA POLÍTICO
ASAMBLEA DE REFUNDACIÓN. 26 JUNIO 2010
Izquierda Unida Federal
Dirección: C/ Olimpo 35, 28043 Madrid
Teléfono: 917227500
Fax: 913880405
Página web: www.izquierda-unida.es
ÍNDICE
EJE 5. FEMINISMO
1. DERECHOS POLÍTICOS, DEMOCRACIA PARITARIA Y PRESUPUESTOS PARTICIPATIVOS.......................................................42
2. DERECHOS SOCIALES Y ECONÓMICOS DE LAS MUJERES.........................................................................................43
3. MUNICIPIOS LIBRES DE VIOLENCIA DE GÉNERO Y DE EXCLUSIÓN SOCIAL.....................................................................43
4. DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS........................................................................................................44
FRENTE A LA CRISIS,
ALTERNATIVAS DESDE
LA IZQUIERDA
El debate sobre el origen de la crisis no es inocente. Justifica las medidas que se toman o que se dejan de tomar. Es-
tamos en una crisis profunda de la economía real (para nosotros no habrá brotes verdes de la salida de la crisis hasta
que no se esté creando empleo significativamente) y se trata, esencialmente, de una crisis de demanda. Una crisis de
demanda no es algo nuevo en el sistema capitalista. Las formas de salida son conocidas: hay que aumentar el con-
sumo privado, la inversión pública selectiva y el gasto público.
Por el contrario, el Gobierno plantea medidas de ajuste duro que cargan sobre pensionistas, trabajadores públicos, per-
sonas dependientes y parados el peso de la reducción drástica del déficit público. Los mercados financieros, a través
del FMI, están dictando la política económica y no van a parar. Tras las medidas del tijeretazo, está la reforma labo-
ral por decreto, el copago de la seguridad social, las pensiones privadas...
Políticas de ajuste que siguen las mismas recetas neoliberales que el FMI ha ido imponiendo en otros países con un
resultado desastroso. No hay ninguna demostración empírica ni científica de que estas políticas de “calmar a los mer-
cados” mediante la liberalización de la economía, la flexibilización laboral y la privatización de servicios sirvan para
nada más que para aumenta la tasa de ganancia de los especuladores en detrimento de las rentas del trabajo y la de-
pauperización de las cuentas públicas.
El consumo está disminuyendo y aumentando el ahorro, lo que indica que los incentivos adoptados no van a favor de
las rentas más bajas de la sociedad. El gasto público se quiere disminuir hasta en 65.000 euros y la inversión pública
se está reduciendo. Las fórmulas de inversión público/privado que pretende el anteproyecto de Ley de Economía Sos-
tenible van en la dirección de potenciar los megaproyectos que han sido funcionales con el nocivo desarrollo del ca-
pitalismo español y con el modelo productivo fracasado.
Los últimos datos sobre la evolución del paro, las propuestas del Gobierno a la Comisión del Pacto de Toledo para el
Sistema Público de Pensiones, el paquete de medidas de ajuste adoptado por el Gobierno, el objetivo de privatización
de las Cajas de Ahorro, las orientaciones gubernamentales de la reforma laboral marcan un nuevo contexto estraté-
gico a medio plazo y largo plazo. El Gobierno acepta sin titubeos una fuga hacia delante con un proyecto que es com-
pletamente funcional con los intereses capitalistas y el modelo neoliberal de desarrollo del capitalismo.
En este marco es en el que se realiza esta Asamblea de Refundación, que tiene como objetivo ir construyendo el
acuerdo sobre una Alternativa Global a la hegemonía del neoliberalismo.
Sabemos que esta construcción no se resuelve con modificaciones legislativas, aunque también. No se resuelve cam-
biando la correlación de fuerzas en el Parlamento entre derecha e izquierda y en el seno de la izquierda, aunque tam-
bién. Se resolverá esencialmente con la movilización social y la participación ciudadana.
Esto no es difícil; el propio desarrollo de las fuerzas productivas y la crisis del sistema hacen que medidas, que pu-
diéramos calificar como “reformistas”, hoy tengan un calado profundamente transformador. Es el caso, por ejemplo,
de la banca pública, que durante muchos años fue compatible e incluso favorecedora del desarrollo capitalista. Hoy
puede resultar inasumible para el neoliberalismo, como también lo es una reforma fiscal progresiva.
El fervor de los gobernantes de los países occidentales para reformar la arquitectura financiera internacional parece
haberse ralentizado, pese al clamor universal para su reforma.
Hoy, volvemos a insistir en la urgencia de tomar medidas elementales contra los causantes de la crisis financiera y que
son imprescindibles para garantizar que el flujo de financiación se dirija a la actividad productiva frente a la simple
especulación:
Recuperar la banca pública, porque la crisis ha puesto en evidencia el coste de renunciar a ella a la hora de
normalizar el crédito. Este espacio financiero público debe responder a una lógica diferente a la del privado.
Regular un tributo, como el que propuso Tobin, que penalice las transacciones financieras a corto plazo y el
uso del “dinero caliente”.
Medidas complementarias para penalizar la especulación financiera y sus beneficios extraordinarios (control de
los movimientos de capital, regulación estricta de los mercados financieros, impuestos de carácter internacio-
nal o creación de instituciones internacionales democráticas).
Prohibir ciertos tipos de instituciones y prácticas financieras; regular las corrientes transfronterizas de capital, espe-
cialmente el capital que no está vinculado a la actividad económica, como el comercio y la inversión directa.
Reformar la gobernanza y las políticas del Fondo Monetario Internacional; reformar el sistema internacional de reserva
de divisas (actualmente el dólar) o un sistema internacional para el arbitraje de la deuda y soluciones para ayudar a
los países en desarrollo con el fin de evitar nuevas crisis de la deuda.
Las resistencias de los que manejan las finanzas internacionales serán enormes, pero es una necesidad imperiosa es-
tablecer regulaciones más exigentes en los mercados financieros, “reprimir” las finanzas especulativas y disponer de
intermediarios financieros públicos que ayuden a garantizar el flujo de financiación a la actividad productiva.
Hoy más que nunca debería ser una prioridad política trabajar para contar con un sistema financiero público estable
y eficiente comprometido con el desarrollo y el bienestar de la ciudadanía.
La resistencia del Gobierno español para admitir que la crisis que soportamos va más allá de una crisis financiera, unido
a la adopción de medidas de rescate de la banca como principal vía para salir de la misma, se han demostrado como
equivocadas e ineficaces, al negarse la Banca a canalizar estas “ayudas” hacia empresas y familias, lo que ha pro-
vocado el cierre de muchas empresas viables y con ello aumentado insoportables el número de desempleados.
Frente al esquema conservador de reestructuración del sistema financiero que plantea el Gobierno, es preciso la re-
generación del sistema financiero recuperando la lógica del servicio público y el establecimiento de nuevas reglas y
mucha mayor disciplina en el sector junto con la aplicación de mecanismos para que el ahorro fluya hacia la activi-
dad productiva. No es posible una regeneración del sistema financiero, acorde con el interés general, desde la lógica
de la banca privada.
Debemos elaborar, a partir de las distintas intervenciones públicas para la reordenación bancaria (FAAF, AVALES y
FROB) y dada la posible repercusión de este último fondo en las Cajas de Ahorro, los ejes de un sistema de Banca Pú-
blica fuerte y una ‘Banca Mixta’ con capital público-privado como instrumentos esenciales para un nuevo modelo pro-
ductivo alternativo al que ha profundizado la crisis en España.
Es necesario que el sector público controle y garantice el buen funcionamiento del sector financiero dada su impor-
tancia, evitando con ello que sus crisis tengan carácter sistémico y la creación de un polo financiero público ante la
creciente oligopolización del sector y una salida de la crisis ligada al servicio de la reconversión productiva del país,
con capacidad de canalizar recursos en función de criterios de largo plazo para crear una nueva estructura sectorial
que obedezca a otra forma de producir, a una racionalidad social y ambiental y laboral.
La reorganización de todo el sistema financiero, no sólo de las Cajas de Ahorro, se ha convertido en una de las exi-
gencias objetivas para la salida de la crisis. Por razones históricas y políticas el papel del sector financiero en España
es más importante que en el resto de los países capitalistas desarrollados. El condicionamiento que la banca privada
ejerce sobre las decisiones políticas es determinante.
Una de las respuestas que el gran capital financiero pretende es una ofensiva para conseguir la privatización de las
Cajas de Ahorro. Las Cajas tienen casi el 50% de los depósitos de ahorro y otorgan casi el 50% de los créditos y el
éxito de esa ofensiva para su privatización representaría la apropiación de recursos más gigantesca de la historia de
España para su gestión en beneficio de intereses privados.
Desde una óptica democrática y popular, el éxito de esa ofensiva implicaría un gravísimo límite para la consolidación
de un nuevo modelo productivo, creador de empleo y ambientalmente sostenible, en el que se reequilibren los pape-
les del mercado y de lo público y en el que pueda consolidarse una gestión democrática de la economía.
La ofensiva del capital financiero para imponer la privatización de las Cajas de Ahorro se centra en ideas:
1. El desprestigio del control público y social de las Cajas con el fin de eliminar o limitar el papel de los repre-
sentantes de las instituciones políticas representativas de la voluntad popular (CCAA y Aytos).
En las Cajas, la tasa de crecimiento del crédito al promotor es la única que ha rebasado con creces el aumento
de los recursos propios (más de 3 veces), con el entusiasmo de sus directivos, el tancredismo político de los
representantes de los partidos y la negligencia culpable de la supervisión del Banco de España. El dinero así
creado ha sido precisamente el que ha inflado la burbuja inmobiliaria y ha llevado al problema actual.
2. La presión política y mediática para completar rápidamente un proceso de fusiones y absorciones entre Cajas
de distintas Comunidades Autónomas, dirigido a liquidar la vinculación subjetiva que los impositores hacen
entre Caja y territorio (con el fin de facilitar pasos posteriores) y a debilitar el control de las Cajas por las ins-
tituciones representativas.
3. La utilización de mecanismos financieros existentes o novedosos (como las cuotas participativas o la utiliza-
ción de bancos-pantalla) con el fin de abrir la puerta a la privatización con la entrada de capital privado con
derechos políticos en las Cajas.
PP y PSOE han acordado abrir un proceso acelerado de fusión de Cajas y realzar cambios en la LORCA para proceder
a la privatización parcial de las Cajas y al debilitamiento del control de las instituciones democráticas.
Este acuerdo nos obliga a acentuar nuestro enfoque de las Cajas de Ahorro como un tipo de Banca Pública.
En ese contexto, defendemos que las Cajas de Ahorro estén vinculadas expresamente a las necesidades de desarro-
llo sostenible de los territorios donde obtienen sus recursos, de acuerdo con las determinaciones de las instituciones
políticas representativas existentes (CC.AA. y Ayuntamientos).
Para ello, proponemos una reforma de la Ley de Cajas (LORCA), en la que se explicite:
Constitución de un Sistema Público de Cajas de Ahorro, vinculado al territorio, bajo la forma de Empresas o Fun-
daciones Públicas de carácter financiero y finalidad social, dependientes de la Comunidad Autónoma de tutela
y mancomunadas a nivel del estado mediante un Sistema Institucional de Protección.
Regulación de las Obras Sociales de las Cajas, que no podrán sustituir las políticas públicas culturales, socia-
les, educativas y de bienestar.
Funcionamiento bajo el principio de rentabilidad social como eje de la operativa de las Cajas.
Garantizar un control democrático de la gestión de las cajas, asegurando el 50% para la representación de la
CC.AA de la que depende cada Caja y de los Ayuntamientos en los que opera y un 20% para los representan-
tes de los trabajadores. El 30% restante deberá asegurar la participación de los impositores y de instituciones
sociales de carácter público.
Los sistemas fiscales propios de los Estado de bienestar tenían como principios ordenadores la equidad y la progresi-
vidad, verdadero mecanismo de redistribución de la renta por medio de ofrecer bienes y servicios públicos financia-
dos por imposición directa, lo que permitía una redistribución de la renta por medio del ingreso (los impuestos) como
por medio del gasto (los servicios públicos). Para ello se establecían tres pilares: imposición personal sobre la renta a
través del principio de capacidad económica; la imposición general sobre el consumo; y las cotizaciones sociales.
Los principios fiscales de inspiración neoliberal suponen un ataque al esquema anterior. De esta forma se pasa a un
sistema fiscal cuyo principio orientador es la búsqueda de ampliar la acumulación de los beneficios y de las altas ren-
tas salariales, pero sobre todo favorable a las rentas de capital, por medio del protagonismo del los impuestos indi-
rectos, tales como el impuesto al consumo, los impuestos especiales, tasas y precios públicos.
De esta forma avanzan hacia un sistema fiscal neutro por medio de: la desfiscalización de las rentas de capital; la so-
breimposición de las rentas de trabajo; la bajada de impuestos directos e incremento de los indirectos y la disminu-
ción del gasto público y de los niveles de bienestar social.
Por último, en la inserción internacional las economías nacionales pierden relevancia, al producirse una desarticula-
ción del ámbito productivo nacional en favor de la creación de unidades de valor integradas en la economía mundial
por medio de las empresas transnacionales. De esta forma los ámbitos productivos nacionales pierden relevancia a favor
de las regiones, las cuales pasan a una política de captación de financiación internacional a través de mecanismos de
desfiscalización que nos han llevado al dumping fiscal.
Frente a ello y para generar una alternativa social a la crisis, tenemos que elaborar una propuesta de reforma fiscal
progresiva que permita liberar los recursos suficientes para crear empleo y superar el déficit social.
Una política fiscal basada en los impuestos directos frente a los indirectos.
Progresividad en el tramo del IRPF, que corrija la actual política de exenciones y deducciones.
Imposición extraordinaria del 50% de los bonos, primas y cualquier otra retribución extrasalarial de los direc-
tivos de instituciones financieras.
Reorientación de la reforma del IVA, eliminando la subida general de tipos y estableciendo un IVA especial al
25% para bienes de consumo de lujo.
Reducción del IVA al tipo reducido en las compras de materiales y productos necesarios para la rehabilitación
de la vivienda.
Suprimir los billetes de 500 euros y reducir a 3.000 euros las cantidades que se pueden pagar en efectivo sin
comunicación a la administración tributaria.
Reforma de las SICAV, que deben tributar como cualquier otra sociedad.
Elevar el tipo impositivo marginal en el último tramo del IRPF del 43 al 50%.
Producen desigualdad en las aportaciones de los contribuyentes, rompiendo los principios de justicia, igualdad y pro-
gresividad del sistema.
El combate contra el fraude fiscal y la economía sumergida es un factor determinante en la corrección del déficit pú-
blico por su importante potencial. El volumen de economía sumergida en nuestro país entre el 23 y el 25% del PIB.
Las consecuencias positivas para la recaudación fiscal de medidas enérgicas y eficaces son evidentes. Una disminu-
ción de esta lacra hacia el entorno de la media europea (12%) representaría una recaudación fiscal aproximada de
unos 4 puntos de PIB.
Para ello, es necesario establecer el objetivo de reducción de la economía sumergida en 3 puntos anuales hasta 2012.
La herramienta fundamental para conseguirlo es la Agencia Tributaria, que debe aumentar sus medios humanos y ma-
teriales buscando la calidad de la inspección más que la cantidad, reformando la metodología, la organización del tra-
bajo y sus competencias.
De esta forma se obtendrían los recursos suficientes para la superación de nuestro déficit social y productivo, y por
tanto, poner las bases para alcanzar nuestro objetivo del pleno empleo ya que se estima en al menos 800.000 el nú-
mero de trabajadores y trabajadoras que no están dados de alta en la Seguridad Social.
Para paliar los efectos de una situación tan dramática, son necesarias medidas de choque para crear empleo a corto plazo:
Plan de Empleo y Formación para los desempleados sin subsidio, que pueda dar cobertura a 850.000 para-
dos, basado en la creación de un puesto de trabajo dependiente de Ayuntamientos y otras administraciones pú-
blicas (ayuda a la dependencia, empleos de proximidad, apoyo a servicios municipales, etc.) durante 5 horas
diarias y 2 horas diarias de formación. Salario 700€ netos. Duración 6 meses prorrogables.
Subvención del 25% del coste de rehabilitación ecológica de viviendas, adaptación a las recomendaciones de
la Inspección Técnica, cambio de canalizaciones, ahorro de y energía, energías renovables etc. Puestos de tra-
bajo estimados: 300.000
Creación de empleo público para asegurar la extensión de la educación. Serían precisos 30.000 profesores de
educación infantil para asegurar el objetivo de alcanzar en 2010 un tercio de la población entre 0 y 3 años (1,6
millones de niños).
Eliminar las restricciones en la oferta de empleo público, creando nuevo empleo en sanidad, inspección de tra-
bajo, agencia tributaria, servicios públicos, etc.
Transformar todas las becas, incluidas las de la Administración, en contratos de trabajo con alta en la Seguri-
dad Social.
Subvencionar las Sociedades de Garantías Recíprocas para gastos de estudio y coste de avales de operaciones
de crédito. Esto permitiría movilizar del orden de 100.000 millones de € en inversión.
Inclusión de la cláusula social en las licitaciones de las Administraciones públicas priorizando pequeñas em-
presas y autónomos, mantenimiento de empleo, gestión ambiental sostenible.
Asegurar el límite de 30 días en el pago por las Administraciones Públicas de las deudas a los proveedores de
bienes y servicios.
Para nosotros y nosotras se trata de un enfoque estratégico. Estamos ante una crisis del sistema pero no creemos que
estemos ante la crisis final del capitalismo. Lo que si vemos como irreversible es la crisis del modelo productivo que
ha materializado el desarrollo capitalista en la formación social española en los últimos decenios. De esa crisis se podrá
salir de diferentes maneras. Nosotros y nosotras queremos abrir la perspectiva de una salida de progreso, favorable a
la mayoría social trabajadora.
Este enfoque estratégico tiene una orientación bien definida: nuestro objetivo es construir una sociedad diferente, su-
peradora del capitalismo y que hemos denominado socialismo del siglo XXI. El nuevo modelo productivo es, esen-
cialmente, un programa de transición hacia esa sociedad.
No se trata sólo de generar una alternativa económica, sino también una alternativa política, social, cultural e ideoló-
gica; una alternativa para la movilización, la acumulación de fuerzas, la participación y la regeneración democrática.
El nuevo modelo que proponemos tiene un carácter eminentemente social y por ello es incompatible con el neolibe-
ralismo. Su objetivo inmediato es equilibrar mercado y Estado, situando la determinación económica en el interés ge-
neral, la creación de empleo estable y de calidad y el desarrollo sostenible desde los puntos de vista humano, social
y medioambiental.
El modelo productivo español no se ha caracterizado solamente por una polarización sectorial hacia la construcción
residencial (espoleada hasta el paroxismo por la especulación) y determinado tipo de servicios (fundamentalmente, la
hostelería de escaso valor añadido).
Además, sus principales rasgos son: salarios bajos y escasa protección social, dependencia tecnológica, grave endeu-
damiento de las empresas y las familias, un muy elevado déficit comercial, alto impacto medioambiental, una fisca-
lidad regresiva insostenible, un elevado porcentaje de economía sumergida y una elevada corrupción inseparable del
desarrollo del sistema.
Esto ha tenido como consecuencias más significativa una elevada polarización de la renta, con un descenso impor-
tante de la participación de las rentas salariales en la renta nacional, un crecimiento del empleo desequilibrado y pre-
cario, un retroceso de la productividad (compensado en los últimos meses por el incremento del paro) y una
degradación ecológica de proporciones incalculables.
Defender lo público y el papel de lo público en la economía. El Estado debe reequilibrar el mercado, no sólo
corregirlo. El Estado debe volver a entrar en la economía, no sólo como salvavidas coyuntural, sino para que-
darse. El Estado y otras formas de propiedad pública y democrática.
Cambiar el modelo de relaciones laborales que es en España el rasgo más negativo del actual modelo. Una parte
esencial del cambio en el modelo de relaciones laborales es la reforma empresarial y no la reforma laboral. Hay
que cambiar la gestión empresarial en este país; hay que penalizar el modelo de salarios bajos, precariedad y
desregulación.
Introducir la democracia en la economía, desde la planificación sostenible del desarrollo hasta la gestión de cada
empresa concreta.
Considerar el pleno empleo, digno y de calidad como el eje determinante del nuevo modelo productivo con po-
líticas de reparto del trabajo y producción sostenible.
Exigir legalmente el cumplimiento de los derechos subjetivos establecidos en la Constitución: derecho al tra-
bajo, a la vivienda, a la salud, a la educación, etc.
Modificar profundamente el sector financiero, recuperando y desarrollando el papel de la Banca Pública y uti-
lizando las Cajas de Ahorro como soportes financieros públicos del desarrollo regional.
Reforma del modelo energético, del uso de los recursos naturales como el agua y la lucha contra el cambio climático.
Recuperar la política para los ciudadanos y la democracia; liquidar la corrupción, reformar el sistema electoral.
Garantizar la eficiencia y el desarrollo de los servicios públicos, con propiedad y gestión públicas, eliminando
las subcontratas y garantizando empleo estable y de calidad.
Cambio radical en la política agraria para que apoye un modelo social de agricultura, productivo y sostenible.
La alimentación debe ser considerada un asunto estratégico.
La democracia económica debe basarse en el papel central de los trabajadores y trabajadores en las propias empre-
sas. Entendemos, como lo hace la CES que:”los sindicatos no queremos jugar un papel solo en la gestión de las con-
secuencias sociales de las reestructuraciones. Para ello, es necesario estar implicados en la vida cotidiana de la
empresa, para influir en la toma de decisiones y que los procesos de información y de consulta no se ciñan exclusi-
vamente a las reestructuraciones, sino que se extiendan a todos los aspectos de la actividad de la empresa, sus de-
cisiones estratégicas y la anticipación de sus consecuencias en el empleo”
Nosotros añadiríamos de intervención y codirección en las empresas. Nos referimos a que los trabajadores y trabaja-
doras tienen que formar parte de las nuevas relaciones de producción, pleno empleo, ampliación y mejora de la ne-
gociación colectiva, igualdad de género, acceso a la propiedad de las empresas que se quieren deslocalizar, poder
sindical en la empresa, información y participación en las decisiones empresariales.
Nos referimos a la participación en los Consejos de Administración, incidencia en los modelos de formación y cuali-
ficación de los trabajadores y en el modelo de Universidad, la recuperación de la negociación, consulta y participa-
ción en la organización interna de las empresas, aumento de la participación de los representantes de los trabajadores,
vía modificaciones legales, en cuantos organismos de inversión, de modelo de política industrial y de I+D+i, se creen.
Para ello proponemos que se reconozca el derecho de los trabajadores y de las trabajadoras a participar en la gestión
de las empresas y en la distribución del excedente empresarial mediante la promulgación de una Ley de Participación
de los trabajadores y sus representantes en la gestión de las empresas.
No estamos hablando de una quimera, sino de una serie de elementos reales que se desarrollan en países de nuestro
entorno, si no fuera así estaríamos nuevamente condenados a otra crisis cíclica del capitalismo, cada vez más profunda.
UN MODELO ECONÓMICO
MEDIOAMBIENTALMENTE
SOSTENIBLE
El modelo económico deseable corresponde a una sociedad de valor añadido, de empleos estructurales de gran duración
ligados a un modelo de producción y consumo ecológicamente sostenible que garantice las necesidades básicas de todos
los seres humanos, sabiendo que éstas son la salud (estado de completo bienestar físico, mental y social) y la autonomía
(no depender de las demás personas), con el objetivo universal de participar satisfactoriamente en la vida social, sin peli-
gro o riesgo para la integridad personal. Y sabiendo que para lograr cubrir esas necesidades es imprescindible alimenta-
ción y agua adecuadas, vivienda, salubridad, ambiente físico, urbano y laboral sano, atención sanitaria apropiada, seguri-
dad física y emocional, seguridad económica, enseñanza básica, embarazo y nacimiento seguros, reproducción y cuidado,
actividad productiva, creación y transmisión cultural, además de organización política participativa. Superando en el caso
español la dependencia de la demanda coyuntural del turismo, la baja cualificación de la construcción, el consumo hasta
la esquilmación de los recursos de suelo, agua y energía, y la excesiva emisión de gases con efecto invernadero.
Es preciso replantear en su raíz la contabilidad del sistema económico. Uno de los criterios de contabilización que se deben
adoptar es la “huella ecológica”, sabiendo que es la superficie de tierra productiva que se necesita para obtener todos los
bienes y servicios consumidos, así como para asimilar la totalidad de los residuos generados, por una población concreta.
Otro elemento de valoración debe ser el Índice de Progreso Efectivo, que refleja el aumento de la calidad de vida de una so-
ciedad en términos monetarios. Diferencia entre las transacciones económicas que añaden bienestar (aumento del bienes-
tar, incremento de los bienes y servicios…) y aquellas que lo disminuyen (agotamiento de recursos naturales no renovables,
paro, accidentes en la carretera, delitos, contaminación, emisiones de CO2, desertificación…) y los referidos a fenómenos
que no tienen registro contable (voluntariado, cuidados, trabajo doméstico,…). Tiene en consideración aspectos de la activi-
dad económica que son ignorados por el PIB. También disponemos del Índice de Desarrollo Humano, una medición por
Estado compuesto por tres parámetros: vida prolongada y saludable, educación y acceso a bienes y servicios.
En el ámbito de la fiscalidad se deben contemplar los tributos ambientales como parte de la necesaria reforma de la con-
tabilidad a partir de criterios ecológicos, así como de una nueva orientación del gasto público con criterios de sostenibili-
dad. Su finalidad principal no es la recaudación, sino incentivar cambios profundos en la producción y consumo insoste-
nibles.
La fiscalidad verde debe gravar las actividades que perjudican el medio ambiente e incentivar las que tengan efectos fa-
vorables. Mejorar los servicios sociales, redistribuir la renta y ser el soporte financiero de la intervención pública en el im-
pulso del modelo productivo medioambientalmente sostenible. Una de sus ventajas es que corrigen las señales incorrec-
tas que proporcionan los falsos precios (p.ej. los bajos precios de los combustibles fósiles), incorporando a los precios los
costes de reposición de los recursos extraídos, de la contaminación, del desequilibrio territorial provocado, etc.
Las subvenciones con efectos ambientales negativos distorsionan el sistema fiscal. Es el caso de las subvenciones direc-
tas al automóvil, al carbón, a la agricultura intensiva, los apoyos a la energía nuclear o las desgravaciones a actividades
con impactos negativos como el transporte aéreo.
En este contexto, las energías renovables no son caras si consideramos la subvención escondida que tienen los hi-
drocarburos, no sólo por no asumir en los precios su coste de reposición, sino porque la electricidad generada en las
centrales térmicas no asume el precio de las guerras desencadenadas para controlar los yacimientos petrolíferos (como
la guerra de Irak) o el coste social de las 16.000 personas que mueren prematuramente cada año en la UE por la mala
calidad del aire generada por la gasolina, gasóleo y gas en el transporte.
Es preciso potenciar la generación distribuida, la producción cerca del consumo, las redes inteligentes de distribución
y las microrredes de ámbito municipal y comarcal.
Se debe promover una planificación del ámbito de la energía a largo plazo estableciendo las líneas estratégicas de sus-
titución de los combustibles fósiles y el uranio por las fuentes renovables. Empezando ya por la sustitución por energías
renovables de las centrales nucleares, de las centrales térmicas de carbón, petróleo y gas, y del transporte en vehículos
de baja capacidad de transporte y motores de combustión interna, como el automóvil, camión, furgoneta y moto. Entre
las energías renovables se debe impulsar la energía fotovoltaica en techo, la energía solar térmica para climatización, la
energía minieólica y la geotérmica, la eólica marina y la solar termoeléctrica con posibilidad de cogeneración.
Aumentando en 10.000 MW, la generación de electricidad a partir de energías renovables se puede prescindir en Es-
paña, en 2020, de las centrales térmicas de petróleo y carbón, además de cerrar la mitad de las centrales nucleares.
Es preciso reforzar el papel de las renovables en el “mix energético”, tanto de las tecnologías consolidadas como de
las emergentes (eólica, minieólica, solar fotovoltaica, minihidráulica, solar térmica, geotérmica, undimotriz y mareo-
motriz.). Se deben promover el mantenimiento y la mejora de la red de distribución en las áreas rurales para facilitar
el autoconsumo y el acceso de las pequeñas instalaciones municipales.
La industria atómica no ha sido capaz de encontrar una solución al inmenso problema que supone generar residuos ra-
diactivos cuya peligrosidad se mantiene durante miles de años. Los residuos radiactivos son la prueba más clara de la
insostenibilidad de la energía nuclear. Además, el uranio es, como el petróleo, un recurso finito y con pocas reservas.
Se debe facilitar la conexión a red de pequeñas instalaciones de energía fotovoltaica sobre tejado, que también incluya
la minieólica y la microgeneración. Favoreciendo en la microgeneración la de biomasa, “motor stirling” o célula de com-
bustible con hidrogeno producido por electrolisis a partir de energías renovables. Se trata de reducir los trámites para
pequeñas instalaciones solares y eólicas, así como para las que generen electricidad a partir del calor residual de los
sistemas de calefacción. No deben existir cupos que limiten el número de instalaciones pues la energía fotovoltaica
como electrodoméstico permite iniciar un buen camino hacia la generación eléctrica renovable y descentralizada,
fuera del control de las grandes empresas eléctricas, tratando de alcanzar la soberanía energética controlada demo-
cráticamente por la sociedad.
Los demás sectores, aunque menos intensivos en consumo energético, pueden mejorar disminuyendo aún más sus ne-
cesidades de energía y materiales, reduciendo emisiones de CO2, reduciendo al mínimo los desechos y la contami-
nación, reduciendo la necesidad de transporte y mejorando el transporte público colectivo, restableciendo el agua
pura y recuperando la vitalidad de ríos y cuencas hidrográficas, protegiendo y promoviendo la biodiversidad, la agri-
cultura y silvicultura ecológicas y edificando y rehabilitando casas y oficinas para reducir las necesidades de calefac-
ción y refrigeración.
Durante muchos años las políticas de vivienda primaron en España la compra sobre el alquiler, los edificios ineficientes
sobre los eficientes, el urbanismo disperso sobre el compacto y se impulsó más el acceso a la vivienda de las rentas su-
periores que el de las rentas más bajas. De la misma forma, se promovió más la nueva construcción que la rehabilitación.
Los objetivos del un plan de rehabilitación de edificios con criterios de eficiencia energética deben ser: disminuir las
emisiones de CO2, reducir la factura energética de los hogares, crear puestos de trabajo absorbiendo parte del des-
empleo del sector, reducir la dependencia energética de España y mejorar las condiciones de habitabilidad de las vi-
viendas y de salud de los centros de trabajo.
TRANSPORTE SOSTENIBLE
Se propone el transporte público colectivo sostenible, reduciendo la necesidad de transporte y basando los servicios
e infraestructuras en el criterio de que la función del transporte es crear accesibilidad con la mínima movilidad. Su
función es garantizar la accesibilidad a los bienes, servicios y contactos con las demás personas, independientemente
del lugar donde se viva, de la capacidad adquisitiva, de la edad o del género, y hacerlo sin generar más movilidad que
la estrictamente necesaria con un sistema de transporte que ha de tener carácter universal y ser público.
Defendemos el ferrocarril porque es un modo de trasporte público colectivo que, junto a la marcha a pie y a los desplaza-
mientos en bicicleta, nos ayudará a que haya menos emisiones de CO2. Gran parte del combustible consumido por los
vehículos se usa para superar la resistencia que ejerce el aire al avance de estos móviles y en superar la resistencia de ro-
zamiento. Los trenes de ruedas de acero que circulan por carriles de acero poseen la ventaja de que el coeficiente de ro-
zamiento es muy bajo, lo que conlleva un consumo muy reducido de energía. Al tiempo, la resistencia del aire al avance
de los vehículos es proporcional al cuadrado de la velocidad y la potencia necesaria proporcional al cubo de la velocidad.
Por ello, todo intento de incrementar la velocidad provoca un enorme aumento del consumo energético.
Con los precios actuales, un kilogramo equivalente de petróleo permite que una persona recorra más de 48 Km. en
metro, 38 Km. en autobús y apenas 19 Km. en automóvil.
Impulsamos sustituir los desplazamientos realizados en los transportes de mayor impacto, singularmente el automó-
vil, por desplazamientos en transporte público colectivo y la reducción de la demanda de desplazamientos motoriza-
La actividad turística debe mantener espacios equilibrados, con una mayor integración de los visitantes con las caracte-
rísticas sociales y culturales locales. Tras conocer los efectos de degradación ambiental, paisajística, social y cultural que
el turismo de masas genera, debemos promover un nuevo tipo de turismo, tanto en la demanda como en la oferta, recu-
perando y conservando la energía, el agua, el aire y el suelo, reduciendo residuos y favoreciendo el uso de materiales au-
tóctonos, además de incorporar el transporte sostenible, fomentar el respeto a la naturaleza, la conservación y la biodiver-
sidad e identificar los límites de carga de cada territorio y reducir al mínimo los impactos ambientales.
Los impactos más habituales del turismo son: el deterioro irreversible del entorno (crecimiento urbano excesivo, au-
mento del consumo de suelo, agua y energía); la regresión del espacio natural por aumento de las infraestructuras,
zonas industriales, áreas de ocio; reemplazo de la vegetación y fauna autóctonas por animales y plantas exóticas; ge-
neración de residuos y vertidos incontrolados; erosión del suelo, degradación de las playas, agotamiento de los acuí-
feros, y el deterioro del hábitat de la flora y la fauna.
La soberanía alimentaria en el sector agrícola y ganadero debe basarse en la defensa e impulso de la explotación agrí-
cola familiar, recuperando los espacios agrícolas tradicionales y reconociendo el aporte ambiental y de preservación
de la biodiversidad que realiza la agricultura extensiva.
La soberanía alimentaria implica que todos los pueblos tienen derecho a una alimentación sana, nutritiva y cultural-
mente apropiada y la capacidad para mantenerse a sí mismos. Por tanto, la soberanía alimentaria favorece la agricultura
de proximidad destinada preferentemente a los mercados locales y comarcales, agricultura familiar de pequeña escala
y extensiva, de mayor eficiencia económica, social y ambiental que la agricultura industrial intensiva.
Las luchas de los movimientos sociales por la soberanía alimentaria incorporan aspectos como la reforma agraria, los mercados
locales, las semillas, los bosques, la biodiversidad, la autonomía, la cooperación, la deuda ecológica, la salud, el agua, etc.
La soberanía alimentaria incluye el concepto de comercio justo. La soberanía alimentaria no implica la autarquía e im-
pedir los intercambios, lo que hace es situar en equilibrio tanto la producción para el ámbito local como la produc-
ción para la exportación. En el marco del derecho mundial y bajo la autoridad de la ONU, se debe priorizar la seguridad
alimentaria y la agricultura de proximidad frente a la exportación (en concordancia con la diversidad del planeta) y eli-
minar las subvenciones a la comercialización de alimentos por debajo de su coste de producción.
En España el agua empleada en la agricultura se paga a precios situados por debajo del coste de obtención y en mu-
chas zonas el agua de riego es prácticamente gratis, generando un derroche inaceptable. Por eso hace falta un giro a
la izquierda de la actual política hidráulica, para avanzar hacia una gestión más racional y medioambiental del agua
donde se rechace la construcción de nuevos trasvases y grandes embalses.
Una política acertada de residuos consiste en reducir la generación de residuos, aprovechando mejor los recursos na-
turales, reutilizar residuos como nuevas materias primas y reciclar residuos transformándolos en elementos aprove-
chables para otras aplicaciones. Por tanto, al final de la reducción, reutilización y reciclado debe quedar un “residuo
cero” que permita eliminar los vertederos, aunque sean controlados y que elimine de la gestión de residuos la “valo-
rización” o incineración de basuras.
Durante miles de años los seres humanos produjeron básicamente alimentos de fácil asimilación y descomposición y
bienes duraderos a base de materias primas naturales como madera, cuero, algodón, lana, etc, o escasamente trans-
formadas como hierro, cerámica, yeso, cal, etc. utilizando pequeñas cantidades de energía.
Sin embargo las sociedades actuales producen una gran cantidad de residuos difíciles de reutilizar y reciclar, no sólo
por su composición sino por su cantidad, sobrepasando la capacidad de asimilación de la naturaleza.
Algunos residuos pueden ser peligrosos cuando son sólidos, líquidos y gases que contienen substancias que por su com-
posición, presentación o posible mezcla o combinación significan un peligro presente o futuro, directo o indirecto
para la salud humana y el entorno.
7. BIODIVERSIDAD
A pesar de que 2010 fue señalado como meta de las tareas de conservación de la biodiversidad en 2002, la huella eco-
lógica de la humanidad supera la capacidad biológica de la tierra por un margen muy superior a lo que se acordó. No se
logró una reducción significativa del ritmo de pérdida de biodiversidad tal y como se habían comprometido todos los go-
biernos del mundo, sino que el ritmo continuó incrementándose. No se actuó sobre las causas subyacentes de la pérdida
de biodiversidad y sólo se tomaron algunas pocas medidas de “final de tubería” que se han demostrado insuficientes y
muy poco eficaces.
Entre 1970 y 2006 las especies de vertebrados se ha reducido en promedio casi en un tercio y sigue decreciendo en to-
do el planeta, muy especialmente en los trópicos y entre las especies de agua dulce. Los datos señalan que los anfibios
son los seres vivos más amenazados, que el estado de las especies de coral es el que se está empeorando más rápida-
mente, y que cerca de un cuarto de las especies vegetales están en peligro de extinción.
Las cinco principales causas de destrucción de la biodiversidad son: el cambio del hábitat, la sobreexplotación, la conta-
minación, la presencia de especies exóticas invasoras y el cambio climático.
Las principales medidas que pueden incidir sobre las raíces de la pérdida de biodiversidad mundial se refieren a re-
nunciar al crecimiento económico actual, que tan graves consecuencias ambientales conlleva; marcar un objetivo de
reducción substancial de la huella ecológica mundial; cambiar las actuales políticas de transporte, energía, comercio,
industria, turismo, agricultura y pesca; reducir la explotación de los recursos naturales renovables hasta que no so-
brepasen la capacidad del ecosistema de regenerarlos, y reducir la explotación de los recursos no renovables a tasas
que permitan su sustitución paulatina por recursos renovables; y gestionar los residuos de forma que el ecosistema
global los pueda absorber.
DERECHOS SOCIALES
Y SERVICIOS PÚBLICOS
EJE 3
Aún así, podríamos incluir a nuestro país en el llamado modelo corporativo o conservador, con valores de familia tra-
dicional y vinculado a la iglesia en el que el estado es fuerte, pero no interviene tanto como la familia a la hora de pro-
veer servicios de cuidado y atención. No es, ni de lejos, el modelo de bienestar nórdico, pero tampoco es, de momento,
el modelo marginal (“anglosajón” o “liberal”) en el que la seguridad social es selectiva y los beneficiarios de renta baja
tienen también una baja prestación, en el que el estado interviene de una manera limitada en los mecanismos de mer-
cado y el modelo tiene un bajo grado de redistribución entre la población.
Las medidas neoliberales propuestas persiguen que vayamos al modelo marginal. Desde los 90 el modelo de bienes-
tar ha venido experimentando enormes reducciones: han descendido la participación del sector público en el PIB el
gasto público, lo que ha causado problemas especialmente en la sanidad pública. Los recortes se han combinado con
la filosofía de mercado de la “Nueva Gestión Pública” y las privatizaciones. En el sistema de cuidados la participa-
ción de actores privados ha aumentado y ha habido recortes en los sistemas de seguridad social.
Uno de los cambios más importantes es el nuevo sistema de pensiones, que pretenden combinar con el sector privado
con cientos de fondos de pensiones controlados por bancos y compañías de seguros
La transición de un modo de producción basado en el compromiso fordista nacional hacia un modo post-fordista de
producción dirigido por el capitalismo financiero global es un elemento muy importante a la hora de analizar los cam-
bios en los modelos de Bienestar europeos. No es posible construir un modelo de regulación basado en un nuevo com-
promiso de clase fordista cuando ya no vivimos en un modo de producción fordista. Uno podría decir que se consiguió
la democracia política y social, pero no la democracia económica.
Una democracia política y social sin una democracia económica es una contradicción, que prosperó sólo en las con-
diciones específicas del modo de producción fordista, un régimen de acumulación, una forma de regulación y un com-
promiso del clase. A largo plazo, la democracia social no es posible sin democracia económica.
Esto significa que la izquierda tiene la tarea de, por un lado, defender los sistemas de bienestar y, por otro, intentar
construir un las alianzas necesarias para construir un Estado social. Esto significa moverse más allá de la hegemonía
liberal contemporánea así como del discurso de bienestar socialdemócrata. Elaborar tal estrategia de transformación
del sistema es lo que la izquierda política, entre otros, deberíamos hacer.
Los Servicios Públicos permiten la satisfacción de las necesidades básicas de la ciudadanía (suministro de agua, ener-
gía, transporte, comunicaciones, servicios postales, sanidad, enseñanza, cultura, vivienda, servicios sociales…) en
condiciones de acceso universal, no discriminatorio y con coste asequible. La consecución de estos servicios, que
permiten la cohesión social y representan un salario indirecto, ha supuesto un gran esfuerzo y penalidades por parte
de la ciudadanía en los últimos dos siglos.
Sin embargo, el marco estratégico neoliberal y las condiciones de la actual fase del capitalismo global, han situado a
los servicios públicos en el centro de la “acumulación por desposesión” como forma de recuperación de la rentabili-
dad del capital a escala planetaria. Asistimos en consecuencia a una auténtica guerra contra los servicios públicos.
Estas amenazas se dan a nivel local (planes privatizadores de ayuntamientos y gobiernos regionales), a nivel nacional
Esto significa pasar de un marco en el que los SSPP se consideran como bienes públicos, financiándose por tanto con
cargo al erario público y suministrados directamente por los Estados, a otro en el que los gobiernos actuarían funda-
mentalmente como facilitadores y reguladores de unos servicios prestados por empresas privadas - responsables de la
gestión y, eventualmente, propietarios de las correspondientes infraestructuras – que exigirían un pago para la recu-
peración de los costes incurridos en la prestación de los servicios, con lo que el usuario pasaría a ser un mero con-
sumidor y la exigencia de responsabilidades y rendición de cuentas en caso de mal funcionamiento (factible en una
situación democrática, a través de cauces institucionales y opciones políticas) se vería constreñida a un potencial
cambio de suministrador privado, en caso de que esto fuera posible, ya que la naturaleza monopolística de la mayo-
ría servicios clave (basados en infraestructuras, como el agua) convierte en irreal la competencia.
Frente a las privatizaciones, nosotros y nosotras proponemos más Estado y defendemos el carácter universal de los ser-
vicios públicos frente a la selección por renta. No queremos más privatizaciones de servicios públicos y de bienes co-
munes sino una “Re-municipalización” y reconversión en propiedad pública. Defendemos la existencia de fuertes
empresas públicas en los sectores estratégicos de la economía y más inversión en educación, salud, transporte público,
deporte, cultura…
El porcentaje de personas trabajando en el sector público en España está muy por debajo de la mayoría de los países
de la UE-15. El gasto público en España es 6 puntos de PIB más bajo que la media de la UE.
Tan sólo con esa equiparación del gasto del PIB, tendríamos recursos suficientes para garantizar un sector público que
genere empleo, dé servicios de calidad e invierta en otro modelo productivo.
1. El Sistema Público de Educación debe ser el eje fundamental del sistema educativo, estableciendo me-
canismos para que las administraciones extiendan y potencien la educación pública, mediante una red pla-
nificada de centros docentes de titularidad y gestión pública, con suficientes plazas escolares para toda
la población. La escuela pública es la de todos, la que más y mejor asegura la igualdad de derechos y la
convivencia democrática de personas de distintas procedencias socio-culturales; y por ello, la que mejor
contribuye a la equidad y a la cohesión social. Hay que impedir las cesiones de suelo municipal para los
centros privados concertados, declarar su carácter subsidiario y garantizar su control e sistemático para que
cumplan la normativa, suprimiendo a los que incurran en prácticas de selección o discriminación. Propo-
nemos la reducción progresiva de los conciertos educativos.
2. Calidad con equidad para evitar el fracaso y el abandono escolar. Defendemos una Escuela Pública de Ca-
lidad cuyo objetivo sea garantizar el derecho de todos y todas a aprender con éxito y obtener la titulación
correspondiente, sea cual sea su procedencia social o cultural o el ámbito territorial donde se esté esco-
3. Evaluación como estrategia de mejora, que sirva de autoevaluación para la mejora de toda la comunidad
educativa, con apoyo de la Administración, que analice sus puntos fuertes y sus dificultades y no tanto
como “medida de resultados” del alumnado para establecer rankings o clasificaciones de centros.
4. Escuela pública inclusiva e intercultural. Una escuela de y para todos y todas, que use su metodología y
organización para que las respuestas a las necesidades del alumnado con más dificultades beneficien a
los demás; que busca promover la excelencia de todo el alumnado y reconstruye el curriculum tradicional
para que sea relevante para todos, integrando visiones, culturas y subculturas olvidadas, silenciadas u
ocultadas, con una perspectiva de género.
5. Escuela pública laica. Para que el adoctrinamiento religioso de las enseñanzas confesionales quede fuera
del currículo y del horario lectivo. Las creencias religiosas forman parte del ámbito privado y, por tanto,
deben estar al margen del currículo escolar. También los símbolos religiosos han de salir de los espacios
escolares. Es imprescindible derogar ya el Acuerdo correspondiente con el Vaticano y retirar la financia-
ción publica a los centros que discriminen por razón de sexo o cualquier otra circunstancia.
6. Formación profesional pública. Oferta ampliada y con un tratamiento equitativo de todas las familias
profesionales en función de su rentabilidad social y no sólo de la rentabilidad inmediata de las empresas;
incremento considerable de centros de FP integrados públicos; control público de otras actividades
formativas de FP; formación y orientación laboral que impulse una cultura sindical solidaria y participa-
tiva.
7. Apoyo y motivación del profesorado: Acordar un Estatuto de la función pública educativa que mejore las
condiciones laborales, recoja como dedicación lectiva las tareas y funciones que hoy demanda el sistema
educativo, no sobrepasando las 15 h de docencia semanales, configurando claustros estables y estable-
ciendo el cuerpo único del profesorado. Diseñar una formación inicial que combine teoría con práctica tu-
torizada por profesorado cualificado en centros educativos y la formación permanente en horario laboral
que fomente su autoridad profesional mediante la adquisición de estrategias de diálogo y de negociación
para resolver conflictos.
8. Escuela pública democrática. Para fomentar y aplicar la democracia real en la vida del centro, y no el mo-
delo de gestión empresarial, e impulsar la participación de todos los sectores de la comunidad educativa
en la toma de decisiones consensuada; que recupera el derecho a la elección por los consejos escolares
de los equipos directivos; donde las asambleas de reflexión, deliberación y acuerdos son práctica habitual
y se aprende a definir prioridades, plantear proyectos y decidir la distribución de los recursos públicos.
9. Universidad pública al servicio de la sociedad. Paralizar y debatir con toda la comunidad universitaria la
aplicación del proceso de Bolonia y la “Estrategia Universidad 2015”, para construir una universidad pú-
blica al servicio de la sociedad y no a los intereses del mercado; donde la transferencia de conocimiento
tecnológico sea de dominio público, no un negocio privado; con una gestión democrática y participativa,
sin pruebas de acceso selectivas y con una financiación pública suficiente para garantizar un sistema de
becas-salario y ayudas al estudio, tanto en los grados como en los máster.
10. Ley de financiación del sistema educativo, que garantice la suficiencia de recursos para afrontar estas
medidas, asegurando que en los próximos 5 años se alcanzará el 7% del PIB en gasto público educativo
y que se creará un Fondo Estatal de Compensación Educativa Interterritorial para eliminar desigualdades
en el ejercicio del derecho a la educación. Sólo así se podrá hacer realidad la mejora del sistema educa-
tivo y el derecho universal a una educación de calidad en condiciones de igualdad.
Se reiteran los viejos argumentos de que no hay bastante dinero para sanidad y que hay que poner unos “límites” al
gasto. Se culpabiliza la ciudadanía del gasto sanitario público con el fin de vencer las resistencias hacia un RE-pago
y se la dirige hacia aseguradoras y coberturas privadas.
En algunas CCAA, más de la mitad del presupuesto sanitario se sigue derivando a conciertos, consorcios y entidades
de carácter privado o mixto.
EL DERECHO LA SALUD
Nos reafirmamos en la concepción de la Salud como una categoría que va más allá de la ausencia de enfermedad y
se considera “un estado completo de bienestar físico, mental y social”. Defendemos que la salud individual sólo puede
abordarse de forma colectiva y social. Enfermamos, o no, en función de cómo vivimos y nuestras condiciones econó-
micas y psico-sociales producirán más enfermedad o más salud, que la propia condición biológica.
En esta concepción, nos pronunciamos por las intervenciones necesarias y pertinentes en todos y cada uno de sus de-
terminantes, sin olvidar los sociales. El trabajo, el género, el origen, el medioambiente, la discapacidad, la cultura, la
protección social, el nivel socio-económico, el urbanismo, la vivienda, son los verdaderos definidores de la salud pú-
blica, y esto supone la necesidad de tratar todo el tema desde la transversalidad, la intersectorialidad..
Nos pronunciamos en defensa del Sistema Nacional de Salud en todo su carácter conquistado: público, universal, de cali-
dad, integral, solidario y de equidad garantizada. Consideramos que su objetivo irrenunciable es el de dar la cobertura y ser-
vicios para garantizar el derecho constitucional de la ciudadanía a la protección de la salud, sin discriminación de ningún
tipo. Y no sólo en la vertiente reparadora o curativa sino también, en las acciones de prevención, y promoción de salud.
Entendemos que la salud es un derecho y no una mercancía. Por lo que defendemos la Universalización de la sani-
dad como prestación no contributiva y derecho subjetivo ciudadano.
Reivindicamos la garantía a la protección de la salud y el acceso universal a los servicios sanitarios para realizar una
atención y asistencia digna a toda persona que la necesite. Esta prestación ha de venir avalada y protagonizada por el
Sistema Nacional y Público de salud y ha de ser integral y de calidad. Exigimos la derogación de la Ley 15/97, con
el objeto de recuperar la Sanidad Publica.
Pedimos el establecimiento, por norma legal, de una atención sanitaria de médicos de familia con mínimo de diez mi-
nutos; que la atención de especialistas, análisis, radiografías, etc., no exceda de los diez días; que el tiempo de es-
pera en ingresos hospitalarios no supere los treinta días tras el diagnóstico de la operación y que los hospitales públicos
cubran un máximo de 250.000 usuarios.
Para garantizar este derecho, proponemos una financiación adecuada que salga del sistema fiscal:
Necesidad de convergencia en gasto social de España con la UE- 15: déficit de 1605 € per cápita.
Financiación adicional para la Sanidad Pública del 5’7% al 6’7% del PIB.
Financiación adicional finalista destinada a dotar el fondo de cohesión para financiar equidad y estrategias
mediante impuestos tabaco y alcohol, etc.
Rechazamos frontalmente todas las formas de mercantilización de la atención sanitaria bajo engaños de Co-
pagos y complementariedades.
Nos enfrentamos además a peligros inmediatos: más pensionazos (propuesta de trabajar hasta los 67 años), menos
creación de residencias y que a la hora de las recetas la nueva “adecuación” de envases se convierta en una trampa
para rebajar los tratamientos.
Con la reforma el Gobierno pretende, en primer lugar cumplir el dogma de reducción de déficit metiendo la mano en
los bolsillos de los pensionistas por importe de 80.000 millones de euros (4 puntos de PIB en 2030) en el caso del
pensionazo.
Pero el objetivo más importante de estas “reformas” es favorecer a los Bancos facilitando las pensiones privadas. Los
verdaderos beneficiados de ello son los Bancos y las gestoras. Nuestros ahorros les reportan enormes beneficios. Es
por eso que los bancos y las cajas publican periódicamente informes anunciando el colapso de las pensiones en un
plazo de diez años: La Caixa (1998), el BBVA (2005 y 2007), el Banco Santander (1992 y 1999), el Banco de Es-
paña (1995, 1999, 2002 y 2009). El objetivo: crear alarma sobre el futuro de las pensiones públicas. Con ello pre-
tenden mandar una señal a los grandes inversores de capital a costa de los pensionistas.
1. El principal es el aumento de la esperanza de vida. Es incorrecto. Este se debe a que ha descendido la morta-
lidad infantil y ha mejorado la salud de la población (esto sólo significaría que hay más cotizantes). El Go-
bierno hace previsiones demográficas sin rigor: no se pueden hacer cálculos serios más allá de 10 años. Además,
lo decisivo en un sistema de pensiones de reparto no es el número de jóvenes y adultos que hay por cada pen-
sionista, sino el número de cotizantes y el importe de la cotización por cada uno de ellos.
2. Dicen que el incremento del gasto en pensiones será excesivo en el futuro. Tampoco es cierto. Puede verse que
en 2030 la cifra disponible para factores que no son pensiones será casi 750.000 millones de euros más que
en 2010 y en 2060 más del doble.
Nuestro Sistema de Pensiones no corre ningún riesgo. Consideramos que la magnitud alcanzada por este Fondo de
Reserva, que incluso en periodo de crisis se sigue incrementando, en una peligrosa fuente de tentaciones para tan
dudosos gobernantes en materia de previsión presupuestaria. Dicho fondo debe utilizarse ya no solo para resolver estas
medidas urgentes sino también para arrancar la aplicación de:
Eliminar los topes máximos de cotización y acercar la cotización a los salarios reales.
Que no se incremente el período de cómputo para calcular la pensión más allá de 15 años.
Que las pensiones se revaloricen al menos lo mismo que aumenten los precios (IPC) y más aún para las pen-
siones más bajas.
En última instancia, el Sistema Público de Pensiones puede ser parcialmente financiado con los impuestos.
Desde nuestro punto de vista, con más justificación que pagar los gastos de la Casa Real.
¿Quiénes son esos pobres de hoy? Parejas con hijos viviendo con un único sueldo, jubilados aislados, mujeres solas
con hijos, jóvenes con empleos basura, campesinos explotados por las grandes distribuidoras y, obviamente, la gran
cohorte de activos que la crisis acaba de dejar sin empleo. Jamás hubo en la UE tantos parados: 23 millones (5
más que hace un año). Lo peor es que la violencia del desempleo golpea sobre todo a los menores de 25 años. En
materia de paro juvenil, España ostenta la tasa más catastrófica de Europa: 44,5% (la media europea: 20%).
En 2009, la crisis ha provocado casi 100.000 embargos hipotecarios, un 59% más que el año anterior.
Y es que ya hay en la Europa de los 27, unos 85 millones de pobres. Un europeo de cada seis sobrevive en la pe-
nuria. Y la situación se sigue degradando a medida que se extiende la onda expansiva de la crisis.
Comparándonos con los países de la UE, España tiene características que incrementan el riesgo de sus habitantes
de padecer exclusión social:
El nivel de protección social es menor. El gasto social en el 2008 era un 20% menor que en 1993.
El nivel de endeudamiento de las familias por el aumento del precio de la vivienda se ha incrementado de
forma alarmante.
El nivel educativo es de los más bajos de Europa y la brecha tecnológica es de las más altas.
España está en el grupo de países europeos en el que la pobreza recurrente (personas que han experimentado la
pobreza durante más de un año) es mayor. Lo mismo sucede con la transmisión generacional de la pobreza
De 1995 a 2009, España descendió del puesto 9 en el ranking del índice de Desarrollo Humano de la ONU al
puesto 15.
Proponemos la elaboración de una Carta de Derechos Sociales y su instrumentación jurídica para que se definan los
derechos exigibles subjetivamente por los ciudadanos.
La virulencia de la actual crisis está poniendo a prueba la resistencia incluso de los dispositivos de protección al des-
empleo y lo que nos plantea la imperiosa urgencia de contar con sistemas de rentas mínimas de amplia cobertura y
de relevante dotación presupuestaria.
Esto debe conducir a una nueva regulación de una Renta Básica o Salario social Básico cifrado en un 60 por ciento
de la media salarial para afrontar los signos más punzantes de la crisis, cara a las familias y personas en grave situa-
ción. Sería una medida compensatoria de distribución de la renta para posibilitar la subsistencia de las personas pa-
radas en edad de trabajar que por no haber cotizado a la Seguridad Social o haber agotado la prestación. Sería una
medida de transición hasta llegar a una sociedad de pleno empleo y el pleno desarrollo de los servicios públicos uni-
versales. Responde a la garantía del derecho subjetivo de subsistencia.
En este sentido, cobra singular trascendencia la atención social a las personas dependientes ya que se trata de una
necesidad acuciante.
Respeto a la aplicación de la Ley de Dependencia, exigimos financiación y gestión pública para cumplir sus objetivos
y transparencia en el control de los gastos. Que toda persona afectada pueda elegir ser atendida en su domicilio por
especialistas o en un centro adecuado a sus necesidades. Y que el tiempo de espera, tras la petición de ayuda, no ex-
ceda de los seis meses.
Exigimos que se establezcan los mecanismos necesarios para que las CC AA equilibren sus aportaciones y aseguren
la completa equidad del Sistema. La atención a la dependencia debe se cubierta por servicios profesionales y públi-
cos; a prestación económica para los familiares debe ser excepcional.
Además la potencia operativa de los sistemas de atención a la dependencia es un gran yacimiento de empleo y forta-
lecería los servicios públicos.
Las políticas de apoyo a la discapacidad deben implicar una apuesta radical por la promoción de la autonomía per-
sonal y por la igualdad de derechos.
Los principios de “no discriminación” y de “accesibilidad universal” han de pasar de las bellas palabras a hechos tan-
gibles. En este contexto, las políticas de empleo son el primer hito para abrir las perspectivas sociales de integración.
Si en tiempo de crisis toda la población sufre circunstancias de riesgo, el impacto en la discapacidad resulta desco-
munal e insostenible. Por eso, su tratamiento singular y proteccionista es un reto urgente.
En España hay más de 1 millón de vivienda nueva sin ocupar, a la vez que se van a producir más de 180.000 em-
bargo en 2010 por impago de esas draconianas hipotecas.
Para revertir la situación partimos del hecho que nosotros y nosotras consideramos la vivienda como un derecho y, por
lo tanto exigimos desarrollar mediante Ley Orgánica el artículo 47 de la Constitución que garantiza este derecho.
Para que sea efectivo proponemos que el Estado y las CC.AA. adquieran anualmente un paquete de viviendas construi-
das y terminadas en cantidad proporcional a la demanda de viviendas protegidas en cada municipio, a precio de coste.
Este paquete de viviendas se destinará prioritariamente al alquiler protegido como viviendas de alquiler tasado. El pre-
cio máximo del alquiler no podrá superar el 30% de los ingresos de la unidad familiar.
Proponemos que durante el ejercicio de 2010-2011 se adquieran 300.000 viviendas por este procedimiento.
Los beneficiarios de esta ayuda serían trabajadores en situación de desempleo y jóvenes menores de 30 años en de-
manda de empleo
Muchos inmigrantes se encuentran en una posición de vulnerabilidad con graves riesgos de exclusión debido a dos fac-
tores: la irregularidad y el desempleo. La exclusión jurídica y la marginación laboral.
El modelo españoes un modelo de inmigración laboral, por ello la exclusión laboral es el gran eje de la política de inmi-
gración. Ni los cupos, ni el régimen general de inmigración han sido eficaces para propiciar una inserción laboral
legal. La legislación ha sido repetidamente reformada y en cada reforma se han rebajado los derechos y acrecentado
los deberes de los migrantes.
La incidencia de los extranjeros en las tareas no cualificadas es 3 veces superior a la de los españoles y el desempleo de
los migrantes dobla al nativo. En general, los inmigrantes ocupan los peldaños más bajos de la escala ocupacional. Des-
empeñan los trabajos menos calificados y más temporales: servicios personales, construcción, hostelería y restauración,
comercio al por menor y agricultura. Aúpan productivamente a los españoles de clase media y en particular a las muje-
res, que acceden así a trabajos más calificados y mejor remunerados, explotando a otras mujeres como cuidadoras.
Lo más relevante es el aumento de la irregularidad de las trabajadoras extranjeras, con un doble riesgo de exclusión:
trabajar sometidas a un régimen «especial» y la carga de su monomarentalidad. Redunda en la invisibilidad de estas
mujeres la alta concentración como empleadas de hogar en régimen interno y la informalidad de su régimen laboral.
El peso del servicio doméstico ha pasado del 21% en 1991 al 32% en la normalización de 2005.
Promover una ley por la que los migrantes que residan tres o más años en España de forma regular tengan de-
recho a voto en las elecciones generales y puedan presentarse como candidatos a cargos públicos.
Homologar los títulos educativos de los inmigrantes y sus capacidades para desarrollar labores más calificadas
y distintas para mejorar su integración laboral.
Garantía en la defensa y control judicial de las expulsiones o retornos, así como la prohibición de las expulsio-
nes colectivas.
Modificación de la Directiva de Reagrupación Familiar, para que haga realmente efectivo el ejercicio de este
derecho, en vez de obstaculizarlo.
Normas para el tratamiento de los Menores Extranjeros no acompañados que respeten la Convención Interna-
cional de los Derechos del Niño.
Medidas contra la trata de seres humanos que protejan y no penalicen a las víctimas.
La ampliación jurídica de las causas que se reconocen como asilo, refugio y trata de personas. Demandamos
el cumplimiento de las condiciones que el Derecho Internacional exige para el retorno de los refugiados.
La denuncia de los convenios de expulsión que a menudo conllevan violaciones de los derechos, ruptura fami-
liar, represalias de las autoridades del país de origen y un grave desarraigo de las personas migrantes.
Rechazamos la construcción de muros geográficos, políticos, legales y culturales, como la directiva de “la vergüenza”
y otras leyes públicas similares. Rechazamos la externalización de fronteras, el hostigamiento y las deportaciones, las
detenciones arbitrarias, la impunidad policial fronteriza.
Afirmamos la necesidad de defender, reivindicar y extender (frente al trabajo forzado, esclavo y precario) el trabajo
digno para una vida digna, que integre libertad, igualdad y contraprestaciones para todas las personas trabajadoras.
Promovemos que las personas y comunidades migrantes se organicen y denuncien toda forma de explotación y hagan
valer sus derechos, fortaleciendo sus organizaciones y las redes de apoyo mutuo.
Defendemos políticas que integren en los servicios públicos la diversidad cultural, políticas para la integración de los
jóvenes y para equiparar los derechos para los colectivos migrantes de LGTB y sus familias.
El capitalismo se sostiene como sistema apoyado en múltiples dominaciones que refuerzan el sometimiento de am-
plias franjas de la humanidad. El heteropatriarcado contribuye a esta causa, colocando a una parte fundamental de
la humanidad, especialmente a las mujeres pero también a quienes disiden del patrón heterosexual, en condiciones
desventajosas, acostumbrándonos a la discriminación, el sometimiento y la normalización del modelo hegemónico
Este modelo masculino-heterosexual resulta útil para el capitalismo. Como a tantos otros aspectos culturales que re-
fuerzan la desigualdad, el capitalismo los adopta con suyos, y los adecúa a su modo de explotación. La sociedad he-
teropatriarcal ha creado un modelo familiar compuesto por dos roles básicos: el del hombre y el de mujer. Estas dos
identidades se basan en el modelo que representa y refuerza la doble dicotomía hombre/mujer-masculino/femenino
como lógica indiscutible y normalizada.
A pesar de las leyes y la conciencia social sobre la diversidad sexual, siguen existiendo actitudes e ideas erróneas que
son destructivas por la forma en la que trabajan con el fin de aislar las preocupaciones de las personas LGTBI. Per-
siste la idea de que las opresiones de las personas LGTBI no son tan serias como otras: noes un problema político,
sino privado Persiste el mito de que gay significa varón blanco con sustanciosos ingresos y sin cargas: esto permite
ignorar que la LGTBI-fobia afecta a determinados grupos que están constantemente oprimidos (inmigrantes, mujeres
o personas discapacitadas. La homofobia es en si misma una opresión constatable, y en un sistema heterosexista, todas
las personas no heterosexuales son vistas como “desviadas” y “enfermas”. Las necesidades de la negra transexual que
se prostituye para subsistir o de una lesbiana embarazada a la cual echan del trabajo por ellos, no están en la agen-
das políticas.
Además, la Iglesia Católica continúa siendo un residuo franquista, que pretende imponiener su moral en lo referente
a los derechos y libertades en ciudadanía.
Luchar contra LGTBI- fobia en las escuelas, institutos y centros de trabajo y exigir una ley integral contra la
LGTBI-fobia que penalice las discriminaciones por orientación sexual o identidad de género. Además, es ne-
cesario que haya un servicio sanitario universal y gratuito de atención a la transexualidad.
DERECHOS POLÍTICOS,
DEMOCRACIA PARTICIPATIVA,
MODELO DE ESTADO,
FEDERALISMO Y REPÚBLICA
A nivel mundial asistimos a la hegemonía de las ideologías neoliberales que defienden la autorregulación del mercado, la
primacía de lo privado sobre lo público y la drástica disminución de las prestaciones del Estado y de su capacidad redis-
tributiva. Las políticas neoliberales han entrado en contradicción con los propios textos constitucionales, que como ocurre
en el caso español, incorporaron en su día la nota social.
Poco importa que la experiencia haya demostrado la falsedad de los paradigmas neoliberales y el fracaso de sus política,
ni que la actual crisis esté verificando el abismo a donde nos llevan las políticas de desregulación, privatización y reduc-
ción del control público. La ideología neoliberal ha calado muy hondo en la sociedad, incluso en muchos sectores que se
consideran de izquierda y hoy en día continúa siendo hegemónica a nivel planetario.
En España, a pesar del déficit existente en políticas sociales y en distribución de rentas, la práctica neoliberal está siendo
aplicada en diferentes grados, tanto por el PSOE como por el PP, en los niveles que gobiernan, dando lugar a un durísimo
proceso de reestructuración económica y social, que está generando profundas desigualdades económicas y culturales,
desequilibrios territoriales, recortes en los derechos sociales, un mercado laboral cada vez mas precario, un incremento
de los colectivos marginados y una desvalorización de lo público.
Por otro lado nos encontramos con un funcionamiento deficiente de las instituciones del Estado, que no cumplen su función
de control del ejercicio del poder, de equilibrio entre los diferentes poderes del Estado (ejecutivo , legislativo y judicial), de dar
cauce a la participación política de de los ciudadanos, así como de garantizar las reglas del juego democrático. La persisten-
cia de fenómenos de degradación de la democracia (corrupción, clientelismo, utilización partidista de las instituciones, etc.),
junto con una intensa campaña de desprestigio de lo público, está poniendo en cuestión la posibilidad de que los ciudadanos
organicen su convivencia en base a valores colectivos, como la solidaridad, la equidad, la justicia y la participación.
Por último, destacar la crisis en que está sumido el sistema constitucional español, tanto respecto a la forma política del
Estado, como a su organización territorial. La Monarquía pone en cuestión la propio sistema democrático al establecer
que la máxima institución española, la Jefatura del Estado, se asigne mediante vía hereditaria, en lugar de ser elegida de-
mocráticamente por los todos los ciudadanos. Su inutilidad e inconveniencia y la necesidad de avanzar hacia la forma po-
lítica de Estado Republicano está ganado terreno entre amplias capas de la sociedad española.
Otro tanto está pasando con el Estado Autonómico. Sin dudar del importante impulso descentralizador que ha supuesto su des-
arrollo, éste se encuentra en la actualidad en vías de agotamiento, al ser incapaz de recoger la pluralidad nacional y cultural de
los distintos pueblos de España, de dotarse de instrumentos que permitan la toma de decisiones colectivas entre todas los en-
tes territoriales, de llevar a cabo de forma efectiva los principios de solidadridad y equilibrio interterritorial, ni de hacer realidad
los principios de autonomía y suficiencia financiera de los Municipios, como establece la Constitución.
Ante esta situación, el programa de una fuerza de izquierdas alternativa, debe tener como objetivo, la consecución de una de-
mocracia avanzada, en el marco de un Estado federal, republicano y solidario que amplíe los marcos de libertad y participa-
ción y garantice el bienestar económico, social y cultural de los ciudadanos. Una sociedad que establezca un nuevo modelo de
desarrollo ecológicamente sostenible, donde las grandes opciones socioeconómicas sean reguladas democráticamente.
La democracia participativa
La reforma de la Justicia
Un modelo de democracia avanzada, como el que propugnamos necesita una sociedad civil fuerte y vertebrada, en
la que las organizaciones y colectivos sociales, desde diferentes experiencias y propuestas, contribuyan con un nece-
sario protagonismo a la democratización y transformación de la sociedad. Entendemos que, al margen de la lógica au-
tonomía y responsabilidad de los diversos agentes sociales, las fuerzas políticas deben apostar sin ambages por el
reconocimiento y el fortalecimiento de la participación social.
Se trata de avanzar hacia una democracia participativa, que ponga al ciudadano en el centro de la política y posibi-
lite su participación en las decisiones de los Gobiernos, (a nivel central, autonómico y local), en la planificación y eje-
cución de las políticas públicas y en la gestión de los servicios públicos.
La participación social requiere una voluntad decidida por parte de los agentes políticos (partidos políticos, cargos pú-
blicos, etc), para cambiar la tendencia actual neoliberal de convertir a los ciudadanos en sujetos pasivos y acríticos,
“consumidores” de servicios. La participación requiere: a) potenciar la organización de la sociedad civil, fortaleciendo
el movimiento asociativo; b) establecer mecanismos pluralistas de participación a todos los niveles de la esfera pú-
blica; c) adecuar la estructura y el funcionamiento de las administraciones públicas al proyecto participativo; d) mo-
dificar la actual legislación en los aspectos que limiten la posibilidad de información, transparencia y participación
de los ciudadanos; y d) luchar contra la tendencia de los propios partidos políticos a considerar la participación en un
“engorro” innecesario, convirtiendo ésta en un elemento formal. La participación implica dosis importantes de diálogo
y autocrítica, y de dedicación, pero su realización permite una mayor eficacia social.
La democracia participativa tiene como espacio idóneo el ámbito municipal, en el que los ciudadanos y ciudadanas
desarrollan su actividad social y laboral y donde las instituciones públicas y los servicios públicos se encuentran mas
cerca de ellos. Constituye, por tanto, un ámbito prioritario para establecer instrumentos de participación ciudadana
en ámbitos territoriales o sectoriales, o en el control de los servicios públicos municipales. Un aspecto que debemos
potenciar y generalizar es la participación ciudadana en la elaboración de los presupuestos municipales (“presupuestos
participativos”) proceso experimentado de forma positiva en diversos municipios.
Otro aspecto central de de la democracia participativa es la participación ciudadana en la gestión de los bienes y ser-
vicios públicos. Los bienes comunes exigen formas de propiedad pública socializada. Se trata de crear una nueva
forma de gestión pública que permita a los ciudadanos a participar en la elección de los modelos de organización, fun-
cionamiento y definición de objetivos de los servicios públicos. Habría que implicarse en un proceso de democratiza-
ción de los servicios públicos, cuyo núcleo principal lo constituiría un compromiso ciudadano en definir las
necesidades, evaluar la puesta en práctica de las decisiones políticas y ejercer un control democrático de su gestión.
Por último, hay que tener en cuenta que para que sea posible generar una democracia participativa, es necesario con-
tar con un tejido social organizado con gran arraigo en la sociedad, por lo que uno de los primeros objetivos de la iz-
quierda debe ser fortalecer los movimientos sociales, a través de la participación activa de sus afiliados y simpatizantes
en dichos movimientos, y de la adopción de políticas activas destinadas a tal fin, incrementando los recursos econó-
micos y materiales para el desarrollo de sus actividades.
Nos comprometemos a realizar cuantos esfuerzos sean necesarios para avanzar en la regeneración de la vida demo-
crática y en la democratización de las instituciones y política, asegurando el mas estricto comportamiento ético de sus
representantes y cargos públicos.
La corrupción constituye un cáncer para la democracia y una de las mas importantes causas de desprestigio de la po-
lítica y de lo público frente a los ciudadanos. Se trata de un fenómeno estructural del capitalismo actual, cuya denuncia
y combate debe constituir un objetivo principale. Por lo tanto defenderemos cuantas medidas sean necesarias (trans-
parencia y participación en la toma de decisiones, mejora de los instrumentos de control del gasto público, etc) para
erradicar esta lacra.
En este sentido, consideramos primordial la adopción de las medidas necesarias para asegurar el comportamiento ético de
los cargos públicos. Entre otras, una regulación mas estricta de as incompatibilidades, medidas contra el transfuguismo, la
obligación de declarar los bienes patrimoniales, ley expropiatoria de bienes adquiridos mediante prácticas corruptas, etc.
Adecuar la composición de las instituciones representativas a la voluntad popular, expresada a través de sus votos y
democratizar el funcionamiento de estas instituciones, debe constituir otro objetivo importante de nuestras propues-
tas políticas, por lo que proponemos:
La reforma del sistema electoral, encaminada a garantizar la proporcionalidad en el reparto de escaños, respecto a los
votos totales recibidos y la presencia de las minorías en el Parlamento estatal y en los parlamentos autonómicos.
La reforma del sistema de elección de los órganos de gobierno de las instituciones en cuya determinación in-
tervienen las Cortes Generales o los Parlamentos Autonómicos (p.e. el Consejo General del Poder Judicial, el
Defensor del Pueblo, el Tribunal Constitucional, el consejo de administración de RTVE, el Consejo de Seguri-
dad Nacional, etc,) a fin de evitar las cuotas de partido y su permanente politización.
La reforma de los mecanismos de participación directa de los ciudadanos (Iniciativa Legislativa Popular y Re-
ferendum) a fin de que puedan ser instrumentos adecuados y factibles, para canalizar dicha participación.
La democratización del funcionamiento de las Cortes Generales, de los Parlamentos Autonómicos y de los Ple-
nos Municipales, a fin de asegurar la transparencia en la toma de decisiones, la participación de las minorías
y el control de las actividades del poder ejecutivo y la participación de la sociedad en los mismos.
Esta propuesta reposa en la voluntad popular libre y voluntaria de los pueblos a configurarla. Una Constitución Fede-
ral regulará los derechos, las obligaciones y las competencias de los territorios federados. El Presidente de la Repú-
blica será elegido mediante el voto directo de todos los ciudadanos. No existirán privilegios de unos territorios sobre
otros, todos los pueblos pueden aspirar al mismo nivel de autogobierno. Tendrá un fuerte carácter social y de derecho,
se compromete a profundizar la democracia participativa , a dar respuestas solidarias y equilibradoras a los proble-
mas de la convivencia estatal y se comprometerá a luchar por una Europa unida basada en la integración política y
social y en el respeto a la solidaridad entre los pueblos y países de Europa.
Pluralidad y diversidad. El Estado Federal tiene que respetar. Garantizar y fomentar la pluralidad naciona, regional,
cultural y lingüística de todos los pueblos de Estado español. La diversidad y la pluralidad cultural han de funda-
mentar la doctrina constituyente de la nueva República Federal.
Derechos y ciudadanía social y ambiental. El Estado federal por el que apostamos tiene que ser el garante de la
traducción al derecho positivo de derechos humanos recogidos en las declaraciones y acuerdos internacionales
(Carta de Naciones Unidas, sus diferentes convenciones y declaraciones, etc.) y que tienen que pasar a ser exigi-
bles por todos los ciudadanos. Esto no sólo ha de afectar a los derechos individuales o políticos, sino también a los
derechos sociales y culturales, como el derecho a la educación, al trabajo, a la vivienda, etc. Las políticas econó-
micas y sociales deberán estar al servicio del cumplimiento de dichas exigencias, es decir, de la instauración de
una ciudadanía social. Esta ciudadanía social debería instaurar el derecho a la participación en las empresas y en
los órganos locales, regionales y estatales de decisión de las políticas económicas y financieras. Debe contemplar-
se también una ciudadanía ambiental, es decir, los derechos ambientales de las personas tienen que adquirir,
también, la categoría de exigibles. La Constitución Federal deberá recoger estos derechos
Gobierno compartido y proyecto común. No debe existir contradicción entre diversidad y solidaridad. El Estado fe-
deral por el que apostamos se basa en una noción no excluyente de la solidaridad que tome como referencia la no-
ción de ciudadanía y fundamentalmente de ciudadanía social y ambiental. Debe tener, por tanto, los instrumentos
necesarios para profundizar en el carácter social, democrático y de derecho del Estado, fomentar la eliminación de
las desigualdades sociales y los desequilibrios territoriales y garantizar los derechos individuales y colectivos de los
ciudadanos, con independencia de su lugar de residencia. La Constitución fijará nítidamente las competencias ex-
clusivas del Estado y de los Entes federados y las competencias compartidas. Las competencias asumidas por los
entes federados no tendrán mas límites que lo dispuesto en la nueva Constitución
Nuestra propuesta de Gobierno compartido implica la adopción de mecanismos de cooperación y coordinación en-
tre los diferentes niveles de gobierno. El Senado, se convertirá en la cámara de representación territorial y de par-
ticipación de los entes federados en la formación y expresión de la voluntad de la Federación. Sus competencias
deben ser muy amplias en aquellas materias que afecten a la esfera competencial de los entes federados y ala es-
tructura político territorial del Estado.
Municipalismo. Nuestra concepción del Municipalismo va mucho mas allá de la mera descentralización adminis-
trativa. El espacio municipal es aquel donde los ciudadanos desarrollan su actividad laboral y social cotidiana, es
aquí donde surgen sus necesidades y el mejor lugar para dales una solución. Sirve para desarrollar formas directas
y participativas de gestión de lo público, es decir, permite profundizar en el autogobierno y traducir el derecho de
la autodeterminación a una práctica cotidiana concreta y perceptible para los ciudadanos. Defendemos el fortale-
cimiento político de los Municipios y la plasmación efectiva de su autonomía y suficiencia financiera. Apostamos
por la descentralización de competencias y gestión al ámbito local de todas aquellas materias que por su naturale-
za sean posibles, por ser este el espacio de mayor cercanía a la hora de abordar las necesidades de los ciudadanos
(principio de subsidiariedad).
4. LA REFORMA DE LA JUSTICIA
Históricamente el sistema constitucional español ha sido incapaz de conseguir la independencia del Poder Judicial.
Hoy la utilización partidista de órganos tan importantes como el Tribunal Constitucional, el Consejo General del Poder
Judicial o el Fiscal General del Estado está llegando tan lejos, que la crisis producida está minando la credibilidad de
la propia Justicia. La corrección de esta situación obliga a reformar el sistema de elección de estos órganos, haciendo
desaparecer las cuotas de partido. En el caso del Tribunal Constitucional, debería además participar en la elección de
sus miembros las comunidades autónomas a través del Senado. En el caso del Fiscal General del Estado, su elección
y cese debería depender de las Cortes Generales. Se debería cambiar el modelo de Ministerio Fiscal, atribuyendo la
instrucción al propio fiscal. Otro problema constitucional respecto al diseño de la Justicia es la permanencia de Tri-
bunales procedentes del franquismo, como la Audiencia Nacional y los Tribunales Militares, que en nuestra opinión
deberían desaparecer y pasar sus atribuciones a la jurisdicción ordinaria.
Otro problema de calado es el distanciamiento progresivo de la Justicia respecto a los ciudadanos, que se concreta su
opacidad y las dificultades que tiene el ciudadano para disponer de información y poder acceder a ella de forma di-
recta, sin tener que contratar a un procurador o un abogado. Por otro lado las reformas realizadas no han mejorado
sustancialmente el funcionamiento de la Administración de Justicia, sino que ésta se está convirtiendo en una orga-
nización donde prima la rapidez en lugar de la justicia, aun a costa de “expulsar” a los ciudadanos de los Juzgados y
de que los funcionarios desconozcan el fondo de los procedimientos en curso. Democratizar la Justicia y transformar
su Administración en un servicio público transparente, ágil y de calidad, cercano al ciudadano, debe ser un objetivo
prioritario de la izquierda transformadora.
Por último, alertar sobre los planes de privatización y liquidación del derecho constitucional a la “justicia gratuita” que
se suministra a través del Turno de Oficio en aquellos casos en que los ciudadanos no disponen de recursos suficien-
tes. En diversas comunidades autónomas existen proyectos para trasladar la gestión de este servicio desde los Cole-
gios de Abogados a los grandes despachos de abogados, limitando su alcance a colectivos mas reducidos. La justicia
gratuita es un derecho fundamental que debamos defender. El Turno de Oficio debe transformarse en un servicio pú-
blico prestado por las Administraciones Públicas, con recursos propios y/o externos.
Debe adecuarse la organización y el número de efectivos de la Administración General del Estado a las competencias
y funciones que realiza. Ello implicará la reducción del número de Ministerios y de sus estructuras, reforzando los
puestos destinados a planificar, estudiar, dirigir y coordinar las políticas públicas y los necesarios para realizar las la-
bores de participación, seguimiento y coordinación con las distintas estructuras de la Unión Europea.
Se debe delimitar con claridad los ámbitos políticos y administrativos o de gestión y clarificar sus respectivas res-
ponsabilidades hoy bastante confusas. Es fundamental potenciar una administración profesionalizada y eficiente di-
ferenciada de los puestos políticos. Por otra parte es necesario acabar con el clientelismo que se produce en la
asignación de los puestos directivos de libre designación y con el ejército de asesores que rodea a los altos cargos,
que supone la creación de administraciones paralelas que marginan a las estructuras orgánicas.
Deben establecerse cauces de participación ciudadana en la planificación, toma de decisión, desarrollo y ejecución
de las políticas públicas y en la gestión de los servicios públicos. Una Ley debería regular la participación ciudadana
en las administraciones públicas.
Deben reformarse y racionalizarse los instrumentos jurídicos de Derecho Público (contratación pública, gestión presupuesta-
ria, fiscalización y control, procedimiento administrativo, etc.) con el fin de `posibilitar una gestión ágil en las unidades ad-
ministrativas sujetas a este tipo de regulación jurídica y evitar la huida indiscriminada a la esfera del derecho privado.
Hay que eliminar el clientelismo y la patrimonialización que de la función pública han venido haciendo los gobiernos
sucesivos del Estado, de las Comunidades Autónomas y de los Ayuntamientos, y que ha supuesto que valores como
la fidelidad política y personal, se antepongan a la capacidad profesional de los empleados públicos. Apostamos por
una función pública profesionalizada, para lo cual se deberán limitar los puestos de libre designación a los estricta-
mente necesarios, se creará una carrera profesional basada en los principios de mérito y capacidad, generalizándose
el sistema de concurso como instrumento de provisión de puestos.
Se potenciará el empleo público y se eliminará el trabajo precario, que actualmente ronda el 20% del total de las ad-
ministraciones públicas, sustituyendo aquellos que sean estructurales por empleo estable.
Dada las diferencias salariales tan amplias existente entre los empleados públicos de las distintas administraciones
(General, Autonómica y Local) se propondrá el establecimiento de un acuerdo, entre los diferentes niveles de go-
bierno, en el marco de la Conferencia Sectorial de las Administraciones Públicas, para homogenizar las retribuciones
de los empleados públicos independientemente de la administración donde desarrolle su trabajo.
En el estado español, a día de hoy, no existen tales condiciones, puesto que el carácter aconfesional formalmente alu-
dido en la Constitución viene inmediatamente negado con la afirmación del Art. 16.3 de que “los poderes públicos
tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de co-
operación con la Iglesia Católica y las demás confesiones”. Esas relaciones se siguen sustentando en el Concordato
franquista del año 53, su renovación en los Acuerdos firmados con la Santa Sede en 1979 y en leyes como la de Li-
bertad Religiosa de 1980 que, en la práctica, amparan subvenciones, privilegios fiscales, presencia y simbología re-
ligiosa en las instituciones públicas, etc., negando de raíz el principio elemental y democrático de la separación entre
Iglesias y Estado.
Dentro de este marco, intocable durante más de treinta años de Transición, se mantienen leyes en las distintas ad-
ministraciones del Estado normas y costumbres que contravienen el principio de igualdad de los ciudadanos y el res-
peto a todas las conciencias, otorgando un trato de favor a la Iglesia Católica - al que aspiran también otras confesiones
religiosas - con total menosprecio para las ideas y convicciones de los no creyentes, en clara contradicción con los fun-
damentos de derecho que se dice defender.
Eliminar cualquier tipo de financiación pública, exención fiscal o administrativa, donación de suelo público o sub-
vención directa a instituciones religiosas así como a sus Actividades.
Suprimir todo tipo de simbología religiosa en los actos públicos y en los espacios de titularidad pública (ayunta-
mientos, centros cívicos y culturales, escuelas, universidades, hospitales, cárceles), que tampoco podrán ser utili-
zados para actividades de culto o de proselitismo.
De forma análoga, los actos de naturaleza confesional específica no tendrán carácter “oficial”, por lo que ningún
funcionario público deberá participar, y menos ser obligado a ello, en su condición de tal.
No puede haber financiación pública para los centros educativos con ideario religioso u otro que suponga exclu-
sión y segregación ideológica o de cualquier otro tipo para el alumnado.
Suprimir la obligación de declarar sobre las creencias, o sobre la ausencia de ellas, en cualquier tipo de documen-
tación civil, escolar, administrativa, etc., incluida la declaración del IRPF.
Cualquier persona adulta podrá hacer valer, consciente y libremente, su derecho a unirse o renunciar formalmente
a determinada adscripción religiosa con la cancelación de sus datos personales.
Garantizar en toda la red sanitaria pública la atención a la Interrupción Voluntaria del Embarazo, el derecho a una
Muerte Digna y a las disposiciones del Testamento Vital.
Facilitar que cualquier ceremonia civil (acogida, matrimonio, funeral,…) pueda celebrarse dignamente al margen
de connotaciones religiosas.
Crear Oficinas de Defensa de los Derechos y Libertades de los Ciudadanos con el objetivo de facilitar códigos de
diálogo y de convivencia cívica entre las distintas opciones filosóficas e ideológicas, así como para la defensa y
protección de derechos y libertades.
Con el fin de fortalecer dicha convivencia en un plano de igualdad reivindicamos: incorporar conmemoraciones de
carácter civil al calendario laboral y escolar, nombres de personas ilustres de todas las tradiciones al callejero mu-
nicipal, fechas fijas y denominación neutra de las vacaciones escolares, igual acceso a los medios de comunica-
ción públicos, eliminando el privilegio de trato y espacio concedido a sectores confesionales.
Asimismo la cultura política que se introdujo tras la muerte de Franco ha supuesto a veces un lastre que ha dificul-
tado toda posibilidad de alternativa política. La Transición se cimentó sobre el concepto de consenso que ha sido el
nuevo vertebrador del Régimen. El consenso en sí mismo no tiene por qué ser malo. Pero la exigencia del consenso
en las grandes políticas del Estado es una renuncia democrática. Así, una mayoría social estaría sometida al veto de
las posiciones más conservadoras. Tal renuncia radical al cambio es la auténtica seña de identidad del Régimen de la
Transición. Así ha sucedido con la política internacional, la política económica, la legislación electoral, la política so-
cial,... Toda modificación de la situación heredada tiene que ser pactada, al menos, por las fuerzas mayoritarias. En
el caso de no ser así, el monarca se atreve a intervenir en política apelando a pactos de Estado, como ha hecho re-
En los últimos años son varios los síntomas de colapso del modelo. La movilización contra la impunidad de los crí-
menes del franquismo revela un hartazgo de algunos de los cimientos sobre los que se construye nuestro régimen po-
lítico. La virulencia con la que ha reaccionado el Poder Judicial ante un tímido intento de introducir la investigación
de crímenes contra la humanidad y, sobre todo, de democratizar la memoria histórica revela que en uno de los ci-
mientos del Régimen de la Transición es impedir que nuestra memoria apele a la II República como antecedente de-
mocrático sobre el que construir más democracia y repudie un régimen criminal como la dictadura de Franco. Asimismo
el modelo de la Transición no es capaz de digerir el Estatut de Catalunya porque en vez de abordar la construcción de
un Estado federal en su momento se echaron balones fuera a través del híbrido indefinido que supone un Estado uni-
tario descentralizado de forma difusa. Todo ello en medio de una crisis económica y política que no sólo está golpe-
ando duramente a la clase trabajadora, sino que está suponiendo un vaciamiento de la democracia representativa al
evidenciarse que las decisiones clave las adoptan las grandes fortunas planetarias, capaces de hundir o reflotar una
moneda, y organismos europeos y mundiales que no responden a ninguna legitimación democrática.
Tal colapso pone en evidencia la necesidad de ir a un cambio político sustancial que conlleve un giro económico, so-
cial, cultural y ético radical. A tal cambio la izquierda le llama III República. La III Republica es res-publica, lo pro-
pio del pueblo, su mayor tesoro. Intuición concordante con las luchas históricas de aquellos que se proponen organizar
la sociedad desde las demandas de los de abajo, como res-publica, contrapuesta a la visión de los que conciben la
política para la defensa de los intereses privados de los privilegiados, como res-privata. Es un movimiento que ha atra-
vesado la historia real y se reclama heredero de antecedentes de emancipación y autogobierno dos veces milenarios
desde sus primeras expresiones en la democracia griega y la república romana, pasando por las ciudades-estado del
renacimiento, en los orígenes de las independencias americanas, de la revolución francesa, los primeros movimientos
obreros de la era industrial y socialismos, anarquismos y comunismos de los dos últimos siglos.
La afirmación de una radicalidad democrática. Sólo es legítimo el régimen que es republica, cosa publica, cosa de todos,
en cuyo cuidado y gobierno todos están comprometidos ejerciendo la responsabilidad de su virtud ciudadana. Esta radi-
calidad democrática pone en cuestión las insuficiencias de una democracia meramente representativa porque elegir al
que ha de gobernar no es sino parcialmente gobernar. Las propuestas republicanas se dirigen a atreverse a más demo-
cracia y plantean instituciones como la frecuencia, brevedad, rotacion y mayores incompatibilidades de los cargos pol-
iticos, la revocación, la introducción del mandato, la rendición de cuentas ante los electores, formas de referéndum y de
democracia mas participativas, abiertas y deliberativas que hayan de preceder a toda resolución política.
La denuncia de la desigualdad material como conduciendo infaliblemente a desigualdad de poder y ejercicio de do-
minación. No existe libertad si no se dan las condiciones materiales que la hagan posible. Los republicanos plantean
propuestas de universalización de la propiedad que hagan posible la independencia en la vida de cada uno al mismo
tiempo que elevan una reserva crítica sobre la forma de trabajo asalariada.
La afirmación antitiránica frente a toda forma de dominación. En los Estados de Derecho actuales no está en los po-
deres públicos la principal amenaza de las libertades sino en las fuerzas que superan y hacen inoperantes incluso la
actuación de esos poderes públicos. Los republícanos proponemos la implantación de formas de democracia indus-
trial y de participación y gobierno de las empresas y sociedades que de regirse monárquicamente según un “ancien
regime” de carácter económico y laboral han de pasar a experimentar una revolución republicana.
República ha significado siempre la valoración de una convivencia basada en las virtudes cívicas y en la cultura, pro-
moción y educación en esa virtud consistente en hacer promover ciudadanos libres, independientes, críticos, y com-
prometidos por el bien común y atentos y solícitos con lo que es el interés general. No individuos recluidos
atomizadamente en lo suyo y su clan. Virtudes cívicas que se educan y cultivan en la democracia concebida como clima
cultural y no reducido a practica privada de un simple procedimiento de urna y voto.
El Estado republicano debe ser un Estado social y políticamente orientado por objetivos cívico democráticos, que com-
bata activamente la corrupción, que limite los derechos de propiedad privada sobre el capital o la tierra por su fun-
ción social, que mantenga y profundice la universalidad y gratuidad de los servicios públicos educativos, sanitarios,
culturales, financiados mediante un sistema tributario progresivo y redistributivo, que constitucionalice mecanismos
institucionales y legales que aseguren la efectividad de los derechos sociales, que mantenga un sistema de protec-
ción social y garantice el derecho a la existencia mediante una renta republicana de ciudadanía, que fuerce solucio-
nes cooperativas por la vía institucional, que haga pedagogía política, fomente la ética y los valores cívicos y la
austeridad como norma de conducta pública.
La izquierda debe ofrecer una alternativa a este sistema que va camino de arrojarnos a todos a la barbarie. A esa al-
ternativa seguimos llamándola socialismo para sintetizar las distintas corrientes emancipadoras que han llenado la his-
toria social y política de los últimos ciento cincuenta años. Creemos en un socialismo continuador de la idea de libertad
del republicanismo democrático fraternal, esto es, aquella según la cual libertad es independencia respecto de la vo-
luntad arbitraria de otro, ya sea el Estado o un particular, y que esa independencia se funda siempre en la posesión
de bases materiales suficientes para asegurar la existencia social de todos los ciudadanos.
Debemos recuperar una parte de la tradición de la izquierda española que ha sido lamentablemente abandonada, y
que no es otra que la gran labor pedagógica realizada desde casas del pueblo, clubes republicanos y ateneos popula-
res que consiguieron crear una cultura libre y humanista frente al catolicismo dominante a principios del siglo XX.
En este sentido, la escuela pública, universal y laica, que respete y promueva el pluralismo ideológico y la libertad
de conciencia, debe educar para conocer, o mejor para incitar conocer, para valorar y razonar. Una persona que es
capaza de juzgar moral y estéticamente el mundo en el que vive es más probable que sienta la necesidad de com-
prometerse activamente en su mejora y a participar: en el sentido de tomar partido, ante las cuestiones públicas
que consideramos importante mediante el voto, o ejerciendo el derecho a la manifestación o la libertad de expre-
sión y tomar parte, en el sentido de implicarse cotidianamente en la vida democrática: para decidir, cooperar y de-
liberar como consumidores, como habitantes de una ciudad, como usuarios, como miembros de asociaciones, como
trabajadores.
El resultado más exitoso del los movimientos emancipadores se ha producido cuando han conseguido socializar en la
izquierda a la mayoría y nunca olvidar el contrapoder necesario de una labor política-cultural que propicie la cons-
trucción de un bloque cultural hegemónico o que al menos sea capaz de enfrentarse al pensamiento único liberal do-
minante. En definitiva la labor de crear una vigorosa ciudadanía. Los republicanos creemos que así se construyen las
Republicas y así debe refundarse la izquierda.
Creemos que la aportación republicana debe ser uno de los pilares fuertes de ese edificio de proyecto coherente, ya
que, ideológicamente, se apoya y permite el apoyo en ella, tanto de tradiciones históricas de las izquierdas emanci-
padoras como de las nuevas corrientes transformadoras, con el objetivo esencial de enfrentarse y tender a rebasar el
sistema actual de dominación de las fuerzas del capital y el arbitrio de los poderosos.
La izquierda organizada debe contemplar en su ideario político la necesidad del acceso a la información y la comuni-
cación como una cuestión estratégica y como un eje indispensable en nuestra propuesta del nuevo modelo cultural.
La política cultural debe estar basada en el diálogo intercultural y la educación, y nuestra posición debe ser absolu-
tamente contraria a la liberalización de los servicios culturales.
Debemos apostar por la construcción de un programa valiente en cuestiones culturales y de conocimiento libre, sobre
la base de los siguientes ejes:
La apuesta por la democratización del conocimiento y la cultura, por gestionar de forma pública los derechos de
La apuesta por el software libre y la utilización de las licencias Creative Commons en las administraciones públi-
cas, universidade.s, institutos públicos
El marco de propuestas concretas de ese programa estratégico de construcción del nuevo modelo cultural debe con-
tener las siguientes propuestas:
Una política de medios de comunicación transparente. Las fuentes del poder económico, su productividad, de la
hegemonía cultural así como del poder militar dependen cada vez más de la producción, almacenamiento y con-
versión de la información y el conocimiento. Por ello el acceso de la sociedad a la comunicación e información y su
adquisición son cuestiones esenciales de participación democrática en el ámbito nacional y europeo. Más aún la
democratización de la producción, el tratamiento y la apropiación de la información y el conocimiento es un reto
inevitable del capitalismo digital.
El fomento con dinero público (1% del PIB) de todo tipo de propuestas tendentes a poner al servicio de todos lo
que es patrimonio común de la humanidad.
La universalización del uso de la Informática y de Internet, así como en la democratización del acceso a la infor-
mación y al conocimiento, es decir, por una Sociedad de la Información justa y solidaria.
La Informática y las Telecomunicaciones (las llamadas TIC o Tecnologías de la Información y las Comunicaciones)
no son un fin en sí mismas, sino solamente una herramienta, si bien de gran importancia, para avanzar hacia un
nivel cada vez alto de democracia política, social y económica. Y de esta manera
Fomento del Software Libre, estableciendo el uso preferente de programas de código fuente abierto en las
Administraciones Públicas, superando situaciones monopolistas de dependencia tecnológica.
Oposición a la implantación de las patentes de software, por favorecer a las grandes multinacionales del
ramo y a los grandes bufetes multinacionales, causando además un perjuicio al movimiento del software
libre, tanto a los programadores individuales como a las pequeñas empresas que producen este tipo de pro-
gramas.
Modificación del sistema de defensa de la propiedad intelectual que actualmente se realiza a través de la
implantación del llamado canon digital, buscando alternativas más justas en beneficio del interés gene-
ral, compatible con el respeto de los derechos de los creadores, los de la industria tecnológica y los de los
consumidores.
Cambio profundo del modelo vigente propiedad intelectual, priorizando los aspectos sociales y colectivos
de toda obra, pues el vigente, concebido en un principio para proteger el trabajo del creador individual, se
ha convertido principalmente en un instrumento de maximalización del beneficio de grandes empresas de
carácter multinacional.
No penalización del libre intercambio de archivos siempre que no tenga un fin lucrativo, de acuerdo con
la actual doctrina jurisdiccional, y apoyo al derecho a la copia privada.
Digitalización de los fondos culturales e históricos propios de la Administración General del Estado y su
puesta a disposición de manera libre y gratuita de los ciudadanos en la Web, permitiendo además la des-
carga digital de los fondos de las bibliotecas estatales. La publicación de estos fondos se realizará mediante
licencias libres que aseguren una difusión de los mismos sin las restricciones que impone el actual mo-
delo de propiedad intelectual.
EJE 5
FEMINISMO
El feminismo, como filosofía y práctica política, debe ser un eje vertebrador de nuestra política de transformación. No
puede concebirse que una organización como la nuestra, que denominada Izquierda Unida, caiga en el estereotipo pa-
triarcal y en la desunión de mujeres y hombres, por no existir implícitamente mecanismos que avalen nuestras posiciones
a este respecto y que los presupuestos políticos feministas, se releguen al nivel sólo teórico.
Nuestra fuerza política ha residido siempre en la defensa de las y los oprimidos, pero el giro que nos hace falta es conce-
bir que las diferencias existentes entre mujeres y hombres son reales y que la discriminación sexista y la violencia ma-
chista, son las expresiones más execrables de desigualdad.
Nuestra agenda y prioridades políticas, deben estar enmarcadas en un concepto feminista que horizontalmente atraviese
nuestro discurso y nuestra práctica. Sólo así podemos ser creíbles ante el cien por cien de la sociedad.
El feminismo plantea alternativas a la democracia, a las relaciones, a la economía, al empleo, a la salud, a la educación,
a la imagen, a la cultura… El feminismo es el discurso global que unifica a las personas en opciones y posibilidades. La
teoría y práctica feminista es la estrategia política que demandamos para conseguir elementos definitivos y consolidables
de igualdad para todas y todos.
Los derechos de ciudadanía de las mujeres, son derechos políticos aún pendientes. Las oportunidades y las libertades de
las mujeres están relacionadas directamente a las auténticas democracias. Hasta ahora, la política democrática está con-
cebida desde un punto de vista patriarcal, por lo que es limitativa para el ejercicio de derechos para las mujeres. Así la
participación en los ámbitos públicos en igualdad de condiciones, están limitados puesto que los roles asignados directa
o indirectamente, formal o materialmente, determinan, por una parte, el repliegue obligatorio de las mujeres al ámbito
doméstico y, por otra, la existencia de una feroz oposición a que éstas ocupen puestos visibles y de responsabilidad en las
esferas de decisión y de poder explícito.
De ahí que la democracia paritaria, signifique no sólo la representatividad lógica del 50 % de la población que la tiene li-
mitada, con el objetivo de hacer visible una realidad, sino que además representa una forma de hacer justicia social al
asignar de forma transversal los derechos arrebatados a las mujeres.
Una forma de implementar las políticas paritarias y transversales son los presupuestos participativos con perspectiva de
género. Esta forma de hacer política, incorpora la colaboración entre las instituciones y la sociedad civil cooperando ne-
cesaria y directamente en los asuntos públicos.
Los presupuestos participativos significan colocar en el centro de interés político la participación de hombres y mujeres,
poniendo a su disposición todos los recursos que la facilite. La democracia participativa se convierte en el centro de la po-
lítica. Hacer viable el principio de una persona un voto, significa crear el entorno político para que las mujeres estén inte-
gradas de manera total, haciendo de su participación un reto, de manera que los recursos facilitados van dirigidos con es-
pecial énfasis a que ello sea una realidad tangible.
Paridad, propuestas transversales, responsabilidad directa,... son factores facilitadores de una democracia feminista.
Por otro lado, y en la línea de profundizar en la democracia institucional, los reglamentos de participación, deben incor-
Y la segunda significa que tanto los consejos como los órganos instituciones, comisiones, etc. se deben comprometer
efectiva y realmente a que esa democracia para que sea tal, debe ser paritaria en su representación. Para la consecución
de ambos objetivos proponemos un reglamento marco/tipo que asegure la participación paritaria de mujeres y hombres,
en los órganos institucionales y de participación.
Lucha contra la segregación laboral y la precarización de los sectores laborales más feminizados.
Servicios Públicos de Servicios Sociales que posibiliten la conciliación de la vida laboral y privada.
Empleo y sostenibilidad
El feminismo es un movimiento político que, desde sus orígenes, pretende globalizar las mejores condiciones de vida y de
relaciones para todos los seres humanos. En estos momentos políticos de gravedad extrema para los derechos humanos,
se hace más patente que nunca la necesidad de plantear, sin paliativos, que la alternativa feminista de la igualdad, con-
lleva la alternativa real a los problemas que hoy se plantean.
Los mercados financieros, la economía especulativa y la democracia parcial y limitativa, van unidos intrínsecamente. Los dere-
chos sociales y económicos de todas las personas están siendo arrebatados en pro del mantenimiento del beneficio capitalista.
La crisis capitalista ataca directamente las condiciones de vida aparentemente consolidadas y entre los sectores más vul-
nerables, se encuentran las mujeres. Por ello la independencia económica, la estabilidad laboral, la igualdad salarial, tie-
nen hoy más sentido, si cabe, puesto que lo que se pretende es arrebatar no sólo los logros conseguidos, sino incluso los
conceptos vindicados por las mujeres.
Las medidas que se están adoptando están agravando las desigualdades entre los sectores más vulnerables de la población
y, por supuesto, entre mujeres y hombres. De ahí que desde nuestros postulados políticos transformadores, debamos plante-
ar propuestas totalmente confrontadas a las decisiones políticas neoliberales y patriarcales, construyendo prioritariamente
municipios que inviertan en bienestar social, a través de un presupuesto público progresivo que redistribuya los recursos.
En este contexto de transformación y concienciación social que debe definir nuestra forma de hacer política, debemos
apostar por inversión pública en infraestructuras sociales, convertir el derecho constitucional al empleo en un pilar, des-
arrollar medidas para acabar con la brecha salarial, con la precarización de los sectores más feminizados
Debemos generar unos sistemas públicos de calidad que además garanticen empleos dignos. Nuestros presupuestos pú-
blicos, al contrario de la práctica neoliberal, deben incrementarse económicamente para la consecución de objetivos pú-
blicos, entre los que se encuentran la igualdad entre mujeres y hombres.
La inversión pública ligada al empleo no se debe limitar a sectores masculinizados como la construcción y el automóvil,
sino a sectores que generen bienestar social a todo el mundo, como educación y salud.
Desarrollo de políticas activas contra la explotación sexual de las mujeres y por la abolición de la prostitución. No
a las ordenanzas cívicas, que criminalicen a las mujeres en situación de prostitución
En una democracia nadie debiera vivir bajo la amenaza de la violencia, tampoco las mujeres. Este principio debiera ser el
que guiara la determinación de las políticas públicas. Las relaciones entre mujeres y hombres se siguen sustentando en
una desigualdad en la que las conquistas de las mujeres se convierten para el patriarcado en un ataque.
Las violencias ejercidas contra las mujeres son muy variadas y distintas en sus formas. La idea de igualdad entre los se-
xos, aunque en nuestros días tenga presencia en el imaginario social, aún no se ha construido una sociedad estructural-
mente igualitaria. De ahí que la fuerza de la opresión sexista, se sienta de manera interminable.
Son los municipios sin duda, por su cercanía y por su implicación en el día a día de la vida de las personas, las institucio-
nes que se encuentran en mejor situación para desarrollar políticas de transformación y prevención.
Si son importantes otras medidas para erradicar la violencia de género, son las de prevención las que deben ocupar y cen-
trar nuestra prioridad de acción y presupuestaria. Desde los municipios se debe abordar una política preventiva y trans-
versal determinada a erradicar todo tipo de violencia de género.
No podemos olvidar que para erradicar la violencia de género es imprescindible erradicar también el pilar fundamental que
la sustenta: la desigualdad. Por ello es importante el desarrollo de los planes de igualdad de género tanto los dirigidos al con-
junto de los vecinos y vecinas, como los de ámbito laboral, destinado a los empleados y empleadas públicas.
También en esta lucha contra la violencia de género tenemos que centrar nuestros esfuerzos en la abolición de la prostitu-
ción, como forma extrema de violencia de género, con políticas activas desde los municipios para erradicar todas aquellas li-
cencias de actividad que tenga relación con la explotación sexual. Con especial control, en los medios de comunicación pú-
blicos o de regulación pública, de la difusión de emisiones o publicidad donde se normalice esta forma de violencia o donde
se difunda una imagen discriminatoria o denigrante de las mujeres. No apoyaremos ninguna ordenanza que pretenda crimi-
nalizar o sancionar a las mujeres en situación de prostitución.
Por último, es fundamental que nuestros municipios sean lugares de integración y de respeto a la diversidad, de ahí la impor-
tancia de políticas adecuadas de integración y apoyo a mujeres en riesgo de excusión social y a mujeres inmigrantes.
Garantizar la práctica de la IVE dentro de la red sanitaria pública y a cargo de la Seguridad Social.
Los derechos sexuales y reproductivos son derechos que garantizan la libre decisión sobre cómo vivir el propio cuerpo en
el ámbito sexual y reproductivo. Incluyen la libre decisión de las mujeres a practicar la sexualidad sin estereotipos sexis-
tas y sin la coerción social que determine forzosamente la maternidad. Son los derechos que las mujeres tenemos a com-
partir sexualmente nuestra vida sin determinaciones prefijadas.
Incluyen el derecho humano de la mujer respecto de su sexualidad, decidiendo libremente sin discriminación o violen-
cia. Suponen unas relaciones sexuales igualitarias entre mujeres y hombres y entre personas del mismo sexo.
La última modificación de la legislación sobre IVE ha supuesto una absoluta decepción y, por esto, desde nuestra pers-
pectiva política seguimos reivindicando el derecho al aborto libre y a cargo de la seguridad social. Esto significa la despe-
nalización total en el Código Penal de la Interrupción Voluntaria del Embarazo, partiendo del reconocimiento del derecho
a la IVE basado en la libre decisión de la mujer y que garantice su práctica en las 24 primeras semanas en la Sanidad
Pública. Además esta cobertura debe estar garantizada en cualquier momento de la gestación si supone un peligro para la
vida de las mujeres.
Consideramos además que el heterosexismo, como construcción social imperante, sigue siendo la forma predominante de
relaciones sexuales que no compartimos. No sólo por lo que significa de desigualdad entre los sexos, ya que la imposición
heterosexual sigue siendo una forma de opresión contra las mujeres, sino porque además defendemos las relaciones amo-
rosas, afectivas y sexuales de las personas, independientemente de su sexo biológico.
INTERNACIONALISMO.
UNIÓN EUROPEA, POLÍTICA Y
SOLIDARIDAD INTERNACIONAL
En la medida que no hay fuerza suficiente para superar las políticas neoliberales con rigor, los principales mecanis-
mos de crisis siguen operando con consecuencias dramáticas tanto para las personas de los países desarrollados como
las de los empobrecidos.
Las tendencias especulativas y rentistas siguen operando, evitando procesos productivos a largo plazo generadores de
empleo y distribuidores de rentas para asegurar el bienestar de la humanidad.
Los actores principales del capitalismo financiero, el complejo político, financiero, de comunicación, que concreta el
Consenso de Washington y su traslación al consenso de Bruselas, trasladan a la opinión pública internacional que “
lo peor de la crisis ya pasó”.
Lo cierto es que las medidas correctivas que se han empleado hasta la fecha no han hecho más que precipitar las con-
diciones que condujeron a la crisis. Los billones de dólares que se han transferido a la banca privada no se traducen
en nuevos empleos, siguen en el espacio especulativo. Los fondos de inversión se fortalecen y continúa la relación in-
existente entre la economía real y esos sectores especulativos.
La contundencia en la aplicación del dogma neoliberal pone en riesgo cierto a la propia democracia representativa,
incluso a los propios estados y sus constituciones nacionales.
Esta situación de excepción que está poniendo en riesgo al futuro de la humanidad y al medio natural está todavía
lejos de poderse superar con una alternativa de sistema en el horizonte del Socialismo del siglo XXI.
La capacidad del actual sistema para su reestructuración salvaje todavía está intacta y los pasos para regular el sis-
tema financiero se concentran por voluntad del G-20 en los organismos que controlan los EEUU, el Fondo Monetario
Internacional y el Banco Mundial. Es decir los responsables de la crisis han concentrado más capacidad regulatoria
sobre la economía mundial y trasladan los costos al resto del mundo.
Seguimos instalados en un gran idealismo, en una gran ingenuidad al pretender que nuestro diagnóstico de la crisis,
el señalamiento de sus autores (en España PSOE/PP), y nuestra alternativa la podemos popularizar y divulgar a través
de los medios de comunicación públicos o privados y no de forma directa, sin intermediación, a la sociedad.
Salvando las distancias y los contextos, deberíamos investigar como fue posible en América Latina el avance de go-
biernos de izquierda a pesar de tener en su contra los medios de comunicación cuando estaban en la oposición y
ahora cuando están en el gobierno.
Lo peor de la crisis todavía está por pasar para los países empobrecidos y para el modelo social europeo.
Es por ello que sería preciso acelerar la necesidad de contar con agendas comunes intercontinentales que permitan
resistir, responder y construir una alternativa solvente a la crisis que sume a todas las fuerzas políticas y sociales in-
teresadas en combatir las políticas neoliberales.
1. En el contexto del Partido de la Izquierda Europea y del GUE, acelerar la necesidad de anteponer una fuerza social
convergente para frenar el ataque frontal al modelo social europeo, a la cohesión social y territorial de la UE.
La estrategia fallida de Lisboa, y la nueva 2020, que no anuncia ningún cambio sustancial en la orientación de la
política económica neoliberal impulsada por los mal llamados socialdemócratas, conservadores y liberales, necesi-
ta UNA ALTERNATIVA para reorientar el proyecto europeo desde la participación activa de las personas europeas
El ataque a las condiciones de vida de las personas trabajadoras griegas es la expresión mas clara a lo que con-
ducen las actuales políticas del “consenso de Bruselas”. (Adjuntamos declaración de SYNASPISMOS y KKE)
La Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y los Derechos de los Pueblos realizada en
Cochabamba es un ejemplo concreto en la necesidad de alternativas concretas que no se queden en los cajo-
nes de los despachos (adjunta declaración)
3. Continuar la colaboración con las fuerzas de izquierdas de América Latina y Caribe para aprender y seguir de-
fendiendo en Europa sus procesos de cambio y de integración regional confrontados con el neoliberalismo.
La interlocución con el Foro de Sao Paolo o la experiencia de “Enlazando alternativas” caminan en esa dirección.
4. Incrementar la coordinación activa frente a la guerra, la militarización de la seguridad y el incremento del gasto
militar y programas de I+D.
Avanzar en propuestas de prohibición y eliminación ecológica de todo el arsenal mundial de armas de des-
trucción masiva (ABQ).
Coordinar la participación alternativa a la Cumbre de Lisboa de la OTAN que pretende un nuevo Concepto Estratégico.
5. Acentuar la coordinación internacional en la exigencia de la creación del Estado Palestino e incrementar las ac-
ciones de denuncia de las agresiones y crímenes del estado de Israel.
6. Seguir impulsando acciones de solidaridad con el pueblo saharaui y redoblar las exigencias del respeto a los
derechos humanos en los territorios ocupados del Sahara Occidental.
La propuesta “autonomista” de la fuerza ocupante necesita por nuestra parte una mayor capacidad para
defender los mandatos del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas en la realización del referéndum de
autodeterminación.
7. Comprometer nuestra solidaridad con la integridad territorial de la República de Chipre con una fórmula fede-
ral bizonal y bicameral con la total retirada de la fuerza armada turca y sus colonos del norte de Chipre.
8. Coordinar la exigencia del cumplimiento de los objetivos del milenio en un momento que la crisis ha incre-
mentado un 20% la hambruna en el mundo alcanzando ya a más de 1.200 millones de habitantes.
9. Superar las actuales limitaciones en las relaciones con Asia y África procurando dar pasos para permitir un
avance en la interlocución.