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Dedico esta pequeña obra fundamental al más grande prosista de nuestra Era
Hitleriana, al escritor hitlerista Knut Hamsun, hiperbóreo de Noruega, con el ansia
y la nostalgia de Thule metida en los huesos del alma. También se la dedico al más
grande poeta de nuestra Era Hitleriana, Ezra Pound, hitlerista por igual, irlandés
de los Estados Unidos de América; y al más grande pensador chileno, Nicolás
Palacios, todos ellos desconocidos hoy de una juventud desorientada por la
educación dirigida, por la electrónica, el marxismo, la sociedad de consumo, la
música negro-judaica, los orientalismos de toda clase, el "yoguismo", la "teología
de la liberación", el terrorismo marxista, maoísta, secretamente manejados por los
"Sabios de Sión".
Knut Hamsun, Ezra Pound, Nicolás Palacios, tres gloriosas víctimas de la Gran
Conspiración judaica, asesinados espiritualmente —si esto fuera posible— sólo por
haber tenido ideales, inmolándose en las llamas inextinguibles de su Fe, mas
resurrectos con los Dioses, en el Eterno Retorno, en el Gran Día del Regreso de
nuestro Führer, Adolf Hitler, el último Avatâra.
NACIONALSOCIALISMO
I. LA RAZA
Muchos siglos, milenios antes de Colón, primeros los hiperbóreos, luego los
frisones, los troyanos, los celtas, los normandos, los vikingos y los templarios,
se habían instalado en América. Y Colón lo sabía, siendo sólo un agente judío que
iba enviado a América con la misión de borrar las huellas de esos "Dioses Blancos",
como los llamaran los indígenas de color, pertenecientes a las razas inferiores de
los "esclavos de la Atlántida". En ningún momento Colón creyó encontrar allí un
nuevo camino hacia la India, ni Catigara. Con ello no hacía más que poner una
cortina de humo en torno a su verdadera empresa, pudiendo engañar a algunos
eclesiásticos poco avisados y a soberanos que ya habían perdido su instinto racial,
su "memoria de la sangre", en la mezcla con judíos. Además, el "descubrimiento de
América", la empresa de Colón, no fue nunca financiada con la "venta de las joyas
de la Corona", sino con dineros secretos de judíos y "marranos" [1], que debían
cumplir aquí una conspiración fundamental contra los "Dioses Blancos", contra los
arios hiperbóreos, destruyendo sus restos aún visibles en esta parte del mundo.
Bien sabemos, por Schliemann, que las leyendas siempre encubren una verdad de
fondo. Ahí está Troya para asegurárnoslo. "Cuando el río suena, es porque piedras
trae", dice el refrán popular en Chile.
Mi convicción es que las fechas deberían correrse muchos milenios hacia atrás
para fijar la llegada de los hiperbóreos blancos a las Américas. Cientos de miles
de años. Comprendo que es muy difícil para un investigador, un científico, que debe
luchar en el mundo académico judaizado, sostener o declarar cifras como éstas. La
Gran Conspiración lo trituraría, con el sarcasmo o el ridículo. Recientemente, en
el Norte de Chile se han descubierto momias con siglos de antigüedad, mayor que las
más viejas de Egipto, trabajadas con una técnica distinta y desconocida,
pertenecientes a una civilización y a un pueblo igualmente desconocidos. Una vez
encontradas, poco más se ha dado a conocer. Con seguridad, la misma mano ha entrado
a manejarlo todo.
LOS ARAUCANOS
Que los etíopes o los araucanos sean en verdad "tribus perdidas" de Israel,
poco importa para los fines que se persiguen. Los Sabios de Sión se lo harán creer
a los judíos. Y esto basta para la instauración del Mesías y la última explosión de
su mística. Por lo demás, tampoco han existido nunca doce tribus de Israel, ni
tribu perdida alguna. Hubo sólo doce tribus germanas, desgajadas del verdadero
Éxodo nórdico-ario de Hiperbórea, en el desierto del Gobi. Existió también un
pueblo divino de los Ases polares. Todas estas historias y leyendas nórdicas han
sido robadas y desfiguradas por una tribu parásita que se ha fabricado así una
mitología, pasándola como su historia nacional. Los judíos son la sombra negra de
los Dioses Blancos. Le van siguiendo los pasos. De allí, el viaje del judío
Cristóbal Columbus a las Américas y su intención secreta de encontrar aquí una de
las "tribus perdidas". En verdad, en América se hallaban tribus hiperbóreas
perdidas, la del Rey-Marino Inka, frisón, entre otras. También el judío siniestro
Simón Wiesenthal ha escrito un libro sobre los judíos en América. Vinieron a
América con Colón para destruír todas las huellas de los Dioses Blancos —como ya lo
habían hecho en Europa—, sus secretos, sus leyendas divinas y sus mitos sagrados.
Nada de extraño, entonces, que ahora puedan pretender hacerlo también con los
restos de los araucanos, destruyendo su memoria de la sangre.
En "El Último Avatâra" he contado el extraño caso del viaje a Alemania de una
delegación de indios de la América del Norte, ocurrida no hace mucho. Iban en busca
de sus ancestros, porque, habiendo llegado el fin para su tribu, únicamente el
encuentro con el Gran Guía, que en Alemania veneraba la Swástika, haría posible su
regeneración. Buscaron allí, pero sólo encontraron al viejo profesor Hermann Wirth,
fundador de la Ahnenerbe y divulgador de la "Crónica de Oera Linda", precisamente.
Gracias a él nos ha sido dado poder llegar a saber de ese extraño viaje de esos
indios a Alemania, después de la última guerra. Buscaron allí, sin encontrar al
Gran Guía, adorador de la Swástika Levógira, pues Él ya había partido.
EL RACISMO
Según Palacios, la mezcla con el moro, que no es semita sino númida (vaya uno
a saber si no había hasta vándalos entre ellos, o "libios rubios") es en verdad
poca. Y las estirpes visigodas se preservan, a pesar de la conversión de algunas al
mahometanismo. Palacios da sus nombres, apenas si disfrazados. Para el visigodo,
arriano antes que cristiano romano, le era lo mismo convertirse al mahometanismo,
siempre que preservara su sangre, en cuyo flujo circulaban Wotan, Freya, Baldur y
las runas. Sabemos hoy que esos Dioses y estos signos reaparecen todos secretamente
en el Arte Gótico, en las Catedrales Góticas, especialmente, aún cuando la Gran
Conspiración haya tratado de hacernos creer que las catedrales nada tienen que ver
con los godos y ha sido un error denominarlas góticas, por el solo hecho de que la
bóveda de crucería, u ojival, no es creación de ellos. Las catedrales fueron
construídas por Corporaciones de artesanos iniciados, no por cristianos. Eran
protegidos por los godos, entre ellos, los "malditos" Cagot, o "perros" de los
"godos", según Otto Rahn ("ca" es can, perro, y "got" es godo; es Dios), habitantes
del Languedoc pirenaico. "Perro", en este caso, era el grado superior de la
iniciación de esos artesanos secretos y sabios, fieles de Wotan, siendo los dos
otros grados inferiores, "Zorro" y "Lobo". Perro es también el fiel compañero del
dios ario Mitra, como el Lobo lo es de Wotan. Las corridas de toros en España
serían un resto degradado, es decir, exoterizado, del sacrificio del toro en el
culto esotérico de Mitra, llevado a España con las legiones romanas, de seguro.
Así, y correctamente entendido, las catedrales góticas distan mucho de ser los
templos cristianos que se cree, siendo monumentos secretamente dedicados al dios
Wotan de los germanos. Para los Constructores-Iniciados, más aún para sus patrones
godos, no era difícil realizar esto, pues conocían que el cristianismo había
entrado a saco en el templo de piedra de los Externsteine, robando la crucifixión
de Wotan en el Árbol Irminsul, así como también se apropiara de los elementos
principales del Mitraísmo, judaizándolos.
La casta más alta goda, de la que los visigodos elegían sus reyes de origen
divino, era de ascendencia báltica, nórdico-polar. En España, los dirigentes de
esta casta sagrada de los visigodos pertenecían a un círculo esotérico, llamándose
entre ellos "Ases", revelándonos que preservaban perfectamente el conocimiento de
su origen mítico-divino, entroncándose con el Ases Wotan y con la sacra ciudad
ancentral, Asgard, residencia de los Ases polares, hiperbóreos. En la perdida
lengua original hiperbórea, de la que el sánscrito deriva, el nombre Asgard —Cíudad
de los Ases— ha dado nacimiento al de Agartha, o Agarti, la ciudad mítica, también
oculta hoy, residencia del dios ario hindú Vishnú, blanco y rubio. En verdad,
Asgard y Agartha son una misma, como lo son Wotan y Vishnú, y como lo son los Ases
y los Vanes, de cuya mezcla se originan los germanos, y, por lo tanto, los godos y
los visigodos. También los Pandavas y los Koravas, de la Guerra del Mahabaratha.
Los Ases y los Vanes tienen un origen extra-estelar, divino. De ahí que los
visigodos y los merovingios luego (también los frisio-araucanos) se consideraran de
origen divino. Y es este conocimiento el que el judío ha intentado hacer
desaparecer de la superficie del mundo visible y de la "memoria de la sangre" de
los arios, de los blancos, al mismo tiempo que se lo apropiaba, para incluírlo,
deformado y desarticulado, en un fárrago de inventivas y un cúmulo de fantasías y
embustes, que pasan ahora a ser su historia nacional.
Por todo esto, a Chile no entran de inmediato los judíos, los "marranos", con
sus "encomiendas", o mercado de esclavos negros del África y su comercio con usura.
Aquí corrían peligro de perder la hacienda junto con la vida. Entraron a medida que
el territorio se fue pacificando, mayormente en el siglo XVIII y XIX, para
invadirnos casi totalmente al presente. La "Independencia" americana se ha cumplido
para que el judío se apodere de este Continente, conspiración tramada en las logias
masónicas francesas e inglesas, especialmente en la Logia Lautarina, de Londres, a
la que pertenecieron todos los llamados "Padres de la Patria", de las inventadas
naciones sudamericanas, incluyendo al "Libertador" Simón Bolívar.
Hasta hace muy poco en Chile la aristocracia gobernante era blanca, muchas
veces rubia y de ojos azules, sin que tuviera antepasados directos alemanes,
holandeses ni ingleses. De pura cepa castellana, hispano-visigoda, o vasco-nórdica,
únicamente. Cada vez menos, pues, la descomposición de la clase gobernante y el
ascenso del mestizaje involucionado, con el elemento mongólico del picunche y del
araucano en decadencia, ya tardío, y de algunos negros, van haciendo también de
Chile un país asiático y de color, por desgracia.
EL JUDÍO
La vida de las dos primeras castas, del rey y del brahmán, se regirá por el
"Código de Leyes de Manú", que tanto admirara Nietzsche. El Génesis también nos
habla de los Nephelim como de seres llegados de los astros, restos milagrosamente
salvados en la Biblia de una tradición que se ha hecho desaparecer y que
corresponde a los Ases y los Vanes de la epopeya nórdico-polar de las Eddas.
Allí donde otros pueblos mestizos, y mucho menos mestizos, han desaparecido en
la entropía fatal de la mezcla, donde ya la misma raza blanca pareciera
precipitarse en los errores que la llevarán a su extinción, el judío perdura, por
la voluntad demoníaca de mantener un continuo impuro, por medio de la disciplina
tenaz de la "ciencia de la sangre", de un "racismo" que robaron de los arios
hiperbóreos, emigrados del Gobi; de los Ases, de los Nephelim. Se lo han apropiado
para alcanzar lo opuesto. De vez en cuando, el judío deberá absorber sangre aria,
mezclándose con mujeres no judías, en proporción regulada, como un Drácula que
"bebe su sangre", la que rápidamente disuelve en su continuo impuro, sin perder
jamás sus características trascendentes. Y decimos trascendentes, porque en todo
esto hay algo más que una pura ciencia biológica y materialista, no teniendo el
racismo ario, ni el "racismo" judío, nada de materialista, como mal se podría
entender. Es a través de la sangre pura cómo los arios establecen un contacto con
sus dioses y escuchan su Voz. En el mestizaje, en la impureza de la sangre, pierden
la capacidad de ese contacto con su mundo espiritual —lo que Jung mal llamara
"Inconsciente Colectivo" (ario, en este caso)— con los Dioses de la Luz.
Ya el Führer, Adolf Hitler, lo dijo: "El judío es lo más alejado posible del
animal". (Porque metafísicamente también el Sheidim lo es). Un producto artificial
de una Mente, de un Propósito. Es una "anti-raza", creada artificialmente, por
medio de una Voluntad y una Nomocracia, es decir, de un Gobierno de la Ley. Al
comprender esto, se ve cuán inferior a ese Propósito y a esa Voluntad se encuentran
los arios hoy: materialistas, supervivientes adormecidos, pusilánimes y cobardes.
Enfrentados a una minoría sinárquica, de fanáticos sionistas, acólitos de un súper-
robot-gólem, de un Demiurgo, que llaman Yahvé, se ponen a temblar y les entregan
sus tesoros más preciados, para que los corrompan y los destruyan. Renuncian a su
inmortalidad. Se han convertido en menos que animales. Se han degenerado. El judío
los desprecia con razón y siente náuseas en su presencia.
Con lo hasta aquí expuesto, nos hemos permitido dar una visión más amplia, en
una perspectiva diferente, del conflicto de las Edades, pudiendo comprender que
ningún pueblo de la Tierra que posea genes arios pudo quedar excluído de esa Gran
Guerra, la que aún no termina. Chile, como los otros países sudamericanos, fue
involucrado. Todos estamos comprometidos a vida o muerte, aún cuando a menudo no lo
sepamos con la conciencia diurna.
El análisis que ahora haremos del otro pilar que sostiene la concepción
nacionalsocialista, su sistema económico, nos permitirá comprender aún mejor cuán
vigente se halla esta doctrina, a la luz de la situación desesperada en que han
sido puestos nuestros pueblos.
Desde la más lejana Antigüedad, el judío logró penetrar en las estirpes de las
clases gobernantes, de reyes y señores, endeudándolos, aprisionándolos en las redes
de su trampa usurera, del préstamo con interés, para así arrebatarles sus bienes, e
introducir a sus hijas, desposándolas con la nobleza. El dinero, el interés del
dinero, ha sido su arma, de más de dos filos, con la cual ha podido destruír a su
enemigo ingenuo, adormecido. Las reacciones violentas, productos de una indignación
desesperada, sin método, sin conocimiento y sólo momentáneas, los pogroms, no
podían conducir a nada efectivo. Por el contrario, sirvieron bien al judío para
explotar el sentimiento de conmiseración a su favor entre los arios cristianizados.
La trampa de la usura era una maldición, una manipulación de magia negra,
proyectada desde las oscuras profundidades de la Sinagoga, por mentes rabínicas,
cuidadosamente preparadas para ello.
Sólo el exorcismo de otras mentes muy lúcidas, de una magia blanca, digamos,
podrían haber tenido éxito para deshacer el embrujo y liberar al Prometeo
hipnotizado y encadenado por la Serpiente de la Usura, sacándolo de ese cerco
infernal. Que esto, tal como aquí lo decimos, haya llegado a producirse, se incluye
dentro de lo milagroso. Que fuera en verdad una operación esotérica y mágica, se
revela en el hecho de que el propagador del antídoto contra el veneno de la
Serpiente de la Usura, contra el interés del capital, era un alemán, miembro de una
Sociedad esotérica germana, la Thulegeselschaft —Orden de Thule— con sede en
Múnich. Fue Gottfried Feder, miembro permanente de esa Sociedad, el expositor
elegido para presentar la teoría y el sistema que destruyera definitivamente la
"esclavitud del interés del capital". Feder era Miembro Permanente de la Orden de
Thule, siendo otro Miembro Permanente Rudolf Hess. (Pudiendo ser ésta una de las
razones esotéricas de que aún se le mantenga en prisión). Hitler, Dietrich Eckart y
Rosenberg eran Miembros Visitantes. La Orden de Thule podría considerarse como la
inspiradora secreta del Nacionalsocialismo y de las SS. Su emblema se componía por
una Swástika Levógira y un puñal idénticos a los de la Orden Negra SS. Únicamente
una Orden Esotérica de Magia Aria (para no seguir diciendo magia blanca) podría
haber combatido con éxito a otra, también esotérica, de Magia Judía (Magia negra).
La Raza contra la "Anti-Raza", la sangre pura contra la "anti-sangre" impura. y la
aparición de un genio de la raza blanca, de los arios, un verdadero Mesías, un
Avatâra, como lo explico en mi último libro, ya citado. Que esto también lo sabían
y esperaban los judíos, queda dicho en "Los Protocolos de los Sabios de Sión". Y
era lo que ellos más temían.
Creemos haber podido demostrar cuán estrechamente unidos van para el judío sus
prácticas económicas, la usura y su conspiración etnológica. Esas prácticas le han
permitido mezclarse y penetrar en la raza aria. La transformación del dinero en una
entelequia cabalística, en una abstracción matemática, en un gólem con vida
robótica, en una deidad poderosa, ha permitido a su dueño y supremo sacerdote poder
vivir del interés que produce, sin trabajar y "sólo adorando a su dios", como le
ordenan el "Talmud" y la "Torá". Todo el mundo de los gentiles, los no judíos,
trabajará como esclavo para el judío, arrastrándose a sus pies, bajo el látigo del
dinero y de la Usura, esclavizado al interés del capital, por el miedo al hambre y
a la miseria.
Es por eso que el Interés es sacro y es santo para todas las organizaciones,
sociedades y países del mundo donde el judío gobierna entre bastidores. Por
supuesto, no se hace necesario mencionar a Estados Unidos, la Banca Internacional,
los trusts financieros, Suiza, Europa; hablemos también de la Rusia soviética y de
los países esclavos comunistas de la Europa del Este: todos ellos respetan el
interés del capital, y lo prestan con tasas muy altas. Cuando los deudores no
pueden pagar con dinero, por carecer de él, deberán pagar con sangre, con soldados,
como Cuba, o con sus materias primas y sus territorios. En Chile, el gobierno
judeo-marxista de Salvador Allende respetó el interés del capital y no expropió
ningún bien perteneciente a judíos. Ni lo habría hecho con latifundios ni
propiedades agrícolas, si el judío los hubiese tenido. Pero el judío nunca ha sido
agricultor en los países extranjeros donde se ha enquistado. Sólo prestamista,
intermediario, banquero o comerciante, laboratorista (controla la fabricación y
comercio internacional de drogas; Merck es de Rockefeller) e industrial de
alimentos, pudiendo controlar doblemente la salud física y mental de los arios, de
los no judíos.
«Somos demasiado poderosos, todo el mundo tiene que obedecernos. Los gobiernos
no pueden hacer ni el más pequeño tratado sin nuestra intervención secreta. Per me
reges regunt (Los soberanos reinan por medio mío). Leemos en la Ley de los Profetas
que somos elegidos por Dios para gobernar el mundo. Dios nos dio la capacidad para
realizar este trabajo. Si en el campo enemigo existiera un Genio, éste tal vez
podría combatirnos, pero un recién llegado no podría competir con viejos luchadores
como somos nosotros. Y EL CONFLICTO ENTRE ÉL Y NOSOTROS TOMARÍA UN ASPECTO QUE EL
MUNDO JAMAS VIO ANTES. AHORA YA ES TARDE PARA EL GENIO DE LOS GENTILES».
Y el "Protocolo VII":
Y el Protocolo IX:
«Se nos advierte que las naciones podrían insurgir contra nosotros, toda vez
que nuestros planes resultaran prematuramente descubiertos, pero, anticipándonos a
ese acontecimiento, podemos tener la seguridad de que lograremos poner en acción
una fuerza tan formidable que hará temblar hasta los hombres más valientes...».
Los bancos y las financieras se transforman en templos donde los fieles van a
pagar sus tributos en dinero (interés) al "Pueblo Elegido", al Becerro de Oro, al
Dios Oscuro, obteniendo a cambio los beneficios de un interés momentáneamente alto,
aunque ilusorio. De este modo se consigue que la industria, el comercio sano, la
agricultura, dejen de ser rentables, ante el espejismo de un interés usurero,
obtenido sin trabajar. Hasta que todo se termina en la quiebra de las financieras,
de los bancos y de los financistas criollos, que han sacado a tiempo y
subrepticiamente sus capitales al exterior, o que también han sido engañados por
los verdaderos señores de todo el juego, que manejan los hilos desde sus cuarteles
secretos. Los financistas criollos van a parar a la cárcel, desde donde muy pronto
saldrán en libertad.
El gobernante no-judío que acepta caer en esta trampa, lo hace por tres
motivos, principalmente: O es un ingenuo, que cree en la bondad del sistema (si
hubiera leído a Palacios sabría que "un sistema propiciado por un judío siempre
será dañino para un no-judío"); o se pasa de listo, creyendo que, aun aceptándolo
hoy, mañana se presentará una situación milagrosa que le permitirá cambiar de rumbo
y zafarse de la esclavitud; o es un calculador ambicioso, enfermo de poder, típico
dictador latinoamericano, que intuye que sólo podrá conservarse en el mando
entregándose en alma y cuerpo a servir los intereses y los designios del capital
internacional, o sea, del judío internacional. El judío lo mantendrá en el poder
mientras le sirva y lo expulsará miserablemente, como a un monigote, una vez que se
hayan cumplido sus planes y sus fines.
Cuál sea el caso de Chile, poco interesa averiguarlo ya, cuando el país ha
sido destruído entre las garras del monstruo monetarista, material y
espiritualmente, y sólo cabe leer nuevamente el "Libro de las Profecías" para
intentar conocer qué se nos tiene reservado aún a Chile y a Sudamérica en la
estrategia judía mundial. De seguro la miseria, como el caldo necesario para hacer
triunfar el cáncer de la revolución marxista, la esclavitud, que el judío prepara
para esta parte del mundo, a través de la Iglesia Católica marxistizada,
principalmente. Salvo que los pueblos despierten, en un último instante y traten de
aplicar el antídoto del Nacionalsocialismo, aunque esto los conduzca al sacrificio.
La acción heroica y extrema siempre será preferible a la esclavitud. Y aunque el
judío impusiera su poderío material, su plan habría fracasado, pues habría perdido
otra guerra ideológica y espiritual. Porque habría sido redescubierto. Su triunfo
se le atragantaría, siendo sólo aparente. Los pueblos habrían despertado.
Como un modo sencillo de sintetizar la situación actual de las naciones
sudamericanas, al mismo tiempo que poder demostrar cuán vigente se halla para este
continente la solución Nacíonalsocialista, vamos a transcribir los Protocolos que
aquí se están aplicando y que nos tienen al borde del abismo. Puede así comprobarse
que la Escuela Monetarista de Chicago no es más que la realización de unos pocos
Protocolos de los Sabios de Sión. Milton Friedman, o como sea su verdadero nombre
judío (por ejemplo, el verdadero nombre judío de Kissinger es Abraham ben Eleazar),
no ha hecho más que ponerlos en práctica en Chile, en Inglaterra y otros países de
goyim, de no-judíos. Por ello, se le ha dado el Premio Nóbel de Economía.
Protocolo VI:
Protocolo IV:
«Para que se arruine completamente la vida social de los gentiles, tenemos que
colocar el comercio sobre una base de especulaciones. El resultado de ello será que
la riqueza de la tierra, que se recoge por medio de la producción, no quedará en
manos de los gentiles, sino que pasará a través de la especulación a nuestras cajas
fuertes...».
(Hoy, los viejos predios agrícolas chilenos, todos endeudados con la banca
judía, trabajan únicamente para pagar, apenas, el interés de las deudas contraídas,
que se les instó a adquirir).
¡Qué retrato más fiel del Chile de la última década, habiendo sido fomentado
todo por la prensa, la televisión y la propaganda controlada por el judío, o por
sus lacayos, enquistados en las alturas!.
Protocolo VIII:
Protocolo XX:
(¡Qué revelación más extraordinaria, hecha hace casi cien años por los
verdugos a sus víctimas futuras, a los pueblos americanos!. ¡Y qué ignorantes o
criminales aparecen nuestros gobernantes, frente a la realidad y sus manipuladores!
Porque, ¿quién está detrás del Fondo Monetario Internacional y de los empréstitos
externos?).
«Todas las crisis económicas que nosotros hemos organizado con tanta astucia
en los países de los gentiles, fueron ocasionados retirando dinero de la
circulación...». (En Chile se ha hecho por recomendación expresa del Fondo
Monetario Internacional). «El Estado se vio obligado a recurrir a empréstitos. Esos
empréstitos ocasionaron pesados gravámenes a los gobiernos, obligándolos a pagar
intereses, y así vinieron a quedar atados de manos y pies».
«Vosotros sabéis en qué condiciones de caos financiero han caído por su propia
culpa y negligencia. Terminaron por fracasar, a pesar de los sacrificios de sus
gobernados».
Hasta aquí las citas de "Los Protocolos de los Sabios de Sión", escritos, o
preparados, con casi un siglo de anticipación, para ser aplicados ahora en los
países de América del Sur. Parecieran, sin embargo, estar siendo redactados hoy,
como para dar argumento a un escritor hitlerista que deseara hacer la crítica de
los gobiernos irresponsables y nefastos, entregados sumisamente a cumplir los
maquiavélicos fines del judaísmo, que los mismos judíos expusieran críticamente
frente a sus ojos, de modo que pudieran combatirlos, si en verdad amaban a sus
patrias y a sus pueblos.
Creemos haber podido demostrar que la única doctrina capaz aún de salvar a
nuestros pueblos sudamericanos y también al resto del mundo es el
Nacionalsocialismo. Chile es un pequeño país, poseedor, hasta hace muy poco, de una
tradición fuerte y sana. Este país se edificó, desde sus comienzos, sobre el
concepto de un Estado fuerte, "en forma", que aquí se llamara "portaliano", por
referencia a un gran ministro, Diego Portales. Así lo vio y lo sostuvo nuestro
amigo el historiador chileno Mario Góngora. Mas, en los últimos años, con la
aplicación de los "Protocolos", arriba expuestos, valiéndose de la doctrina judía
de la Escuela de Chicago, de Friedman, el Estado ha sido debilitado y su concepto
destruído, hasta ser inoperante. ¿Qué nos depara ahora el futuro? Para responder,
habría que consultar nuevamente el fatídico "Libro de las Profecías", o sea, "Los
Protocolos de los Sabios de Sión". Sin embargo, creemos que ese libro está siendo
revisado, más bien dicho, ampliado, adaptado nuevamente, por sus mismos autores, a
las condiciones del presente, de modo que las soluciones venideras, la nueva
aplicación de los "Protocolos", nos serán veladas.
Hay señales que nos están ya indicando que lo tratado en Basilea, por los más
altos representantes de la Banca Mundial Judía, tendría que ver con el reemplazo
del "dinero-papel" y del "dinero plástico", por el "dinero electrónico". Y éste es
un paso definitivo en la dirección perseguida por el Mundialismo judío, la
"Trilateral", los "Bilderbergers", Naciones Unidas, etcétera: el control total del
mundo en unas pocas manos, por el Gobierno Invisible de los Sabios de Sión, la
formación en el planeta de grandes zonas esclavas, sub-desarrolladas, miserables,
endeudadas sin posibilidad de redención. Y el resto del mundo también bajo el "yugo
del pan", como prescribe el "Protocolo XIII", de "Los Protocolos de los Sabios de
Sión".
Que todo esto corresponde a un Arquetipo judío encarnándose cada vez más (¿el
Mesías?), plasmándose en la materia del planeta, puede comprobarse en el "Talmud",
donde se cuenta de un hechicero que se hizo una profunda incisión en el muslo
derecho para introducirse allí las letras YHWH, que corresponden al nombre de Dios,
Adonai, quizás el de Yahvé, que se traduce a números, según la Cábala numeral
judía. El Demiurgo, penetrando en la misma carne y en la sangre, por medio de un
procedimiento de magia. Del mismo modo hoy, los no-judíos pasarán a ser controlados
por ondas electrónicas, introducidas en la sangre y en el código vital.
Se puede visualizar así que el destino de los países como los nuestros, que
carecerán de posibilidad alguna de llegar a tener acceso al centro del Gran Poder
Electrónico, será la esclavitud, el terror y la miseria. Todo esto preparado
oportunamente, durante la Era del "Dinero-Papel", por medio de los préstamos sin
posibilidad de pago, de la Usura legalizada —como en Chile— y de la esclavitud al
interés del dinero. Para llegar a tener acceso al "dinero electrónico", al "crédito
electrónico", la actitud no sólo deberá ser humilde y obediente: tendrá que ser
rastrera, de esclavos de por vida. Y el mundo se habrá dividido en zonas
jerarquizadas, de mayor a menor, con una cúspide inalcanzable, la del Monte Sinaí,
donde se instalará el "Mesías-Robot" y su Corte Secreta.
EL SIONISMO Y LA PATAGONIA
En la reunión sionista de Viena y en la del Consejo Mundial de Sinagogas, de
Jerusalén, se habrá tratado de la venida del Mesías y su instauración en el mundo,
"sobre la Colina de Sión". En Jerusalén, los rabinos habrán aportado las señales
premonitorias del advenimiento. El rabino con sede en Chile habrá señalado el caso
de los araucanos, entre los cuales se habrían reencontrado los rituales secretos de
los conversos judíos, o marranos, practicados en comunidades del Sur de Chile,
cerca de Temuco, a comienzos del siglo y que fueran conocidos como "Cabañistas
Sabatistas", habiéndome referido también a esto en mi libro "Adolf Hitler, el
Último Avatâra". Los rituales habrían llegado a ser conocidos por los Machis
araucanos, porque fueron enseñados y practicados por los Calcu, los hechiceros
negros, que ellos combatían. Ni siquiera a la llegada de los españoles existían ya
araucanos-frisones, de la raza pura de los Re-che.
Son a estos Calcu a los que hoy los judíos habrían entregado la dirección de
un Templo Judío, en Pucón, con el nombre de "Iglesia Israelita del Nuevo Pacto",
donde se practican extraños rituales, entre ellos uno que llaman precisamente de
"Las Cabañas" y que se realiza en día Sábado, consistiendo en instalar en torno a
la iglesia un número determinado de carpas, que ellos apodan "cabañas". Las
ceremonias, al parecer, tienen que ver con la sangre, pues ocasionan efectos
malignos en los no-judíos, produciéndoles hemorragias.
El hecho de que los judíos hoy, después de pasado casi un siglo, hayan sido
capaces de encontrar en el Sur de Chile indios que aún practicaban ese ritual judío
secreto de las "Cabañas", "en día Sábado", reviste tal importancia y seriedad, que
nos obliga a poner la máxima atención en el suceso. Demuestra la profundidad, la
acuciosidad e impunidad con que sus agentes se desplazan hoy por nuestro
territorio, pudiendo llegar a conocer hechos y asuntos absolutamente ignorados por
las autoridades e investigadores chilenos. Los rabinos habrían descubierto así otra
"tribu perdida de Israel", para ponerlo de este modo. Unos indios, una tribu
"judía-araucana" en el Sur de Chile.
Porque bien pudiera ser que estos "indios" sean mestizos de aquellos marranos
que practicaban ese rito hace cien años cerca de Temuco; o bien, se ha preservado
el ritual entre ellos por haber sido sirvientes de los marranos, conversos del
judaísmo, así como otros lo fueran del cristianismo. La tercera hipótesis y a la
que tenderíamos a adherirnos, es que esos Calcu, esos magos negros indios,
bastardos mongolizados, contra los que luchaban los auténticos Machi de sangre pura
araucano-frisona, los Re-che, los "Hombres-Reyes", los "Hombres-Dioses"
(Sonnenmenschen), de la legendaria tradición araucana, hayan correspondido a un
tipo aborigen de indios araucanos bastardizados con picunches o huiliches
inferiores. O bien, fueron realmente judíos (correspondiendo al arquetipo judío en
el Universo), arribados al Sur de esta tierra desde la Atlántida —"esclavos de la
Atlántida"— en una Ante-Historia que hoy desconocemos absolutamente. Porque ese
ritual "sabatista-cabañista", atribuído a marranos que lo practicaban en secreto en
el Sur de Chile, en el pasado siglo y aún en éste, sería desconocido en la
tradición ortodoxa rabínica, o, a lo menos, nunca revelado, encubriendo algo
siniestro que, al parecer, también tendría que ver con la "anti-sangre" y su
técnica secreta del continuo-impuro: la creación del Gólem-Huichalalwe.
Hay, entonces, un Nuevo Pacto y una Nueva Jerusalén, otra vez Renovado por los
judíos con su Gólem-Yahvé-Huecufe, que ahora les entregará el Sur del Mundo, hasta
el Polo Antártico (vana esperanza, porque allí Hitler puso ya su Emblema), o sea,
el territorio que se salvaría de las catástrofes inducidas por ellos mismos, el
centro geográfico desde el cual controlarán el Imperio en los territorios esclavos
de este Continente, tal como lo pretendieron hacer con África, desde el enclave de
Palestina.
Repetimos: en Chile los "mochileros" judíos que en gran número, desde hace más
de diez años, viajan al Sur patagónico, pertenecen todos a las fuerzas armadas o a
los servicios de Inteligencia de Israel. Levantan cartas geográficas, excursionan,
buscan, investigan por regiones secretas, desconocidas, van tras las riquezas
minerales hidrográficas, madereras, pesqueras; además de los puntos claves de las
tensiones magnéticas y telúricas que les permitan actuar "militarmente" sobre las
futuras catástrofes inducidas. Pero más que nada, también buscan los refugios de
los Dioses Blancos, las Ciudades Ocultas y secretas de los Andes y los "Cuarteles
Generales del Führer". En verdad, buscan a Hitler y a los hitleristas, las
"entradas" a su mundo interior. Algo que les estará vedado para siempre. Persiguen
indicios sobre los sobrevivientes del hitlerismo y de su "paraíso inexpugnable".
Buscan, además. los puntos secretos de las salidas y entradas de los Vimanas
(OVNIs) de Hitler; porque ellos saben que los "Discos Volantes" fueron inventados y
construídos por la ciencia anti-gravitacional (Implosión) del Tercer Reich, y que
sus "hangares" terrestres se encuentran en el Sur de Chile, por donde entran y
salen de la "Tierra Hueca", del "Refugio Inexpugnable". Por eso los "mochileros"
son agentes de los Servicios de Inteligencia y del Ejército Judío. Así, ellos
también se hallan prisioneros del Gran Mito.
Sin embargo, y contra todo lo que se pueda pensar, al revés de lo que los
arios no-judíos creen, en su embotamiento y escepticismo materialista, los judíos
saben que no han ganado la guerra al Nacionalsocialismo, al Hitlerismo. El judío se
encuentra siempre aterrorizado ante la sola aparición de la sombra luminosa del
Führer, Adolf Hitler, de quien el judaísmo ni siquiera tiene seguridad de su
muerte. Tiembla, teme por su regreso triunfal, al fin de los tiempos del Demiurgo.
justo en el momento en que provoquen la nueva Guerra Mundial. (Por eso aún no la
desatan). Así, el judío es el único que con certeza sabe que no ha ganado la
Guerra, porque ideológicamente la perdió. Y de nada le valdrá la explotación del
infundio de los Seis Millones y las "morbosidades nazis", que únicamente él es
capaz de imaginar.
Heil Hitler!
Sieg Heil!