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Sección: 0239
Profesor: Licdo. Andrés De Jesús Toribio
Bachilleres:
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Estados alterados de la conciencia.
La mayor parte de nuestra vida transcurre en el estado de conciencia consciente que
llamamos vigilia.
Conciencia: estar al tanto de diversos procesos constitutivos, como dormir, sonar,
concentrarse y tomar decisiones.
Conciencia de vigilia: estado mental que incluye los pensamientos, los sentimientos y las
percepciones que ocurren cuando estamos despiertos y razonablemente alerta.
Pero hay otros estados de conciencia entre los que la psicología distingue:
Estados de conciencia alternativos que se producen de forma natural y espontánea cuando
dormimos, soñamos y cuando deliramos por fiebre alta.
Estados de conciencia alterados que se producen de forma artificial y provocada por medio
de procesos como la meditación, la hipnosis y el uso de drogas.
En este tema nos concentraremos en los estados alterados de las conciencia. Empezando
con el dormir y el sonar. Luego pasamos a los estados alterados por las drogas, la meditación y la
hipnosis.
Sueno.
Los seres humanos pasamos cerca de la tercera parte de nuestra vida en el estado alterado
de conciencia conocido como dormir: un estado natural de reposo que se caracteriza por la
disminución del movimiento corporal voluntario y por una menor conciencia del entorno. Nadia que
haya intentado permanecer despierto por más de 20 horas consecutivas dudaría de la necesidad de
dormir, no basta con el descanso, la gente tiene que dormir.
Todas las aves y los mamíferos duermen, las ranas, los peces e incluso los insectos pasan
por “estados de descanso” similares al sueño.
Nadie sabe con exactitud porque necesitamos dormir, aunque ha empezado a acumularse
evidencia de que el sueño desempeña una importante función reconstituyente física y mental.
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Núcleo supraquiasmatico (NSO). Conjunto de neuronas en el hipotálamo que recibe
entradas de la retina relacionada con los ciclos de luz y oscuridad y que participa en la regulación
del reloj biológico.
Después de esta fase crepuscular inicial, el durmiente entra en la etapa 1ra del sueño, se
caracteriza por una disminución del pulso de relajación muscular y los movimientos lentos de los
ojos. Esta etapa por los general unos momentos y es fácil de despertar al durmiente, el cual quizás
no tenga idea de haberse quedado dormido.
Las etapas 2da y 3ra, se caracterizan por un sueño progresivamente más profundo. Durante
la 2da etapa aparecen de manera periódica ráfagas cortas de actividades de ondas encefálicas
rítmicas, llamadas husos del sueño. En la 3ra etapa empiezan a surgir las ondas delta (ondas lentas
con picos muy altos), durante esta etapa es difícil despertar al durmiente.
En la 4ta etapa el encéfalo emite ondas deltas muy lentas. El ritmo cardiaco, la tasa
(velocidad) de respiración, la presión sanguínea y la temperatura alcanzan el punto más bajo. En los
adultos y jóvenes el sueño delta ocurre en segmentos de 15 a 20 minutos.
Sueno de movimiento ocular rápido (MOR) (REM (Rapit Eye Movement) o paradójico.
Etapa del sueño que se caracteriza por movimientos oculares rápidos y un aumento del sueño.
Sueno no mor (NMOR). Etapa del sueño en que los movimientos oculares no son rápidos,
donde se alternan con las etapas MOR durante el ciclo del sueño.
Diversidad – Universalidad.
Los patrones del sueño varían considerablemente de persona a persona. Los patrones de
sueño cambian con la edad, los bebes duermen mucho más que los adultos (de 13 a 16 horas en el
primer año) y la mayor parte del sueño es MOR (REM). En los países asiáticos los niños pequeños
duermen menos que los niños de Estados Unidos o Canadá. En las sociedades no Occidentales
muchas personas entran y salen del sueño en el curso de la noche.
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Se ha demostrado que la falta de sueño contribuye a enfermedades cardiovasculares, el
asma, las apoplejías, la hipertensión arterial, la diabetes, entre otras. Y en los niños se asocia con el
sobre peso.
Las pesadillas. Son sueños aterrorizantes que ocurren durante el sueño MOR (REM) y que
se recuerdan al despertar.
Estudio científicos de los patrones típicos de sueño ha generado algunas ideas sobre varios
trastornos del sueño, incluyendo: hablar durante el sueño, sonambulismo, pesadillas y terrores
nocturnos, insomnio, apnea y narcolepsia.
El hablar en sueño y el sonambulismo ocurre durante la 4ta etapa del sueño, ambos son más
comunes en niños que entre los adultos. Alrededor del 20% de los niños presentan al menos un
episodio de sonambulismo o de hablar en sueño.
Insomnio. Trastorno del sueño que se caracteriza por la dificultad para conciliar el sueño o
permanecer dormido durante la noche.
Apnea. Esta se caracteriza por la dificultad para respirar durante la noche y sensación de
agotamiento durante el día.
Narcolepsia. Trastorno hereditario del sueño que se caracteriza por el cabeceo súbito
durante el día y la perdida repentina del tono muscular luego de momentos de excitación emocional.
Sueños.
Experiencias visuales y auditivas vividas, que ocurren principalmente durante los periodos
MOR (REM) del sueño;
Desde hace mucho tiempo los psicólogos han estado fascinados por la actividad onírica y el
contenido de los sueños, por lo que se han propuesto diversas explicaciones.
Los sueños como deseos inconscientes, Sigmund Freud (1900) el primer teórico, moderno,
en investigar este tema. Llamo a los sueños “el camino real al inconsciente” dad la creencia de que
los sueños representan deseos insatisfechos de la gente.
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Los sueños y la vida de vigilia.
Otra teoría sostiene que los sueños son una estación alterada (pero no disfrazada) de las
preocupaciones conscientes de la vida cotidiana. La investigación ha demostrado que los temas que
sueñan las personas, por lo regular son similares a lo que hacen y piensan cuando están despiertos.
Los sueños son la alteración más común de la conciencia normal y, como hemos visto,
ocurren de manera natural en condiciones normales, los estados alterados de la conciencia también
pueden ser inducidos.
Llegamos a ellos de forma inducida artificialmente (ej. drogas, hipnosis, meditación). Los
estados alterados de conciencia pueden originar estas consecuencias:
Alteraciones del pensamiento.
El individuo puede experimentar una alteración de los procesos cognitivos: atención, memoria y
capacidad de juicio. Ej. Puede confundir la fantasía con la realidad.
Pérdida de control.
Ej. Bajo el efecto de una droga como el alcohol perdemos el control de nosotros mismos.
Las drogas psicoactivas son sustancias que actúan sobre el sistema nervioso central (SNC) y
afectan a la percepción, las emociones y la conducta. La psicofarmacología es la ciencia que
investiga los efectos de las drogas en el organismo y en la conducta humana.
Efectos de las drogas en el organismo y en la conducta humana. El uso de drogas ha sido
una constante en todas las culturas; siempre se han utilizado las plantas por su poder terapéutico, y
También con fines lúdicos y rituales por su capacidad de alterar la conciencia individual y colectiva.
Por ejemplo, tanto los egipcios como los griegos y romanos conocían el opio, y las culturas
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precolombinas americanas tenían muchos conocimientos sobres sustancias alucinógenas y
estimulantes. Hoy, en todas las culturas, los seres humanos conviven con las drogas y las utilizan
con diferentes objetivos: fines terapéuticos, buscar nuevas sensaciones o evadirse de la realidad,
conseguir placer, aliviar el dolor, facilitar la comunicación social o adquirir nuevas experiencias y
conocimientos.
El filósofo Antonio Escohotado, firme defensor de la legalización, afirma que las drogas
son sustancias neutras, que pueden aliviar o matar; no hay drogas mejores ni peores, sino maneras
juiciosas y maneras insensatas de consumirlas. Los seres humanos tienen que aprender a diferenciar
entre las aplicaciones beneficiosas o nocivas de las sustancias psicoactivas. Con algunas
hay una gran familiaridad desde hace siglos (alcohol), mientras que otras son de reciente aparición,
como las drogas de diseño.
Podemos clasificar las drogas psicoactivas según la dependencia que producen o por los efectos
que tienen sobre el sistema nervioso central (SNC).
Fármacos de «energía»:
Otorgan alguna forma de energía, como la cocaína, el crack, la cafeína. Estas no suelen ser
tan adictivas, pero su abuso resulta muy dañino para el cuerpo, pues su efecto es
Comparable a un electrodoméstico cuando aumentamos la tensión eléctrica; el rendimiento inicial
es grande, pero puede seguirle un colapso del motor (del organismo en el caso de la persona).
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Fármacos «visionarios»:
Sustancias que proporcionan algún tipo de «viaje psíquico» como son el éxtasis, las drogas
de diseño, la mescalina y el LSD. «Paz», «energía» y «excursión psíquica» son opuestas a la
angustia, apatía y rutina, eternos enemigos del ánimo, pero el abuso de esta «Paz» se paga con
adictividad.
Las drogas actúan sobre las sinapsis cerebrales estimulando o inhibiendo la actividad de los
neurotransmisores (mensajeros químicos del cerebro). Las sustancias psicoactivas se pueden
agrupar de tres formas diferentes: depresores del SNC, estimulantes y sustancias psicodélicas.
Estas sustancias disminuyen el estado de alerta y aminoran la actividad del SNC. Los
consumidores atienden menos a los estímulos del exterior y sus reacciones son más lentas. También
disminuyen sus funciones mentales: atención, razonamiento, memoria e inteligencia.
Los depresores más importantes son: alcohol, barbitúricos, ansiolíticos y opiáceos.
El Alcohol.
Es una droga cuyo consumo se estimula por la publicidad y las tradiciones sociales. En
contra de la creencia popular, el alcohol no es un estimulante; el comportamiento de las personas
que ingieren alcohol en determinados actos sociales realmente se debe a que es un sedante del SNC.
Tampoco es un afrodisiaco, ya que deteriora el desempeño sexual, sobre todo de los hombres. Los
efectos del alcohol dependen de la cantidad y frecuencia de la ingestión. En pequeñas cantidades
amortigua la conciencia, reduce las inhibiciones sociales y produce sensaciones de relajación y
euforia. Pero un consumo excesivo produce graves efectos: daños del sistema nervioso y del hígado,
interfiere en la percepción de nuestros sentidos y disminuye la autoconciencia. En alcohólicos
crónicos puede originar delirium trémens o el «síndrome de Korsakov» (se recuerda el pasado pero
se borra de la memoria cualquier acto reciente). Cuando una persona ha ingerido alcohol, el
pensamiento y la percepción se embotan y solo los estímulos inmediatos captan su atención. Las
reflexiones que normalmente restringen el comportamiento son desterradas de la mente del bebedor.
Por eso, un borracho se comporta de forma exagerada.
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como medicamento para combatir la tos y ha generado graves problemas sociales por la adicción
que provoca. La morfina produce euforia, somnolencia y alivio del dolor, y cuando se interrumpe su
ingestión, el adicto se vuelve hiperexcitable, deprimido e hipersensible al dolor. EL fármaco más
utilizado para combatir la adicción a los opiáceos es la metadona, que es una sustancia sintética
derivada del opio. Se utiliza para el tratamiento de la dependencia a la heroína, porque neutraliza la
euforia de ésta y evita la aparición del síndrome de abstinencia. Sin embargo tiene un riesgo alto de
desarrollar dependencia física y psicológica.
Anfetaminas: Se recetaban para perder peso y combatir la depresión leve pero cuando se
comprobó que muchos pacientes desarrollaron dependencia dejó de hacerse. En la actualidad, los
usos médicos legales de estas sustancias son el tratamiento de la narcolepsia, la hiperactividad
infantil y la sobredosis de fármacos sedantes. Las anfetaminas aceleran el uso de los recursos
corporales, aumentan el rendimiento, mejoran el nivel de alerta del organismo y ayudan a combatir
la fatiga. A corto plazo, permiten un esfuerzo continuado sin descanso ni sueño. Su consumo
prolongado produce «tolerancia», y en dosis elevadas aparece insomnio, pérdida de peso, deterioro
de las condiciones físicas y mentales y se puede generar dependencia física. También pueden
originar una pérdida de contacto con la realidad, conocida como psicosis anfetamínica: los usuarios
afectados se sienten amenazados y sufren delirios paranoides.
Cocaína. Es una sustancia originaria de Colombia, Perú y Bolivia que se utilizaba antes de
la colonización para combatir el hambre y el cansancio. Este estimulante del sistema nervioso,
extraído de las hojas de la planta de coca, fue un componente de la bebida de cola hasta que se
reemplazó por la cafeína (en 1906). La cocaína incrementa la actividad de las vías del cerebro
sensibles a dos mensajeros químicos: la noradrenalina (activa el cerebro) y la dopamina (produce
una «oleada» de placer). Provoca sensaciones de euforia, seguridad y bienestar, y cuando se acaban
sus efectos, el sujeto puede sufrir trastornos del sueño, ansiedad o depresión. El abuso de cocaína se
ha generalizado peligrosamente en los últimos años, en especial desde que comenzó la venta de una
variedad más barata (crack).
3. Sustancias «visionarias».
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frenar el glaucoma, las náuseas producidas por la quimioterapia en enfermos de cáncer, estimular el
apetito en personas con sida y aliviar los espasmos que se producen en la esclerosis múltiple. El
hachís, al debilitar la voluntad da vía libre a los recuerdos y la imaginación.
Durante siglos la gente ha empleado diversas formas de meditación para experimentar una
alteración de la conciencia. Cada forma de meditación concentra la atención de la persona de una
manera un tanto distinta. Por ejemplo, la meditación Zen se concentra en la respiración, mientras
que el sufismo se basa en la danza frenética y la oración. En la meditación trascendental los
practicantes entonan un mantra, que es un sonido elegido especialmente para cada persona.
En todas sus formas, la meditación suprime la actividad del sistema nervioso simpático que,
como se sabe, es la parte del sistema nervioso que prepara el cuerpo para la actividad extenuante
durante una emergencia. La meditación también disminuye la tasa del metabolismo, reduce el ritmo
cardiaco y respiración y el lactado en sangre, una sustancia química vinculada al estrés. Durante la
meditación hay un aumento notable de las ondas encefálicas alfa (que acompaña a la vigilia
relajada). También activa los centros involucrados en la atención y regulación de la actividad del
sistema autónomo.
La meditación se ha empleado en el tratamiento de ciertos problemas médicos en especial
las llamadas quejas funcionales (aquellas para las que no puede encontrarse una causa física). Por
ejemplo el estrés suele producir tensión muscular, y en ocasiones, presión de los nervios y dolor.
Otras evidencias sugieren que la meditación puede ser útil incluso en el tratamiento de niños con
diagnóstico del trastorno por déficit de atención con hiperactividad y para ayudar a sus padres a
manejar el estrés adicional por el que pasan sus familias. Por igual se han demostrado sus efectos
para ayudar a las personas a dejar el consumo de drogas y aumentar la eficacia del sistema
inmunológico.
Otros beneficios, además de los fisiológicos, está reducir la fatiga, la ansiedad y la presión
sanguínea, mejorar el estado de ánimo, el procesamiento video espacial y la memoria.
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A mediados del siglo XVIII Anton Mesmer, un médico vienes, fascinado a las audiencias
europeas al colocar a los pacientes en trance para curar sus enfermedades. El mesmerismo,
conocido ahora como hipnosis, fue inicialmente desacreditado por una comisión francesa
encabezada por Benjamín Franklin. Esto trajo muchas controversias.
Se decía que desde el punto de vista conductual, no existe una definición simple de que
significa exactamente estar hipnotizado. Diferentes personas que se cree fueron hipnotizadas
describen sus experiencias de manera muy distintas. De igual modo, algunos investigadores que
estudian la hipnosis todavía discuten si se le debería caracterizar o no como un estado alterado de
conciencia. Otros investigadores destacan que es más importante estudiar los fenómenos que
caracterizan a un estado hipnótico, como los cambios neurofisiológicos y las interacciones sociales
y que llegar a un consenso de si la hipnosis es un estado alterado.
El proceso de la hipnosis.
Sugerencias hipnóticas.
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