Você está na página 1de 10

MEMORIA CONDENSADA

EMMANUEL HARING
Introducción
Memoria condensada es un estudio sobre los recuerdos humanos y la imaginación, más
precisamente sobre la capacidad de operar que tenemos sobre ellos. Una exploración en la
que ponderamos al olvido como forma de abstracción de la mente, asignándole el mismo peso
específico que el recuerdo. El fin último de este estudio es materializar un objeto capaz de
transformarse en un disparador de la memoria; un artefacto que sea capaz de aglutinar en su
interior los elementos para transmitir una vivencia, una imagen mental sobre el espacio/objeto
al que referencia. Midiendo el equilibrio entre datos e incógnitas de manera que el observador
pueda responderse, completar los espacios vacios y reflexionar llegando así a reconstruir su
propia postal, diferente a la original, única, como una novela que permite al lector proponer sus
personajes y locaciones a medida que avanza en la lectura.

El proceso proyectual a partir del que se genera el objeto consta de 4 etapas. En la primera
que denominare “hipótesis proyectual” se analizará el referente, base sobre el cual
extraeremos el tema de la obra y la materia con la que se trabajarán los argumentos de la
misma. En una segunda etapa se tratarán estos materiales abordando las conclusiones
necesarias para dar la orientación que exige el trabajo, será el lienzo sobre el que se
determinará el proceso material y técnico del mismo; esta etapa nombraremos como
“reflexiones”. El tercer momento abordará el marco teórico y técnico formulado para emplearlo
sobre un nuevo referente, concluyendo con la comprobación física de lo estudiado y del
método desarrollado, el objetivo de esta etapa será concluir con la documentación para poder
desarrollar dicho objeto; la etapa “proyecto”. Por último, el proceso demandará poder ejecutar
lo producido en las etapas anteriores; este momento probablemente escape a los limites del
trabajo pero quedara formulado que para finalizar el proceso necesitaremos la “ejecución”.

Hipótesis proyectual
La hipótesis proyectual surge particularmente del estudio una obra, la propuesta ganadora para
la reconstrucción de la casa de los maestros en Dessau; concretamente el trabajo sobre la (en
ese entonces) inexistente casa de Gropius. La obra ganadora por el estudio alemán BFM
Architekten junto a la asesoría de David Chipperfield se enmarca en la segunda vuelta de un
concurso que aun no resolvía el debate raíz del mismo, “reconstruir o conservar”. El encargue
planteaba un posicionamiento teórico frente a estas dos situaciones; si la intención es restaurar
elementos del pasado ¿a qué pasado querríamos recurrir? ¿Cuál es el periodo exacto que
interesa? ¿Cada periodo o etapa merece una valoración diferenciada? Devolver las partes que
faltan es restaurar glorias pasadas así como la destrucción de los vestigios de la historia, la
huella del último testigo del paso del tiempo, todo en un mismo proceso.

La elección de esta obra no es azarosa, mas allá del valor material del objeto final, interesa
mucho mas por ser la comprobación empírica del sustento teórico del mismo; un manifiesto
presentado que penetra (a mi entender) más profundo que la propia fibra de la arquitectura. La
postura asumida pone en crisis los dos caminos enunciados mientras que una tercera posición
plantea la posibilidad de “recrear” el artefacto, una reinterpretación apoyada por los únicos
sobrevivientes del periodo: documentación y fotografías de la época.
A partir de estos elementos se elabora una reflexión crítica sobre lo que puede ser una
reconstrucción, jugando con la imagen de un elemento “no real”, la memoria abstracta como
confrontación estimulante del diálogo con el pasado que aporta la justa materia para rellenar
las fisuras del espacio en el que se emplaza sin tapar las cicatrices del mismo. Jose Gutierrez
Marquez, uno de los autores del proyecto plantea: “nuestra memoria vive en cierta
indefinición”; en efecto, la idea de la memoria como visión borrosa de la realidad, una
fotografía vieja que evoca preguntas y delimita el espacio para generar las respuestas deja
entrever la capacidad de la obra para apelar a la memoria del usuario, del que contempla, para
terminar de develar el objeto. Por un instante devuelve su condición original aunque sea en el
inconsciente. La obra se vuelve un catalizador de los sentidos, impulsos que activan la
memoria. Nuestra propia reconstrucción del hecho físico porque, existente o no, una vez que
finaliza el período de contemplación, solo nos queda el registro, una interpretación y sensación
personal, nuestra propia “foto borrosa”. ¿Qué peso real tiene la obra si es capaz de ser una
proyección personal y única que apelando al fondo de nuestra mente nos invita a develar los
recuerdos y transitarlos una vez más?

Obra original (W. Gropius) / Propuesta ganadora (BFM Architekten)

Reflexiones
La imposibilidad de acceder al escrito original me permitió como segunda etapa del trabajo
desandar el camino propuesto de manera libre, elaborando mi reconstrucción de los
fundamentos de la obra. Llenando los vacios a partir de las reflexiones que pueda desarrollar,
buscare metodizar el proceso asumido. Concretamente los arquitectos mencionan a tres
referentes que son los pilares de la postura planteada: Thomas Demand, Hiroshi Sugimoto y
Jorge Luis Borges. Estos tocan en su obra a la memoria como campo de estudio y proposición,
permitiendo transformar la reconstrucción de la casa de Gropius en la tangente que los une.
El primer referente mencionado es el escultor alemán Thomas Demand. Considerado a sí
mismo como artista conceptual. Gran parte de su obra se centra en el registro, por medio de la
fotografía y la filmación, de modelos tridimensionales efímeros. La serie de fotografías
entendida como sustento teórico del proyecto se basa en la confección de modelos que
recrean escenas del imaginario colectivo cargado de elementos socio-políticos; como fiel
exponente de su obra cabe mencionar la titulada “Bathroom” (1997). La cual retrata el evento
que tomo lugar en 1987, cuando un político alemán es hallado muerto en un hotel;
desconociendo la causa de su muerte, la fotografía de su cuerpo recorre los medios. El
escándalo político puede encapsularse en la imagen que formo y forma parte del consiente
social, la “escena del crimen” por excelencia de Alemania. La obra de Demand reconstruye de
manera “borrosa” la escena en un modelo que quita el foco gravitacional de la imagen original,
el cuerpo no es representado; despojado de la figura humana, sin escala y libre de juicios,
reducido a lo esencial. Sin proclamar la verdad, se reconstruye una imagen mental, una
locación histórica vaciada, escenario perfecto para los fantasmas de la memoria. Del evento a
la banalidad y viceversa, las historias son reconocibles instantáneamente por el sector social al
que se enfoca y acompañan a las imágenes como lugares comunes en un tiempo finito. A
medida que este transcurre la memoria colectiva se renueva, olvidando el evento, dejando una
imagen que perdura irradiando la necesidad de ser lo que es y nada más.

Original muerte Uwer Barschel / Reconstruccion “bathroom”

La capacidad de reconstruir una imagen, principalmente el recuerdo que tenemos sobre ella.
Alterada, vaciada del contenido originar y la estructura que le daba sentido. La carga de la
memoria que originalmente la hizo parte del imaginario colectivo para poder ser completada por
cada uno de los observadores. Siempre legible (sutilmente) la diferencia entre original y
reconstrucción, entre realidad y extracto alterado de la memoria. Son los puntales que
sostienen la estructura teórica de la obra de BFM, irradiando universalidad y posibilidades de
acción.
El segundo artista incorporado es Hiroshi Sugimoto. El fotógrafo japonés envuelve su
accionar en torno a una premisa, considera su obra como una expresión de la exposición del
tiempo. Entendiéndolo como una capsula de eventos, se enfoca en temas como la
trascendencia de la existencia y el conflicto entre la vida y la muerte. Cuenta con una gran
capacidad técnica, puntualmente dominando la fotografía de larga exposición permitiéndole
tocar temas conceptuales y filosóficos. La serie fotográfica “Architecture” es entendida como
la línea que cruza el espacio estético de la obra para la casa de los maestros. De la boca de
Hiroshi interpretamos su trabajo como una liberación espiritual de la arquitectura, permitiéndose
apoyar en los recursos mecánicos accionando más allá del poder humano. Genera una
indefinición total por medio de métodos técnicos que develan a la arquitectura superlativa,
sobreviviendo a la embestida de la indefinición fotográfica. Se trata de una prueba de “erosión”,
un examen conceptual y no material. Un ensayo de la capacidad comunicacional del edificio
reduciéndolo a su mínima expresión física. El proceso inverso en el tiempo como concepto
intenta captura la obra antes de que se construya, en un estado ideal de visiones donde se
muestra como es. Eliminando la información superflua (abstracción), llega a su estado ideal.
Cabe mencionar que series como “Dioramas”, en la que se explora la situación de la
percepción humana respecto a la fotografía en cuanto a la visión del mundo como una “realidad
retratada” o una reconstrucción de ella por medio de la técnica, y “Theaters”, donde se estudia
no el momento sino la duración de este y la sobreexposición de información a la que estamos
sometidos sobre el soporte de la arquitectura, aportan un rico marco de discusión sobre la obra

Serie Architecture (Villa Saboye / Ronchamp)

Serie Theater (Radio City Music Hall) / Serie Diorama (Alaskan Wolves)
Una reflexión final sobre su obra nos permite preguntarnos si solo la fotografía esta
circunscripta a las limitaciones de la traducción idea/fenómeno. ¿Qué es lo real en el proceso
de proyecto y construcción? ¿La realidad de una obra yace en el instante en el que el autor la
puede tener inmaculada en su mente? Siempre existe una reconstrucción, hay algo que queda
en la trasmutación al mundo físico de una idea ¿es posible ser consciente de ese proceso y
utilizarlo como parte del estadio ideal de una obra? Cabe resaltar la honestidad con la que el
artista asume la condición y la ensalza, permitiéndole mover las fronteras de la disciplina. Si
hay algo de lo que estamos seguros es que el trabajo en ella nos lleva ineludiblemente a
accionar en el límite entre ambas realidades, un pie en cada región.

Por último el escritor argentino Jorge Luis Borges, de una vasta obra e inabarcable a los
límites que mi trabajo plantea; no existe reflexión alguna que no se haya hecho sobre él ni que
yo pudiera encarar con mayor profundidad que los entendidos de la materia. Asumiendo los
limites de mi trabajo, me propongo abstenerme a un solo tema (no por eso de menor densidad)
al que me referiré para sacar las conjeturas que me lleven a avanzar en mi estudio.
Entendiendo que me sería imposible desandar el camino de los arquitectos en este campo en
el que acabaría por entender que cualquier texto o pensamiento del escritor podría haber sido
un desencadenante de muchos de los aspectos del edificio en cuestión. El tema sobre el que
reflexionare es el tiempo, en palabras de Borges “el problema capital de la metafísica” (Borges
oral - 1979). Concepto que el autor en su conferencia disocia de la dupla espacio-tiempo
entendiéndolo como “un espacio en sí mismo” elevándolo por en cima del prescindible espacio
físico. El tiempo en sus 3 estados: pasado, presente y futuro; configuran la eternidad,
volviéndolo una proyección móvil de esta para hacerla tolerable. De sus estados, el presente
resulta el más inestable, casi ficticio; al no admitir subdivisiones en instantes porque estas
serian infinitas. Solo podríamos definir su estructura por una “molécula” del ayer y una del
porvenir, volviéndose un punto inconmensurable. Si pensamos en la fotografía como un posible
“instante congelado”, estaríamos olvidándonos que incluso ella se conforma de un periodo
cuantificable (tiempo de obturación de la foto), es aquí donde Borges vuelve a ligar el espacio
tiempo. En su par, el tiempo asignado a un espacio nos permitiría encontrar su
fraccionamiento. La mesura y registro del tiempo es la memoria, imprescindible para poder
abrazarlo, para que exista en este estado.

Los hombres estamos hechos de pasados, de memoria, es la que nos define. “No es
necesario que yo recuerde, por ejemplo, para ser quien soy, que he vivido en Palermo,
en Adrogué, en Ginebra, en España. Al mismo tiempo, yo tengo que sentir que no soy el
que fui en esos lugares, que soy otro. Ese es el problema que nunca podremos resolver:
el problema de la identidad cambiante”. El cambio para Borges puede resumirse en la
parábola de Heráclito cuando afirmo “nadie baja dos veces al mismo rio”; en su reflexión
entiende que no solo el rio conformado por aguas que fluyen (como el tiempo) al bajar no son
la misma materia, en el proceso las experiencias que nos acontecen nos van moldeando y
modificando, somos otras personas que la acción de ir al rio formó. En el fluir del tiempo, tan
importante como la memoria es el olvido, la contracara de la misma moneda. El elemento
escultor de la memoria, lo que le da forma y sentido. El olvido es a la memoria lo que el vacio
es al lleno.
Entendiendo esta visión del autor podemos volver a su cuento celebre “Funes el memorioso”
para entender mejor el peso del olvido. En el relato, el narrador cuenta la historia de un joven
uruguayo que un accidente dejo minusválido pero en el proceso abrió las puertas de la máxima
percepción. Este es capaz de recordar todo su presente y su ayer, al mismo tiempo que no
puede desprenderse de ninguno de ellos. En el texto se entiende a la memoria como una
herramienta imprescindible para la interpretación de la realidad. No hay forma de entenderla o
apreciarla si no fue antes procesada por nuestra redefinición. En este proceso, la abstracción,
la capacidad de generalizar y clasificar son las herramientas del pensamiento, la construcción
de un nuevo imaginario. Entre el presente intangible y el ayer existe un velo traslucido, el filtro
que nos habilita indagar en nuestra memoria, a procesar los datos y realizar las tareas
generadoras de ideas. Si no existiera, nuestra realidad estaría atada a un presente eterno e
intolerable; destellos efímeros de algo que no podemos comprender. Porque comprender es
apropiarse, es procesar, es la “foto borrosa” de nuestro inconsciente. Parados aquí podemos
vislumbrar la realidad de Funes a través de los ojos del narrador. “al caer perdió el
conocimiento, cuando lo recobró, el presente era casi intolerable de tan rico y tan nítido,
y también las memorias más antiguas y triviales”. Y su reflexión desde el rencor y la pena
que le provoca. “Había aprendido sin esfuerzo el inglés, el francés, el portugués, el latín.
Sospecho, sin embargo, que no era muy capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias,
es generalizar, es abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles, casi
inmediatos”.

Volviendo al caso de estudio, el abrumador (en el buen sentido de la palabra) mundo borgeano
permite definir el tiempo, la memoria y el olvido en un estado prácticamente físico y nítido,
donde los lazos entre los referentes enunciados y la obra madre se encuentran solo ligados por
este, como si la casa de Gropius fuera un personaje más atado a sus leyes. Sin lugar a dudas,
la habilidad de entender al tiempo como un “espacio en sí mismo” acerca al mundo del
problema teórico y abstracto a la resolución física y tangible que demandaba el concurso. En el
camino, la memoria se vuelve el material de construcción, la arcilla con la que es moldeado el
proyecto. Cada registro, foto o documentación va aportando material al proyecto. Mientras que
el olvido se vuelve la herramienta que demanda la materia prima para ser trabajada. De este
modo, el proyecto se ve aun más marcado por el olvido que por la memoria, en un juego de
abstracciones que busca llegar a tal sutileza que pueda generar el efecto deseado en el
observador así como hace Demand en sus trabajos. Finalmente el edificio se vuelve ese
instante ficticio en el que se unen las moléculas del ayer y el porvenir, estructuradas y
sostenidas por las conjeturas de Borges, trazadas por el rigor abstracto y la teoría de Demand
que moldeadas con una estudiada técnica de representación, el molde comunicacional que
define Sugimoto.
Proyecto
Solo entendiendo estos 3 pilares se puede llegar a rearmar en un método el proceso afrontado
por los arquitectos. Un método delimitado subjetivamente pero puesto a prueba como finalidad
del proyecto de estudio en cuestión. El camino adoptado en el proceso de producción demanda
definir un nuevo objeto para ser recreado, mi versión de “la casa de Gropius”, con la salvedad
de que no se tratará de un elemento que no exista físicamente sino que la propuesta buscará
invertir el orden. En la comprobación del método iremos del objeto real y físico a la imagen
mental del observador. Trabajando sobre el espacio de mayor carga social y cultural de mi
ciudad, la calle Nueva York de Berisso, intentare condensar su esencia en un registro
fotográfico donde se superpondrán presente y pasado buscando un estadio ideal. Este montaje
o collage necesitara de un concepto que delimite las reglas de producción y sea lo
suficientemente amplio para poder representar el espíritu del espacio. Guiándome por mis
vivencias, la foto mental con mayor recurrencia siempre está ligada al impacto visual que
genera. Las capas de la historia presente en el sitio están expuestas como una herida abierta
que deja ver todos los sistemas. No podría encontrar un concepto más ejemplar ni
representativo para lugar que el de “texturas temporales”; será quien dicte las reglas para el
juego de la abstracción.

Fotografías ejemplo de etapa “Proyecto” (Texturas Temporales)


Ejecución
Una vez completado la etapa de proyecto utilizare el material resultante como documentación,
permitiéndome ir de este registro a un objeto físico con mayor consistencia propia dejando de
lado la textualidad de las fotografías. Este elemento estará condensado por un nuevo trabajo
de abstracción. Finalmente la obra se sostendrá no solo por la preponderancia del espacio al
que referencia y obtiene su materia, sino por el peso propio de un objeto estético capaz de
generar contemplación y reflexión. En el podremos leer las esquinas de cada cuadra, la
fachada de los hoteles, una misma casa tanto en su apogeo como en su ruina, el paso del
tiempo y los instantes congelados; todo como si de un “arquetipo” de la calle nueva york se
tratara. Y cada contemplador al final de su recorrido podrá llevarse consigo la postal atemporal
de un hito de mi ciudad.

Croquis preliminar de etapa “ejecución”

Você também pode gostar