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Fue descrito por primera vez por el médico francés Prosper Ménière en 1861, la primera
vez que se señala una lesión en el oído interno como la causa de una crisis vertiginosa,
es decir, de clara etiología laberíntica y que se manifiesta con la triada característica:
crisis rotatoria, hipoacusia y acúfenos.
[editar] Etiopatogenia
La causa, como se ha apuntado, es desconocida,1 pero parece estar involucrado el
sistema endolinfático del oído interno, que es responsable del sentido del equilibrio.
Consiste en una dilatación del canal endolinfático coclear por un aumento del volumen
de la endolinfa.2 Estos síntomas también pueden ser causados por una infección en el
oído, un trauma cerebral o infecciones persistentes del tracto superior respiratorio. El
abuso de aspirina, que puede producir ototoxicidad, parece estar también involucrado en
la aparición de la enfermedad, especialmente en niños. Los síntomas pueden
incrementarse por el abuso de cafeína o incluso sal.
[editar] Diagnóstico
Es una enfermedad poco conocida y que suele fallar en su diagnóstico, lo que retrasa la
aplicación de un tratamiento. En general, se diagnostica por exclusión de otras causas de
vértigo. Se requiere examen neurológico completo, una audiometría, una resonancia
para excluir causas de tipo tumoral, como neurinoma del acústico.
[editar] Tratamiento
El tratamiento es variado, principalmente orientado a bajar la presión del oído interno.
Principalmente se intenta controlar la ingesta de sal para minimizar la retención
generalizada de líquidos.2 Si hay infecciones respiratorias, alergias o sinusitis, se
intentará aliviar los síntomas con antihistamínicos, anticolinérgicos, esteroides o incluso
diuréticos. Para los síntomas directos y como alivio inmediato, se podrán usar
antieméticos y benzodiazepinas. En casos resistentes, puede servir la aplicación
intratimpánica de gentamicina.
¿Cómo se diagnostica?
Para considerar una EM bilateral, cada uno de los oídos por separado
debe cumplir los criterios diagnósticos de la AAO-HNS. Habitualmente
suele ser un oído el afectado, pero en la evolución pueden verse
involucrados ambos en el 30-50% de los pacientes en un período de
15 años desde el diagnóstico (Warrel DA, 2003).
¿Cuál es su evolución?
Tabla 1. Estadios de la enfermedad de Meniere definitiva (AAO-HNS, 1995). Promedio de los umbrales para tonos puros del
audiograma
de las frecuencias 500-1000-2000-3000 Hz, del peor audiograma de los seis meses previos a iniciarse un tratamiento.
Estadio 1 ≤25 dB
Estadio 2 26-40 dB
Estadio 3 41-70 dB
Estadio 4 >70 dB
Tabla 2. Escala del nivel funcional del paciente con enfermedad de Meniere según la AAO-
HNS.
o Quirúrgico:
Procedimientos del saco endolinfático
(descompresión o shunt). Se realizan en pacientes
con audición conservada. Los resultados a tres
años en el estudio más importante no mostraron
una mejoría significativa (Thomsen, 1986).
• Tratamiento destructivo. El objetivo es controlar los
síntomas eliminando los receptores periféricos para que no
envíen información al SNC.
o No quirúrgico:
Inyección de gentamicina intratimpánica.
Existen pautas de inyección múltiple o única y de
dosis altas o bajas, independientemente el control
del vértigo es del 80-90%. El riesgo de hipoacusia
irreversible es del 30%. Los resultados de varios
meta-análisis son controvertidos (Chia, 2004;
Cohen-Kerem, 2004). Sólo se recomienda en EM
unilateral.
o Quirúrgico:
Laberintectomía. Indicada en pacientes con
hipoacusia severa o profunda en el oído enfermo
con crisis de vértigo mal controladas con la
medicación. Ocasiona una pérdida completa de la
audición. El control del vértigo es prácticamente
del 100%.
Neurectomía del nervio vestibular. Consiste en
la sección selectiva por abordaje neuroquirúrgico
del nervio vestibular en el conductivo auditivo
interno. Consigue un control del vértigo en el 95%
con un riesgo de hipoacusia neurosensorial del
18%, asocia cefalea postoperatoria intensa en el
25% y en un 10% fístula de LCR (Gacek, 1996).
Algoritmo de manejo