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Alteraciones leucocitarias en patologías como:

LEUCEMIAS
Son neoplasias malignas de los tejidos responsables de la formación de la sangre (médula
ósea). Neoplasia es el término que se utiliza en medicina para designar una masa anormal de
tejido, se produce porque las células que lo constituyen se multiplican a un ritmo superior a lo
normal.

En el caso de las leucemias, son neoplasias malignas de células derivadas originalmente de las
células madre hematopoyéticas, se caracterizan por la sustitución difusa de la médula ósea por
células neoplásicas de serie blanca inmaduras proliferantes no reguladas. En la mayor parte de
los casos las células leucémicas pasan a la sangre, donde se las observa en gran cantidad. Éstas
células son inmaduras y mal diferenciadas, proliferan con rapidez y tienen una vida prolongada,
no funcionan de manera normal, e interfieren con la maduración de las células sanguíneas
normales y circulan en el torrente sanguíneo atravesando la barrera hematoencefálica y
pueden infiltrar muchos órganos del cuerpo, tales como: el hígado, el bazo, los ganglios
linfáticos y otros tejidos y causar un aumento de tamaño de éstos.

El termino LEUCEMIA (el decir; “Sangre Blanca”) fue utilizado por primera vez por Virchow para
describir una relación de Glóbulos Rojos – Glóbulos Blancos inversa a la habitual.

Rudolf Ludwig Karl Virchow (Swidwin, 13 de octubre de 1821 - Berlín, 05 de septiembre 1902)
fue un médico y político alemán. Se graduó en medicina en 1843 en Berlín, en la Academia
Militar de Prusia. Se le atribuye varios descubrimientos importantes: - Fue él quien ha
dilucidado el mecanismo de la enfermedad tromboembólica, cuyos factores son conocidos hoy
como la tríada de Virchow. - Fue el primero en publicar un artículo científico sobre la leucemia,
en el que todas las formas de daño a los órganos comienzan con alteraciones moleculares o
estructurales de las células; fue él quien dijo que la enfermedad era un cambio en la célula.

Etiología

Las causas de la leucemia en gran parte se desconocen. Aunque la incidencia de leucemia entre
personas que han estado expuesta a niveles altos de radiación es extraordinariamente elevada;
la exposición al Benceno y el uso de fármacos antitumorales (como mecloretamina,
procarbazina, ciclofosfamida, cloranfenicol y epipodofilotoxinas) también se asocia con una
incidencia aumentada de leucemia, producirse como un segundo cáncer después de la
administración de una quimioterapia agresiva para tratar otros cánceres (como la enfermedad
de Hodgkin); en los pacientes con Síndrome de Down, la incidencia de leucemia es 10 veces
mayor que la observada en la población general.
Clasificación

Las leucemias dese clasifican de acuerdo con el tipo células predominante, linfocítica o
mielocítica, y si la condición es aguda o crónica. Un sistema de clasificación rudimentario divide
la leucemia en cuatro tipos:

 Leucemia Linfocítica Aguda LLA (Linfoblástica)


 Leucemia Linfocítica Crónica LLC
 Leucemia Mielógena Aguda LMA (Mieloblástica)
 Leucemia Mielógena Crónica LMC

Las Leucemias Linfocíticas comprometen a los linfocitos inmaduros y sus progenitores que se
originan en la médula ósea pero infiltran el bazo, los ganglios linfáticos, el sistema nervioso
central y otros tejidos.

Las leucemias Mielocíticas comprometen las células madre pluripotenciales mieloides en la


médula ósea, interfieren sobre la maduración de todas las células sanguíneas, incluidos los
granulocitos, los eritrocitos y los trombocitos.

Leucemias Agudas

 Leucemia Linfocítica Aguda

Es la leucemia más común en la niñez dado que constituye del 80% al 85% de los casos. La
incidencia máxima se produce entre los 2 y los 4 años de edad. Incluye un grupo de neoplasias
compuesta por precursores de Linfocitos B o T inmaduros. La mayor parte de los casos (cerca
de 85%) se originan en las células precursoras B.

 Leucemia Mielógena Aguda

Es una enfermedad que afecta sobre todo a los adultos, pero que también se observa en niños
y adultos jóvenes. La incidencia aumenta en forma constante después de la media edad, con
un promedio de 60 a 65 años en adultos. Constituyen un grupo sumamente heterogéneo de
trastornos. Algunas de ellas se originan en las células madre pluripotenciales en las que
predominan los mieloblastos y otras se originan en el precursor de monocitos y granulocitos
que es la célula de origen de la leucemia mielomonocitica. De todas las leucemias, la LMA es
la que se relaciona de modo más firme con toxinas y trastornos congénitos y hematológicos
subyacentes; de esta forma puede asociarse irradiación como agente causal y se presenta
como una segunda enfermedad maligna consecutiva a quimioterapia antineoplásica. También
es el tipo de leucemia asociado con el Síndrome de Down

Las leucemias agudas son un tipo de cáncer de las células progenitoras hematopoyéticas que
habitualmente tienen un comienzo súbito y tormentoso caracterizado por signos y síntomas
relacionados con la función deprimida de la médula ósea ya que se caracterizan por la
sustitución de la médula ósea normal por células blásticas. Aunque la LLA y la LMA son
trastornos separados, de manera típica se presentan con características clínicas similares. Los
signos y los síntomas de advertencia de la leucemia aguda son: fatiga, palidez, pérdida de peso,
infecciones repetidas, contusiones fáciles, epistaxis y otros tipos de hemorragia. Estas
características suelen aparecer repentinamente en los niños.

Tanto la Leucemia Linfocítica Aguda como la Leucemia Mielógena Aguda se caracterizan por:

 Fatiga debido la anemia.


 Fiebre de bajo grado, diaforesis (sudores) nocturna y pérdida de peso debido a la
proliferación rápida y al hipermetabolismo de las células leucémicas.
 Sangrado debido a una disminución del recuento de plaquetas.
 Dolor óseo y a la palpación debido a la expansión de la médula ósea.
 Infecciones debido a la Neutropenia aumentada, cuando el recuento de neutrófilos
disminuye a menos de 500 células/µL.
 Linfadenopatía generalizada (hipertrofia de los ganglios linfáticos), esplenomegalia
(agrandamiento patológico del bazo o estructura esplénica) y hepatomegalia
(aumento patológico del tamaño del hígado) causadas por la infiltración de células
leucémicas, que es más común en la LLA.
 Infiltración de las células malignas en la piel, las encías y otros tejidos blandos es más
común en la forma monocítica de la LMA.

El compromiso del Sistema Nervioso Central es más común en la LLA que en la LMA.

 La Leucostasis cerebral produce cefalea difusa y somnolencia que pueden progresar a


la confusión y al coma
La Leucostasis es una condición en la que el recuento de blastos (glóbulos blancos
inmaduros) circulantes presenta una elevación notable, por lo general 100.000
células/µL, lo cual aumenta la viscosidad de la sangre y predispone al desarrollo de
leucoblásticos con obstrucción de los vasos de pequeño calibre en las circulaciones
pulmonar y cerebral.
 Oclusión de los vasos pulmonares y la infiltración de tejido pulmonar debido a la
Leucostasis, lo que produce una disnea súbita y progresiva.

Diagnóstico: el diagnóstico definitivo de Leucemia Aguda se basa en los estudios de sangre y


médula ósea; requiere la demostración de células leucémicas en sangre periférica, médula
ósea o tejido extramedular. Los resultados de laboratorio revelaran la presencia de glóbulos
blancos inmaduros (blastos) en la circulación y médula ósea, en donde pueden constituir del
60% al 100% de las células.
Leucemias Crónicas

Contrariamente de lo que sucede con las leucemias agudas, las crónicas son procesos malignos
que comprometen la proliferación de células mieloides y linfoides bien diferenciadas.

 Leucemia Linfocítica Crónica

Expansión clonal de linfocitos (linfocitosis) aparentemente normales que afecta a los ganglios
linfáticos y los tejidos linfoides con infiltración progresiva de la médula ósea y la sangre
periférica. Es un trastorno que afecta fundamentalmente a personas de edad avanzada; menos
del 10% de los que desarrollan la enfermedad son menos de 50 años. Los hombres presentan
una incidencia dos veces mayor que la correspondiente a las mujeres.

La mayor parte de los casos (95%) se produce como consecuencia de la transformación maligna
de linfocitos B relativamente maduros que son incompetentes desde el punto de vista
inmunológico. Las células B leucémicas no responden a la estimulación antigénica; por ende,
las personas LLC tienen Hipogammaglobulinemia (concentración baja de todas las
inmunoglobulinas -anticuerpos- en sangre lo que provoca inmunodeficiencia).

La acumulación de linfocitos se inicia probablemente en los ganglios linfáticos y se disemina a


otros tejidos linfoides. En general, el hígado y el bazo aumentan de tamaño moderadamente y
los linfocitos infiltran en forma progresiva la médula ósea. La hematopoyesis anormal origina
anemia (disminución anormal del número o tamaño de los glóbulos rojos en sangre),
granulocitopenia (disminución del número de granulocitos, un tipo de glóbulo blanco) y
trombocitopenia (disminución de la cantidad de plaquetas circulantes en el torrente
sanguíneo) y hay problemas de inmunoregulación por Hipogammaglobulinemia.

Habitualmente sigue una evolución lenta e indolente. En el paciente sintomático,


habitualmente los síntomas son inespecíficos: debilidad, anorexia, pérdida de peso, disnea de
esfuerzo y sensación de plenitud abdominal debido al aumento de tamaño del bazo suelen
reflejar un estadio mas avanzado.

Diagnostico:

o Linfocitosis absoluta mantenida > 5.000 células/µL.


o Aumento de linfocitos en la médula ósea.

En su clasificación por Estadios:

o Estadio 0: linfocitosis absoluta > 10.000 células/µL en sangre y ≥ 40% de


linfocitos en médula ósea.
o Estadio I: también se encuentran adenopatías.
o Estadio II: se añade aumento del tamaño del hígado y del bazo.
o Estadio III: se añade anemia con Hb < 11 g/dL.
o Estadio IV: se añade trombocitopenia con recuento de plaquetas < 100.000
células/µL.
 Leucemia Mielógena Crónica

Mieloproliferación clonal causada por la transformación maligna de una célula madre


pluripotencial, que se caracteriza clínicamente por una llamativa hiperproducción de
granulocitos. Representa el 15% de todas las leucemias observadas en los adultos, es un
trastorno que predomina en el grupo etario entre 30 y 50 años, aunque también puede afectar
a los niños. La incidencia es algo mayor en los hombres que en las mujeres. La LMC sigue una
evolución trifásica:

1. Una fase crónica de duración variable: su comienzo suele ser lento, con síntomas
inespecíficos como debilidad y pérdida de peso. El hallazgo de laboratorio más
característico en el momento es una leucocitosis con tipos celulares granulocíticos
inmaduros en sangre periférica, luego se desarrolla anemia y por ultimo
trombocitopenia.
2. Una fase acelerada breve: se caracteriza por el aumento del tamaño del bazo
(esplenomegalia) y síntomas progresivos; como sensación de plenitud abdominal y
malestar. Un aumento en el recuento de Basófilos y células más inmaduras en la
sangre o en la médula ósea confirman la transformación a la fase acelerada.
3. Una fase de crisis blástica terminal: representa la evolución a la leucemia aguda y se
caracteriza por un número creciente de precursores mieloides, en especial células
blásticas. Los síntomas antes mencionados se tornan más pronunciados y la
esplenomegalia aumenta en forma significativa.

En el paciente sintomático en el momento del diagnóstico, el recuento leucocitario total suele


oscilar alrededor de 200.000 células/µL, pero puede alcanzar hasta 1.000.000 células/µL. en el
paciente asintomático, el recuento leucocitario esta aumentado, pero en general es < 50.000
células/µL. El recuento de plaquetas es normal o esta moderadamente aumentado y la
concentración de Hb suele ser > 10 g/dL. E la extensión de sangre periferia se observan todas
las etapas de la diferenciación de granulocitos inmaduros. Las concentraciones absolutas de
Eosinófilos y de Basófilos están notablemente aumentadas pudiendo ser normal el número de
monocitos y linfocitos.

La LMC tambien se asocia con la presencia del Cromosoma Philadelphia también denominado
Cromosoma Ph, que representa una translocación recíproca entre el brazo largo del
cromosoma 22 y el brazo largo del cromosoma 9. La porción translocada del brazo largo del
cromosoma 9 es el que contiene el Protooncogen ABL, que es homologo celular del virus de la
Leucemia Murina de Abelson (virus capaz de transformar a las células linfoides y producir una
leucemia linfoide rápidamente progresiva
luego de la infección). El gen ABL se recibe en
un sitio específico del brazo largo del
cromosoma 22; que es la región del cumulo
del punto de rotura (en inglés: Breack Point
Clusser Region o BCR).

Aunque en algunos pacientes no se evidencie


la presencia del Cromosoma Ph, puede
demostrarse el reordenamiento del gen BCR.

MONONUCLEOSIS INFECCIOSAS
La Mononucleosis infecciosa es un trastorno
que afecta al sistema linfomononuclear
autolimitado causado por el virus de Epstein-
Barr (EBV), un miembro de la familia de los
herpesvirus. El EBV suele estar presente en todas las poblaciones humanas. La Mononucleosis
infecciosa es más frecuente en adolescentes y los adultos jóvenes pertenecientes a clases
socioeconómicas altas en los países desarrollados.

Patogenia

La Mononucleosis infecciosa es transmitida sobre todo a través del contacto oral con saliva
contaminada por el EBV. El virus penetra en las células epiteliales nasofaríngeas, orofaríngeas
y salivales. Luego se disemia al tejido linfoide orofaríngeo subyacente y, más específicamente,
a los linfocitos B, que contienen receptores para el EBV. Las infecciones de la célula B pueden
adoptar una de dos formas: Pueden destruir la célula B infectada o pueden incorporarse a su
genoma. Se produce la destrucción de un pequeño número de células B infectadas y en el
proceso se liberan viriones. Sin embargo, en la mayor parte de los casos el virus se asocia con
el genoma de la célula B. Las células B que albergan el genoma EBV proliferan en la circulación
y producen anticuerpos heterófilos muy conocidos que se utilizan para el diagnóstico.

Un virion es una partícula viral que ha sido expulsada por una célula después de que ésta haya
sido destruida. Este virus completo (formado por su envoltura proteínica o cápside y por su
ácido nucleico ADN o ARN), autónomo, es capaz de ir a infectar nuevas células.

Aunque las células B infecciosas y los viriones libres desaparecen de la sangre luego de la
recuperación de la enfermedad, el virus permanece en algunas pocas células B transformadas
en la región orofaríngea y se eliminan con la saliva. Las personas que han sido infectadas por
el virus permanecen libres de síntomas pero infectadas durante toda la vida y algunas de ellas
eliminan el virus EBV en forma intermitente.
Evolución Clínica

El comienzo de la Mononucleosis infecciosa suele ser insidioso. El periodo de incubación dura


de 4 a 8 semanas. Luego sigue en periodo Prodrómico que dura varios días y se caracteriza por
malestar general, anorexia y escalofríos. El periodo Prodrómico precede el comienzo de fiebre,
faringitis y linfadenopatías.

En los casos típicos los ganglios linfáticos presentan un aumento de tamaño en todo el
organismo, en particular en las regiones cervigal, axilar e inguinal. La hepatitis y la
esplenomegalia también son manifestaciones comunes de la enfermedad.

Por lo general la sangre periférica muestra un aumento del número de leucocitos, con un
recuento de glóbulos blancos de entre 12.000 y 18.000 células/µL, el 95% de los cuales son
Linfocitos. El aumento de glóbulos blancos comienza durante la primera semana de la
infección, continua durante el transcurso de la segunda y finalmente retorna a los valores
normales alrededor de la cuarta semana. Si bien la leucocitosis es común, en algunas personas
puede observarse leucopenia durante los primeros 3 días de la enfermedad.

Los anticuerpos heterófilos habitualmente aparecen durante la segunda o la tercera semana y


declinan después de finalizada la fase aguda de la enfermedad. Sin embargo pueden detectarse
hasta 9 meses después del comienzo de la enfermedad.

LINFOMAS
Los linfomas son un grupo heterogéneo de neoplasias que se originan en los sistemas
reticuloendotelial y linfático. Representan procesos malignos que se originan en los tejidos
linfoides periféricos.

Clasificación

Los principales tipos son:

 Enfermedad de Hodgkin
 Linfoma No Hodgkin o Linfoma Maligno No Hodgkiniano (LNH)

Entre las formas más raras destacan:

 Linfoma de Burkitt
 Micosis Fungoide

 Enfermedad de Hodgkin

La enfermedad de Hodgkin es una forma especializada de linfoma que se caracteriza por la


presencia de una célula anormal denominada Célula de Reed-Sternberg. La distribución de la
enfermedad es bimodal; la incidencia asciende en forma brusca después de los 10 años de
vida, alcanza un máximo a comienzos de la segunda década de la vida y luego disminuye hasta
los 50 años, momento en el cual la incidencia aumenta de nuevo en forma constante con la
edad. En el grupo de adultos más jóvenes la enfermedad afecta a hombres y mujeres por igual,
pero después de los 50 años la incidencia es mayor entre los hombres.

Se considera que la célula de Reed-


Sternberg, una célula tumoral
característica, es el verdadero
elemento neoplásico de la
enfermedad de Hodgkin. La célula
de Reed-Sternberg clásica es una
célula binucleada con núcleos de
imagen especular que contienen
cromatina clara y un gran nucléolo
Eosinófilo en cada lóbulo. Estas
células proliferantes malignas
pueden invadir casi cualquier área
del cuerpo y pueden producir una amplia variedad de signos y síntomas.

Manifestaciones

La enfermedad de Hodgkin se caracteriza por un amento de tamaño indoloro y progresivo de


un ganglio o de un grupo de ellos. Se considera que se origina en un área del sistema linfático
y si no se controla se disemina por toda la red linfática. El primer ganglio linfático
comprometido típicamente es Supradiafragmático, salvo en las personas de edad avanzada,
en quienes los ganglios Subdiafragmáticos pueden ser los primeros ganglios afectados. El
compromiso del hígado, el bazo y la médula ósea es posterior a la generalización de la
enfermedad.

Las personas con la enfermedad de Hodgkin suelen ser clasificadas como:

o Estadio A: que carecen de síntomas constitucionales


o Estadio B: alrededor del 40%, que presentan pérdida de peso significativa,
fiebre, prurito o sudoración nocturna.

A medida que avanza la enfermedad la proliferación rápida de Linfocitos anormales conduce a


un defecto inmunitario. A menudo también se observa un aumento del recuento de neutrófilos
y anemia leve, lo que convierte a la persona afectada en más susceptible a las infecciones
virales, micóticas o por protozoos.
 Linfoma No Hodgkin o Linfoma Maligno No Hodgkiniano (LNH)

Los Linfomas No Hodgkin (LNH) constituyen un grupo heterogéneo de tumores sólidos


compuestos por células linfoides neoplásicas, que generalmente se diseminan por todo el
organismo. Su curso clínico oscila desde formas rápidamente mortales hasta otras indolentes
e inicialmente bien toleradas. Un cuadro similar a la Leucemia puede desarrollarse hasta el
50% de los niños y alrededor del 20% de los adultos con algunos tipos de LNH.

Patología

Los LNH son resultado de la transformación maligna de los Linfocitos T o B durante su


diferenciación en los tejidos linfoides. La mayor parte de los casos (80% a 85%) se originan en
las células B y casi todo el resto en tiene su origen en las células T.

Los LNH suelen dividirse en tres grupos según el grado del tumor, razonable para distinguir
pronósticos diferentes y proporcionan directrices para el tratamiento:

o Linfomas de Bajo Grado o de pronóstico favorable: constituyen el 38% de los


casos. Tumores que son predominantemente de Linfocitos B pequeños que
tienden a progresar con lentitud y a menudo son asintomáticos durante
periodos prolongados. Los linfomas de bajo grado finalmente se transforman
en variantes de Linfoma-Leucemia, y pueden causar la muerte del paciente.
o Linfomas de Grado Intermedio o de pronóstico intermedio: constituyen el 40%
de los casos. Tumores que incluyen linfomas de células B y algunos linfomas
de células T.
o Linfomas de Alto Grado o de pronóstico desfavorable: constituyen el 20% de
los casos. Que en gran parte son linfomas Inmunoblásticos (células B),
Linfoblásticos (células T), linfoma de Burkitt y Linfoma no Burkitt.
o Otros Linfomas: constituyen un 2%, incluyen linfomas compuestos, Micosis
Fungoide, Histiocítico Verdadero, otros.

En general, la supervivencia más larga se relaciona con una arquitectura ganglionar folicular o
nodular y un tamaño menor de los linfocitos; los tipos de células de mayor tamaño o de células
indiferenciadas suelen ser difusos y tienen un peor pronóstico.

Los modernos estudios inmunofenotipicos, utilizando tejido tumoral fresco, demuestran que
el 80% al 85% de los LNH surgen a partir de Linfocitos B, el 15% a partir de Linfocitos T y < 5%
a partir de Histiocitos Verdaderos (Monocitos-Macrófagos) o de células nulas. Además que los
Linfomas de originan a partir de fases diferentes de la activación y diferenciación linfoide
normal.
REACCIÓN LEUCEMOIDE
Consiste en el aumento de los leucocitos por encima de 50.000 mm3 que puede confundirse
con una leucemia mieloide crónica. Ocurre como una respuesta a muchas enfermedades con
liberación masiva de leucocitos inmaduros a la sangre periférica. Se observa un incremento
exagerado de neutrófilos tanto maduros como inmaduros (blastos).

Sin embargo las manifestaciones clínicas de la reacción leucemoide y el laboratorio son


elocuentes: debe existir una infección aguda o crónica, intoxicaciones, hemorragias o hemólisis
severa, cetoacidosis diabética, quemaduras graves, neoplasias (riñón, mama y estómago) o
neoplasias que infiltren la médula ósea. En las reacciones leucemoides el cromosoma
Fhiladelfhia es negativo,

Diagnóstico diferencial con las leucemias

o Cromosoma Philadelphia ausente.


o Pueden presentar formas inmaduras periféricas, pero casi nunca blastos.
o Menos de 70.000 leucocitos.

Recuentos celulares hematológicos

o Monocitosis: Se refiere al aumento absoluto de los monocitos en la sangre


periférica por encima de 700 por mm3.

Las causas más comunes son:

o Infecciones bacterianas: endocarditis bacteriana, sífilis, brucelosis y


tuberculosis.
o Viral: Mononucleosis infecciosa.
o Enfermedades hematológicas: síndromes mielodisplásicos, leucemia
monocítica aguda y mielomonocítica crónica, enfermedad de Hodgkin, en la
fase de recuperación de una neutropenia y estado post-esplenectomía.
o Neoplasias: cáncer de ovario, estómago y mama
o Otras: enfermedades del tejido conectivo, esprúe, enteritis regional y colitis
ulcerosa crónica.

Existen tres tipos de reacción leucemoide:

 Las Reacciones Leucemoides Mieloides Neutrofílicas:

Son las más frecuentes; se deben a infecciones bacterianas y consisten en un aumento de


neutrófilos.

 Las Reacciones Leucemoides Linfoides


Presentan una linfocitosis absoluta donde se pueden apreciar linfocitos atípicos o “virion” y
células inmaduras; se observa en las infecciones virales (Mononucleosis y hepatitis) y posterior
a vacunas.

 Las Reacciones Leucemoides Monocitoides

Son raras y se observa en las parasitosis.

Dr. Mendez. A. (2010) http://blog.ciencias-medicas.com/archives/126 Leucocitosis, reacción


leucemoide y leucopenia

SIDA

El SIDA es una enfermedad viral caracterizada por la ausencia de respuesta inmunitaria. El


término es el acrónimo de Síndrome de Inmuno-Deficiencia Adquirida.

El VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) es el virus que causa la enfermedad conocida


como SIDA.

Es importante tener en cuenta que no es lo mismo estar infectado por el VIH que tener SIDA.
Las personas que pertenecen al primer grupo se consideran seropositivas, o sea que aun
presentan anticuerpos en la sangre a causa de la presencia del virus; y cuando estas defensas
se vuelven insuficientes es que se desarrolla un cuadro de SIDA.

El VIH se transmite mediante la sangre, el semen, las secreciones vaginales y la leche materna.
Esto quiere decir que los sujetos seropositivos deben hacer lo posible por evitar el intercambio
de dichos fluidos ya que pueden contagiar a otras personas y, de esta forma, propagar el SIDA.

Fisiopatología

El VIH es un retrovirus que destruye el


sistema inmunitario del cuerpo
mediante la adhesión a los Linfocitos T
CD4+ y su destrucción posterior. En el
proceso de adhesión a la célula T CD4+ el
virus se adhiere a los receptores de ella,
se fusiona e ingresa en la célula,
incorpora su ARN al ADN de la célula T
CD4 y entonces utiliza el ADN de la célula
T CD4+ para reproducir cantidades
grandes de VIH que se libera a la sangre.

Los linfocitos (las células) T CD4+ son los helper (ayudadores) y por lo tanto se van a llamar
también T4 ayudan a coordinar la respuesta inmunitaria al estimular a otros inmunocitos,
como los macrófagos, los linfocitos B y los linfocitos T CD8 que son los cooperantes y los
supresores para combatir la infección. El VIH debilita el sistema inmunitario al destruir los
linfocitos CD4+ específicamente.

Las tres fases del VIH donde destaca la importancia clínica del recuento de células T CD4+ son:

 Categoría I; La infección aguda primaria por VIH: > 500 células/µL. Implica personas
asintomáticas o con linfadenopatía generalizada persistente o síntomas de infección
primaria por VIH (esto es: enfermedad con seroconversión)
 Categoría II; La Latencia: de 200 a 400 células/µL. Se aplica a las personas con síntomas
de inmunodeficiencia sin la gravedad suficiente como para ser definitorios de SIDA.
 Categoría III; SIDA manifiesto: < 200 células/µL. En el que el recuento de células T CD4+
disminuye a niveles muy bajos y se desarrollan signos de infecciones oportunistas,
procesos malignos, lesiones y muchos otros síndromes.

A medida que el recuento de células T CD4+ disminuye, el cuerpo se torna más susceptibles a
las infecciones oportunistas.

Fisiología y Fisiopatología de las Células Plasmáticas (Plasmocitos)


Las Células Plasmáticas también denominadas Plasmocitos pertenecen al sistema inmunitario
y su papel consiste en la secreción de grandes cantidades de anticuerpos. Se diferencian a
partir de los Linfocitos B gracias a la estimulación de los Linfocitos T CD4+.

Tras dividirse durante aproximadamente unos cinco días, los linfocitos B maduros se pueden
diferenciar o bien en células plasmáticas o en linfocitos B con memoria. Las linfocitos B se
originan en la médula ósea, posteriormente se desplazan al bazo o a los nódulos linfáticos,
donde se diferencian en células plasmáticas para secretar anticuerpos (aproximadamente
10000 por segundo).

La clase de anticuerpo que se produce en una célula plasmática determinada depende de


señales denominadas citoquinas que le llegan a partir de otras células del sistema inmunitario,
como los macrófagos y los linfocitos T colaboradores. A este proceso se le denomina cambio
de isotipo.

Las citocinas (también denominadas citoquinas) son proteínas que regulan la función de las
células que las producen sobre otros tipos celulares. Son los agentes responsables de la
comunicación intercelular, inducen la activación de receptores específicos de membrana,
funciones de proliferación y diferenciación celular, quimiotaxis, crecimiento y modulación de
la secreción de inmunoglobulinas.

Discrasias de los Plasmocitos

Las discrasias de los Plasmocitos son un grupo de enfermedades clínica y bioquímicamente


diferentes que se caracterizan por la proliferación desproporcionada de un clon de células
normalmente encargadas de la síntesis de inmonoglubinas y un aumento resultante de los
niveles séricos de una sola inmonoglubina monoclonal o de sus fracciones. Estas enfermedades
varían desde estados asintomáticos y aparentemente estables hasta neoplasias evidentes y
progresivas. Pueden ser:

 Mieloma Multiple
 Plasmocitoma Localizado (Mieloma Solitario)
 Linfoma Linfoplamoscitico
 Amiloidosis Primaria o Inmunocitica; debido a la producción excesiva de cadenas
livianas.
 Gammapatia Monoclonal de Importancia Indeterminada

CLASIFICACIÓN DE LAS ALTERACIONES DE LA HEMOSTASIA

1) Coagulopatía, en la que esta disminuida o falta la acción de las sustancias


inductoras de la coagulación, o existe un aumento de las sustancias inhibidoras
de la misma.

2) Trombocitopatías, en las que existen, faltan o sufren un trastorno funcional de


las plaquetas, necesarias para la formación y retracción normal del trombo.

3) Fibrinólisis, en la que la fibrina contenida en el trombo retraído es disuelta por


la activación del sistema fibrinolítico, o bien, porque el fibrinógeno ha sido
previamente consumido, y por último, los productos de degradación que se
originan e interfieren en la coagulación y la agregación plaquetaria.

4) Vasculopatía, cuando la pared de los vasos, al sufrir lesiones morfológicas, se


hace permeable o frágil.

DEFICÍT CONGENITOS Y ADQUIRIDOS DE LOS FACTORES DE LA COAGULACIÓN

Los defectos de la coagulación sanguínea pueden ser el resultado de


deficiencias o compromisos de uno o más de los factores de la coagulación. Se han
descrito deficiencias hereditarias o adquiridas a prácticamente cualquier factor de la
coagulación como causas de la diátesis hemorrágica. Las hemorragias debidas a
deficiencias aisladas de factores de coagulación se manifiestan principalmente como
equimosis o hematomas postraumáticos de gran tamaño o hemorragias prolongadas
de una laceración o de cualquier forma de proceso quirúrgico. Es frecuente encontrar
hemorragias digestivas y urinarias, y especialmente las que producen en las
articulaciones (hemartrosis). La historia típica nos presenta un paciente que rezuma
sangre durante varios días después de una extracción dental o que desarrolla
hemartrosis después de un golpe leve en la articulación de la rodilla.

.- Deficiencias Hereditarias: Afectan típicamente a un único factor de la coagulación.


Las deficiencias hereditarias más frecuentes e importantes de los factores de la
coagulación afectan al factor VIII (hemofilia A) y al factor X (hemofilia B). También se
incluye las deficiencias del vWF (enfermedad de von Willebrand), ya que este factor
influye tanto en la coagulación como en la función plaquetaria. Asimismo, se han
descrito algunas otras deficiencias hereditarias, poco frecuentes, de cada uno de los
demás factores de la coagulación. Todas ellas causan hemorragias, excepto la
deficiencia del factor XII. Parece que la vía extrínseca in vivo y la activación de factores
XI y IX mediada por trombina compensan la ausencia del factor XII.

.- Deficiencias Adquiridas: Afectan normalmente a varios factores de la coagulación


simultáneamente, y se pueden basar en el descenso de la síntesis de proteínas o el
acortamiento de la semivida. La deficiencia de la vitamina K es consecuencia del
deterioro de la síntesis de factores II, VII, IX y X y proteína C. Muchos de ellos se
elaboran en el hígado y, por tanto, esas deficiencias se presentan en enfermedades
parenquimatosas hepáticas graves. Además en la CID se consumen varios factores de
la coagulación y, por tanto, aparece su deficiencia.

HEMOFILIA

HEMOFILIA A (DEFICIENCIA DEL FACTOR VIII)

Es la enfermedad hereditaria más frecuente asociada a hemorragias


potencialmente mortales. Se debe a mutaciones en el factor VIII, que es un cofactor
esencial del factor IX en la cascada de coagulación. Es un trastorno recesivo ligado al
cromosoma X, afectando principalmente a los varones con una incidencia de 1 de cada
5.000 nacimientos vivos. El 30% de los casos no tienen historia familiar y la
enfermedad se debe a nuevas mutaciones. Alrededor del 90% de las personas con
hemofilia produce cantidades insuficientes del factor y el 10% restante lo produce de
forma defectuosa.

La hemofilia A presenta una amplia variedad de intensidades clínicas que se


correlacionan con el nivel de actividad del factor VIII. Los casos con menos del 1% de
la concentración normal tienen enfermedad grave, moderada si varía entre el 2-5% de
la normalidad y leve si es del 6-50%. En las formas leves o moderadas de la
enfermedad, por lo general no se produce hemorragia a menos de que haya una lesión
local o traumatismo como cirugía o procedimientos dentales. El trastorno leve puede
no detectarse en la niñez. En la hemofilia grave; la hemorragia suele producirse en la
niñez (p.ej. puede notarse en el momento de la circuncisión) y es espontánea y grave;
a menudo aparece varias veces en un mes.

De manera característica, la hemorragia se produce en los tejidos blandos, el


tracto gastrointestinal y las articulaciones de la cadera, la rodilla, el codo y el tobillo. La
hemorragia articular suele comenzar cuando el niño comienza a caminar. A menudo,
hay una articulación blanco propensa a hemorragia repetidas. En todos los casos
sintomáticos se aprecia una tendencia a la aparición fácil de hematomas y hemorragias
masivas después de traumatismos o procedimientos quirúrgicos. Además, son
frecuentes las hemorragias “espontáneas” en regiones del cuerpo que tienden a sufrir
traumatismos frecuentes, en particular, las articulaciones, donde aparecen las
denominadas hemartrosis. Las hemorragias recurrentes de las articulaciones tienden
a crear deformaciones progresivas, que pueden ser invalidantes. La hemorragia
intracraneana es una causa importante de muerte.

Los pacientes con hemofilia A tienen un TTP prolongado y un TP normal. Esas


pruebas indican la anomalía de la vía intrínseca de la coagulación. Para el diagnóstico
es necesario aplicar métodos específicos del factor VIII.

La hemofilia A se trata con infusiones de factor VIII recombinante. El 15% de los


casos con hemofilia A grave desarrollan anticuerpos que se unen al factor VIII,
inhibiéndolo, probablemente porque la proteína se percibe como extraña por el
sistema inmunitario. Los anticuerpos inhibidores suponen un reto terapéutico muy
difícil. Actualmente se continúa buscándose una terapia génica somática para esta
enfermedad.

HEMOFILIA B (ENFERMEDAD DE CHRISTMAS, DEFICIENCIA DEL FACTOR IX)

La deficiencia grave del factor IX produce un trastorno clínicamente


indistinguible de la deficiencia de factor VIII (hemofilia A). Al igual que la hemofilia A,
se hereda como un rasgo recesivo ligado al cromosoma X y se presenta con una
intensidad clínica variable. En el 15% de los casos, el factor IX existe, pero no es
funcionante. Como en la hemofilia A, el TTP está prologando y el TP es normal. El
diagnóstico de la enfermedad de Christmas solo es posible determinando las
concentraciones del factor. Se trata con infusiones de factor IX recombinante.

ENFERMEDAD DE VON WILLEBRAND


Es una enfermedad producida por una deficiencia o defecto del vWF, que suele
ser diagnosticada en la adultez, siendo el trastorno hemorragíparo hereditario más
común. Esta deficiencia produce reducción en la adherencia plaquetaria. Hay muchas
variantes de la enfermedad y las manifestaciones varían de leves a graves. Debido a
que el vWF porta el factor VIII, su deficiencia también puede acompañarse por niveles
reducidos del factor VIII y da por resultado la formación defectuosa del coagulo. En los
casos más afectados, la tendencia hemorrágica es leve y, a menudo, pasa
desapercibida hasta que algún estrés hemostásico, como la cirugía o un procedimiento
dental, revelan su presencia. Los síntomas más frecuentes son las hemorragias
espontáneas de las mucosas (como la epistaxis), hemorragias excesivas de heridas,
menorragia y tiempo de hemorragia prolongado en presencia de un recuento de
plaquetas normal. En los casos graves, la hemorragia gastrointestinal amenazante para
la vida y la hemorragia de las articulaciones pueden ser similares a la hemofilia.

El tratamiento de todas las formas e la enfermedad incluye los derivados del


factor VIII que contienen vWF. El trastorno también responde al acetato de
desmopresina (DDAVP), un análogo sintético de la hormona vasopresina, que estimula
las células endoteliales para liberar vWF y activador del plasminógeno.

COAGULACIÓN INTRAVASCULAR DISEMINADA (CID)

La CID es un trastorno trombohemorrágico agudo, subagudo o crónico, que se


caracteriza por la activación excesiva de la coagulación que provoca la formación de
trombos en la red microvascular del cuerpo. Se presenta como complicación
secundaria de muchos trastornos diferentes. En ocasiones, la coagulopatía se localiza
en un órgano o tejido específico. Como consecuencia de la diátesis trombótica, se
produce el consumo de plaquetas, fibrina y factores de coagulación y,
secundariamente, la activación de la fibrinólisis, es decir, que la formación del coágulo
consume todas las proteínas de la coagulación y plaquetas disponibles y da por
resultado hemorragias graves.

El trastorno puede iniciarse por la activación de las vías intrínsecas o


extrínsecas. La activación por la vía extrínseca se produce con la liberación de los
factores tisulares, como en las complicaciones obstétricas, el traumatismo, la sepsis
bacteriana y las neoplasias malignas. La vía intrínseca puede activarse a través del daño
endotelial extenso causado por virus, infecciones, mecanismos inmunitarios, estasis
sanguínea o temperaturas extremas.
En las complicaciones obstétricas, los factores tisulares liberados a partir del
tejido necrótico placentario o fetal o líquido amniótico pueden entrar en la circulación
y desencadenar CID. La hipoxia, el shock y la acidosis que pueden coexistir también
contribuyen porque causan lesión endotelial. Las infecciones por bacterias
gramnegativas producen la liberación en endotoxinas, que activan tanto la vía
extrínseca, por liberación del factor tisular, como la vía intrínseca, a través del daño
endotelial. Las endotoxinas inhiben la actividad de la proteína C, un anticoagulante. Los
complejos antígeno-anticuerpo asociados con la infección pueden activar las plaquetas
a través de fragmentos del complemento.

Aunque la coagulación y la formación de microémbolos caracterizan a la CID,


sus manifestaciones agudas suelen estar relacionadas más directamente con los
problemas hemorragíparos que se producen. El sangrado puede estar presente como
petequias, púrpura, salida de sangre de los sitios de punción o hemorragia grave. Los
microémbolos pueden obstruir los vasos sanguíneos y causas hipoxia tisular y daño
necrótico en las estructuras de los órganos como riñones, corazón, pulmones y
cerebro. Como resultado, los signos clínicos comunes pueden deberse a la insuficiencia
renal, circulatoria o respiratoria, o convulsiones y coma. Puede desarrollarse una forma
de anemia hemolítica cuando los glóbulos rojos se dañan a medida que atraviesan los
vasos sanguíneos bloqueados en parte por el trombo.

El tratamiento de la CID está dirigido a manejar la enfermedad primaria, la


restitución de los componentes de la coagulación y la prevención de la activación
ulterior de los mecanismos de la coagulación. Las transfusiones de plasma fresco
congelado, plaquetas o crioprecipitado que contienen fibrinógeno pueden corregir la
deficiencia del factor de coagulación. La heparina puede administrarse para disminuir
la coagulación de la sangre, que por lo tanto interrumpe el proceso de la coagulación.
Sin embargo, el tratamiento con heparina es un tema de controversias y el riesgo de
hemorragia puede limitar su uso a los casos graves.

PURPURA TROMBOCITOPENIA

Esta enfermedad es una combinación de trombocitopenia anemia hemolítica


insuficiencia renal fiebre y anormalidades neurológicas. Es un trastorno raro que
aparece sobre todo en las mujeres adultas. El comienzo es abrupto y el resultado
puede ser fatal. Las oclusiones vasculares extensas consisten en trombos en las
arteriolas y capilares de muchos órganos, incluso el corazón, el cerebro y los riñones.
Los eritrocitos se fragmentan a medida que circulan a través de los vasos en parte
ocluidos y causan anemia hemolítica e ictericia. Las manifestaciones clínicas incluyen;
purpura, petequias, hemorragia vaginal y síntomas neurológicos que varían desde
cefaleas a convulsiones y alteraciones de la conciencia. Es probable que la PTT sea
causada por el daño endotelial extenso y la activación de trombosis intravascular. Se
desconoce el agente causal de la PTT pero puede ser de origen viral.

El tratamiento de la PTT incluye la plasmaferesis, un procedimiento que


consiste en la eliminación del plasma de la sangre extraída y el reemplazo con plasma
fresco congelado. El tratamiento se continúa hasta que se produzca la remisión.

TROMBOCITOSIS

El termino Trombocitosis se utiliza para describir las elevaciones en los


recuentos de las plaquetas por encima de 10000000 mm3. Esto sucede en algunos
procesos malignos en los estados inflamatorios crónicos y después de la
esplenectomía. El aumento de la función plaquetaria produce la adherencia
plaquetaria, la formación de coágulos plaquetarios y alteración del flujo sanguíneo. Las
plaquetas que se adhieren a las paredes liberan factores de crecimiento que causan
proliferación del musculo liso y por eso contribuyen al desarrollo de la aterosclerosis.

CAUSAS

 Aterosclerosis
 Diabetes Mellitus
 Habito De Fumar
 Aumento De Los Niveles de lípidos Y De Colesterol En Sangre
 Aumento Delos Niveles de plaquetas.

INHIBIDORES FISIOLÓGICOS DE LA COAGULACIÓN

La Significación fisiológica de los mecanismos de control de la coagulación es


obvia. Esta función requiere de un sistema balanceado de actividades procoagulantes
y anticoagulantes, pudiendo ser las últimas tan importantes como los factores que
influyen en la formación del coágulo.

Una vez activado el mecanismo de la coagulación, las reacciones se desarrollan


a una velocidad vertiginosa. De manera que cuando se activa un factor el número de
moléculas activadas en los sucesivos pasos aumenta aún mucho más, generándose
suficiente cantidad de trombina, la enzima coagulante por excelencia.

Flujo Sanguíneo
Cuando se inicia la formación de un coágulo, la formación continuada de éste
sólo tiene lugar si la sangre no circula, porque la sangre en movimiento se lleva la
trombina y otros procoagulantes liberados durante el proceso de coagulación,
alejándolos tan rápidamente que su concentración no puede aumentar con rapidez
suficiente y promover una mayor coagulación. Así pues la extensión del coágulo casi
siempre se interrumpe cuando entra en contacto con la sangre que está fluyendo a
una velocidad mayor de cierto límite.

INHIBIDORES PROTEOLÍTICOS NATURALES DE VÍA INTRÍNSECA

Antitrombina III (At III)

La AT III es una glicoproteína de una sola cadena que forma un complejo


equimolar estequiométrico muy fuerte, con la trombina, irreversible sin actividad
proteásica. Es de síntesis hepática y su vida media es de alrededor de 50 horas.

La heparina es de carga negativa, por lo que se une a radicales lisina de la AT III,


lo que provoca un cambio conformacional en la molécula de AT III que hace más
sensible a la arginina para unirse a la serina de la proteasa, aumentando así unas 2 000
veces la velocidad de interacción de la AT III con la trombina y varias veces con el FXa.
Una vez que la AT III y la trombina se han unido, se produce entonces un cambio
conformacional: la heparina se libera y puede ser reutilizada ulteriormente.

La AT III tiene capacidad también de inhibir a los factores XIIa, XIa, IXa, calicreínas
y plasmina e incluso neutraliza la capacidad que tiene la trombina de favorecer la
proliferación de las células musculares lisas de la capa media del vaso, acción que es
potenciada por la heparina.

La AT III es responsable del 50 % de la actividad antitrombínica del plasma y su


importancia fisiológica está dada por la tendencia al tromboembolismo venoso
recurrente que presentan los pacientes con déficit congénito o adquirido de este
inhibidor. Su valor normal en plasma es de 0,8 a 1,2 u/ml. niveles por debajo del 60 %
predisponen a la trombosis.

Cofactor II De La Heparina

Inhibe selectivamente a la trombina. Es activado por el sulfato de dermatán o


por la heparina. Su vida media es de alrededor de 50 h. si lo comparamos en cuanto a
su rapidez de acción con el complejo AT III -heparina, éste actúa en forma más lenta y
necesita aproximadamente 5 min para alcanzar su óptimo equilibrio. Dado que de los
glicosaminoglicanos de la íntima arterial el sulfato de dermatán constituye el 70 %, es
posible que por esta razón el cofactor II de la heparina tenga una mayor actividad
antitrombínica localmente que en la circulación.

A2 Macroglobulina

Sintetizada en el hígado, por fibroblastos y en el endotelio vascular, es una


glicoproteína plasmática responsable de cerca del 25 % de la actividad antitrombínica,
a través de su acción inhibitoria directa sobre la trombina.

Puede unirse también e inhibir simultáneamente en grado variable, a un gran


número de proteasas fisiológicas importantes, como la plasmina, calicreína y otras. se
halla elevada durante el embarazo y en niños, de aquí su probable acción protectora
contra la trombosis durante los primeros años de vida en los pacientes con déficit
hereditario de AT III

A1 Antitripsina

Es una glicoproteína de síntesis hepática de una sola cadena así como una
proteasa de tipo serina de amplia especificidad: inhibe a la trombina, al f xia y a la
plasmina. su principal sustrato es la elastasa leucocitaria. su déficit, heredado en forma
autosómica recesiva, no produce tendencia trombótica.

a2 antiplasmina

Glicoproteína de una cadena, es el principal inhibidor de la plasmina; sólo


cuando su capacidad ha sido agotada, la a2 macroglobulina ejerce un efecto inhibidor
subsecuente. Algo similar ocurre con la antitripsina.

Pertenece a la familia de las serpinas, inhibidores de serinoproteasas.

Un déficit de ella o un defecto en su capacidad de inhibición de la plasmina


condiciona una tendencia hemorrágica. Además de neutralizar a la plasmina, la a2
antiplasmina inhibe la unión del plasminógeno a la fibrina y también actúa sobre el
FXIIa, FXIa, trombina y calicreína.
INHIBIDORES DE LOS COFACTORES ACTIVADOS

Proteína c (pc)

Es sintetizada en los hepatocitos, pertenece al grupo de las proteínas que


dependen de la vitamina k para su carboxilación. Normalmente se puede activar por
interacción con la trombina; esta activación es mucho más efectiva en presencia de la
trombomodulina. Otra variante de activación que se ha descrito es la del complejo
trombomodulina con cadenas ligeras de factor va en presencia de trombinas; una vía
alterna de activación es mediante el factor Xa con fosfolípidos en presencia de iones y
de trombomodulina.

Una vez activada la proteína c se acopla a otra proteína de este sistema, la


proteína s, que normalmente es transportada por un componente del complemento,
la proteína c4b; ahora el complejo proteína c-proteína s puede inactivar a los cofactores
v y viii por proteólisis limitada de las cadenas pesadas de ambas moléculas.

Se han descrito 3 inhibidores de la proteína c, uno dependiente de heparina


denominado inhibidor de la proteína c y otros 2 independientes de ésta: la a2
macroglobulina y la a1 antitripsina; aunque al parecer el primero es el de mayor
importancia, aunque a pesar de su nombre no es específico para la proteína c ya que
también inhibe a la trombina, a los factores xia y xa y a los activadores del plasminógeno
(figura 2).

MECANISMOS DE RETROALIMENTACIÓN DE LA TROMBINA

La trombina en pequeñas cantidades es indispensable en la activación del FV y


del FVIII y éstos participan en la formación de más trombina. Sin embargo una vez
formada suficiente cantidad de trombina, esta poderosa enzima coagulante ejerce las
siguientes retroalimentaciones negativas:

1. actúa sobre la protrombina, liberándole el fragmento 1, e impidiendo de esta


manera que el FXa active completamente a la protrombina.
2. activa al sistema de inhibidores fisiológicos de la coagulación, el de las proteínas
c y s, los cuales inactivan proteolíticamente a los factores Va y VIIIa.

De este modo la trombina disminuye su actividad coagulante; además,


pequeñas concentraciones de ésta promueven la liberación de óxido nítrico, sustancia
relajante del músculo liso vascular, antiagregante plaquetaria e inhibidora de la
adhesión plaquetaria, caracterizada por moncada y colaboradores en 1986.

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